Night 010


♖The Night of the visit♖

Al día siguiente, después de la pelea entre Christian y Gabriel, ambos llegaron al apartamento de Mary. Christian, aunque todavía molesto por lo sucedido, parecía más tranquilo, acompañado de James, quien no podía ocultar la ligera incomodidad en su rostro.

-Hola- dijo Mary, sonriendo ligeramente al verlos entrar. -¿Qué los trae por aquí?

-Solo vine a ver cómo estás-dijo Christian, dejando escapar una risa nerviosa.-Y, bueno, traje a James, pero solo porque necesitaba que me acompañara.

-Claro-respondió Mary con una sonrisa, guiándolos hacia la sala. -Estaba esperando a Morgan, pero ella salió a la tienda. No creo que tarde mucho, si quieren esperar.

James, que había estado callado durante el trayecto, de repente se mostró más interesado.

-¿Morgan salió?" preguntó, tratando de disimular-. ¿A dónde?

-Solo a la tienda-respondió Mary, sin sospechar nada. -Está a la vuelta de la esquina. Pueden quedarse aquí mientras regresa.

Cuando James escuchó esto, no pudo evitar su impulso. De inmediato se levantó del sofá, alzando la mano para despedirse.

-Bueno, si no tarda mucho, voy a buscarla. Mejor me adelanto, solo por si acaso.

Mary lo miró confundida.

-¿De verdad vas a ir a buscarla tú solo?

James asintió, sin dudarlo, mientras su rostro se volvía rojo de la tensión.

-Sí, sí, seguro. No será un gran problema.- Y antes de que alguien pudiera decir algo más, salió del apartamento apresuradamente.

Christian lo miró irse y luego a Mary, antes de soltar una risa que no pudo contener.

-Vaya, se está tomando muy en serio lo de buscar a Morgan,- dijo entre risas. -¿Lo viste? ¿En serio? Salió como si hubiera tenido un ultimátum.

Mary no pudo evitar reírse también.

-Parece que no estaba tan interesado en venir a visitarnos después de todo.

Ambos miraron la puerta que James había dejado abierta por accidente mientras corría. La situación era graciosa para ellos, especialmente porque no había forma de que James se diera cuenta de cómo su entusiasmo estaba siendo tan evidente.

-Pero de todas formas, Christian, todavía estás en problemas conmigo-respondió ella mientras removía el azúcar en su café. El tono era suave pero firme.

Christian resopló y la miró, todavía un poco abrumado por su arranque emocional con Gabriel.

-Oye, no me culpes a mí por defender lo que es mío.

Mary lo miró, ceñuda, mientras preparaba las tazas.

-En primera, no soy de tu propiedad, Y en segunda ¿qué hiciste, pelearte con Gabriel en su fiesta de cumpleaños? ¿Sabías lo que acababas de hacer?

-¿Me estás regañando, Mary? Porque si lo que quieres es que me arrepienta de lo que hice, ya es un poco tarde. Gabriel no tenía derecho-respondió Christian con una sonrisa que estaba lejos de ser convincente.

-No estoy regañándote por eso, ¡estoy regañándote por lo que hiciste después! Golpearlo y luego salir de allí como si nada.-Ella bajó la mirada al ver que su café ya estaba listo y se lo entregó a él antes de dar un paso atrás. -Te diste la razón, Christian, al hacer un espectáculo. Gabriel tiene suerte de no estar herido después de tu ataque.

-Sólo estaba... protegiendo lo que es importante,-dijo Christian, todo serio de repente.-Y no, no me arrepiento.

Mary lo miró desde la cocina, con un toque de suavidad, aunque la risa de él no ayudaba a que la situación fuera más fácil.

-Deberías pensar en las consecuencias antes de actuar de esa forma.-Ella se tomó un sorbo de café y continuó. -Eso no es propio de alguien como tú.

En ese momento, se dio cuenta de que Christian había sacado su teléfono móvil, pero no estaba navegando por las redes sociales ni tomando fotos. Lo observaba atentamente, concentrado en la pantalla.

-¿Qué estás haciendo?- preguntó Mary de repente, al darse cuenta de que no parecía muy interesado en la conversación.

-Solo revisando algo,"-murmuró él, sin darle mucha importancia. Pero Mary alzó una ceja, acercándose a él para ver la pantalla de su celular.

Al instante, sus ojos se abrieron sorprendida.

-¿Estás peleando con Gabriel otra vez? ¿Aún estás enojado?

-No me gustó que te besara, así que... sí, no me gustó- dijo Christian en tono amargo. -Y ahora, cada vez que lo veo, siento que tengo que mantenerlo alejado de ti.

-Christian- dijo Mary con un tono más suave mientras se acercaba a él y le retiraba el teléfono de las manos con una risa nerviosa. -Este no es el camino. No pelees más.

-No puedo dejar que él..."comenzó Christian, pero Mary no lo dejó continuar.

-¡¿Por qué sigues buscando pleitos?! Esto va a ir a peor si no lo dejas estar, ¿me oyes?- gritó con tono más severo mientras lo miraba, ahora algo molesta, y colocó el teléfono en la mesa con más fuerza de la necesaria.

-Mary... no puedes...- pero ella lo cortó rápidamente.

-¡No! Yo no puedo... pero tú sí. Tú decides cómo reaccionas y cómo manejas tus emociones. Y lo que hiciste anoche fue una locura, lo último que quiero es que sigas actuando como si aún fueras un niño, como si no pudieras ver lo que está pasando.

Mary se quedó allí con los brazos cruzados, mirando con firmeza a Christian, mientras él mantenía una mirada cansada sobre ella.

-Escuchame bie, quiero que sepas que está pasando es más grande que mi control sobre esto.

Antes de que Christian pudiera seguir respondiendo, la puerta de entrada se abrió, y Morgam regresó, casi corriendo, con el aire renovado.

-¿Puede alguien decirme por qué James me ha estado siguiendo desde que sali de la tienda?-dijo un poco agitada pero sorprendida de que el ambiente hubiera cambiado ligeramente entre los dos. Se detuvo de repente, mirando a ambos con cierta sorpresa.

En ese momento James apareció tras ella con una sonrisa pero antes de decir algo los miró a ambos.

-Bueno, supongo que ya resolvieron sus... problemas-dijo James en tono desconcertado, mientras Mary le lanzaba una mirada que decía todo lo que pensaba.

Pero Christian no dijo una palabra, solo sonrió de medio lado mientras levantaba su taza de café.

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