━ CAPÍTULO TRECE
༻ book one, present:
a history of venus argent ༺
chapter thirteen
❛ LA CITA OFICIAL ❜
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Venus no sabía lo difícil que era estar sin su impronta hasta que lo experimentó de primera mano esos últimos días. Ahora podía entender como se había sentido Sam cuando tuvo que permanecer alejado de Emily, ella al menos tenía la ventaja de que Paul vivía en la reserva y podía visitarlo continuamente.
El día de la cita llegó más rápido de lo esperado, para su buena suerte, y aunque quería tener en secreto el hecho de que iba a salir con Paul de manera oficial, eso no pudo lograrse porque sus pensamientos parecían ser lo más interesante que encontraban Sam y Jared cada vez que se transformaban. Los dos chismosos lo descubrieron a tan solo un día de haber fijado la fecha de la salida con su impronta.
De igual forma, Sam no pudo evitar contárselo a Emily y Jared a Kim. Así que, Venus tuvo unos cortos momentos en donde se pudo sentir como una adolescente normal con sus dos amigas (porque sí, Emily ya no era la ladrona de novios, ahora era su amiga), contándoles a ambas lo nerviosa e ilusionada que estaba por tener una cita con la persona que le gustaba.
Cuando el sábado llegó, Venus no pudo evitar tener un momento reflexión (otro más en ese mes) en donde se acostó boca abajo en su cama y se quedó ahí por lo menos tres horas, pensando en como la transformación había cambiado por completo su vida. Sus amigos, sus tardes, sus gustos... Todo cambió por esa incursión al bosque y no iba a decir que se arrepentía, para nada, jamás se sintió tan feliz como en ese momento.
—¿Otra noche libre? —preguntó Sam, mientras salían del bosque. Venus le dio una sonrisa de inocencia—. Con esta serán cinco noches seguidas en las que no nos acompañas en las guardias.
—Fuiste tú quien me dijo que debía pasar tiempo con mi impronta —se defendió—, Paul sigue sin ir a clases, verlo por las noches es el único momento en que puedo hacerlo.
—Jamás pensé que llegaría el día en que tú quisieras ver a Paul —rió Jared, saliendo detrás de unos árboles mientras se colocaba bien su pantalón—. Es que crecen tan rápido.
Venus rodó los ojos ante el dramatismo de Jared de pasarse la mano por la mejilla, haciendo como que se secaba unas lágrimas. Sam rió.
—Bien, ve —respondió—. Pero al menos espero que hoy lo beses.
—¡Sam!
Las carcajadas de Jared y Sam no se hicieron esperar, Venus bufó ante eso. Para ellos, ella estaba siendo bastante lenta en cuanto a avanzar en su relación con Paul, estaba claro que ambos se gustaban y ninguno de los dos entendía el porque aún no estaban juntos de manera oficial.
Venus sólo les respondió: «A ver, Sam, conquistar a la prima de tu ex es bastante fácil, sólo debes replicar lo que hiciste con Leah», y se ganó un regaño por parte de su alfa, mientras que a Jared le dijo: «Bueno, Kim estuvo enamorada de ti desde primer año, obviamente no iba a desperdiciar la primera oportunidad que tenía», y eso le hizo ganarse un golpe de su amigo; pero para ella fue la señal ganadora de la discusión.
Tonto<3
¿Sigue en pie lo de esta noche, Júpiter?
Venus
Sabes que sí
Me has rogado mucho, imposible dejarte plantado
No eres graciosa
Bien, paso por ti a las ocho.
Venus frunció el ceño, sus padres iban a estar en casa esa noche y por nada del mundo quería que Paul se encontrara con ellos antes de tiempo, en realidad no quería que los viera nunca. Suspiró y envió su respuesta.
Venus
No te preocupes, nos vemos allá.
Ni sabes a donde te voy a llevar.
Encontrémonos en la tienda de antigüedades.
Supongo que la conoces.
Lleva mi apellido, es obvio.
Ya vendrás buscando trabajo y te diré que no.
Tu padre me dijo que había un puesto para mi si lo quería.
Solo tenía que despedir a su malhumorado trabajador.
Así que ve buscando otro trabajo.
No sé como vamos a tener una cita.
Si te detesto.
