Anexo 2
TRABAJO REALIZADO POR MARÍA JULIANA AYA DÍAZ, BASADO EN LA LECTURA DE CORAZÓN DE FOAMY.
Ella estudia en la Facultad de Derecho de la Universidad Militar Nueva Granada, de Colombia, y su trabajo titulado: "Mascotas: Antidepresivo. Suministrar cuantas veces se desee" fue evaluado como el mejor de su clase.
La novela Corazón de Foamy, escrita por Julio Miguel Choza en el 2018, fue ganadora de los premios Wattys 2018. Esta novela abarca muchos aspectos, a los cuales la mayoría de personas pueden verse expuestos, como las decepciones amorosas, pérdidas de seres queridos, cambios de ciudad, conocer nuevas personas; en general es una historia que pudo ocurrirle a cualquiera, pero la crème de la crème de esta narrativa es como el autor logra capturar la esencia de la mascota de Uriel y enseña al lector otro punto de perspectiva hacia los animales, definitivamente esta historia es transformadora sea quien sea el lector; Choza utiliza tanto comparaciones tan poéticas, como un lenguaje melódico, haciendo agradable leer cada párrafo del libro. La historia demuestra cómo una perrita puede llegar a sanar un corazón destruido y cómo a través de los obstáculos de la vida, Dios ayuda, de un modo u otro, que a veces en su momento es incomprensible.
Esta obra se puede analizar desde un punto de vista moral, en el cual sin importar lo mala que una persona pueda llegar a ser, siempre habrá algo que pueda hacer que cambie, como el protagonista de la historia, quien demuestra que lo único que hace falta para salir adelante es el amor. El amor sanador principal de la historia es el de la mascota de Uriel, Foamy, quien le brinda a Uriel su fiel amor, sin importar que al principio este no tenga mucha empatía con ella; a medida que va transcurriendo la historia, varios de los personajes encuentran redención por medio de un animal, como Uriel, Aparicio, Hamilton y Bryan, sin embargo, otras personas como Sonia, con todos los traumas vividos no sanan su corazón totalmente.
A veces las personas merecen una segunda oportunidad, tanto en el contexto del libro, como en el mundo real, se juzga a las personas por acciones que cometieron en el pasado, así que se toma el resentimiento y el no perdonar como una represalia hacia el sujeto, a pesar de que es el instinto natural del ser humano, y también es el camino fácil, no es la posición más moral que se podría llegar a tener. El coraje no se manifiesta al odiar una persona, se demuestra al aceptar que todos somos seres humanos que se equivocan, y perdonar, así como nos gustaría ser perdonados también.
Descripción de Personajes
Uriel
Uriel es un muchacho a quien no le gustan las mascotas, siempre con su tonalidad de sarcasmo e ironía. Es un joven responsable y dedicado, que con las vueltas de la vida tiene una gran transformación.
Foamy
Una cachorra con un gran valor, fiel, noble, siempre dispuesta a dar amor. Es una perra inteligente que resiste a todo lo que se le atraviese; es quien salva a Uriel de la depresión.
Aparicio
Un viejo de pocas palabras, a lo largo de su vida pasa por muchas situaciones que moldean su corazón; es alguien obstinado, un poco confiado, y es un hombre fe.
Pardo
Es un perro que demuestra que no hay que ser de raza para ser un buen amigo del hombre, al igual que Foamy es un perro fiel que haría cualquier cosa por proteger a los que ama y que no se rinde fácilmente.
Sonia
Es una señora cerrada, con una armadura puesta para protegerse, utiliza la seriedad y el silencio para evitar revivir su pasado; Sonia solo es una persona que sufrió en su pasado y no ha podido recuperarse.
Hamilton
Es un chico contemporáneo a Uriel en edad, pero es todo lo contrario físicamente. Hamilton pasa de, a penas soportar los perros, a sacrificar tiempo, dinero y su vida por ellos.
