¿Verte de nuevo?

Renuncia de derechos, los personajes que salgan aquí son de sus respectivos autores.

Estaba aburrida.

No, aburrida era quedarse corto.

No podía describir realmente con palabras lo que sentía esta noche. Su mayor anhelo era que pronto se acabara el día y se olvidara de esto.

Pero lamentablemente el destino estaba contra ella y las horas pasaban lentamente haciéndose eternas, se preguntó qué le había hecho a la vida.

Salió de la universidad esta tarde y al parecer no tuvo trabajo, por lo que regresó a casa para descansar pero tenía mucho tiempo de sobra.

Pensó en visitar a su abuela en el hospital pero ya fue ayer y anteayer, su abuela le diría que no se preocupara tanto por ella. Asi que se quedó.

Encendió la televisión pero no había nada interesante, así que decidió ver alguna película para entretenerse hasta que agarrara sueño.

Pero el tiempo pasaba como un caracol, por lo que decidió pedir una pizza barbacoa para hacer algo de tiempo. Bueno, su estómago se lo pidió.

Media hora (tres horas para ella) pasó desde entonces y la pizza no había llegado a su casa. Su paciencia tenía un límite y estaba a punto de explotar como un volcán en plena erupción.

Ding dong.

"¡Traigo una pizza!"

La voz del repartidor sonó desde el otro lado de la puerta y ella se levantó, no con el mejor ánimo del mundo por la exasperación, para así abrirle.

Abriendo vio que se trataba de un chico de su edad, alto rozando el 1,80, que vestía un uniforme rojo con una gorra del mismo color pero se podía entrever su cabello oscuro.

En cuanto a descripciones ella misma poseía un largo cabello marrón recogido en una coleta, ojos cafés, labios rosados y vestía un pijama.

-Buenas noches aquí traigo su pizza barb... -el repartidor no pudo terminar sus palabras cuando la chica arremetió contra él sin perder tiempo.

-¡Se supone que su eslogan dice "Tan rápido a domicilio como un rayo", ¿cómo que han tardado más de media hora?! -demandó la chica irritada.

-Es que este lugar está un poquito alejado y además el GPS tenía algunos fallos -se excusó el joven rascándose la nuca, pero eso lo empeoró.

-¿Cómo que lejos? ¡No es excusa! Seguro que querías quedarte con mi pizza, ¿verdad? -habló ella señalándole con un acusatorio dedo índice.

-¿Qué? No, para nada... además no me gusta la barbacoa, sabe raro -negó el chico haciendo una mueca que no pasó desapercibida por ella.

-¡¿Ahora criticas mis gustos?! -la joven estaba harta, la noche se le estaba haciendo larga y el pobre repartidor estaba pagando por ello.

-No, no... creo que estás malentendiendo todo. Lo que digo es que a mí no me gusta, y aparte sí que me costó llegar aquí -aclaró el muchacho.

-Hmpf, aun así tendré que escribir una queja a la pizzería por este retraso... -habló la chica sacando su móvil y el joven jadeó al verla.

-¡Noo! ¡No lo hagas por favor o me despiden! -rogó el chico con lágrimas cómicas mientras se aferraba a las piernas de ella, quien se ruborizó.

-¿Q-qué haces pervertido? -preguntó la chica al ver la acción del repartidor- Va-vale está bien no lo haré... pero suéltame, o cambiaré de opinión.

-Gracias, sabía que en el fondo eras buena persona jejeje -habló el muchacho tomando la caja de pizza- Pues serán quinientos yenes.

La chica le entregó varios billetes como pago y recibió aquella caja, su hermosa cara palideció entonces haciendo que el chico tragara saliva.

-¡Esta fría porque tardaste en llegar! -exclamó con el ceño fruncido- Dime tu nombre... así me aseguraré de que cuando pida una pizza no me la traigas tú -añadió con una mirada mordaz.

-Suelen decir que es de mala educación no presentarse antes de pedir un nombre -habló el chico alzando su dedo pero tragó tras ver la mirada de la chica- Me llamo Son Goku, ¿y tú?

-Chizuru Mizuhara... ya puedes irte, hasta nunca -habló con frialdad Chizuru, le había caído mal el chico aunque vino en una noche mala para ella.

-¿No habrá propina Mizuhara-san? -preguntó Goku con una gran sonrisa y recibió una mirada molesta de Chizuru, quien le dio un portazo.

