4. Nervios

El sudor escurría por toda mi frente y cuerpo, mi cabello igual estaba húmedo algo que no me gustaba para ser sincero.

Kyle golpeaba un saco de box con fuerza, sus golpes se oían en todo el gimnasio.

Kyle y yo éramos muy unidos, en especial durante el tiempo en el que Tadashi estuvo en coma después del accidente en el I.T.S.F, él me había mostrado gustos y facetas de mi mismo que no conocía y más que ser mi primo, lo vi como un hermano mayor al cual sacar de sus casillas casi como a Tadashi.

Yo corría en una de las caminadoras a pocos metros de Kyle, baje la velocidad de esta cuando logre mi cometido y después baje secandome el sudor con una toalla.

Kyle había terminado de entrenar, y de igual manera secaba el sudor de su cuerpo con una toalla.

-¿Quieres acompañarme a compras víveres para el restaurante?- hablo quitándose los auriculares.

Yo asentí y después tome mi maleta para ambos ir a los baños, ducharnos y ponernos ropa más cómoda.

Me había puesto un pans gris, y una sudadera del mismo color, junto a una gorra que pertenecía a Tadashi y que resguarde durante sus 4 años en coma, esa que tenía las iniciales del instituto. Solía ocuparla en días que el calor del sol era insoportable, más que nada porque odiaba como mi piel se ponía roja por la insolación.

Espere a Kyle, que apareció vestido con un pans negro y una playera de tirantes blanca. Llevaba un cigarrillo entre los labios, algo típico de él, y una maña que me había pegado.

-¿Quieres uno?- me miró y sacó de una de las bolsas de su chamarra de piel negra la cajetilla de cigarros.

-Estoy bien, gracias.

Ambos subimos al auto de Kyle, había pasado por mi a mi departamento y ya que era domingo, teníamos que verlos a todos en casa de la tía Cass.

Kyle manejo unos treinta minutos, hasta un gran mercado donde cada puesto parecía más elegante que el otro.

-San Juan dice que debemos agregar comida mexicana al menú, y que tiene que ser verdadera comida mexicana- mencionó Kyle una vez que ambos estuvimos en uno de los puestos de carne.

Kyle revisaba con meticuloso cuidado la carne, solo escogía lo mejor para su restaurante.

-¿Y qué tiene planeado?- lo observe.

Antes solíamos hacer mucho este tipo de actividades, después de mis clases y si no había alguna emergencia de superheroes, Kyle pasaba por mi en su moto y me llevaba por cientos de puestos para conseguir los ingredientes que ocuparía en sus prácticas de la escuela, o en su iniciado restaurante.

Kyle pago todos los productos que se llevaría, y algunos de los empleados metió una gran caja de madera al auto.

-Dice que quiere comidas típicas, quedamos en que me los mostraría, y si me gustan los agrego al menú- explico el pelinegro siguiendo con nuestra platica, yo asentí.

Ambos nos subimos después de esto, y pasamos a dejar las cosas al restaurante. Después de una hora ambos estábamos en el café.

Para mi sorpresa, Penny estaba ahí junto a Megan, ambas frente a una laptop en una de las tantas mesas del café.

-Hey Hamada, necesito tu ayuda- hablo Megan una vez noto mi presencia.

Camine hasta ellas y mire el monitor de la laptop. Tenía en letras grandes "¿Por qué se fueron los grandes héroes?", enarque una de mis cejas.

-¿Por qué hacen eso?- cuestione a ambas.

-Proyecto final de la universidad, ya sabes- hablo Penny.

-¿Y bien? ¿Cuál crees que sea la razón?- cuestino Megan con un tono jugueton y en sus ojos aparecía la maldad.

Esto era el colmo, me utilizaba para pasar su semestre y para colmo, con chantaje.

-¡No lo sé! Deben tener buenas razones- me cruce de brazos.

-¿Y no se te ocurre ninguna?- cuestinó con un tono autoritario Megan.

Ambos nos miramos directo a los ojos iniciando una batalla que solo ella y yo comprendiamos.

-Ni idea- continúe.

-Por favor Hiro, no se nos ocurre nada. Estaría genial una opinión externa- hablo Penny mirándome con una sonrisa.

Coloco una de sus manos sobre la mía, que estaba sobre la mesa. Mire este acto e intentando no verme grosero retire mi mano.

-¿Puede ser porque ya no había necesidad de ayudar? Digo, la policía ahora hace un espléndido trabajo- explique haciendo ademanes para justificar porque quite mi mano.

Megan bufo, sabía que su chantaje no serviría esta vez.

-Por cierto, iremos al centro comercial del centro- Penny mencionó y codeo a Megan- ¿Quieres ir con nosotras?- me miró.

