Capítulo 15

El club está extrañamente vacío. Veo gente del personal y, cada tanto, grupos de personas. Y como era de esperarse no hay nadie en la piscina. Muchos se encuentran tomado café en el comedor del lugar o devorando un emparedado. El aire está realmente fresco y el cielo amenaza con caer de un estallido.

Son las 4:54 p.m. y estoy ansiosa.

Camino  tomando el recorrido más largo para pensar. ¿Qué diría? ¿Yo voy a poder hacer preguntas? Me detengo en el bufete para comprar una gaseosa.

Voy a verlo al fin. A Owen, digo. 

Le podré pedir mis disculpas... bueno, después de un interrogatorio, claro.

Mis pasos hacen crujir las hojas anaranjadas, caídas y secas de los árboles. Al llegar a la zona que se encuentra detrás de todas las canchas -digamos que es el lugar del club al que nadie va, el extremo más lejano-, me quedo expectante, parada allí.

Escucho un trueno a lo lejos.

Uf. Ojalá llegue antes que la lluvia. No quiero estar con ropa mojada, menos frente a él.

Tengo miles de preguntas y debo decir que le temo a las respuestas que me pueda llegar a dar sobre lo que le cuestione. No puedo permitirme ni pestañear. Compruebo mi celular, ya son las 5:00 p.m. en punto.

Oigo unos pasos detrás de mí. Me giro esperando ver sus alucinantes ojos azules.

Pero no los veo.

En su lugar, unos ojos verdes oscuros chocan conmigo. 

―Entonces, dime... ¿Por qué las humanas no son todas como tú? Justo a tiempo, preciosura.

Tirito fuerte y una sensación de muerte me invade. Su voz desconocida retumba en todos mis miedos y salen a la luz. Ese claramente no es Owen.

―¿Quién eres tú? ―Tomo mi pequeño bolso para arrojárselo y salir pitando en ese preciso momento ―¿Dónde está Owen?

—Eres ingenua y confiada, Emma. —Su voz es profunda y ronca, con una pizca de ironía al insultarme. ¿Confiada? ¿Ingenua? ¿Quién es ese tipo?—. Soy Oraclel. —Asiente con la cabeza mientras se presenta, un gesto que parece sacado de las películas antiquísimas. Un nombre no dice nada sobre quién es él. Quería ver a Owen y con más razón ahora—. Un gusto, o tal vez no tanto, conocer a la pequeña débil que trae tantos problemas. Además, ¡mira la información que me diste! Ahora no solo regresaré a mi mundo una vez que te capture, ¡sino que tendré a un traidor para inculpar!

¿Capturarme y regresar a su mundo? ¿Traidor para inculpar?

¡¿Qué clase de ser es ese y qué carajo pasa acá?!

―¿Qué quieres? ―Comienzo a retroceder. Alejándome de ese hombre.

Oracles viste con una remera negra y un jean roto. Su edad debe estar cerca de los veinte y algo. Su rostro está cubierto por una barba de algunos días sin cortar y sus ojos son verdes, muy, muy claros. Puedo ver claramente algo oscuro en él; el miedo se funde con mi alma, y mi corazón pierde su latido habitual. Él es una amenaza. Él me tendió una trampa.

Y obviamente Owen no está aquí.

―Sabía que vendrías. Así que, a fin de cuentas, Owen Liv sí tuvo que ver contigo y lo lenta que está siendo tu captura. ¡Qué bajo cayó el chico! No digo que no seas atractiva, pero ¡vamos! ¿Justo tú? ―se ríe, divirtiéndose de una broma privada―. Ellos no creían en los rumores de los Caídos sobre Owen traicionándoles, van a estar felices de tenerte. Y me van a recompensar. Owen no cumplirá, es obvio, espero que le hagan sufrir ―escupe―. Lo has hecho débil.