Chizuru suspiró con gran pesadez mientras caminaba, para completar la fastidiosa noche aparecía este chico tonto y le traía una pizza fría... deseaba no volver a verle nunca más.

Entró en la cocina y metió aquella pizza en el microondas, otra vez tocaba esperar. Pero sin saberlo su noche se volvió menos aburrida con la llegada de él... El repartidor de la pizza fría.

"Son Goku..."- Chizuru recordó el nombre del chico que le sacó de sus casillas, tal vez debió poner una reclamación contra la pizzería.

El muy descarado se atrevió a pedirle una propina habiendo llegado tarde, sin lugar a dudas no quería volver a verle en la vida.

Hablando de Goku... pues el repartidor estaba parpadeando incrédulamente tras el portazo de Chizuru, quien se fue sin darle una propina.

-Es una chica extraña -habló Goku sin entender porque estaba enfadada, ¿tal vez tuvo una mala noche? Sí, definitivamente eso lo explicaría todo.

La mayoría de veces sí recibía propinas. Sobre todo por parte de clientas, que le guiñaban el ojo y le daban su número de teléfono adjuntado.

"Eso suele ser extraño jeje"- pensó Goku mientras bajaba las escaleras, no solía darle importancia a aquello aunque sí que agradecía bastante las propinas, con ellas ahorraba.

Pero Chizuru fue algo diferente, él sabía que fue su culpa por llegar tarde y ella tenía razón al gritarle, aunque estaba enfadada de más.

Cualquier otro cliente habría reclamado por los treinta minutos de tardanza pero Chizuru aunque enfadada supo disculparle... ella era interesante.

No se quedó más tiempo, Goku se subió a la moto para seguir con los dos repartos que le quedaban. Luego regresaría a casa a dormir.

"Ella parecía de mi edad y su cara me suena bastante... sería bueno verla de nuevo"- indagó Goku con una sonrisa instalada en su rostro.

Ambos tuvieron deseos opuestos aquella noche: verse nuevamente o no verse nunca jamás, ¿cuál de los dos deseos terminaría por cumplirse?

Día siguiente.

"Onii-chan despierta"

Goku gruñó sintiendo cómo su cuerpo era sacudido por unas pequeñas manos, sólo habían pasado cinco horas desde que volvió a casa.

Abrió los ojos y lo primero que vio es a una niña de unos quince años tratando de retirar la sábana en su cuerpo, pero sus intentos fueron en vano.

-Onii-chan si sigues durmiendo llegaré tarde a clase -habló la niña de cabello negro y ojos del mismo color mientras inflaba sus mejillas.

Decidida a despertar a su hermano mayor abrió las cortinas del cuarto y el pobre pelinegro se vio obligado a cubrir su rostro debido a la luz solar.

-¡Ya voy Uta! Además, ¿por qué no sonó el despertador de mi teléfono? -preguntó el joven bostezando mientras se retiraba la sábana.

-¡B-bueno verás lo apagué para que pudieras descansar más Onii-chan haha! -se excusó Uta nerviosamente pero eso contradijo su anterior acción que pretendía despertarle rápidamente.

"¡Espero que no se dé cuenta!"- exclamó en su mente Uta, por suerte su hermano era algo despistado, lo seguro es que lo pasara por alto.

Goku arqueó una ceja ante aquellas palabras, sin duda su pequeña hermana era extraña, pero no le dio más importancia y se levantó de la cama.

-Iré a ducharme, ve preparando el desayuno mientras tanto, ¿sí? -habló Goku acariciando el cabello de su hermana con una gran sonrisa.

-Sip, ¡te haré la cama mientras tanto Onii-chan! -Uta tomó las almohadas de la cama y Goku se cruzó de brazos, de nuevo con la ceja arqueada.

-Te noto más amable de lo normal Utahime... ¿qué quieres? -preguntó Goku, sabía que cuando su hermana era tan amable es que quería algo.

Uta tragó después de oír que su hermano la llamaba por su nombre completo, algo fallaba.

-¡N-no de qué hablas! V-vete a ducharte que llegaremos tarde -Uta arrastró a su hermano fuera del cuarto y suspiró relajadamente.

Minutos después.

Uta colocó dos platos con tostadas en la mesa mientras Goku se sentaba tras ducharse, la chica vestía un uniforme de secundaria: camisa blanca y falda blanquinegra, ya lista para irse a clase.

