Capítulo 11
-¿Marcos? ¿Y yo cuánto estaría cobrando por semana con este trabajo?
-Mmm..., pues, creo que unos 5000.
-¡¿5000?! ¿Por qué tanto?
-Bueno, se supone que eso es lo que ganan los concejales por semana.
-Pero eso es una injusticia, gano 100 veces más que un obrero.
-Bueno, si lo planteas así, sí, es injusto, pero así ha sido desde siempre.
-Eso no quita que los obreros merezcan más sueldo.
-Bien, eso es lo que intentaremos conseguir mañana.
Acabamos de comer y nos paramos. Marcos me acompaña hasta mi habitación y se despide. Yo me preparo un poco para la presentación de mañana y me duermo. A la mañana siguiente pasa más o menos lo mismo. Sara me trae el desayuno y más tarde viene Marcos a recogerme para ir a su oficina. Arreglamos unos detalles menores de la presentación y ensayamos. A las 11.00 horas vamos hacia la sala de reuniones. Saludamos y me presento ante el presidente y su propio concejal, que es un hombre de más o menos su misma edad. Se sientan y comenzamos.
-Bien, hoy queremos plantearles la propuesta de aumentar el sueldo de los obreros.
Al decir esto Marcos, su padre frunce el ceño.
-Uno de los problemas más planteados en esta sociedad son los robos producidos por los obreros.
-Sí, no sabemos que hacer con eso. No hay caso. Al parecer, ni siquiera la muerte les importa- dice el presidente, interrumpiéndome. -Tal vez debamos empezar a amenazarlos con la muerte de sus familias- añade, haciendo que me indigne.
-Pues el señor Harrison y yo tenemos una propuesta diferente- respondo, intentando ocultar mi indignación.
-Bueno, enséñennos su propuesta.
-Bien, Marcos- lo llamo, haciendo que pase la diapositiva. -Actualmente los obreros están ganando 50 dólares a la semana.
-¿Y? Yo opino que esto está bien.
-Bueno, pues el problema es el hecho de que el promedio de hijos de los obreros es de 5, lo que sumaría 100 dólares de ingreso en la familia por semana- interviene Marcos-, pero no usa 2 dólares en el día, ¿cierto?, porque eso es lo que queda para cada miembro de la familia en cada día.
-Entonces deberían tener menos hijos.
-Señor, el problema es que así son las cosas.
-Bien, pero no tenemos presupuesto.
-Pues deberían sacarle dinero al sueldo de alguien de un puesto más alto.
-¿Por qué?
-Bien, yo me ofrezco a dejar parte de mi sueldo con tal con tal de que paguen mejor a ellos. Aunque yo tuviera 10 hijos, aun así tendría dinero suficiente con solo mi sueldo.
Veo como su concejal le dice algo al presidente en voz baja.
-Bien, el proyecto se pondrá en marcha.
-Gracias señor
-Pueden retirarse
Nos vamos. Marcos me felicita por mi esfuerzo, diciéndome que no lo habría logrado sin mí, sin duda y yo le agradezco, diciendo que no es para tanto.
La siguiente semana pasa igual, entre desayunos, cenas, trabajo en la oficina y presentaciones. Sara y yo nos hicimos amigas. Marcos y yo mantenemos una relación cada vez más estrecha (de amigos). Un día salí a comprar algo de ropa y escuché una conversación, entre, creo, dos obreros.
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