Narra Zee:

Cuando escuché a Saint reírse de todos, yo tampoco pude evitarlo, fue tan divertido verlos así, pero hubo dos que no. A nuestro lado derecho estaban Mew con Gulf, obviamente no había heridas y el otro que no tenía ni un rasguño era Joss.

- Talay eres un salvaje, mira cómo dejaste a Perth, él es el más tranquilo de la mafia.

- ¡Oye, ya me disculpé con él. - Toca su rostro y le da un beso en el moretón cerca del ojo... - No sabía que era un plan, me vi atacado y me defendí.

- Sammy, eres la única que me ha dejado con la boca abierta. Pensé que a Joss le pasaría lo que le hiciste a mi primo.

- Increíble Zee... Ahora ya saben que tengo dueña... - Dice riendo y mostrando la mordida en su muñeca derecha.

- Jajajajajajajaja, Plan, no sabía que tenías complejo de gata malcriada.

- ¡Cállate imbécil! De seguro que tú fuiste el de la idea de secuestrarnos.

- Mira Plan, ese que está a tu lado es tu hombre, este que está aquí, es mío y solo yo puedo hablarle así. - Reclama Saint.

- ¿Y tú porqué vienes tan feliz? - Le preguntó Mew.

- Zee me hizo el amor en su Camaro. - Le contestó el muy descarado.

- ¿Quieres dejar de publicar cada vez que hacemos el amor?

- No, todos deben saber que eres asombroso en eso. - Se muerde el labio y nos interrumpe Sammy.

- Espera... ¿Es de familia? - Todos la miramos asombrados, hasta que Ann habló.

- Yo creo que es de mafia... - Sammy y Ann soltaron una risita malévola.

- Muy bien, admito que estoy de acuerdo con ustedes dos. - Dijo Plan, mientras Mean parecía tomate.

- Yo también, y confieso que anoche fue la mejor de toda mi vida. - Fueron las palabras de Talay, para hundir su cabeza en el cuello de Perth.

- ¿Y ustedes qué? ¿Tienen algo que confesar? - Preguntó Saint a Mew.

- Realmente, soy yo quien debe confesar. - Contestó Gulf.

Estábamos riendo de lo que había dicho, en verdad nos divertíamos escuchando lo qué pasó para que mi mafia terminara en ese estado. Joss dijo que a Ann le gusta jugar así, entonces no tuvo problemas, ya que pensó que la iban a pasar mejor adónde iban.

Después de unos minutos disfrutando en grupo, Saint puso su mano en mi muslo, muy cerca de mi entrepierna, me sentí nervioso. De pronto, alguien tocó mi hombro, eso me sorprendió mucho, pero aumentó mi sorpresa cuando me giré para ver quien era.

- ¿Perth? ¿Tú aquí? - En verdad estaba impactado.

- ¿Tú aquí? - Repite con ironía. - ¿Así le hablas a tu ex?

- ¿Tu ex? - Grita Saint, y me pareció que estaba enojado.

En ese momento, me sentí entre la espada y la pared, jamás imaginé que encontraría a Perth de nuevo, hace mucho que terminamos. Pero lo que en verdad me hizo sentir incómodo, fue que Saint estaba conmigo cuando él reapareció en mi vida.

Narra Saint:

¿Zee con un ex? No me sorprende porque es malditamente hermoso y cualquiera desearía tener una vida a su lado. Lo que me ha dejado sin palabras, es que me enteré de esta manera, me hubiese gustado que él me lo dijera antes.

- Sí Saint, él es mi ex. Se llama Perth Tanapon.

- Mucho gusto, Saint, según escuché... - Extiende su mano.

- Sí, soy Saint, también el líder de la mafia del norte y novio de Zee. - Obviamente marqué mi territorio mientras estreché su mano.

- Oh Zee, pensé que nunca me olvidarías... - Le dice divertido.

- No digas locuras Perth y te pido respeto para Saint por favor. - Me pareció hermoso ver cómo me daba mi lugar.

- ¿Nunca piensas en mí? ¿Ni cómo disfrutabas hacerme el amor?

Con su dedo índice derecho dibujó círculos en el pecho de MI HOMBRE. Hasta ahí llegó mi paciencia, saqué mi arma, le quité el seguro y se la puse en la cabeza. Estaba tan molesto, él no puede tocar lo que ahora es mío, si en algún momento fue suyo, eso es pasado.

- Vuelve a tocar a mi hombre, y te dejaré la cabeza llena de agujeros.

- Saint cálmate, baja eso, estamos en un lugar público. - Dice Zee tratando de calmarme.

- No me calmes o te dispararé también a ti. - Lógicamente, seguía molesto.

- ¿Me dispararías mi vida? - Dijo preocupado.

- Claro que sí, te dejaste tocar por él...

Entonces Perth comenzó a ¿burlarse de mí? mi ira solo aumentó y casi le disparo, él no puede reírse en un momento tan serio. Pero, antes de que pudiera jalar el gatillo, dijo unas palabras que me calmaron un poco y me hizo bajar mi arma.

- Tranquilo, solo estoy molestando.

- A mí no me parece divertido, Zee es mío y de nadie más.

- Encontraste la felicidad Zee, me alegro mucho por ti.

- Gracias Perth; pero, te pido que dejes de provocar a Saint.

- Sigue cuidándolo de esa manera, cualquiera es afortunado de tenerlo como pareja.

- No es mi pareja, es Mi Hombre. - Le dije orgulloso.

- Viene siendo lo mismo, solo cuídalo. Tú también Zee, no cualquiera defiende su amor como él.

- Gracias Perth, cuídate mucho, me dio gusto verte.

- Oye Saint, ¿Me das permiso para que me toque aquí atrás?

- ¡NO! - Grité furioso y me lancé sobre Zee, enredando mis brazos a su cuello y mis piernas en su cintura. - ¡ES MÍO!

Perth se fue burlándose de mi reacción, en realidad ni me importaba, solo sabía que estuve a punto de volarle la cabeza. Zee me mira sorprendido, pero me abrazó para llevarme más cerca de su cuerpo y yo le hice un puchero.

- ¿Estás enojado conmigo?

- ¡Por supuesto que estoy enojado contigo! No me hables, es más me largo de aquí.

Traté de bajarme, pero él me agarró fuertemente de mis muslos, muy cerca de mis rodillas, lo cual me dejó inmóvil. Me llevó hasta el ascensor, usó su tarjeta y me llevó al penthouse, de ahí a la habitación para arrojarme sobre la cama.

Mis ojos estaban muy abiertos de la sorpresa, me quitó lo zapatos con gran agilidad, luego vi cómo se quitó los suyos. Más sorprendente cuando lo vi quitarse el cinturón, tirarlo al piso y luego arrancarse la chaqueta de cuero.

- ¿Zee qué haces? - Se coloca sobre mi cuerpo y muerdo mi labio inferior.

- Voy a demostrarte que solo a ti puedo tocarte. - Y me besa apasionadamente.

Algo me dice que en esta habitación hará mucho calor...