♖The Night of the party♖

El avión aterrizó suavemente en el Aeropuerto de Copenhague, y Mary miró por la ventanilla, maravillada por la vista de la ciudad que se extendía más allá de la pista

Su corazón latía con emoción, sabiendo que las próximas semanas serían una aventura inolvidable. A su lado, Morgan sonreía, tan entusiasmada como ella

—¡Por fin llegamos!— exclamó Morgan, estirándose después del largo vuelo. Sus ojos brillaban con la promesa de nuevas experiencias—No puedo esperar para explorar esta ciudad

Mary sonrió, compartiendo su entusiasmo

—Sí, ha sido un viaje largo, pero seguro que valdrá la pena. ¿Lista para unas vacaciones inolvidables?

Las dos amigas recogieron sus maletas y se dirigieron a la salida del aeropuerto, donde un taxi las esperaba para llevarlas a su hotel. El conductor, un hombre amable con acento danés, las saludó con una sonrisa y las ayudó a cargar sus maletas en el maletero del taxi

Copenhague las recibió con cielos despejados y un aire fresco de verano, perfecto para iniciar sus vacaciones

A medida que avanzaban por las calles, Mary y Morgan miraban fascinadas a través de las ventanas del taxi. Pasaron por edificios de colores vibrantes y canales llenos de barcos, cada uno de ellos añadiendo un toque especial al encanto de la ciudad. Las calles estaban animadas con gente disfrutando del cálido día, y el aroma de comida deliciosa se mezclaba con la brisa

Después de un trayecto corto, llegaron al hotel, un encantador edificio histórico con una fachada clásica. Se registraron y subieron a su habitación, un acogedor refugio decorado con toques modernos pero con un aire de elegancia antigua

Las vistas desde la ventana ofrecían un panorama encantador de la ciudad, con los tejados de las casas y las calles vibrantes que se extendían en el horizonte.

Una vez que acomodaron sus pertenencias y se refrescaron un poco, decidieron salir a explorar la ciudad Pasearon por las calles empedradas, admirando la arquitectura histórica y los canales pintorescos que daban a Copenhague su encanto único

La primera parada fue el Nyhavn, un pintoresco puerto con casas coloridas que parecían sacadas de un cuento de hadas. Los barcos atracados y las terrazas llenas de gente disfrutando de sus comidas y bebidas creaban un ambiente animado y acogedor

—Este lugar es increíble—dijo Morgan, mirando alrededor con ojos brillantes mientras tomaba fotos con su teléfono

Mary asintió, su sonrisa reflejando la misma emoción

—Sí, es hermoso. Me alegro de que hayamos decidido venir aquí. La energía de la ciudad es simplemente contagiosa

Se acercaron a la icónica estatua de La Sirenita, donde Mary tomó algunas fotos mientras Morgan hacía una pequeña danza frente a la estatua, tratando de emular la pose de la famosa figura

La tarde se deslizó suavemente hacia la noche, y el cielo se tiñó de tonos cálidos mientras se dirigían a un pequeño café junto al canal para disfrutar de una cena ligera

Cuando comenzó a caer la noche, regresaron al hotel, charlando animadamente sobre todo lo que habían visto y planeando su itinerario para el día siguiente

—¿Te imaginas cómo será mañana?— preguntó Morgan, mirando al techo mientras se acomodaba en la cama—Hay tantos lugares que quiero ver

—Lo sé—respondió Mary, con una sonrisa mientras hojeaba una guía turística que había recogido en el hotel—Podríamos empezar con el Palacio de Amalienborg. He leído que es impresionante

—¡Suena perfecto!—Morgan se giró hacia Mary, sonriendo ampliamente—No puedo esperar a verlo

Mientras hablaban, el teléfono de Morgan emitió un pitido, y ella recibió un mensaje. Morgan levantó la vista, emocionada

—¡Mira esto!—exclamó, mostrándole la pantalla a Mary—Un amigo de la familia me ha invitado a una fiesta esta noche. Dice que es una de esas fiestas exclusivas y que habrá gente interesante. ¿Quieres ir?

