La sombra del sol
Desperté a la misma hora de siempre.
Bajé, preparé mi almuerzo y tomé algo de dinero de mi cartera. Vi las noticias matutinas, que venían cargadas de noticias triviales, excepto una: Un eclipse iba a suceder mañana.
Después de apagar la TV, dejé mi departamento y tomé rumbo al subterráneo.
Tokio no era una ciudad muy tranquila que digamos, pero adoro vivir aquí.
La oportunidad de un intercambio que me dieron hace 6 meses cambió mi vida radicalmente.
Este programa invitaba a dos alumnos de una escuela estadounidense a cambiar lugares con dos estudiantes de Tokio, y logré entrar al programa junto con Astrid Smith.
Oh, Astrid. Ella era un diamante en bruto de verdad.
Aparte de su precioso cabello azul, su rostro era hermoso; poseía unos ojos azules como el océano, donde podías navegar en su mirada y perder la noción del tiempo al verla, sus labios eran delgados, pero bastante bellos a mi punto de vista. Siempre iban teñidos de un rojo carmesí, resaltando aún más su belleza.
Vaya, que me he ido por las ramas.
Llegué al Instituto Yūhi, dejé mi bolso en mi casillero y me dirigí al aula 2-E.
Allí me encontré con Akira Hayashi, un muy buen amigo mío.
-Konnichiwa Hayashi!-dije entusiasta
-Anderson, sabes que se hablar tu idioma perfectamente bien.-dijo algo molesto
-Ya lo sé, solo quería ver tu reacción.-dije con una sonrisa burlona
Akira rodó sus ojos.
Cuando Akira estaba a punto de regañarme, una dulce voz gritó:
-Ya te dije que no tengo tu libro Dai!
Indudablemente reconocí la voz de Astrid.
Estaba cara a cara con Dai Kurosawa, la típica chica popular de mi clase.
Claramente Astrid estaba en aprietos, y fuí para ayudarle.
-Oye Kurosawa, algún problema con ella?-dije con voz firme
-Claro que si!- se quejó- esta rata de alcantarilla se robó mi libro de lengua.
-Hey!-reclamó Astrid indignada
-No la insultes.-dije con algo de enojo- Tienes pruebas de que ella lo robo?
-No concretas, pero sé que ella fue!-dijo notoriamente nerviosa.
-Por dios, eso no es un argumento!-dijo Astrid para arrinconar a Dai.
-A falta de pruebas, Smith es inocente. Así que déjala en paz.
-Agh...-dijo finalmente- Esta bien.
-Anderson!-gritó el profesor- tome asiento inmediatamente, la clase ya comenzó.
-De inmediato señor.-dije para sentarme.
*Unas horas más tarde, después de la escuela*
Estaba de salida cuando Astrid me alcanzó en el pasillo principal, lo que me sorprendió bastante.
-Eli!-gritó ella
-Si?
-Gracias por defenderme de Kurosawa.
-No fue nada.-dije con un sonrojo
-Vamos , tienes que tener agallas para enfrentar a la alumna más popular del curso, sé que hiciste un esfuerzo.
Me sonroje, pero fui lo más discreto que pude.
-Te parece si tenemos un picnic mañana en la tarde?-preguntó ella entusiasta-podremos ver el eclipse juntos!
"Juntos"
Eso significa que me esta invitando a una cita?!
Definitivamente es el mejor día de mi vida.
Accedí y ella se fue, alegre como siempre.
Después de asimilar sus palabras, fui a mi apartamento, y de camino vi una pulsera muy bella. Tenía una perla incrustada bastante bella, y decidí adquirirla, pues era unisex.
Al volver vi una película estilo anime antes de dormir, pero olvidé quitarme la pulsera.
Ahí empezó la pesadilla.
Al despertar, noté que el sol estaba iluminando mi cara, cosa que nunca pasaba.
Abrí los ojos y descubrí una habitación distinta a la mía.
Dónde diablos estaba?!
Me incorporé y noté algo muy peculiar. Al levantarme de la cama sentí que tenía mas peso que ayer; quise revisar mi estómago, pero algo me lo impidió.
Ese algo no lo tenía ayer.
Nunca los había tenido.
Busque un espejo con la mirada, y cuando encontré uno, quedé petrificado.
En el espejo estaba Astrid, no yo.
Me pellizque para verificar si no era un sueño lo que estaba viviendo, y desafortunadamente, no desperté.
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