10- Oh Yared 2/2

NOTA IMPORTANTE AL FINAL

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-¡Espera!.- me separé de Blake.- ¿Qué cojones te pasa?.- esto se estaba pasando de la línea.

-Qué cojones Mackenzie, te estoy besando, ¿o no lo sientes?.- intentó atacar de nuevo mis labios pero me separé de él.

-No Blake, ¿qué te pasa?.- se revolvió el pelo.

-Tu no lo entenderás Mackenzie.- cerré los ojos.

-Pues nada.- iba a irme cuándo me atrapó en sus brazos.

-Por favor Mack, no te juntes con él.- juntó nuestras frentes.

-Solo eres un capricho Blake.- susurré pero él lo escuchó perfectamente ya que se separó de mi.

-¿Solo soy un puto capricho?.- asenti sin mirarlo.- No pienso ser tu puto juguete Mackenzie, ve  con él y fornicar como conejos, que os jodan.- se escuchó retuvar la puerta del baño. Se había ido. Me odiaba..

-Lo siento.- no fui honesta con él, me gusta. Lo admito pero esto se estaba pasando y no quería ir a mayores. Era una completa zorra. ¿Enrollarme con mi propio primo?. Malditasea era una furcia. Me senté en el suelo y empecé a llorar.

- ¿Mack?..- Westal poco rato entró y me miró desilusionado.-No quería esto Mackenzie, ¡os lo advertí!.- gritó.

-¡West cállate y dame un abrazo!.-se sentó a mi lado.

-¿Qué hizo Blake?.- lo miré.

-Nada.- respondí.

-¿Entonces?.

-Fui yo, le dije que era un capricho.- me abrazó más fuerte.

-Hiciste bien, si no lo paraban ahora nunca lo harían.- cerré los ojos.- Mackenzie.

-¿Qué?.

-¿De verdad estas encaprichada por Blake?.- negué.

-No lo sé.- suspire.- Todo a empezado tan rápido, ni siquiera hablamos solo nos besábamos.

-Mack...- dijo con reproche.

-Lo siento.-

-No lo hagas, no lo hagas por que no lo sientes, te diré algo.- me Sequé las lágrimas y nos levantamos

-Ya que antes no tuviste la oportunidad de conocerlo, intenta conocerlo ahora.

-Esta furioso conmigo.

-¿Y qué?.- me miró fijamente.- Tu solo fíjate en las pequeñas cosas.- sonreí agradecida.- Te quiero Mackenzie, solo no quiero que te hagan daño.

-Te quiero West.- le di un gran abrazo de oso y salimos a escondidas del baño. Entramos a la parte de mesas y solo vi como no estaba Blake.

-Tía ¿y Blake?.- se dio la vuelta sonriente (ya que estaba hablando con Albert)

-Se marchó, dijo que le dolía mucho la cabeza.- asenti. Terminamos de comer. Mis primos se daban miradas entre ellos mientras yo intentaba entablar un conversación con Yared.

-¿Enserio?.- me sorprendió que me dijera que tenía dos ferraris.- Dios eres millonario.

-Puede ser.- sonrió.- Pero no me gusta fardar de esas cosas

-Ya claro no te jode.- susurró Damien.

-Damien.- le reprendió mi tía.

-¿Qué?.- preguntó molesto.

Diez minutos después todos edtabamos sin hacer nada.

-Chicos.- mi tía y Albert nos miraron sonrientes.- Alberte a invitado a tomar unas copas así que vayanse hiendo a casa amores.- nos señaló a nosotros.- Os quiero.

Ellos se fueron y yo me levanté dispuesta a irme.- Mackenzie, ¿no te puedes quedar un poco más?.- Yared se levantó dispuesto a acompañarme a la salida.

-Yo..- miré a mis primos que negaron rotundamente, pero que cojones, ¡ya soy mayor!.- Esta bien.- sonreí.

-Mackenzie pero que cojones..- susurró Damien.

-Cállate.- le susurré pero por lo que vi se enojó bastante

-Haz lo que te pegue la gana.- West suspiró.

-A las diez en casa, te quiero.- le sonreí.

-Te quiero.- Yared me dio la mano y yo acepté. Caminamos por la ya  oscura ciudad.

-Eres muy sexy Mackenzie.- me apretó la mano. Joder, dolía.

Llegamos como a un parque, estaba completamente vacío por lo que se veía oscuro y tenebroso.- ¿Qué hacemos aquí?.- aparté su mano desconfiendo.

