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Naruto ni Jujutsu me pertenecen son de sus respectivos dueños así como los animes que salgan aquí.

Sin más que decir se despide su amigo y que comience este jodido capitulo de mierda.

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El pobre caído lloraba internamente ante la suerte que le dio el destino, nunca antes le había sonreído teniendo que ganarse todo con sudor y un par de pelotas bien puestas.

Y cuando pensó que todo iba bien apareció el mismísimo Azazel, el líder de los caídos, la máxima jerarquía de poder en el territorio de Grigori.

Junto a él venía un hombre vendado.

El era el dueño de una pequeña tiendita de chimichangas en el rincón más alejado de la capital, no era muy famoso pero tampoco su local lo dejaba morir se hambre.

El caído trago mientras que recogía los dos platos con seis chimichangas cada uno y los llevaba a la barra donde estaban aquellos hombres, una sol reseña negativa podía hacer cerrar su tiendita.

-Y entonces le dije, 'Quieres meter a un ejército a mi territorio, no señor solo será uno'-Habló Naruto mientras que movía su cabeza cual diva enojada.

-¡Jajajaja!-Se carcajeo Azazel al oír aquella historia, de verdad había pasado mucho tiempo que se había reído así.

"Unas chimichangas a la diabla y unas al limón aquí están listas"

La voz de aquel caído hizo a las dos verle mientras que este sudaba un poco poniendo los dos platos al frente de ellos.

Naruto y Azazel tomaron cada uno una chimichangas mientras que abrían su boca para morder su comida.

Naruto le dio un mordisco y sintió como si el mismo sol estuviera dentro de su boca, le dio otro mordisco y luego otro.

Rish.

Naruto bajo el zipper de su sudadera hasta la mitad mientras que se dejaba ver un torso definidos debajo de la camisa ajustada al cuerpo.

Flush.

Humo salía del cuerpo de Naruto mientras esté sudaba con una enorme sonrisa en su rostro, el ramen era su comida preferida pero el picante siempre sería su condimento preferido.

-No se como haces para comerte eso, siento que un cura en otro universo distinto esta muy orgulloso de ti-Habló Azazel viendo con una mueca de dolor como Naruto comía la comida picante, lentamente se llevó la chimichanga a su boca mientras le daba un mordiscos disfrutando el toque a limón que tenía.

Incluso el chile fantasma era solo una caricia con los chiles cultivados en el Inframundo, por algo en la biblia se decía que el infiermo era un lugar de llamas cuando era todo lo opuesto.

-*¿Les está gustando?*-Se pensó aturdido al hombre al ver a los dos sujetos seguir comiendo.

-Oye señor, esta delicioso, no cambies tus recetas, estas son las mejores chimichangas que eh probado-Habño Naruto mientras sus ojos vendados veían al hombre.

Naruto hizo una nota mental de traer a cierto exorcista glotón a este puesto, sin lugar a dudas a Dulio le iba a encargar estas chimichangas.

-Ciertamente están deliciosas-Asintio Azazel memorizando el número para pedir un expreso en la noche para invitar a Vali

Con Dulio.

Un muchacho sonrió mientras veía las costillas en salsa picante que ponían enfrente de él.

Estaba en los Estados Unidos, más específicamente en Texas donde había escuchado que tenían las mejores costillas del condado.

-Aquí tienes corazón-Sonrió una muchacha entre sus 20 a 25 años viendo al rubio con un brillo en sus ojos.

La muchacha observó al bombón aue había llegado a la tienda de su padre, se preguntaba si vivía cerca ya que de ser así le daría su número telefónico.

-*Que nuestro señor bendiga al Vaticano*-Se pensó Dulio ya que hasta el último centavo que el utilizaba iba a nombre de la iglesia.

Básicamente lo hacían combatir con seres que volverían loco a un humano corriente y que podían nivelar ciudades en cuestión de segundos, al menos Dulio creía que le debían esto, ni siquiera lo estaba utilizando para drogas o algún tipo de adicción, bueno no de las adicciones malas.

Dulio tomó una costillas mientras la mordía con los ojos cerrados mientras sentía que se derretía ante tal delicioso sabor.

Entonces se detuvo de pronto, no sabiendo porque pero queriendo estar donde su amigo Naruto estaba en estos momentos.

