Capítulo 28

Esta mañana antes de ir al Instituto me encuentro en el piso, tirada y dando arcadas de los nervios. No he dormido en toda la noche. Esa nota, esa maldita nota. ¿Qué hice para que sucediera todo esto? ¿Salir con Owen? No creo, sinceramente, que haya sido por tal hazaña.

Entonces, vuelvo a recordar que no estoy bajo su protección, y que poco me puedo defender con mi naturaleza de simple humana en ese mundo hostil donde él vive.

Y ahora, su mundo consume el mío. Lo carcome haciéndolo cenizas.

Bueno, sé que ese pensamiento es exagerado pero, ¿y la normalidad dónde quedó? Ah, sí.

En el pasado.

No me arrepiento de Owen, ¡por supuesto que no! Pero aun no entiendo por qué me quieren a mí. ¿Qué buscan? ¿Será algún ángel caído que se quiere vengar de Owen porque le sacó las alas, y se intenta desquitar con él a través de mí?

Eso sería un ángel caído psicópata.

Sin querer pensar más sobre el tema, recojo mi cabello en una coleta que luego desarmo desganada. El reflejo me devuelve una Emma ojerosa y con un miedo notable en su mirada. Con la piel más pálida de lo normal y el cabello hecho una maraña.

Rayos, sí que me veo terriblemente mal.

«Debo prepararme ―pienso―. Hoy iré con las chicas a ver una película. A pasarla bien. A ser una adolescente ordinaria, de un mundo ordinario y sueños ordinarios ―tomo mi peine nuevamente y comienzo a pasarlo con fuerza sobre mi cabellera miel. ―¿Chica ordinaria? ¡Já! Claro ―río internamente de una forma irónica. Humor negro, bienvenido sea―. Ni yo me lo creo».

Hoy mi padre no me puede llevar con el auto, así que debo ir en bus. Genial. Llegaré al colegio en dos siglos y medio.

¿Algo que no me gusta para nada de los buses? ¡Te pasan de largo y muchas veces no paran! Por esos motivos a la mañana mi padre me lleva. Como no vivo en el centro, no pasan muchos colectivos cerca de mi casa. Y los pocos que sí son lentísimos.

Será un día contradictorio: estará todo tan normal que esperaré que algo salte para atacar. ¿Tiene sentido? Pues, luego de lo ocurrido, creo que muchas cosas carecen de él.

Luego de esperar veinte minutos en la parada, el bus llega cargado. Viajaré parada todo el recorrido. Tomo mis auriculares y me adentro en otro mundo dónde un cantante lamenta un amor perdido, recuerda el pasado y descubre que todo puede cambiar por una mirada.

Canciones cursis. Justo lo que uno necesita. Uff.

¿Soy la única persona que se divierte mirando a la gente en el colectivo? Pues vale, al menos de mis amigas, sí. Salvo que se trate de algún chico lindo para ellas, si no pueden estar hablando de alguien que justo se encuentra a su lado y no se dan ni la más remota cuenta de quién es.

Una niña cabecea en los brazos de su mamá, tiene rostro de angustia. Atrás de ellas, un anciano lee un periódico mientras un adolescente escucha música moviéndose al ritmo.

Veo lo que uno puede imaginarse a las mañanas: ojos caídos, sueño, personas que tienen tos.

Eso hasta que me topo con alguien que no parece mucho más grande que yo... incluso se podría decir que tiene mi edad, tal vez unos años mayor... Su cabello es negro azabache, y sus ojos... verdes. Tan verdes y despiertos que parecen irreales, fuera de lugar. Y no solamente eso, están fijos en mí; examinándome al tiempo que aumenta mi miedo y ganas de bajar del vehículo público.

Corro la vista rápidamente, y al echar otro vistazo, él ya no está.

Aunque, a pesar de eso. No me olvido de sus ojos. Y su semblante...

Le conozco.

Las horas en el colegio pasan como aviones por el océano, un toque de suerte a mi favor supongo, ya que quiero terminar con éste día.

O tal vez... demasiado rápidas, haciendo que llegue la noche más de prisa y me encuentre sola en mi dormitorio.

Y vengan a por mí.

He pensado ir a lo de alguna amiga, o invitar a alguien a casa, solo que luego me contradije porque esa sería una mala decisión, ¿ir a lo de otro y dejar en peligro a mi familia? ¿Poner en peligro a una amiga?

Ninguna de esas dos posibilidades es una opción.

Es irónico como una sola cosa puede perjudicar u obstruir todo.

Y para colmo esos ojos en el bus a la mañana, esas facetas, yo las conozco; las he visto... Le he visto a él. ¿Será el que me está acechando?

Hey, Emms. ¿Qué te pasa? ―pregunta Celina―. No pareces estar aquí.

―Eh... Nada Celly ―suspiro y me froto los ojos, tengo sueño ―. Solo estoy cansada...

