Capítulo 45.-


Después de saciar su necesidad básica de alimentarse, la pareja decidió subir a su habitación para darse una ducha pero, ambas habían olvidado algo muy importante y justamente tenía que ser ese día.

Al entrar a la ducha, Momo pudo sentir como comenzaba a excitarse, incluso antes de entrar a la ducha. Notó como su clítoris estaba más sensible y sus pezones erectos, y eso sólo significaba una sola cosa. Su celo había llegado antes de lo esperado.

Trató de calmarse como pudo, pero era simplemente imposible, aquellos malos pensamientos sobre su Omega habían vuelto y esta noche, teniendo a su Omega cerca, tal vez por fin encontraría otro método.

Mientras, La Omega buscaba desesperadamente sus supresores, pero para su mala suerte, los había olvidado en su habitación. El cuarto no tardó en llenarse de la feromonas de la castaña, un extremadamente dulce aroma de cookies and cream inundaban sus fosas nasales, debía encontrar un remedio o Momo se sentiría realmente incómoda.

Ya no había remedio, definitivamente había olvidado sus supresores y no había otra manera para calmar su celo -el cual se había adelantado- y no había ni una farmacia cerca. Pronto comenzó a sentir urgencia de estar junto a su Alfa, y también que la ropa comenzaba a quemarla; trató de calmarse dando unos leves masajes en sus brazos, como su madre le había enseñado, pero era inevitable, pronto comenzó a sentir como el calor subía, y los aullidos de su lobo llamando a su Alfa se hicieron más fuertes.

Momo trataba de calmarse, colocando el agua de la bañera en helada, aunque claramente no estaba funcionando nada y cada vez más sentía más ganas de estar junto a su Omega. Decidida y un poco asustada, apagó la ducha y se enredó una toalla limpia que proporcionaba el hotel. Se secó los pies para no caerse y abrió con algo de temor la puerta, encontrando el olor de su pareja por todos lados, esto sólo significaba una cosa... Ella también estaba en celo.

Encontró a su Omega tratando de calmarse mientras acariciaba sus brazos. Al sentir la mirada de la Alfa, ______ levantó la cabeza, encontrándose con Momo solamente en toalla, el cabello completamente mojado y su mirada fijamente en ella, dándole una vista demasiado erótica a la más baja. La Omega sólo le podía devolver la mirada con los ojos muy abiertos y la boca en forma de un perfecto circulo; al parecer a ella también le había llegado su celo.

La Alfa, ya un poco cegada por su celo, se acercó peligrosamente a la castaña con una sonrisa un tanto socarrona. Al ya estar a centímetros de la Omega, la más alta la tomó posesivamente de la cintura y juntó sus labios en un hambriento beso

-¿Cómo pude olvidarlo?- Murmuró en el oído de la Omega para posteriormente morder el ovulo de este, haciendo que la contraria se estremeciera.

-¿T-también le llegó su celo, Alfa?-

La ojimarrón no sabía porque la había llamado por aquel apodo, pero poco a poco su celo la comenzó a cegar, haciendo que poco a poco pierda el control. A la peliazul sólo le bastó eso para excitarse aún más, tomando a la pequeña Omega por los muslos y levantándola para llevarla a la cama de aquella gran habitación, provocando que la toalla se le cayera en el acto.

Prácticamente, Momo se quedó totalmente desnuda ante los curiosos ojos de la Omega, quien no paraba de examinar su cuerpo como si de lo más hermoso se tratara. Ambas juntaron sus labios en un beso lleno de pasión y de necesidad. Esto estaba haciendo que la más baja comenzara a excitarse aún más, sintiendo como su lubricante natural comenzaba a humedecer su entrada, causando que esta comenzara con movimientos circulares, rozando ambas zonas bajas, aunque la Omega seguía trayendo aquel short de tela delgada.

