2. Día familiar
El sol entraba por mi ventana pegándome justo en el rostro, molesto, gruñi por eso y tome una almohada para cubrirme.
-¿Hiro, ya estas despierto?-cuestiono la tía Cass desde abajo.
-Tal vez...- susurre -¡Si tía!- grite para que la tía Cass me escuchará.
-¡Baja a desayunar cariño!- mencionó.
Volví a gruñir por no poder dormir un poco más y quite las cobijas que cubrían mi cuerpo. Traía pantalón de pijama y una playera de tirantes blanca, el frío comenzaba a sentirse en mi torso por lo que tomé una chamarra de cierre gris y me la coloque sin cerrarla.
Me dirigí al baño para cepillar mis dientes cuando Megan apareció frente a mis ojos.
-Buenos días, ¿qué tal la maestría?- cuestionó.
Cada sábado tenía maestría en el I.T.S.F. y los domingos eran familiares por lo que aprovechaba para quedarme desde el sábado en casa de la tía Cass.
-Espléndido, no sabes lo mucho que amo matarme del sueño- comente con sarcasmo recordando la hora en la que me dormí un día anterior.
-Hiro, estoy notando cambios de humor muy bruscos a causa del sueño. Recomiendo descanso inmediato- mencionó Baymax que aparecía detrás de mi.
-Gracias amigo, lo tomaré en cuenta- mencioné.
Megan rió por mis desgracias y bajo al segundo piso para poder desayunar con mi tía y su padre.
Cepille mis dientes y baje junto a ellos. El segundo piso olía a café y pan, llene de ese olor mis pulmones y suspire. Era algo que me gustaba de cada domingo, sentirme como un niño de 14 al que Cass consentía con comidas.
Tome asiento en la mesa junto a Cass, quien me sonrió.
-Tadashi y Honey ya vienen en camino, deberíamos esperarlos- mencionó.
-¿Qué hay de Kyle?- cuestione sirviendo café en la tasa que me correspondía.
-¡Estoy por acá, genio!- contestó el antes mencionado saliendo de la cocina con un mandil y limpiándose las manos con un trapo.
En el rostro tenía algunos rastros de harina y el mandil sucio de la misma junto a otros ingredientes que seguramente eran del pan que había olido minutos antes.
Sonreí a mi primo y asentí.
-Buenos días bello durmiente, por cierto- sonrío en burla Kyle.
-¡Tadashi cuidado!- se escucho un grito en las escaleras de la casa que daban al segundo piso. Todos giramos a ver el lugar al saber de quien pertenecía la voz.
Honey ayudaba a Tadashi con la bolsa de compras que traían ambos. Una docena de huevos casi caía al suelo, pero por suerte la rubia logró atraparlos sin que ninguno se dañara.
Me pare a ayudar a mi hermano con sus compras y a meter todo a la cocina.
Kyle, Tadashi y yo nos quedamos en esta por unos minutos.
-Tadashi, te ves de la mierda- mencionó Kyle observando al mencionado.
Tadashi traía una pinta de no dormir en al menos una semana, sus ojos estaban rodeados por unas grande ojeras tan negras que parecía en cualquier momento harían desaparecer sus ojos. Y sumado a esto, traía una desalineada barba creciente en su rostro que le daba un aspecto aún más demacrado.
-Cómo no tienes idea, el trabajo me tiene loco y Honey esta muy irritada últimamente- mencionó mi hermano tomando su cuello por la nuca con una de sus manos, intentando relajarse.
-¿Acaso es lo que pienso?- jugué azotando una de mis manos en el hombro de Tadashi.
-Auch, no lo creo- contestó el chico sobando la zona donde le pegue.
Baymax apareció en ese momento, dando indicaciones del pequeño golpe que recibió mi hermano de parte mía.
-Hiro, hay ematomas en tu cuerpo. ¿Has peleado o hecho ejercicio extremo últimamente?- cuestionó el robot de vinil cuando dejó de atender a Tadashi.
Kyle y Tadashi me miraron como si de un mal chiste se tratará.
-¡Hiro Hamada ya no eres virgen!- canto Kyle con burla.
-Carajo, Baymax- mencioné -He cogido más veces que tu Kyle, no me subestimes.
Ambos rieron y salimos de la cocina, Kyle trajo consigo el postre que cocinaba, que en efecto eran pan. Y todos nos sentamos en la mesa a desayunar.
Uno a uno fue terminando de comer, pero seguimos en una amena platica hasta que el sonido de un celular interrumpió la conversación.
-Disculpenme- mencionó Tadashi parándose de la mesa para atender su llamada.
