Halloween

Habían muchas cosas que Fred esperaba hacer en Halloween y entre esas cosas no estaba terminar en un salón vacío oliendo a bomba fétida junto a su hermano y su amiga, la cual mantenía una buena distancia de ambos.

—Me gritaron "Cassie, Cassie, Cassie" y me jalaron del brazo supongo que para saber cómo llegaron a esta situación, ¿verdad? —dijo Cassie ya dentro del salón y a una buena distancia.

—No gritamos, solo hablamos muy alto y con mucha emoción —dijo Fred enfatizando las últimas palabras—. Y si, si es para saber cómo llegamos a esto.

—Si me gritaron, ¿y por qué huelen a bomba fétida? —preguntó tapándose la nariz y alejándose más.

—Pues todo empezó esta tarde —empezó Fred pero Cassie lo interrumpió.

—¿Hay una historia detrás de esto?

—Si, una bonita y corta—respondió George prosiguió con la historia—. Hoy al ser Halloween un día increíble para hacer muchas cosas como; dar un par de sustos y hacer unas cuantas bromas, sentir el aroma a calabaza todo el día, pedirle muchos dulces deliciosos a nuestra mejor amiga ya que su abuela le manda montones, entre otras cosas.

—Y todo eso casi termina arruinado por nuestro queridísimo hermano Percy.

—No debiste comprarles esas cosas Charlie, los incenti... —imito George a Percy.

—No empieces Percy, ya puedes darnoslas Charlie, por favor, por favor —interrumpió Fred tal como lo había hecho más temprano.

—Úsenlas con sabiduría muchachos —George imitó a Charlie dándole a su hermano el pergamino que tenía en manos como si fuese una bomba fétida.

—Le agradecimos por ello y nos fuimos corriendo muy listos para usarlas mientras Percy gritaba que no hiciéramos nada y Charlie le decía que nos deje en paz.

—Eso explica cómo las consiguieron las bombas fétidas, no qué pasó con ellas.

—Ya vamos a llegar a ello, impaciente, luego fuimos al pasillo más cercano y nos pusimos a pensar.

—¿En quién y dónde las usamos primero? —preguntó George como hizo en el pasillo.

—Se la podríamos lanzar a Montague es insoportable en vuelo solo porque a él le toca las escobas buenas e increíblemente puede subir se una, tal vez así se le bajaría un poco los humos.

—Buena elección —interrumpió Cassie—, lo siento continúen.

—Y podríamos usar un hechizo para lanzarsela desde aquí.

—Maravillosa idea George, me haces los honores.

—Por supuesto Fred, e hice el hechizo, la bomba fétida empezó a elevarse muy alto cerca de Montague.

—Solo un poco más a la izquierda, le dije y así lo hizo para luego dejarla caer exactamente a su lado.

—Para ese momento nos estamos riendo y muchos en el pasillo también, hasta que llegó detrás de nosotros el malvado señor Filch, tan tan tan —dramatizó al final George.

—Ustedes dos vendrán conmigo, miau.

—¿Filch dijo miau?

—Su gata dijo miau, estoy tratando de meterte en la historia, luego de hacer eso nos llevó a su oficina para amenizarnos con lo habitual...

—Castigo...

—De descuartizamiento.

—Y fue inevitable que viéramos en uno de sus archivadores un cajón en que ponía «Confiscado y altamente peligroso».

—George se encargó de distraerlo lanzando otra bomba fétida, yo abrí a toda prisa el cajón y agarré esto.

—¿Un pergamino doblado en mil?

—Fue lo primero que pude agarrar no seas exigente.

—Esto debe hacer algo sino no estaría en ese cajón, seguro que está encantado, porque si no, no lo habría confiscado y puesto ahí.

—Tienes un punto —dijo Cassie, agarró su varita y golpeó el pergamino—, debe ocultar algo, revelio.

—No pasó nada.

—Eso ya lo note, revelio —volvió a golpear y no pasa nada de nuevo.

—Revelio —dijo Fred y esa vez sí pasó algo.

«El señor Lunático presenta sus respetos al niño Weasley y le ruega que aparte su pelo de zanahoria de los asuntos que no le atañen.»

