Day...
La lluvia caía de manera torrencial, las calles se inundaban del líquido emanado del cielo naranja que se veía como un manto centinela sobre la cuidad, una promesa escrita en las nubes dejando en claro que sólo era el principio de un largo y tortuoso día de tempestad. El silencio como eterno enamorado de la tormenta, solo le permitía a ella el poder filtrar su rugido por los más recónditos lugares.
El amanecer no tardaba en llegar, la naturaleza estaba furiosa, ofendida a tal punto que hasta los árboles le temían por el vendaval ejercido y eso no era un buen augurio para los trabajadores que salían en plena aurora a cumplir con sus labores, llenadolos de obstáculos para encontrar el camino adecuado y seguro, y mucho menos para Taehyung.
Jungkook aún no había llegado a casa...
La sala donde yacía el castaño reposando en un sillón de terciopelo violeta se encontraba en calma, solo se podía oír el ruido de la lluvia golpeando el techo aunque afuera se estaba librando una batalla entre el austro y el siroco. El reloj de madera antigua colgando en la pared blanca que dividía la cocina de la sala, marcaban las 5:15 de la madrugada.
Un fuerte y tembloroso estruendo hizo eco por toda la casa, reportando el impacto de un rayo en un lugar no tan lejano. El castaño dió un respingo en su lugar incorporándose inmediatamente después del sonido, se había quedado dormido y la tormenta lo tomó de imprevisto.
Deslizando su mirada hacia el reloj de la pared pudo ver la hora que era.
Volteando su cabeza hacia algún indicio que indique que su esposo había llegado comenzó a observar todo a su alrededor. No había nada.
Decidió subir las escaleras y fijarse en la habitación, quizás había llegado y no lo escuchó o quizás Jungkook no lo quiso despertar.
Llegó al cuarto con pasos temblorosos para evitar despertarlo si es que se encontraba durmiendo, una vez ingresó se percató de que todo estaba tal cual lo había dejado la última vez que entró, sin ningún rastro del azabache.
Caminó dirigiéndose hacia la cómoda donde se encontraban sus perfumes, algunos pendientes, un poco de maquillaje regado sobre la superficie de ésta, y principalmente las fotos, fotos de su casamiento el dia más feliz de su vida, de su luna de miel, del parque de diversiones, ese donde tuvo tanto miedo al subirse a la montaña rusa, ya que le aterran las alturas, pero que su esposo lo tomó de la mano y le pidió que sólo lo mirará a él, a nada más, que él lo cuidaría. Que siempre lo haría. Y otras de las tantas aventuras que cada vez que podían se daban un tiempo para llevarlas a cabo.
Inconscientemente arrugó su cara con un mueca de dolor plasmada en ella, sus ojos llenadonse de un líquido tan amargo y salado a la vez que le causaban arcadas, la boca de su estómago estrujándose y sus pulmones agrietados al no encontrar aire con que llenarlos.
Empezó a sentir la humedad de sus mejillas y se acercó a la cama recostádonse en ella. "Donde estas?, Porque no estás aquí conmigo?, sabes que odio las tormentas" decía en su cabeza, mientras abrazaba sus piernas en posición fetal.
Lloró sin reparos culpándonse de haber sido una carga, de no haber sido lo suficiente.
Quería gritar de la impotencia, "porqué no le dijo que ya no quería estar con él?, Porque hacer esto que los está rompiendo cada vez más, porque ignorarlo cuando solo puede terminar todo de una sola vez, Porqué?", se preguntaba, acaso estaba disfrutando de hacerlo sufrir?.
Otro estallido producto de la tormenta resonó por toda la habitación, está vez había sido más fuerte, las luces comezaron a parpadear hasta desvanecerse del todo.
Los destellos intermitentes de los relámpagos se colaron por las cortinas de la habitación dando una vista sombría y sepulcral a la misma, el castaño siempre le había temido a las tormentas, y cuando apenas oyó el ruido detonante del trueno cerró los ojos con fuerza abrazándose con más vehemencia.
De pronto todo quedó en silencio, filtrándose solo el ruido ya de una ligera llovizna. Sintió un pequeño sonido que provenía de algo electrónico, curioso de aquello, se propuso a abrir lentamente los ojos topándose con la oscuridad aún dueña del lugar.
Vió cómo algo de un lugar de la cómoda emanaba una leve y casi imperceptible luz, se levantó y se dispuso a ver qué era.
La portátil de su esposo, se la había olvidado cargando, emitió una sonrisa rota, recordando que a pesar del tiempo aún era algo despistado.
Abriendo lentamente la parte superior de la tapa y entrecerrando los ojos por la luz del brillo en el último nivel, pudo observar la foto que se encontraba de fondo de pantalla, eran ellos, compartiendo un beso cargado de sentimientos y sin problemas. Sin dolor, sin ese dolor que ahora se instalaba a diario en su pecho. Una lágrima silenciosa se derramó por sobre su mejilla. "Que nos pasó?, Ya no me amas?".
Apartando la mirada de la pantalla decidió no hacerse más daño y dejar hacer hipótesis sobre lo que estaba pasando en su vida, quizás Jungkook está estresado, ya que se le había acumulado mucho el trabajo cuando se tomó los 3 meses para dedicarse a él y a su recuperación. Pero aún así no encontraba explicación para el olor a perfume de mujer en su ropa. Y no podía evitar pensar mal.
