Otra cosa que no me pueden decir

W: ataque de ansiedad

El tiempo había pasado volando desde que Cassie se había rendido oficialmente.

Mayo y junio pasaron en un instante, la copa de Quidditch se la llevó Slytherin por muy poco, un mes después de eso la preparación para los exámenes y los mencionados llegaron antes del cumpleaños de Cassie día del banquete de fin de año y el año escolar terminó.

Para ese entonces los armarios estaban vacíos al igual que todo el castillo, todos los alumnos recibieron notas donde claramente les decían que no usaran magia durante las vacaciones y se subieron al tren.

Cassie, Lizzie, Lee, Fred y George se entretuvieron en el viaje de retorno a Londres, charlaron, rieron, comieron dulces y le preguntaron a Cassie si estaba bien porque se quedaba mirando fijamente a la ventana y se desconectaba de las conversaciones.

Y la respuesta a esa pregunta era que si, si estaba bien, cada vez que preguntaba lo estaba. Volvería a ver a sus padres y no se encontraba tan mal sobre ello como sus amigos creían, claro seguía sin saber muchas cosas pero no eran importantes, ya no más.

—Ya les he dicho estoy bien —contestó mientras bajaban del tren—. Estoy pensando en que debería mostrarle a mi papá primero cuando vuelva a casa, quiero que vea cuánto ha mejorado mi forma de volar.

—Que genial debe ser que un jugador de Quidditch te entrene —dijo Lee.

—Seguro que entrenar con tu papá será mil veces mejor que entrenar con Charlie —dijo Fred.

—Charlie querrá entrenar a las 6 de la mañana, mamá le gritara que es muy temprano, volveremos a la cama y entrenaremos en la tarde hasta que nuestros brazos sean inútiles —añadió George cuando llegaron a la salida del andén.

Un señor que estaba al otro lado dejándolos pasar de tres en tres, para no llamar la atención en el mundo muggle.

—Se ve que tendrán veranos agotadores —dijo Lizzie cuando ya estaban del otro lado de la estación.

—Si, pero valdrá la pena el próximo año.

—Ahí está mi papá, cuídate Cassie —le recomendó la rubia mientras abrazaba a su amiga.

—Lo haré, tú también.

—Nos vemos en dos meses.

—Hasta pronto Elizabeth —dijo Fred para molestar.

—Stupide photocopie —murmuró Lizzie y se marchó.

—¿Me dijo estupida fotocopia? ¿Qué es una fotocopia?

—Algo simple de explicar y complicado para que lo comprendas.

—Mi mamá está por ahí —dijo Lee—. Nos vemos, me escriben.

—Claro —respondió George—, y ahí están nuestras mamás.

—¿Será que ya están compartiendo recetas?

—Probablemente —respondió Cassie y se dirigieron hacia sus mamás.

—Niños finalmente están aquí, nos tenían preocupadas —dijo la señora Weasley cuándo llegaron, todos sus hijos ya estaban ahí, sólo faltaban los gemelos.

—Lo sentimos mamá —hablaron al unísono los pelirrojos—. Había mucha gente, ¿verdad?

—Si, había mucha gente señora Weasley pero ya estamos aquí.

—¿Podemos irnos ya? —preguntó Percy

—Si, si ya nos vamos, ¿tienen todas sus cosas? —preguntó la señora weasley a los gemelos y ellos asintieron—. Bien, un gusto verlas de nuevo.

—Igualmente —respondió la mamá de Cassie.

—Nos vemos en dos meses.

—Hasta en dos meses —respondió Cassie y la familia Weasley se marchó.

—¿Qué tal estuvieron los últimos días? —su madre preguntó mientras caminaban hacia la otra salida.

—Entretenidos, Slytherin ganó la copa de las casas y la de Quidditch, obtuve buenas calificaciones...omitiendo transformaciones y comí muchas papas fritas.

Me metí constantemente en pequeños problemas y en las cocinas —pensó Cassie.

—¿Y dormiste bien estos días?

—Si, muy bien de hecho.

Sobre todo en historia de la magia y una vez en la sección restringida de la biblioteca.

—Que bien, que bien —respondió evitando cualquier contacto visual con Cassie.

—¿Estás bien mamá?

—Si, ¿por?

—Luces nerviosa. ¿Algo pasó?

—Lo habláremos en la casa.

Cassie sabía muy bien que cuando un padre le decía a su hijo que hablarían en la casa era algo malo, algo muy malo y eso no le había pasado hasta ese día. Estaba ligeramente asustada, no iba mentir sobre ello, si sus padres se habían enterado sobre todo lo que ha pasado los últimos meses, no sabía qué les diría y de seguro ellos tampoco.

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Durante todo el camino a casa, Cassie estaba tratando al máximo que su cabello no delate su nerviosismo pero a pocos metros de su casa llegó a la conclusión de que probablemente sus padres no se habían enterado de todo lo que había hecho o de alguna cosa que hizo durante su año escolar, a menos que su abuela le hubiese dicho algo pero su abuela nunca la delataría.

Al llegar a casa su madre tembló ligeramente al poner la llave en la cerradura, abrir la puerta le costó dos intentos y al entrar lo primero que vio Cassie fue a su padre caminando de un lado al otro y a una mujer y una adolescente sentadas en el sofá de su sala.

—¡Llegaron! —exclamó papá con puro nerviosismo en su voz.

—Eh s...