Estás irremediablemente enamorado de mi.
En eso tienes razón, cariño.
Nos vemos allá.
—Por la luna, son tan cursis.
Venus pegó un salto al escuchar a Jared a su lado, le pegó un golpe al verlo con la mirada fija en su teléfono y de inmediato lo escuchó reírse.
—Es increíble que sean tan cursis ustedes dos —continuó Jared—, y yo que pensaba que serían la típica pareja que siempre anda discutiendo.
Venus rodó los ojos.
—¿Celoso porque Paul y yo somos mejor pareja que tú y Kim?
Jared bufó, ambos escucharon la risa lejana de Sam.
—Lo estaría, si tan solo fueran una verdadera pareja.
—Ouch —dijo, fingiendo dolor—. Eso fue un verdadero golpe bajo, Romeo.
Jared intentó pegarle, pero Venus pudo esquivarlo con gracia. Entre risas, le gritó a Sam una vaga despedida y dirigió su atención en caminar hasta su casa, había soportado a esos dos tontos bastante por ese día y ahora tenía cosas muchos más interesantes de las cuales preocuparse.
Esperaba tener una tarde tranquila antes de su cita, pero desde que se transformó su vida era de todo menos de esa manera. Fue aún peor cuando el ruido de voces conocidas llegó a ella cuando estaba a unos metros de su casa, contuvo sus ganas de rodar los ojos al ver a Jules hablando con su madre justo en la puerta.
Se preguntó mentalmente si el hecho de que hubiesen sido amigas desde niña justificaba la ligera obsesión que estaba teniendo con ella. Hasta le estaba pareciendo ridículo, no podía soltarla, ni seguir con su vida, sabía que la manera en la que se alejó fue extraña; pero eso no parecía ser excusa para todo lo que la chica estaba haciendo.
Se planteó rodear la casa y entrar a su habitación por la ventana, no le suponía ninguna complicación; pero fue demasiado tarde cuando su madre de repente alzó la mirada y la vio. La idea de salir corriendo sin importarle haber sido notada, también le agradaba.
—¡Venus! —gritó su madre. Bufó, arrastrando sus pies hasta acercarse a ellas.
Jules tenía una sonrisa altanera, como si le hubiesen anunciado que había ganado algo de gran valor. Venus reconocía ese gesto, su ex amiga lo solía utilizar mucho en el pasado cuando le informaban que a Sam le iba mal en la vida.
—¿Qué? —le gruñó. Su madre le echó una mala mirada.
—¿Por qué no me habías dicho que terminaste con Quil? —La voz melosa de su madre le dio escalofríos. Venus se encogió de hombros—. ¿Y cómo es eso que has terminado también tu amistad con Jules y Jacob?
Soltó una risa burlona y miró a Jules.
—¿Viniste a acusarme con mi madre? Y yo que pensaba que no podías ser más patética.
—¡Venus, respétala!
—¡Fue por tu bien! —le gritó Jules, echándole una rápida mirada a su madre—. ¡Estás cambiada y actúas extraño! ¡Terminaste con Quil y te juntas con Sam y Jared! ¡Me pegaste en el instituto!
—¡Y ahora tengo ganas de pegarte aquí!
—¡Venus! —regañó su madre.
Venus suspiró, cerrando los ojos y colocando las yemas de los dedos en el puente de su nariz, usualmente tenía poca paciencia y eso solamente disminuía con las dos personas frente a ella.
—Tú —señaló a Jules—, deja de estar obsesionada conmigo. Sigue con tu vida, loca. Y tú —Ésta vez señaló a su nadre—, antes no te importaba mi vida sentimental, ahora no finjas que te interesa. Permiso.
No esperó ni una respuesta de esas dos mujeres cuando se abrió paso entre ellas y se adentró en su casa. Escuchó los gritos de su madre llamándola para que volviera, pero no les dio importancia y la calló cuando azotó la puerta de su habitación.
—No te ves muy feliz.
—¡Mierda! —gritó, pegando un salto al ver a la persona sentada en su cama—. ¿Qué haces aquí, Jared? Pensé que te había dejado con Sam.
—Sí, pero fue inevitable para mi no venir a ayudarte con tu cita. Es importante para mi que todo salga bien.
Venus rodó los ojos.