Quizás también se estaba comiendo la cabeza con eso y tenía otra explicación, quizás algún cliente con una tienda de perfumes pidió sus servicios y lo estába ayudando en la administración. Si, quizás.
Pero... y los rastros de labial?.
Le costaba hacerse a la idea de que Jungkook le podría estar siendo infiel, no quería ni imaginarlo, por más de que tenía las pruebas suficientes para sospechar, no quería hacerlo, solo el hecho pensarlo le dolía.
Con la idea de irse directamente a dormir y cuando a penas llegará el pelinegro, aclarar todas sus dudas, ya no soportaba más esa situación y la incertidumbre le estaba carcomiendo los pensamientos.
Se agachó para poder encontrar y desenchufar el cargador de la portátil de la toma de corriente, una vez lo hizo comenzó a envolver el cable en su mano, situándolo a un lado del aparato, en tanto comenzó a girarse para volver hacia la cama, oyó nuevamente el mismo sonido.
Decidido a apagarla, volvió a abrirla encontrándose con el escritorio, deslizó el cursor del mouse hacia la barra de tareas buscando la acción de apagado, cuando la pantalla se puso oscura y una notificación hacía su aparición de manera relevante por sobre la otras.
Observó el remitente que yacía sin nombre, dudoso de si violar la privacidad de su esposo, se mordió el labio inferior meditabundo de su curiosidad e ignoró el mensaje. Volviendo la pantalla a su función normal encontró lo que buscaba.
Se quedó estático con el cursor sobre el botón, la curiosidad lo incitaba a leer ese mensaje pero no quería sobrepasarse y que Jungkook pensara que lo estaba controlando si se enteraba.
Pero... y si era urgente?...
Tomando en cuenta el horario era muy probable que lo sea.
Sin más rodeos abrió la bandeja de entrada, se topó con muchos correos sin leer, la gran mayoría eran documentos de algunos clientes y otros solo publicidades a las que estaba suscrito, pronto apareció su fuente de curiosidad. Tomando una bocanada de aire, presionó el botón para leer.
Mala decisión...
Cayó de rodillas con brusquedad hacia el suelo, sus ojos rápidamente llenadonse de lágrimas y un nudo expandiéndose desde su estómago hasta su garganta, impidiéndole respirar, sus manos transformandose en puños, presionando con tanta fuerza que comenzaban a teñirse de blanco, pudo sentir como algo se rompía dentro suyo, como algo lo atravesaba sin ningún cuidado, y desplazaba un ardor desde la punta de sus pies hasta su cabeza, todo le daba vueltas y no podía concentrarse, ni pensar con claridad, llevo su mano derecha con la palma abierta hacia su pecho tocándose por encima de la ropa la cicatriz que yacía en ese lugar, tratando de respirar correctamente y soltando un grito desde lo más profundo de su garganta comenzó a golpearse mientras derramaba lágrimas desconsoladamente.
—N-no, por favor no, t-te lo suplico Dios, por f-favor no...— gritaba entre llanto— duele, duele, duele, me duele, me duele, p-por favor no.— decía mientras su voz iba perdiendo fuerza.
Jadeaba en la búsqueda de aire y aún así no lo encontraba, sollozos desgarradores se escapaban de su garganta, un dolor insoportable se instaló en su pecho anclándose a el, se abrazó a si mismo aún de rodillas tratando de consolarse inútilmente.
Podía sentir de manera lenta y atroz como su mundo comenzaba a derrumbarse pieza por pieza, ya todo estaba claro, no habían más dudas.
Su mente divagaba una y otra vez procesando las palabras que había leído, y su voz interna repitiéndolas incesantemente.
(DESCONOCIDO) :
~Kookie, gracias por esta noche, estuviste increíble y espero que no sea la última, me gustaría poder verte de nuevo y lamento mucho lo ocurrido.
Lisa.
Levantó su vista nublada hacia la pantalla, leyendo y releyendo el mensaje. Una íra descomunal comenzó a crecer en su interior como una bomba detonada al borde de la explosión, una furia escalando desde el fondo de su ser hambrienta por descargarse, había sido un imbécil, un ciego, todo estaba justo en frente de sus narices y fue tan idiota e iluso que sentía pena de sí mismo.
Riendo amargamente y secándose las lágrimas ejerciendo más fuerza de la necesaria, logrando así enrojecer la zona al borde del sangrado, sintió el ardor producto de más gotas saladas que seguían cayendo sin cesar. Se levantó sacando fuerzas de donde no las había y tomó entre sus manos el aparato estrellándolo de lleno contra la pared roja a un lado del mueble.
Observando cómo el objeto se encontraba en pedazos en el suelo, se dirigió al armario de la esquina de la habitación, lo abrió y comenzó sacar las valijas más grandes, metiendo toda su ropa en ellas preocupándose poco por el orden, se encaminó a la cómoda tomando sus perfumes, arrasando con las fotografías que contenían todos esos recuerdos que alguna vez fueron felices, mientras que ahora son solo parte de un horrible sueño.
Tomaba respiraciones profundas, y cortas tratando de establecer su pulso y su aliento, el llanto no cedía, era incontenible, aunque se negaba a seguir llorando.
Estaba destrozado, se suponía que Jungkook lo amaba, pero entonces... porque?, Esa incógnita era una constante en su cabeza. De todas maneras ya no había vuelta atrás, lo hecho, hecho estaba. Ahora debía irse, tenía que hacerlo, no podría soportar una humillación más.
