Capítulo 48.-
La pareja protagonista se encontraba justo afuera del hogar de Nayeon. La fiesta había terminado y la Omega se negaba a ir con su Alfa.
—¿Estás segura de que no quieres venir conmigo?— Cuestionó algo preocupada
—Unnie, voy a estar bien, JungKook va a venir por mí— Afirmó con una sonrisa
—Bebé, sabes que no dudo de ti, pero ¿Estás segura?—
—Sí, Unnie, ve tranquila a descansar, yo te marcaré o te llamaré por cualquier cosa ¿Está bien?—
—De acuerdo, bebé, nos vemos mañana—
Antes de irse, ambas se dieron un lindo beso, para que después la Omega quede completamente sola. Trataba de comunicarse con su hermano, pero este no le contestaba las llamadas y ni siquiera le llegaban los mensajes.
La castaña decidió caminar un poco, sí, aún siendo la hora más peligrosa en la ciudad. Caminó unos minutos cuando sintió que era vigilada; volteo hacia todos lados, buscando la supuesta mirada, pero no logró hallar nada, por lo que imaginó qué esa sensación se debía al sueño.
Caminó unos kilómetros más, aún tratando de comunicarse con su hermano mayor, sin respuesta alguna.
Como si se tratara de una película de terror, decidió, erróneamente, entrar a un callejón totalmente obscuro, sólo para matar el tiempo.
Se arrepintió cuando un aroma a marihuana inundó sus fosas nasales, y dispuesta a salir de ahí, dio media vuelta pero una voz la interrumpió.
—¿A dónde crees que vas, preciosa?—
Una voz demasiado ronca se escuchó por todos los rincones de aquel callejón, y el aroma a marihuana era aún más fuerte de lo que pensaba la Omega, asustándola aún más.
—E-Eh... Yo....— Y sin poder formular ni una palabra, la Omega trató de salir corriendo, pues junto con el aroma a marihuana, un olor a celo llegó a sus fosas nasales. Pero, un brazo la detuvo.
—No irás a ningún lado, mocosa—
Y diciendo aquello, el hombre desconocido la jaló hasta el interior del callejón, dejándola tendida en el suelo, aún más vulnerable.
La Alfa de cabellos azulados sentía un insoportable dolor en su pecho, además de que su lobo le pedía a súplicas ir donde su Omega. Esto extrañó un poco a Momo, pero trató de adjuntarlo con el sueño.
Seguía su camino con un poco -No, mucho- de dolor. Su lobo no la dejaba en paz, pero esta vez no podía tomar el control, porque Momo lo negaba, causándole fuertes mareos a la chica.
Poco después, su lobo comenzó a llorar con más intensidad, y a través del lazo pudo sentir el miedo de su Omega, lo que la preocupó y sin más, giró su auto hacia el lado contrario, con destino a casa de la Omega de cabellos cortos.
Pero la gota que colmó el vaso fue...
~Alfa... Ayúdame~
La Omega estaba aterrada, aquel hombre era dos veces más grande que ella, además de que sus palabras no le ayudaban en nada para tranquilizarse.
El hombre le estaba revisando el cuello, cuando una muy notoria y roja marca apareció entre sus ojos.
-Así que tienes Alfa... No te preocupes, esa marca desaparecerá pronto- El hombre comenzó a tocarla en lugares no permitidos después de mencionar aquella frase. La Omega trataba de 'pedir ayuda, pero era callada por la mano de su agresor.
Ella sólo podía sollozar en silencio, pues, después de descubrir que aquel hombre era un Delta, sus esperanzas de salir de ahí sana y salva disminuyeron un 90%. Sólo le quedaba una salvación, y no sabía si era del todo cierta.... Llamar a su Alfa a través del lazo.
~Alfa... Ayúdame~
La Omega cerró los ojos con miedo, pues el Delta comenzaba a subir su blusa y besar su abdomen, causando demasiado asco a ______, quien trataba de resistirse ante aquello moviendo sus piernas de manera exagerada y tratando de mover los brazos de la misma manera, pero era imposible soltarse de él.
Una luz de esperanza la invadió al sentir cada vez más cerca el aroma de su Alfa, aquel aroma a Laurel y chocolate no mentía.
De repente, un lobo apareció justo en la entrada del callejón, dejando algo extrañada a la Omega, pero dejando aún más desconcertado al Delta cuando el lobo se le lanzó encima.
