Una gran revelación
- No puede ser, Genbu- todos estaban atónitos ante su presencia, el caballero de Aries se sentía devastado pero al mismo tiempo con furia por la traición de él.- Se suponía que le eras totalmente fiel a Athena, diste tu vida por ella y luego esto, ¿Por qué?- lentamente el antigüo caballero de libra se acercó y golpeó el muro de cristal que los separaba.
-Pues entonces lamento mucho tu decepción Kiki. Para ser sincero no quiero pelear contigo, ni con los demás así que, ¿Por qué no vienes con nosotros por las buenas?- el lemuriano hizo una pequeña mueca de molestia
- No gracias, yo jamás traicionaré a Athena tal como tú- Genbu rió por debajo y luego se acercó más.
- Veo que no lo entiendes, pero te alguien más te lo explicará. Y ya que te negaste no hay más remedio que atacar.- el pelinaranja lanzó junto con Amor un ataque suficientemente poderoso como para volver a romper la defensa del Ariano, ya sin muchas fuerza cayó de rodillas pero entonces Fudo apareció frente a él
-Vaya que eres terco Kiki pero esta vez, Ka- el campo rodeó al lemuriano, Micenas lanzó un ataque pero no sucedió nada.- Es mi turno, Otra Dimensión- nada, todos estaban ahí parados con Paradox frente a ellos.
- Vamos hermana, según yo tenías trucos mejores pero veo que eres una buena para nada, ¡Cómo siempre, Explosión Galáctica!- Integra entonces recibió el impacto de lleno pero fue atrapada por Harbinger antes de que cayera luego la puso con cuidado en el suelo y de puso en su posición de ataque.
- Ya me cansaron todos ustedes, Gran Cuerno.- esto su derrumbó a la antigua geminiana e igualmente a uno que otros pero no por mucho tiempo.- ¡Retroceso temporal!- ya no había mucho que hacer pero no sé podían rendir en ese momento aún con las pocas fuerzas que les quedaban tenían que impedirles el paso, el caballero de virgo había sido atrapado en una trampa de oscuridad hecha por Amor (con algo de ayuda de Ionia), estaban casi por ser derrotados cuando algo pasó.
-¡Alto por favor! No lastimen a mi maestro, Genbu se que no eres así, tienes el juicio nublado. Por favor no lo hagas.- la pequeña pelirroja se encontraba frente a su maestro tratando de no llorar.
- Vaya que no conocíamos esto de ti Kiki, así que tienes una alumna. Que tierno que quiera intentar salvarte pero es una lastima que no sobreviva.- cuando Schiller iba a tomarla ella simplemente comenzó a arrojarles grandes escombros, aunque Sonia por detrás la tomó y la desconcentro.
- Suéltala... Ahora.- el pelicafe se teletransportó hacia Sonia pateando la por detrás y tomando a Raki en sus brazos.- Te dije que no salieras, ¿Qué te hubiese pasado?- él la abrazo pero luego ambos perdieron la el conocimiento siendo seguidos por el resto de los caballeros.- Así que esté es él, parece que ya tiene una niña pero no hay problema. Vámonos ya y quiero que se los lleven al palacio.
Los rayos del sol comenzaron a molestarlo por lo que sin muchas ganas de levantó, no reconocía nada de aquella habitación ni siquiera las ropas que llevaban puestas, se fue hacia la puerta para intentar salir. Al abrirla vio un largo pasillo por lo que se dispuso a buscar a Raki hasta que alguien lo detuvo.
- ¿Se puede saber a dónde vas Kiki?- Ionia estaba frente a él con su típica cara.
- Bueno, no es algo que te incumba... Pero quiero saber dónde se encuentran Raki y los demás.- un hombre de cabellos color azabache se acercó a los dos.
- Amo Kiki, lo esperan en el comedor.- con un poco de confusión lo siguió hasta una gran puerta y con duda entró, fue entonces cuando vió no solo a su alumna sino también a quien parecía ser el causante de tantos líos.