Bajó las escaleras con las maletas en sus manos resbalandose de ellas, por la sudoración producto del nerviosismo, no sabía a dónde iría, probablemente con Jimin, y luego de regreso a Daegu con sus padres. No quería pensar más, sólo salir de ese lugar, se sentía asqueado, las náuseas haciéndose presente en su organismo, no soportaría un segundo más adentro de esa casa, de esa mentira.
La lluvia persistía afuera pero el viento se había calmado, todo se asemejaba al ojo de un huracán. Lanzando una mirada a su alrededor, soltando sollozos agónicos tomó su abrigo del perchero y se lo puso.
Agarrando sus maletas nuevamente, caminó hasta quedar al frente de la puerta, volteó una vez más mirando por sobre su hombro lo que había sido su hogar.
Ya no había nada atándolo a ese lugar, ya no era suyo, ya no era de ellos, porque ellos ya no existían.
Volvió su vista a la puerta a escasos centímetros de su rostro, miró la madera y cerro lo ojos con fuerza, tratando de tragar el nudo que se aferraba a su garganta.
~Debes irte, vamos hazlo, no seas un maldito cobarde, ya no queda nada aquí para ti.~
Abrió los ojos, desplazó su mano derecha al bolsillo de su abrigo y sacó su juego de llaves.
Las manos le temblaban, le resultó una odisea poder insertar la llave en la cerradura pero logro abrir la puerta, dejó las llaves en la pequeña mesa que se encontraba a un lado de ésta y tomó el pomo haciendolo girar.
Acomodó sus pertenencias mientras la puerta se abría. Grande fue su sorpresa al encontrarse con el dueño de sus dolores de frente empapado por la lluvia.
—Tae... pero que?— dijo el azabache, cubierto de pies a cabeza con un tapado negro, temblando al borde de la hipotermia.
El silencio se instaló como dueño del lugar, la lluvia de fondo era irrelevante ya. La vista del pelinegro se deslizó hacia lo que llevaba el castaño en sus manos. Abrió los ojos en demasía ajeno a lo que estaba ocurriendo, con su boca ligeramente abierta por la sorpresa intentó articular palabras mientras daba un paso hacia adelante.
— Ni siquiera lo intentes— masculló Taehyung entre dientes aún con el llanto presente, dando un paso hacia atrás. — no me toques.
—Pero Tae por Dios! , Bebé que te sucede? que es todo eso?, porque estás llorando mi amor!?, por favor dime!— dijo el azabache, sonando desesperado y al borde del pánico.
— Bebé?, Mi amor?— enarcó una ceja y se rió sin gracia— pero por favor Jungkook no seas tan hipócrita!— gritaba sacado.
— Taehyung que te pasa?, Porque me hablas de esa manera?.
—Porque?, Bromeas?, piensas que soy estúpido?— contestó ahogando sollozos.— ya no más, esto se termina aquí, no voy a seguir siendo el imbécil que te espera todos los malditos días, mientras te vas a revolcar con alguien más.
— Que?— respondió en un hilo de voz.
— Lo que escuchaste, no intentes ocultarlo más— murmuró ahogándose en llanto. —acaso pensaste que podrías seguir engañandome?, todos los malditos días desde hace un maldito mes llegas de madrugada oliendo a alcohol, perfume de alguna zorra y quién sabe a qué otras cosas!!!.
—...
El silencio volvió a hacerse presente, Taehyung lloraba con más furor desgarrándose la garganta como consecuencia de la confesión silenciosa que se le era brindada. Trató de calmarse un poco dando respiraciones profundas para así continuar.
— Qué?, Ahora te quedas callado?, Habla de una vez, maldita sea!!!
El pelinegro se encontraba ido, no sabía cómo reaccionar ante esa acusación. Era cierto, todo lo que dijo, era cierto. Mintió.
— Tae...y-yo puedo explicarte p-por favor— hablaba con la voz entrecortada— no es lo que piensas, te lo juro.
— Te llevaste todo el amor que tenia Jungkook, si sólo no querias tomar todo lo que te estaba dando...— soltó un suspiro pesado— ...por favor déjame ir.— susurró cabizbajo con su llanto incesante.— por favor, por favor, te lo ruego, no tienes idea de cuánto duele, te dí espacio, he intentado ahorrarte los problemas pero no fue suficiente.—
El azabache miraba atónito la escena tratando de digerir las palabras, sus ojos desbordando de lágrimas silenciosas que caían por sus mejillas, esto no era lo que él quería. Nunca deseó lastimar a la persona que más ama.
Dando otro paso hacia adelante, haciendo caso omiso a las advertencias del castaño que se encontraba frente a él, lo tomó de la cintura y lo atrajo hacia un abrazo.
Taehyung no tenía fuerzas para resistirse, estaba demasiado roto como para hacerlo, los brazos que siempre lo habían protegido ahora le producían temor.
— Por favor bebé, lo siento, lo lamento, no fue mi intención, te lo juro. — se apresuró a decir el pelinegro mientras escondía su rostro en la curvatura del cuello del castaño.—todo tiene una explicación. Por favor.
