Capítulo 23
Me senté en la camilla, sinceramente, ya estaba cansada de estar ahí. Sentía el cuerpo pesado, así que decidí que era hora de levantarme y volver al trabajo. No podía seguir acostada como si nada. Descolgué la vía de suero de mi brazo con cuidado y me incorporé, a pesar de que mi cabeza aún daba vueltas. Tenía que revisar los medicamentos, organizar los suministros y, sobre todo, verificar cómo estaba tanto a Félix como a los soldados que habían llegado con alguna pequeña herida o golpes de calor.
Comencé por el inventario de medicamentos, anotando lo que necesitábamos reponer y verificando las fechas de caducidad. Félix se levantó poco después.
—¿Cómo te sientes hoy? —le pregunté mientras comprobaba su herida del costado, la cual ya estaba cicatrizando y Seungmin ya le había retirado los puntos.
—Mejor, gracias. Pero tú, Dana, deberías estar descansando, ¿no? —me miró con preocupación.
—Estoy bien, Félix. Solo son rasguños. Nada que no pueda manejar —respondí con una sonrisa tranquilizadora.
Mientras aplicaba un poco de pomada en la herida a Félix, la puerta de la enfermería se abrió de golpe y entró Changbin con su expresión era de furia apenas me vio.
—¿Qué demonios haces levantada y trabajando? —gruñó, acercándose a mí con pasos pesados.
Suspiré, preparándome para lo que sabía que vendría.
—Changbin, estoy bien. Solo tengo unos rasguños, nada serio. Además, este es mi trabajo. No puedo quedarme tumbada mientras todos los demás están aquí, haciendo lo suyo —intenté mantener la calma en mi voz, aunque sabía que eso solo lo enfadaría más.
—Deberías estar descansando, no organizando medicamentos y revisando soldados. ¿Qué parte de eso no entiendes? —insistió, su tono cada vez más molesto.
Le miré con firmeza, arqueando una ceja al escucharle.
—Tú haces exactamente lo mismo. No puedes pedirle a alguien que se quede quieto cuando tú tampoco lo haces. Sabes que tengo razón.
Por un momento, Changbin pareció considerar mis palabras, y aunque su expresión no se suavizó del todo, dejó de quejarse.
—No creas que me vas a convencer tan fácilmente —murmuró, cruzándose de brazos.
Antes de que pudiera responder, Seungmin entró en la enfermería, con una expresión que oscilaba entre la preocupación y la curiosidad.
—¿Qué tal, líder? — a Seungmin le encantaba molestar al militar con su típico tono de burla — ¿Pudiste sacarle algo de información al chico? —preguntó.
Changbin asintió, aunque su semblante era sombrío.
—No soy tu líder, tu líder es Dana, y sí, aunque conseguimos poco: Se llama Hyunjin y tiene 24 años.
Me detuve en seco al escuchar el nombre y la edad. Era joven, demasiado joven para estar metido en algo así. Sentí un nudo en el estómago al imaginar a alguien tan joven enfrentando una vida tan peligrosa y oscura. ¿Cómo había llegado a esa situación?
—24 años... —murmuré, más para mí misma que para los demás. No pude evitar preocuparme. ¿Qué clase de vida habría llevado para terminar en esta situación? Me costaba comprenderlo.
Changbin, que por alguna razón siempre estaba atento a mis reacciones, no tardó en notar la preocupación en mi rostro. Su expresión cambió de nuevo, esta vez a algo más cercano a la molestia, casi enfado.
—¿Por qué te preocupas tanto por ese chico? —su voz era baja, pero cargada de una ira contenida—. Intentó matarte, Dana. No lo olvides. — hizo una pausa— ¿Acaso... te gusta?
La pregunta me sorprendió tanto que tardé unos segundos en procesarla. Luego, sacudí la cabeza con velocidad.
—¡No, claro que no! —respondí rápidamente—. Es solo que... siento lástima por alguien tan joven que ha terminado así. No puedo evitar pensar en lo que pudo haberle pasado para estar en esta situación. Pero parece que tú no lo entiendes.
Changbin apretó los dientes, mirándome fijamente. Sabía que nuestras perspectivas eran diferentes, pero no esperaba que fuera tan difícil para él comprender mi punto de vista. Para él, Hyunjin era un enemigo, alguien que debía ser castigado. Para mí, era un ser humano que, por las razones que fueran, había terminado en el lado equivocado.
—No es que no lo entienda —dijo finalmente con su voz un poco más suave—, pero no puedo permitirme sentir lástima por él, Dana. Se infiltró entre nosotros e intentó hacerte daño, y yo no puedo perdonarlo por eso. Solo espero que tú tampoco lo hagas.
Sus palabras resonaron en el aire entre nosotros, y por un momento, ninguno dijo nada más. Sabía que Changbin solo estaba preocupado por mí, pero también sabía que mi trabajo, mi responsabilidad, era cuidar de las personas, sin importar quiénes fueran o qué hubieran hecho.
—Vamos a seguir adelante con esto —dije finalmente, rompiendo el silencio—. Haré mi trabajo, y tú harás el tuyo. Pero, por favor, entiende que no puedo dejar de preocuparme por alguien, solo porque esté del otro lado.
Changbin no respondió de inmediato, pero asintió ligeramente, como aceptando un compromiso silencioso. Seungmin, que había estado observando en silencio, finalmente intervino.
—De acuerdo, entonces. Hagamos lo que mejor sabemos hacer y sigamos adelante. No tiene sentido discutir cuando ambos tienen sus razones.