―¿Dónde. Está. Owen? ―pregunto cansada. Ya había gritado lo suficiente hoy, pero lo haría otra vez. Y más si es de vida o muerte. Al lado de esto, la situación de Carla es papilla.

―¿Crees qué lo sé? ―Se acerca a mí, empujándome. Me sobresalto y caigo al suelo. Y luego de otro segundo, él me está levantando. Estoy tomada de la garganta. No puedo respirar―. ¿Crees qué te lo diría?

Oh, voy a morir. Voy a morir aquí.

Mi voz suena baja, es estúpido que gaste el aliento en la pregunta, pero quiero saber por qué voy a morir.

―¿Qué es lo que son? ―Oracles presiona aún más mi garganta.

―¿No lo sabes ya? ¿No es obvio? Owen te lo ha dicho, no hay otra forma. No juegues conmigo, humana.

Y me suelta la garganta, el aire llega a mi cabeza como si estuviese volando y... ¡No es que me soltó! ¡Sino que me arrojó contra un árbol! El golpe manda punzadas de dolor a cada parte de mi cuerpo. Y veo un líquido rojo esparcirse por mis manos magulladas: sangre.

Mi mente da vueltas sin parar. El dolor me hace desear morir. Pero si hay algo que sé, Oracles no lo hará rápido nunca, disfrutaría de ver morir en sus manos a cualquiera.

Me debo dejar ir, no hay escapatoria, ¿cierto? El pasto verde ahora tiene manchas escarlatas oscuras, y mi ropa parece salida de una película de terror... solo que esto no es una película, es real. Moriré. Veo el cielo oscurecido por las nubes por última vez, intento pararme pero sus gruesas manos toman mi cuello nuevamente contra el árbol.

Ugh,

Puntos aparecen en mi visión. Me voy a quedar inconsciente y no he luchado todavía. Intento golpearlo, pero cualquier golpe no es suficiente. Él no se inmuta. Gruñe algo por lo bajo, y aprisiona más mi garganta.

―Me encantará ver la expresión de Owen, ¿sabes? Y me encantará la recompensa que obtenga por tu destrucción ―su cara se acerca a la mía. Su aliento me repugna―. ¿Un consejo? El rojo te queda bien. Ayudaré un poco más a tu look, ¿vale? No diré que no dolerá ―su sonrisa de superioridad se incrementa―. Dolerá mucho, me encargaré de ello.

La sangre ahora es hielo en mis venas, como si ya no circulara. Me está sofocando. De pronto veo la cara de Owen en Oracles.

Owen está parado frente a mí. Su ropa. Su hoyuelo. Su pelo. Sus... ¿sus ojos? No. Sus ojos tienen otro brillo. No son los expresivos ojos azules de Owen, para nada. ¿Oracles tiene poder sobre mi mente? Porque Owen no es el que está parado frente a mí, tomándome del cuello.

Sé que no es él. La sensación estando con Owen es otra justamente. Owen no me haría esto. Una punzada llega a mí: A Owen no lo conozco. Pero confío en él.

De alguna forma mi mente está siendo manipulada, y yo tengo que distinguir la realidad de lo que no lo es. Lo real son las punzadas de dolor que recorren todo mi cuerpo. Owen no me está haciendo daño. Es Oracles que me quiere engañar.

El rostro y cuerpo de Oracles vuelven a la horrible normalidad, pero esta vez está atónito. Sorprendido. ―¿Cómo lo has hecho? Oh, mierda... ¡Así que la chiquilla débil no es tan debilucha!

No entiendo sus palabras realmente -de hecho, no entiendo casi nada de lo que me dijo-, pero sé que no es nada bueno porque él presiona más fuerte.

¿Cómo enfrentarme a algo que desconozco y que, particularmente, no es humano?

Siento como si una caldera con agua hirviendo estuviese dentro de mi cabeza. Como una explosión súbita de un volcán. La falta de oxígeno.