Cerró los ojos tratándo de concentrarse en sus pensamientos y no en la cercanía que tenían en ese momento. Una que no compartían desde hace tiempo. Se dejó llevar por la calidez y la sensación. Aún le dolía, su dolor seguía latente y quemandolo por dentro, un dolor agudo e intenso que lo estaba desarmando en ese instante. Se mantenía rígido en su posición con los brazos a sus costados y las manos hecha puños en las manijas de las maletas mientras era abrazado por su esposo. Giró levemente el cuello para admirar la cabeza del azabache que se encontraba apoyada en su hombro, cuando vió una porción de piel desnuda en el cuello ajeno de un color violáceo resultado de unos labios que habían ejercido succión en esa área.
Tensándose y soltando un sollozo desgarrador empujó a Jungkook con todas sus fuerzas logrando así deshacer el abrazo y estampando con una mano abierta la mejilla contraria.
— Que mierda es eso que tienes en tu cuello!!!— gritó desesperado— explicación?! , Eso no tiene explicación Jungkook!!!
El castaño no quiso escuchar nada más, toda la situación lo estaba superando, se apresuró a acomodar sus pertenencias, pasó empujando al azabache para dirigirse a la puerta, y cuando estuvo apunto de cruzar por el umbral de ésta sintió como era jalado de la cadera hacia abajo.
Jungkook yacía de rodillas a sus pies, sosteniéndolo por debajo de la cintura, llorando desconsolado y con la mirada puesta en sus ojos, pudo ver dolor en ellos pero no sé permitiría caer. Ya no más.
—Tae por favor no me dejes, no te vayas, por lo que más quieras no me dejes!— pedía a gritos con un llanto constante.— Fue Namjoon él me lo dijo, él me llevó hacia ellos, yo estaba desesperado, tenía que hacerlo, debía hacerlo, no podía permitir que te vayas, no quería dejarte ir—repetia una y otra vez hipando entre las palabras a causa del llanto.
El castaño lo miró inexpresivo y frunció el ceño producto de la confusión, "de qué estaba hablando?, Ellos?", pensaba. El pelinegro se encontraba balbuceando las mismas palabra una y otra vez mientras aún sostenía firme su agarre.
— Jungkook levántate, déjame ir, no lo hagas más difícil.— dijo en un intento fallido de tragarse el llanto.— suéltame.
— N-no, por f-favor, Tae, bebé, no me d-dejes, t-tenía que hacerlo, nos iban a quitar nuestro hogar, por favor h-hablemos, por favor d-déjame hablar.— decía sollozando aún más fuerte.
—De qué estás hablando Jungkook? — preguntó el castaño aún sin entender.
— D-déjame explicarte si?, Por favor, te s-soltaré si me dejas hacerlo.
Taehyung aún dudando sólo asintió, todo esto le dolía, pero ver a Jungkook en el estado en el que encontraba aún más, no era propio de él, si no lo conociera pensaría que estaría poniendo una escusa o fingiendo.
Cerrando la puerta principal se desplazaron por la sala hasta llegar a los sillones individuales, Taehyung tomó asiento y Jungkook solo se sentó a los pies de éste en el suelo.
El castaño miraba espectante al pelinegro, queriendo arrepentirse de haber aceptado la petición cuando Jungkook se incorporó y trató de acercarse a su rostro y así poder besarlo. Esquivando sus labios se puso de pie dispuesto a irse. Cuando fue detenido...
— Lo siento— dijo sentándose de nuevo en el piso con la mirada puesta en el suelo— solo quería sentir tus labios una vez más...
— Jungkook...
—Si... — contestó tomando una bocanada de aire y volviendo su vista hacia los ojos del castaño— Luego de que me enterase de tu condición tuve que solicitar préstamos a todas las agencias que pudiera, ya que las cláusulas de nuestro seguro médico no cubría toda la operación, el costo del procedimiento era muy alto, y mi sueldo no era suficiente. Llegó un momento en el que no sabía que más hacer, aún me faltaba una gran cantidad de dinero que recaudar. Todos los días iba al trabajo y no podía concentrarme, cometía error tras error y estuvieron a punto de despedirme. Tuve que hablar con mi jefe para explicarle, Namjoon lo entendió, y me dejó una tarjeta de personas que hacían préstamos sin límites de cifras. Lo medite durante ese mes luego de tu desmayo en clases, dudaba mucho sobre ese tipo de tratos y los mecanismos de cobranzas. No fue hasta que recibí la llamada de Jimin anunciándome que habías tenido un paro cardíaco que decidí aceptar— hablaba sereno mientras las lágrimas caían rebeldes por su rostro, sorbiendo su nariz continuó— tuve miedo Tae, no quería perderte, eres todo mi mundo, acepté y me reuní con ellos, no parecían gente que estaba metida en cosas raras, pero aún así no me permití confíar.
Me dieron el dinero que faltaba y pude pagar la operación cuando llegó tu transplante, me hablaron sobre los pagos y acordamos todo a la perfección, ya tenía todo los gastos calculados, íbamos a estar bien.— sonrió con melancolía. — lo que no pude preveer fueron la cantidad de medicamentos posoperatorios que te suministraban, eran demasiado caros y me atrasé con las cuentas.
El castaño había dejado de llorar y prestaba toda su atención a las palabras que decía el pelinegro, aún no entendía a dónde quería llegar, "le fue infiel por problemas financieros" pensaba. Si bien estaba enterado de que su seguro médico solo se hacía cargo de una pequeña porción de los gastos, no podía imaginar por todo lo que había pasado Jungkook solo y desesperado por buscar una solución, se puso en su lugar un momento, y sintió pena por haberlo dejado sólo. Pero no fue su culpa.
