11

La nueva etapa en la vida de Erza Scarlet dio comienzo aquella mañana. Se levantó temprano como era costumbre en ella, se duchó, acicalo y desayuno antes de ir a la tienda de pasteles donde trabajaría a partir de ahora.

El lugar de trabajo era bastante moderno y amplío para ser una pastelería. Allí la esperaban el resto de empleados, dos chicas y un chico además del jefe. Le dieron la bienvenida y un pequeño delantal con una pequeña marca que indicaba que era una aprendiz.

—Esto se ve bastante bueno—casi se le caía la baba al ver algunos dulces.

—¡Erza!—dijo su compañero.

—¡Si!—se puso firme.

—¿Estás segura de que no nos llevarás a la ruina?

—Yo...yo no lo haré—dijo aún más firme.

Entonces escuchó una risa por parte de este.

—No estés tan tensa, pero no puedes comerte los pasteles o no venderemos nada—comentó.

—Si, solo miraba que tuvieran buena pinta y estuvieran bien.

Al principio como todo resultó difícil adaptarse a manejar los ingredientes y que quedasen bien. Pero con el paso de los días, resultó que tenía un don para esas cosas y sus pasteles se vendían tan bien que la tienda empezó a ganar mucho dinero teniendo a final de mes muchos beneficios.

—¡Por Erza!—brindaron estos.

Le montaron una pequeña fiesta para darle la bienvenida de manera oficial ya que temían que como había sucedido alguna vez, los aprendices acababan dejándolo o no servían para esa profesión.

—Se nota que sabe lo que hace, aunque tengo miedo de que nos deje sin comida—comentó este.

—Vamos Laxy, no seas tan duro con ella—dijo el jefe ya llevando alguna copa de mas.

Las dos chicas del grupo no paraban de preguntarle consejos para mejorar sus pasteles y ella no sabía muy bien que decir.

Al ver como todos estaban felices, esbozó una sonrisa. Su mente le hizo recordar la escena donde estaba con sus amigos, es como si los tuviera en frente: su jefe y su compañero eran Natsu y Gray. Mientras que las chicas eran Lucy y Wendy. Pero no le dio mucha importancia, su cuerpo ya estaba acostumbrada al trabajo y la vida de aventurera había quedado atrás.

Uno de esos días, recibió la visita de Natsu cuando ya habían cerrado.

—Lo siento estamos cerrados—dijo el joven.

—Vengo a ver a Erza

—¿Eres su novio?

—No, soy un amigo de Fairy Tail—contestó.

Ella al verle enseguida le dio un gran abrazo.

—¡Natsu!—dijo feliz de verlo—¿qué haces aquí?.

—Venía a ver como te iba todo aunque llego algo tarde

—Pues...me va genial, gracias a mis compañeros.

Ambas chicas cuchicheaban y luego se acercaron.

—Erza, ¿no nos presentas?

—Ah, perdón. Natsu, ellos son Laxy, Emily y Hana

—Un placer—dijo el mago de fuego.

Estuvieron un rato hablando sobre como se conocieron y algunas aventuras. Aunque ya era tarde y lo tuvieron que dejar, el mago quiso acompañarla hasta casa. 

—¿Cómo te va con Gray?, ¿aún peleáis mucho?

—Lo mismo de siempre, aunque ahora esta con Juvia

—Ya veo, por fin salen juntos—ella deslizó su mirada al suelo, esbozando una sonrisa recordando el momento donde el joven se puso la bufanda que ella había preparado para él.

El trayecto de vuelta se les hizo corto. Cuando quiso darse cuenta, ya estaban plantados delante de Fairy Hills. Ella miró entristecida el suelo.

—Bueno, debo volver a casa, me alegra verte Erza—dijo.

—Y yo también a ti...Natsu—este no supo reaccionar cuando ella le abrazó.

—¿Te encuentras bien?

—Si, solo es que...hace un poco de frío.

—Si, tienes razón...esta húmedo todo—dijo viendo como estaba casi todo mojado.

—¿Te gustaría pasar?.

Este aceptó porque tenía algo de hambre a pesar de haber cenado recién. No solo en su trabajo, sino que la pelirroja le dio un cambio a su casa dando un toque mucho más femenino y guardando todo lo relacionado con armaduras y aventuras pasadas en una habitación aparte.

Una brisa se levantó afuera y pronto comenzó una gran ventísca.

—Madre mía...que frío hace afuera...solo de pensar que me podría haber pillado—Natsu contemplaba todo desde la ventana.

—Puedes quedarte a dormir

—Gracias, la verdad es que no quiero andar con este tiempo.

El tiempo se les pasó muy rápido ya que comieron y bebieron un poco mientras recordaban anécdotas. 

—¿Alguna vez has pensado en regresar?.

Ante la pregunta de su amigo, se quedó mirando la chimenea mientras dejaba la copa a un lado.

—Si, pero enseguida se va ese pensamiento. Aunque Wendy, Lucy y Levy lo creen...no es por Jerall ni nada de eso. Es que estoy cansada y mi cuerpo ha sufrido demasiado en combate. Es por ello que me fui. Por favor no me guardes rencor alguno—dijo triste.

Él acarició su mejilla.

—No lo estoy...es solo que...te echamos de menos.

Erza abrazó de manera tierna al joven que solo correspondió el abrazo.

—Yo también os echo mucho de menos—dijo casi entre lágrimas.

Se quedaron un rato así hasta que Erza decidió separarse. Su corazón se aceleraba cada vez que sus ojos veían al mago.

—Natsu

—Dime

—Yo...

Algo le impedía expresarse, como cuando tenía un nudo en la garganta.

—¿Qué sucede Erza?

—Es difícil de explicar

—Bueno, tenemos tiempo.

Ella se acercó lentamente hasta él y le dio un corto y suave beso en los labios a Natsu quien abrió los ojos al ser besado.

—Me gustas—susurró ella.

Continuara...


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