Capítulo 14
Narra Saint:
Tuve un sueño muy hermoso, donde Zee estaba abrazándome y yo le daba un buenos días lleno de cariño. Pero, fue solo un sueño, porque desperté solo en la cama, me sentí muy triste y tengo miedo de que él no quiera perdonarme.
- Ya despertaste.
- Me asustaste Zee. ¿De dónde vienes?
- De la ducha, está lista para que te bañes, después limpiaré tu herida.
- Está bien, ya voy.
Pensé que tendría que hacerlo solo, pero intenté levantarme y él vino a ayudarme, me llevó hasta la ducha. Al terminar, me prestó un poco de ropa, para llevarme de nuevo a la cama, donde comenzó por quitar la venda y me limpió.
- ¡Auch! ¿Puedes hacerlo más despacio?
- Sigo sin creer que puedes sentir.
En ese momento, solo pude pensar que la bala me dolió menos que sus palabras, las lágrimas traicioneras salieron. Giré mi rostro para no mostrarle que me duele lo que me dice, pero, aunque lo oculté, él lo notó.
- ¿Te lastimé? No fue mi intención.
- No lloro por eso, no te preocupes. ¿Ya terminaste?
- Sí, ya está, te dejaré por un momento para traer desayuno.
- ¡Claro, aquí estaré!
Los siguientes días fueron totalmente iguales, Zee desahogó todo el dolor que acumuló en su pecho y me gustaría decir que eso es cruel. Pero, la verdad, es que no hay peor crueldad que lo que yo le hice, así que decidí callar y aceptar todo lo que dijo.
Nueve días pasaron en total, hasta que Joss volvió para quitarme las puntadas, dijo que mi piel estaba enrojecida, porque mi cuerpo estaba rechazando la sutura. En pocas palabras, la herida ya estaba comenzando a cicatrizar y por eso picaba.
- Hola Saint, ¿cómo te sientes?
- Duele un poco.
- Es normal, por el rechazo a las puntadas.
- ¿Dolerá que me las quites?
- Es posible, tu piel puede estar resentida por no haber esperado el efecto de la anestesia.
- Te dije que lo lastimarías.
- Mejor cállate, fuiste tú quien le puso esa bala en la pierna. Sabes qué, ayúdame abrazando a Saint.
- ¿Por qué tengo que hacerlo?
- Solo para evitar que se mueva demasiado.
- No lo hagas si no quieres.
- ¿Qué no escuchaste que el médico dijo que es necesario? - Dijo en tono grosero.
- ¡BUENO YA BASTA! ¡NO ES CIERTO QUE NO TENGO SENTIMIENTOS, PORQUE ME DOLIÓ MENOS LA BALA Y LA CURACIÓN QUE LA MANERA EN CÓMO ME HAS TRATADO TODOS ESTOS DÍAS!
- ¿CREES QUE NO LO MERECES?
- Lo que creo es que tres meses no es suficiente tiempo. No lo fue, el tiempo no va a sanar tu dolor. Me equivoqué Zee, me equivoqué cuando te dejé ir aquella noche, me equivoqué cuando te traicioné al día siguiente, me equivoqué cuando me acerqué a ti en el Centro Comercial, me equivoqué al no ir a un Hospital...
- ¿De qué demonios estás hablando?
- Me equivoqué creyendo que tú amor por mí, sería más grande que el dolor que te causé. Me equivoqué una y otra vez contigo, y ahora que lo pienso, me equivoqué al cruzarme en tu camino.
Entonces ya no contuve mis lágrimas, las dejé salir junto con todo mi dolor, ni siquiera pude decir otra cosa. En verdad me estaba ahogando en mi dolor, todo se había hecho como un nudo en mi garganta y mi corazón se estaba haciendo pedazos.
- Saint no llores, por favor.
- Vete Zee, déjame solo.
- No puedo dejarte así.
- Jamás debí salir de la mansión del norte.
- ¿Te arrepientes de haberme conocido?
- Sí, me arrepiento, si te hubiera dejado ir ese día, no hubiéramos sufrido tanto, el odio y el dolor no estarían entre nosotros, nuestra vida sería más fácil y menos dolorosa.
- ¡Qué grande tienes la boca Saint!
- ¿Ahora me ofendes?
- Sí, porque tu traición me dolió menos que tus palabras.
Levanté mi rostro y vi a Zee llorando, ya no puedo con esto, no estoy dispuesto a seguir causándole dolor, es mejor que me vaya. Después de que se fue, el médico me quitó las puntadas y me limpió, luego, fui al garaje de Zee y me robé su Camaro para volver a mi casa.
Estar conduciendo causaba un fuerte dolor en mi pierna, pero mi corazón dolía aún más, me sentía tan miserable, nunca fui merecedor de su amor. Ya casi iba llegando, cuando recordé algo muy importante, así que hice una llamada.
- Hola hermanito, ¿todo en orden?
- ¿Dónde estás Sammy?
- En una cita con Yacht. No te enojes, pero de verdad me gusta.
- No te preocupes, no me molesta. Él ha sufrido mucho, cuida bien de su corazón. Solo te llamaba para decirte que no me encontrarás en la mansión del sur.
- ¿Dónde estás?
- Ya casi llego a la mansión Sup.
- Eso le dolerá a Zee.
- Le duele más que yo esté cerca.
- Te estás equivocado Saint.
- Tal vez, pero estará mejor sin mí.
- No cometas este error, escucha a tu corazón.
- Tengo un Corazón Blindado, o al menos eso dice Zee.
- Saint no seas necio, esto es un error grande.
- Para eso nací, para equivocarme con él. Te espero en casa Sammy, nos vemos.
Sentía todo mi rostro inflamado por tanto llorar, pero estoy seguro que Zee estará mejor sin mí, espero que pueda encontrar su felicidad. Antes de bajarme revisé su guantera, por unos ruidos que escuché todo el camino.
Habían dos cosas ahí, la primera era una bolsa, la segunda era un frasco, al revisar el contenido de ambos, decidí quedármelos. Lo único que pensé, es que deben ser posiciones preciadas para él, así como su Camaro, al menos estoy seguro que vendrá a mí por el auto y el frasco.
Y si no viene, creo que moriré, porque no estoy dispuesto a vivir sin Zee...
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top