Sus lenguas jugaban de manera erótica, nunca antes experimentado por la pareja; Momo no podía evitar morder los labios contrarios, los cuales le sabían a un exquisito sabor a fresa y chocolate. Y ni hablemos de ______, pues ella sólo acariciaba los cortos cabellos azulados y de vez en cuando el cuello de la mayor.

Momo le regalaba caricias a su Omega en lugares donde nunca había tocado -por respeto a su pareja- extasiando a la contraria, quien soltaba leves quejidos gustosos y uno que otro leve gemido. Poco a poco, la Alfa se fue deshaciendo de la ropa contraria, obligando a la Omega sentarse en su regazo.

Se deshizo lentamente de la blusa de su linda pareja, admirando los bonitos pechos contarios cubiertos por un sexy sujetador de color negro. Sus labios se posaron en el cuello de ______ para comenzar a desabrochar con delicadeza el sostén de su Omega, y de igual manera besando y lamiendo la zona en donde estaban posados sus labios, y también deleitándose con el dulce aroma de su excitada novia. Al tener el sujetador en la mano, Momo lo arrojó a un lugar cualquiera de la habitación para después separase un poco, tratando de admirar el bonito cuerpo de su pareja, pero esta se cubrió con los brazos antes de que eso pasara.

-¿Todo está bien, amor?- Preguntó Momo con preocupación, aunque estaba en celo, su mente humana la hacía volver en sí, y su instinto protector también la hacían volver a una pequeña parte de la realidad.

-S-Sí, es sólo que.... Momo, es mi primera vez- Contestó y tranquilizó la Omega con un leve sonrojo.

-Lo sé- Mencionó la Alfa con una sonrisa reconfortante -Pero ya verás que con el tiempo esto se vuelve normal, mi vida-

La mayor volvió a juntar sus labios en un beso un poco más tierno, mientras quitaba los brazos contrarios del pecho contrario y los colocaba al rededor de su cuello, haciendo que sus pechos se rozaran, sacándoles a ambas gemidos gustosos en medio del beso. Los pequeños brazos de la Omega no duraron mucho en el lugar en donde los había colocado la más alta, sino que ahora daban un recorrido por la espalda de la peliazul.

La de cabellos cortos siguió con su trabajo de desnudar a su pareja, volviéndola a acostar para después separase del beso, abrir levemente las piernas de la más baja y comenzar a sacar las prendas restantes.

Al ya estar desnudas las dos, comenzaron con la mejor parte. La Alfa bajó sus besos hasta el cuello de la más baja, dejando marcas en el camino; después sus labios pasaron a sus clavículas y de ahí a sus pechos, en donde la Alfa comenzó a estudiar los puntos débiles de su hermosa acompañante. Ahí, metió uno de los pechos a su caliente y húmeda boca para comenzar a degustarlos como si de lo más exquisito se tratara.

Esto causo que varios sonidos vergonzosos salieran de la boca de la Omega, pero no podía evitarlos, todo lo que le hacía su Alfa en esos momentos lo sentía como lo más placentero que pudo haber sentido en su vida. Un dolor algo insoportable se hizo presente en el pecho de la castaña, haciendo que bajara la mirada hacia donde estaba su pareja. Esta mordió el pezón contrario y lo jaló, estirándolo como si de una goma de dulce se tratara. Este acto le dolía, pero lo disfrutaba demasiado, sí, lo sé, algo masoquista.

De repente, algo húmedo invadió su zona vaginal. No era más que la lengua de Momo explorando cada parte de esta zona. De pronto, una sensación de placer absoluto se hizo presente en la castaña, al igual que una corriente eléctrica pasar por su espalda; la Alfa había comenzado a lamer con lujuria el clítoris de su novia, sacando más de un gemido por su parte.

-Mo-Momo~- Soltó sin pensar la Omega al sentirse en una deliciosa nube de la cual no quería bajar.

Esto le bastó y le sobró a la de cabellos azulados para comenzar con lo realmente importante. Separó sus labios de los labios vaginales contrarios e introdujo 2 de sus dedos en la lubricada entrada de su novia, los cuales entraron sin ningún problema. La Alfa comenzó a moverlos de manera que le hacía sacar gritos gustosos a su pareja. Estuvieron así por más de 20 minutos, cada una disfrutando las acciones de la otra, hasta que las suplicas de la Omega la hicieron parar.

