Un nuevo comienzo

"No siempre podemos comprender por qué las cosas se acaban, pero lo cierto es que lo único constante en este mundo son los cambios."

SeokJin tal vez nunca entendería el porqué detrás de las decisiones importantes que había tomado a lo largo de su vida hasta la actualidad, pero de algo estaba seguro, esta vez había tomado la decisión correcta.

No importaba cuántas veces había sacrificado horas de sueño pensando en una posible solución alternativa; no había una. Su situación se había vuelto insostenible, su matrimonio no daba para más.

No importaban las múltiples charlas nocturnas que tuvieron con el fin de mejorar su comunicación, ni las miles de segundas oportunidades que llegaron a darse. Ya no había amor, y si lo había, no era el que SeokJin siempre soñó experimentar.

Desde niño, había creído en la fantasía que le vendieron los cuentos de hadas, pensando que en algún punto de su vida sería él quien se convertiría en el protagonista de una efervescente historia de amor, donde ambos darían todo por el otro y serían la única persona que siempre escogerían, sin importar la circunstancia. Y lo intentó, de verdad intentó que funcionara, incluso si ya no sentía nada. Se negó durante mucho tiempo a que eso se terminara, porque el divorcio no era uno de los finales que hubiera esperado en su fantasía.

Pero SeokJin tampoco podía ser tan estúpido, y cuando la estrecha línea entre la indiferencia y la falta de respeto se rompió, supo que tenía que irse.

—¡Hasta el fondo!

SeokJin inhaló con fuerza antes de llevar el vaso frente a él a sus labios y beber todo el contenido de golpe. Una sensación de ardor se extendió por toda su garganta mientras las risas de sus mejores amigos resonaban a su alrededor.

—Se supone que debería estar estudiando para la prueba de mañana —les recordó SeokJin entre risas—. Ustedes son una mala influencia para mí.

Había conocido a Yoongi y Jimin en la universidad. A pesar de no estudiar la misma carrera, de alguna manera coincidieron en una clase y desde entonces se volvieron inseparables. Por supuesto, a ambos les sorprendió enterarse de que SeokJin estaba casado. Teniendo en cuenta que ni siquiera llegaban a los treinta, les pareció sorprendente que alguien de su edad pudiera asumir un compromiso tan grande como el matrimonio.

—¡Ay, por favor! Uno no se divorcia todos los días, tenemos que llegar hasta las últimas consecuencias —dijo Jimin, volviendo a llenar el vaso de SeokJin. Esto provocó un golpe en la espalda de Jimin por parte de Yoongi.

El golpe hizo que el contenido del vaso terminara sobre la ropa de Jimin, quien soltó un chillido al sentir el frío líquido.

—Deja de decir idioteces, imbécil —insultó el chico de piel pálida, viendo cómo el de menor estatura trataba de limpiarse la camisa con las manos—. Hyung, no le hagas caso, recuerda que se cayó de la cuna cuando era un bebé.

SeokJin no podía decidir si el divorcio era un tema del que no quería hablar o si prefería seguir desahogándose sobre lo desgastante que había sido pasar por ese proceso. Lo único en lo que estaba seguro era que le resultaría extremadamente difícil, si no imposible, pensar en casarse nuevamente en el futuro. Incluso le parecía complicado imaginar la idea de entrar en una nueva relación amorosa. Había aprendido que nada era para siempre, y eso bastaba para desanimarlo de volver a intentarlo.

—¡Eso no es cierto! —Jimin exclamó en voz alta.

—Sí lo es —le respondió SeokJin con una sonrisa—. Pero no importa, tienes razón, debo celebrar mi libertad como se merece.

SeokJin tomó una botella y bebió directamente del pico, mientras escuchaba las risas de sus amigos. Era sincero en su agradecimiento por haberlo convencido de salir de su casa. Esa misma casa que solía compartir con Jung Hoseok, el hombre con quien alguna vez pensó que pasaría el resto de su vida y a quien alguna vez amó.

—Para mí, que se vaya directamente al infierno. —Murmuró, colocando la botella de nuevo sobre la mesa.

Hoseok. Fue su amigo desde que eran niños, su rival en la adolescencia y su compañero perfecto durante la universidad. Quizás el error había sido precipitar las cosas. Eran jóvenes e inexpertos cuando se casaron.

Cuando la noticia del divorcio se hizo pública, muchos se sorprendieron, incluso estos amigos que ahora bebían con él, aunque, como siempre, le brindaron su apoyo incondicional.

¿Se había terminado el amor? Podría decirse que sí, aunque esa no fue la única razón. Hoseok buscaba a un chico romántico, vulnerable, sumiso... Cosas que no pudo encontrar en SeokJin de la misma manera en que SeokJin no pudo encontrar al hombre aventurero y carismático del que creyó haberse enamorado.

Aquel matrimonio duró apenas dos años, una eternidad para ellos, en donde no hubo un solo día en el que no discutieran.

Tenía que terminar.

[...]

