7

Mientras la batalla continuaba sin cesar, Natsu y Gray ya estaban curados. Por un lado querían luchar junto a Erza, pero sentían que esta era su batalla, su momento de terminar las cosas y cerrar un ciclo.

—Vayamos tras Lucy—dijo el pelirosa.

—Te sigo, Wendy quédate por si Erza te necesita—ordenó el mago de hielo.

—Bien.

Echaron a correr siguiendo el rastro de Lucy gracias al olfato de Natsu. Atravesaron un pasillo y luego subieron unas escaleras para encontrarse con la maga tendida en el suelo, con algunos rasguños y tratando de levantarse.

—¡Lucy!—dijeron ayudándola.

—Chicos...

—¿Qué te ha pasado?—pero no hizo falta respuesta ya que apareció el anciano.

—Jóvenes que no entienden la importancia de limpiar este mundo—comentó.

Natsu y Gray se pusieron enfrente para proteger a su amiga.

—En cuanto os mate a vosotros y vuestra amiga, nada se interpondrá en mi camino

—Lamento decirte que no podrás—Natsu apretó los puños.

El anciano soltó una carcajada.

—Cuando se realice el sacrificio, nuestro dios recuperará todo su poder.

Estos se miraron.

—Nosotros lo evitaremos—dijeron liberando poder.

—Hasta que ese momento llegue...contemplad su poder actual—al decir eso, unos pasos resonaron en la lejanía.

Lucy sintió miedo al escuchar como unos grandes pasos se avecinaban lejos y la luz hacia que se viera una enorme sombra por las paredes.

—¿Qué clase de criatura será?—la rubia se puso en pie pero le temblaban las piernas.

—Natsu...

—Si...debemos pararle los pies, da igual que sea un dios.

Al cabo de unos pocos segundos, se presentó ante ellos. Natsu, Gray y Lucy se quedaron asombrados ante lo que vieron sus ojos. El anciano, sacaba pecho y una sonrisa se dibujaba en su rostro.

Era una especie de ave grande, de color dorado y con cara de pocos amigos. El mago de fuego y el mago de hielo se miraron durante unos pocos segundos.

—¿Asombrados eh?—preguntó el hombre mayor.

—¡CARNE!—dijeron al mismo tiempo.

—¿Eh?, ¿carne?—el líder parpadeó varias veces.

Incluso el ave pareció decirlo en su idioma.

—¡Lo voy a tostar y luego lo comeremos!—dijo Natsu sacando la lengua y con cara hambrienta.

—Yo crearé cuchillo de hielo y lo trocearé como si fuera un pavo—Gray tenía la misma cara.

—Yo tomaré un poco—dijo Lucy levantando la mano.

El ave comenzó a retroceder lentamente con cara de asustado. Luego, echo a correr.

Los tres magos pasaron por encima del anciano mientras corrían para dar caza al ave por todo el lugar.

—¡Ven aquí, solo queremos darte un bocado!—dijo Natsu con una sonrisa.

Mientras, afuera seguía la pelea con un claro margen para la pelirroja.

—No dejaré que dañes a mis amigos

—Ya lo he hecho—dijo sonriente.

La espada volvió a sonar por el lugar. Wendy daba ánimos sin atreverse a pelear. Recordaba cuanto le había contado de lo feliz que estaba con Jerall. Ahora, ya no quedaba nada de eso.

Natsu rompió algunas paredes y logró acorralar al ave.

—Aquí esta—dijo con cara de hambriento.

—Muy bien—Gray preparó unos cuchillos de hielo.

El ave rompió una pared y cayó por el hueco.

—¡Se escapó!—dijo el pelirrosa.

—¡Que no escape!—ambos se tiraron por el hueco.

Lucy, agotada de correr, se sentó a descansar un poco. Estaba empapada de sudor.

Ya en el hueco, vieron al ave y algo más. Era un prisionero, estaba encadenado y la silueta se le hacia muy familiar.

—¿Quién es?—se preguntaron mientras se acercaban.

El ave retrocedió unos pocos pasos y la luz dio a este.

—Ayuda...men...

—¡Ichiya!—gritaron.

—Huelo el perfume de los amigos—dijo este magullado.

Enseguida lo soltaron. Pero al hacerlo, este quiso abrazarles.

—¡Una mierda!—le patearon sacándolo del lugar bien lejos rompiendo la pared.

—¡Meeeeeeeeeeeeeeeeeeeeen!.

Luego, se dieron la vuelta y miraron al ave.

—¡CARNE!—en esa habitación resonó el grito de la pobre ave.

Volviendo al combate, Erza lograba aventajarse sobre Jerall que había perdido magia al haber luchado contra Natsu y Gray.

—Será mejor que te rindas y te entregues.

Este esbozó una sonrisa.

—Nunca, no puedo rendirme—dijo alzándose.

—Muy bien, tu lo has querido—se posicionó en una postura ofensiva y en un abrir y cerrar de ojos, le hizo un tajo en el pecho al mago.

Jerall escupió sangre y cayó al suelo al igual que su arma. 

Wendy vio horrorizada la escena y comenzó a llorar. Se había llevado algo bien con el joven pero ahora lo veía tumbado en el suelo, inconsciente por el golpe y a su mejor amiga llorar por ese acto. 

Los recuerdos y su sonrisa pasaron por la mente de la pelirroja que arrojó su arma mientras contemplaba el cuerpo del que un día fue el amor de su vida. Muchos no entenderían porque después de sufrir salió con él, pero era su corazón quien mandaba en ella. Además, le consideraba una persona noble que había pasado por mucho. Sin embargo, como maga de Fairy Tail, Erza cumplió con su deber.

—Jerall—susurró aún llorando.

El anciano que había visto la pelea desde la ventana, sintió que tanto el ave como Jerall habían sido derrotados. Ahora ya no quedaba nada de su plan, había fracasado.

Continuara...

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