Lugar donde se Desarrolla la Historia
Aunque no hay datos certeros que informen al lector de la ubicación donde se desarrolla la historia, se puede concluir que el lugar donde vive Uriel es un pueblo; el cual tiene una iglesia católica, un hospital, campos verdes, un río, barrancos, un gran edificio, el más grande del pueblo, El Coloso. Es un pueblo que guarda un terrible secreto en su zoológico. Pero la historia no solo se desarrolla en este pueblo natal de Uriel, sino que también se extiende hasta las periferias de la ciudad donde vive Fátima, por lo que Uriel va hasta allá por su nueva mascota, allí hay una fuente y muchas alondras por la ciudadela, por eso se llamaba Fuente Alondra. Además, hay un último lugar donde suceden cosas y es en la capital, donde Uriel trabaja y vive en un apartamento junto con su amigo Bryan.
Recopilación de Corazón de Foamy
En el primer capítulo Uriel ama a Michelle, adora pasar tiempo a su lado, pero ocurre un inconveniente un día, discuten si Michelle debería o no tener un perro ya teniendo un gato. Uriel no es amante de las mascotas.
Estando los dos recortando fomi, discuten de nuevo, Uriel diciendo miles de razones de por qué es malo tener un perro en esos momentos, y Michelle contrargumentando que el amor todo lo puede. Michelle propone el nombre de Fomi para la nueva cachorra que le gustaría tener, Uriel sigue haciendo comentarios con su sarcasmo de fondo, a lo que su novia le refuta que el corazón de los perros está hecho de fomi porque por más que uno no les de lo mejor, ellos siempre nos devolverán algo hermoso. Michelle dice que le gustaría tener un corazón de fomi, pero Uriel vuelve a incluir uno de sus comentarios irónicos.
En el siguiente capítulo Michelle y Uriel terminan, lo cual afecta bastante a Uriel por el hecho de que ya tenía novio nuevo. Aunque no quería ir a la iglesia porque todos estos "ritos" le recordaban a su ex, fue por un amigo a quien se le había muerto un familiar que decidió volver a este lugar. Uriel tiene muchos sentimientos encontrados durante la misa; hubo un momento en el que siente que el sacerdote le habla indirectamente, diciéndole que la venganza no es buena y que para llenar el vacío debía conseguirse una mascota. Ante esto Uriel toma la decisión de adoptar un perro.
Retomando con el próximo capítulo, Uriel no encuentra donde adoptar un perro y piensa que se los ocultan; por otro lado, el abuelo de Uriel, don Aparicio se mudará con ellos. El abuelo y la madre de Uriel hasta hace poco se habían reconciliado, como al abuelo se le había quemado la casa, Sonia decide recibirlo en su casa.
La posibilidad de tener un perro estaba reducida, sin mencionar que la madre de Uriel repetía constantemente que ellos no estaban hechos para mascotas, tenía este presagio; una vez Uriel había acariciado la tortuga de su vecino Bryan y al día siguiente había escapado, esto hacía que Uriel creyese más lo que decía su madre.
Una amiga de Sonia llega a la casa, Fátima y tiene una conversación con Uriel. Doña Fátima le dice que recuerda que de pequeño le gustaba contar chistes, le pide que le cuente uno, pero Uriel no está en las condiciones de ser chistoso y le cuenta uno malo, se disculpa; la madre aparece y le cuenta a Fátima que está así porque recién terminó con la ex, su abuelo comenta que hay más mujeres por ahí, a lo que su padre reafirma. Fátima dice que es normal, que solo debe ocupar su mente, Uriel responde que ha pensado en adoptar un perro, aunque su madre se burla, Fátima lo apoya, finalmente la decisión queda en manos del abuelo quien da el visto bueno. Fátima consigue un cachorro con la sobrina y esa noche lo traerán.
Concluyendo el tercer capítulo y prosiguiendo con el cuarto, Uriel y Fátima se dirigen a conseguir el futuro cachorro de Uriel, quien contempla por la ventana el paisaje pensando en su nueva mascota; más tarde Fátima le platica acerca de su sobrina Mérida y la hija Alondra, se bajan del bus para tomar otro, cuando llegaron a Fuente Alondra Uriel conoce a Héctor, ellos se parecían bastante físicamente y por las decepciones amorosas que habían sufrido.