El ambiente se relajó un poco, y volví a mi tarea, organizando el botiquín. Pero en el fondo de mi mente, las palabras de Changbin y la imagen de Hyunjin seguían presentes, mezclándose con la confusión y la preocupación que sentía. Sabía que esto no terminaría aquí, y que las decisiones que tomáramos en los próximos días serían cruciales, no solo para nosotros, sino también para aquellos que, como Hyunjin, estaban atrapados en una situación sin salida.
********
Los días pasaban lentamente desde aquel encuentro nocturno con Hyunjin, casi una semana transcurrió desde el suceso, y aunque me había esforzado por centrarme en mis tareas en el área médica, no podía quitarme de la cabeza al joven que ahora estaba encerrado en la celda para prisioneros. La preocupación me carcomía por dentro, aunque trataba de negarlo. Tal vez fuera porque, como doctora, tenía ese impulso de ayudar a todos.
Esa tarde, mientras organizaba los medicamentos, tomé una decisión. Sabía que no tenía que hacerlo, que nadie me lo pedía, pero sentía la necesidad de enfrentarme a él, de intentar comprenderlo. Después de todo, no podía dejar la situación de esta manera. Respiré hondo, guardé los frascos en su lugar, y me dirigí al área de prisioneros. Mi corazón latía con fuerza, no por miedo, sino por la incertidumbre de lo que podría encontrar.
Al llegar le pedí a uno de los soldados que me acompañara. No lo conocía personalmente, pero lo había visto entrenando varias veces. Asintió sin hacer preguntas y me llevó hasta la celda de Hyunjin, abriendo la puerta y permitiéndome entrar. El joven estaba sentado en el suelo con las manos esposadas a la pared. Cuando me vio, soltó una carcajada irónica que resonó en la pequeña habitación.
—Vaya, pero si es la doctora —dijo con un tono burlón.
Rodé los ojos ante su actitud y me senté en frente de él a un par de metros, tratando de mantener la calma.
—¿Por qué lo hiciste? —le pregunté directamente, sin rodeos.
Hyunjin se encogió de hombros, esbozando una sonrisa que no alcanzaba sus ojos. Parecía un maníaco, o al menos, eso intentaba proyectar.
—¿Has venido a gritarme o a pelear? —me espetó con ironía.
Imité su gesto, encogiéndome de hombros, sin responder. Mi silencio pareció desconcertarlo. Hyunjin me miró, confundido, esperando una reacción que no llegó. Aproveché su desconcierto para cambiar de tema.
—¿Cómo está tu herida? —le pregunté, refiriéndome a la lesión que Seungmin había tratado. Quería saber si estaba libre de infecciones o si aún le dolía.
Por un momento, Hyunjin pareció descolocado, como si no esperara esa pregunta. Finalmente, respondió, aunque su tono seguía cargado de sarcasmo.
—Tu amigo hizo un buen trabajo —respondió con una sonrisa irónica, aunque noté un destello de algo que podría haber sido sinceridad en sus ojos—. Pero el militar fuerte... ese es bastante estúpido.
Se rió de nuevo, como si se burlara de algo solo conocido por él. Probablemente se refería a Changbin, y la verdad, su comentario no me sorprendió. Aunque no pude evitar sonreír un poco ante su insolencia.
—Yo también opino lo mismo —respondí con tranquilidad.
La respuesta lo tomó por sorpresa. Hyunjin me miró fijamente, intentando descifrar si me burlaba de él o si hablaba en serio. Pero no añadí nada más. No iba a darle el gusto de una confrontación, ni de rebajarme a su nivel de provocación.
Me levanté lentamente, dándole a entender que nuestra conversación había terminado. Al ver que no lograba sacarme de mis casillas, Hyunjin se quedó en silencio, mirándome con una mezcla de desconcierto y curiosidad. Probablemente había esperado que le gritara, que lo insultara, que lo culpabilizara por lo que había intentado hacerme. Pero no hice nada de eso. Simplemente me alejé, dejando que la puerta de la celda se cerrara tras de mí.
Mientras salía del área de prisioneros, me di cuenta de que, a pesar de su actitud desafiante y su comportamiento errático, Hyunjin no era lo que esperaba. Bajo esa capa de sarcasmo y arrogancia, había algo más, algo que quizás él mismo no entendía. O tal vez yo estaba equivocada y simplemente intentaba ver lo mejor en alguien que no lo merecía.
Sin embargo, mientras caminaba de regreso al área médica, una parte de mí no podía evitar sentir lástima por él. No por lo que había hecho, sino por lo que lo había llevado a ese punto. Tal vez, en otro momento, en otra vida, podría haber sido alguien diferente. Pero esas eran solo suposiciones, y ahora tenía que concentrarme en lo que importaba: mantener a salvo a las personas que estaban bajo mi cuidado y continuar con mi trabajo.
Al menos, por hoy, había enfrentado a Hyunjin, y había mantenido la calma. No sabía qué significaba eso para él, pero para mí era un pequeño triunfo. Un paso más hacia adelante, hacia la comprensión de este complejo y peligroso mundo en el que nos encontrábamos.
¡Hasta aquí el capítulo de hoy!
¿Cómo creéis que acabará Hyunjin?
Espero que lo hayáis disfrutado muchísimo!
Mil gracias por el apoyo~
Instagram: sui.letras
SPAM:
AUTORA DE: Kaori, la esfera mágica.
EDITORIAL: Ediciones Arcanas.
*Si quieres un ejemplar, háblame por mensaje directo, comentario*
♡¡Hasta pronto!♡
♥Os dejo un collage del gran día que conocimos a los chicos de STRAY KIDS, MI PICALPONCHO (Wolfchan), y yo♥ ♥
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top