-¿Hiciste los deberes ayer? -preguntó Goku llevándose una tostada a la boca, su trabajo de repartidor le obligaba a dejar sola a su hermana durante algunas horas tres días a la semana.

-Sip, los revisé dos veces y están bien -dijo Uta asintiendo, no por nada era la mejor de la clase.

Ella era lo contrario a Goku: excelente para los estudios, astuta y bastante enérgica, en oposición al carácter ameno de su hermano.

-Genial sigue así, como hoy no trabajo me sentaré contigo a ayudarte en lo que haga falta -habló Goku con una sonrisa pero Uta negó.

-No hace falta Onii-chan, esta tarde deberías descansar, porque ayer también volviste a llegar tarde, ¿verdad? -preguntó Uta y Goku asintió.

-Sí... pero no es nada Uta, un café y estaré como nuevo no te preocupes -respondió Goku sonriendo en un intento por tranquilizarla.

-Onii-chan... desde que falleció mamá has estado así saliendo de casa todos los días, buscando trabajos... yo no quiero que sufras tanto -Uta le miró con ambos ojos llorosos.

Su madre murió hace cuatro años y desde entonces Goku se hizo cargo de su hermana. No tenían otros familiares y su padre los abandonó cuando Uta apenas tenía tres años de vida.

Con apenas veinte años éste era su séptimo trabajo en cuatro años. Lo positivo es que ganó algo de dinero para pagar todos sus gastos.

Y con el dinero que les dejó su madre, que trabajó como ejecutiva de una gran empresa, pudieron ir tirando durante todo este tiempo.

Pero Goku sabiamente dejó ese dinero para pagar su universidad y los estudios de Uta, el alquiler del departamento y demás lo pagaría con su propio bolsillo y su propio dinero.

Por esa razón eran muy importantes para él las propinas que le dejaban los clientes, Chizuru fue la excepción anoche y en parte fue por su culpa.

-Es mi deber como tu hermano mayor, debo protegerte y velar por tu bienestar Uta, aunque me pase días sin dormir tú eres muchísimo más importante que eso -comentó Goku sonriendo.

Era verdad, mientras Uta tuviera una buena vida él haría lo que fuera, no podía fallarle a su madre. Le prometió que cuidaría de su hermana.

Uta se negó a llorar ante aquellas palabras porque seguro que su hermano usaría aquello en contra suya para burlarse más tarde de ella.

Bebió un sorbo de leche y se relajó.

-¡Me haré youtuber y seré famosa Onii-chan! Cuando tenga muchos seguidores nos iremos a vivir a Andorra -exclamó Uta alzando su mano.

Ese era su plan: ser youtuber, ganar seguidores, monetizar, convertirse en una influencer y luego irse junto a su Onii-chan a un paraíso fiscal.

Pronto lo llevaría a cabo.

-Jaja me gustaría ver eso -habló Goku soltando una carcajada, sin duda su hermana tenía locos planes- De momento yo me encargo del dinero.

Uta asintió a regañadientes ante eso.

Siguieron desayunando tranquilamente, pues tenían hora y media por delante, hasta que Uta lanzó una pregunta que era bastante... peculiar.

-¿Onii-chan no te gustaría tener una novia? -preguntó Uta con una sonrisa y Goku casi se atraganta con la tostada ante aquella duda.

-¿Q-qué? ¿A qué viene eso? -habló aturdido.

-Pues... eso es normal en los chicos de tu edad, ¿no? A-además... ¡yo quiero tener una Onee-san! -demandó Uta dejando atónito al pobre Goku.

-Uh... realmente nunca estuvo en mis planes tener novia, estoy bien así -respondió el chico recordando a su amigo Kazuya y su novia.

Uta frunció el ceño, no quería que su Onii-chan estuviera sólo... pero tampoco quería que esas mujeres insatisfechas lo acosaran dándole su numero de teléfono cuando repartía pizzas.

Pero Utahime ya se había encargado de aquello, tenía a la candidata perfecta para su Onii-chan. A ver si así su hermano mayor conseguía ser feliz.

Más tarde.

El azabache caminaba tranquilamente por el campus de la universidad Nerima en dirección al departamento de administración de empresas.

Tras acompañar a Uta a su escuela, que estaba a un par de minutos de la universidad, se dirigió hacia la misma con media hora de ventaja.

Rogaba no quedarse dormido en alguna clase porque en ocasiones le había pasado, por suerte contaba con amigos que le pasaban apuntes.

