Capítulo 10

Dipper

20 de noviembre (aniversario de la Tienda de la Telepatía).

Hoy sería un día largo, de eso estaba seguro.

Pero al menos después de este día podría librarme de mi tío.

—Bien señor Cipher, ¿cuál es su respuesta? —pregunto el profesor llamando la atención del mencionado, aunque era más que evidente que estaba demasiado perdido en su mundo.

—Uh... mmh —balbuceo—, ¿14,700 Joules?

—Incorrecto señor William —algunas risas sonaron y William se sonrojó, tan típico—. Trate de prestar más atención —el profesor se alejó de su asiento para dirigirse a toda la clase—, ¿alguien que sepa cuál es la respuesta?

—La manera de resolver este problema es calculando las condiciones del problema original —hablé sin siquiera pedir la palabra—, y luego resolver sus variaciones, por lo tanto, la respuesta sería 39,000 Joules, no 14,700. Aunque puedo notar el error de mi compañero, interpretó que la energía potencial se puede transformar en cinética y viceversa dependiendo si el objeto está en movimiento, así que calculo directamente la energía potencial y de ahí se basó.

—Correcto señor Gleeful, me alegra ver que alguien está atento a la clase y, señor Cipher —el maestro lo miró con ojos fríos y enojados—, tal vez debería juntarse más con el señor Gleeful, su proyecto pasado fue excelente, es una lástima que su potencial se desaproveche de tal forma —el de cabellos azules asintió y luego se sonrojó por el comentario, lo volteé a ver y le guiñe un ojo pícaramente, él sólo viró los ojos tratando de ocultar el hecho de que su sonrojo incremento, adorable...

El resto de las clases pasaron sin más, llegó la hora de la salida así que me dirigí a esperar a Mabel, pocas veces usaba mi auto, y no me gustaba esperar en el auto.

Así que tenía que esperarla en la puerta de la escuela.

Instintivamente busqué con la mirada a William, era una nueva costumbre que no me agradaba del todo, últimamente estaba muy pendiente del Cipher menor y no tenía una razón específica, simplemente me importaba un poco, hasta podría decirse que me agradaba... tal vez un poco más de lo que debería.

Lo encontré del otro lado de la calle rodeado de sus amigos de siempre, que consistía en básicamente Bill y Pacifica, ya que por lo que había notado recientemente William no se llevaba con ninguno de los otros amigos de Bill.

También estaba una chica de cabello rubio que jamás había visto en mi vida, que se encontraba hablando animosamente con ellos.

—Dipper —preguntó una chica de cabello negro frente a mí—, ya que hoy es el espectáculo de aniversario, ¿te gustaría ir a comer algo conmigo al terminar? —la chica de cabello rubio estaba abrazando a Will al otro lado de la calle.

—Ajá —contesté, pero honestamente no le estaba prestando atención, estaba más atento a la situación del otro lado de la calle, ¿por qué William estaba sonrojado?

—¿En serio? —preguntó—, ¿me lo prometes?

—Sí, ajá —ni siquiera la estaba viendo, se había ido, ¿qué me acaba de decir? No importaba, sólo me importaba que aquella rubia estaba abrazando otra vez a William.

Algo se removió dentro de mí. Maldita sea.

Eso no era nada bueno...

Traté de no darle importancia a eso, al mismo tiempo que Mabel aparecía sonriendo de oreja a oreja, simplemente nos dirigimos al carro, sólo quería llegar a la mansión y acabar con todo esto de una buena vez.

En el camino la gente había aprovechado para saludarnos o pedirnos alguna foto, después de todo hoy estaban más alterados que siempre puesto que era el aniversario de La Tienda de la Telepatía y habría un show especial...

Una vez en la mansión nuestros tíos sólo nos dieron media hora para comer e ir a practicar el endemoniado espectáculo de la noche, aunque ya lo habíamos practicado unas mil veces en el último mes.

