007. The opportunities, the new beginnings, i like that
Las nuevas oportunidades, los nuevos comienzos, eso me gusta.
El año nuevo llegó en un pestañeo.
La mitad de la familia Stiles volvió a las ciudades donde vivían y para la alegría de Cassie su primo Connor se marchaba y su tía Natalie se quedaba en Nueva Orleans unos días más.
Todos lo años nuevos los adultos de la familia junto con los padres de sus amigos Ivy y Émilien festejaban el inicio de año en el bar de su tío Max, lo que significaba que Ivy y Émilien se quedaban con Cassie en la casa de su abuela hasta el día siguiente.
El reloj marcaba las once con cincuenta, los primos mayores de la familia Ezra y Andrew competían por alguna tontería en el jardín, mientras sus abuelos y su tía Natalie trataban de dormir al primo menor de la familia y Em, Ivy, Mia y Cassie comían helado con galletas navideñas en la antigua habitación de la castaña.
—Así que por lo que me cuentan sus vidas son increíbles. Están en las casas de Ilvermorny que querían, les va bien en la escuela y tienen más amigos —no les mienten u ocultan cosas entre otras situaciones pensó Cassie.
—Increíbles, es muy fuerte, pero omitiendo mis castigos por tardanza y llevar el uniforme mal —dijo Ivy.
—Y que aún me confundo con algunos salones, se podría decir que nuestras vidas son buenas —añadió Ém.
—Mejores que mi vida, de seguro.
—¿Hogwarts no cumple con tus expectativas? —preguntó Ém.
—No, si cumple con todo lo que me contaron y más —respondió Cassie—. Pero... Mia, ¿no quieres ir con tu mamá?
—¿Por qué no puedo oir? Yo también quiero saber sobre Hogwarts —dijo Mia.
—Porque eres muy pequeña para entender estas cosas de niños grandes —le respondió Ém.
—Mi mamá dice que no hay que llamar a alguien muy pequeño para entender, la edad de alguien no define su comprensión.
—Vamos a hablar de cosas aburridas Mía —dijo Cassie.
—Bueno entonces ustedes salgan yo quiero seguir jugando con tus muñecas —respondió la niña de cuatro años.
—Tiene un punto —la apoyo Ivy—. Vamos a la sala o a la habitación de tus padres.
—Vamos a la habitación de mis padres —respondió Cassie y antes de salir detrás de sus amigos se giró a su prima—. Mia no te comas todas las galletas.
—No te prometo nada —respondió Mía y se comió otra.
Mientras la menor de la casa disfrutaba de los juguetes antiguos de Cassie y las galletas navideñas, la castaña le contó todo a sus dos amigos de la infancia, desde lo que pasó cuando llegó su carta hasta sus últimos días, el comportamiento extraño de sus padres, cada reacción ante su llegada a Hogwarts, como no encontraba nada de su familia paterna, entre otras cosas más amenas.
—Así que varias personas y fantasmas de tu escuela empezaron a susurrar en la ceremonia de selección y ¿crees que es por tu familia paterna? —resumió Émilien.
—Pues sus padres actuan raro, una chica malvada la mira horrible y usó su otro apellido de manera despectiva, lleva como cuatro meses tratando de saber algo y casualmente los anuarios de los últimos cien años no existen —añadió Ivy—. Definitivamente hay algo con su familia paterna, ¿qué no se suponía que de los tres eras el listo?
Ivy tenía razón, ella, Émilien y Cassie crecieron juntos, cuando los padres de la última llegaron a Nueva Orleans su madre comenzó a trabajar con la madre de Émilien y su padre ayudaba al padre de Ivy. En todos esos años Émilien ha demostrado ser el más inteligente de los tres.
—Sigo siendo el más inteligente de los tres pero no soy paranoico, debe haber un motivo racional para lo qué pasa.
—¿Y qué son estas pruebas? ¿Coincidencias?
—Si —Ivy rodó los ojos y Ém miró a Cassie—. ¿Por qué no mejor les preguntas directamente todo?
—Lo intenté en el verano, traté de hablarlo con mi madre pero se daba cuenta de que quería hablar y cambiaba de tema.
—¿Y por qué no hablas con tu padre?
—Porque lo escuché decir que no me lo diría nada —respondió Cassie—. Y está evitando que le pregunte cualquier cosa a la tía Nat. Ninguno me dirá algo.
—No seas miedosa y pregúntale —dijo Ém.
—¡Yo no tengo miedo! —exclamó Cassie—. Y quiten esas caras.
—Entonces quita la cara que pusiste a los seis cuando fuimos al zoológico y estuvimos cerca de las aves.
—Eso ya lo superé, ahora me acerco a las lechuzas sin problemas —eso sería una mentira si lo hubiese dicho a inicio de año, Lizzie les daba sus cartas a las lechuzas pero ya no más... no todo el tiempo al menos—. Y como dije no tengo miedo.
—¿Entonces?
—Voy a encontrar las respuestas a mis dudas por mi cuenta.
—¿Y cómo te está yendo con ello? —preguntó Ém conociendo la respuesta—. Cassie solo tienes que preguntarle y resolverá todas tus dudas.
—¿Y si no?
—¿Y qué hará cuando preguntes? ¿Huir e ignorar que lo hiciste? Cassie tu papá es un adulto, se supone que es una persona madura.
—Sí pero él ha estado evitando que pregunte, Ém —recordó Ivy—. No creo que sea mala idea que tu busques respuestas, esos anuarios que buscan deben estar en algún sitio, tal vez están ocultos en alguna sección con libros que no tienen nada que ver.