Termina el día hablando con la familia de Fátima y a la mañana siguiente va a la casa de Mérida por su mascota; al llegar ve que Alondra tiene el cachorro y ella está llorando, pregunta por qué, Mérida aleja a su hija y les explica que es porque él se la llevará a la cachorra, Uriel queda atónito cuando se entera que es hembra y trata de escapar de eso excusando que no puede quitársela a Alondra. Alondra por fin le entrega a la cachorra haciéndolo prometer que la cuidará; Mérida le da una información de la cachorra que impresiona a Uriel por las coincidencias que la unían a Michelle, como su fecha de cumpleaños, el mismo día que empezaron a salir, y su nombre, Foamy, Alondra se lo había puesto, el mismo nombre que Michelle quería ponerle a su cachorra.
A pesar de aquellas similitudes que le recordarían a Michelle, que serían sal en la herida, Uriel debe cumplir su promesa.
En el nuevo capítulo Foamy comienza a encariñarse con Uriel, pero el teme que la pueda odiar por recordarle el pasado; Uriel almuerza y se toma un café, después se devuelve para la casa de Fátima para tomar sus cosas y regresar a su casa. Yendo a tomar el bus, comienza a llover y Uriel nota que Foamy le teme a la lluvia, estando en el bus la carga en sus brazos y siente como se empieza a crear empatía.
Uriel sufre de bipolaridad con la perrita por los sentimientos encontrados; Uriel no descansa las dos primeras semanas, Foamy duerme en una caja a los pies de la cama. La perrita enfermó, así que Uriel la lleva al veterinario y entiende que debe luchar por ella. El veterinario la revisa y después de ver la tarjeta de vacunación dice que tiene un virus mortal porque no le colocaron una vacuna. El veterinario le aplica una inyección, pero según él ya es tarde; después de esto Uriel se lleva rápido a Foamy y se empieza a desangrar en el camino, cuando sale del local para de sangrar y la guarda en la caja, le promete que vivirá.
Un nuevo capítulo y febrero se pasa volando para Uriel, cuidar la cachorra lo tiene bastante ocupado, entre cuidado y cuidado Uriel va empezando a querer a Foamy. Su madre le dice que la cachorra morirá, pero Uriel sabe que cada vez está mejor, Sonia le dice que mejor se enfoque en su estudio, de un modo u otro la cachorra moriría, pero Uriel dice que se encargará de que sobreviva. A pesar de la presión constante de su madre, Uriel sigue tratando con amor a Foamy; Uriel cae en cuenta de que cuando entre a clase nadie cuidará a Foamy.
Foamy mejora más y más, Uriel cree que en parte es por el amor que el le ha brindado; la lleva al veterinario donde le inyectan vitaminas.
Con la recuperación de Foamy las vacaciones de Uriel pintan mejor, aunque su cumpleaños era un constante recordatorio de su ex, celebró el 4 de marzo su tercer mes y le compró una torta.
En el séptimo capítulo Hamilton y Uriel se ven un día antes de entrar a clases, al enterarse de que tiene un cachorro le dice que es curioso como antes se quejaba de las mascotas de su ex y ahora tenía una. Hamilton y Uriel platican de cómo se irán al día siguiente a la universidad.
Después de un mes Foamy ya no duerme dentro de la casa, duerme en el patio en una casa que Uriel le construyó. Aunque Uriel se encargaba de Foamy en la tarde, cuando llegaba siempre había destrozos que él tenía que reparar. Con Foamy se creó un pasatiempo interesante, a Uriel le gustaba escribir guiones, mientras que ella se encargaba de recoger los lápices que se le cayeran y entregárselos.
En una ocasión Uriel tiene que irse caminando a la universidad y Foamy se escapa tras de el, entre varios intentos por hacer que regresara se va a la universidad y cuando llega se da cuenta de que todavía lo seguía, así que la deja en el portón, cuando termina clases y regresa se da cuenta de que ella lo sigue esperando, una muestra más de su fidelidad.
Los padres de Uriel le dicen que le dará varios problemas, pero sí abuelo lo apoya y se ofrece para ayudarlo en las mañanas, lo abrazó y Foamy se dio cuenta que el abuelo era una persona a quien debía querer, aunque es amistad traería consecuencias porque un domingo Foamy no aparece.
