15. Lo que la razón no entiende pero el corazón si.
Canción en multimedia: Paramore ft. Joy Williams - Hate to see your heart break
Un par de mujeres me peinan y me maquillan. No me fijo mucho en lo que hacen, solo me quedo observando mi imagen en el espejo. Querían planchar mi cabello, pero no lo permití. Solo voy a dar una entrevista, no voy a ir a un concurso de belleza. Tardan su tiempo en arreglarme y dejarme más presentable para salir a la televisión. Sin embargo, al verme al espejo, solo veo a una mujer muerta emocionalmente bajo una capa de maquillaje.
Estoy a punto de salir en televisión, algo que debería ser considerado como un honor, pero a pesar de eso me siento muy miserable.
Desde aquí logro escuchar a muchas personas gritando de un lado para otro. Muchas de las cosas que gritan no las entiendo, pero lo único que logro captar es que estoy cerca de salir al aire.
Vaya, quien lo diría. Yo, la rarita del instituto, la marginada de la universidad, la chica con menos valor de esta tierra, está a punto de experimentar el gran honor de salir en televisión. Adriana se moriría de envidia. Creo que a ella le sentarían mejor las cámaras que a mí. A decir verdad, hay muchas personas que podrían defenderse mejor ante una cámara de televisión. Pero en vez de eso, estoy yo. Solo yo. La responsable de todo un caos.
Entonces Alex me verá por la televisión, y se dará cuenta del gran error que ha cometido.
Las maquilladoras terminan conmigo, y entonces me pongo de pie. Un hombre me habla y me da unas indicaciones a las que no le pongo mucha atención. Luego me pone un pequeño micrófono en la chaqueta, cerca de la boca. Después me da más indicaciones que no entiendo muy bien, y luego llega el gran momento. Me guía por varios pasillos, hasta que a lo lejos logro ver el escenario en donde me entrevistarán. Más allá veo a un par de personas hablando tras una barra de noticias. Vaya. Así que esto es estar en televisión. Me siento en la silla que me indica, la cual está en frente de otra. Una mesita de centro se encuentra en medio ambas sillas, las cuales están rodeadas por un lugar rodeado de tonos blanco y azul, con un fondo bastante digitalizado. En la mesita se puede apreciar un jarrón con unas cuantas flores.
Me siento en la silla que me indica con algo de nerviosismo, y es entonces cuando logro escuchar lo que uno de los presentadores de noticias dice más allá.
—Blair Johnson le dio la vuelta al país rápidamente, y su nombre también se extendió por otras naciones. Su nombre, nunca antes oído, atravesó fronteras y formó muros de indignación. Acusada de escribir un libro denigrante contra la comunidad LGTBI, enemiga del ojo público. Sin embargo, ¿qué tiene que decir ella al respecto? A continuación tendremos una entrevista exclusiva con ella. Entonces podremos oír sus razones, y agregar una pieza más a este rompecabezas que cada vez parece más confuso de armar.
El hombre que antes se encontraba en la sección de noticias se acerca a mí y se sienta en la otra silla. Me sonríe antes de desviar su atención hacia una pantalla más allá. Es entonces cuando veo un informe sobre mí y sobre la gente piensa después de lo sucedido. Ver que solo existe odio e incertidumbre entre las personas por mi culpa hace que me duela el corazón.
—Entonces, señorita Johnson. —Me sobresalto en mi sitio al escuchar al hombre frente a mí hablar—. Es una sorpresa tenerla aquí. Nadie había tenido noticias sobre usted últimamente. No se preocupe, sé que debe ser extraño para usted estar en televisión, pero aquí está segura.
—Gracias...—murmuro, no muy segura de lo que dice.
—Quisiéramos saber muchas cosas. El país no ha tenido la oportunidad de oír su versión de la historia—continúa, observando unos papeles entre sus manos—. Me gustaría que empezara por ahí. Escribir un libro tan ofensivo y luego publicarlo a la venta supondría un caos. ¿Entonces por qué lo hizo?
Me sujeto de los reposabrazos de la silla y respiro profundo. Ya estoy al aire. Tengo que decir algo, o quedaré en ridículo. Pero es que todo esto es tan impactante... verme aquí ahora me hace sentir que esto no es real. Que es solo un vago sueño, pero la realidad es que nada es más real que esto.
Cuando Jackson me dijo que los comunicadores no tendrían tacto, lo decía en serio.
— ¿Se siente bien?