Mary frunció el ceño, dudando

—No sé, Morgan. Estoy un poco cansada y no soy muy fan de las grandes fiestas. Además, apenas llegamos y aún no conozco bien la ciudad

Morgan le dio un codazo suave, con una sonrisa traviesa

—Vamos, Mary. Será divertido. No tenemos que quedarnos mucho tiempo, solo lo suficiente para conocer a algunas personas y disfrutar un poco. Prometo que si no te gusta, nos vamos temprano

Mary suspiró y luego, con un tono sarcástico, dijo

—Sí, claro, suena como una gran idea. Dos menores de edad yendo a una fiesta en un país nuevo. ¿Qué podría salir mal?

Morgan se rió

—¡Exactamente! Confía en mí, va a ser genial. Será una experiencia única, y además, es una buena oportunidad para conocer a gente local

Mary suspiró, sabiendo que Morgan no la dejaría tranquila hasta que aceptara

—Está bien, pero no nos quedaremos hasta tarde

—¡Genial! Sabía que no me defraudarías—dijo Morgan, saltando de la cama para empezar a prepararse—Va a ser una noche increíble, ya lo verás

Unas horas más tarde, las dos amigas estaban listas, vestidas para impresionar. Morgan, con su energía contagiosa, estaba radiante en un vestido rojo vibrante que resaltaba su espíritu aventurero. Mary, por su parte, optó por un atuendo más sencillo pero igualmente encantador, con un vestido azul marino que complementaba su belleza natural. Ambas se miraron en el espejo del hotel y se dieron una última revisión antes de salir.

—¿Lista?—preguntó Morgan, ajustándose un mechón de cabello mientras Mary se ponía un poco de maquillaje

Mary asintió, todavía un poco nerviosa pero tratando de mantener una actitud positiva

—Sí, lista. Vamos a ver de qué se trata esta fiesta

Llegaron a la fiesta en un moderno loft en el centro de la ciudad, donde la música pop y los éxitos del momento llenaban el aire. Las luces de colores creaban una atmósfera animada y juvenil. A medida que entraban, fueron recibidas por Emil, el amigo danés de la familia de Morgan

—Chicas, bienvenidas—dijo Emil con una sonrisa genuina—¡Pásenlo genial! Hay refrescos y snacks en la cocina, y la pista de baile está por allá. Pero si quieren otra clase de bebida avísenme

—Debí suponer que tendrías alcohol—dijo Morgan con una sonrisa irónica

Emil sonrió antes de dirigirse a otro lado para atender a otros invitados. Mientras Morgan se lanzaba a socializar, Mary se encontró explorando la fiesta con más cautela

Observó cómo la gente se movía con soltura por el espacio, disfrutando de la música y las conversaciones. Se acercó a la barra para tomar algo de refresco, mientras su mirada recorría el lugar, tratando de familiarizarse con el ambiente

A pesar del bullicio, Mary no podía evitar sentir una ligera aprensión. La fiesta era grande y estaba llena de caras desconocidas, y aunque trataba de relajarse, no podía evitar sentir que los ojos de algunos invitados la observaban con curiosidad

El moderno loft estaba decorado con luces brillantes y muebles elegantes, pero la multitud y el ruido la hacían sentir un poco fuera de lugar

Mientras Mary pensaba en cómo adaptarse a la situación, notó que un joven se acercaba hacia ella. Era alto y tenía una presencia imponente, con cabello oscuro y ondulado que caía de manera informal pero elegante sobre su frente

Sus ojos eran de un azul profundo, y su sonrisa era cálida y amigable, sugiriendo una confianza tranquila. Llevaba una elegante ropa oscuro que acentuaba su porte distinguido, y su presencia parecía destacar entre la multitud

Mary lo observó acercarse con una mezcla de nerviosismo y curiosidad. El joven se detuvo a una distancia respetuosa y le dedicó una sonrisa sincera

—Hola—dijo con un tono suave—¿Cómo estás?

Mary levantó la vista, sorprendida por la amabilidad de su tono. Su corazón dio un pequeño salto mientras trataba de organizar sus pensamientos para responder

El joven esperó pacientemente, su sonrisa nunca flaqueando, mientras la música y el murmullo de la fiesta continuaban a su alrededor. Mary sintió que el ambiente a su alrededor se desvanecía un poco, centrándose en la conversación que estaba a punto de iniciar

La noche prometía más sorpresas y, con la llegada del joven, Mary no pudo evitar preguntarse qué sorpresas le depararía el resto de la velada