Comenzando un nuevo capítulo los domingos Foamy era quien despertaba a Uriel, dormía hasta tarde y su desayuno era café con pan en una taza de Coraje, negra cuando estaba fría y con la imagen cuando estaba caliente. Aquella costumbre se había vuelto algo tan importante entre Foamy y Uriel, porque Foamy sabía que sí había café había pan. Esa mañana Foamy no lo había levantado porque estaba en misa con el abuelo, lo que le da celos a Uriel. El abuelo le dice a Uriel que debería ser el quien llevara a Foamy a la misa, pero Uriel no quiere porque le recuerda a Michelle.
Sucede algo malo Foamy llega sin el abuelo porque a este lo habían golpeado e intentando Foamy ayudarlo también la golpearon. El abuelo decide ya no salir más, Uriel cree que todo volverá a la normalidad, sin embargo, a la mañana siguiente Foamy no aparece tampoco; cuando Uriel la va a buscar se da cuenta que ella se fue con una señora, Sandra la mamá de Bryan, Uriel le agradece, pero no entiende porque se fue con ella, Sandra le dice que a Foamy le gusta ir a la misa y que Uriel debería considerar ir a la misa con ella.
En el siguiente capítulo, al ir al templo Uriel ve a Michelle y su nuevo novio, al principio le molestó, pero Foamy acaparaba toda su atención, cuando Michelle ya no le importó se dio cuenta que todas las coincidencias en Foamy habían sido puestas para que sanara sus heridas. De camino a casa Foamy y Uriel jugaban en un campo.
Cuando Foamy tuvo el primer celo Uriel llamó a Héctor en busca de ayuda, él llegó con un perro de él para que se apareara con Foamy. Héctor dice que cuando nazcan las crías, las vende y le da dinero a Sonia, pero Uriel le dice que él no las venderá.
Foamy no quiere estar con Tonky y le gruñe; un día de escapan los perros, Uriel sale y se da cuenta que su perra está con otro perro de la calle, quien la conquistó. El abuelo le dice que habían jugado un par de veces, pero por más que Uriel intenta comprender el vínculo que pudieron crear le da asco la escena. Uriel ve esto como una falta de respeto y cuando la mira a los ojos, siente que le pide perdón la perra, y es cuando comprende que para perdonar a Michelle tiene que aprender a perdonar a su mascota.
En el próximo capítulo, con el embarazo de Foamy Uriel entiende que la vida tiene muchos cambios; con esta nueva experiencia Uriel y Foamy crearon un nuevo vínculo padre e hija. La habitación de huéspedes fue adecuada para el parto de Foamy, todo estaba listo. A Foamy la llevan al veterinario para ver cómo está ella y cuantos cachorros tendrá, después de que la revisan, el veterinario le dice a Uriel que tendrá 4 cachorros, aparte le da otras indicaciones sobre la comida. El resto de los días hasta el parto, Uriel ya llevó a pasear junto con su abuelo. Cuando llegó el parto todo salió bien, dos de los cachorros se parecían a la mamá, otro al papá callejero y el otro a Tonky, no sabe cómo llegó a suceder, pero ocurrió.
Las cosas se pusieron feas cuando antes de que terminará el primer mes, después del parto se mueren los tres cachorros y solo queda Pardo, el hijo del perro callejero; Uriel lleva a Pardo al veterinario, donde le indican que la muerte de los otros cachorros no tenía nada que ver con un mal cuidado, ahí es cuando Uriel empieza a creer lo que le decía su madre, no estaban hechos para los animales. A pesar de eso, ver a Pardo y a Foamy vivos todavía le daba un gran apoyo.
En el onceavo capítulo, debido a la navidad llegaron fuertes lluvias, trayendo alergias a las personas y a las mascotas, Foamy había enfermado. La familia de Uriel tenía la tradición de hacer las reuniones familiares en su casa, a las cuales ya no asistía desde los 15 años.
Pardo terminó viviendo con Uriel, su madre no puso problema, aquel perro era temeroso, pero defendía a los suyos, más que todo a su madre, cuando enfermó.
