Al despertar mi visión tarda en acostumbrarse a la luz del día. Me remuevo lentamente entre las sábana. Hoy no tuve sueños raros. Hoy dormí con una sensación de estar flotando, volando por el cielo. Y Owen aún sigue allí. Sus ojos están cerrados y su respiración es profunda. Su pelo está totalmente despeinado y tiene un par de marcas en la piel producto de la pelea con Oracles. Es hermoso. Y no puedo creer que él sienta algo por mí, ¡o sea, joder, mírenlo! Podría ser tranquilamente un modelo. Y además de su belleza... es un ángel. Sí, un ángel, y me quiere.

¿Esto es un sueño? ¿Estoy metida dentro de un libro?

Observarlo mientras duerme hace que parezca... ¿Un ángel? ¡Ya lo es! No me creo que lo sea. Los ángeles son solo historias, no existen... bueno, o eso creía antes. Como sea, su rostro está relajado y sus labios se mueven cada tanto. Esos labios hermosos, delicados y rudos a la vez. ¡Y ahora estoy pensando en el beso! Mis mejillas se sonrojan al recordarlo...

―Buenos días ―murmura Owen mirándome.

Mierda, me encontró observándolo. Su mirada es serena, líquida. Hoy sus ojos son más azules. Su mano somnolienta roza mi mandíbula.

―Buenos dí... ―Owen se apresura a mí y me da un gran beso. Riéndose por mi sorpresa. Sus labios se juntan con los míos en un acto de ternura― ¿...as? ―termino la frase, y él se ríe aún más.

―Ahora sí son buenos ―se sienta, ágil, en mi cama. ¿No le dolerá algo por la pelea?, me pregunto―. ¿Qué piensas hacer hoy, Honey?

―No lo sé. ¿Qué tienes en mente?

―Preséntame a tu familia ―me dice rápidamente.

―¿Qué? ¡No! Es... eso...

―¿Por qué no? ¿Quieres ocultar a tu sexy novio?

Novio. ¿Es mi novio? ¿Soy su novia? ¡Oh! Owen es mí... ¡Mi novio! Esa palabra quiere decir que vamos en serio, y eso es extraño. No pensé que tendría un novio. No pensé que me enamoraría de alguien como él. Y mucho menos pensé que me enamoraría de un ángel... que no sea un personaje literario, claro.

―¿Entonces... soy tu...?

―¿Novia? ¡Claro que lo eres! ―Me tira contra él en una forma juguetona. ―Sabes... yo no beso a todas las chicas guapas que se me aparezcan. A lo que vamos...

―¿Y la pelirroja? ―pregunto, ahora seria.

―Mmm, ¿sigues pensando que yo te haría eso, Emma?

Su pregunta me deja perpleja. ¿Debería dudar de Owen, realmente ahora qué sé su verdad bastante... turbia y fantasiosa? ―No, yo...

―Yo no entregaría mis labios a cualquiera.

Eso fue arrogante. Pero tierno a la vez. Y la verdad es que... Bueno, su arrogancia se volvió algo típico.

―Eres arrogante, ¿lo sabes, verdad?

―Y te gusta que lo sea ―dice él, besando la punta de mi nariz ―. Desde que apareciste en mi vida, solo llevo ojos para ti.

―Eso no explica el por qué había alguien exactamente igual a ti comiendo la boca de una pelirroja.

―Un truco mental, Emma. ―Su cara toma una forma molesta―. Hay personas que van detrás de ti... por distintos motivos. Y de mí, también.

―¿Quiénes y por qué?

Y sé que no me va a contestar. Así que no insisto. Me abraza fuertemente, haciéndome estremecer de dolor, y luego recuerda que mi cuerpo duele como el infierno después de la pelea. Se tensa. Yo tomo su mano y comienzo a trazarle círculos. No quiero que él se sienta mal por aquello. No es su culpa que mi cuerpo esté demolido por culpa de un malvado ángel caído... ¿o sí lo es?

―Está bien... no pasa nada, Owen. Ya se me pasará. Pero quiero respuestas... no puedes simplemente pasar por mis preguntas.

―No quiero pensar en todas esas cosas, Honey ―me interrumpe―. No quiero que tengas miedo de que alguien te haga daño a cada instante, quiero que tengas las típicas preocupaciones de chicas de tu edad. No quiero que me veas como un ángel o que me temas, juro que nunca te lastimaría, quiero que me veas como Owen, el estúpido y sexy compañero de curso. ―"Arrogante" formulo con mis labios sin hablar, y él ríe.