Acaso por eso su esposo se estaba desquitando de esa manera con él?...
— Jungkook, habla claro, a dónde quieres llegar con eso?— habló con un dejé de impotencia y rabia en su voz.
El azabache llevo su mirada al suelo, sabía que estaba herido, que él actuó mal, pero es que no se sentía digno ya. Suspiro dispuesto a soltar la verdad de una vez por todas. Volvió su vista hacia él.
— Eso es algo que sí tiene que ver con todo lo que pasó este último mes. Desde que te dieron el alta, todo seguía igual, a veces pedía dinero prestado a mis compañeros de trabajo, que por cierto aún no les he devuelto, porque no nos alcazaba para comer, estaba saturado de deudas. Luego del segundo mes de tu llegada me dieron una advertencia, nos iban a desalojar si no conseguía el dinero suficiente para pagar la cuota vencida. Tenía sólo una semana para abonarla, no te dije nada porque no quería preocuparte, además yo prometí que siempre te protegería ante todo.— explicó mientras acariciaba el muslo contrario bajo la atenta mirada del acanelado.— Namjoon me había visto más alterado y nervioso que de costumbre en la oficina, me llamó a su despacho una mañana. Le conté sobre todo lo que estaba pasando, y que quizás no iba a poder pagarle a su contacto ya que estaba casi en la ruina, el sólo me dijo que debía llamarles y explicarle a ellos, pero que era probable que no lo tomaran bien. Decidí hacerlo y nos reunimos, efectivamente no lo tomaron nada bien, pero me hicieron una propuesta.— aún mirando a los ojos a Taehyung se tomó unos segundo para continuar— resulta que ellos son dueños de un club muy exclusivo de Seul, dónde solo pueden entrar gente de muy alto nivel, este club... emm... está destinado al...como decirlo...es para brindar placer sexual.
El castaño abrió sus ojos desmesuradamente en sorpresa por lo oído.
— T-e... t-tu...te prostituías??— preguntó al límite del pánico.
—Que?!, No no no, bueno, no realmente— se apresuró a contestar— por favor déjame terminar.
Taehyung sólo asintió, tenía que ser maduro y escuchar toda la explicación que le estaba dando Jungkook. Después sacaría conclusiones de si creerle o no.
— Me ví obligado a aceptar, la paga era muy buena y si trabajaba un tiempo ahí todo estaría solucionado. Además habían un par de reglas en ese club que no debian ser rotas y que me insentivaron a seguir con esa decisión, la principal: es no sobrepasarse con los clientes, ni ellos con los trabajadores, la segunda: todo pago es en efectivo, la tercera y más importante: está prohibido el contacto físico más allá del trabajo, de pedidos exóticos sin consentimiento y también comportamientos de manera personal. Básicamente todo se trata de dar placer y solo eso.
Mi trabajo consistía en..., Yo ehm...— llevó una mano a su nuca y comenzó a frotarla en claro gesto de nerviosismo— debía masturbar a las mujeres, tocarlas hasta hacerlas llegar al orgasmo, utilizando juguetes y ese tipo de cosas, ellas tenían prohibido tocarme.
Taehyung sólo lo miraba esforzándose por entender todas y cada una de las palabras que el azabache le había proporcionado. "Que tenía que hacer que?", Si, claro, esa explicación era una burla para él, claro que esas cosas no existían, "quien pagaría por algo semejante?". Su cara inexpresiva cambio a una en completo estado de furia y se levantó del sillón con la mirada fija en su esposo.
—Crees que soy imbécil?!!!, Que vas a venir a inventarme tus cuentos y voy a caer como una mosca sobre la miel?!!!, Estás muy equivocado!!!, Lo único que haces es hablar y hablar y no me estás explicando una mierda lo que tienes en el cuello y el porqué del puto mensaje que te llegó en la portátil!!!, Quién demonios es Lisa y no me sigas tratando de engañar porque te juro que no me ves más en tu miserable y asquerosa vida Jungkook!!!— gritó con la íra apropiándose de su cuerpo, su pecho subía y bajaba por la agitación mientras su ceño se fruncía con más ímpetu, iba a estallar en cólera.
—Tae por favor, no te estoy mintiendo, te juro por mi vida mi amor, todo es cierto, jamás podría serte infiel, por favor Taehyung sólo te amo a ti!!!— decía mientras se erguía frente al castaño, desesperado por arreglar la situación.— Lisa?, ella solo es una clienta que he atendido un par de veces, bebé nunca he tocado a nadie sin guantes, nunca me han tocado, nunca he deseado a nadie más que a ti, por favor créeme— dirigió sus manos a las mejillas del contrario acunando su rostro— lo que viste en mi cuello solo es una prueba de que ella violó las reglas y tuvo que pagar una multa, que va dirigida al club y a mi, nunca dejé que me tocaran, solo hacía mi trabajo y ya, mientras estaba con ella me descuidé y mi cuello quedó cerca de su boca, cuando me estiré para alcanzar uno de los juguetes que estaba usando, apenas sentí sus labios sobre mi piel me alejé provocando que sólo succionara con más fuerza. Bebé te pertenezco y lo sabés. Por favor— comenzó a sollozar sin retirar la mirada de los ojos irritados color avellana del castaño —con respecto al mensaje, no sé de qué hablas, yo no mantengo ningún tipo de contacto con los clientes, no sé de dónde pudo sacar algún tipo de información sobre mi. Te lo juro yo no tengo nada que ver con ella, admito que siempre me pedía pero nada personal fuera de eso. En serio bebé, no te miento, no te dije todo esto antes porque no quería que te preocuparas, es mi deber cuidarte Tae. Soy tuyo bebé te juro que lo soy.— dijo tomando suavemente la mano del castaño en la suya dirigiéndosela hacia su pecho, debajo de su corazón.