Debido a los desastres de la lluvia, mandaron una camioneta para que los recogiera y los llevará a otro lugar para celebrarlas; Uriel no puede llevar a los perros así que decide dejarlos con su abuelo. De un modo u otro, sin saberlo, los perros se escapan y empiezan a perseguir la camioneta, Uriel le pide a su padre que detengan la camioneta varias veces, pero no le hace caso, le dice que ellos tendrán que devolverse cuando lleguen al Coloso, pero al pasar la camioneta el edificio, Uriel observa que solo viene Pardo, sin su madre. Hay un carro trancando la vía así que la camioneta para, Uriel aprovecha y le pide al tío que espere hasta que llegue Pardo, para su sorpresa su tío accede con todo gusto; cuando llega Pardo, Uriel lo sube a la camioneta, lo abraza y lo consuela, pero no puede parar de pensar en Foamy.
Continuando con otro capítulo, Uriel tiene que quedarse la noche allí, pero se queda despierto en la camioneta con Pardo toda la noche, pensando en Foamy, llorando, pensando en todas las lecciones que le ensañaba la luna en ese momento. A la mañana siguiente se escapa para buscar a su perra, toma un autobús que lo lleva hasta el Coloso, donde lo espera Hamilton en la camioneta; Uriel seguía en trance cuando Hamilton lo saludó, le dice que lo ve muy mal y que lo llevará a la clínica, Uriel reacciona y le dice que no, le explica todo y le pide que lo ayude a buscarla, Hamilton no puede creer que lo haya llamado para eso, pero Uriel le suplica y Hamilton los deja subir; Uriel le empieza a contar los pormenores de tener un perro, Hamilton se conmueve y decide ayudarlo a buscar a Foamy. Cuando llegan a casa su abuelo se ve igual de mal, este le pregunta si solo viene ellos dos, Uriel y Hamilton hacen una búsqueda por todos los lugares sin encontrar nada, Hamilton le aconseja a Uriel que descanse y lo intenten por la tarde, pero Uriel quiere poner un anuncio, sin embargo, Hamilton insiste en que no puede poner un anuncio en ese lugar.
Uriel y el abuelo descansan y Uriel sigue su búsqueda por la tarde, a pesar de hacerla meticulosamente, no encuentran nada. Esa noche Uriel le oró a Dios y la tranquilidad que obtuvo le permitió dormir bien. A la mañana siguiente Uriel se alista para seguir buscando, pero escucha ladridos en la puerta, era Foamy, sucia y enferma, pero con un lápiz en la boca.
En el nuevo capítulo, Uriel le cuenta lo que pasó a Hamilton, le dice que la explicación de todo eso es que ella lo ama, Hamilton no entiende hasta que Uriel le explica el pasatiempo que los dos tenían cuando él trabajaba.
Después de lo que sucedió hubo paz por un tiempo, sin cuadrarlo se llegó a la conclusión de que Pardo era del abuelo y Foamy de él. Los perros callejeros empezaron a desaparecer, los dueños debían tener sus perros con collares porque una asociación los estaba capturando, Foamy no ponía problema por el collar, pero Pardo sí. El abuelo se levanta un domingo y se alista al mismo tiempo que Uriel se alista para ir a misa, como si fuera a hacer los mismo, Uriel se preocupó por lo que le podría pasar y le pregunto si no le daba miedo salir, pero Aparicio dice que prefiere morir libre.
Aparicio empezó a salir custodiado por Pardo no solo los domingos; un día le llega la noticia a Uriel de que habían golpeado a su abuelo, Sonia llora al enterarse que su padre no volverá a caminar de nuevo, luego se dirigen al hospital donde estaba el abuelo, Uriel piensa y buscando nota que Pardo se había ido sin el collar.
Comienza otro capítulo, Aparicio al hablar con Uriel le pide que busque a Pardo de inmediatamente. Uriel no sabe por dónde empezar, sus pensamientos no lo dejan pensar claramente, sino es hasta que se cae y se golpea que lo entiende, alguien debió asistir a Pardo, así que Uriel vuelve al hospital y pregunta si alguien sabe sobre el perro, le dicen que lo llevaron a una clínica veterinaria fuera de la ciudad. Después Uriel va a contarle la noticia al abuelo, quien por su parte le cuenta lo que había ocurrido, se había encontrado con viejos enemigos, quienes lo habían acorralado, Pardo intentó defenderlo, pero ambos salieron lastimados; Aparicio le dice a Uriel que debe buscar a Pardo e impedir que lo lleven a una perrera.
