19-Final

Tras revisar ideas y eso al final solamente será un capítulo pero más extenso. Espero que les agrade y muchas gracias por todo el apoyo mostrado a lo largo de está historia  :)


Allí estaba el malnacido que había colocado esas bombas bajo la academia y provocado ese horror. Tn se fue acercando lentamente, lo tenía bajo sus pies, atemorizado. Seguramente no esperaba ser capturado entre tanta confusión. El chico apretaba los puños, enojado y sintiendo una gran ira, especialmente cuando recordó la imagen de su chica lobo completamente cubierta de polvo y con sangre.

—Has ido demasiado lejos—dijo pisando con fuerza el pie de éste ocasionando un grito de dolor que resonó por el bosque.

Escuchó un sonido, le había jodido el pie y ahora no podría correr. Se agachó, lo agarró de la camisa mientras aún se quejaba del dolor.

—Hora de mi venganza—le empezó a arrear puñetazos en la cara con fuerza, pero no demasiada, quería hacerlo sufrir y debido a su desmedida fuerza podría matarlo. No iba a matarlo, lo haría sufrir de mala manera antes de llevarlo ante las autoridades.

Los golpes parecían disparos, secos, fuertes y rápidos. El hombre ya sangraba, pedía que se detuviera, pero Tn no iba a hacerlo de ninguna de las maneras. 

Lo levantaba de una pierna y lo lanzaba contra el suelo cercano haciendo que rodase, eso durante un buen rato, disfrutando viendo como volaba sin alas. Lo pateaba sin clemencia, parando ciertos momentos para darle aire, no quería que se desmayase.

—Esto es solamente el principio—dijo con una sonrisa macabra.

Mientras tanto, en Nevermore fueron todos atendidos y trasladados. Miércoles fue avisada junto a las autoridades de que Tn se había ido en una dirección.  Junto a los policías, fueron rumbo a donde había ido el chico.

Tardaron un buen rato, pero los gritos ayudaron a localizarlo. Nada más llegar, vieron a Tn con las manos ensangrentadas y al culpable muy cerca suyo, herido y con muy mal aspecto.

—Tn—dijo ella.

—Hola, llegas justo a tiempo para divertirte—respondió éste.

Al mirarlo, vio que Tn tenía unos ojos rojos de lágrimas por lo sucedido, pero sobretodo, vio la ira, la rabia...el dolor...su mirada era la de alguien que estaba muy cerca de pasarse a un lado tan oscuro que si traspasaba esa delgada línea...no volvería a ser el mismo de antes.

—Ya está, lo has atrapado—dijo ella.

Era cierto que deseaba torturarlo, pero ya había tenido suficiente. Por no hablar de que Tn debía tranquilizarse.

—No, él debe pagar

—Ya lo ha pagado, Enid se encuentra bien, ahora debes regresar y que te mire un médico...

—Chico, has atrapado al responsable, siéntete orgulloso—comentó uno de los policías.

Miércoles temía que Tn cruzase esa línea. Pero finalmente, suspiró y empezó a caminar hacia ella.

—Estoy...cansado—ahora todo el agotamiento le vino de golpe.

—Vamos a la academia—le dio la mano, no le importaba en absoluto la sangre. 

El hombre fue atendido y arrestado. Buscaba venganza por lo que le hicieron a su mujer unos excluidos en el pasado, pero esa forma de actuar contra adolescentes había sido horrible y nada podía justificar sus crímenes pues el de Jerichó mató a personas.

Los alumnos de Nevermore estaban fuera de peligro y nadie murió afortunadamente, pero si tardarían unos cuantos días en ponerse bien. Algunos de ellos tendrían que estar una semana, pero seguían con vida.

Tras darse una ducha y dormir gracias a las pastillas durante unas horas, Tn se encontraba ya recuperado. Le dio las gracias a Miércoles por haberlo ayudado a no ser un asesino. Ella solamente lo besó y tras un día largo, pudieron ir a ver a Enid.

—¡Enid!—exclamó el chico entrando en la habitación y abrazándola—¡gracias a dios qué estás a salvo, temí perderte!—dijo entre lágrimas.

—Tranquilo, estoy bien—susurró ella correspondiendo el abrazo y llorando de emoción.

Miércoles también abrazó a la loba, era su momento de debilidad. Pero ahora, estaban fuera de peligro. Sana y salva.

Charlaron alegremente y Tn le llevó unos pasteles de colores que tanto adoraba ella ganándose un fuerte y sonoro beso por parte de ella. Tn se quedó viendo a ambas hablar. Miércoles escuchaba por una vez los chismes de la loba, quizás se dio cuenta de lo importante que era pasar tiempo con ella ya que quizás ahora mismo, podría no escuchar sus cotilleos por un lunático que casi la mata a ella.

El joven vio la escena con una gran sonrisa, allí estaban, sus dos chicas disfrutando de un momento de tranquilidad entre aquellas cuatro paredes blancas.

—Un problema menos...—pensó el chico.

Costó tiempo volver a la normalidad, pero se logró. El culpable fue encerrado y no vería más la luz del sol. Encontraron todas las pruebas en su casa y así fue condenado.

En la academia, tras reanudarse las clases y hacer los exámenes, el curso transcurrió muy rápido teniendo que tomar caminos diferentes. Enid regresaba a casa, Miércoles a la mansión y Tn a una casa que tenía en propiedad cerca de un lago para poder pescar.