El acanelado tenía los ojos fijos en los del azabache, veía sinceridad en ellos pero aún tenía miedo.
— Cuanto te pagaban?— fue lo único que pudo articular.
— 20.000 dólares por cliente pero solo recibía la mitad, ya que debía saldar la cuenta. Tenía un cliente por noche, a veces no era solicitado, y podía retirarme antes, otras para por lo menos recaudar algo debía hacer bailes privados en los cuales me pagaban 10.000, pero sólo eso, por lo general era gente ebria los que pedían ese tipo de espectáculos así que cuando no los dejaba acercarse a mi derramaban sus bebidas en mi cuerpo.— dijo restándole importancia.
— El olor a alcohol— susurró para si mismo el castaño.
— A veces había gente que lo hacía muy difícil, las mujeres siempre querían dejar algún rastro, no sé cuál era su afán, si no me tiraban su asqueroso perfume encima, intentaban llegar a mi cuello, era desesperante y agotador.— continuó.
El castaño comenzó a comprender todo, todas sus dudas se iban disipando a medida que el azabache seguía con su relato de los hechos. Quizás si era cierto, quizás aún lo amaba.
— Y porque llegaste tan tarde hoy?— preguntó
— No quería llegar a casa, que vieras lo de mi cuello y te dieras ideas equivocas, me sentía asqueado de mí mismo, sentía que había fallado en mi promesa de cuidarte, sé que he estado distante, pero es que no sabía cómo tocarte, no quería ensuciarte, eres tan puro para mi Tae, eres mi tesoro más preciado, no se qué haría sin tí— dijo en un hilo de voz.
Ya estaba, ya lo había dicho todo, pero aún así temía de la reacción del contrario. No quería decepcionarlo y mucho menos ser abandonado, no lo iba a tolerar. Él era su mundo.
El castaño lo miró con empatía, sentía como poco a poco su corazón comenzaba a sanar, era la verdad, lo sentía en lo más profundo de su ser.
Sus ojos se llenaron llenaron de lágrimas, está vez causa del alivio que desbordaba en su alma. Temeroso de emitir una pregunta se decidió a hacerla.
— Ya acabó?— murmuró
El pelinegro que había dirigido su mirada nuevamente al suelo mientras soltaba sollozos suaves, lo miró sorprendido.
— Cómo?— preguntó sin entender, parpadeando varias veces.
— Si ya acabó, todo... eso...
— Si bebé, con lo de la multa fue suficiente para saldar mi cuenta, ya no les debo nada a ellos, si bien aún tengo cuentas con el banco, me alcanza para pagarlo con mi sueldo y con lo poco que me sobró.— contestó con sus ojos brillando en ilusión.
— Está bien...— susurró— me lo juras?, Jungkook si no es verdad nunca en mi vida te lo voy a per....— fue interrumpido por los labios contrarios que se lanzaron hambrientos hacia su boca..
El pelinegro movía sus labios desesperado sobre los del castaño saboreando la dulce sensación y calidez que esos labios que tanto amaba le proporcionaron, deslizó su lengua abriendose paso hacia la cavidad contraría, amaba su sabor, su lengua, esos labios carnosos que lo hacían enloquecer, quería esto por el resto de su vida, de eso estaba seguro.
— Te lo juro por mi vida bebé, no existe nadie más que tú para mí.— susurró contra sus labios.
El castaño dejo a la vista una pequeña sonrisa que se deslizaba por sus labios mientras se miraban a los ojos, cerrando los mismos le devolvió el beso y llevó su mano a la nuca del azabache enredando sus dedos en su cabello, se acercó rompiendo con la distancia que separaba sus cuerpos y se presionó en el contrario mientras profundizaba el beso. El pelinegro soltó un jadeó por la sorpresa cuando sintió la cercanía, llevando sus manos a la cintura del castaño acariciándolo con sumo cuidado.
Se estaba librando una batalla donde los músculos húmedos eran los protagonistas, un beso cargado de anhelo y deseo desbordaba el lugar, liberando una sensación de calidez que iba subiendo poco a poco la temperatura del aire que los rodeaba.
Se separaron cuando el aire se les fue arrebatado de sus pulmones y les era necesario volver a respirar.
— Házme el amor kookie, por favor— susurró apenas audible, siendo perfectamente oído por su esposo.
No hubo respuesta. Sólo pudo sentir cómo era levantado del suelo sostenido de sus muslos por unos fuertes brazos y por instinto enrolló sus piernas en la cintura del azabache.
— Vamos al baño, quiero que me purifiques, y me llenes de tu aroma. Quiero que todo mi cuerpo huela a ti Taehyung, como debe y tiene que ser siempre.— susurró contra el oido del castaño mientras comenzaba a dirigirse hacia su destino.