Kyle apareció entonces, me tomó del hombro y me guiño un ojo.

-Por supuesto que irá- mencionó con una amplia sonrisa que justo ahora estaba detestando.

[...]

Nos encontrábamos sentados en la zona de alimentos de la plaza, Penny y Megan murmuraban cosas de vez en cuando a las que apenas y prestaba atención.

-Ahí viene- mencionó Penny y se acomodo en su lugar.

Megan la imito y después acomodo un poco de su cabello detrás de su oreja.

-Hola Megan, Penny- una voz nueva se hizo presente. Una voz que conocia y me hizo sentir helado.

Mi respiración se corto, y las manos me empezaron a sudar. Baje lentamente la carta mirando al responsable.

Miguel estaba frente a mi, con esa coqueta sonrisa que se acompañaba de su lunar y ese único hoyuelo.

-Hola Hiro- mencionó alzando su mano en forma de saludo -Parece que fue antier cuando te lleve a tu casa- mencionó con burla.

-Hey Miguel- sonreí.

Penny y Megan se miraron sin entender que pasaba, alternando miradas entre el moreno y yo.

-¿Qué haces aquí?- cuestioné ignorando las miradas de Penny y Megan.

-Ah... Vengo de vez en cuando aquí, me gusta ejercitarme- con este comentario me di cuenta de que tenía una maleta colgando de uno de sus hombros.

-Ah vaya, entonces supongo que vienes al gimnasio del centro comercial- mencioné con una sonrisa nerviosa. Las manos me sudaban aún más.

Me pegue mentalmente por lo obvio que era mi comentario, Miguel me miró algo dudoso como si lo que había dicho no era de lo más obvio.

-Ah sí, sí,  de hecho. Bueno, que gusto verlos, tengo que apurarme o mis amigos y hermano me mataran por llegar tarde- explico señalando a Marco que apenas me percate estaba a unos metros de Miguel hablando por teléfono.

-Claro, nos vemos pronto- sonreí.

El moreno nos sonrío una última vez y después desapareció de nuestra vista. Megan me miró asombrada, no era secreto que solía salir con hombres.

-¿Estas ligando con Rivera?- mencionó azotando una de sus manos.

Penny me miró asombrada, yo solo negué.

-¿De qué hablas? Solo lo conozco de hace unos días- mencioné intentando ocultar mi nerviosismo.

[...]

-¿Es real?- Kubo me miró unos segundos.

-¡Muy real! ¿Qué se supone que tengo que hacer?- le había contando a Kubo como es que Megan y Penny habían sido testigos de mi nerviosismo por el mexicano.

-Ligarlo de verdad, ¿no lo has pensado?- Kubo comentó con ironía.

-Kubo, ya hemos hablado de esto. No tengo tiempo para...

-Una relación,  si si, tienes tu maestría que por cierto, termina en unos días, a tu familia, amigos y trabajo- me interrumpió utilizando mi típico sermón.

-Exactamente- me cruce de brazos.

-¿Y después que pondrás de pretexto? ¿Qué Grambile te ofreció una plaza de maestro?- Kubo me reprocho.

-En efecto, si. Justo eso pensaba hacer- mencioné sin dejar de cruzar mis brazos y con un aire de ganador.

Kubo suspiro resignado, y justo en ese momento sonó su celular. El azabache miro la pantalla y con un sonrojo más que evidente sonrío.

Enarque una de mis cejas por las acciones de mi amigo y después espere a que terminará de contestar sus mensajes.

-¿Y eso que fue?- cuestione con evidente intriga.

-¿Qué cosa?- Kubo se hizo el inocente, lo mire mal, sabía que eso hacía cuando intentaba ocultar algo.

-¡No te hagas el que no sabes nada! ¿Qué fue eso, Kubo?- cuestioné.

-¡Ay bien! Estoy hablando con el socio de Kyle, es muy lindo- susurro bajando su mirada.

De no ser porque tengo la quijada unida a mi rostro, seguramente esta se me hubiera caído hasta el piso.

-¿Cómo?

-¡Si! Ya lo dije. Haz lo que quieras, dile a Karmi si quieres, pero ya lo estoy conociendo- se cruzo de brazos.

Suspire, Kubo solía confiar demasiado rápido en las personas y muchas veces, estas se aprovechaban de la inocencia del pelinegro.

Pero, sabía que seguramente ese tal Leo era de confianza sino, Kyle no habría aceptado tenerlo como socio. Kyle solía ver más allá de su trabajo para asociarse a las personas, pues no quería una mala reputación del restaurante que tanto le había costado tener solo por culpa de un ignorante con el cual se había asociado.

-No le diré nada, pero... Ten cuidado, ¿si?- lo tome del hombro y le sonreí.


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