—¿En qué te afectaría a ti mi cita?
—Duh, si algo sale mal y ustedes terminan mal, eso me pondría a mi en una mala situación al tener a mis dos mejores amigos enfrentados.
—Como hacer que las cosas se traten de ti, versión Jared —bufó—. ¿Y qué planeas? ¿Elegir mi atuendo?
—Si piensas ir así —la señaló—, es obvio que necesitas ayuda —Venus rodó los ojos—. Aunque, vas a salir con Paul, a ese tonto le gustas de cualquier modo.
Rodó los ojos ante esa afirmación, pero no pudo evitar que una repentina sensación de orgullo revoloteara dentro de ella. Una sonrisa apareció en su cara, demostrando lo feliz y plena que se sentía por ese hecho y no era más que la verdad, amaba sentirse así.
—Bueno, ya que estás aquí vas a darle tu sincera opinión sobre lo que usaré en mi cita.
Jared bufó.
—Haré lo que pueda, pero los milagros no son lo mío.
—No eres gracioso.
Su amigo le dio una sonrisa, al mismo tiempo que entraba al armario para empezar a sacar su ropa y colocarla en la cama. Si Jared quería ayudarla a arreglarse para su cita, ¿quién era ella para impedírselo? Claro estaba que habría preferido mil veces a Kim en su lugar, por una cuestión de estilo sobretodo.
Una hora y media después estaba lista, Jared no había sido de mucha ayuda y ella sola había escogido su outfit perfecto para su cita, o esperaba que fuera así porque no tenía idea alguna de a donde la llevaría Paul.
Jared silbó.
—Ve por él, loba —Aplaudió su amigo con entusiasmo. Venus le dirigió una mirada divertida.
Alisó la falda con las manos, era una gran amante de esa prenda de ropa y, sin llegar a presumir, le gustaba utilizarla debido a su altura. Su largas piernas la hacían lucir increíble.
—No hagas nada de lo que yo haría en una primera cita —le dijo Jared.
—Asco —bufó, con diversión—. Yo no quiero imaginar eso.
—No lo hagas —Se encogió de hombros—. Buena suerte, Vinny.
Venus le dio una última sonrisa a Jared antes de respirar profundamente, tratando de calmar sus nervios, y abrir la puerta para salir de su habitación a modo de poder asistir a la cita que había estado esperando desde hace algún tiempo con su impronta.
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Venus vio la hora en su reloj, estaba llegando justo a tiempo. Ella era una persona responsable que no le gustaba llegar tarde y prefería esperar a que la estén esperando, así que no le molestaba estar apoyada en la pared del local contiguo a la tienda de antigüedades de los Lahote.
A pesar de que la mayoría de locales de esa calle estaban cerrados, el lugar no estaba tan solitario ni oscuro como esperaba. Las personas caminaban de aquí para allá como si fueran las cuatro de la tarde, hasta vio a varios de sus compañeros de clases pasearse por ahí y echarle varias miradas raras.
Venus sabía que tener al cine a solo unos metros de distancia era la razón de eso, también se podía deber a la película en estreno que absolutamente todos querían ver.
—Venus.
Argent despegó la mirada de su teléfono y la fijó en la persona que la llamó. Apretó los labios al ver a Quil frente a ella luciendo algo incómodo, aunque se alegró de no ver a ninguno de los gemelos Black cerca.
—Hola, Quil —saludó, con media sonrisa—. ¿Qué tal?
—Todo bien, iba a ver una película con unos amigos. ¿Y tú? ¿Esperas a alguien?
Le dio una sonrisa rápida para darse más tiempo de responder, era evidente que no iba a decirle que estaba esperando a Paul Lahote, alguien que le cae mal, para tener una cita. No era algo que pudiera confesarle a su ex, con el cual terminó no del todo bien y del que sospechaba que todavía la quería. A pesar de todo, no era tan cruel, o al menos no con él.
—¡A Jared! —soltó, con nervios—. Dijo que iba a comprarle algo a Kim para celebrar que ya llevan algunas semanas saliendo.
—Oh, bien. ¿Y Sam no vino con ustedes?
