Capítulo 3
"No te sirve de nada ser inteligente porque eres un cobarde, puedes tener grandes ideas pero te faltará el valor para realizarlas"
Después de hablarlo con Mike llegamos a la conclusión que no podíamos ir juntos a reunirnos con Alice. Debía ser sólo yo... y desde luego con una grabadora. No quería perderme una sola palabra de lo que me diría. ¿Cuál sería el juego? Porque algo extraño había en cada cosa que ellas hacían, desde que intenté averiguar, es como si una alta muralla se hubiera alzado en torno a este problema. Las adolescentes por un lado y los padres por el otro. Y desde luego el director de la escuela, ese gallina llamado Edward Cullen.
Lo más extraño es el lugar que mi pequeña amiga había escogido para entrevistarnos. Nada más y nada menos que el claro del bosque dónde su hermano y yo solíamos tener nuestras citas. Aquel lugar mágico, que en primavera, como ahora, debía estar repleto de hermosas flores silvestres. Allí fue la primera vez que Edward y yo hicimos el amor, sobre esa hierba verde, bajo las estrellas una noche de luna llena. Por esa misma razón no era grato para mí tener que movilizarme hasta allá. Pero trabajo era trabajo. Las emociones y los recuerdos sobran en esta historia, ya no se trata de mí sino de una misión que tengo.
Apenas llegué, divisé un auto plateado. Algo se removió en mi estómago. Y no era la comida. Respiré hondo y seguí caminando, miles de ideas pasaron por mi mente pero las deseché. No tenía sentido pensar que Edward podía estar aquí. Al acercarme me di cuenta que Alice estaba sentada en el capó de su auto balanceando las piernas. Se veía bastante graciosa, pequeña y con aquella pancita redonda. Como un duende embarazado.
Le sonreí al acercarme y me devolvió la sonrisa.
—Hola— saludé. — ¿Por qué me citaste aquí?— pregunté.
—Porque este es mi lugar especial, bueno sé que antes de nosotros ustedes también lo frecuentaban— sonrió.
— ¿Te encuentras aquí con el profesos sustituto de tu escuela?— dije dejando de lado falsos sentimentalismos. Que me importaba el claro y los recuerdos, eso era pasado.
—Cuando dices eso suena feo. Jasper es el amor de mi vida...
—Si, a tu edad el primer amor es el de tu vida. Espera que vivas un poco más y la realidad te va a decepcionar— dije cruzándome de brazos frente a ella.
—Sabes Bella... antes eras agradable ¿Qué te ha pasado?
—Crecí.
—Espero que eso no me pase.
—No puedes evitarlo. Espero que te vaya bien, no tengo nada contra ti o tu familia, solo vine a investigar y a cubrir una noticia. No es nada personal.
— ¿Qué pasó entre tú y Edward?— preguntó sin rodeos.
—Antes quiero saber que pasa contigo y las demás muchachas embarazadas. Si me dices la verdad te contaré lo que quieras saber— dije firmemente. No iba a soltar prenda si antes no obtenía algo jugoso.
—La verdad... no formo parte de ellas. Sé que todo empezó con Rosalie, la capitana de las animadoras. Luego le siguieron Irina, Carmen, Kate y Tanya. También son animadoras. Hicieron una especie de pacto luego de lo de Rosalie...
— ¿Entonces no formas parte de "la conspiración"?— sonreí.
—No, lo lamento.
—Entonces tu sí metiste la pata. ¿Pero qué sabes de las otras?
—Suena feo cómo dices— hizo un puchero. –Pero sí, creo que metí la pata aunque no me arrepiento.
—Espera a que nazca, no acabes la escuela, no puedas salir con tus amigas ni ir al baile de graduación. No te den plaza en ninguna universidad y tengas que quedarte a criar a tu hijo... creo que allí pensarás que debiste usar preservativo.
—Eres cruel...— entristeció.
—Soy realista, pasarás por eso y vas a arrepentirte cuando no puedas estudiar ni tener todo lo que soñaste de niña. Solo espera y verás— sonreí. Su rostro cambió y sentí que en cualquier momento estallaría en llanto. ¡Maldición, hice llorar al duende! — ¡Me embaracé de Edward!— le grité. —Sé por lo que estás pasando yo también metí la pata a tu edad, ese es el "gran secreto" que querías saber— confesé, a ver si con eso olvidaba sus hormonas maternales.
— ¿En serio?— tenía los ojos como platos. Al menos dejó de hacerme drama — ¡Carambas estaba en lo cierto!— suspiró. –Por eso fue Edward el que me apoyó más cuando me pasó, mis padres querían matarme, bueno papá quería matar a Jasper pero Edward me defendió— rodé los ojos porque en verdad no me importaba. Pensar que Edward reaccione rápido o en favor de alguien que lo necesita me da risa.