-Bueno Hiro, ¿y que tal Krei? ¿Sigue explotando al pobre de Kubo?- cuestiono el señor Cruz.
-Si, el pobre sigue repleto de trabajo. Pero intento ayudarle en lo más que puedo- explique dándole un sorbo a mi café.
-Maldición, debo irme. Me necesitan en la oficina- Tadashi apareció cual rayo y tomó sus cosas.
Honey suspiro frustrada y miro a Tadashi.
-Pero mi vida, prometiste que iríamos al concierto juntos- mencionó la rubia con un tono de frustración.
Tadashi le beso el dorso de la mano a Honey y asintió.
-Lo sé mi amor, y lo lamento pero es urgente que vaya- explico.
-¿Por qué no te vas en mi moto y yo llevo a Honey al concierto?- cuestione intentando animar a la rubia.
Honey me miró sorprendida al igual que el resto en la mesa.
-¿Hablas en serio Hiro?- preguntó Megan.
-Sí, ¿por qué no?
Honey asintió eufórica y Tadashi acepto, dejando así a Honey bajo mi protección, o seguramente sería al revés.
-¿No quieren asistir chicos? Es un concierto que dará el I.A.S.F. para caridad, mis alumnos son las estrellas del show- explico Honey mirando a Kyle y Megan.
-Deberían ir chicos, Cass y yo pensábamos ir a comprar cosas para el café - explico Cruz-Y deberías invitar al pobre de Kubo, el trabajo lo debe tener muerto- me miró.
Yo asentí y mire a Honey, quien no podía sonreír más de lo que ya estaba.
Megan y Kyle aceptaron a ir al concierto, mientras yo convencía a Kubo de ir con nosotros. El japonés acepto con la condición de que pasara por él hasta su apartamento.
[...]
Frene el auto frente al departamento de Kubo y pite tres veces como señal para que este saliera. Unos pocos minutos después apareció sentándose detrás de mi asiento de conductor, Honey y Megan también iban atrás mientras Kyle era mi copiloto.
-Y entonces, ¿un concierto?-cuestionó Kubo mirando a Honey.
Ella asintió y comenzó a explicar de manera eufórica lo que momentos antes nos había dicho a nosotros; pocos minutos después estábamos en el estacionamiento del I.A.S.F., todos bajamos del auto y esperamos a que Honey nos diera indicaciones.
-¡Bien chicos!, necesito revisar unas cosas antes de que comience. Pueden esperar en la zona central del instituto. Los veré ahí en menos de 15 minutos- sonrío la rubia y a paso apresurado se alejo de nosotros.
Yo suspiré y estiré mis brazos, Kyle me miró unos segundos y después comenzó a caminar hacia donde Honey nos indicó.
Con forme más nos acercábamos al centro del instituto, más gente se aglomeraba y el sonido de una guitarra era más presente.
-¿Podemos ir a ver?- cuestionó Megan tomándome del brazo y jalandome hasta ese lugar.
En menos de 5 minutos ya estábamos casi en primera fila gracias a que la morena había empujado a capa y espada a toda persona que se le atravesará.
Dos chicos morenos estaban en medio de todo el espectáculo, uno tocaba la guitarra mientras el otro cantaba.
-Tú si sabes quererme, tú si sabes adorarme mi amor, no te vayas, quédate por siempre, para siempre- canto el chico en español- Para siempre amarte- sonrío mirándome, logre percibir un pequeño hoyuelo en una de sus mejillas que hacía juego a un lunar coqueto en su mejilla.
Ambos chicos vestían de pantalón de mezclilla, aunque el que vocalizaba traía una playera blanca de tirantes junto a una chamarra de lo que parecía piel roja. Y el otro chico, el cual me había percatado tenía los ojos ambar, vestía de una camisa manga larga azul, pero se había alzado estas la altura de los codos.
El chico de rojo siguió cantando, coqueteando con algunas chicas al ritmo de la canción, estas gritaban y reían ante los coqueteos.
-Por favor no me dejes, que soy valiente en corresponderte- el chico de rojo guiño uno de sus ojos a Megan, esta se sonrojo ante el acto.
El chico de ojos más claros siguió tocando la guitarra con un ritmo peculiar, sus ágiles dedos dejaban en claro la práctica. Parecían flotar sobre las cuerdas.
Ambos chicos vendían su música con coqueteos sutiles a las chicas, Kyle bufo rodando sus ojos por estas acciones.
Lo mire y reí, estaba alejado de nosotros así que lo tire del brazo para que estuviera más cerca del espectáculo. Grabe error.