―¿Has estado escribiendo?

Oh, ojalá fuese así. Estoy a punto de mentirle pero una delatora e intrépida lágrima sale de mis ojos. Y luego otra, y otra. Y cinco más. Comienzo a llorar delante de toda la clase. Intento cubrirme pero ya es demasiado tarde; curiosos observan con o sin disimulo hacia nuestro asiento.

―¿Qué ocurre, Emmita? ―grita Carla, burlándose de mí―. ¿Owen te dejó y ahora te encuentras sola? ¿O te viste al espejo hoy y te arrepientes de haber nacido?

―Para mí que lo segundo, Carlu ―exclama alguien malicioso―. ¡Te ves terrible, Raremma!

―¿Qué pasa? ¿La llorona volvió? ―oigo una voz irritante y aguda, sin querer escuchar más nada.

―¡Hey, métanse en sus asuntos! Puede ser grave ―me defiende alguien.

―¡Déjenla en paz! ¿Acaso no tienen vida?

―¡Ella no tiene vida!

―¡Basta ya! ―grita el profesor― Señorita Cusnier, vaya al baño a lavarse la cara. Acompáñela, Casas.

―¿Ves, Emma? Dice que te limpies la cara para no decirte que te la quites ―Carla habla con su tono de superioridad arrogante.

―Y tú ―continúa el Sr. Jefferson―, Carla Squelova, acompáñeme a dirección o pídale perdón a su compañera. ¡Ya hemos hablado sobre las burlas en el acuerdo áulico!

―¡No le diré perdón a esa friki! ¡Nunca en mi vida haré ello!

―Entonces la espera la directora y una notificación en su cuadernillo.

―¡Cómo sea! ―protesta Carla, levantándose del banco y saliendo enfurecida por la puerta.

Espero uno segundos para salir de mi banco, intentando secar todas mis lágrimas y rastros de que he llorado, aunque sé que eso es inevitable. Salgo del aula antes de que alguien más diga algo, bueno o malo, y Celina me sigue el paso.

―¿Estás bien? ―susurra sacando un pañuelo descartable.

―Sí ―digo―. Quiero decir, estoy...

―Mal, triste... ¡vamos, Emma! ¿Me intentas mentir? Es razonablemente obvio que te pasa algo.

―¿Entonces para qué me preguntas si ya lo sabes? ―le digo, un poco dura. A la defensiva.

―Porque no voy a obligarte a que me digas qué te pasa, nena. ¡Y cuida ese tono conmigo! Acuérdate que no soy Carla-boba.

Guiña un ojo y me hace reír. No puedo contarle qué pasa, no debo decirle nada de ello. Pero muero por hablar, porque alguien sepa. ¿Y si le digo sin que nadie sepa? ¿Cómo hago para ocultárselo a Owen luego? De tan solo pensarlo, me siento enferma. No puedo, ¿tan difícil es no hablar?

Pedimos las llaves del baño en el lugar de la limpieza y cuando llegamos Celina cierra la puerta.

―¿No quieres decirme?

―Quiero, Cel. Prometo que quiero decirte, pero no puedo. Yo...

―¡Espera! ―me acalla― ¿Owen y tu tuvieron sexo, cierto?

―¡Celina Casas, por supuesto que no! ¿Qué dices?

Ella se encoje de hombros. ―No sé. Solo decía que si no me quieres contar...

Arrugo mi nariz. ―Bueno pues, no. No hemos tenido... eso.

―¡Perfecto! Porque estaba a punto de darte un sermón, cariño.

Ambas soltamos unas pequeñas risitas. Voy hacia el lavado sin verme la cara y la enjuago. Me siento expuesta por haber llorado delante de todos.

Y no lo resisto más.

―Owen es un ángel, Celina. Es un ángel.

―Sí, sé que es muy bueno... Y que ahora que se fue, le extrañas. Pero, ¡hey!, sonríe, ¡estamos nosotras! ¿O nos has olvidado?

―No, no. Es que él... Sí ―me rindo―. Yo le extraño.

―¡Ya no le extrañes! ―me empuja.

―Celina, pero él es... ―comienzo a decir nuevamente. Ella no me piensa escuchar.

―¡Nada de excusas! ―me interrumpe. ―Ahora la pasaremos genial, ¿vale? ¡Así que olvídate de todo lo demás y no seas tan dependiente de alguien!

―Vale...

Si tan solo supiera qué ocurre realmente.

¡Hola!

¡Pregunta! Para ustedes, ¿quién es ese muchacho?

Se ha roto el teclado de mi ordenador y he decidido dejar el capítulo por aquí porque no sé cuándo pueda reparar las teclas. :'( 

Espero que les haya gustado el capítulo (aunque sea algo enclenque) ¡Los quieroo!

-Bri.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top