—Bueno, pues ahora quiero que averigües sobre esos embarazos, no puedo acercarme a ellas y no sé cómo investigar...
— ¿Qué pasó con el bebé?— chilló. – ¿Fue hombrecito, mujercita? ¿Cómo se llama mi sobrino?— si pudiera estaría saltando pero con el peso que traía demás apenas rebotaba en el piso.
—No tienes ningún sobrino... yo... resolví ese problema porque tu hermano no quiso hacerse cargo.
— ¿Qué?— gritó. — ¿Te dejó sola?
—Para cuando quiso "ayudarme" ya era tarde. ¿Qué habrías hecho si Jasper te hubiera preguntado si el bebé que esperas era suyo?— sus labios una O enorme.
—Le habría pateado las bolas y habría... habría llorado por días— suspiró. –No pudo ser tan cruel, Bella. Él no es así...
—Fue así conmigo pero eso ya pasó, es asunto zanjado Alice. No quiero volver a revivir nada, no me hace falta y te prohíbo que hables de esto con él.
—Pero... Bella... no debiste abortarlo...
—Pero nada. Necesito información de Rosalie y las demás...
—Está bien, me colaré de husmeadora en su grupo, Rose me quiere aunque yo detesto al padre de su hijo.
— ¿Quién es?— pregunté interesada, esa información era importante.
—Royce. Royce King, el capitán del equipo de futbol pero es un patán mequetrefe que coquetea con todo lo que tenga falda— gruñó.
— ¿Y las demás de quien se embarazaron?
—Eso... no sé Bella pero he oído que las tres comparten el mismo padre de su hijo— dijo mordiéndose los labios con temor.
— ¿En serio? ¿Tienes alguna prueba?— casi grité de emoción, por fin algo que valía la pena saber.
—No y no creo que pueda conseguir una, lo siento pero no quiero espiar para ti— se negó.
—Bueno... no hay problema, seguro si tu madre o tu hermano se enteran que hablamos me echarán de aquí. Pero... ¿No tienes curiosidad por saber? Digo, soy periodista una de las cualidades básicas de todo buen periodista es la curiosidad, el querer saber la verdad. Y tú tienes esa cualidad sino no estarías aquí.
—Entiendo lo que dices pero mi curiosidad por ti era personal, quería saber porque mi hermano actúa como un hombre de las cavernas cuando mencionan tu nombre.
—Ahora lo sabes y no creo que tengamos más que decirnos entonces— sabía que sin ella sería muy poco lo que podría averiguar pero ya no me importaba tanto.
—De veras lo siento Bella... todo lo que les pasó. No te condeno por lo que hiciste, a mí también se me pasó por la cabeza deshacerme del bebé, también tuve miedo. Estoy segura que no fue mi hermano el que te volvió así, tan dura como eres ahora. Fue aquella decisión que tomaste.
No quise escucharla más, le di la espalda y me marché de allí. ¡Qué sabía ella de la vida! ¡Qué sabía de las decisiones difíciles!
Algunas cosas te marcan para siempre y no hay vuelta atrás. Vives, decides, ejecutas y luego debes vivir el resto de tu vida con ello. Pero yo no me arrepiento de nada, ya no. Lo que hice fue por mi bien. Por el bien de todos.
...
—El director de la revista llamó Bella, nos da una semana más, si no pasa algo interesante o conseguimos más información tendremos que volver— me avisó Mike.
Él ya estaba cansándose de Forks, además extrañaba demasiado a Jessica. Yo tampoco había tenido éxito, luego de Alice no pude averiguar nada. Me entrevisté con Lauren, la subdirectora. Una mujer rubia y hermosa de unos treinta años. Fue extremadamente dura conmigo. Me dejó en claro que algunos padres de familia habían demostrado su fastidio por mi presencia, en especial la familia Cullen. Aunque de cierta manera pude sentir su apoyo, lo extraño es que aquella mujer me cayó bien.
Ya no sabía qué más hacer.
Hasta que una mañana recibí la llamada de Alice, se escuchaba agitada.
— ¡Bella! Pasó algo muy feo— la sentí llorar.
— ¿Estás bien?— fue lo primero que se me ocurrió preguntarle. — ¿Es el bebé? ¿Dónde estás?
—Yo estoy bien... es Rosalie. Royce la golpeó, ella no quiere dar parte a la policía pero ese patán la va a matar un día de estos.
— ¿Cuándo? ¿Dónde está?