Con Naruto.

-Pero bueno Naruto, ¿Que has pensado sobre esto?-Habló Azazel ya que la paz estaba cerca de ser firmada y más de dos mil años de conflictos detenidos.

-No lo se sinceramente, no se que piensa ese Derek Theodoro para intentar idear eso, no se si es estúpido o es inteligente-Habló Naruto mientras que Azazel sudaba al oír la nombre y entendiendo que era cierto pelirrojo.

-Debes entender Naruto, Sirzechs adora su familia, creo que lo tiene nervioso eo echo que su hermana esta desprotegida en el mundo humano-Hablo Azazel mientras que mordía su comida.

-*Munch* Shi *Glup* está tan preocupado por su hermana no debió de dejar que viniera al mundo humano-Habló Naruto no viéndole lógica a aquello incluso con su seis ojos.

-Porque Sona Sitri y Rias Gremory crecieron en cuna de oro Naruto, no puedes medir alguien quien se crió en un baño de sangre como lo fue Sirzechs y lo has sido tú, ha Rias lo más cercano a la violencia que ha tenido es ver un Rating Game juvenil, diablos incluso yo me crié mejor que ustedes y eso que mi propio padre me obligó a cargar con los pecados del mundo-Hablo Azazel mientras que tomaba el vaso de agua mientras le veía.

Bajo el rostro impresionado de Naruto el agua se transformo en vino mientras que Azazel ponía una mueca arrogante, lo habia aprendido de su hermano Jesús hace ya muchos años.

-¿Tu crees?-Pregunto Naruto entendiendo ahora un poco a Federico y sus palabras de ahora al mediodía.

Naruto le extendió su vaso de agua a Azazel quien sonrió de manera divertida transformándo el agua de Naruto también en vino.

-No lo aseguro, pero se que Sirzechs no es un mal muchacho, un poco idiota y fácil de manipular seguro ya que si no Zekram hubiera sido decapitado hace mucho, pero lo último que quiere es un baño de sangre en sus manos, bueno no en los primeros 500 años de su reinado...-Habló Azazel con una sonrisa mientras que bebía un trago de su ahora vino.

-Lo que intento decir es que Rias y Sona ni siquiera han estado cerca de una batalla real, ciertamente han cazado renegados pero eso ni siquiera esta cerca de lo que es una batalla, cuerpos, sangre, mierda, vísceras y gritos en un terreno, muchos gritando de dolor y pidiendo clemencia, tener que caminar y resbalar con la sangre de un muerto, que el olor a hierro se te meta tanto el nariz que no puedas sacarlo en una semana, ellas juegan a que son niñas grandes cuando lo único que son son pequeñas mocosas creyendo que por ponérse la ropa de sus padres son mayores, les hace falta la experiencia para ver en la mierda que se estan metiendo y estan metiendo a su familia-Habló Azazel negando ya que el había visto muchas veces la actitud de Rias y Sona en muchos de sus subordinados más jóvenes.

-Eso es profundo, más viniendo de ti-Hablo Naruto mientras se rascaba su oreja con aburrimiento por las palabras de Azazel.

-Pudrete sabes, yo intentando ser la guía para tu estúpida existencia y sales con semejante estupidez-Hablo Azazel con una vena en su frente mientras que Naruto se reía.

Naruto se detuvo de reír mientras jugaba con el filo de su vaso dando vueltas por el 'viendo' el contenido del mismo.

-Pero te agradezco, aunque ese niño sigue siendo muy débil para que pueda derrotarme-Hablo Naruto de manera arrogante ante Azazel quien nego.

Si lo hubiera dicho otro sabía que no le había creído, pero era Naruto quien lo decía por lo que no pudo evitar creerle.

Azazel y Naruto habían tenido un encuentro hace varios años cuando se conocieron, aunque no había sido en malos términos, simplemente dos hombres reforzando su amistad a base de golpes y sangre como toda buena amistad debía de hacer.

Pero Azazel no pudo negarlo, el utilizo cada onza de poder en su repertorio, cada maldita técnica incluso las que no había sido usadas de hace mucho tiempo.

Sin embargo fue aplastado.