Venus conocía tan bien a Quil como a la palma de su mano, su voz salió con tono celoso disfrazado de un falso desinterés. Eso le causó un poco de gracia, para todos los que la conocían sabían de su para nada pequeña fijación por Sam y que ahora esté siguiéndolo cual cachorrito perdido solo daba rienda suelta a las personas a pensar que su sueño se había hecho realidad.
Quil en su relación jamás dijo nada sobre eso, pero Venus sabía que tampoco se sentía del todo cómodo con que ella tuviera un ligero crush con Sam, así que podía entender si en ese momento (después de terminar) él se sintiera celoso.
—No, no —rió—. Sam está con Emily, su pareja. Al parecer él también necesita un tiempo lejos de nosotros, ¿puedes creerlo?
Su broma le hizo sonreír, parecía que su aclaración lo dejó más tranquilo. Se quedaron en silencio durante un rato, Venus sintiéndose realmente incómoda y esperando que Paul no tuviera la grandiosa idea de aparecer en ese momento.
—¿Y vas a ver la película de la que todos hablan? —me preguntó, tratando de sacar conversación—. ¿A qué hora inicia?
—En unos minutos —respondió Quil, mirando el reloj en su muñeca—. Creo que ya debería irme, espero que Jared no te deje esperado mucho. Te veo luego, Ven.
—Nos vemos, Quil.
Se despidieron y Venus no pudo sentirse más extraña. Las comparaciones eran horribles, pero ella no podía evitar hacerlas ahora, era muy diferente el como se sentía con Paul a como alguna vez se había llegado a sentir por Quil.
Ni siquiera el sentimiento más fuerte que pudo haber tenido por su ex novio se podía llegar a asemejar a lo que ahora sentía su corazón y todo su ser por Paul. Y no es como si esos sentimientos hubiesen aparecido así de repente en ella, no funcionaba así.
Sacudió su cabeza, observando a un nuevo grupo de chicos pasar frente a ella en dirección al cine y decidiendo que quería concentrarse en otra cosa para pasar el tiempo.
Una hora. Cinco mensajes.
Dos horas. Diez mensajes.
Tres horas. Quince mensajes.
Ya había perdido la cuenta de cuantas veces llegó a mirar su teléfono en busca de un mensaje de Paul en respuesta a los tantos que ella le había enviado. Sentía un nudo en la garganta, casi las once de la noche y ella seguía parada fuera de la tienda de antigüedades sin ninguna señal de su cita.
Su lobo se removía inquieto, Venus casi podía jurar que si llegaba a poner un poco más de atención podía escucharlo gemir de tristeza, como un perro cuando su amo le pisa una pata. Bufó, esa había sido una mala comparación, pero de alguna estúpida manera era la manera en la que se sentía.
Soltó un resoplido, mirando las luces de los faroles alumbrar la calle y por un momento quiso pegarse a si misma solo para que el tonto lobo dentro de ella dejara de gemir como un cachorrito abandonado. A pesar que él era el que dejaba fluir todo lo que ella estaba sintiendo.
Cuando su teléfono marcó que eran las once y media se dio cuenta que estaba en ese lugar por nada. Nadie iba a llegar y la cita por la cual estuvo tan emocionada esos días no iba a realizarse, el sentimiento de decepción y tristeza recorría todo su ser, y mientras guardaba las manos en sus bolsillo las ganas de vomitar se hicieron presentes.
Respiró profundamente, tratando de calmarse. Fue inevitable para ella no pensar en si había hecho algo mal. «¿Quizás fuimos muy rudas con él?», dijo una voz en su interior, Venus rodó los ojos, «No, no lo fuimos», se respondió a si misma.
Soltó una risa baja y sin gracia al darse cuenta que estaba hablando sola en su cabeza. Empezó a caminar en dirección a su casa, tratando de alejar todos los malos pensamientos y callar los quejidos de su lobo en busca de atención.
Su mente estuvo en blanco durante todo el camino, incapaz de procesar todavía lo que había sucedido. O bueno, lo que no había sucedido.
«Entonces es así como se siente una decepción amorosa», se dijo a si misma justo cuando visualizó su casa a unos cuantos metros. No le gustaba, la impotencia que sentía al tener que aguantar el nudo en su garganta para evitar que su tristeza siguiera floreciendo e, inevitablemente, las lágrimas salieran de sus ojos.