La adrenalina convierte el ardor de mi garganta en una leve punzada. Oh, no. ¡Me estoy abandonando! Mi vista se nubla de a segundos, no tengo fuerzas para luchar. Cedo. Sus dedos cerrándose en mi tráquea pasan a segundo plano. Pienso en mi familia, no puedo abandonarlos sin respuestas de nada, ¡nada! Ni siquiera yo sé lo qué pasa. Mis amigas estarían esperando un mensaje que nunca recibirían. ¿Qué fue lo último que le dije a mamá antes de salir para venir hacia aquí? Ah, sí. «Sé cuidar de mí, no te preocupes». Lo siento tanto. ¡Tanto! Ojalá puedan ser fuertes sin mí.

¿En qué lío se convirtió mi vida? ¿Cuándo?

Desde que llegó Owen y me perdí en sus ojos.

No quiero morir. Mi gran miedo es la muerte. Siempre que pienso en eso no puedo dormir, me quita el sueño. Miles de veces lloré al pensar que no sabría qué pasaría conmigo.

Y ahora estoy a punto de descubrirlo.

Soy débil. Soy vulnerable. Tengo miedo. No quiero esto.

Quiero retroceder el maldito tiempo hasta antes de Owen. Antes de sus ojos. Antes de que su hoyuelo robara todo lo normal en mi vida.

Yo sabía lo peligroso que era él, o lo sentía. Pero no me hice caso. Yo quise probar de ese peligro. Idiota.

Un sentimiento cálido me invade. Al principio creo que son las manos de la muerte, meciéndome. Pero no, la voz de Owen resuena en mi cabeza. Clara y definida.

«No dejaré que nada te suceda, Emma. Sabes mi secreto. Eres mí todo. No me dejes. No lo hagas, por favor. No mereces que te hagan esto. Resiste. Resiste por los que quieres. Resiste por mí. Llegaré a por ti».

¡¿Qué fue eso?! ¿Un recuerdo? ¿Otra alucinación?

Era la voz que tanto anhelaba escuchar. A Owen.

«Sé fuerte, Emma. Ya llego», dice la voz de Owen en mi cabeza algo alterada. Hay una respuesta para esto: La sangre se iba de mi cerebro, estoy alucinando. «¿Dónde estás?».

¿O no...?

«¡Emma! ¡Joder! ¿Dónde estás? Contesta...¡Ahora, maldita sea! ¡Emma!».

Owen, definitivamente. En mi cabeza.

«¡Owen! ¡Ayúdame! ¡Estoy detrás de las canchas!», pienso sin saber realmente cómo responder. No creo que me escuche pero al menos lo intenté. Yo no puedo hablarle a las mentes de las personas, ni siquiera sabía que había alguien en nuestro mundo que sí pudiese, así que no tengo otra opción que intentar.

«Mírame» dice. «Emma, estoy arriba. Resiste. Debes correr cuando yo te diga. ¿Me has escuchado?».

«Sí» respondo. ¿Cómo correría sí aún tiene las manos sobre mí ese tipo? ¿Y cómo qué Owen está arriba?... ¡Oh, por dios! ¡Oh! ¡Oh! ¡Oh! ¿Estoy delirando, cierto? ¡Carajos! ¡Mierda Santa! ¡Owen está volando! ¡Owen tiene... ¿Alas?! Me retuerzo bajo el agarre de Oracles. Y las miradas de él y Owen se cruzan. Luego sus ojos se posan en mí y su semblante cambia totalmente, preocupado y... ¿Asustado?

―¡Maldito! ―Grita Oracles―. Llegas a tiempo para ver a esta inmunda morir.

―¡Aleja tus sucias manos de mi chica! ―Responde Owen en un tono que nunca escuché. Su voz es dolida y desesperada. Había dicho «mi chica». ¿Él me ve de esa forma? ¿No me odia? ¿Desde cuándo soy «su chica»? No creo que sea el mejor momento para preguntar, ya que las manos de Oracles siguen alrededor de mi cuello. Y yo debo concentrarme en escapar.