En las 5 peleas que había tenido con Naruto todas y cada una de ellas las había perdido, incluso con todos los planes y herramientas había sido derrotado, unas más ajustadas que las otras pero había perdido.

Su manera de pelear siempre era una desventaja, tenía que conocer a su rival y sus métodos para derrotarle, pero incluso conociendo a Naruto y sus técnicas no podía seguirle el ritmo con facilidad

La última ocasión había sido cuando le obligó a usar el dominio, pero incluso así Azazel una vez activada su Expansión había sido completamente superado y derrotado por lo que era comenzar de 0 nuevamente.

Azazel no podía evitar comprar a Naruto como su padre, no por su físico o su manera de ser ya que eran completamente opuesto, sino más bien por su alto nivel de manipulación energética que tenían.

Era los dos polos opuestos de una maldita moneda.

Elohim se especializaba en reservas de energía, nunca nadie Azazel había conocido a alguien que siquiera tocara los talones de su padre en cuanto a reservas mágicas.

Una prueba de ello era su mismo sistema, incluso con 20 ángeles de clase Seraph no habían vuelto a hacer funcionar el sistema al 100% debido a su brutal gasto energético, era verdaderamente aterrador saber que una sola deidad podía mantener tal sistema, crear seres de nivel inconmensurable poder como eran algunas categorías de ángeles y todavia de eso tenía el suficiente poder mágico para combatir contra los millares de seres de oscuridad que su hijo había desatado en contra de los suyos.

Naruto tenía brutales piscinas de poder maldito, Azazel no dudaba de ello, pero incluso así eran un maldito desperdicio si se tenía en cuenta que sus seis ojos miminizaban el gasto energético al mínimo, no sólo conforme con eso, el destino decidió darle una técnica que el tiempo y el espacio a su alrededor se doblaban de manera infita haciendo imposible por medios normales que algo lo tocará, sin mencionar su taza de recuperación mágica más alta que el promedio y su regeneración innata de alto nivel que se maximizaba con la técnica maldita inversa.

No conforme con eso, un día tal monstruo decidió que no era lo suficientemente OP para su gusto y perfeccionó y pulio cada una de sus técnicas incluso las que nunca llegaría a utilizar nuevamente debido a su propio poder Limitless que lo volvían virtualmente intocable.

Mientras que uno tenía el suficiente poder mágico para nunca quedarse sin él, el otro miminizaba su rendimiento maldito hasta hacer que fuera imposible el quedarse sin energía, ambos eran las dos caras de una misma moneda.

Sin mencionar sus Expansiones de Dominio.

-De verdad me pregunto si le abre echo algo malo al cosmos para que me envíe a tener que lidiar con monstruos como ustedes-Suspiro Azazel ya que no sabia que pecado estaba pagando.

-Escucho celos en tu voz-Habló Naruto con una sonrisa divertida y Azazel bufo.

-Si, de los humanos que pueden comerse una maldita chimichanga sin saber que hay seres como tú a su alrededor-Hablo Azazel en un quejidos mientras que Naruto sonreía ante aquello.

-Neh, yo también hubiera querido ser así-Habló Naruto ya que le hubiera gustado ser alguien normal en esta vida.

-Por cierto, has echo avances-Hablo Azazel ya que Naruto estaba en la creación de alto muy interesante.

El elixir de la eternidad.

Azazel lo sabía, debido a su regeneración alimentada por su propio poder mágico que era básicamente infinito, las células estaban en constante división celular reemplazando las más viejas.

Haciendo que Naruto no envejeciera.

Podría morir ciertamente, ambos no tenían duda de ello, una decapitación y Naruro estaría conociendo a sus antepasados o una herida de muerte instantánea.

Pero por viejo Naruto no podría morir, un ejemplo fue que incluso ya terminando sus 20 Naruto se veía que los venía iniciando.

Este fue el precio a pagar por derrotar a Kurama y lograr quitar la dictadura de Kioto y traer prosperidad a los Yōkai.

Naruto en esa pelea se había llevado al límite y lo había roto, había ascendido a un lugar donde nadie pensó que alguien llegaría algún día, uno que ni siquiera Tengen había logrado quien tenia el conjuro innato de inmortalidad.

El problema era que Kusuri y Utahime eran humanas, aunque sonará un poco cursi él era muy pero muy celoso con sus chicas, si la muerte quería intentar llevárselas le patearia el trasero tan fuerte que nunca más vendría por ellas.

