"Valeria: Te odio por amarte tanto, ¿sabes? Creo que eso es lo más horrible de todo. Que hay veces que siento que te odio, que te odio muchísimo, y me gustaría olvidarte para siempre. Todo porque me duele mucho amarte tanto. Te extraño muchísimo, joder. Todos los días. No hay un momento en el que no te extrañe. Y me dan ganas de llorar, y de pegar puñetazos, y de gritar... Pero no lo hago. Me dan ganas de hablarte para pedirte perdón por ignorarte y volver a ser amigas y tampoco lo hago. Me dan ganas de llamarte para gritarte y desahogarme contigo y tampoco. Me lo estoy tragando todo, y empiezo a pensar que me voy a asfixiar. No sé si debo o no decirte esto, pero estoy intentando desahogarme, y así de paso dejo que entiendas mi situación. Sé que tú lo estarás pasando peor que yo, que estás en la mierda y que te prometí permanecer siempre a tu lado, pasara lo que pasase... Sí, lo sé. ¿Pero sabes lo que me duele pensar en ti? ¿Sabe lo que me duele saber que existes en algún lugar del mundo y que ese lugar no son mis brazos? ¿Sabes lo que duele saber que te he hecho tanto daño? Hay veces que sólo me gustaría olvidar que te he conocido... Pero sé que sería una estupidez hacerlo. Olvidaría a la persona a la que más he amado en mi vida. Y espero que a la última, porque no quiero amar de esta manera a nadie más, no quiero volver a enamorarme, no quiero encariñarme de nadie... Joder, cómo duele. Y te extraño. Te extraño, te extraño, te extraño, te extraño... Te echo muchísimo de menos. Ya estoy llorando. Otra vez. ¿Qué raro, eh? Llevo así desde que te fuiste. No te imaginas el dolor en el pecho, en la garganta, en el alma. O quizá sí. Posiblemente tú también lo sientas. He aprendido cómo se siente que se te rompa el alma, el corazón... Y preferiría no haber aprendido nunca que es un sentimiento tan real. Que realmente se siente como si se hubiera roto algo dentro de ti. Me duele muchísimo. Y no sé si debo o no debo hablarte, no sé qué es lo mejor para ti ni para mí... Porque recordarte duele y ansío olvidarte para olvidar todo este dolor. Pero claro, tú me pides que te hable, me dices que me necesitas, y yo no quiero que te sientas sola porque te quiero. Aún así, no consigo responderte. Porque me duele. Siento que pierdo la respiración, que se me rompe algo dentro. Y aunque estaba enfadada contigo, ya no puedo estarlo: Leia tiene razón, tú tienes razón, estás intentando arreglarlo todo de la mejor manera posible para todos, y no puedo enfadarme por eso. No debo, al menos. Aunque quiero, y no consigo perdonarte del todo, pero entiendo que querer significa querer lo mejor para la otra persona... Eso dice Leia al menos. Claro que Leia sería capaz de estar toda su vida al lado de Azuleima viendo como Azu sale con otras personas y no derramar ni una sola lágrima, yo no. Yo te quiero, pero te quiero aquí conmigo. Y eso duele. Duele como la mierda. Joder si duele... Te extraño. Te amo. Me gustaría pulsar un botón mágico que te trajera aquí, entre mis brazos, para poder abrazarte por siempre y no soltarte nunca. Pero al mismo tiempo me gustaría tener un botón mágico que hiciera que dejara de quererte como lo hago, de estar enamorada de ti, y verte sólo como amiga. Si tuviera ambos en las manos en este mismo momento, no sé cuál pulsaría. Ojalá nunca me hubiera enamorado de ti. Así tú no estarías en Londres y yo no estaría viviendo esta asquerosa tortura. Ojalá no hubiera insistido tanto. Ojalá no te hubiera besado aquel día en la calle. Ojalá pudiera extirparme el corazón... Joder, como duele. Jamás en mi vida había sentido un vacío tan grande con el simple hecho de pensar en alguien, de escuchar una canción. Jamás en mi vida había tenido ganas de llorar todos los días. Jamás algo me había dolido tanto. Tanto que hay veces que pienso que ojalá no te hubiera conocido nunca, pero entonces me retracto, porque sí es cierto que si no te hubiera conocido nunca hubiera sabido lo que es de verdad el amor, no hubiera pasado los días más bonitos de mi vida. Pero ya no sé si vale la pena, si compensa todo este dolor. Lo que sí tengo claro es que no volveré a pasar por lo mismo, no, no voy a ser tan idiota de dejarme enamorar para que luego vuelvan a romperme de esta manera... Así que, mirando el lado positivo para ti, si volvemos a ser amigas no tendrás que soportar verme con alguien más. Yo espero que tú si le des la oportunidad a alguien, te mereces ser feliz... Pero yo no quiero volver a pasar por esto, me niego. Joder, Melca, ¿por qué duele tanto? ¿Por qué te amo tanto? ¿Por qué tuviste que enamorarme? ¿No podrías ser un poquito menos encantadora? Te odio por amarte tanto... Y creo que esa es la verdad más horrible y más dolorosa de toda mi vida."

Suspiras mirando el mensaje y lo borras.

Apagas el móvil y lo tiras a la cama.

Escondes tu rostro entre tus rodillas para volver a llorar.

–Y pensar en que aún me detengo a pensar en lo mucho que me gustaría casarme algún día contigo...

Te sientes estúpida por andar llorando por tu ex, por la chica que ha roto tu corazón; pero ¿y qué haces si la amas? ¿Y qué haces si el corazón no entiende de razones?

Es normal que llores, y es normal que necesites desahogarte, Val. Pero en el corazón incluso las heridas más profundas también sanan, si tú las dejas cicatrizar.