El chico de azul miró a Kyle como si fuera su próxima presa, y coqueteo con su guitarra y un rápido zapateado. Guiño uno de sus ojos con una sonrisa coqueta y después giro para seguir con su acto.
Kyle me miró con odio en ese momento y se cruzo de brazos, no le gustaba ser el centro de atención de esa manera.
-Es tan difícil encontrar un amor, que aquí me quedo con heridas bien abiertas- prosiguió el chico de rojo.
Poco después el chico de azul interrumpió el cantar de su compañero, dando pequeños coros.
-Soy la flor que da color al jardín de tu vida- sonrío con coqueteo el de ojos ámbar.
El chico se rojo bailaba y se divertía al cantar, cautivando mi vista en sus movimientos tan naturales pero bien coordinados.
La chamarra le daba un toque sofisticado a sus hombros varoniles, y el pantalón de mezclilla dejaba una buena vista a sus piernas que se veían trabajadas a pesar de la ropa.
Su sonrisa coqueta y su brillante mirada se poso sobre mi, sentí mi temperatura elevarse y recorrerme por toda la cara hasta mis orejas, Megan se percato de esto y me codeo levemente.
El chico de rojo noto esto, y su sonrisa se amplio aún más, guiñandome un ojo. En ese momento siento mi cuerpo temblar y una sensación de vacío inunda el cuello de mi esofago y baja lentamente hasta mi estómago, dejándome una sensación de pesadez.
-Corazón tu si sabes, quererme mi amor- prosiguió el chico de rojo.
-¡Quererme como a mi me gusta!- canto el público.
Estas últimas palabras se repitieron tres veces más dando por finalizado su canto, ambos chicos se inclinaron a agradecieron por la atención.
Algunas personas comenzaron a aventar monedas que fueron directo al estuche de guitarra que estaba en el piso junto a los dos pares de pies de los morenos.
-¿Te gustó el espectáculo, chino?- pregunta el chico moreno de ojos ámbar mientras se acerca peligrosamente a Kyle.
Mi primo solo niega y se cruza de brazos, parece fastidiado.
-Vaya forma de vender tu música, Rivera- menciona mi primo sin quitar su semblante serio- Además, soy japonés- recalca.
El chico de ojos ámbar sonríe por la molestia de Kyle, y después me mira amenazante. Me siento diminuto ante su mirada tan felina.
-¿Y tú eres, precioso?- me señala con una mirada coqueta.
-¡Ya basta Marco, deja de chingar!- comenta el otro chico.
Camina hasta nosotros y sonríe dejándome ver de nuevo ese hoyuelo coqueto en su mejilla.
Megan y Kubo le devuelven la mirada, la morena sonrojada mientras el japonés levanta la mano como saludo.
-¿Cómo han estado, chicos?-cuestiona el moreno que hasta el momento no conozco su nombre.
Me pierdo en mis propios pensamientos y mi prioridad se vuelve a que todos se conocen.
-Esperen, ¿de dónde se conocen?- paseo mi vista entre todos.
-Ellos son Marco y Miguel Rivera, hicieron el show por parte de San Juan el día de la fiesta del restaurante, se presentaron poco después de que te fuiste. Además de que son los famosos estudiantes de Honey- explica Kyle sin mucho ánimo.
El de ojos ámbar le guiña un ojo y sonríe coqueto.
-Así es, Marco Rivera y mi hermano Miguel, a tu servicio y al de Dios- sonríe coqueto Marco.
Miguel comienza a reír poco después de eso.
-Perdona al pendejo de mi hermano, soy Miguel- se presenta formalmente extendiendo su mano.
Siento mi cuerpo temblar y mi boca secarse casi de la nada.
-Hiro Hamada-
- sonrío y le extiendo mi mano esperando no sudar y delatarme de los nervios.
Miguel apretó mi mano en un fuerte agarre sin lastimarme, sentí una electricidad pasa por toda mi columna vertebral y baja por mi brazo hasta la punta de mis dedos.
Mire a Miguel, quien también había recién alzado su vista, ambos nos miramos unos segundos hasta que retire mi mano de manera brusca del agarre a causa de los nervios.
Y aún después de soltar su mano, sentía esa sensación por toda mi palma. Note como Miguel miraba la palma de su mano y después la frotaba contra su pierna como queriendo calmar la comezón de esta.
Kubo apareció entonces, tomándome del hombro y sonriendo. Había notado mis nervios e iba a mi rescate antes de que mi cerebro actuará de manera más inútil.
-¡Perfecto, ahora que todos se conocen deberíamos irnos! Por cierto, Honey ya viene para acá- señaló él camino por donde se acercaba la rubia.