Por ello estaba en la creación de elixir que aunque fuera un mito incluso entre los panteones sobrenaturales él lo convertiría en realidad, después de todo cada mito tenía su buena porción de realidad para así que sus dos chicas humanas pudieran vivir a su lado.

-No, busque en los registros de mi familia y a todos los que fueron como yo los han asesinado, no hay registro que alguno de mis antepasados muriera de viejo ni tampoco ue intentara algo así, incluso yo soy el usuario dual más viejo que a existido, el que me sigue es Sugawara-no-Michizan quien murió a manos de Fujiwara no Tokihara, murió con 26 años y 11 meses de edad-Habló Naruto ya que la energía maldita podía  preservar cualquier cosa en su mejor estado.

Si tan solo los academicos supieran que su clan tenía en su disposición 3 mil años de historia de Japón en su biblioteca sin lugar a dudas los intentarían obligar a darla a la humanidad.

El clan Uzumaki no había sido un Clan guerrero, eran más estudiadores que habían adquirido la hechicería siendo de los primeros humanos orientales en tenerla y manipularla de manera efectiva, con ella se dedicaron a viajar y recolectar la historia de la humanidad oriental durante muchos, muchos años.

No fue que hasta Sugawara-no-Michizan que los seis ojos y la técnica maldita Limitless se consolidaron como su línea de sangre principal, esto se debió a que aquel hombre había desposado en secreto una Uzumaki y de ahí provino su línea de sangre.

-Diablos, si vas a dejar la historia a la mitad no cuentes nada-Hablo Azazel mientras que Naruto sudaba ante aquellas palabras.

-No sucedió nada importante, ambos se odiaban a muerte hasta que Fujiwara no Tokihara le reto a una pelea entre hechiceros, eso sucedió en el periodo Heian, se enfrascaron en una batalla por la supremacía de ver quien era el más fuerte de Japón y Tokihara al verse acorralado activo a un ser llamado Mahoraga quien se adapta a las técnica malditas haciéndole con el pasar de los segundos cada vez más y más fuerte, Sugawara-no-Michizan herido de muerte pudo herir a Fujiwara no Tokihara y asestarle un golpe asesinandole también, ambos murieron y sus técnicas malditas pasan de generación en generación entre sus descendientes, sin mencionar que ambos ahora son espíritus vengativos-Habló Naruto con aburrimiento por la clase de historia que acaba de contar.

-Tu familia si que esta loca-Hablo Azazel mientras que Naruto le 'veía' escéptico.

-Si te das cuenta que me lo dice el hombre que su familia ha echo tres guerras que acapararon buena parte de la existencia?-Pregunto Naruto ya que lo que hizo su antepasado era muy suave a lo que había echo la familia de Azazel.

-Bah, así es la familia, no puedes vivir con ella pero en definitiva no puedes vivir sin ella-Hablo Azazel restando importancia a aquello mientras que Naruto negaba.

-Por cierto, eh recibido noticias que hay varios caídos en mi territorio asesinando persona-Hablo Naruto de manera casual mientras que Azazel alzaba sus hombros.

-No fui yo el que los envió, puedes tratar con ellos como quieras, perros que muerden la mano que los alimenta no merecen siquiera vivir, ¿Estoy en lo correcto?-Pregunto Azazel al cocinero mientras que tenía su boca llena de comida.

El hombre sudo nervioso al oír aquello pero al ver que de verdad esperaban una respuesta suspiro intentando pensar en algo.

-Puede ser, pero si quieres matarlos antes sacales la información valiosa, no te servirá como pruebas ya que te alegaran que pudiste manipularles con magia, pero al menos sabrás quien te dará la puñalada en tu espalda, digo eso haría yo-Habló el hombre con sus ojos cerrados.

El hombre abrió los ojos mientras veía a ambos hombre que tenían su boca abierta ante sus palabras.

-¿Y con esa mocosa que debería de hacer?-Pregunto Naruro a aquel ser salvador de cuellos que estaba con la espátula en la mano.

