Capítulo 19


Narra Saint:

Llegamos a la mansión del sur y todos estaban peleando, tuvimos que intervenir; pero la pregunta principal que me estoy haciendo es: ¿Dónde están Sammy y Yacht? ¡Se supone que ellos deberían estar aquí pendientes de todo, de pronto ellos entraron!

- Samantha, ¿Dónde estabas?

- No me digas así, siento que estás enojado conmigo.

- Estoy molesto, se supone que no debiste permitir que esto pasara.

- ¡Oye, yo vi que se estaban matando y fui por ayuda!

En ese momento, entró el Dr. Joss, pero no fue eso lo que me sorprendió, si no que detrás de él venía Ann. Espero que ambos tengan una buena excusa, ya que no la había visto desde antes de que Zee me disparara.

- ¡Qué descarada eres! ¿Dónde has estado?

- No me regañes, porque ya soy mayor.

- No te equivoques Ann, cuando te fuiste de la mansión Sup no eras mayor de edad...

- ¿Sabías esto Joss? - Preguntó Zee.

- Por supuesto que no, ella me lo confesó hace un par de días.

- ¿Has estado viviendo con él? ¡Es mucho mayor que tú!

- Ya deja de regañarme Saint, él es mil veces más buena persona de lo que yo soy.

- Tú no tienes vergüenza y a él lo golpearé...

- ¡Wow, quieto, ya basta, cálmate! - Dijo Zee poniéndose en medio de Joss y de mí. - Es obvio que esta discusión no los está llevando a nada.

- Saint, juro que mis intenciones con Ann son buenas, jamás haría algo que la lastimara.

- Mi vida, Ann ha hecho dos cosas bien, la primera es mentirme en aquel condominio y la segunda, es escoger a Joss. Créeme, está bien.

- La mafia del norte tiene dos hermosas flores, así que les digo a ustedes dos, Yacht y Joss, si las lastiman, los haré sufrir el resto de sus vidas.

- Oye Joss, ¿quieres ir con nosotros mañana a la entrega? - Le preguntó Zee.

- ¿Cómo podría ayudarles? No sé nada de armas.

- Pero puedes conducir, si llevas a Ann, ella te protegerá, no te preocupes le enseñé bien.

- Es cierto, Saint es buen maestro, me ha enseñado mucho.

- Con razón eres tan mala. - Alegó Zee.

Ya no dejé que continuaran discutiendo, así que me paré frente a Zee, puse mis brazos sobre sus hombros y le di un beso. Luego le dije que subiría a su habitación para tomar una ducha y que lo estaría esperando ahí.

Narra Zee:

A Saint no le bastó lo que hizo, además se sacó la camisa, se mordió el labio, me coqueteó y sobre todo eso, me guiñó el ojo. Estaba asombrado, no sabía que él podía ser así de sexy, iba subiendo cuando Perth me preguntó algo y amablemente le contestó.

- ¿Cómo te convenció que es real lo que siente?

- ANOCHE HICIMOS EL AMOR EN MI HABITACIÓN...

- ¿No que ya te ibas?

- Ignórame, ya me fui.

- Y después la descarada soy yo. - Dijo Ann.

- Yo diría que como aprendiste de mi hermano, eres igual de descarada que él.

- ¿Saben que digo yo? ¡Qué a Saint se le olvidó decir que ustedes son flores silvestres!

🔞🔞🔞🔞🔞🔞

Literalmente, salí huyendo a mi habitación, porque Ann y Sammy se lanzaron sobre mí, estaban tan molestas por lo que había dicho. Entré corriendo, puse el seguro y al darme vuelta, ahí estaba Saint frente a mí, solamente con su ropa interior.

- Creí que ibas a ducharte.

- Hace calor Zee, ¿Quieres ser voluntario para disminuir mi temperatura corporal?

Me acerqué a él, me quitó la chaqueta, la camisa, abrió mis pantalones y metió su mano, se sentía tan bien. Luego, agarró mi cuello para darme un beso muy excitante, mientras terminé de quitarme la ropa y acabamos en mi cama.

- Mi vida, ¿Qué haces?

- Hazme el amor Zee.

- Tenemos una entrega mañana.

- ¿Y qué? Aún es temprano.

- No me conformaré con una ronda Saint.

- Las que quieras mi amor.

Comencé a devorar cada parte de su cuerpo, mientras lo veía retorcerse de placer y lo escuchaba gemir mi nombre. Se vino sobre mí, para hacer exactamente lo mismo, después agarró el lubricante y lo puso en mi mano.

Saint es un seductor nato, sabe cómo hacerme perder el control y lo peor de todo, es que me encanta que sea así. Después de haberlo preparado bien, entré en él, la reacción de su cuerpo, es la mejor sensación del mundo.

Esta vez fui menos delicado que la primera, ya que estaba desesperado por estar nuevamente con él, sus gemidos hacían eco en mi habitación. Besé sus labios, casi comiéndomelos, luego de tanto placer, ambos llegamos a un fabuloso orgasmo.

Pasamos un tiempo tratando de respirar con normalidad, es tan difícil recuperarnos después de liberar la tensión de nuestros cuerpo. Después, nos acomodamos en la cama, yo entre sus brazos, definitivamente, no hay manera de que sea más feliz.

- Pensé que el amor era un cuento de hadas.

- ¿Y ahora que estamos juntos?

- Ahora pienso, que el amor me hizo darme cuenta que fui un idiota.

- ¡Saint! ¿Entonces yo soy otro idiota?

- No me refiero a eso, es solo que, soy feliz y antes no sabía que era eso.

- Yo también soy feliz, ¿cómo terminan juntos dos líderes de mafias contrarias?

- No fue parte de mi plan, se supone que no debí enamorarme de ti... - Le di un pequeño golpe en su frente.

- ¡Al amor no le importan tus planes! Y estoy seguro que no haría planes contigo.

- Asumes que no sé amar.

- Mi vida eres malo, excepto para ser malo, para eso eres muy bueno.

- ¿Quieres dormir en el piso verdad?

- Es mi habitación, no puedes enviarme al piso.

- Ay mi amor, tú eres el activo, pero aquí quien manda... Soy yo.

Me entró una risa divertida, aunque en realidad algo me dice que tiene razón, me parece que él es quien manda. Y la verdad, no me importa que tenga el control de nuestra relación, solo quiero que esta felicidad no se termine.

- Saint, ¿Ya no hay mentiras ni secretos entre nosotros?

- Pregunta lo que quieras, te contestaré con la verdad, lo prometo.

- ¿Desde cuándo querías ser mío?

- Desde la noche que nos tocamos en tu Camaro.

- ¿Cuándo te enteraste que te habías enamorado de mí?

- Después de la traición, pensé toda la tarde en ti y en cómo te hice sentir. Luego, cuando usaste las palabras "y lo peor es que aún te amo"; hubiera preferido que me dejaras caer del edificio.

- Perdóname, yo solo...

- No me pidas perdón, tenías razón. Además, solo importa que estamos juntos.

- ¿Si tuvieras que escoger...?

- Te escogería a ti, ya una vez puse a mi mafia sobre este amor y me equivoqué, no quiero volver a sufrir Zee, no tienes ni idea de lo que me dolió estar lejos de ti.

- Ya no pienses en eso, porque yo me encargaré de que seamos felices, te lo prometo...

- Bueno, mañana hablemos, hoy quiero otra ronda...

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