- Siéntate Kiki, ¿Por qué no comes algo mientras te explico la situación? Debes tener hambre, cómo tu alumna.- se sentó en la silla que estaba distanciada y le hizo la seña de que prosiguiera.
- Bien, yo soy Eros dios del amor y lujuria. Te traje aquí para que seas mío así de simple; para que entiendas te diré que un lemuriano causó un pequeño conflicto en el Olimpo.
Cuando una de las Gorgonas tuvo un niño con un humano los Dioses discutimos sobre su destino, al final se decidió que para evitar algún conflicto su muerte sería lo mejor pero él escapó y encontró refugio con un lemuriano, al final se enamoraron y tuvieron una familia;después de un tiempo logramos encontrarlo, intentamos matarlo aunque quienes iban se dieron cuenta de que habían asesinado a la persona incorrecta y nunca esperaron lo que vendría después. Tras ver a la persona que amaba y que lo había salvado muerta liberó una maldición sobre ellos, antes de morir dijo que aquel que asesinará a uno de ellos sufriría el castigo por una serpiente terciopelo. Nadie creyó en sus palabras y cuando el hijo que tuvieron ellos llegó a su hogar pasó el mismo destino que sus padres pero esta vez los asesinos perecieron ahí tras la mordida de una de esas serpientes. En fin, cuando en una de la tropas de Athena vi a uno de los tuyos me dí cuenta de la gran belleza que poseen, intenté convencerlo de que fuera mi pareja pero se negó, decidí mejor que por castigo tuvieran la maldición que ya conoces.
- “Los lemurianos tendrán un hijo que morirá a manos de un espectro para después encontrar a su sucesor, que será la rencarnación de él o ella pero sin memoria”- esas palabras siempre habían estado presentes en su mente, sabía muy bien sobre eso pero aún no lo había experimentado de primera mano y esperaba no hacerlo.
- Maestro pero usted es hombre, ¿No dijo que sólo las mujeres podían tener bebés?.- la pequeña miraba con mucha curiosidad al mayor.
- Raki, los lemurianos podemos ser preñados tanto por hombres como por mujeres según la situación.- de seguro no le había entendido bien pero apenas era una niña, él tampoco lo comprendió al instante. Término de comer y se levantó de su asiento.- En resumen, me secuestraste para que me casé contigo solo por venganza y porque el otro tipo no te correspondió. Entiendo, pero ¿Por qué atacar a los demás, y dónde están?.- lo fulminaba con la mirada pero Eros ni se inmutaba.
- Tus compañeros están en los calabozos, desde ahora serán tus acompañantes, además que mis nuevos caballeros serán tus guardias.-
No hablaba con ninguno de ellos y era muy razonable, tan sólo abrieron la reja se lanzó a abrazar a cada uno mientras era observado por los demás.
- ¿Qué fue lo que te hizo Kiki, te daño? Le daré una paliza si es así.- Integra era como la hermana mayor del jóven lo cual era lindo, aunque Padarox no parecía contenta con eso.
- Salgan antes de que cambié de opinión, su ropa está en su cuarto. Cambiense y los vemos en el comedor para explicarles su trabajo.- entonces la peliceleste se fue siendo seguida por los demás.
- Parece que alguien está celosa.- dijo Amor
- Mejor vete a besar con Schiller- y todos se fueron riendo de eso.
Kiki no estaba feliz con su situación actual pero no había nada que hacer, aún. Le dolía la traición de varios de quienes ahora eran sus guardias personales aunque al mismo tiempo se lo esperaba de ellos. Integra notaba esa expresión del lemuriano, sabía que estaba sumido en sus pensamientos; miró a sus compañeros y les hizo la señal de ayudarla.
-Entendemos cómo te sientes Kiki, pero en este momento debemos pensar en una de escapar o mínimo mandar una seña...- alguien los había interrumpido, el ex caballero de capricornio estaba en la puerta. Observando los detenidamente.
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