Owen baja en picada hacia nosotros y Oracles me suelta, arrojándome contra otro pino, enviando más punzadas de dolor a mi cuerpo.

Tomo bocanadas de aire precipitadamente. Quema dentro de mi garganta. Arde como magma. Pero no importa. No importa el dolor. Sigo viva. Me hace sentir viva.

«Corre, Emma. Es ahora. ¡Ya!». La voz de Owen me devuelve a la realidad. Mi instinto le hace caso y comienzo a escaparme de allí, pero no puedo dejarlo a Owen sólo. Me detengo. «¿Qué haces? ¡Vamos! ¡Por favor, déjame! ¡Sálvate tú! Emma, escúchame. Es un suicidio si no corres. Tú eres importante para mí, no quiero que te haga daño peor. ¡Corre. Ahora. Emma!».

Camino otra vez hacia ellos. Sí le hago caso a Owen... yo podría sobrevivir, pero él no. Está atrapado bajo Oracles, y éste le está arrancando las alas.

Mierda.

Y ahora es cuándo el reconocimiento me invade: Owen no es un vampiro, un superhéroe, un extraterrestre o un bravucón.

Owen es un ángel.

Creo que me voy a desmayar.

Owen parece ser varios años más pequeño de edad, pero de altura lo iguala. No va a poder salir de esta situación sin ayuda. Y yo no podré vivir con la idea de que no lo ayudé. Sin embargo, pierdo unos segundos más admirándolo boquiabierta: Owen es magnífico, hermoso e irreal. Se asemeja a una de esas pinturas de ángeles antiguas. Sus alas son blancas, parecen tan frágiles y vulnerables bajo la fuerza del malvado hombre que, probablemente, sea otro ángel...

Me fijo en Oracles y advierto que tiene desgarrada la camisa, que comienza a mancharse con una mezcla de tierra y sangre. Owen, en su afán de librarse, sigue tirando de ella, dejándome ver poco a poco unas marcas impresionantes en la espalda, donde deberían estar sus alas. ¿Oracles es un ángel caído?

«¡Emma, vete ahora!», ruge Owen y aprieta los ojos, soportando el dolor que Oracles le provoca. Sofoco un grito cuando distingo sangre en sus alas. «¡¿Qué haces?! ¡¿Por qué sigues así?!», vuelve a exclamar dentro de mi mente, dejándome completamente aturdida.

¿Cómo hacerle entender que quiero ayudarlo? O una pregunta mucho más urgente: ¿Cómo lo ayudo?

«Estaré bien -me miente-. Vete, Emma.»

«Quiero ayudarte», pienso, intentando proyectar mi pensamiento hacia él.

«¡No puedes!»

«¡Te arrancará las alas!», le grito y Owen suelta un grito de dolor mientras que Oracles se burla.

-¡Cuando termine contigo, volveré a por ella! -amenaza la voz podrida de Oracles. Owen gime y murmura algo que no llego a entender mientras que Oracles ríe de él. -No importa cuánto la protejas, ya está marcada -sentencia sin dejarme entender nada de lo que dice. Un escalofrío recorre mi cuerpo cuando agrega: -¡Ya está muerta!

Dejo de respirar y el piso comienza a temblar bajo mis pies. ¿Se refiere a mí diciendo eso? De pronto siento que no podré salir de esta. No sé qué hice, no sé por qué ese ser malvado me quiere. Me dan ganas de gritarle, exigiéndole que me diga qué pasa, pero sé que sería algo realmente estúpido.

La impotencia comienza a ahogarme cuando descubro que no puedo hacer nada para salvarme, ni tampoco para salvar a Owen. ¡Cielos, ni siquiera sé por qué me debo salvar de algo!

«Las cicatrices... Es débil si golpeas en ellas», llega la voz de Owen, interrumpiendo mis pensamientos. «Yo puedo... distraerlo.»