Continúa hablando. ―Quiero ser tu novio. Con eso de las citas y las presentaciones formales. Con salidas al cine y besos en la lluvia. Quiero que tu vida sea normal, por un rato al menos. No quiero que penda de un hilo.

―Mi vida no es normal, Owen. No sé por qué mi vida corre riesgo. No sé qué quería Oracles. Y definitivamente no sé que tengo de especial. ¿Pero sabes? tampoco quiero ser normal, porque si lo fuera... Tú...

―Querrás que lo sea ―me corta―. Quiero hacer esto bien... así que, ¿me presentarás ante tu familia o debo hacerlo yo?

Se para y comienza a caminar hacia la puerta para salir del dormitorio―¡Owen! ―digo mientras él toca el picaporte―. Vale, te presentaré. Pero luego. ―Me levanto y doy pasos hacia él, quitándole la mano cuidadosamente del picaporte. ―No sería lindo que un chico saliese de mi cuarto de la nada.

―Corrección, Emma: De la nada, no. De tu cama ―dice acariciando suavemente una comisura de mi boca. Mi sangre reacciona ante su toque, hirviendo.

―Ya... sí. Capto la idea ―mi voz sale tímida. No puedo creer lo que pasó. Habíamos dormido juntos y yo no le dije nada. ¡Mis padres me matarían!―. Luego podemos ir al club ―cambio de tema. Basta de hablar de presentar a mi novio-ángel-arrogante con mis padres.

Owen me estudia críticamente. ―¿Quieres ir al club? ¿Lo dices en serio?

Recuerdos de la pelea comienzan a invadir mi mente. Sé que es algo loco que vuelva a ese lugar, pero tiene privacidad. Y de alguna manera, mi historia con Owen comenzó allí. Y salimos vivos. Owen sabe muchas más cosas, lo veo en su mirada. Y necesito que me diga todo.

―Sí ―Trago saliva―. Quiero ir porque... bueno, tengo unas cuantas preguntas que tal vez me puedas ayudar a contestar, y este no es el mejor sitio para hacerlas.

¿Nerviosa? Eso es quedarse corto. Me va a dar un ataque. Owen está afuera esperando que yo les cuente a mis padres de él, para aparecer en escena y presentarse. ¿Un poco dramática la situación? Mucho. Solo Owen haría algo así.

¡Solo él sabría cómo hacer una situación incomodísima aún más incómoda!

Mis padres están hablando en la cocina. Discutiendo. ¡Buen momento para lo que se viene! Interrumpo en el cuarto temblando. ¿Qué harían? ¿Qué dirían? ¿Qué haría yo?

Necesito buscar las palabras adecuadas, un paso en falso y todo se va por la borda. De cualquier forma, será un golpe fuerte para ellos —sobre todo para papá— ya que nunca tuve un novio. Nunca debieron preocuparse por eso, pero ¡ups! ahora sí. Y no es humano... bueno, eso no lo diría. Temo que mi voz me falle y no pueda hablar. ¿Me gritarán? ¿Reaccionarán mal? ¿Bien? ¡Basta, Emma! Ya, concéntrate.

―Mamá, papá ―tomo un largo respiro―, ¿puedo comentarles algo... importante?

―Estábamos hablando Emma. ¿No puedes decirlo después? ―Dice papá.

―Es que... ―solo dilo. Soy una cobarde ―. Yo..., yo... tengo...

"Vamos, Honey. Tú puedes. Todo estará bien." La voz de Owen invade mi mente, tranquilizándola. Haciéndome sentir más fuerte y decidida. Pero ver la cara de papá impaciente... eso me quita un poco de serenidad.

―¿Tienes qué, cariño? ―Pregunta mamá suavemente.

Ahora o nunca. Vamos.

―Tengo novio, hace... ayer. Está en la puerta, quiere presentarse.

¡Victoria! Lo he dicho.

Los ojos de mamá comienzan a brillar mientras papá palidece. ―¿Quién es? ¿Cómo? ¿De dónde salió? ―Esas y más preguntas salen de ambas bocas, y luego son silenciadas por el timbre de casa.

Aquí vamos.

Que salga bien, por favor.

Cambios muy importantes en la vida de Emma... ¿Qué seguirá?

¿Les gusta este dibujo? Es el primer dibujo digital que me gusta cómo me queda. Lo hice dibujando con Paint, e intenté usar Photoshop para pintarlo. Eso, intenté, pero valió la pena porque algo aprendí, jajaja.

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¡Los amooooo!

-Bri. :)