—Ay, te voy a echar de menos—decía la loba con la cara en el pecho de éste.

—Y yo a ti mi lobita colorida—se miraron antes de besarse.

—Supongo que pronto nos veremos, ¿o vas a alejarte de mí?—preguntó la pelinegra cruzada de brazos.

—Claro que no—la besó también—cuidaos mucho, y disfrutad de los días libres.

Fue triste para los tres, pero sus caminos se separaron hasta el inicio del nuevo curso. 

O eso había pensado Tn pues mientras pescaba en el lago, escuchó unos pasos aproximarse. Conocía esos pasos, sin duda eran ellas. Al dejar la caña y voltear, vio a las dos llegar hasta su posición con unas cuantas maletas.

—¡Hola!—la loba saltó a sus brazos antes de llenarle la cara de besos—¡te he echado mucho de menos!.

—El sentimiento es mutuo lobita—ella empezó a besarlo con pasión hasta que fue separada por Miércoles.

—Te recuerdo que también es mi pareja—le miró—veo que sigues vivo, esperaba poder enterrarte.

—Yo también te quiero—la besó.

—Sabes a fresa por culpa de la loba...—dijo—odio que sepas a lengua de loba.

—No has cambiado nada eh. Por cierto, por lo que veo...vienen a pasar unos días...¿no?—preguntó en referencia a las cosas detrás de ellas.

—Por supuesto—respondió la pelinegra—si te molesta te aguantas—tomó sus cosas antes de ir al interior de la casa.

—Lamento no haber avisado—dijo tierna y avergonzada.

—No pasa nada—le dio un beso en la mejilla—ve a dejar tus cosas.

—¡Vale!—se detuvo—ah, que sepas...que estoy de nuevo en celo—le guiñó el ojo antes de irse con las maletas al interior y siguiendo a su roomie.

—La que me espera con ellas dos...—suspiraba él antes de ver que su caña se movía.


El tiempo pasó y las cosas fueron a mejor. Los tres siguieron con su relación, terminaron sus estudios y encontraron buenos trabajos con buenos sueldos. Además, Miércoles logró tener éxito con sus libros ya que una de las editoriales decidió arriesgarse haciendo que fuera famosa como escritora.

Enid ayudaba a los hombres lobo que no podían enlobar y los animaba. También daba charlas e incluso era profesora de niños excluidos, se le daba genial. Mientras, Tn usaba su fuerza para ayudar a los cuerpos de bomberos y policías a sacar a víctimas de incendios o derrumbes, sin duda logró salvar la vida de muchas personas y ganándose un reconocimiento.

Con el paso de los años, tuvieron cuatro hijos; Sam y Martina por parte de Enid y Morticia y Luna por parte de Miércoles. Completamente diferentes los unos con los otros, los de la loba eran muy cariñosos y los de la pelinegra eran...fríos.

—Cariño—llamó Enid acercándose a Tn quien estaba leyendo—han vuelto a llamar del colegio...verás...

—No me lo digas—cerró el libro suspirando—¿qué ha hecho Morticia o Luna?.

—No, está vez ha sido tu otra mujer, Miércoles...ella ha amenazada a la directora con cortarle el cuello si volvía a regañar a tus hijas.

Daban tantos problemas esas dos niñas que cada día que entraban a clase debían ser registradas y les confiscaban cuchillos, armas peligrosas, incluso dinamita.

Cuando llegaron a casa, ambas niñas agacharon la cabeza mientras recibían un sermón parte de Tn y la mirada orgullosa de su madre Miércoles. Todo había sido porque ellas iniciaron una pelea con unas niñas a las cuales casi le queman el pelo.

—¿Me han entendido?—preguntó serio el hombre.

—Si, lo hemos entendido papá—respondieron al unísono.

—Muy bien, ahora una ducha—ordenó.

—A Sam y Martina no les dices nada—replicó Morticia.

—Ellos se portan bien, aprendan ustedes

—Mamá nos dice que...—empezó Luna.

—Mamá puede decir lo que quiera, deben portarse bien.

Ambas se marcharon y Miércoles se acercó.

—No deberías discutir mi autoridad delante de las niñas

—Miércoles, queremos que tengan amigos y amigas...tu forma de educarlas no ayuda

—¿Prefieres que sean débiles como los de Enid que no pueden defenderse?

—Se defienden cuando son atacados. Pero no inician peleas.

Todos se sentaron a cenar, enseguida empezaron a hablar de las cosas que habían hecho. Los intentos de asesinato y peleas por parte de las dos niñas y los chismes y rumores que habían oído por parte de los de Enid llenaban el tiempo de cena.

Aunque también se defendían los unos a los otros. 

Esos días fueron a la casa del lago que ahora era mucho más grande. Esa noche llovía y hacia frío pero con el fuego de la chimenea estaban bien.

Tn se quedó viendo a ambas mujeres hablar e incluso reír en algún momento mientras bebían algo de vino mientras los cuatro hijos jugaban juntos sin intentar matarse a un juego de mesa. 

—Son tan diferentes, aún así se llevan bien...quiero tanto a mi familia...doy gracias de haber ido a Nevermore y poder estar con vosotras...—pensó con una sonrisa mientras veía el panorama familiar.

Y está historia del chico con el corazón de hielo llega a su final.


Gracias por todo de nuevo y espero que les haya gustado.

Un saludo  :)




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