—Fue hace como una hora, Irina me avisó que ellos estaban peleando pero cuando llegué se la habían llevado al hospital, otra vez.
— ¿Otra vez?
—Rose se pasó la noche entera en el hospital, anoche su bebé se puso mal.
—Gracias Alice, voy a ir a averiguar qué es lo que pasa.
—No les digas que te avisé, porfas.
—No te preocupes, un periodista nunca revela sus fuentes.
Corrí a avisarle a Mike y fuimos hacia el hospital de Forks, apena llevamos una pequeña cámara de fotos pero yo mantuve encendida mi grabadora de voz todo el tiempo.
No había más periodistas, eso era bueno, nadie más de la prensa se había enterado.
— ¿Cómo le hacemos Bella? ¿Si no nos dejan entrar?
—Iremos separados, yo entraré por emergencias, les diré que tengo un fuerte dolor de cabeza, tu ve a pedir análisis.
— ¿Análisis? ¿De qué?
—De lo que sea. Dile que quieres medirte el azúcar, la sal, la próstata, cualquier cosa.
Nos separamos, no pude evitar sonreír al ver la cara de susto que traía Mike. Busqué la puerta de emergencias e hice mi mejor representación de sufrimiento.
— ¿En qué le puedo ayudar?— una enfermera de me acercó apenas me miró.
— ¡Me duele! ¡No lo soporto por favor!— me quejé.
— ¿Cómo es el dolor? Le punza o es constante— preguntó.
—Siento que explotaré en cualquier momento— me senté fingiendo no poder tenerme en pie.
—Le daré algo para el dolor, espere. Recuéstese— me anunció saliendo de allí. Me quedé sola y me pregunté por dónde podría empezar a husmear.
.
Estaba a punto entrar en la habitación de la chica, la tal Rosalie, por suerte era la única mayor de edad de entre todo este ramillete de adolescentes inmaduras. Tenía que preguntarle sobre lo que le había sucedido. Sé que una mujer en su situación necesita ayuda y quizás contar su historia. No habrían fotos, sólo yo y ella. De mujer a mujer. Incluso le entregaría mi grabadora si con eso la hacía sentir más segura. Tomé el pomo de la puerta, me arriesgaría a entrar sin llamar.
— ¡No puedes entrar allí!— reconocería esa voz hasta en el mismísimo infierno. No había cambiado nada. Ni su voz ni su rostro. Quizás había ganado peso, se veía con más masa muscular e incluso me atrevería a decir que unos centímetros más alto. Edward Cullen. El maldito cobarde.
—¿Quién dice?— me giré y elevé mi rostro en claro desafío.
—No tienes permiso— respondió sin vacilar.
—No lo necesito, ella es mayor de edad. Puede aceptar o rechazar mi entrevista.
—Es mi alumna. No te dejaré que la perturbes.
—¿Y que harás al respecto?
—Esto.
Se colocó entre la puerta y yo. Mike no aparecería por ningún lado sino le dijera que lo quite a empellones, yo no tengo la fuerza suficiente para hacer algo así.
—Quítate Edward— amenacé
—No lo haré.
—¡Déjame pasar!
—He dicho ¡No!
—¿Pueden dejar de hacer escándalo?— me sorprendí al ver al padre de Edward parado frente a nosotros. No me había dado cuenta de su llegada.
—Esta reportera quiere importunar a Rosalie— se defendió el cobarde.
—Esta reportera tiene nombre y todo el derecho a preguntarle a la señorita Hale si no desea ser entrevistada— le corregí.
—No es el momento ni el lugar. Edward, ve a llamar a los padres de Rosalie. Bella, por favor, retírate.
—¿A sus padres?
—Yo no me voy de aquí— repliqué. Un médico no tenía el derecho de echarme.
—El bebé de Rosalie acaba de fallecer. Por favor Bella, no publiques esto. No hasta que demos un comunicado oficial. Te lo suplico— Carlisle me miró como hace años no lo hacía. Con cariño y eso bastó para acceder.
—Por Dios— Edward se recargó en el marco de la puerta.
—No lo publicaré, lo prometo.
Salí de allí sin noticia ni historia. Ni siquiera yo, la dura Bella Swan, podía ser tan insensible como para usar esa información en mi beneficio. Pobre muchacha la tal Rosalie. Perder un hijo debe ser el dolor más grande que puede sentir una persona. Amarlo y perderlo. No quise pensar en eso, me hacía mucho daño. Yo había cometido errores tan grandes en mi vida que no podrían ser reparados jamás. Perdí parte de mi alma en ese trayecto y no la recuperaría.
******************
El primer encuentro y malas noticias. Espero que puedan darse una oportunidad para hablar.
Gracias por leer
PATITO
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