En el siguiente capítulo, Uriel vuelve a casa y le pide el favor a Hamilton de cuidar a Foamy, luego recolecta pruebas que demuestren que es el dueño de Pardo. Toma el bus y se baja en la última parada para tomar un taxi hasta la clínica. Cuando llega entra a la recepción, después lo llevan a donde estaba y le dicen que había quedado parapléjico, ve una revista con sillas de ruedas para perros, eran costosas, como sus padres ya tenía gastos suficientes con el abuelo, Uriel tendría que vérselas por sí mismo. Después de regresar a la ciudad, Hamilton y el abuelo, al enterarse de lo que había pasado deciden ayudarle con la deuda. A medida que el tiempo pasaba, Uriel se daba dando cuenta de que esos perros se habían vuelto sus hijos.
Los hijos de Aparicio se lo habían llevado, Uriel había conseguido trabajo en la capital, pero en el apartamento no lo dejaban tener perros, deja a Pardo con Hamilton quien había conseguido trabajo en la ciudad. A pesar de la gran ayuda de su amigo, Uriel no sabía con quién dejaría a Foamy.
Uriel tenía tanto trabajo que no le quedaba tiempo de solucionar lo de Foamy, en el fin de semana Uriel regresa, pero una semana es mucho para su madre con la perra, le dice que se encargue rápido o si no la regalará, Uriel deja de insistir; su perra sale a saludarlo emocionada. Uriel prepara café dos veces solo para recordar la rutina que tenían ellos dos, extrañaba eso. Sonia le entrega una carta que su abuelo le dejó antes de morir, en la cual le dice que en el mundo hay maldad, pero siempre habrá algo bueno que sacar, también le dice que quizás sus padres tenían una razón para ser así con las mascotas, de paso le pide que le encuentre un hogar a Pardo; el abuelo le confiesa que trabajó en el zoológico, pero cuando renuncio tenía pruebas para denunciarlo, por eso las amenazas, Aparicio le dice que su amigo Hamilton estaba con los malos, que mantuviera a Pardo alejado de él.
Uriel quedó mu confundido por la carta, llama a Hamilton buscando explicación, cuando él llega a su casa Uriel se da cuenta de que Pardo tiene una silla nueva, le confiesa algo a Uriel, antes trabajaba con el zoológico, pero al ver lo que había pasado con Aparicio piensa en denunciarlo, por lo que queda bajo amenaza, ahora Pardo es su mejor amigo y le pide perdón a Uriel. Uriel le pregunta que qué es lo que ocultan, pero Hamilton no le puede decir porque está en riesgo.
En este capítulo Uriel no puede dormir esa noche, a la mañana siguiente Foamy lo despierta porque quiere ir a la iglesia, Uriel espera encontrar una respuesta de ayuda en la iglesia y de paso jugar con Foamy de regreso. Cuando llega a la iglesia no ve a Michelle y se queda pensando en esto toda la misa, se da cuenta que lleva bastante tiempo sin enamorarse y decide hacerle caso a su abuelo y darse otra oportunidad con alguien. Cuando termina la misa Uriel y Foamy juegan en el campo, Uriel sabe que tendrá que separarse de Foamy así que empieza a llamar a sus conocidos para cuidar a Foamy, pero ninguno está disponible; Uriel le pide a Bryan que le ayude a llevarla y ocultarla en el apartamento, Bryan se niega y le dice que le diga a sus padres que les dé una semana más y que mientras Uriel está en las capacitaciones él cuidará a Foamy el fin de semana.
Cuando Uriel vuelve al trabajo se choca con una chica demasiado hermosa, Verónica, mientras recogen los papeles hablan y quedan en salir el viernes; con el transcurso de la semana se van conociendo más Verónica y Uriel, él deja de pensar en Foamy por pensar en la muchacha, deja a su perrita en segundo plano.
