Capítulo 38. Maratón [3/?]
—¡Preciosa!–escucho que me grita.
—No te atrevas a volver a decirme así–dije sin darle la cara.
—Vamos, Nicole. Regresa.
—¡No!–dije molesta volteando a verlo—¿Sabes algo? No me vuelvas a dirigir la palabra en tu vida.
—Nicole, no fue la gran cosa, regresa.
—De verdad, no te me acerques nunca en tu vida–dije tratando de salir de la casa, debería avisarle a mi hermana. Más tarde lo haré, ya cuando esté dentro del taxi.
Cuando estaba a menos de 2 metros de la puerta, una chica, que ya se notaba borracha, me tiró su bebida, la cual dejó una mancha horrible y un olor insoportable. Mi noche no podía ir peor.
—¡Nicole!–escucho e ignoro, corro a la salida, lo más rápido que mis zapatos me permiten. Espero no tener que esperar mucho por un taxi, la suerte por un segundo viene a mi, cuando veo un taxi vacío.
Me dirijo a él y sin pensarlo, subo y doy mi dirección. Le pido que vaya lo más rápido posible. Seguramente el conductor notó mi desesperación, ya que aceleró sin decir nada.
Cuando ya me encontró lo suficientemente alejada de la casa, tomo mi celular y escribo el mensaje para Blair.
B, salí de la fiesta porque me tropecé y arruine el vestido, no podía quedarme así, te espero en la casa. Estoy bien. -N
Ya no podía, empecé a llorar en silencio mientras veía por la ventana. Había chicos besándose, riéndose, abrazándose ¿Por qué?¿Por qué no podía ser así de bello? No le pedí mucho solo quería que él fuera para mí y yo de él, pero no. Grayson no es así y nunca lo será. Él no es para mí y yo no soy para él, yo soy mejor que eso. Esas simples palabras me bastaron para dejar de llorar.
—Llegamos—el taxista anunció.
—Eh... Si ¿Cuánto es?—pregunté sorbiendo un poco los mocos.
—Nada, feliz noche de brujas—dijo el conductor regalándome una sonrisa.
—Gracias, Feliz noche de brujas para usted también—dije para bajar del auto. Me quite los tacones y me acerqué a la puerta de mi casa, saqué las llaves de mi bolso de mano y las introduje a la cerradura para poder entrar, cuando ya estaba dentro subí y me dirigí al baño.
—Dios estoy hecha un desastre—abrí la llave y me moje la cara agarré la toalla que se encontraba a un lado y me sequé—Mejor—dije para salir y dirigirme a mi habitación.
—¡Princesa!
No puedo creer lo que estoy escuchando, es demasiado para una noche.
—Princesa, ¿te encuentras bien?–dijo aproximándose a mi.
—¿Qué estás haciendo aquí?–dije aún sorprendida.
—¿Acaso no me querías aquí?–dijo algo sólido.
—No es lo que quería decir. Es solo que no te esperaba. Mira como estoy.
—Tu siempre te ves perfecta–esas palabras me subieron aún más el poco ánimo que tenía en ese momento.
—¿Puedo abrazarte?–pregunté, lo sé, patética. Pero él no contestó y abrió sus brazos y se comenzó a acercar a mi—¿Cuándo llegaste?
—Hoy, vine con tu hermano.
—¿Andrew está aquí?
—Si, también Emma. Te extrañé mucho, todos los días pensaba en ti.
Eso me hizo sentir fatal, mientras él pensaba en mi, mientras que yo estaba con Grayson.
—Yo también te extrañé–no mentí, pero no dije la verdad "completa"—¿Dónde están Emma y Andrew?–dije tratando de cambiar de tema.
—Salieron a cenar. Andrew quería mostrarle alguna parte de la ciudad–dijo, se soltó de mi abrazo y se sentó en mi cama—. No sabes cuánto me alegro de verte.
—Yo también me alegro. Te extrañe demasiado—dije acariciando su mejilla derecha para después bajar mis caricias a su cuello para encontrar una cadena de oro que le había regalado en nuestro último aniversario.
—Aún la llevas contigo—dije tomándola entre mis dedos.
—Nunca me la quito—dijo para tomarme la mano que tocaba su cadena. Definitivamente era un novio de ensueño, tenía todo lo que no tenia Grayson. Él era para mí. Grayson no, Thomas si.
—Puedo... Puedo—tartamudeó Thomas—¿Puedo be-be-besarte?
En ese momento mi cabeza me gritaba: ¡no! Hace unas horas me estaba besando con Grayson y ahora me encontraba con Thomas. Pero no podía decirle no, había viajado horas solo para estar conmigo.
—No tienes que preguntar—eso bastó para que Thomas se acercar a mi y me besara. Lo extrañaba, extrañaba sus labios cálidos y aquella protección que sentía a lado suyo, pero aquellas mariposa que antes volaban se habían muerto—. Te extrañé, princesa. Por eso vengo a decirte algo–dijo emocionado.
—¿Qué sucede?
—Princesa, vine de intercambio para estar contigo—En ese momento palidecí. ¿Qué sucederá? yo ya no siento lo que sentía antes por él.
—Wow. Eso está de maravilla,Thomas—dije feliz, al fin y al cabo tenía un cariño enorme hacia él.
—Así que, aquí viene la mejor parte creo...—dijo rascándose la nuca con nerviosismo—Se que antes fuimos novios y yo no te he podido olvidar, algo obvio, así que como terminamos te quería pedir, si tú... bueno si te gustaría volver a ser mi novia—no sabía qué decir a mi él ya no me gustaba, me gustaba Grayson pero él no quería una relación conmigo. Él era algo inalcanzable para mí y yo para él, así como pude apagar las llamas y matar las mariposas que existían Thomas y yo, ahora lo podría hacer con Grayson.
—Si, Thomas. Si quiero ser tu novia otra vez—dije para besarlo.
—Te quiero, princesa—dijo en medio del beso.
—Te quiero, Thomas —dije para seguirle besando.
—¡Oh casi lo olvido!—dijo Thomas alejándose de mí y buscando algo en el bolsillo de su pantalón—. Ten—dijo dándome una pequeña caja negra con un moño rojo.
—No debiste—dije mirándolo.
—Solo ábrelo—Empecé a abrir la caja. Cuando por fin la pude abrir, me encontré con un brazalete de oro blanco, con un pequeño dije de corazón que en la parte trasera tenía marcado una N y una T.
—Es hermosa...—dije tomándola en mis manos.
—Y es solo tuya—dijo para ponérmela en mi muñeca.
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