SeokJin juraba estar en perfecto estado. Estaba en el departamento de Yoongi, a quien le dio pereza llevarlo a su propia casa. El chico de ojos gatunos lo había arrojado contra su sofá sin mucha delicadeza mientras lo insultaba por no conocer sus límites con el alcohol. Aunque de nuevo, SeokJin pensaba que estaba en sus cinco sentidos. Era consciente de lo que hacía cuando comenzó a gritar su odio por Hoseok mientras sus amigos le pedían que bajara la voz. También estuvo consciente cuando vomitó en el baño y terminó rompiendo la puerta de tanto aporrearla para que Jimin saliera rápidamente de ahí. Así como también sabía que los echaron del establecimiento por su culpa.

—Como mañana no me pagues tu parte de la cuenta... —siseó Yoongi mientras veía cómo, de alguna manera, SeokJin conseguía dar vueltas en el sofá—. No entiendo cómo puedes emborracharte con unas cuantas copas.

SeokJin dirigió su vista hacia su amigo, quien le extendió una manta para que no pasara frío, aunque aún mantenía una expresión molesta.

—Yoongi...

—¿Qué?

El mayor no habló enseguida, manteniendo la mirada fija en su mejor amigo. La noche no había resultado según lo planeado; tenía pensado embriagarse hasta el punto de no pensar en su situación actual, relajarse y olvidarse de todos sus problemas, al menos por esa noche. En cambio, parecía que era lo único en lo que podía pensar, y lo peor era que en realidad no tenía ni la más mínima idea de cómo iba a afrontarlo de ahora en adelante.

—¿Crees que hice lo correcto? —Preguntó, bajando la mirada con inseguridad.

—Tú mismo decías que tu matrimonio era insostenible. Sigo sin entender cómo se casaron teniendo apenas veintidós años. No le des tantas vueltas, hiciste bien, recuperaste tu libertad.

SeokJin no sabía qué pensar sobre las palabras del chico de piel pálida. Nunca vio su corto matrimonio como una especie de jaula o algo parecido. Era muy probable que aún si no hubiese conocido a Hoseok, tendría una vida muy parecida a la que llevaba en la actualidad. Lo que le asustaba era la soledad; se había acostumbrado a la presencia de su ahora ex esposo y no sabía cómo sería lidiar con una casa vacía y un itinerario que solo lo implicaba a él.

—Es que yo...

Yoongi le dirigió una mirada seria, como una advertencia para que no se atreviera a terminar la oración.

—Allá afuera te espera un mundo con nuevas experiencias que no te has atrevido a probar. Experiencias que se tratan solo de Kim SeokJin, no de SeokJin y Hoseok. ¿Qué es lo que tanto te preocupa? ¿No volver a discutir con el inútil ese porque se olvidó de regresar la mantequilla al refrigerador?

El recién divorciado hizo una mueca de molestia, sintiendo inconformidad con las palabras dichas por parte del contrario. A pesar de no poder refutar y saber que su amigo llevaba mucha razón, muy en el fondo todavía intentaba salvar un poco la ya dañada imagen de quien consideró en algún momento el gran amor de su vida. Podía llegar a sonar absurdo e incluso ridículo, pero no estaba dispuesto a que los demás se llegaran a pensar que de verdad había tenido muy bajos los estándares y muy mal gusto a la hora de escoger a su antiguo compañero de vida.

—Ya no pienses en eso. Duérmete de una vez que mañana tengo que salir temprano.

Escuchó los pasos de Yoongi alejándose de la sala. SeokJin se cubrió el rostro con la delgada manta, sintiendo una extraña sensación de nostalgia. Su mente no dejaba de generar pensamientos aleatorios, recuerdos que no lo dejaban tranquilo.

"Creo que me estoy enamorando de ti..."

"¿Quieres salir conmigo?"

"Creo que a tu papá no le caigo bien."

"¡No es que haya olvidado nuestro aniversario, es que no sabía que era hoy!"

"¿Deberíamos casarnos?"

"¿De verdad tengo que ir de traje?"

"No entiendo por qué Baek se quiere casar."

"Hubiera sido lindo que me acompañaras..."

"¿Era hoy? Mmm... Lo siento."

"Yo también estoy cansado."

"A pesar de todo... Creo que todavía te amo."

Las lágrimas comenzaron a fluir por el rostro del veinteañero. Aun con la cara cubierta, SeokJin intentó respirar con lentitud para calmarse, buscando que los recuerdos dejaran de atormentarlo. ¿Por qué le dolía tanto? Si ambos sabían que no había otra solución.

Del otro lado, Yoongi escuchaba los pequeños jadeos de dolor que soltaba su amigo. Suspiró con cansancio, decidido a ignorarlo, sabiendo que no podía hacer mucho por él. SeokJin no necesitaba consuelo en ese momento; necesitaba dejar que el tiempo lo ayudara a sanar.

—Al final lo vas a superar... Siempre es así.

Entre lágrimas y recuerdos, fue así como terminó el primer día de Kim SeokJin como divorciado.

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Portada realizada por @arbolcolorido (no se porque no se etiqueta :c)

¡Aquí Lu!

Pues... Que decir, se supone que tenía contemplado que esta historia fuese una comedia romántica, ese tipo de enemies to lovers en donde la tensión se siente desde el primer momento y piensas "¡Ya dense un beso de una vez!" Pero como las cosas nunca salen como yo quiero termine armando todo un drama conesta idea.

Les pido que tengan muuuucha paciencia porque este par son un dolor de cabeza desde el minuto cero. Y pues nada.

¡Nos leemos!

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