Ropas caían lentamente sobre el piso de mármol color marfil, respiraciones agitadas resonaban entre las cuatro paredes, chasquidos de besos y suaves roces sutiles inundaban el cuarto de calor corporal, emitiendo una leve bruma en el ambiente, la temperatura seguia subiendo.
Jungkook abandonó la boca que se había convertido en su perdición desde el primer día en que la degustó, trazando un camino de besos por la mandíbula, deslizando sus labios lenta y tortuosamente por las clavículas dejando mordicos y ligeras marcas de succión en el proceso, llegó a su cuello, se dedicó a lamerlo, subiendo por su garganta sintiendo una pizca de notas saladas en su lengua a causa de las lágrimas derramadas, se le hacia exquisita esa piel que conocía a la perfección, cada detalle por más minúsculo que fuera se los conocía de memoria. Era su obsesión.
Taehyung inclinó su cuello invitandolo a seguir con esa acción y comenzó a frotarse sobre el falo que se encontraba presionando entre sus muslos cerca de su propia erección.
No iba a soportar tanto.
Subió una pierna a la altura de la cintura ajena, acercando aún más el cuerpo de su esposo al suyo, chocando de lleno sus miembros duros cual rocas de diamantes, sus pieles ardían por el contacto, los gemidos emitidos de sus gargantas murieron en sus bocas. Jungkook, quien tenía sus manos posadas en la cintura del acanelado, las deslizó suavemente descendiendo por sus caderas hasta dejarlas en sus glúteos, presionándolos con fuerza medida, subió sus labios a la boca contraria y la atacó mordiéndola y profundizando un beso de manera desmedida. Estaba hambriento.
Presionando una y otra vez, amasando lo que tenía entre sus manos, elevó una más que la otra abriendola y dejando a la vista la hermosa y perfecta entrada que tanto amaba profanar, extrañaba enterrarse en ese paraíso, sin dejar espacio ni siquiera para el aire.
Necesitaba perderse en ese lugar ahora.
Se metieron a la ducha sin cortar el contacto, el azabache abrió la perilla y se dejó empapar por el líquido que caía en sus cabezas, salía vapor de sus cuerpos a pesar de que el agua estába templada.
El castaño puso una pequeña distancia entre sus cuerpos deslizando una mano para tomar la espona que yacía colgada a un lado de ellos y la llenó de un jabón líquido con aroma a vainilla y miel. Con la mirada fija en los ojos de Jungkook comenzó a frotarla en ambas anatomías, subiendo y bajando por sus pechos. El pelinegro bajo su mirada hacia la cicatriz que llevaba Taehyung en su pecho, recuerdo de que estuvo a punto de perderlo y sollozo con una sonrisa deforme. El acanelado rápidamente levantó su rostro con su dedo índice y volvió a besarlo.
— Te amo Taehyung, me moriría sin ti.— susurró
— También te amo kookie— volvió a besarlo. — llévame a la habitación.
Los cuerpos yacían horizontales extendidos en la cama húmeda a causa de sus cuerpos sin secar, el castaño tenía las piernas abiertas mientras que el azabache se situaba entre medio de éstas, rozando suciamente su erecciones, dejando escapar gemidos de tortura.
—kookieee~te quiero dentro~~— decía en suspiros y entrecortados.
El azabache se movió rápidamente cortando el beso, para dirigir su brazo a la mesita de noche que se encontraba a un lado de la cama, abriendo el cajón y sacando de éste un pote mediano de color azul.
Se incorporó un poco, llenado tres de sus dedos y su gran falo con el líquido viscoso, abriendo aún más las piernas de su amor, facilitándole la vista de esa entrada que lo llamaba a gritos.
Tentado por la imágen, bajó su cabeza a la altura de las caderas contrarias, llegando a la erección palpitante que se encontraba en ese lugar, su lengua se deslizó desde la base de ésta hacia la punta, dejando rastros del sabor del presemen en su músculo.
Repitiendo la acción decidió bajar aún más, topándose con su debilidad, soltó un suspiro de excitación y hundiéndo su lengua pudo escuchar el gemido ronco que se escapó de los labios de su amado.
— Tae no lo soporto más...— dijo mientras volvía a posarse entre medio de los muslos del castaño soportando su peso con los brazos. Se acomodó para equilibrar su cuerpo en una sola extremidad y dirigió su mano tomando su falo, comenzando a acariciarlo expandiéndo el lubricante.— quiero entrar ahora bebé...
El castaño gimió y dejó escapar un jadeo por lo descarado que había sonado esa propuesta, el estaba igual o peor que el azabache, y sin más miramientos asintió.
Comenzó a ingresar lenta y dolorosamente, Taehyung arrugaba su rostro en clara muestra del dolor que lo embargaba de pies a cabeza pero no permitiría que el pelinegro parara, aprisionándolo con sus piernas, presionaba sus glúteos con sus manos buscando más cercanía y profundidad. Tomando respiraciones profundas, se impuso hacia abajo dejando que la erección del azabache entrara completamente de una sola estocada. Emitieron un grito gutural al unísono a causa del placer y el dolor exorbitante que sentieron al momento de convertirse en uno.
Un ardor atroz se adueñó del castaño, conteniendo la respiración se tensó hasta que éste cediera. El azabache con la respiración agitada en consecuencia de todas las sensaciones que brotaban de sus adentros, empezó a repartir besos tiernos por el rostro ajeno, deteniéndose en sus labios rozándolos con los suyos.