Me llevo una mano a la cabeza y suspiro.
—Sí, solo...
Por un lado se me acerca un hombre y me da un vaso con agua. Lo acepto con agradecimiento, y doy unos cuantos sorbos mientras intento calmarme. El hombre frente a mí aún me observa, así que decido darle una respuesta lógica.
—Lo siento... es que todo ha sido demasiado impactante y caótico—digo mientras bajo el vaso de agua —. Es decir, ya han pasado meses. ¿Por qué la gente aún no lo olvida?
—Bueno... debe entender que un tema como el LGTBI siempre ha sido controversial. También se sabe que quien lo critique a gran voz, no saldrá bien librado.
—Sí...—sonrío con tristeza. Supongo que Alex debía saber eso—en eso tiene razón.
El hombre frente a mí se acomoda mejor en su silla y observa una vez más sus papeles. Parece muy concentrado. Debo admitir que nunca había tenido que interactuar con este nivel de profesionalismo. En este lugar todos son tan centrados, tan profesionales, tan imperturbables... si tan solo Michelle pudiera ser así, todo sería más fácil. Y lo intento. Lo intento mucho. Pero no me funciona. De una manera u otra, aun siendo Michelle, Alex logra afectarme y a veces siento que pierdo el control.
Y odio eso.
—Nos gustaría saber cuáles fueron los motivos que la llevaron a escribir tal libro. ¿Hay algo en su vida que la haya llevado a odiar a esta comunidad de esta manera?
Me aferro con más fuerza a los reposabrazos de la silla, intentando no dejarme caer.
—No, usted está equivocado. En realidad yo-
—Este es un tema muy serio, señorita Johnson. Le ruego que sea totalmente honesta. Se ha armado una gran polémica a causa de esto. Por favor, confiamos en su palabra.
Trago grueso mientras agacho la mirada, temblorosa. No soporto esta presión. Lo que diga aquí lo sabrá mucha gente, pero también está la cuestión de si me creerán o no. Tengo que decirlo... Tengo que delatarlo ahora. Alex no se merece mi piedad. No la merece. A pesar de todo el tiempo que pasamos juntos, y a pesar de todas las situaciones vividas... no puedo dejar pasar esto.
No puedo permitirlo.
—La verdad es que... yo no escribí ese libro.
El entrevistador me observa, pasmado.
— ¿Cómo dice?
—Lo que oyó—murmuro, apretando los dientes. Todo esto ha sido una injusticia contra mí. Estoy harta — ¡Yo no lo hice! ¡No escribí ese libro!
El hombre parpadea repetidamente, sorprendido por mi repentino ataque de ira.
—Si usted no lo hizo, ¿por qué aparece usted como la autora?
Me recuesto contra el espaldar de la silla, con un nudo en la garganta. Ahí está. La pregunta a la que no quería llegar. Alex, no debiste obligarme a esto. ¿Por qué aparezco como la autora? Él lo hizo. Él hizo tratos sucios para que ese libro fuera escrito y para que mi nombre fuera difamado. Quería que mi sueño de ser una escritora reconocida quedara por el piso, y por eso hizo lo que hizo. Además de que no quería romper su record de niñeras despedidas dejando a una sana y salva. No. Tenía que deshacerse de ella también.
Pero...
«¿Sigue con vida? ¡¿Blair sigue con vida?!»
«Ella no es una traidora.»
«Mejor cierra la boca Serena, o diré cosas de las que me puedo arrepentir. Y usted, se atreve a denigrarla otra vez y se las verá conmigo.»
«Porque a diferencia de muchos, yo la quiero de verdad.»
«Usted... es una mierda de persona, ¿sabía? Intentaba ayudar a alguien especial para mí, pero usted siempre está metiéndose a propósito. También lo oyó. Usted también oyó que ella está siendo amenazada de muerte, y no le importa en lo más mínimo.»
« ¡Entonces déjeme ayudarla! ¡Es todo lo que pido!»
¿Por qué... a pesar de que no le importo, me ha estado defendiendo todo este tiempo?
— ¿Señorita Johnson? —me llama el hombre, algo preocupado.
—Todo esto... ha sido un complot contra mí—confieso—. Hicieron esto porque querían sacarme del camino. La realidad es que me mudé a Los Ángeles con el objetivo de convertirme en una escritora famosa. Publicar un primer libro con una buena editorial, y después de eso despegar desde allí. Entonces... tuve la oportunidad con la editorial Change. Pero conocí a personas que no me querían.