—No, no, no, no —grito mi tío Ford—, ¿acaso son idiotas? Ya lo han hecho mil veces y aun no logran que les salga bien, par de incompetentes —ya nos habíamos acostumbrado a esa clase de trato por parte de él, eran parte de la rutina—. Desde el principio.

—¿Otra vez? —pregunto Mabel, evidentemente cansada.

—Sí, y lo harán hasta que sea lo suficientemente decente para el día de hoy.

—Pero necesitamos arreglarnos para el show y descansar un rato —agregué, necesitaba un rato para mí antes del espectáculo.

—Bueno —cedió, hasta él era consciente que si el show iba a salir bien necesitábamos descansar y ducharnos—, una vez más y sino son una desgracia, tienen el resto de la tarde libre hasta antes del show.

Repetimos la rutina una vez más desde el principio y al parecer salió bien, porque no nos detuvo a llamarnos fracasado ni una sola vez.

—Bien pueden retirarse —comenzamos a irnos—, espera tú Dipper, tú practicarás unas veces más.

—¿Por qué? ¿Qué hay de Mabel?

—Ella no será el espectáculo principal de hoy —Mabel sonrió con suficiencia—, así que practicaras tu número un rato más.

—Adiós hermanito —salió con una sonrisa burlona.

Odiaba ser el evento principal de la noche, tenía que cantar y tocar el piano frente a todos, y no es que me molestará hacer ninguna de las dos cosas en público, me molestaba el hecho de que mi tío Ford me exigiera más por lo mismo.

Practiqué casi una hora más hasta que, finalmente fui "libre".

Media hora antes de que el show empezará ya estaba listo, tenía mi habitual traje de La Tienda de la Telepatía, con la reliquia familiar colgada al cuello, Mabel usaba uno idéntico sólo que, en el cabello, la hora estaba cerca así que me dirigí al escenario.

Comenzamos a hacer las típicas "predicciones" de siempre. Problemas de dinero, dramas familiares, depresión... siempre había algo.

—Ustedes son geniales —gritó una mujer entre la multitud y fue ahí cuando me percate de una persona de particular cabello azul, estaba sentado junto a la mujer que había gritado y a su lado estaba Pacifica Pines, puntual cómo siempre, o al menos así lo era para el show.

Extrañamente, era en lo único en lo que el Cipher menor era puntual.

—Ustedes lo son adorado público —grito Mabel, lanzo un beso y un guiño, el público enloqueció—, y cómo es una noche especial... Dipper les tiene una sorpresa, ¿no es así hermanito? —me sonrió con ironía, pero fui el único que lo noto.

—Así es, querido público —me quité la capa que solía usar y sonreí a la audiencia—, prepárense para asombrarse —dirigí fijamente mi mirada a Will, era evidente que lo noto porque bajo la mirada avergonzado.

Me senté en el piano que estaba al fondo del escenario, que hasta el momento había estado escondido detrás de un telón, acomodé mis manos y antes de empezar agregué:

—Se la dedico a alguien especial de la audiencia —reí ligeramente—, por la respuesta que siempre le debe al maestro, que yo siempre termino respondiendo y ya sabes lo que dicen, hacemos un buen equipo —solté una genuina risa, mientras él se sonrojaba furiosamente, volví a sonreír, esto era divertido.

Empecé la canción, una pieza que me gustaba bastante, mis dedos recorrían un camino por las teclas, mismo camino que había recorrido un montón de veces en el último mes. Varias personas contuvieron el aliento, pero traté de centrarme en la música que mis dedos creaban, varias personas gritaron y aplaudieron, les encanto, evidentemente.

—Damas y caballeros... ¡mi hermano!

—Gracias a todos por venir hoy —me levanté y me paré junto a Mabel.

—¡Somos los gemelos Telepatía y espero que hayan disfrutado del show, nos vemos la próxima! —dijimos Mabel y yo al mismo tiempo, como cada semana en el centro del escenario cada uno haciendo una reverencia a la audiencia, sonreímos una última vez y el telón se cerró, las sonrisas desaparecieron casi al instante.

—Bien perdedora, tengo asuntos que resolver, nos vemos en la cena —dije saliendo de ahí.

