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Natsu estaba en el suelo, había recibido una buena tunda por parte de Jerall quien sonreía maliciosamente, sosteniendo su pie en la espalda de este. Lucy estaba asustada, su mejor amiga estaba en el suelo herida mientras su mejor amigo había sido derrotado. Evitaba que siguiera saliendo más sangre, pero eso evitaba que pudiese luchar y si Natsu no había podido, mucho menos sus espíritus celestiales.

—Maldito...¿cómo te atreves a hacerla llorar?—dijo desde el suelo.

Jerall lo agarró de los cabellos y lo levantó hasta que las rodillas de este tocaban el suelo. Se miraron fijamente, él seguía sin perder su sonrisa.

—Me decepcionas, esperaba mucho más de ti pero ni siquiera vales como calentamiento—dijo antes de darle un manotazo y tirarlo de nuevo al suelo.

Lucy no veía solución, Jerall estaba fuera de su alcance en cuestión de poder y con ellos derrotados, no sabía que hacer. Por primera vez en mucho tiempo, sentía miedo, aquellos ojos y esa sonrisa de Jerall asustaban.

—Bueno, faltas tú, Lucy...dime...¿cómo deseas ser eliminada?—preguntó echándose a reír.

Sus carcajadas resonaban por las frías paredes del oscuro lugar. 

—¿Por qué haces esto?

—Por poder...necesito mucho más poder del que tengo.

Unos pasos resonaron por los pasillos.

—¿Uh?—el peliazul se giró, alguien venía.

A pesar de que estaba oscuro, las luces de las antorchas iluminaban una figura. Pero no se podía apreciar de quien era. 

—Este olor...—susurró Natsu esbozando una sonrisa.

Ante ellos apareció quien menos esperaban. Lucy también sonrió, Erza de haber podido hubiera hecho lo mismo pero por dentro estaba feliz de verlo allí.

La persona en cuestión estaba ahora de brazos cruzados, con la espalda pegada a la pared y con una sonrisa en su cara.

—Tuve la sensación de que algo iba mal—dijo.

—¡Gray!—dijeron Natsu y Lucy.

—Siento tener que ocupar tu puesto esta vez...Natsu.

Jerall lanzó un ataque mágico que falló ante su sorpresa. Natsu, aprovechando que lo tenía de espaldas, le lanzó con las pocas fuerzas que quedaban una llamarada que impactó en la espalda de este. Fue lanzado hacia adelante mientras soltaba un quejido.

—Esto por Erza—dijo serio el mago de hielo impactando un fuerte puñetazo en el estomago de este.

Luego, comenzó a darle una buena tunda de golpes físicos hasta que Jerall logró esquivar uno de ellos y echarse para atrás. Escupió sangre y cuando al posicionarse de nuevo para luchar, Gray pudo ver como sangraba del labio ya que un pequeño hilo caía de su labio hasta gotear al suelo.

Viendo que tenían poco espacio para usar magia, el combate se desarrolló a base de golpes. Gray que normalmente estaba acostumbrado a usar su magia, había aprendido a luchar cuerpo a cuerpo para casos donde no tuviera suficiente poder para utilizarla. Jerall tampoco se quedaba atrás ya que manejaba muy bien aquel estilo de lucha.

—Lucy...¿cómo esta Erza?—tenía un ojo cerrado por el cansancio.

—Esta bien, he logrado parar la herida. Ojalá estuviera aquí Wendy—contestó. 

Ella había hecho lo imposible con sus pocos conocimientos sobre medicina.

Natsu se arrastró como pudo hasta ella, quería comprobar personalmente como se encontraba la pelirroja que había perdido el conocimiento.

Unos hombres encapuchados, eran un centenar estaban cerca de la entrada de Magnolia.

—¿Es que todos los tipos raros tienen que venir aquí?—preguntó un anciana en su silla.

Vestían como Jerall y no parecían tener buenas intenciones. Gajeel se acercó hasta la zona, y no iba solo, sino con Laxus.  Habían sentido mucho poder, pensaban que se trataba de un enemigo poderoso, pero resultaba ser de muchas personas juntas.

—No me gusta pelear después de beber, pero parece que no queda otra—Laxus se crujió los nudillos.

—Puedo encargarme yo si quieres

—No, no te dejaré ese placer—dijo.

—Yo también lucharé—dijo Lily adoptando su forma adulta.

El anciano se levantó de su sitio y se puso entre ambos bandos. Justo enfrente de esos tres.

—Ah, como en los viejos tiempos—el anciano dejó el bastón en el suelo y dio un pequeño grito.

Ante el asombro de todos, ahora tenía unos grandes músculos. 

—Venid a por mi—dijo firme y sin miedo.

Los tres se miraron.

—¿De donde ha salido este?—se preguntaron.

Gray envió de un fuerte puñetazo a Jerall al exterior tras romper una pared. Ahora tenían más espacio para poder pelear.

—Ahora si te daré una buena—dijo liberando un aura azul de magia.

—¿Eso crees?—el color negro empezó a recorrer el cuerpo y cara de Gray.

Aprovechando el agujero, Lucy sacó a sus amigos de allí. Al sacar también la mochila de Erza, vio algo que le sacó una sonrisa. Era el comunicador de Erza, lo recordaba de haberlo usado Gray y ella en Tártaros.

Revisó sus contactos y dio con lo que buscaba. Una pequeña figura apareció tras la pantalla.

—¡Wendy, necesitamos  tu ayuda, Erza esta herida!—dijo.

—Voy para allá, seguiré la señal—contestó.

—Por favor...date prisa—colgó preocupada.

Erza estaba con un tono más blanco, a pesar de haber parado la hemorragia, no sabía como desinfectar la herida ya que no era un simple corta, sino hecho con magia, que era mucho más peligroso.

Con la ayuda de Tauro, cargó a ambos para poder llevarlos a un lugar mucho más apartado y seguro ya que estaban usando magia. A pesar de su fuerza, Gray parecía tener todas las de perder.

Regresando a la entrada de Magnolia, el anciano había derrotado a diez él solo. El resto empezó a usar magia y tuvo que ser ayudado por los tres quienes tras el shock inicial, comenzaron a usar todo su poder para derrotarlos.

El combate apenas duró quince minutos, todos estaban ahora en el suelo.

—Ha sido fácil...—comentó Laxus viendo los cuerpos.

—Si, demasiado.

—Es porque somos muy fuertes—dijo Lily volviendo a su tamaño de gato.

De pronto, todos comenzaron a levantarse. Era como si sus heridas no hicieran mella en ellos y todos portaban máscaras.

—¿Qué significa esto?—Gajeel se puso en guardia.

Todos se abalanzaron sobre los cuatro.

—¡Aquí vienen!—Laxus liberó toda la electricidad que pudo.

Mirajane vigilaba desde lejos, aquellos eran muchos incluso para Laxus y Gajeel. 

—Levy, tenemos que ir—dijo.

—Tienes razón—cerró el libro y ambas salieron a ayudar.

—Yo también voy—Makarov estaba deseando volver a hacerse gigante.

—Juvia irá, así podrá presumir a Gray-sama que venció a todos—dijo echando a correr.

Mientras, la gente se refugiaba en sus casas esperando no ser alcanzados por los ataques mágicos y deseando toda la suerte del mundo al gremio de Fairy Tail.

Continuara...


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