»Solo porque no hice lo que ellos querían, tomaron la decisión de sacarme del camino. En especial una persona. Alguien quien fue el mayor responsable de mis desgracias. Él movió las fichas a su antojo, y por su culpa... puede que yo ya no tenga salvación. Esa persona tenía influencias en la editorial Change, y por eso, pudo hacer todo lo que hizo.
— ¿Y quién es esa persona?
«Porque a diferencia de muchos, yo la quiero de verdad.»
No... no puedo ponerme sentimental. El me lastimó. Él provocó todo este caos, y no me importa que ahora intente arreglar las cosas. Ya no tiene sentido. El desastre está hecho. Pasamos por tantas cosas, reímos juntos, lloramos juntos, aprendimos juntos... pero ambos cometimos un gran error. Él cometió el error de lastimarme, y yo cometí el error de volver a confiar. He confiado tantas veces en las personas, esperando que algún día pudieran apreciarme de alguna manera... que lo único que termino obteniendo de ello es un profundo dolor.
Soy consciente de la realidad. Y por eso, debo hacer lo que es correcto.
Un par de lágrimas se me escapan antes de hablar, y no puedo evitar el temblor en mi voz.
—Co-Colin... Evans.
Pero a pesar de todo... no soy capaz de regresarlo a la oscuridad de la que salió.
Agacho la mirada, y la magnitud de mis acciones me golpea fuertemente en el rostro. No lo hice. No dije su nombre.
¿Por qué? ¿Por qué no lo hice?
¿Por qué no dije su nombre?
Es cierto que Colin fue el autor material de todo esto, pero el verdadero autor intelectual era Alex. Él lo planeó todo. Además, no tiene sentido que haya denunciado a Colin. Dijo que se iría lejos, a un lugar donde nadie lo pudiera encontrar. Tiene sentido. De esa manera estaría seguro, y jamás podrían atraparlo. Nadie conoce su cara, a diferencia de mí. Mi foto está en el libro, así que eso da la libertad de encontrarme y juzgarme.
Pero Alex no ha desaparecido. Sigue en su sitio. O bueno, tal vez en un sitio mejor. A él sí podrían haberlo encontrado. Si podría haberle hecho pagar. Pero Alex ya estuvo en la cárcel una vez. Si lo denuncio... ¿qué me asegura que la policía no tomará cartas en el asunto hasta enviarlo a la cárcel de nuevo? Pero entonces... ¿por qué? ¿Por qué sigo poniendo sus sentimientos sobre los míos a pesar de las circunstancias?
¿Por qué no puedo dejar de estar enamorada de él?
—Las declaraciones que está haciendo son muy serias—dice el hombre —. ¿Por qué este tal Colin Evans haría tal cosa? ¿Qué poder tenía para hacer esto?
—É-Él... —me siento tonta. Me siento muy tonta — era editor... en la editorial Change. Al parecer había una pequeña mafia de auto-publicación en la editorial, a pesar de que ésta no trabaja con publicación de libros a pedido. Por dinero... esa gente publicaba cualquier tipo de libros, sin importar su contenido.
—Ya veo... ya que lo menciona, la editorial Change hizo un comunicado hace unos cuantos meses acerca del incidente. Veamos las imágenes.
El hombre voltea su mirada hacia una pantalla que se encuentra un poco más allá. Hago lo mismo, esperando ver algo. Poco a poco se muestra la imagen de unas personas subidas en un escenario de un auditorio, al parecer. El presidente de la editorial se encuentra en el atril lleno de micrófonos, con los puños firmemente cerrados y con el rostro lleno de indignación. Harmony se encuentra parada a su lado derecho, con posición firme y centrada. A su izquierda se encuentra Alex, con la mirada perturbada y con los puños fuertemente apretados.
— ¡Esto es una equivocación! —grita el señor Aldridge —. Se ha culpado injustificadamente a una muchacha inocente. Este libro —Levanta el libro en una de sus manos. — no fue escrito por ella. Su verdadero libro era una novela romántica que esperaba por publicarse. Pero personas inescrupulosas actuaron de mala fe, ensuciando su nombre e insultando a la población LGTBI. Y por eso lo hemos reunido aquí, a ustedes: representantes de la comunidad LGTBI y miembros de la prensa. Han estado atacando a esa muchacha, y nosotros como responsables debemos por lo menos defender su nombre.