Pues justo se le cerraron los ojos por una décima de segundo, tiempo suficiente para que chocara con otra persona involuntariamente.

"¡¿Acaso no miras por dónde vas?!"

Aquella voz femenina hizo que Goku bajara la cabeza y por inercia le tendió la mano sin percatarse quién era la persona en el suelo.

Hasta que se dio cuenta.

-¡T-tú! -ambos gritaron al unísono señalándose con el dedo índice. Desde luego no podía ser otra persona que Chizuru Mizuhara, la chica de ayer.

Pero ahora con apariencia nerd: grandes gafas de montura oscura junto con el cabello trenzado.

Daba la casualidad de que Chizuru era una estudiante en la facultad de letras, cosas que hacía el destino... entonces el deseo de Goku prevaleció: al final sí que se volvieron a ver.

Antes de que pudieran iniciar una conversación las amigas de Chizuru llegaron a socorrerla y la levantaron del suelo tomando sus materiales.

-¿Ichinose-san estás bien? -preguntó una de estas chicas y Goku arqueó una ceja al escuchar eso, esto era extraño- Hmm, ¿acaso lo conoces?

"¿Qué hace Son Goku aquí? Bueno da igual... no dejaré que eso me fastidie el día"- pensó Chizuru sin darle importancia al tema, pero ella olvidaba que el destino estaba en contra de sus deseos.

-¡N-no vámonos a clase! -exclamó Chizuru rápidamente y le dio una mirada severa a Goku para que permaneciera callado y así sucedió.

"¿Ichinose? No recuerdo que se llamara así, además aquí usa lentes y su cabello parecía distinto"- pensó Goku bastante confundido.

Pero ahora entendía de qué le sonaba ella.

"Oh, pero si es mi casanova favorito"

Goku se giró oyendo aquella voz, vio que se trataba de un joven más bajo que él, cabello oscuro y ojos iguales, con una ligera perilla.

A su lado estaba un pelicastaño con lentes que vestía un abrigo azulado, otro de cabello castaño más oscuro con camisa verde y pantalón rayado.

-Kibe, Kuribayashi, Kazuya es bueno verlos sanos -habló Goku respectivamente y tosió ligeramente- ¿Pues qué cuentan de nuevo?

-Así que la estudiante de Literatura llamó tu atención, ¿eh? Menos mal, empecé a pensar que bateabas para el otro lado -habló Kibe sonriendo.

-Realmente no la conozco... -Goku se rascó la nuca desilusionando a sus amigos- ¿Además a qué vino lo otro? A mí sí me gustan las chicas.

-No lo parece, es incomprensible que el chico más popular de toda la universidad no tenga una novia -comentó Kuribayashi- Mira a tu alrededor.

El pelinegro obedeció y miró a su alrededor... notando que efectivamente la gran mayoría de miradas del sector femenino estaban posadas en él. Se sorprendió, nunca se percató de ello.

Su sudadera azul marina junto con sus pantalones negros holgados y tenis blancas tenía parte de culpa, sumado a su casi 1,80 de altura y su cabello algo peculiar que desafiaba las teorías gravitatorias de Sir Isaac Newton.

-Como ves todas están loquitas por ti, si te lo propones podrías tener un harem -Kibe sonrió poniendo una mano en el hombro de Goku.

-Supongo que nunca me importó demasiado la atención jeje, soy un alumno más -comentó Goku con total humildad en cada una de sus palabras.

-Mierda eso sonó bastante genial, pero deberías buscar una novia... hasta Kazuya tiene una y sigo sin entender cómo le tocó la lotería... -habló Kibe observando a su amigo de la infancia Kazuya.

-¡Oye! Pero sí, Mami-chan es genial -Kazuya babeó, llevaba tres semanas saliendo con su novia. Su primera novia a los veinte años.

-Seguro que en la cama es el doble de genial -aseveró Kibe e imágenes no demasiados sanas llegaron a la mente de Kazuya, quien se excitó.

Más tarde descargaría todo eso.

-Esa chica de literatura... Ichinose se llamaba creo, sería como un pescado muerto en la cama -habló Kibe soltando una pequeña carcajada.

Goku recordó el carácter fuerte y explosivo de Chizuru, eso de pescado muerto ni se lo creería el sordo de la esquina pues no era verdad.

¡Claro que él no se imaginó como sería Chizuru en la cama! Sólo hacia alusión a su personalidad... No era para nada pervertido.

