Capítulo 19. [Maratón 3/3]
-Bravo-se levantó el profesor aplaudiendo, a lo que algunos de nuestros compañeros imitaron-Chicos, realmente lo hicieron bien.
-Gracias-agradecimos al unísono.
Yo me estaba quitando las lágrimas, que tenía a causa de la actuación.
-De verdad, chicos. Hasta ahora han sido la mejor pareja.
-Gracias, profesor.-dije con una gran sonrisa en mis labios.
-Pero eso no significa que sean definitivos, aún faltan los demás.
Me desanimé un poco.
-Gracias, Profe.-dijo Ethan.
Después de que todos pasaran, el profesor nos comentó que mañana temprano, el colocaría quien se quedó con qué papel en la pizarra que había fuera del aula.
Estaba algo nerviosa. Pero confió plenamente en que lo hice bien, no sólo yo. Si no que también Ethan.
La verdad es que no me esperé que fuera tan bien actor. Espero el se quede con Noah.
-Ethan-llame su atención.
-¿Que pasa linda?-respondió.
-Ahora, ¿qué hago con Grayson?-pregunté.
-Sigue así, vas por buen camino. Pero cuidado con sus manos son resbalosas-dijo poniendo una cara muy graciosa.
-Si ya lo he notado-dije riendo.
-Bueno, si necesitas otro consejo aquí estoy-dijo guiñándome un ojo para después irse.
Al salir del salón, la chicharra sonó, me encontré a Aaron afuera esperándome.
-"Hola, chica"-dijo en español.
-¿"Hola, chico"?-conteste, también en español, soltando una risa.
-¿Cómo te fue? ¿Te quedaste con el papel qué querías?
-Desgraciadamente, lo sabré hasta mañana.
-Bueno, mucha suerte.
-Gracias-dije con una sonrisa sincera, caminando a su lado.
|P.O.V. Aaron|
WOW. De verdad que es bonita, llevo sentado en esta aburrida clase pensando en ella y no en otra cosa.
En sus ojos, tan verdes como el bosque, me dan tranquilidad. Sus labios de un claro tono rojizo, que hace que se vean tan deseables. Sus mejillas rosas, que provocan que quiera apretarlas todo el día. Su pequeña nariz que hace que se vea perfecta. Su delgado cuerpo, que a la vez tiene buena figura. Su carácter tan lindo, sin miedo a que alguien la critique.
Todo en ella es hermoso. No hay imperfección alguna. Nicole era perfecta.
Pero aveces siento que solo me quiere como amigo. Así que no sé cómo actuar cuando estoy frente a ella aveces le quiero decir lo que siento por ella y aveces no, porque no quiero arruinar nuestra pequeña amistad, pero tenía planeado llevarla a una fiesta este viernes y decirle lo que sentía.
Le preguntaría hoy mismo después de su clase de teatro.
Pasaron horas hasta que llegó el momento de preguntarle.
-Nicole...-dije.
-¿Qué pasó?-preguntó viéndome.
-Emmm, me preguntaba si quisieras ir este viernes a una fiesta.
-Hay, Aaron. Me hubieses dicho antes, Grayson me invitó y pues le dije que si-dijo-pero te prometo que para la próxima iremos juntos.
¿Cómo pude olvidarlo? Su único, maldito defecto es él. Dolan. Él está atrás de ella.
-Claro-dije sonriendo. Aunque realmente estuviese enojado.
-¿No estás enojado?-preguntó.
-No, no. Para nada-dije mintiendo.
Pero claro que estaba enojado, odiaba a Dolan desde que había provocado que Kendall, mi ex-novia, me pusiera el cuerno con él, siendo mi mejor amigo. Y ahora va por Nicole, aunque él no sepa que yo estoy completamente enamorado de ella.
-Supongo nos veremos ahí-dije refiriéndome a la fiesta.
-Claro-dijo regalándome una de sus perfectas sonrisas. Para nadie más que para mí.
Nos dirigimos al comedor, en busca de nuestros amigos.
Cuando llegamos, ellos ya se habían sentado y tenían sus charolas llenas de comida.
Nicole y yo nos dirigimos por nuestros respectivos almuerzos y después a nuestros lugares.
|P.O.V. Nicole|
Me senté a lado de Aron como era de costumbre y cuando estaba apunto de dar una mordida a mi manzana, alguien decidió arruinar mi almuerzo.
-¡Preciosa!-dijo sentándose a un lado mío.
Me haría la difícil,así que haría como si no estuviese ahí. Mordí mi manzana.
-¿Preciosa?-dijo ahora confundido por no haberle contestado.
Seguí haciéndome como si no lo escuchara. Sentí como alguien ponía una mano en mi cintura y me jalaba hacia la derecha.
Me siguió sin importar lo que hiciera seguí comiendo mi manzana hasta dejar el corazón.
-¿Porque no me haces caso preciosa?-me susurró causándome escalofríos.
Me paré de la mesa, sentía sus pasos atrás míos. Tiré el corazón de la manzana a la basura y seguí caminando hasta salir de la cafetería.
-¿Me seguirás ignorando?-dijo atrás mío, pero de nuevo sin contestar.
Lo acorralé contra los casilleros, estaba tan cerca, que nuestras respiraciones se mezclaban, dando como resultado, una sola respiración, algo acelerada.
-Tal vez si, tal vez no-dije para después darme la vuelta pensé que acabaría ahí, pero no.
Ahora él me había acorralado contra los casilleros.
-Esta vez no, preciosa-dijo con la misma cercanía que teníamos hace un momento.
-¿Está vez no que?-dije cuestionándolo firmemente.
-Esta vez no escaparás de mi-dijo para tratar de besarme pero como había dicho el primer paso era que me deseara así que corrí mi cara.
Corrí mi cara para verlo y encontrarme con un Grayson sonriéndome.
-No te resistas, preciosa. Ambos sabemos que lo quieres-dijo juntando nuestros cuerpos, de una manera exagerada.
-Grayson, muévete-dije tratando de empujarlo, pero, la fuerza que ejercía, para no aparte e de mi, era realmente grande, provocando que no lo moviera ni un centímetro.
-Vamos, de todas formas, sabemos que va a pasar. ¿Para qué resistirse, preciosa?-dijo acercándose cada vez más y más.
Su nariz rozaba la mía, su respiración era como una suave caricia, en mis labios. Había puesto sus manos en mi cintura, y dando pequeñas caricias en ambos lados. Mi respiración, pareció entrecortarse, algo que al parecer Grayson notó, por lo cual soltó una pequeña risa.
Subió una de sus manos y la colocó en una de mis mejillas. Yo tenía la mirada baja.
Poco a poco, con sus dedos, hizo que mi mirada quedará atrapada en la suya.
Realmente tiene bonitos ojos.
Trate de moverme, pero mi cuerpo no respondía a mi favor, y Grayson iba acercándose cada vez más, con su otra mano, tomó uno de mis brazos, para ponerlo alrededor de su cuello. Se acercó cada vez más, había escasos centímetros entre nosotros, la espera era inquietante, no resistí, y ahora fui yo quien empezó el beso. Lento, pero desesperado, causado por el tiempo que tomó que nuestros labios se juntaran.
Todo parecía perfecto, hasta que recordé dos cosas:
1. Mi plan.
2. Él dijo que yo sólo era una clase de juego.
Esto provocó que lo empujara, no sé cómo, pero logré apartarlo.
Instantáneamente, le di una bofetada, escuché que la puerta del comedor, se abría y apareció Aaron.
Fui directamente a él, lo tomé de la mano y lo conduje de nuevo dentro del comedor.
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