⓿➍; Dudas
Borró su sonrisa al momento de no verle más, cruzar por el pasillo como si alguien le persiguiera y desaparecer.
Metió las manos a sus bolsillos y pausó la música en sus oídos: "Just a little bit", se detuvó inmediatamente. Respiró profundo, rascando su rostro de manera que no logró descifrar del todo, algo pidiéndole arañar muy dentro suyo.
Era extraño, igual, lo dejó pasar.
Salió del salón con calma, volviendo a reproducir la canción en sus audífonos cuando el mundo pareció volver a girar a su alrededor de aquel modo molesto.
Las voces, los gritos, la consciencia de un cuerpo se hacía presente de nuevo, de forma abrupta.
Su corazón se agitó, deseando tener a quien tomar de la mano, pero, esa persona justo había salido corriendo, como si esperase ser el conejo blanco al cual Alicia seguiría.
Él no lo haría.
Al contrario, decidió tomarse un tiempo en lo que llegaba a su casillero, tomando respiraciones cortas y lentas. Estaría bien. Era sólo uno de esos días. Él lo sabía.
Encontró entonces, dentro, un collar de jade decorando su cuaderno de Física de forma que parecía muy trabajada. Sonrió.
Por supuesto, lo que fuera que ocurriese con Victoria, estaría bien. Ella lo conocía, sabía de su mente. No huiría si no hubiese planeado antes, o tenido entre sus opciones que lo haría, sin antes asegurarle que estaban bien. Siempre encontraría la manera de hacerlo sentir seguro a su alrededor.
Así era ella. Y la amaba más que a nada en el mundo.
*
—Cariño —susurró entre la negrura de la habitación, un mar completamente oscuro donde se sentía flotar, pues no era capaz de ver el asfalto que pisaba.
—Ray. —Un eco. Era su voz, tan dulce y buena, la única capaz de hacerlo sentir tranquilo—. Ray —distorsionada, voz algo ronca saliendo de sus labios, haciéndole fruncir el ceño. El suelo pareció temblar bajo sus pies, perdió el equilibrio, se sintió caer de espaldas siendo consumido por la oscuridad que lo rodeaba—. Hazme caso, hijo de puta. —Ruido tosco a sus pies, movimiento repentino, su mejor amigo había golpeado con la fuerza suficiente para sacarlo de las colchas que tenía en aquel incómodo sofá como cama, alarma sonando en su bolsillo insistentemente anunciándole de tomar el médicamente recetado desde hace un año. Alzó la vista, encontrando a su mejor amigo mirarle con una mueca de molestia pura y desvelo en sus ojos celeste, cansados y ya marcados con ojeras—. Esa cosa lleva sonando ya toda la mañana, joder. Apágala de una buena vez.
Suspiró un poco, aguantando reír, y miró a sus pantalones por un segundo breve para notar que ningún rastro incómodo se hallase pintado entre sus piernas: como de esos cientos que le ocurrían de pequeño.
Llevó su mano a la bolsa izquierda y sacó el aparato que sonaba para ayudarle a no olvidar la pastilla indicada por su médico para dejar atrás cada episodio obsesivo, como su sobrepensamiento. Este lo relajaba, y lo hacía dejar atrás todo tipo de ansiedad que le llenase en los pasillos concurridos.
No eternamente, pero sí de forma en que le ayudase a sobrellevarlo.
—¿Cómo te fue? —preguntó, acomodándose en el sillón del apartamento compartido y abrió la caja tomando su dosis actual, dos pastillas en espera de irla reduciendo de a poco con indicación del médico. La tomó, aceptando el vaso entregado por el mayor que, aún malhumorado se lo entregó.
—De la puta mierda —el chico tomó asiento a su lado y se recostó cuál muerto—. Sólo quería venir aquí a dormir, hasta que tu aparatito comenzó a sonar hace una hora. He dormido sólo tres, y tendré turno a las ocho.
—¿A las ocho? —frunció las cejas, ocultando un poco su sonrisa burlona tras escuchar las quejas del mayor. Miró al más alto, cabello oscuro decoraba a sus rasgos de manera despreocupada—. Dave, ¿no deberías de quejarte sobre esos cambios de horario?
El mayor negó, y Ray sabía muy bien el porqué: De esos cambios de horario dependía la hermanita del chico. Por eso no dijo más cuando se marchó y desapareció por la cocina.
Se acomodó en las sábanas del sillón y tomó su celular abriendo el único chat que le importaba. Su mensaje de "te amo" había sido dejado en visto.
Sonrió.
Sería paciente con ella, así como Victoria lo era con él.
"Gracias por el collar.
Te amo."
6:45 a.m.
꧁dɐɯɯǝɹ꧂
debería de hacerle alguna historia individual a Meliodas... digo- Ray. No lo sé.
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