Capítulo 34.
¿Qué le diría cuando saliera?¿en qué me he metido? Me quedé sumergida en mis pensamientos, que no me di cuenta cuando fue que Grayson salió del baño.
—¿Ahora me dirás por qué te estás portando de esta manera tan extraña?
—Ya te lo he dicho, solo es por la obra—dije firme.
—Esto no es por la obra, Nicole. Te conozco.
—Mira, Grayson, si no me crees es tu problema. Además no tengo porque darte explicaciones.
—Ah, claro. Se me olvidó que estoy hablando contigo, inmadura.
—Disculpa pero aquí el único inmaduro eres tú, al venir en la noche lloviendo solo para hablar de algo que no quiero.
—¿Soy inmaduro solo por preocuparme por ti?—dijo pregunto en un grito enojado. Seguido se dirigió a la puerta con la intención de irse.
—Grayson— hablé para que no se fuera, cuando escuchó mi voz, él solo volteo a verme—No te vayas—dije—. Esta lloviendo y es de noche.
—No importa—dijo retomando su camino, su mano ya se encontraba en el pomo de la puerta, cuando tomé la muñeca de su mano libre.
—No te vayas, por favor.
—Es que no te entiendo. Hace un rato me alejaste de ti, ahora quieres que me quede contigo. Realmente me confundes, Nicole y ya no sé qué hacer —dijo un poco frustrado, apretando sus ojos.
—Lo siento estoy un poco estresada, además de que soy una chica complicada. Créeme cuando te digo que tú no eres el del problema.
— Y ¿Cuál es el problema? —preguntó acercándose a mi, esta vez viendo directamente a mis ojos.
—Dame tiempo, Gray. Es difícil para mí...—dije soltando un suspiro y mirando hacia el suelo.
Grayson se acerco más a mí y ahuecó con sus manos mis mejillas, atrayéndome más a él, para al fin depositar un beso dulce en los labios.
—Esta bien, esperare lo necesario—dijo para volverme a besar.
—Entonces... ¿te quedaras?—pregunté algo insegura.
—Sabes, no lo sé. Tal vez si, claro si es que me compensas por lo de hoy en la tarde.
—Si prometo compensarlo, ¿te quedarás?
—Claro, pero si es demasiado para ti, puedo irme–dijo separándose de mí y dirigiéndose a la puerta.
—Hey, espera–acompáñame, no dijo nada y comenzó a caminar en mi dirección.
—¡Hey! ¿A dónde vas?–grito cuando me alejé.
—Calla, que despertarás a mi hermana.
Cada vez que se acercaba, yo me alegaba en camino a mi habitación. Cuando llegamos, quité mis zapatos y me dejé caer en mi cama.
—Ponte cómodo, dormirás conmigo–dije con una sonrisa inocente.
Segundos después me arrepentí de decir estas dos palabras: "Ponte cómodo", bien. No mentiré. No me arrepentí del todo, ya que después de que terminé de pronunciar estas palabras, Grayson se había quitado la camisa de mi hermano y la había lanzado despreocupadamente a algún rincón de mi habitación. Me había quedado atontada viendo su abdomen, pero regresé a mis cinco sentidos, cuando vi que se desabotonó los botones de sus pantalones.
—¿Qué estás haciendo?–pregunté volteando a otro lado.
—Te recuerdo que dijiste "Ponte cómodo"–dijo con a fingida voz de mujer—. Así que eso hago, poniéndome cómodo.
—Grayson...–dije con tono amenazante.
—Preciosa, los pantalones son de mezclilla, voy a estar muy incomodo me moveré toda la noche y no te dejaré descansar.
—Esta bien–dije algo molesta. Me levanté de mi cama y preparé todo para poder acostarme a dormir: abrí las sabanas, acomodé mis almohadas, acomodé el lado donde Grayson se dormiría y traje más cobijas para arroparnos. Hecho esto me metí en las cobijas y esperé a que se acostara a mi lado.
—Listo–dijo y se acomodó a un lado de mi haciendo cucharita—. Buenas noches, preciosa.
—Buenas noches, Gray.
Cerré los ojos y traté de dormir, pero por alguna extraña razón no podía. Ya llevaba por lo menos diez minutos intentando dormir, y en todo ese tiempo fracasé.
—Gray...—susurré, sin esperar respuesta, pero queriendo una.
No escuché nada. No se inmutó, así que empecé a removerme hasta quedar frente a él, me quedé mirando sus facciones. Él era realmente guapo muy guapo, no necesitaba intentar.
—Si, lo sé. Estoy guapo ¿no?—preguntó, aún con los ojos cerrados y coma sonrisa discreta.
—Hay, Grayson. Eres odioso—dije riendo.
—Pero bien que te gusta este odioso–dijo abriendo los ojos.
—¿Quien te ha dicho esa mentira?–dije jugando.
—Nadie, es pura verdad lo que digo—dijo sentándose en la cama, recargándose en la cabecera de la cama.
—Pura verdad, ¿qué te sucede?—pregunté riendo.
—Ven—dijo mientras hacía una seña con su mano para que me acercara, lo cual hice, pero solo un poco.
—Más, no te voy a morder. Si no quieres, claro.
—Odioso—dije para acercarme más.
Ya que estaba a un lado de él se acercó a mí y me susurró lentamente:—A mí SI me gustas tú—dijo para depositar un tierno beso en mi sien, lo que me provoco escalofríos.
—¿Sabes?, creo que si me gusta este odioso–dije para besarlo en los labios y quedar encima de él.
—Ya lo sabia–dijo en medio del beso, a lo que yo empecé a reír en sus labios.
—Vas a despertar a tu hermana—dijo riendo.
—¿Que importa?—dije aún riendo.
—Si es que la vamos a despertar, hay que hacerlo de otra manera—dijo poniendo una cara pícara.
—¡Grayson!—dije ruborizándome. Y escondiéndome en su pecho.
—¿Eso es un si?
—No, Grayson. No seas sucio.
—Es inevitable... Bueno al menos contigo.
—Eso nunca pasara—dije riendo.
—¿Segura?...
—Si, muy segura—dije.
—Mmm bueno... ¿Y si entonces eso pasara regresemos a las alergias? —preguntó divertido, mientras subía y bajaba las cejas.
—Grayson...
—Esta bien... Entonces durmamos.
—Gray, no puedo.
—¿Crees que si te abrazo todo cambie?
—No sé. Así nos encontrábamos antes y no podía dormir.
—Te abrazaré más fuerte, ven.
Y dicho esto nos acomodamos, ambos seguíamos despiertos, por lo que hablamos de diferentes cosas, variado. La conversación se había extendido y seguramente ya pasaba de la media noche, para entonces mis párpados pesaban y mis pensamientos no eran claros, escuche como Grayson seguía hablando, pero ya no pude contestar.
Lo último que escuché por parte de Grayson fue:—Descansa, preciosa.
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Yasss nuevo capítulo.
Ya saben qué hacer. ¿Qué esperan que pase más adelante? Nos interesa saber sus suposiciones. Déjenlas en los comentarios.
All the love,
M&N
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