Capítulo 5

"No eres cobarde... eres sólo alguien que todavía no ha encontrado el valor"

Pasé varias horas en mi habitación ensayando mi monólogo. Quería que fuera lo más sencillo posible y de ser necesario, muy ligero, quizás incluso con un toque de humor. Les hablaría a adolescentes. Debo recordar cómo era yo en esa época.

En ese entonces tenía a Edward y era muy feliz. Creía que duraríamos mucho tiempo juntos. Pensaba en todos los lugares que conoceríamos, habíamos planeado que un día tomaríamos nuestras mochilas y saldríamos a caminar hasta cansarnos. Visitaríamos el gran cañón, las cataratas del Niágara, el desierto de Phoenix...

Pero el tiempo pasó y se encargó de ponernos uno en contra del otro. El destino es cruel a veces. La prueba que nos envió fue más grande que nuestras fuerzas y nuestro amor.

Si un día antes de enterarme que estaba embarazada, me hubieran dicho que odiaría a Edward, seguramente me habría reído.

"Lo amo con todo mi corazón, es mi mundo, es mi todo", les repetía a mis amigas. Y ellas envidiaban nuestra relación. Muchas compañeras habían estado enamoradas secretamente de mi novio durante toda la secundaria. Yo llegué a la preparatoria y apenas dos meses después ya éramos novios. Fue mi primera relación y yo la suya. Nos entregamos en cuerpo y alma, no había segundo del día en que no pensara en él.

Recordar eso no ayuda mucho a mi discurso. Por años he bloqueado esos hermosos recuerdos, quería odiarlo con todas mis fuerzas. ¿Habré sido demasiado dura? ¿Actué precipitadamente? Sí... lo sé. Me apresuré, estaba completamente aterrada y fuera de mí. Atrás quedó esa jovencita madura y fuerte que solía ser. Esa etapa de mi vida me dejó con los nervios destrozados y la autoestima en el piso. No pude recuperarme pronto, me costó trabajo continuar con mi vida. Entrar en la universidad fue como una tortura. Quería estar en casa de mi madre todo el tiempo. Pero no tenía ese derecho. Yo había renunciado al pasado.

¿Cómo serán aquellas jovencitas embarazadas? ¿Tendrán las mismas dudas que yo? ¿Los mismos miedos? No lo creo. De cierto modo ya tienen su futuro previsto. Aunque no lo quieran compartir con las demás personas. Tienen un padre para sus hijos y las familias ya aceptaron y se hicieron a la idea.

Cuando le conté a mi papá, un año más tarde, sobre mi problema, viajó hasta Jacksonville. Nunca me dijo que lo decepcioné, pero podía ver en sus ojos que así era. Charlie no es muy expresivo, sólo me dijo que debí haber confiado en él. Que las cosas podrían ser distintas. Le reprochó a mi madre el haberlo mantenido al margen de todo. Y se marchó. Pero venía cada navidad a vernos. Phil lo permitía, él es un tipo muy abierto. Nunca le veía problemas a las cosas y usualmente hacía lo que mi madre quería. Bueno, eso fue hasta que mi papá se volvió a casar. A su esposa no le hizo gracia su tradición de pasar la navidad fuera de Forks y el último año no vino. Me dio una llamada pero apenas le hablé. Las veces que he intentado conversar con él me responde una mujer maleducada. Dice que es la hija de su esposa.

Salí a pasear para despejar mi mente. Me había pasado la mañana intentando escribir y apenas llevaba media página.

Cuando pasaba cerca del municipio pude ver un grupo de personas vestidas de negro caminando hacia una calle alejada del parque. Instintivamente los seguí. Era Rosalie Hale y su familia, entraron al velatorio público. No quise acercarme, podrían tener alguna especie de orden de repeler a los periodistas. Nosotros somos muy mal vistos por todo el mundo, somos los metiches y los chismosos. Nos echan, nos golpean y agreden. Sin embargo el morbo de la gente nos hace ganar dinero con las noticias que tanto cuesta conseguir.

Yo soy periodista porque soy curiosa, siempre quiero llegar al fondo de las cosas y averiguar la verdad tras la careta maquillada de las historias. Poder ver y palpar lo que sucede a mí alrededor. Es cierto que no he viajado mucho. Me limito a la revista y hago mucho trabajo de escritorio. En contadas ocasiones me ha tocado viajar como ahora. Me gustaría trabajar para un periódico grande como el Times o la Gazeta. Eso sí sería un espléndido trabajo lleno de aventuras.

