5

Erza caminaba sonriente, al brazo de Jerall. Tras tanto tiempo de peleas, esconder sus sentimientos y problemas con los gremios oscuros, ahora podían estar juntos. Fue un alivio cuando el mago recibió la libertad al igual que sus amigos. Esto alegró a todos quienes no dudaron en organizar un banquete en honor a ello ya que era amigo del gremio de Fairy Tail.

Poco a poco, el tiempo que pasaban juntos era mayor, incluso la joven pelirroja se aventuraba a ayudarle con algún gremio donde fortalecieron una amistad que creían perdida. Los gremios oscuros restantes eran muy pequeños y solo había uno o dos personas fuertes, pero débiles en comparación con el peliazul.

—Hace un buen día, podríamos ir a por pastel de fresa—comentó con una sonrisa infantil.

—Siempre estás comiendo pastel, ¿seguro que no es malo?—preguntó Jerall echándose a reír por lo glotona que era su chica.

—¡Oye!—dijo enojada—. Esta...muy bueno—esbozó una sonrisa mientras desviaba su mirada.

—De acuerdo, iremos a por pastel, creo que si haces tantas misiones es para comprar pastel antes que pagar el alquiler ja, ja, ja—recibió un pequeño puñetazo en el brazo.

Digo pequeño porque Erza golpea mucho más fuerte que una persona normal. Casi pudo sentir como se le partía un hueso, era una mujer muy bruta.

La relación inició una noche de donde la luz de la luna cubría el manto del paisaje de manera hermosa. Era todo tranquilo, ella miraba el panorama con una sonrisa, le encantaba sentir la brisa moviendo su cabello mientras refrescaba su piel. En una de esas brisas, una tela se posó sobre ella. Jerall le puso su capa.

—Gracias—dijo, oliendo el aroma del joven en aquella prenda.

—¿No puedes dormir?—ella negó.

—Me gusta admirar este sitio tan bello y tranquilo. La luna esta hermosa hoy.

Ambos dirigieron su vista ante el lugar que se abría ante ellos. 

—Siempre has sido mucho más femenina de lo que te muestras—comentó.

—Puede ser, yo no soy como esas chicas de ciudad

—Eso es...debido a todo lo que pasamos de niños. La infancia dura te marca de por vida—dijo entristecido—incluso ahora, esos recuerdos lejanos parecen que fueron ayer mismo.

Ella se acomodó en la valla.

—Siempre te has martirizado demasiado por estas cosas—se tiró atrás un mechón.

—Igual que tú—ella imitó su gesto.

—Si, pero nos queda vivir por los nuestros...y por los que ya no están—dijo en referencia a Simón.

El silencio se hizo presente durante unos minutos en los cuales no dijeron nada.

—Será mejor entrar ya, mañana tenemos que madrugar—ella al dar unos pasos fue agarrada por el joven que la arrastró hasta él.

—Erza...yo...—miró al suelo, tragó saliva nervioso.

—¿Si?—al mirarla, esos ojos le hicieron vulnerable.

Acto seguido, la besó. Tras tanto tiempo deseando hacer aquello, por fin se pudo hacer realidad. Ella sorprendida, cerró los ojos. Sintió un hormigueo que nunca antes había sentido y la capa que le había prestado cayó al suelo antes de ser levantada por el viento cubriendo un trozo del lugar, donde la luna les alumbraba quedando durante unos instantes a oscuras. Pero en realidad, ella se sentía como si estuviera en la luz.

Volviendo al presente, la joven abrió los ojos, notaba un calor por todo su cuerpo. Pero no quemaba, sino todo lo contrario, sentía que sus fuerzas se recuperaban, el alivio recorrió todo su cuerpo. 

—Erza-san, tranquila, enseguida se pondrá bien—dijo una voz dulce y infantil.

—¿Wendy?—la pequeña estaba usando su magia para curarla.

Cuando paró, se sintió con energías de nuevo. Recordó a Jerall y enseguida se puso en pie, por poco tira a la pequeña al suelo.

—¿Donde esta Jerall?—no le hizo falta decir más cuando vio que una gran llama salía no muy lejos de allí—. Debo ir.

Pero una mano lo detuvo.

—No, yo me haré cargo—Natsu recuperado, con signos de rasguños, apretaba los puños.

—¡No, esto es asunto mío!—reprochó la joven.

—¿Acaso crees que puedes pararlo?, ¿no se interpondrán tus sentimientos?—ella se quedó parada, con la boca abierta—. Confía en Gray y en mi.

Empezó a andar hasta el lugar que quedaba a unos metros.

—¡Ya te he dicho que yo me ocupo, como maga de clase S y...!—cayó al suelo después de recibir un fuerte puñetazo en el estomago de Natsu.

—Lo siento Erza.

Lucy y Wendy se quedaron sorprendidos al ver como este golpeaba a su propia compañera.

—¿Por qué has hecho eso?—Lucy sacada del shock le recriminó su actitud.

—Juré que no volvería a permitir que Erza llorase...y he fallado, pero estoy a tiempo de parar esto—usando llamas en sus pies, se fue directo a por Jerall.

Gray estaba en un lado, respirando, había gastado muchas energías en sus ataques. Jerall era mucho más fuerte que antes y apenas podía plantar cara ante su nuevo poder. Este sonreía.

—No esta mal, pero no basta—hizo unas poses y luego lanzó una potente fuerza mágica que Gray tuvo que contrarrestar con un gran muro de hielo que logró parar el impacto.

A pesar de defender a este, el hielo voló por los aires hechos añicos.

—¿Cuanto durarás?

—Podría hacer esto todo el día—dijo con una sonrisa, su labio sangraba dejando salir un hilo de sangre.

—¿Necesitas ayuda?—Natsu apareció.

—¿Otro que nunca se cansa?—Jerall estaba molesto por tanta impertinencia.

Natsu dio un salto y se colocó al lado de este.

—No sé porque haces esto pero...voy a derrotarte—dijo con una sonrisa.

Jerall se echó a reír y llevó la mano a la cara.

—Es patético, eso será tu perdición.

Natsu y Gray se miraron y empezaron a liberar todo el poder que tenían sus cuerpos. El pelo de Gray se puso aún más en punta, ambos brazos se volvieron negros y sus ojos rojos, unas alas negras le salieron de la espalda y sus manos parecían garras. Mientras, los ojos del pelirrosa eran similares, sus manos eran como las garras de un dragón y las alas surgieron de su espalda. La piel de este se volvieron escamas duras como la de la bestia y unos rayos salían por todo su cuerpo al igual que el fuego.

—Oh, que interesante...—dijo este.

—Jerall—dijeron, de sus bocas salió humo blanco.

Mientras tanto, Lucy estaba preocupada por Erza, recordaba todo lo que le había contado sobre su relación. Si Jerall moría, ella se entristecería mucho y tal vez nunca sería la misma.

Continuara...

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top