Capítulo 7


¿Una invitación para mí? Tengo tanta curiosidad de lo que Saint quiere, es decir, no importa si quiere llevarme al fin del mundo, mientras sea de su mano, iría encantado. Pero, mañana es la entrega del oro y puedo tardar todo el día en ir y volver.

- Saint, mañana tengo que salir del país.

- ¡Por favor no me digas eso!

- Mírame, Saint mírame.

- ¿No puedes ir otro día?

- Dime de que se trata lo que necesitas.

- Mañana, cumple años mi hermana. Les conté a ella y a mi mamá sobre ti. Me pidieron que te llevara para conocerte.

- ¿Le hablaste a tu familia de mí?

- Aún no saben que eres mafioso.

La confesión de Saint me hizo perder el control, me fui directamente a sus labios y lo besé como loco, estaba tan feliz. Él seguía sobre mí y eso estaba despertando mis bajos instintos, me sentía como un animal incontrolable, hasta que él alcanzó la palanca y acostó mi asiento.

- ¿Irás conmigo mañana?

- Puedo despertar en la madrugada para estar temprano en la frontera y poder regresar a tiempo para ir contigo por la tarde.

- ¿Puedo pedirte algo más?

- Claro, ¿Qué es?

- ¡Quédate aquí esta noche!

- Si me quedo, lo último que haría, es despertar temprano.

- Entonces, ¿Puedo besarte de nuevo?

Lo agarré de su cabeza y lo traje a mis labios, me volveré adicto a esto, si seguimos así, definitivamente me quedaré con él esta noche. Entonces abrió mi chaqueta y me la quitó, luego a mi camisa, hasta que toda la parte superior de mi cuerpo, quedó expuesta ante sus hermosos ojos.

- Saint, detente, no quiero perder el control contigo. - Él miró mi cuerpo, me tocó y dijo:

- ¿Por qué no tienes cicatrices?

- Nadie se ha acercado lo suficiente para lastimarme.

- ¿Qué quieres decir con perder el control? ¿Me dejarás en silla de ruedas?

Le advertí que estaba a punto de perder el control y no quiso hacerme caso, así que volví a besarlo sin ninguna piedad. Fue entonces cuando noté, que estaba usando una camisa de vestir, no estaba dispuesto a quitar los botones uno a la vez, así que le rompí la camisa.

- ¡ZEE! Esta camisa es muy cara, me costó lo que gano en una semana.

- Te lo advertí. Pero, aún así te compraré 100 de esas.

- ¡Mejor quédate!

- Sabes que no puedo.

- Entonces, llévame mañana. Prometo portarme bien y no hablaré.

- ¿Prometes portarte bien? ¿Cuántos años tienes?

- ¡Por favor, no me dejes!

- ¡Entiende, es muy peligroso llevarte!

- ¡Está bien! ¿Seguro que nos veremos mañana?

- Me duele verte triste...

- Es que no quieres quedarte y tampoco quieres llevarme...

- No digas eso, no vuelvas a decir que no quiero. No tienes idea del esfuerzo que estoy haciendo para controlarme y poder irme sin tocarte...

Entonces me miró muy sorprendido, estaba como pensativo, hasta que se sentó, siempre sobre mí y comenzó a quitarse los pantalones. Ahora el sorprendido era yo, después abrió mis pantalones, agarró mi mano y me dio un suave beso en mis dedos.

- No me estoy oponiendo Zee... ¡Por favor, tócame!

Llevó mi mano hasta su entrepierna, no puedo creer que yo pensaba que estaba más encendido que él. No puedo creer lo que está pasando, pero estoy seguro que mis sentimientos por él son más fuertes de lo que creía

Mi mano estaba sobre su ropa interior, así que la movía de arriba hacia abajo, mientras sentía cómo se excitaba más y más. Saint metió su mano directamente en mi ropa interior, eso casi me vuelve loco, trataba de calmarme.

- Saint, mmmm... ¿Por qué me provocas? Ahhg...

- Ay sí... ¡Como si no te gustara!

Metí mi mano completamente, cada segundo que pasaba, mis caricias se hacían más fuertes y rápidas. Comenzamos a gemir sin ningún control, de pronto me besó, cuando llegamos a un increíble climax, definitivamente quiero repetir esto.

- No podemos ir en este auto mañana, está sucio.

- Tráelo, así podemos ensuciarlo más, antes de que lo mandes a lavar... - Me susurró en el oído.

- ¡Eres un hermoso pervertido!

Nuestra respiración era muy pesada, aún así, él puso mi asiento en su lugar, después se pasó al asiento del copiloto y pusimos nuestra ropa en orden. Cuando ambos terminamos, él aún no se bajaba, hasta que me dijo:

- ¡Nos vemos mañana!

- ¡Vendré por ti!

Me acerqué a él y le di un beso, metiendo mi lengua en su boca una y otra vez, hasta que abrió la puerta. Aún estaba bajándose, cuando le di una leve nalgada por ser tan atrevido, lo vi muy avergonzado, pero al instante de cerrar la puerta, fui directo a la mansión.

A la madrugada, llegaron Kao y Fluke, me sorprendió muchísimo verlos, ellos generalmente no andan con nosotros en las entregas. Sin embargo, esta es la entrega más grande, es el golpe más grande que un mafioso ha dado, me parece lógico qué quieren proteger su capital.

- Hola Zee.

- Hola Kao, Fluke. Me sorprende verlos.

- Lo sabemos, pero queríamos pedir tu autorización, claro si no nos tienes desconfianza.

- Kao, llevamos años trabajando juntos, la desconfianza no existe, dime qué quieren.

- Kao pensó, que nos dejarías conducir el camión del oro, así pasando la frontera, se pueden regresar y nosotros terminaremos la entrega.

- Dividiremos entonces: Kao y Fluke el camión, Gulf y Perth síganlos en el Bentley, Mean conduce el BMW y quédate atrás para estar pendiente si alguien nos persigue, yo iré al frente guiándolos.

- ¡Perfecto! ¿Nos vamos? - Preguntó Fluke.

- Claro, vámonos.

Fuimos a la cochera y salimos en caravana hacia la frontera...

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