Parte única
El viento soplaba con suavidad en aquel prado, haciendo que el pasto danzará con este. En aquel prado, se encontraba recostado un joven de cabellos grises mal cortados.
Que en pocos minutos despertó, mirando con extrañeza a su alrededor. Él recordaba estar durmiendo plácidamente en su futón, no en este prado.
- Hola, Atsushi-kun.
Sobresaltado, comenzó a buscar de donde había provenido aquella voz. Bastaron 5 minutos para que se diese la vuelta, encontrándose con una mujer de cabellos oscuros y ojos azules. Ver aquellos ojos, le trajeron inconscientemente imágenes de su pequeña amiga y compañera de cuarto.
Abrió los ojos, sorprendido. Buscando con la mirada a Kyouka, angustiado por lo que pudo haberle pasado o tal vez...
- No te preocupes, mi hija está bien.
¿Hija? ¿Acaso ella era...?
- ¿...Usted es la madre de Kyouka-chan?
La azabache sonrió.
- Sí – un deje de melancolía cruzó por su rostro –... He notado que Kyouka ha crecido, y ha aprendido a superar el pasado – la señora Izumi le sonrió –. Gracias.
Un pequeño rubor arribó las mejillas Nakajima, haciéndolo sonreír tímido.
- La razón por la que estás aquí, es porque quiero hablar contigo – comentó la mujer, mirando aquel despejado y azulado cielo –. He sabido por Kyouka, que has sido tú quien la ha ayudado - le miró de reojo, sin dejar de sonreír –. Quiero saber algunas cosas, Atsushi-kun.
El asintió, a la espera de sus palabras o más bien, preguntas.
- ¿Qué piensas sobre mi hija?
-... Pienso que es una persona maravillosa...
Una persona muy maravillosa.
- ¿Por qué Kyouka?
-... Yo... N-No lo sé – terminó susurrando, nervioso. Ni él sabía la respuesta, tal vez no aún.
- ¿Qué es mi hija para ti?
- Alguien a quien no quisiera perder – contestó, seguro de su respuesta. Aquella vez en la que ella hizo su prueba para entrar a la Agencia lo comprobó.
La mujer por fin miró al chico, esta vez con una expresión seria. Atsushi no pudo evitar sentirse más nervioso ante aquella mirada.
- ¿Tú quieres a mi hija, Nakajima Atsushi? ¿La protegerías, estarías con ella y nunca la dejarías?
-...Sí.
La mujer sonrió, cerrando sus ojos ante aquella respuesta; ahora podía ver por qué aquel chico resultaba ser tan especial para su hija.
- Confío en ti, Atsushi-kun. Gracias.
...
Mientras desayunaban, no evitar recordar aquel extraño sueño que había tenido. Kyouka notó la mirada perdida de Atsushi, por lo que decidió preguntar.
- ¿Qué pasa?
Ante aquella interrogante, Atsushi miró a Kyouka, con una mirada más relajada que antes.
- Estaba pensando, en el sueño que tuve hoy... s-sonará extraño, pero, soñé con... tu madre.
Kyouka no pudo evitar mirarlo con sorpresa, a la vez que dejaba de comer.
-... ¿Mi mamá?... ¿Qué te dijo?
Atsushi enrojeció a la vez que comenzaba a comportarse nervioso, haciendo que aumentase más la curiosidad de Kyouka.
Y cuando estaba a punto de acercarse, este se levantó de golpe, yéndose a la cocina, con la excusa de que tenía sed.
Kyouka no era tonta, sabía que Atsushi le estaba ocultando algo. Pero si él no quería decírselo, no lo presionaría.
Esperaría pacientemente a que él se lo dijera.
- Mamá... ¿qué fue lo que le dijiste?
-Traumada Taisho
¿Recuerdan esa parte donde Kyouka aparece con su mamá? Pues en eso me base Bv todo estaba fríamente calculado. La foto en multimedia es la mamá de Kyouka, son casi parecidas.
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