Doblé en la siguiente calle y saqué mi celular para llamar a Mike. Quizás yo no fuera bienvenida pero a él poca gente lo conoce. Estaba concentrada en buscar en mi libreta de direcciones el número de mi compañero de trabajo cuando sentí la mirada de alguien muy cerca de mí.

Edward Cullen.

¿Por qué justamente él entre tanta gente?

Intenté seguir adelante, como si no lo conociera. No quería hablarle, no aquí, no en plena calle. No en este mundo.

—Bella— dijo duramente. Mi nombre parecía una ofensa en sus labios. Nunca me había sentido así, como si con solo nombrarme me culpara de algo. Debían ser ideas mías.

—¿Cómo estás Edward?— pregunté por cortesía y lo rodeé para seguir mi camino.

—¿Por qué preguntas cómo estoy si no vas a detenerte a oír mi respuesta?— preguntó. Me detuve en seco.

—Porque es una formalidad— respondí sin darme la vuelta.

—Estoy muy bien. Gracias— dijo escupiendo las palabras. –Esa también es una formalidad. Mentir es una formalidad. Fingir que no nos conocemos es una formalidad. ¿Tratarnos como si nada hubiese ocurrido entre nosotros también es un protocolo de buenos modales?— preguntó. Me giré para encararlo.

—Las buenas costumbres dictan eso. Pero si quieres que no te salude está bien por mí— respondí.

—Ya somos dos extraños...— susurró.

—Dos extraños con recuerdos en común. Sólo eso.

—¿Recuerdos? ¿Solo recuerdos Bella? ¿No compartimos nada más?— sus preguntas me dejaron sin aire. ¿Qué sabía él de mí?

—No compartimos nada— dije reuniendo todo el odio que por años le había guardado.

—¿Ni el dolor? ¿O es que a ti no te dolió lo que hiciste?

—No tengo porque darle explicaciones a quien huyó como rata por tirante.

Logré borrar de su rostro esa expresión de repulsa que parecía tener cuando me veía.

—Lo confieso. Me asusté. Sentí que el mundo se me venía encima. Pero yo recapacité. Quería a ese bebé. ¡Te quería a ti!

—Muy tarde— me encogí de hombros y miré hacia otro lado.

—Eres como una piedra. Incluso parece que no te costó nada des hacerte de nuestro hijo— me dio la espalda para marcharse. ¿Pero qué mierda creía? ¿Qué me iba a tratar así y dejarme con la palabra en la boca?

—Puedo ser de piedra pero no me orino en los pantalones, gallina. No salgo corriendo cuando algo me asusta. ¡Maldito cobarde! ¡No vales nada!— le grité y corrí para alejarme. No quería ver la ira o la vergüenza en sus ojos.

Pero mis piernas cortas y mis reflejos lentos no fueron lo suficientemente rápidos, antes de llegar a media calle pude escuchar su voz apagada. No lo gritó a voz en cuello, pareció un murmullo potente, de esos que te trae el viento en noches sombrías.

"Asesina" su voz sacudió mi corazón. ¿Asesina? ¿Eso creía?

Enjugué una lágrima y seguí caminando. No me siguió por suerte. Seguro que también se fue.

Me odia más de lo que imaginaba y yo jamás podré sacarlo de sus tormentos. No puedo...

Me iba a costar muchísimo hablarles a las niñas embarazadas con Edward presente. Su mirada acusadora me perseguirá mientras siga aquí. Es mejor acabar con esto y marcharme de una buena vez. Por mi tranquilidad y también por mi seguridad.

.

EDWARD POV

Ahórrate tus reclamos,

yo ya me he culpado suficiente.

No me juzgues más, han sido años de condena.

Yo también he sufrido, también he llorado,

he maldecido y blasfemado.

He vivido errante en un desierto,

con el alma vacía y la soledad

de mi remordimiento.

"Asesina" le dije. Fue mi ira, mi frustración. Este odio que se ha ido acumulando en mi pecho y me ahoga algunas noches de soledad. No debí. Creí que las terapias me habían ayudado a manejar el enojo pero me di cuenta que no era así.

Debo disculparme, no es forma de tratarla. Ella debe cargar también con su propia culpa, quizás lo maneje de otra forma, más íntima. Uno no escapa de esos remordimientos, eso lo tengo por seguro. He conocido muchas mujeres que debido a este triste evento en su vida, han padecido depresiones profundas y secuelas terribles.