-Es una mocosa como tu lo has dicho, solo déjale ser, si le cortas mucho el collar hará algo estúpido con tal de tener un poco de aire, solo vigila y dale consejos una vez que eche a perder todo, no es tan complicado cuidar de un adolescente, en lugar de imponer tu autoridad ve poco a poco tratándola como un adulto, estoy seguro que al verte podrá sonreír y se llevarán bien-Hablo el hombre ya que su niña le había sacado canas verdes los primeros meses, hasta después su madre le dio aquel consejo y él se había convertido en su mejor amigo teniendo incluso noches se exfoliacion facial mientras ambos se contaban sus problemas.

TAS.

Naruto le había metido una colleja a Azazel mientras le veía con claro enojo en su rostro.

-Porque no puedes ser más como él-Reclamo Naruto mientras que Azazel le fulminaba con la mirada

-¡Básicamente fue lo mismo que dije!-Habló Azazel ya que la falta de gespeto abundaba por aquí.

-No lo recuerdo, pero gracias señor de las chimichangas, tomaré tu consejo-Habló Naruto mientras que oía el sonido de ofensa de Azazel ante aquello.

Naruto no sabía que tenían los vendedores de comidas callejeras, tenían un nivel de pensamiento fuera de este mundo, incluso los filósofos griegos se detenían a hablar con ellos debido a su nivel de pensamiento.

Naruto se preguntaba su Diogenes había sido un vendedor callejero ya que fue uno de los pensamiento para el pensamiento existencia de la actualidad, de ser así estaba seguro que los vendedores callejeros eran sin lugar a dudas sus descendientes.

-Bueno, hay que terminarnos las chimichangas-Habló Azazel refunfuñando al ver que sus palabras eran plagiadas por este vendedor callejero.

Azazel se trago su orgullo mientras le daba un mordisco a su otra chimichangas, diablos que estaba deliciosas.

Otro lugar.

"Mami, cuando volverá papi"

Una niña peliblanca hablo viendo a su mami quien estaba sentada a su lado con un libro entre sus manos.

La niña era peliblanca, ojos azul eléctrico, piel lechosa sin llegar a ser enfermiza, llevaba un pijama con estampados de gatitos y ramen en ella y de color naranja, desde la altura de sus hombros iba cobijada pero dejando afuera sus brazos.

Lo que más destacaba de aquella niña eran sus tiernas orejitas de gato de bicolor siendo una negra y la otra blanca que se movían al mínimo sonido.

La habitación era grande y espaciosa, varios juguetes estaban regados en la habitación dándole una apariencia incluso más infantil.

Sin mencionar el gran poster de la Chica Mágica Levi-tan pegado en la pared que era de color rosada.

-No lo se mi hermoso sonido blanco, pero estoy segura que volverá pronto-Habló la mujer pelinegra mientras que lanzaba un suspiro no sabiendo quien era el gato en la relación.

Pero dios como amaba a ese hombre.

La mujer era pelinegra, ojos de color color avellana, llevaba un kimono que se notaba echo de seda de color negro con un obi simple de color amarillo, pero en lugar de ser recortado como a ella siempre le había gustado vestir este era cerrado no dejando ver  mucha 'piel'.

La mujer se lo daba a sus instintos de mamá.

Cuando nació su hija ella había cambiado totalmente, se volvió hogareña que cada vez que salía deseaba volver a su casa al lado de su tierna gatita.

Lo que más destacaba de aquella muchacha eran sus dos orejas se gato de color negro y sus dos colas que se movían en son de agrado de un lado para otro.

Ella era Kuroka Hellcat.

La niña le dio un poquito de espacio para que aquella pelinegra se acostada a su lado mientras que rápidamente se aferro al torso de su madre y usaba uno de sus senos como almohada.

-Nunca entendí porque a tu padre y a tu le gustan tanto mis cachorros...bueno aunque no me quejo con Naruto-Susurro Kuroka mientras sus mejillas se enrojecian al recordar la atención especial que le brindaba Naruto en sus noches de pasión antes que Uta naciera eh incluso después lo seguía volviendo loco cuando volvía.

-Porque son cómodos, estoy seguro que a mi papi también opina lo mismo-Hablo Uta de manera inocente mientras veía el rostro de su madre.

-Estoy seguro que si-Sonrio con orgullo Kuroka ya que la inocencia de su pequeña era buena en muchas ocasiones.

