Dalia había construido aquel lugar con el sudor de su frente, era el hogar que era por ella. El edificio en que había instalado su hogar y orfanato había sido una casa abandonada por la que pasaba siempre que iba y venía de su secundaria y, más tarde, profesorado.

La joven de cabellos como la noche desde que la vió por primera vez comenzó a fantasear con que esa sería su casa algún día, con arreglarla, pintarla y convertirla en un lugar hermoso... Y así lo hizo

Ella misma, con sus saberes adquiridos en la secundaria de educación técnica a la que había asistido y lo aprendido con su familia, se ocupó de la gran parte de problemas de electricidad, revoque, pintura y limpieza del establecimiento. Para la plomería y reconstrucción del segundo piso debió acudir a la ayuda de su hermano Edward y algunos albañiles, más tarde también para la del tercero.

Fueron donados de buena gana algunos muebles de sobra que tenían sus conocidos, y conocidos de sus conocidos, como mesas pequeñas, algún escritorio en desuso, u sillas y camas que necesitaba algunos arreglos, que la misma joven hizo.

Luego llegó la parte legal, afortunadamente todo salió bien para sus sueños, el viento iba a su favor.

Colette estudiaba y trabajaba en aquel momento, por lo que no podía ayudar mucho a su amiga, y sus hermanas eran pequeñas aún así que su ayuda, aunque Dalia la agradeciera, no era de mucha utilidad. Cabe destacar que la muchacha también podía ser un poco terca y pretendía hacer todo por si sola, “Levantar ella misma su imperio” como "quién" diría...

Finalmente lo había logrado, que orgullo al ver su meta cumplida. Pero aquello no era el final, ni el recreo después del esfuerzo, era el principio y venía lo peor, la parte más difícil, evitar que se llevarán a sus niños.

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– 25 niños... Quién lo diría? - Lettie cepillaba los cabellos dorados de la pequeña Julie – Y todos tan tiernos y bonitos - tomo el rostro de la niña y le dió un cariñoso beso en sus mejillas rosadas –

– Te quiero Tía Litti – dijo con su voz dulce la niña, dedicándole una mirada adorable con sus grandes ojos azules –

– Y yo a ti mi niña –

Julie tenía 4 años de edad, la pequeña estaba muy encariñada con Colette desde que había llegado, solía soñar que aquella era su madre, que le daba el cariño que a nadie más por aquella razón. Lo cierto es que Lettie adoraba a los niños de aquella residencia, y desde muy joven había considerado adoptar a sus hijos al oír los pensamientos de su mejor amiga al hablar del tema, pero era muy temprano para eso, era mejor ayudar a Dal a cuidar de ellos.

Colette había recibido a la niña en brazos el día en que llegó, siendo solo una bebé, la señorita Parailus estaba enferma y no podía bajar a recoger a la niña así que ella lo hizo, sus descripciones eran idénticas, así que no habría problema. Aquel momento hizo que su corazón se enternecida, la niña había llorado hasta llegar a sus brazos, conmovida la llevo al interior de la casona con ella... Y desde entonces, Colette fue quién cuidaba especialmente de esa niña, ella fue quién la nombró, “Julie” Versión francesa del “Julia”, que significa suave, pues así eran sus mejillas, y “cielo”, traducido del latín, pues eso sería para ella desde aquel momento.

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Holis!

No pensaba actualizar hoy, se me ocurrió de la nada, así, a las 5 de la madrugada xd

Por cierto, se que no importa, pero hoy es mi cumpleaños ✨😎

Espero que les haya gustado!

Amo lo bien que identifican los capítulos están imágenes

En fin, hasta la próxima!
Que tengan buena vida! Bye!

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Dom, 9 de Junio. 2024
5:43 a.m
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