Cuando deja de hablar, un montón de flashes se disparan hacia su dirección, y muchas personas hablan simultáneamente. Entonces de repente alguien habla:
— ¿A qué clase de personas inescrupulosas se refiere?
—Me refiero...—el señor Aldridge respira profundo. Harmony le dirige una mirada de ánimo—a que no había tratos limpios en la editorial.
»Al parecer se habían creado negocios sucios que yo desconocía. Se le podría llamar una especie de mafia. Un enorme grupo de personas de diferentes departamentos se aliaron para crear una mafia de auto-publicación. Gracias a este incidente, pude darme cuenta de que esto estaba pasando, y me sorprendí mucho al saber que el responsable de este incidente era uno de nuestros editores más valiosos. Apreciábamos mucho el trabajo del señor Evans, pero... nunca me esperé que tuviera este plan entre manos.
»Pueden estar seguros de que todos los responsables tuvieron su merecido.
Alex agacha la mirada ante la mirada filosa del señor Aldridge, y entonces me entra la curiosidad. ¿Acaso el señor Aldridge habrá hecho pagar a Alex de alguna manera?
— ¿Cómo hizo que se responsabilizaran de sus actos, exactamente? —pregunta una mujer, pareciendo agitada entre la cantidad de gente.
—Hubieron despidos masivos. La editorial ha estado pasando por momentos muy duros a causa de ello. También se ha abierto una investigación contra la empresa, y nuestra reputación ha caído en picada.
— ¿Y no le importa todo eso? —pregunta otro hombre —¿Por qué luce tan tranquilo?
—Porque más que la empresa, me importa que se haga justicia—asegura con fuerza—. Prefiero asegurar el bienestar de esa mujer perjudicada por nuestra culpa antes de asegurar el bienestar de la empresa.
— ¡¿Sabe que muchas familias dependen de usted?! Poner a esa mujer sobre las necesidades de toda una empresa es algo estúpido. Es riesgoso lo que está haciendo—comenta alguien al fondo.
—Lo sé. Pero no dejaré morir a mis empleados. Incluso si la empresa quedara en quiebra, encontraría la manera de reubicarlos a todos. Pero no dejaré que arruinen la vida de esa mujer por nuestra culpa. No quiero cargar eso en mi conciencia.
Una nueva ola de murmullos se dispara entre la multitud, sin embargo ninguna voz se alcanza a entender con claridad.
— ¡¿Cómo podemos creerle?! ¡¿Sabe lo que nos ha hecho?! ¡¿Tiene idea?! —grita alguien, al parecer perteneciente a la comunidad LGTBI —. Este libro... ¡solo ha penetrado en las mentes de jóvenes inseguros, adultos temerosos de revelar lo que verdaderamente son y mentes deprimidas! ¡¿Es consciente de que hay personas que se han llegado a suicidar por la realidad que les mostraba ese libro?!
Me quedo tiesa sobre mi silla. Estoy en shock. ¿Suicidios? ¿Ese libro ha provocado suicidios? No... no puede ser... yo...
—Lamentamos todo lo ocurrido—murmura el señor Aldridge.
— ¡¿Cómo estar seguros de que ésta no es una fachada para proteger el buen nombre de la editorial?! —pregunta la voz furiosa una vez más— ¡¿Por qué no aceptan de una vez que son capaces de publicar libros como ese?! ¡Que son capaces de aceptar a personas tan horrendas como Blair Johnson!
El señor Aldridge aprieta los puños sobre el atril, y el rostro de Alex se contrae por la rabia. Pareciera que quiere tomar un micrófono y gritarles a todos que se callen, sin embargo no lo hace.
—Les aseguro que lo que estoy diciendo es verdad—afirma—. No tengo la intención de beneficiarme con estas declaraciones.
— ¿Tiene alguna prueba que pueda mostrarnos? —pregunta una periodista.
El señor Aldridge traga grueso. Baja la mirada hacia el atril, como si estuviera buscando las respuestas allí.
—De una u otra forma... los registros que evidenciaban los negocios sucios que se estaban llevando en la editorial, desaparecieron del archivo. Creemos que el señor Evans borró todas las huellas antes de desaparecer.
—Entonces no tiene evidencia—dice una voz enfadada detrás —. Si no tiene evidencia, no podemos creerle. Blair Johnson será culpable hasta que haya una evidencia creíble y contundente que demuestre lo contrario.