-Mami, ¿Papi me ama?-Pregunto Uta de menera triste ya que su padre casi nunca estaba.

Muack.

La niña no pudo evitar ronronear de felicidad al sentir los labios de su madre en su mejilla.

-No dudes de eso mi hermoso sonido blanco, tu papi siempre te amara de aquí a las estrellas, al igual que tus mamis también, solo que en tu papi es un hombre muy ocupado, siempre está salvando niños por lo que no puede estar mucho tiempo contigo-Sonrió Kuroka mientras que abrazaba a su hija quien asintió.

Uta era el secreto de alto nivel mejor guardado de todo el Jujutsu japonés, solo los Clase especial lo conocían, ni siquiera la misma junta directiva de ancianos tenían conocimiento de ella.

Uta había sido un desliz, un día que ella se le olvido poner un sello en su sistema reproductor para evitar embarazos, de las posibilidades que habían que era 1 entre 100 000 la suerte Uzumaki había brillado en su máximo esplendor y 5 meses después ella tenía una linda y saludable gatita entre sus brazos.

Pero sin embargó ella pensó que sería rechazada, se preparo para ello, jamás imaginó ver las lágrimas de felicidad en Naruto aquella vez corriendo a ella para abrazarle junto a su hija.

Uta era la princesa de la casa, incluso el harem de su tonto esposo la amaba con todas sus almas, Yasaka le había bendecido con una vida saludable para toda su eternidad.

Naruto era humano, por más problemas de inmortalidad que tuviera si tenía hijos estos serían completamente humanos, aquello había servido para purgar la vulgar sangre demoníaca que ella tenía haciendo que Uta naciera siendo una nekoshou, Uta era la esperanza de su especie, la última purasangre que había por el momento.

Eso sumado a que era la hija del ser más poderoso de todo el Shinto hacia que su importancia fuera demasiado para criarla en Japón o más bien para dar a conocer su existencia antes que ella estuviera lista.

Ellos vivían en los bosques de Noruega, en las máximas profundidades de los mismo, tenían 20 kilómetros allá redonda de capas, capas y más capas de hechizos protectores creados específicamente para todo tipos de seres incluido si un sello era roto transportar a un muy pero muy enojado Naruto a donde estuviera ellas dentro del campo.

-Mami, ¿Cuando viene mami Kusuri y mami Utahime?-Pregunto la niña mientras que Kuroka bufaba ante aquello.

-Lo único que quieres son las galletas que te traen, por la señorita Yakasa, te pareces tanto a mi hermana-Suspiro con una sonrisa de amor Kuroka observando su hija.

La niña sonrió orgullosa al oír aquello, su mami le había dicho que su tía Shirone era una persona guay por lo que oír a su madre decir eso le llenaba de orgullo.

-Muy bien es hora de leerte un cuento jovencita, son las 8:30 por lo que es hora de dormir-Habló Kuroka mientras que rápidamente se ponía cómoda ella también.

Kuroka observó unos segundos afuera donde una gruesa cada de nieve cubría cada rincón afuera de la ventana estaba haciendo un frío brutal por lo que amaba cada segundo que su pequeña le compartía calor corporal.

-Bien-Hablo la niña emocionada ante la mención de un cuento.

Kuroka y Naruto decidieron criar a Uta aquí por el campo, lejos de todo tipo de porquerías de la humanidad moderna, inclusive las caricaturas que Uta veía y amaba eran las de antaño, las que hacían honor a su nombre de caricatura.

-Te voy a terminar de leer 'El principito', luego de eso pasaremos a 'Cocorí'-Sonrió Kuroka mientras que Uta asentía rápidamente.

Uta amaba la lectura, si la podían a elegir entre un libro y una televisión elegiría el libro sin dudarlo un segundo, incluso para sus 3 años ya sabía leer y escribir de manera perfecta incluso las matemáticas era un chiste para ella.

Kuroka entonces comenzó a leer con voz suave mientras que cambiaba de voz para imitar las que se supone que debían hablar dentro del libro.

La niña sintió que sus parpados pesaban cada vez más y más mientras que esa noche soñó que ella ayudaba al principito en su misión.

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Fin del capítulo.

Sin más que decir se despide su amigo y pana del alma Escritor-san.

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