Capítulo 29 - Empezando de nuevo
Todo esto me estaba volviendo más loca de lo que creo que ya estaba.
Estuve cuatro días más allí, aguantando a esos siete niños que no paraban de contarme cosas y sucesos.
Una de las noches, Seokjin se quedó de acompañante, me respondió todas las preguntas que el resto había estado evitando.
- ¿Cómo llegué a estar aquí?
- ¿Recuerdas a Carlos? – respondió recostado en un pequeño sofá al lado de mi camilla.
¿¡Cómo sabía sobre aquel tipo!? Era agua pasada. Un gran problema que tuve en España... pero no tenía ni la menor idea de cómo sabía sobre él.
- Por diferentes sucesos, tu padre lo trajo aquí para animarte – ahora lo estaba entendiendo todo -, pero aquello fue lo peor que pudo hacer. – soltó un suspiro largo antes de continuar. – Fingió ser una buena persona y nos la clavó a todos por la espalda. ¡Incluso te pidió ser tu novia delante de todos y tú aceptaste! – se le notaba claramente enfadado, aunque intentaba retenerlo. – Todos pensábamos que estabas feliz, pero, al contrario, estaba haciendo de tu vida una pesadilla, y nosotros no nos dimos cuenta, hasta que le pillamos con una gran mentira.
Tras eso, me contó todo lo que sucedió el día del bosque.
- Cuando intentó huir, te empujó y tu cabeza golpeó el marco de la puerta. Te quedaste inconsciente al instante.
- ¿Qué ocurrió después? ¿Atrapasteis a Carlos?
Asintió con la cabeza.
- Yoongi y yo te atrapamos antes de que tu cuerpo golpeara el suelo. Lee, estábamos realmente asustados. El resto salió corriendo detrás de aquel desgraciado. Por lo que me contó Jungkook, estuvieron persiguiéndolo durante bastante rato hasta que consiguieron acorralarlo cerca de la empresa. Una vez allí, junto con un guarda que vigilaba la entrada del edificio, lo redujeron para que no se pudiera mover hasta que llegó la policía y se lo llevaron.
Aquello me alivió increíblemente.
- ¿Todos estabais bien? – pregunté espantada. Este volvió a asentir.
- Pero tú no, Lee. Al caer, tu camiseta se levantó un poco... vimos algo asomar y la levantamos un poco.... (TN), estabas llena de hematomas y heridas. Tu barriga, costado y espalda eran una completa mancha de dolor. ¿¡Por qué no dijiste nada!?
¿¡Qué!?
- Seokjin... cálmate. No puedo recordar nada. – dije realmente triste por todo lo que pasó. – Siento mucho que hayáis tenido que vivir todo eso.
- No tienes que disculparte, no es culpa tuya. – giró su cara a la vez que cruzaba los brazos y suspiraba para relajarse.
Estiré mi mano y cogí la de él. Estaba realmente avergonzada, pues era un desconocido para mí, pero necesitaba agradecerle de alguna manera y no se me ocurrió nada más aparte de ese gesto.
Esos cuatro días en el hospital me dieron mucho que pensar. Pero ahora, tenía la difícil tarea de conocer mi casa, mis cosas, lo que hacía hasta aquel mal suceso... todo.
- ¡Guau! – exclamé asombrada.
Ellos, a pesar de saber sobre mi pérdida de memoria, ponían caras raras ante mi expresión.
- Este es tu cuarto – dijo Jungkook señalando con el brazo -, el baño, nuestro dormitorio...
Y así continuó el más joven mientras me enseñaba cada una de las habitaciones. Después fui a la empresa con Namjoon y Yoongi, la cual estaba prácticamente al lado, y me hicieron otro tour por esta. Me enseñaron los videos que grabamos de los diferentes ensayos y... ¡Dios mío! ¿Era yo esa chica bailando en el vídeo? ¡Wow! No lo hacía nada mal. Para no agradarme la idea de formar parte de un grupo idol, verme haciendo aquello me llenaba de orgullo. La voz... uno de ellos hablaba más que el resto... era como el profesor de baile. ¿Hoseok?
- Él – lo señalé en la pantalla -, ¿es el coreógrafo?
- Se podría decir que sí. Junto con Jimin, Jungkook y un coreógrafo profesional crean el baile. Luego Hoseok se encarga de enseñárnoslo y mostrarnos las diferentes técnicas.
- ¡Sí! Es él. El sonriente y bromista Hoseok.
Lo... ¡Lo recordaba! Recordaba sus chistes y sus tonterías que nos hacían reír en cada momento.
No pude evitar abrazarlo en cuanto lo vi al llegar a la casa.
- ¡Hoseok! – al nombrarlo con aquel tono, supo de inmediato a qué se debía.
- ¡Lee! – corría de una manera un tanto extraña, pero graciosa, mientras repetía mi nombre.