— Te amo bebé, nunca lo olvides y jamás lo dudes— artículo con un susurro, como si se tratara del secreto más valioso de todos. Quedando inmóvil con sus ojos clavados en los contrarios— te amo tanto como no te imaginas.
— También te amo kookie, y lamento todo pero...no podía no pensar mal— dijo con su expresión llena de ternura y dolor.
— Shh bebé, no es tu culpa, yo debí habertelo dicho desde un principio, pero es que no quería desilucionarte, y mucho menos que te preocuparas, no le hacía bien a tu recuperación.— dijo mientras brindaba caricias al cabello de su esposo.
El acanelado dió inicio a un nuevo beso cargado de amor y lujuria, moviéndose lentamente en su lugar autopenetrandose en pequeños milímetros, esto es lo que él quería para toda su vida. Esto es por lo que había decidido pelear en esa camilla de hospital. Este amor era el que quería salvar siempre y para siempre.
Sus respiraciones se volvieron cada vez más pesadas, el pelinegro empujaba sus caderas hacia el castaño enterrandose en él cada vez más profundo en un vaivén interminable, una y otra vez, con su voz deformada por el placer soltaba gemidos y jadeos entrecortados mientras sus oídos se deleitaban con los del castaño debajo suyo, desesperados buscando liberación sus movimientos se volvieron más violentos llenando el ambiente con un sonido obsceno.
Se encerraron en una burbuja mientras se miraban a los ojos, con la boca ligeramente abierta dejando morir en el aire los sonidos emanados de sus labios. Cambiando levemente el ángulo, la punta del miembro del azabache dió directamente con ese punto dulce que hizo retorcer de placer a Taehyung.
— Ah~~~ kookie, ahí, sigue~~~— el pelinegro acató la orden encantado por sentir más y ser devorado por esa estrecha entrada que lo llevaría a la locura.
— Mhm~~~, Tae, bebé no te cierres tanto, m-me duele— murmuró mientras seguía entrando y saliendo de su precioso esposo con todas sus fuerzas— Oh Dios Tae~~~— gritó cuando el castaño contrajo los músculos de su cavidad, envolviendo su falo dentro de él.
El dolor era insoportable pero el placer gobernaba en su cuerpo cuando comenzó a sentir el cosquilleo que nacía desde su bajo vientre y daba descargas a su erección desatendida, alejó una mano de los glúteos del pelinegro y la llevó a su miembro, el pelinegro notó la intención y tomó su falo masturbándolo al son de sus penetraciones.
—Vamos bebé, vénte para mi, quiero tu escencia sobre mi cuerpo— susurró en su oído mientras aumentaba la velocidad de su mano.
Abrió sus piernas a tope entregándose completamente y poniéndo su cuerpo a merced de Jungkook, mientras que éste aumentaba su ritmo y sus estocadas se volvían más violentas llevándolo al borde de la locura, amaba eso, sentirse propiedad de él. Entregarse en bandeja de plata para que hiciera con él lo que quisiera.
Pudo sentir como los dedos de sus pies y manos se tensaban, y una sensación de pronta explosión le recorría el cuerpo, su erección comenzó temblar en la mano del pelinegro, que seguia bombeandolo sin descanso, anunciado el orgasmo que se avecinaba.
La sensación los sacudió a ambos mientras gemían sin contenerse resonando los mismos por toda la amplia casa, su respiración se vió obstruida cuando un potente orgasmo los alcanzó al mismo tiempo, soltando gritos de placer al mismo tiempo lastimando sus gargantas quitándoles la voz por algún tiempo. Fue maravilloso, una sensación de alivio sanador los recorrió de pies a cabeza, sus respiraciones agitadas mezclándose por la cercanía, sus ojos sin despegarse de los ajenos, tratando de recuperar el aliento en un intento fallido de estabilizarlo.
— Te amo kookie, nunca me engañes, por favor— susurró Taehyung al borde de las lágrimas, recordando las sensaciones de vacío que se habían apropiado de su ser.
— Bebé, primero muerto, yo soy tan tuyo, como tú eres mío— murmuró el pelinegro mirándolo a los ojos.
— Hablando de eso...— dijo el acanelado frunciendo el ceño y llevando su mirada hacia el cuello de Jungkook.— mira hacia el techo.
El azabache sin entender hizo lo pedido y miró hacia arriba, sin salir del castaño.
Taehyung acercó su boca hacia dónde yacía la marca que no fue puesta por él y succionó con fuerza haciendo soltar un jadeo al pelinegro que se encontraba en la misma posición. Alejándose lentamente pudo apreciar su obra, viendo que un nueva y reluciente marca de color rojo se instalaba por sobre la anterior y sonrió socarronamente.
— Listo... Solo eres mío kookie.
— Siempre lo he sido bebé— respondió con una sonrisa de labios sellados que llegaba a sus ojos en cuanto estuvo en la posición anterior.— Te amo, siempre estaré a tu lado, amándote cada día como si fuera el último, "solo un día más" pediré cuando caiga la noche, ansiando el comienzo de otro día, solo para poder besar tus labios una vez más.
Por fin!!!, Ufff 7.000 palabras, ni yo me lo creo.
A las personas que lo lean, espero que haya sido de su agrado. Gracias por leer y votar.
Mar💜✨.
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