Mientras están en la cita empiezan a hablar, ella dice que no le gustan los animales y Uriel dice que a él tampoco, luego piensa que puso en tela de juicio el amor que decía tener hacia su mascota; a Uriel le entra una llamada de su madre, pero no contesta, más tarde intenta comunicarse y no hay respuesta. A la mañana siguiente le entra una llamada de Bryan, quien le dice que Sonia ha regalado a Foamy.
Terminando los capítulos, Uriel falta a sus capacitaciones por ir a rescatar a Foamy; durante el camino Uriel le pide perdón a Bryan por lo que había pasado con la tortuga, pero él le dice que no fue su culpa. Bryan se duerme y Uriel contempla el paisaje igual que en el viaje de aquella noche lluviosa con Foamy.
Cuando Uriel llega a casa su padre le explica que un gato había interrumpido en la casa, por lo que empezó a dejar sus necesidades para marcar territorio; Uriel se da cuenta que, así como el gato invade el hogar físico de Foamy, Verónica estaba invadiendo el hogar metafísico de Foamy, Uriel. Su padre le dice que Sonia había regalado a Foamy, Uriel llora y dice en voz alta "¿Pero... porqué mi madre es así?", su madre lo escucha y le dice que no los odia, le cuenta su historia, su padre, don Aparicio había llegado borracho un día y debido a que Bobby, la mascota, había tratado de defender a la madre, Aparicio le había disparado.
Bryan está en la puerta esperando a Uriel para buscar la perra, llegan hasta un barrio que queda cerca de unos barrancos; Uriel ve a Foamy cerca de una casa amarrada, cuando trata de desatarla aparece un señor que les dice que si se quieren llevar la perra deben devolverle el dinero que había pagado, Uriel dice que los espere aquí y que ya vuelven, pero cuando vuelven ya no está el señor, al ir en la camioneta de Hamilton, que los había recogido, Uriel dice que se cansó y les pide que le digan que es lo que pasa en el zoológico, Bryan sin tapujos le dice que alimentan a los cocodrilos con los perros.
Concluyendo el penúltimo capítulo, Uriel tiene mucho miedo, Hamilton los deja cerca del zoológico, Bryan y Uriel entran al zoológico como clientes y el plan era que mientras Bryan distraía al cuidador, Uriel liberaría a los perros. Bryan le sube a la música del zoológico para que no se escuchen los ladridos de los perros, Uriel los saca y con comida hace que lo sigan, pasan una casa por el patio y llegan a la calle, donde Hamilton los estaba esperando en la camioneta; Uriel y Foamy se bajan en su casa mientras que Hamilton y Bryan llevan los demás perros a un lugar donde rescatan animales.
Uriel no pierde su trabajo porque Verónica lo cubre, así que Uriel decide que lo mejor es dar en adopción a Foamy para que alguien pueda cuidarla ya que él no puede. Uriel hace un anuncio con fomi para la adopción, comienza a recordar aquella platica que tuvo una vez con Michelle acerca de tener una perrita con ese nombre. El domingo Uriel fue a misa y puso el anuncio en la iglesia, después salió a jugar al campo con Foamy por última vez.
Estando en la casa esperando que alguien apareciera, alguien tocó la puerta, era Michelle, le dice que ha venido por dos cosas, la primera decirle que le deje cuidar a Foamy y la segunda pedirle perdón por lo que hizo; Uriel la perdona y le pregunta para qué quiere a Foamy, Michelle le dice que el novio no la había dejado tener un perro y que ahora que habían terminado era el mejor momento para tener uno, además agradece que la haya llamado así, Uriel le comenta que no fue él, sino que la vida le había jugado muchas pasadas, por las cuales había aprendido el verdadero amor con Foamy. Michelle llora y Uriel siente compasión, ahí es cuando se da cuenta que sus heridas por fin habían sanado.
Uriel decide dejársela a ella y le da una maleta con todas sus cosas; Sonia le dice que la mejor noticia es que ella se quede con Foamy, a lo que Uriel le dice las mismas palabras que Michelle algún día le dijo a él, da un discurso de como el amor supera los obstáculos, como las personas tiene sus altibajos y que solo necesitaban amor para salir adelante; Sonia se conmueve y al sentir que llorará se retira. Para terminar Michelle le pregunta si ha comprobado si el corazón de Foamy es de fomi, y Uriel le dice que ha podido comprobar que se puede tener un corazón de fomi al igual que su perrita. Michelle se lleva a Foamy, quien cumpliría su propósito de nuevo, rescatar a alguien de la depresión.