—Ella son Andrómeda y Nymphadora —interrumpió a Cassie para presentarlas rápidamente antes de que preguntara—, mi prima y tu prima.

Cassie estaba incrédula, ¿acababa de conocer a alguien de mi familia paterna? ¿Su padre al fin le había presentado a alguien de su familia? ¿Esto es de lo que estaba nerviosa su mamá? Las preguntas la abundaban y su prima la sacó del estado en el que estaban.

—Hola, no me llames así por favor, dime Dora sí —dijo su prima con una sonrisa—. Te llamas Cassie ¿no?

—Si, así me llamó, un gusto, yo no... sabía que vendrían... —respondió aún incrédula.

A Cassie le costaba creer que su tía y prima eran madre e hija al verlas, Andrómeda o mejor dicho su tía Andrómeda se veía más seria, la mitad de su cabello está recogido de elegante y la otra suelto. En cambio su hija lo tenía de un rosa muy alegre y parecía cortado por tijeras para niños y se le veía muy bien.

—¿De casualidad eras la niña que siempre está con los gemelos Weasley y una niña rubia? —preguntó la pelirosa después de mirarla fijamente unos segundos.

—Eh sí... —respondió Cassie quien la miraba igual y se dio cuenta de que había visto a Dora en el castillo un par de veces—, ¿y tu eres la mejor amiga de Charlie, verdad? ¿Además eres metamorfomaga también, no?

—Si, es lindo conocer a alguien como yo y más saber que somos familia —respondió muy contenta.

—Sí es increíble —añadió la ahora casi rubia de la emoción, Cassie nunca había conocido a otra con metamorfomagia y que sean familia era algo aún más genial.

—Deberíamos ir a la cocina para traer lo qué preparamos —dijo sospechosamente su tía y fue a la cocina con su hija quien tenía cara de confusión.

—Bueno eso fue extraño —admitió Cassie sin pensar—, ¿eso tenía que ver con lo de "hablaremos en la casa", ¿o hay algo más?

Y después de que sus padres compartieran una mirada bastante larga según Cassie, su padre aclaró su garganta y habló.

—Nos iremos por un tiempo, no sabemos cuánto tiempo será...

—¿Qué? —interrumpió Cassie, no esperaba oír eso en todo el viaje a casa. No podían creer que hablaran en serio.

—Y por no saberlo exactamente —añadió su madre—, te quedarás con tus tíos y tu prima hasta que volvamos.

—¿Por qué? ¿Qué harán? ¿Por qué no puedo ir con ustedes?

—Cassie tienes seis años de educación por delante y...

—Puedo estudiar en la escuela que esté más cerca de donde vayan o en casa y pedir un permiso al ministerio o...

—Cassie has soñado por años en Hogwarts, volvimos a Inglaterra por ello, tú no querías ir a ninguna otra escuela.

—Si pero puedo hacer ese sacrificio, estaré bien con ello.

—Cariño no mientas, sabemos que no será así.

—En algún momento lo será, lo juro.

—Cassie eso no está a negociación, no dejarás Hogwarts por lo que haremos.

—¿Y qué harán? ¿Por qué tienen que irse? Aún no me responden eso.

—Es algo importante, muy importante y no queremos que...

—Que no vaya con ustedes porque quieren que vaya a la escuela lo sé —interrumpió rápidamente, Cassie estaba empezando a temblar—, pero siguen sin decirme el porqué de lo que está pasando.

—Es complicado Cassie y...

—Otra cosa que no me pueden decir... como todo lo demás —soltó sin siquiera pensarlo y ninguno de sus padres respondió lo cual la enojó bastante.

Cassie se paró bruscamente y subió a su habitación, sin mirar a sus padres, sin responder o voltear cuando decían que esperara y que hablaran al respecto, ellos la siguieron pero no la detuvieron en ningún momento, su padre evitó que su madre lo hiciera.

Muchas emociones negativas empezaban a apoderarse de Cassie, lo que no era nada bueno. Nada bueno podía salir de ella temblando violentamente mientras subía las escaleras, internamente se sentía así, externamente esperaba que no se viera como lo percibía. Estaba cerca de una explosión, los últimos meses había estado cerca de una por toda la frustración acumulada y ahora todo lo que había acumulado en el año estaba a punto de salir. Necesitaba calmarse antes de que todo llegará más lejos.

Se encerró en su habitación y fue directo al sillón que tenía al lado de la ventana, cerró las cortinas que tenía y se sentó abrazando sus rodillas para solo centrarse en su respiración, si la regulaba todo pararía y no perdería la calma, había hecho eso en los ahora tres años en los que no la había perdido, sin embargo en todas esas veces no había estado tan cerca como ahora.

¿Por qué se iban, que tenía que hacer, por qué ella no sabía nada al respecto? No estaba entendiendo el porqué de nada y como iba a entenderlo, nunca le decían nada, nada de nada.

—No, no te desvíes, no te desvíes —se regañó—, todo estará bien solo tengo que calmarme, solo tengo que respirar lentamente. Solo... tengo...que...respirar... Todo estará bien, todo siempre vuelve a estar bien.

Cassie era consciente de que repetir eso constantemente no haría que las cosas estuviesen bien pero de seguro en algún punto de las miles de veces que diría "todo estará bien" ya estaría calmada sin notarlo.

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NOTAS:

⩩ Lo que se viene es muchas cosas pero feliz... Feliz no es una palabra que usaría para describirlas.