No considero que Bella tenga corazón de piedra. Se lo dije porque es lo primero que me vino a la cabeza cuando no mostró las emociones que creí estarían en su rostro al mencionar el aborto que se practicó hace años.

Llegué al velatorio del pequeño hijo de Rosalie Hale. La situación allí era desgarradora. Por un lado Rose estaba destrozada y por el otro, los abuelos de Royce protagonizaban escenas lamentables. Lo único que tenían en común era su dolor. No sé cómo voy a tratar este problema con la familia de Royce. Técnicamente él no es culpable de la muerte de su hijo pero ha golpeado muchas veces a su pareja desde que dio a luz. Y es que para estos inmaduros adolescentes ha sido difícil adaptarse el uno al otro.

El año pasado, ella vino a confesarme que estaba embarazada. Era la primera vez que, durante mi administración, una adolescente embarazada asistiría a clases con los demás estudiantes. Hablé primero con ella y Royce. Parecían una pareja muy enamorada ¿Qué les pasó?

Los padres de Royce viven en Londres, sólo pude contactarme con sus abuelos, quienes al tener una idea demasiado arcaica sobre el problema prefirieron culpar a Rosalie y no a su nieto. Ellos volvieron a buscarme cuando Royce decidió irse a vivir con Rose. Nuevamente tuve que contactarme con los padres de Rosalie. La señora Lilian Hale, es una buena mujer que confiaba en que ellos sabrían salir adelante juntos y sólo necesitaban ayuda. Les cedió una parte de su casa para que la nueva pareja inicie su vida juntos. La primera vez que supe que Royce la golpeaba fue por Alice. Ella no formaba parte del grupo del pacto. Ese grupo que tantos dolores de cabeza me han dado. Pero mi hermana siempre era una buena fuente de información, porque era adolescente como ellos.

Ahora la escuela y yo estamos en el ojo de la tormenta. ¿Qué es lo que pasó?

Estoy seguro que Rosalie y Alice se embarazaron sin querer. Fue un accidente debido a su inmadurez. Pero las demás no. Ellas lo planificaron y no he podido sacarles prenda del asunto. Esas niñas no han confiado ni en su familia. Al principio dijeron que el padre de sus hijos era el mismo muchachito. Alec, el mejor amigo de Royce. Sin embargo él lo ha negado muchas veces. Afirma que su pareja es Irina y que no tiene que ver con los demás embarazos. Todo esto me huele mal, hay alguien que está manipulando a estos niños. De alguna manera puedo sentirlo pero no estoy seguro.

Ojalá que Bella no se eche para atrás con lo de mañana. Ella es una pieza importante para intentar descubrir este misterio. Ella y mamá. Mi madre también tiene una triste historia que contar, sucedió antes que yo naciera. Confío en que las vivencias de otras mujeres haga que las niñas se abran y nos permitan ayudarles.

Durante el entierro del bebé King-Hale estuve algo perturbado. Jane, la subdirectora parecía manejar la situación mejor que yo. Tal vez se deba a que es mujer y emocionalmente es más fraterna al sufrimiento de Rosalie. Quizás debiera cederle mi puesto a Jane, parece llevarse mejor con las estudiantes. Tiene un grupo de apoyo por las tardes y sus clases siempre son muy concurridas.

De vuelta en casa y antes de dormir, vuelvo a tomar mi diario. Y a seguir torturándome palabra tras palabra, con algo que jamás volveré a tener.

Y a veces te he soñado, de pie, con tus brazos abiertos.

Con la mirada dulce y la sonrisa fresca.

He corrido hacia ti pero no he podido tocarte.

Vano espejismo, simple ilusión.

Pero estabas allí, sin la calidez de tu cuerpo

ni el aroma de tus cabellos, estabas allí,

conmigo en el destierro, en mi desierto.

La sed que sentía eran de tus besos,

tus palabras tiernas, sin embargo estaba conforme.

Porque estabas conmigo aun sin poder tocarte.

...

He soportado el vacío, el tormento,

la soledad y el dolor de mis sueños muertos.

Hoy has vuelto, como si te hubiese llamado,

estás aquí nuevamente.

Y puedo soñar con una última oportunidad

para decirte "lo siento".

Y si la vida me permite demostrarte

que estoy arrepentido,

me daré por satisfecho.

********************

Este par necesita una buena conversación si quieren recuperar sus vidas.

Gracias por leer

PATITO

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