Las Mascotas como Antidepresivo
Aunque hay varias personas que no comparten la misma idea de que los animales se convierten en mucho más que eso, es importante que la gente sea consciente de que el tener un perro como mascota es una gran fuente de apoyo para el dueño, estos animales son aliados que sin importar qué, darán todo de ellos por seguir siendo fiel a sus dueños. Hoy en día se ha visto una creciente en el porcentaje de personas que sufren de depresión, la tecnología podría ser un causante de ello más que todo en los jóvenes, con la necesidad infinita de ser aprobado por la sociedad, muchas veces la depresión llega a afectar una persona de tal manera de afectarle físicamente. Patient Education "Ciertas sustancias químicas del cerebro afectan no solo su estado de ánimo, sino también su cuerpo. Por eso, la depresión no solo le hace sentir desanimado, también es posible que se sienta mal físicamente." La depresión es un problema serio que debemos tener en cuenta como problema mental y físico, hay muchas medidas para controlarla, tomar pastillas, ir al psicólogo o psiquiatra, ir a terapia, pero una de las soluciones más efectivas es tener un perro, debido a que es un compañero que brindará amor la mayoría del tiempo, dependiendo la crianza que tuvo; el tener un perro puede arreglar el corazón y por consecuente, problemas físicos.
Maldonado (2019):
"Existe evidencia de que los perros representan una fuente importante de apoyo social, disminuyen la presión arterial, por lo cual reduce problemas cardiovasculares y el riesgo de sufrir un ataque cardiaco. De igual manera, un perro puede ofrecer apoyo emocional, da una sensación de bienestar y resistencia psicológica, de manera que ayuda a reducir la depresión y ansiedad."
Pág. 4
Como lo dice Maldonado, hay patologías como la hipertensión que se pueden sobrellevar teniendo una dieta saludable y haciendo ejercicio, pero también teniendo un perro ya que estos ayudan a disminuir el estrés de la persona, evitando problemas serios como cardiovasculares y ataques cardiacos como lo menciona Maldonado. Definitivamente un perro es un antidepresivo multifunción, porque ayuda a la salud mental, ayuda el estado emocional y el bienestar del cuerpo.
Por otro lado, hay personas que no lo ven de este modo, que al mirar un perro solo ven un estorbo, una responsabilidad, una fuente de enfermedades y obligaciones, lo ven más como una carga que como una ayuda. Hay muchas personas que se quejan de las posibles enfermedades que pueden portar estos animales. KidsHealth (2012) afirma que algunas enfermedades transmitidas por los perros y gatos pueden ser graves, como la infección por Campylobacter, la enfermedad por el arañazo de gato, la rabia, la fiebre maculosa de las montañas rocosas, la tiña, la toxocariasis, la toxoplasmosis, y las infección transmitidas por mordeduras de perros y gatos; aunque dice que las mascotas son una gran experiencia para los niños, también tiene en cuenta los riesgos de tener una si no se tiene el debido cuidado con las enfermedades que porta. Teniendo en cuenta esta información, es comprensible que algunas personas se quejen bastante por las enfermedades y culpen a las mascotas, generalizando a todas ellas; sin embargo, no se puede culpar a los animales, algunos de estos han adquirido las enfermedades por descuido o por ser callejeros, lo correcto sería tener un control de las enfermedades de las mascotas que ya se tienen o que se tendrán, así se atacaría el problema y no el individuo.
Para finalizar, se puede llegar a la conclusión de que tener un perro tiene sus ventajas y sus desventajas, pero pesa más lo positivo; son un gran recurso para mejorar la vida de niños, jóvenes, adultos, ancianos, cualquier persona que esté pasando por un mal momento. Las enfermedades que transmiten se pueden controlar y llevar una buena relación con las mascotas en el hogar; por otro lado, son más propensos a curar enfermedades que causarlas, todo depende del cuidado y atención que los dueños le den a sus mascotas.
Referencias
Choza, J.M. (2018). Corazón de Foamy. Recuperado de
Webgrafía
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