Asiento de forma imperceptible y trato de localizar algo punzante antes de que el shock me impida reaccionar. Mis ojos se iluminan cuando noto que a mi lado, a unos metros, hay una mesa vieja de picnic con una tabla salida. Tomo un tablón a mal traer y me preparo internamente para algo realmente aterrador y peligroso.

―Eh, cabrón ―dice Owen distrayéndole entre alaridos provocados por el desprendimiento de las alas―. ¡Joder! ¡Vamos hombre! Pensé que querrías una lucha antes de hacer esto. Eres un gallina gilipollas ―uff, así solo Owen conseguiría que Oracles acelere su trabajo.

-¡Eres un traidor! ¡Cuando Theodel se entere de tu traición, acabará contigo! ¡Eres como el estúpido de Josha...!

Owen le muerde un brazo y le pega una patada en su entrepierna. Oracles responde brusco, siendo más feroz y Owen da un grito ahogado por la intensidad de la fuerza del caído en sus alas.

No sabe que estoy detrás. No sabe que conseguí un tablón con clavos. No sabe que se lo pienso clavar en la espalda.

Aprovecho el grito de Owen, por más frívolo que sea, para clavarle el pedazo de madera en la espalda. Oracles suelta un gemido suplicante. Luego profundizo la herida, y el calvario es notorio en su aullido.

T-Tú, estú-pid-da ―gruñe escupiendo sangre.

Y entonces ocurre algo realmente extraño, como si algo se apoderara de mí. Inconscientemente coloco mis manos en su espalda desfigurada. No sé qué me pasa, no tengo control de mí misma. Mis dedos y palmas se llenan de sangre pero no me importa. Una luz ilumina mi cuerpo y el suyo se llena de oscuridad, desapareciendo del lugar.

Recobro mi cuerpo al instante, tambaleándome en el lugar y cayendo en el suelo. Owen inmediatamente me toma en sus brazos antes de tocar tierra, sus ojos parecen hechos de miedo y su rostro está crispado. Llevo mi mano hacia su mejilla, creyendo que aquel ángel que me sostiene es un sueño, algo irreal que pronto desaparecerá.

-Quédate conmigo, Emma. No te vayas. Quédate, por favor, Honey -dice suavemente en un susurro. Veo sus enormes alas blancas y sonrío.

Al final, Owen no es humano.

El cansancio me invade y, sin embargo, articulo con mucho esfuerzo las siguientes palabras, observando a Owen y sus ojos bien abiertos, pasmados sobre los míos.

―Eres un ángel.

El mundo comienza a dar vueltas, pero ahora no importa si duermo. Estoy a salvo con Owen. Lo siento en mi corazón. Tengo tantas preguntas... pero ahora solo quiero dormir. Dormir mucho.

Mis piernas no responden más y cedo. Caigo como un peso muerto, pero Owen me sostiene y me dedica una gran sonrisa antes de cerrar los ojos.

―Eres muy perceptiva ―dice usando su familiar ironía.

No sé si fue mi imaginación o mi mente cansada, pero creo que yo también formo una sonrisa y me quedo dormida ahí. En sus brazos.

Owen es un ángel.

Un ángel.

¡Hola-hola! Vengo yo, otra vez con el spam delicioso de la novela en físico que sé que querrás tener contigo... solo mira esa portada. 7u7 Jajajajaja

Este capítulo en la nueva versión es mucho más intenso y está un tantito mejor explicada la pelea con Oracles... además que hay un par de diferencias que, con libro en mano, QUIERO QUE ME LAS DIGAN, se van a dar cuenta. :D

Recuerda que estás leyendo un borrador (es decir, el manuscrito sin corregir) de una novela que ya se encuentra en físico corregida y con material extra. Si te interesa comprarla puedes consultarme en mis redes o desde la página de Nova Casa Editorial.


Gracias a @Leila_Massad por el dibujo. I love you, girl. <3

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