Las imágenes desaparecen de la pantalla, y el entrevistador regresa su mirada hacia mí. Yo aún estoy procesando toda la información. ¿Qué he hecho? He causado tanto dolor y sufrimiento... incluso... hay personas que se han suicidado por mi culpa. Sé que yo no escribí ese libro, pero no puedo evitar pensar que si no me hubiera metido en el camino de Alex... si hubiera renunciado aquella vez en la que Alex intentó ahorcarme... podría haber continuado con mi camino y evitarle todo este sufrimiento a esa gente.
Me siento como una asesina.
— ¿Había visto esas imágenes, señorita Johnson? —pregunta el hombre.
Niego con la cabeza, aturdida. Causé suicidios. No puedo con esto.
—La razón por la que mucha gente no cree en su inocencia es porque creen que la editorial dijo eso para mantener su reputación intacta. ¿Qué opina de eso?
— ¿Suicidios? — pregunto, casi sin aire —¿Ha habido suicidios por culpa de esto?
El entrevistador me mira sin entender, hasta que algo se ilumina en sus pensamientos.
—Ya veo. Al parecer usted ha permanecido alejada de los noticieros, ¿no es así? Han pasado muchas cosas, pero creo que hacer eso fue la mejor decisión para su salud mental.
— ¡Al diablo con eso! —Me pongo de pie de un salto. Estoy temblando por todos lados. Que hayan suicidios por mi culpa... eso no puedo tolerarlo—. ¡¿Cómo puede estar tranquilo...estando en frente de mí?! Si la gente se ha suicidado por mi culpa... ¡¿eso no me convierte en una asesina?!
— ¿Pero no dice usted que no es culpable?
— ¡No lo soy! Pero... si no me hubiera cruzado en su camino... tal vez habría gente que seguiría con vida.
—Puede ser... como puede ser que no. La vida es muy incierta.
Caigo sentada en mi silla de nuevo, y me llevo las manos al rostro. Soy la peor escoria de esta tierra. He causado tanto dolor... solo por cruzarme en su camino. Debí haber renunciado cuando pude. Debí dejar a Alex en paz, como él quería.
Debí quitarme de en medio. Pero fui testaruda y estúpida, creyendo que con mi optimismo y mi insistencia lograría algo bueno. Pero nada terminó bien. Me convertí en lo peor de este mundo. Me odio tanto ahora mismo... que no puedo soportarlo. Me odio tanto porque conozco al responsable de esto... y aun así no puedo decir su nombre en frente de sus cámaras. Fui testigo de su sufrimiento por casi un año, y eso me impide devolverlo a ese estado.
— ¿Por qué Colin Evans hizo lo que hizo?
—Él... intentó violarme—murmuro, aturdida—. Pero por suerte no lo logró. Por otro lado, es homofóbico, y trabajaba en la editorial. Al parecer... no está acostumbrado a perder.
El entrevistador se queda en silencio, y yo quito las manos del rostro. Vine aquí con el objetivo de salir victoriosa... pero ahora me siento peor que cuando entré por la puerta de este edificio.
Por favor, termine ya con esto. Necesito salir de aquí. Por favor, déjeme ir ya.
Esto fue un error.
—Me temo que se nos ha acabado el tiempo. Señorita Johnson —me extiende la mano, y la junto con mi mano temblorosa—, gracias por aceptar venir. Era necesario escuchar su versión de la historia para aclarar este asunto.
—Gra-gracias...
—Y no se preocupe. Si usted no es culpable, en algún momento se sabrá la verdad—asegura. Entonces gira la cabeza hacia la cámara, y continúa con su programa—. Ahora, en otras noticias...
Me levanto de la silla y salgo corriendo hacia el baño. Creo que voy a vomitar.
........................
¡Hola gente! Vaya, que tarde es. La mayoría de ustedes deberían estar durmiendo a esta hora ya (y si no es así, ¿qué haces despierto o despierta a esta hora, eh? 7u7
¡Lamento la tardanza! Estaba en la universidad y se me pasó por completo, pero al fin traje el capitulo. ¡Felicidades a quienes atinaron a ciertas cosas en este capitulo! Y perdón por el titulo tan largo :v
Blair no fue capaz de delatar a Alex, pero... ¿eso significa que es el fin de su venganza? ¿O acaso aun no ha terminado? ¿Que hará ahora?
¡Espero todas sus opiniones! ¡Muchas gracias por leer, y hasta la próxima!
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