-¡Bien chicos, veo que ya conocieron a mi cuñado Hiro! A los demás ya los conocían- comento con ademanes rápidos típicos de Honey cuando explica.
-Si, ¿verdad Miguel?- Marco codeo a su hermano.
Miguel solo asintió ante esto y me miro rápidamente, después su vista se poso sobre Megan y Kubo, y al final, sobre Kyle.
Un megáfono cercano a nosotros dió el anuncio de que el concierto empezaría en 5 minutos, Miguel miró a Marco de manera tranquila y con su cabeza apunto en dirección a donde sería el concierto.
-Debemos dejarlos, seremos el último acto y debemos calentar- sonrío Miguel y me miro- Un gusto conocerte, Hiro- hablo en un tono dulce y sonrío.
Yo asentí para corresponder su despedida.
Kyle, Honey y Megan caminaron unos cuantos metros detrás de los morenos.
-¿Qué fue eso, Hamada?- Kubo me miró con confusión cruzándose de brazos.
Suspiré cuál colegiala que acababa de conocer al chico de sus sueños.
-Créeme, ni yo sé- mire a Kubo.
Kubo me golpeó ligeramente el hombro como apoyo emocional y después comenzó a caminar obligándome a casi correr para alcanzar a todos los demás.
-¿Qué te parecieron mis alumnos?-preguntó Honey con una linda sonrisa.
-Son... Peculiares...
-Marco es irritante- interrumpió Kyle.
-Miguel es muy atractivo y lindo- mencionó Megan.
Kubo solo infló sus mejillas, y resignado suspiró.
-¿Cuánto falta para que todo empiece?- Kubo miró el reloj de su muñeca y después sonrío.
En ese momento el director del Instituto apareció en el escenario y comenzó a dar su típico sermón. La verdad no puse demasiada atención a esto.
Poco a poco distintas bandas de música de toda clase, dúos y sólitas aparecieron en el escenario y hacían sus respectivos números.
-¡El momento favorito de la noche ha llegado!- Anunciaron por el micrófono-Los hermanos Rivera nos deleitarán con...
Marco apareció en ese momento, quitando al presentador del micrófono.
-¡Hubo un pequeño cambio de planes! Esta noche, damas y caballeros les presentaremos el tema de la flaca- explico el moreno de ojos ambar.
Miguel apareció después de eso, con dos guitarras en sus manos, entregó una a Marco y la otra se la coloco.
-¡Rolala guapo!- grito Marco, y poco después la música comenzó a sonar. A pesar de esto, el sonido de sus guitarras se lograba diferenciar-Ven para acá nena, tráeme tus huesos.
-En la vida conocí mujer igual a la flaca, coral negro de la habana. ¡Tremendisima mulata!- comenzó a cantar Miguel.
-Cien libras de piel y hueso, cuarenta kilos de salsa y en la cara dos soles que sin palabras hablan... Que sin palabras hablan- continuo Marco de manera concentrada.
En sus rostros pude percibir una relajación alta, demostrando que la canción seguramente la conocían a la perfección y por ende no les era difícil interpretarla.
La gente coreaba al dúo de cantantes, muchos aplaudían y gritaban a los morenos, alabandolos por la excelente música que interpretaban. Ahora entendía porque la fascinación de Honey por ellos, y muy probable la razón de su éxito.
Mire a Honey, que cantaba junto a los demás coreando al dúo, emocionada y hasta de cierta manera, enamorada por la música que sonaba.
-Por un beso de la Flaca daría lo que fuera, por un beso de ella. Aunque solo uno fuera- cantaron ambos morenos al unísono dejando a mis oídos cautivado.
-Quiero me des, quiero que te quites todo nena ven- cantó solo Marco.
-Quiero que te muevas y sentir tu piel, quiero que me des. Nena solo ven- continuo Miguel.
Ambos terminaron la canción y los aplausos, que de por sí ya eran bastantes y aturdidores aumentaron sumado a gritos.
Varias chicas coreaban los nombres de los mexicanos.
-¡Gracias!- mencionaron ambos por los micrófonos y poco después desaparecieron.
"¡Otra, otra!" Gritaban la mayoría de chicas del lugar, y entre ellas Megan.
Kubo rió por esto y negó mirándome, para luego mirar a Kyle y reír aún más. El pelinegro tenía la cara más roja que un tomate y los brazos cruzados intentando no dejar de parecer imponente. Pero en su lugar se veía ridículo.
Seguí en sus risas a Kubo, teniendo así una mirada fulminante de Kyle.
Vaya que era un buen concierto.
Primera canción de los Rivera:
Segunda canción de los Rivera:
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