El resto estaba feliz, aunque no los veía animados. Realmente me sentía muy frustrada, pues quería recordarlos a todos. Por el momento, estaba obligada a vivir en una casa que no recuerdo con personas a las que, a mi parecer, no conozco. Excepto a los dos nombrados, claro.
- Bueno – dijo Yoongi en un suspiro – no podemos hacer mucho al respecto.
- Y si... – empezó a decir Jimin.
- No, ya sabes que no podemos estresarla o entrará en un trance al no procesar tantísima información, todo poco a poco – le espetó Seokjin.
Jimin abrió la boca para decir algo más, pero, seguidamente, la cerró.
- Entonces seguiremos como si nada, haciendo nuestro día a día durante un tiempo y vemos si así puede recordar algo – sentenció Namjoon.
Todos asentimos aceptando su propuesta.
Fue así como empezaron a hacer la cena. Yo me ofrecí, pero me dijeron que no me iban a dejar hacer nada, tenía que estar de relajada. Fue por eso por lo que fui a mi cuarto y me senté en la cama, observando todo a mi alrededor. Luego me dejé caer en el colchón mirando al techo y cerré los ojos.
¿Realmente he perdido la memoria? ¿De verdad he vivido con estos chicos durante tanto tiempo? ¿Enserio voy a debutar con ellos?
- Ay, ay...- dije llevando mi mano a la cabeza por que unos repentinos punzones fuertes me estaban matando del dolor.
Al parecer pensar tanto, era malo. Suspiré.
Tocaron a mi puerta.
- Adelante – respondí mientras levantaba mi cuerpo sentándome en la cama.
- Hola – habló Jungkook animado -, ¿cómo estás? – preguntó mientras se sentaba en la silla de mi escritorio.
- Extraña – bajé la mano que tenía en mi cabeza – estoy aquí con vosotros, que sois super agradables y simpáticos, pero, a fin de cuentas, no se quienes sois. Estaba en España y, de repente, estoy en Corea viviendo en una vivienda enorme entrenando para debutar en un grupo idol masculino.
- Si....la verdad que tiene que ser agobiante.... – dijo pasando la mano por el escritorio y chocando con unas hojas. - ¡Oh! Esto... - las sacó y las estuvo leyendo durante unos segundos. – Estos días fueron un total caos. Practicamos durante horas ¡salió de maravilla! El problema llegó cuando tuvimos que "robar" un vehículo de la empresa y buscarte en el aeropuerto.
Yo no entendía muy bien de qué estaba hablando, hasta que me extendió dichos folios. Una hoja contenía la letra de la canción que hice con mi madre, aunque esta estaba terminada. La segunda contenía una partitura de piano con sus correspondientes notas.
Entonces los recuerdos comenzaron a bañarme como las olas saladas del mar en verano.
- Esto... Jungkook - ¡Lo tenía! ¡Tenía en mi cabeza todo lo sucedido durante esos días y el cumpleaños de mi padre!
Su cara mostró tal felicidad que parecía que iba a desmayarse en cualquier momento. No tardó mucho en salir corriendo y hacérselo saber al resto. Para mi suerte, solo quedaban cuatro chicos: Taehyung, Jimin, Yoongi y Seokjin.
Mientras bajaba, vi en el sofá a Taehyung peleándose con Jimin por un juego. Estaban realmente graciosos, aunque no iba a decírselo. Pero entonces, tal y como pasó con Jungkook, comencé a recordar cosas al escuchar el tono de sus voces enfadadas.
- ¡Vosotros! – estos dos clavaron su mirada en mí y pararon por completo su actividad. – Sólo recuerdo que me molestabais, os metíais conmigo y me hicisteis pasar un momento realmente malo mientras buscaba el colgante de mi madre en el lago. – no sé si estaban felices porque empezaba a recordar o tristes por lo que, precisamente, estaba recordando. – También recuerdo que os arrepentisteis mucho de todo aquello y que tuvisteis una buena razón para hacerlo. – el tono de mi voz se serenó, al igual que los gestos de su cara.
La emoción llenaba el lugar más que el delicioso olor que emanaba de la comida que ya había sobre la mesa.
- ¡Lo celebraremos comiendo!
Fue así como, durante un par de semanas más, tuve que ir acostumbrándome a mi nueva vida. Los chicos me trataban como si fuera de cristal y mi amiga, Kim Laila que, desde hace tiempo, volvió a casa, me llamó varias veces para quedar y dar un paseo o hablar de todo.
- Tres días – dijo mi padre sorprendiéndonos a los ocho en la sala. – Tras el incidente, hubo que posponer la fecha. En tres días debutareis juntos.
Espera... ¿qué?
¡Hasta aquí el capítulo de hoy!
Espero que lo hayáis disfrutado muchísimo!
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AUTORA DE: Kaori, la esfera mágica.
EDITORIAL: Ediciones Arcanas.
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