-¡Pronto tendré una novia ya lo verán! -aseguró Kuribayashi algo envidioso por la situación de su amigo, aunque no era popular entre las chicas.

-Me alegro bastante por Kazuya pero de momento no es mi objetivo y tampoco se me dan bien esas cosas -volvió a negarse Goku.

"Uta también insistió con lo mismo esta mañana... ¿acaso es una conspiración?"- se preguntó Goku con una sonrisa nerviosa.

-Tranquilo no te presionaré, además Uta-chan cuida muy bien de ti -habló Kibe recordando a la hermana de Goku- Mándala saludos de mi parte.

Como la escuela estaba bastante cerca de la universidad Uta solía pasarse de vez en cuando al campus, ahí conoció a los amigos de Goku.

Goku asintió y siguieron caminando, como era de esperar las miradas en Goku siguieron presentes, lo que terminó de exasperar al pobre Kuribayashi, el chico de lentes y dientes de ajo.

-¡Uwah es injusto! Mientras Goku es un Ferrari nosotros somos tres Mercedes Benz de primera generación -se quejó Kuribayashi con lágrimas.

Goku destacaba bastante entre los tres, por eso Kuribayashi pensaba que robaba toda la atención de las chicas y nadie se fijaba en él.

-Yo nop, ya tengo novia y es bastante linda -Kazuya alzó su mano con el rostro enrojecido, sin duda Mami-chan era la mejor del mundo.

"Es raro que no la haya visto esta mañana"- pensó Kazuya bastante extrañado por aquello.

-Goku es un maldito suertudo pero el pobre no tiene la culpa, nació con esa bendición -comentó Kibe con lágrimas masculinas en sus ojos.

Goku se rascó la nuca oyendo las tonterías de sus amigos, sin saber que una rubia les estaba mirando desde la lejanía. Especialmente a él.

"Goku-san..."- pensó Mami-chan mirándole fijamente mientras la mano estaba en su pecho.

Así, todos ellos entraron en clase. Las horas pasaron con normalidad al igual que las clases, que culminaron tras varias horas después.

Chizuru pov.

Así que él estaba en mi universidad.

Eso lo confirmé esta mañana, pronto supe que se trataba del chico más deseado de la academia. Me extrañó con lo exasperante que era... aunque de físico no estaba nada mal.

Anoche intenté dejar de pensar en él pero justo hoy me cruzaba con él, esto parecía ser obra del destino... que estaba contra mí desde ayer.

Salí de clases luego de varias horas y regresé a mi departamento, la habitación 204 del Royal Hills Nerima, para poder descansar un rato.

Más tarde tendría trabajo, me había alquilado un tipo bajo el seudónimo de "Onii-chan", era raro un cliente que utilizaba un apodo tan... extraño.

Tenía mala espina pero no podía rechazarlo, era mi trabajo... servir como novia de alquiler durante un par de horas varios días semanales.

Hasta ahora llevaba una racha de cinco estrellas en las valoraciones de mis clientes, me satisfacía saber eso porque me acercaba un poco más a mi objetivo... que era algo más personal. El motivo por el que hacía todo esto.

Me duché y me vestí con un vestido blanco de flores junto a una blusa encima y unas medias. Tras rociarme con perfume salí de mi casa en dirección al parque, que era donde "Onii-chan", mi cliente de hoy, prefirió que quedáramos.

Llegué unos cuantos minutos antes de la hora acordada, no sabía su apariencia pero sí como iba a ir vestido: una sudadera azul, pantalones negros holgados y tenis blancos. Justo como...

Espera... no puede ser.

Debía ser una coincidencia...

¿Qué le había hecho yo al destino?

Mientras más me preguntaba aquello, más me convencía a mí misma de que mi mala espina se iba a confirmar. Y así fue, apareció mi cliente...

No era otro que quien deseé no volver a ver nunca más, y en tan sólo un par de horas había visto dos veces, y pudieron ser más: Son Goku.

Goku parpadeó varias veces tras percatarse de mi presencia, lo siguiente que dijo me confundió bastante. Más confundida de lo que ya estaba.

"¿Eh?"

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Fin del capítulo.

¿Qué tal quedó? *inserte su opinión*

Necesitaba refrescar mi imaginación y salió esto... casi nunca uso estos animes pero Kanojo mereció la pena y por eso surgió esta historia.

Espero que haya sido de su agrado, si es así voten y comenten. Acepto sugerencias para la trama, que está más o menos improvisada xD.

Felices fiestas gente u.u

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