Venus sorbió su nariz al mismo tiempo que tomaba el picaporte de la puerta y la abría para entrar a su casa. Ya se sentía lo bastante mal como para hacerle caso a los gritos de sus padres, ni siquiera podía llegar a entender si era con ella o entre ellos mismos, no tenía mente para nada en ese momento.
—Esos malditos lobos...
Fue lo que escuchó de su madre antes de pegar el portazo a la puerta de su habitación y echarse en la cama. No tenía ganas de nada, ni siquiera de quitarse la ropa que tanto esmero escogieron ella y Jared, éste último no tanto, para su tan esperada cita, solo quería recostarse, arroparse y dejar salir todos los sentimientos que había estado guardando en su camino hasta ahí.
Unos aullidos empezaron a escucharse, Venus escondió la cabeza debajo de su almohada e hizo como si no los hubiese oído. Podía reconocer a Jared y Sam llamándola, pero no estaba de humor para soportarlos esa noche.
—No voy a ir —murmuró, para nadie en sí—. Aullen todo lo que quieran, no voy a ir.
Los dos aullidos se hicieron más fuertes, los gritos de sus padres también y Venus enterró más su cabeza en su cama. No le importaba nada más que el hecho que su impronta, la persona más importante para ella, la había dejado plantada.
—No voy. No voy. No voy.
Venus pensaba que Paul estaba igual de emocionado que ella por la cita, al parecer se había equivocado con él. Bufó, Sam la había dejado por Emily y ahora Paul le hacía esto, era definitivo decir que todos los hombres son iguales.
Los aullidos se hicieron aún más fuertes, casi podía escuchar la voz de Sam regañándola para que levante su perezoso trasero de la cama y fuera a reunirse con ellos. Su cabeza dolió más cuando ese ruido se unió con los gritos de sus padres, ambos también hartos de los lobos estaban empezando a gritarse, descargándose la frustración el uno con el otro.
—Los odio —bufó, a nadie en particular.
Se levantó de la cama, abrió la ventana y de un salto salió por ella transformándose, no estaba pensando de manera sensata como para preocuparse de que alguien la viera.
«¡Sam!», chilló, cual niña pequeña. «Hay que volver al plan original, en donde tú y yo nos casamos».
«Venus», dijo Sam, en un regaño.
«¿Puedes creer que ese idiota con malhumor me haya dejado plantada?», continuó como si nada, «Mi amor, te dije que no debíamos ver a otras personas, es hora de continuar con nuestro romance».
«Venus», rió Jared. Venus tampoco le hizo caso, mientras se abría paso a través del bosque, tratando de encontrarlos.
«Yo siempre supe que tú eras mi único amor, Samuel», siguió, pasando como si nada a través de los espesos arbustos, «La imprimación es una tontería que sólo te rompe el corazón, creo que debemos esperar a que cumpla los dieciocho para hacer la boda, ¿qué te parece? Así mis padres no pueden oponerse».
Otro aullido de escuchó, la risa de Jared era tan alta que le hacía retumbar la cabeza.
«¡Bien, ya está todo decidido!», aulló emocionada, Sam bufó, «Sólo debes hablar con Emily explicándole el porqué yo soy el amor de tu vida, mientras que yo le patearé el trasero a ese idiota con esteroides».
«Júpiter, yo no uso esteroides».
«Cállate, Paul», gruñó.
Venus tardó en procesar lo que dijo alrededor de tres minutos, casi podía ver lo engranajes de su cabeza trabajando para entender lo que sucedía. Se detuvo en medio del bosque, oyendo los regaños de Sam y la risa histérica de Jared, hasta que captó todo.
«¡¿Paul?!».
No escuchó respuesta de él, solo la voz de Sam en su cabeza mientras corría lo más rápido que podía a través del bosque para reunirse con ellos. Su alfa le narraba el como Paul se había transformado repentinamente por una pelea con su padre, si sus cálculos no se equivocaban había sido cinco minutos después de que ella saliera de los límites de la reserva para ir a su cita.
Llegó, totalmente cansada y jadeante, frente a Sam. El enorme lobo negro la miró con seriedad y el regaño por haber tardado no se hizo de esperar, Venus movió la cabeza quitándole importancia.