-Eres una cualquiera.- cerré la mano para darle un puñetazo pero el lo paró y me retorció la mano.

-¡Mierda!.- maldije en alto.- ¡¿ESTAS LOCO?!.- me aventó a un árbol de los miles que había en el parque.

-Te quiero hacer gemir en alto.- intenté quitarmelo de encima pero el tenía la fuerza de una bestia.

-¡AYUDA!.- grité desesperada. Subió su mano por mi vestido hasta tocar mis trasero.- ¡ESTÚPIDO!.- le di una patada en sus partes y le di una patada y después otra pero el se levantó cómo si nada.- ¡MALDITO LOCO!.- grité antes de arañarle la cara.

-¡Hasta aquí has llegado puta!.- me dio una cachetada que me dejó una marca roja en mi piel. Repitió la acción.- En tu puta vida vuelvas hacerlo.

-Oh Yared la vuelves a tocar y vuelo tus sesos en menos de un segundo.- no sé en que momento empecé a llorar pero no eran de tristes era de un odio extremo hacia los hombres.

La persona que dijo la frase salió de entres las sombras y me sorprendí al ver a West con una pistola en la mano.

-Mientras estoy aquí con esta furcia mi padre se estará follando contra la pared a tu madre.- le sonrió, maldito cínico. West tiró la pistola y se tiró sobre Yared. Rápidamente cogí la pistola.

-¡Yared o te vas o te disparo en los malditos huevos, te metiste con la chica equivocada y si no te vas tu amiguito.- dije asqueada.- lo pagará caro!.- Yared asustado se dio a la fuga pero en cuanto lo perdí de vista me derrumbé como una mueñeca de porcela.

-Mackenzie.- tiré la pistola al suelo y me senté en el suelo (joder hoy si que me había sentado en los suelos)- ¿estas bien?.- preguntó como antes.

-No West, no estoy bien. Llevame a casa por favor.

-Ya voy solo tengo que...- le paré.

-No West, quiero irme a mi casa.- negó.- ¡West llevame a mi casa!.- patalee. Esto era como estar en una pesadilla..

-No puedes huir de esto Mack.- me levantó y me abrazo hiendo al coche.- Eres de nuestra familia, eres fuerte.- Damien no estaba así que me puse en el asiento delantero.- Además eres parte de mi vida Mackenzie.- le miré y este me sonrió.- Tranquila.-lo abracé y oli su perfume de hombre.

-Gracias.- arrancó y le pedí c
que por favor pusiera Close To The Edge de 30 Seconds To Mars. La puso (ya que era su grupo favorito) y yo la puse a todo volumen importandome poco la hora. Esta canción me hacia sentir viva y más ahora. Me sentía sucia.

Llegamos a casa y la canción cambió pero  West apagó el coche. Me jaló del brazo antes de entrar a casa y me abrazó, no separamos lentamente. Sus ojos miel me veían y yo solo quería sonreír pero no podía. Era tan hechizantes.

-Entremos.- me di la vuelta y puse nerviosa la llave en la puerta. El salón tenía la luz encendida y en el sofá se encontraba acostado Blake con un pijama de cuadros.

-Oh por fin llegaste Mackenzie, ¿ya te acostaste con Yared.- no te derrumbes malditasea, era un idiota, un gilipollas.

Con paso firme pase de su cara y me fui a mi cuarto cerrando la puerta. Se escucharon gritos por parte de mis dos primos. Me quité el vestido y me puse una camiseta con el logo de "30 Seconds To Mars", unas mayas negras y unos calcetines de algodón por él frío.

Me acosté aparentando entre mis brazos a el peluche que me regaló Blake. Gran idiota.

La puerta empezó a aporrearse. Creo que Blake ya se enteró.

-¡Dejame entrar por favor!.- se le notaba furioso.

-No.- dije para mi misma.

-¡Mack sal, lo siento!.- cayó una gota de mi ojo y después miles.- por favor...- cerré los ojos durmiendome y por desgracia recordando todo lo malo que había paso hoy.

Creo que cancelare la novela ya que me molesta ver que200 personas leen el libro y solo votan cuarenta estos capítulos me cuestan mucho ya que estoy en el último trimestre y pronto acabaré tercero de ESO. Así que si las cosas no cambian me veré obligada a suspenderla por un tiempo indefinido.

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