—Cómo si me importará.

Salí de la Tienda y comencé a buscar al chico al que le había dedicado la actuación... William. Pero en cambió me topé con la molesta chica de mi clase de biología, ¿cómo se llamaba? ¿Martha? ¿Meredith? Algo así.

—Dipper —intentó abrazarme, pero me alejé antes—, ¿nos vamos ya?

—¿Irnos? —respondí confundido—, ¿a dónde?

—Pues a comer tontito —dijo con un tono meloso—, ¿no lo recuerdas? Me lo prometiste a la salida.

—Mmm... honestamente no me acuerdo y lo siento mucho —traté de usar el tono más educado que podía—, y no quiero ser descortés —sólo quería quitármela de encima—, pero no estoy interesado en salir con alguien por el momento, me siento halagado, pero no creo que lleguemos a algo y no me gustaría que te ilusiones y pierdas tu tiempo.

—Claro, está bien —dijo evidentemente dolida—, nos vemos luego.

Se fue totalmente indignada. No podía importarme menos.

Seguí buscando a Will con la mirada, lo encontré siendo empujado hacia mi dirección por Pacifica Pines, se detuvo de golpe cuando lo notó, así que decidí acercarme yo. Comenzamos a hablar entre los tres hasta que mi hermana apareció y se llevó a Pacifica con ella, actuando tan melosa cómo siempre cuando estaba con algún Pines, hablamos un poco del comportamiento de Mabel, nada relevante.

—Sí, sí... ahora vayamos al grano —dije, diablos realmente tenía muchas ganas de decirle que siempre lo veía venir, pero algo me decía que no lo hiciera—, si te soy totalmente honesto, jamás me esperé verte por aquí — así que mentí...—, nunca creí que Bill te dejaría venir.

—Yo no necesito pedirle permiso de nada a Bill —replico, lo miré sorprendido—, bueno... eh... él en realidad... no sabe que estoy aquí —susurró evidentemente avergonzado—, me mataría si se entera.

—Pues supongo que tendremos que ver que no se enteré —le sonreí, había algo en su comportamiento que a veces me hacía pensar qué...—, eso no responde que haces aquí William, eres bueno desviando las preguntas, pero yo lo soy más recuperándolas.

—Emm... sí... yo pasaba por aquí y... me acordé que hoy tenían show, y supongo que me dio curiosidad así que entré, lo siento —no pude evitar soltar una carcajada, ¿por qué se disculpaba por algo así?

—Eres la única persona que se disculpa por asistir a un show —se sonrojó.

—Lo siento —volvió a decir y bajó la cabeza.

—Deja de disculparte idiota —Will alzó la cabeza, le sonreí—, ¿entonces vinieron porque no tenían nada mejor que hacer?

—En realidad, vine a verte —no pude contener la sonrisa que se formó inconscientemente en mi rostro.

—Me alegro de oír eso —conteste y él me sonrió de vuelta.

La gente estaba a nuestro alrededor, entusiasmada por el espectáculo y las "promociones" que había el día de hoy, pero honestamente yo sólo quería largarme de ahí por un muy buen rato.

—¿Qué te parece si vamos a comer a algún lugar para celebrar? —solté de la nada.

—¿Celebrar qué? —preguntó sorprendido.

—Pues verás William —continué—, durante más de un mes tuve que ensayar esa jodida canción durante más de una hora y ahora finalmente soy libre, eso merece celebrar.

—Pero valió la pena —contesto apenado.

—¿A qué te refieres? —pregunté confundido.

—Es mi manera de decirte que tocas bien —dijo tímidamente.

—Claro —sonreí con autosuficiencia—, ¿hay algo que no pueda hacer bien? —sonreí con orgullo, volvió a rodar los ojos.

—Supongo que tendré que averiguarlo —contestó riendo ligeramente.

—Bueno —dije en serio queriendo salir de ahí—. Entonces ¿vamos a comer? —él asintió.

Sí, definitivamente... había algo en ese chico.

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