Capitulo 3

Leonardo se despertó agitadamente; tan solo para ver que estaba en su habitación. Se dejó caer de nuevo en la cama, y se cogió fuertemente la cabeza; tenía un terrible dolor de cabeza, como de cuerpo. Fue levantándose lentamente, notando un molesto dolor en su cintura; intentando ignorarlo, salió de su habitación y fue dirigiéndose al lavabo. Allí, puso el seguro, y encendió el grifo; se miró fijamente en el espejo, sus ojos habían empeorado, ese arco negro estaba agradeciendo. Entonces noto un olor, que venía de su cuerpo; un olor, parecido a la cerveza.
-¿Por qué huelo a cerveza?-, se preguntó el de azul, antes de apagar el grifo del lavabo y empezar un baño.

Mientras en la sala principal, se encontraban los tres hermanos menores, cuales oyeron como el mayor entraba en el lavabo; el de rojo se le hacía raro, nunca oyó o vio como el de azul había vuelto. Pero prometía haber oído algún susurró en el cuarto de su hermano mayor; ya que era posible oír conversaciones desde su habitación, y todavía más si están justo al lado. Los más menores, se alegraban de oír, que el mayor había salido de ese cuarto; que estaba en tan silencio, que parecía la tumba de un muerto.
En cambio, el maestro no le gustaba lo que llevaba con si; un tinieblas seguía a su hijo mayor, una tiniebla superior. Tampoco le gustó la visita que tuvo mientras estuvo en su meditación; esa sombra cual le gano en batalla, en la mente de su hijo, había vuelto a molestarle. Con esa risa de superior, y sus sucios juegos de batalla; pero le sorprendió lo que dijo:
"Tan solo un paso más, y gracias a vosotros Leonardo caerá a las tinieblas"
No lo entiendo, pero sabía que había que volver a entrar en la mente de su hijo; y esta vez traer refuerzos, con cual sacaran de ese sufrimiento, a su hijo en azul. Decidido salió del dojo, y por su suerte su hijo mayor no estaba presente; se acercó a sus otros tres hijos.
-Hijos míos, tengo una misión para vosotros-, les informo el Sensei, llamando la atención de los mutantes.
-¿Y de que se trata Sensei?-, pregunto el genio.
-Vamos a meternos en la mente de vuestro hermano-, le respondió.
-¿¡QUÉ?!-, dijeron en coro los tres hermanos.
-Si queréis de vuelta a vuestro hermano, con su memoria, lo mejor que podemos hacer es eliminar al que está haciéndolo sufrir. Por eso en este entrenamiento nos meteremos en su mente-, les explico; pero en ese momento apareció el de azul, cuál venía algo dormido, cojeando; y, que solamente noto el maestro, un no muy notable olor a alcohol. Sin hacer ruido, entró en la cocina, ignorando las miradas extrañas de los otros presentes; y esperando tener un día tranquilo.

Pero al instante de entrar en la cocina, se topó con el príncipe, esperándole con una sonrisa.
-Buenos días, precioso-, le saludo.
-¿Qué haces aquí? No deberías venir, especialmente con ellos en la otra sala-, le preguntó el de azul, cuál se había asustado al oírle.
-De visita-, le respondió, poniéndose delante del mutante; cual en ese momento noto, que el príncipe era más alto que él. El chico sombra, ese día llevaba otra vestimenta; algo más elegante pero a la vez atrevido. Se fue acercando al rostro del de azul, pero este tan solo se separó; confundiendo al príncipe, pero a la vez lo veía como un juego atrevido.
-Ni conozco tu nombre, y tu no me paras de besar-, comentó el de azul.
-Tampoco es que te resistas-, respondió el chico.
-Es que algo en mí me dice que lo necesito; y le hago caso-, le respondió.
-Si tanto quieres saber mi nombre, te lo diré. Pero te aconsejo, que no lo olvidaras-, le dijo el príncipe, mientras rodeaba la cintura del mutante con su brazo.
-Nadie dijo que quisiera olvidarlo-, le contestó, mientras sentía como algo hacia el príncipe con su dolor; entonces el chico sombra se acercó a su oído, y le susurró, con una sonrisa:
-Azuzel-, y de allí el príncipe desapareció, haciendo que el mutante casi se cayera al suelo. Miro a los lados buscando por donde se pudo ir; pero lo único que quedaba en esa cocina era él. Lo que le sorprendió, fue que ya no sentía ese pesado dolor en la cadera; y sonriendo un poco, fue a coger por lo que por un principio vino. De alguna manera se le hacía algo lindo el príncipe, pero sabía que algo le faltaba; le faltaba lo que de un gran principio le hacía sufrir. Pero quiso ignorar, y volver a su propio mundo; donde poco a poco se iba destruyendo.

Ninguno de los presentes, tenían en mente, lo que el príncipe de las tinieblas podía hacer; y en el peligro de cada uno de los sentimientos que cualquiera de ellos podrían experimentar.

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Sé que puede ser algo corto, pero es la parte inicial, para empezar el RaphxLeo. Prometo que el siguiente capítulo habrá algo de RaphxLeo.
Alguna pregunta, la responderé. Gracias por votar en esta historia,
Besos :3 Natalia

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