Venus iba a hablar, cuando un enorme cuerpo chocó contra ella haciéndola rodar por el suelo, tratando de quitárselo de encima. Bufó al sentir la mojada lengua de alguien pasando por todo su hocico y, justo cuando se fijó en los oscuros ojos de Paul, toda una nube de pensamientos vino a ella.
Volvió a sentir todo aquello que sintió ese día en el instituto cuando lo vio, pero ella sabía que no estaba imprimando de nuevo, sino que era él. Sabía que su vida estaba atada a la de Paul por la imprimación, pero esta vez era mucho más fuerte, las cadenas de acero que los juntaban, parecieron unirse por completo.
Justo como las piezas de un rompecabezas se unían para encajar perfectamente unas con otras, así lo sentía. Vio al lobo de pelaje gris plata echarse para atrás, sin dejar de observarla, confuso por esos sentimientos tan fuertes.
Venus se sintió aliviada por eso, reparando en que el miedo se había apoderado de ella cuando escuchó la voz de Paul, la duda sobre la imprimación se había implantado en su interior. Era bueno saber que así como ella imprimó en ese idiota, él lo había hecho con ella.
«¿Qué fue eso?», preguntó Paul, alterado y ansioso.
Venus no se veía capaz de responder, Sam fue quien lo hizo en su lugar.
«Conoces las leyendas, ¿no?», Paul asintió, «Bien, eso fue la imprimación. Venus es tu impronta».
«¿Eso en serio existe?».
«Te acabas de convertir en un enorme lobo gris, ¿y preguntas si la imprimación existe?», cuestionó Jared con ironía.
Venus rió y la oscura mirada de Paul volvió a fijarse en ella. Estaba segura que de estar en su forma humana, sus mejillas estarían adoloridas por su incapacidad de dejar de sonreír. En contraste, su forma lobuna no podía evitar dejar de mover la cola.
«Entonces, tú y yo somos la impronta del otro, ¿no?», preguntó Paul, acercándose a ella. Venus asintió. «Lamento haberte dejado plantada, cariño, pero me surgió un imprevisto sobrenatural».
Venus bufó, pasando la lengua por la cara de Paul. Le dio algo de risa todo el pelaje de color gris plata que lo cubría, debía cortarse el cabello pronto.
«No pasa nada, tu regalo de disculpa hará que olvide lo malo de esta noche», dijo.
Jared volvió a reír y Sam comenzó con toda su palabrería acerca del honor de la tribu y el hecho de que eran los protectores del pueblo, Paul se lo había tomado bastante bien, no al nivel de su amigo, pero mucho mejor de lo que llegó a pensar.
Pasarían unos días antes de que su impronta volviera a ser un humano, pero la forma en la que él se alegró al saber que ella era la responsable en acompañarlo durante esos días le dio un enorme alivio a su corazón.
Quizás la noche no había resultado en lo que ella esperaba, pero el solo hecho de que Paul se haya transformado en lobo y que ella resultara ser su impronta superaba cualquier cosa que hubiese podido ocurrir. Su vida estaba ligada a la de él y era un enorme agrado saber que su amor era igual de correspondido, la luna era sabia cuando de escoger pareja se trataba.
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Solo quiero que admiren el banner y la portada que hizo el amor de mi vida ( aka @mxrcem ) que quedó bastante hermoso y les anuncio que tiene un cover shop donde hace puro ✨ arte ✨
Ahora, adentrándonos al capítulo. Venus sufriendo su primera decepción amorosa :(
Also Venus enterándose que Paul también tiene el gen :)
Sé que la mayoría estaba esperando el momento en que Paul se transformara, no les voy a mentir yo también estaba ansiosa por esto jdkakd.
Me costó DEMASIADO poder terminarlo, en serio, sufrí un horrible bloqueo de escritor y eso combinado con el hecho de que ya llevo un año sin poder estudiar mi carrera por problemas económicos, me llevó a no poder escribir absolutamente nada.
Sin embargo ese episodio de final de temporada se terminó, esperando a que se renueve en unos próximos meses jajan't.
Diganme que tal les pareció el capítulo y que se esperan para los próximos. ¿Cómo piensan que será la relación de Venus y Paul ahora que ambos saben el secreto y son la imprimación del otro?
Valoren mi esfuerzo comentando y votando ✨
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