—Pues le tomará una eternidad revisar cada sección de su biblioteca porque seguro es igual de inmensa que la nuestra.
—Que pesimista eres Émilien.
—Y tu muy fantasiosa Ivy
—¡Qué hacen aquí! ¡No ven que es medianoche y hay fuegos artificiales afuera! —exclamó Ezra desde el pasillo parando la discusión de los amigos de Cassie—. ¿Por qué no oigo fuegos artificiales acá arriba?
—Porque silencie el piso de arriba para que tu primo pudiera dormir y lo despertaste genio —explicó su tía Nat con su hijo recién nacido llorando en sus brazos
—Ay perdón tía Nat.
—Ahora tengo dormirlo de nuevo, muchas gracias. Bajen mientras trato de que se duerma y feliz año nuevo, no corran en las escaleras.
—Feliz año nuevo —respondieron todos y salieron al jardín donde los fuegos artificiales y felicitaciones de las otras casas se escuchaban con fuerza.
—¿Recuerdan que cuando éramos más pequeños pensaba que año nuevo era horrible? —preguntó Ivy.
—Si, odiabas estar lejos de tus papás y los ruidos.
—Ya no me parece tan horribles. El año nuevo tiene su encanto, los fuegos artificiales, los momentos con amigos y familia, las nuevas oportunidades, los nuevos comienzos, eso me gusta. Pero si los fuegos artificiales hicieran menos ruido me gustaría más esta festividad.
—A mí también —añadió Ém—. Y sigo sin entender como el ruido que más te molesta es el ruido del cristal chocando de las copas cuando las personas realizaban un brindis.
—Yo tampoco lo entiendo —mintió Cassie quien tapaba sus oídos con sus manos, ella y toda su familia sabían muy bien el porqué.
—Y tampoco entiendo por qué te gusta celebrar año nuevo si siempre te pones así.
—Porque me gustan ver los fuegos artificiales —respondió admirando los últimos fuegos artificiales de la noche.
─── ・ 。˚𖤐: .☾︎⭒☽. :𖤐˚。・ ───
Los últimos días en las vacaciones con su familia Cassie quiso armarse de valor y hacerle caso a Ém y preguntarle a su padre directamente, pero la apreciación de Ivy le hizo notar que no valía la pena intentarlo, su padre había evitado que le preguntara a su tía y a su madre desde la llegada de su carta.
Entonces Cassie subió al tren segura de la decisión que había tomado, ella encontraría la respuesta por su cuenta... bueno no, lo haría con la ayuda de Lizzie, quien llegó a la estación bastante contenta con un gatito en su brazo.
—¡Mira lo que me regalaron! Siempre quise un gatito y ahora tengo esta hermosura —dijo Lizzie emocionada en el momento en el que vio a su amiga.
—¿Cómo se llama? —preguntó Cassie acariciando a su gatito con el meñique.
—Lil por Lilith, mi madre siempre ha odiado ese nombre así que la pondría furiosa aunque también pensé en ponerle Jud por Judas pero tal vez sale traicionero así que mejor no.
—¿Por qué tu mamá odia esos nombres? —no pudo evitar preguntar, la rubia solo mencionó a sus madre una vez y lo segundo que Cassie sabía de ella era que odiaba unos nombres.
—¿Qué?
—Dije que ¿por qué tu mamá odia esos nombres?
—¿Hable sobre mi madre?
—Si, de hecho esta es la segunda vez que la mencionas en lo que va del año.
—No me di cuenta que la mencioné —murmuró no lo suficientemente bajo y luego respondió—. Mi madre es muy religiosa, extremadamente religiosa como para repudiar a su familia por ser brujos y a los gatos negors como si eso fueran cosa de satanás.
—¿Y como vive el hecho de que seas bruja, tengas un gato negro y se llame Lil por Lilith?
—No sabe que existo, mejor dicho no recuerda que existo, porque cuando supo que era bruja no lo tomo bien y ahora todo es fantástico. ¿Y qué tal tus vacaciones, supiste algo de tu familia?
—Lizz... —Cassie quiso decirle que eso no sonaba nada fantástico pero la rubia la interrumpió.
—¿Así que nadie te dijo nada? —interrumpió rápidamente después de meterse en la cabeza de su amiga—. Entonces volveremos a la biblioteca el lunes, ¿te parece?
Muchas dudas habían invadido la cabeza de Cassie y cómo Lizzie revisaba las vacaciones de su amiga con su legeremancia no pudo esquivar las dudas y las respondió.
—No me interesa que será de la vida de mi madre, te lo juro Cassie. No le gusta que sea una bruja, perfecto no tiene que recordarlo, ella debe ser feliz esté donde esté y mi vida es mejor sin ella no la necesito, nunca la necesitare.
Cassie no sabía que decirle al respecto, se preguntaba ¿cómo pudo haber reaccionado su madre para que eliminaran la existencia de Lizzie de su cabeza?
—Algún día te responderé esa pregunta pero hoy no ¿si? —dijo Lizzie quien claramente aún podía oír lo que su amiga se preguntaba.
—Lo siento, no debí seguir pensando en eso —se disculpó Cassie—. Y no tienes que hacerlo si no quieres.
—Ya veremos.
☾︎✵☽︎
NOTAS:
⩩ Este capítulo igualmente tendrá su versión en RED.
⩩ Ivy y Émelien son dos personajes que no tienen demasiada relevancia pero aparecerán en el futuro.
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