-Ah~ Alfa... Alfa~-

Y así, la nombrada alejó sus -3- dedos de la entrada de su Omega y se posicionó entre sus piernas, colocando cada una de sus manos en cada lado de la cadera de la castaña. Momo juntó ambas zonas intimas y comenzó a mover sus caderas de manera circular, siendo imitada por la más baja, buscando sentir más a fondo la feminidad de su Alfa.

Pasaron más de 30 minutos en esa posición, en el cuarto sólo se escuchaba el sonido de sus pieles chocando, unos cuantos chasquidos de labios al momento de besarse y los gemidos de ambas chicas, al igual de sus feromonas que inundaban el aire de la habitación, dándoles una escena bastante erótica y exótica.

-A-Alfa... Y-a~ c-casi- Anunció la Omega, o bueno, trató, pues el placer que sentía en el momento le ganaba.

Y como si hubiera sido una orden, Momo comenzó a simular embestidas haciendo que los gritos de la Omega -y también de la Alfa- se escucharan por la habitación. Unas cuantas "embestidas" más y la Omega se corrió junto a su Alfa, sintiendo como el clítoris de la peliazul se alargaba y las unía en el famoso nudo. ______ ladeo su cabeza en señal de sumisión para ser marcada, pero la voz de la Alfa la extrañó.

-¿Estás segura, amor?- preguntó algo preocupada, pues temía qué fuera muy pronto para marcar a la Omega.

La Omega asintió con un sonido de garganta pues realmente su lobo quería ser reclamado por parte de su Alfa. Al recibir su respuesta, Momo no trató de esconder su alegría, y con una sonrisa en el rostro, bajó hasta el cuello de la Omega y mordió la zona, sacándole un poco de sangre -Qué Momo lamio para limpiarla- y al fin marcándola como suya.

Al sentir como su nudo se deshinchó, la Alfa se alejó de la zona vaginal de la Omega mientras le decía cosas bonitas y tiernas en el oído.

-Lo siento, amor, no logré separarme a tiempo- Se discupó, pues sabía que al correrse en su dentro de su pareja, esta ya tenía el riesgo de embarazarse.

Y el embarazo no era lo que le preocupaba, para nada, por ella mejor si formaba una familia con su Omega; lo que le preocupaba era que su novia no tuviera sus mismos deseos, pues aunque ambas eran adultas, ______ aún no había acabado sus estudios y ese tal vez sería un impedimento para realizar su deseo.

-Muk-Mo... - La llamó mientras giraba hasta donde estaba la Alfa -No creo que haya ningún problema, ambas somos adultas y estamos juntas - Tranquilizó mientras rodeaba sus brazos en el cuello contrario, mientras los brazos de Momo rodearon su cintura.

Y era verdad, ahora que la Omega había sido reclamada, nada ni nadie podría separarlas, aquello fue una muestra mínima del amor que se tienen.

-Tu hermano me va a matar cuando te vea- Habló divertida la Alfa, sacándole una carcajada a la menor.

-No creo... - Respondió la Omega.

Ambas, después de un largo rato de mirarse, juntaron sus labios en un beso lento, tierno y lleno de amor. Después de un rato, de nuevo comenzaron a besarse con pasión, pero sin intención de ir más allá. Las manos de Momo paseaban por la espalda de la más baja y terminaban en su trasero, apretándolo un poco; sacando risas por parte de ambas.

-Te amo, ______*- murmuró mientras dejaba sus manos quietas en la cintura contraria, y colocaba su cabeza en el cuello de la nombrada, pudiendo captar perfectamente su aroma.

-Yo también te amo, Muk-Mo-

Y con esto, ambas se quedaron dormidas, respirando el aroma de cada una y estando abrazadas de una manera bastante tierna.

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