Al notar que solamente era un Alfa, el Delta no dudó en convertirse en lobo también y comenzar una pelea de vida o muerte.
Desde tiempos antiguos, se había dicho que Alfas y Deltas eran enemigos. Los Deltas son aún más impulsivos y agresivos que un Alfa demasiado impulsivo y agresivo. Aunque ambos estuvieran en la cima de la pirámide qué separaba por jerarquía, uno era más fuerte que el otro; el Delta.
La Omega se levantó de donde estaba y trató de llamar a su Alfa, pero esta estaba tan cegada por el enojo que sólo podía mirar a su futura presa. En un momento inesperado, la Alfa se lanzó al lobo contrario, comenzando realmente la pelea.
La Alfa llevaba todo bajo control, pero en un movimiento fallido, el Delta se le lanzó encima, dejándole una marca a un lado del hocico. La Alfa lo miraba con los ojos rojos, no podía creer que "ese tipo" se haya atrevido a tocar a su Omega aún notando la marca en su cuello. Se habían metido en su territorio y ahora tenían que pagar las consecuencias. El lobo de la Alfa se lanzó de nuevo hacia el contrario y comenzó a morderlo, sacándole gruñidos.
-¡Momo! ¡Por favor, vámonos!- Suplicó la Omega con lágrimas en los ojos, siendo notados por la Alfa. Decidida y un poco cansada, la nombrada dejó a su oponente en el suelo y se acercó a su Omega, pero un chillido desgarrador se escuchó de su parte. El Delta la había mordido y dejado en el suelo para después huir.
-¡Momo!- Gritó preocupada y más, su Alfa ahora estaba tendida en el suelo, notablemente débil -Momo, calma, todo va a estar bien ¿De acuerdo? No te preocupes, corazón, no cierres los ojos- Trató de calmar a su Alfa y a ella misma mientras acariciaba el suave pelaje del lobo.
~______... No puedo más... Me siento fatal~
-Créeme que lo siento yo también, amor, pero por favor, no cierres los ojos, vamos a salir de aquí vivas ¿Está bien?- La Omega sintió su lazo mucho más débil, sacándole un grito de dolor acompañado de un gemido del mismo sentimiento -¡Momo! ¡No! ¡Quédate conmigo! No cierres los ojos por favor-
Entre súplicas y lamentos, la Omega sacó su celular y llamó a una ambulancia, diciendo que era realmente urgente y su Alfa estaba a punto de morir.
~Amor... Por favor, es inútil, no creo soportar más~
-No, Moguri, vamos a salir de aquí, la ambulancia ya no debe tardar. No te vayas, quédate conmigo por favor-
Pasaron al rededor de 10 minutos cuando el sonido de las sirenas de la ambulancia sonaron por toda la calle. La Omega trató de arrastrar a su Alfa hasta la entrada del callejón, lográndolo con éxito.
-¿Qué fue lo que sucedió?- le preguntó un paramédico a la Omega.
-B-ue-no... Mi Alfa estaba peleando con un-un Delta y de repente, le lanzó una mordida y mi Alfa cayó al... Suelo-
-¿Sabe en dónde le mordió?-
-N-No, estaba todo realmente obscuro-
-No se preocupe. Puede acompañarnos en la ambulancia, suba por favor-
La Omega obedeció de inmediato y subió junto a su Alfa, quien aún estaba en su forma lobuna. Su pelaje era de un hermoso color grisáceo y hermosos ojos azules, que cada vez más se iban apagando.
~______... Dime por favor que ese Delta no te hizo nada...~
~N-No, no me logró hacer nada... Moguri, dime por favor que vas a estar bien, no te vayas....~
~No te puedo prometer nada, hermosa, pero por favor, si no sobrevivo, busca a alguien que te sepa valorar, que te ame tanto como tú a él o ella ¿Está bien?-
~¡No! ¡No está bien! Tú eres mi pareja predestinada, no puedo buscar a alguien que no seas tú aunque quisiera. Momo, por favor, no me dejes, yo te amo demasiado, te necesito~
~Yo también te amo, ______~
-La perdemos- Habló una chica
-Manejen un poco más rápido-
-40 latidos por minuto, tal vez no llegue viva al hospital-
-¿Q-Qué?-
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