B
Estás en la puerta de la Universidad, con Sam y Ali. Habéis llegado algo pronto así que, como de costumbre, esperáis en los jardines. Veis llegar a Azu y Leia en la moto de la rubia.
Uno de sus amigos le pidió que se la dejara para volver antes de empezar el curso, así que por suerte para ella vuelve a tener motocicleta.
Aparcan y se acercan a vosotras.
–Azu y yo tenemos un problema –dice Leia a modo de saludo.
–¿Cuál? –preguntas, ilusa de ti.
–Azu dice que ella besa mejor. Y yo digo que yo beso mejor. Pero claro, no podemos besarnos a nosotras mismas para saberlo.
Os reís. Son muy idiotas.
–Pues preguntadle a alguien que os haya besado a las dos –dice Ali.
–¡Eso es imposible! Yo sólo he besado a chicos, y Azu sólo ha besado achicas... No coincide. –Hace como que piensa y te mira– Oye, Valeri... ¿Me das un besito?
–¡Y dale! ¡Pero qué manía con que te bese, que no!
–Jo... Venga... Si sabes que tienes ganas.
La miras entrecerrando los ojos. Es una pesada.
Azu se ríe.
–Lei, ¿tengo que pensar mal? –bromea.
–No, es sólo que no me gusta que alguien entre en mi corazón y no pase entre mis piernas. O sea, tendrá que pagarme por entrar ahí... Digo yo.
–¡Aaamooor! –replica Azu golpeando su hombro.
La andaluza se ha sonrojado levemente. Leia se aguanta la risa.
–¿Qué? Es cierto... Pero bueno, Valeri, a ti te lo perdono; pero sólo porque no tienes pene. –Azu apoya el brazo en su hombro– Y porque no eres mi artista, claro.
Azu sonríe y la besa.
Leia mira su reloj.
–Hora de entrar al primer día de clase del último curso.
–Espero que te vaya bien, feorra.
–Lo mismo digo con tu entrevista.
Azu le da un pico en los labios.
–¿Entrevista? –preguntas.
Ella asiente.
–De trabajo. Hasta luego, chicas.
A la salida de clases, Leia se despide de su grupo de psicólogos y saca su teléfono.
"Leia: Melca, ¿estás?
Meca: Sí.
Leia: ¿Te puedo llamar por WhatsApp cuando llegue a casa?
Meca: Claro".
Leia llega a la Nave poco después.
–¡Buenas tardes!
Sube a su dormitorio. Deja la mochila en su cama y vuelve a bajar. Su madre y Luke están en la cocina.
–Hola.
–Hola –saluda su madre– ¿Qué tal tu primer día?
–Como todos los primeros días. Aburrido. Los profesores ya deberían saber que ni me importa que se presenten ni me importa la estructura de su asignatura, que entren en materia y ya.
–Yo lo prefería así –rebate Luke–. Después de las vacaciones no estoy como para atender a ninguna explicación.
–Tú, que eres un vago. ¿Cómo vas echando currículums?
–Cansado de que no me contraten.
–Ya te llamarán.
Se sienta llevándose un tenedor de verdura a la boca. Está hambrienta.
–Gracias por la comida, mamá. Oye, tengo que hacer una llamada, ¿os importa que hable mientras como?
Niegan con la cabeza. Leia llama a Melca llevándose otro tenedor a la boca.
–¿Leia?
–Hola. ¿Cómo estás?
–Tirando.
–Val me dijo que te habló ayer.
–Ah. Sí.
–¿Qué pasa?
–Me habló después de que me peleara con mis padres. No estaba de humor. Y encima... Eso. Me saluda como si nada, después de tanto tiempo, ¿sabes?
–Estaba nerviosa. Vale no sabía cómo empezar. Sabe que no quiere perderte, pero no sabe cómo volver atrás.
Se lleva un buen puñado de comida a la boca. ¿Por qué su madre cocina tan bien? Le rugen las tripas. Mastica rápido para poder tragar.
–No sé, yo... Leia...
–Es normal que estés molesta con ella. Que te sientas decepcionada, traicionada. Que no confíes en ella. Incluso que pienses que le importas una mierda. Sí. Te diré una cosa. Vale puede llegar a ser muy egoísta, es cierto. Pero te quiere. Y se ha propuesto solucionar su error. Dale una segunda oportunidad.
–¿Crees que se la merece?
–No. –Traga– Pero tú sí te la mereces. Y sé que tú también la echas de menos.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top