—Al menos esta vez hizo algo que te quitará la sonrisa arrogante de la cara —dijo Cassie riendo.

—Eso fue grosero, porque te ries George si somos iguales, técnicamente te insulta a ti también.

Y el pergamino no se detuvo allí, aparecieron más cosas escritas debajo de las primeras líneas: «El señor Cornamenta está de acuerdo con el señor Lunático y sólo quisiera añadir que el otro niño Weasley, fotocopia del anterior debería hacer igual.»

—Pero yo no toque nada, ni se te ocurra reírte Cassiopeia —debió decir eso más antes porque ya lo estaba haciendo—. O genial hay más.

«El señor Canuto quisiera hacer constar su estupefacción ante el hecho de que una niña que creyó que entrar a un bar a los siete sería una buena idea se considera lista.»

—¿Cómo rayos sabe lo del bar?

—¿Entraste a un bar a los siete años?

—Eso explica porque no creías que ibas a entrar a Ravenclaw —dijo Fred riendo.

«El señor Colagusano saluda a los niños y les aconseja que se bañen porque apestan, literalmente.»

—Bueno eso era cierto, el olor de la bomba se nos impregnó —dijo George oliendo su manga lo que de por si era innecesario ya que el olor era fuerte.

—No creo que Filch se guardase un pergamino que insulta porque sí —razonó Cassie.

—Y debe guardar algún secreto demasiado importante para decirnos de esa forma que nos apartemos de él.

—Y tiene mucha razón sobre lo de tomar un baño, deberían hacer eso ahora y luego seguir tratando.

—Pues sí tiene razón con eso, nos llevamos el pergamino para mostrárselo a Lee haber si a él se le ocurre algo.

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Tras varios minutos en las duchas el olor a bomba fétida por fin se les había salido completamente de ambos gemelos así que volvieron a examinar el pergamino. Tenían muchos libros de hechizos de sus hermanos junto con los suyos regados por las camas y ninguno de los hechizos que usaban servían, el pergamino solo seguía insultándolos.

—Tal vez hay que decir otra cosa para saber que dice, como una palabra clave y no hechizo —razonó Lee.

—Tiene sentido pero qué palabra puede ser, hay más de miles de millones de palabras.

Fred estaba por decir algo al respecto pero alguien tocó la puerta y ocultó el pergamino debajo de su almohada.

—Chicos abran la puerta, tenemos que ir al gran comedor —dijo Charlie antes de que lo dejaran entrar—, pónganse sus túnicas rápido ya tenemos...

—Oigan pueden devolverme mis libros —interrumpió Percy entrando a la habitación.

—También devuelvanme mis libros.

—Tomenlos.

—Bajen rápido —dijo Charlie y se fue a la sala común con Percy.

Los tres niños se cambiaron rápidamente, ocultaron muy bien el pergamino y bajaron con todos los demás al gran comedor.

Al entrar al comedor era notorio que las decoraciones eran muchas más que en la mañana, habían miles de murciélagos aleteando por todo el comedor, las velas ahora eran calabazas flotando y todas las demás casas ya estaban sentadas esperando que el banquete empiece.

En el banquete había tanta comida como en el de principio de año, los platos dorados de todos estaban repletos y muchos no tocaron el postre para cuando el banquete terminó.

Los prefectos empezaron a retirar a todos cuando Dumbledore dio la orden, y a la salida del comedor cuando Cassie corrió empujando a algunas personas para llegar hacia donde estaban Lee, George y Fred.

—¿Lograron algo?

—No, sigue haciendo lo mismo. Si logramos algo te avisamos.

Un prefecto le dijo que se uniera a los demás, así que Cassie en lugar de responder solo asintió y se fue a su sala común como todos los demás.

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El pergamino llevaba tres días consecutivos en medio de la habitación insultando a los tres Gryffindors tras cada palabra al azar soltaban.

—¿Juntó? ¿Jugar? —intentó George.

—¿Y si paramos? —preguntó Lee.

—Intentemos un rato más —respondió Fred y volvió a intentarlo—. ¿Jugo? ¿Juro?

El pergamino empezó a mostrar palabras y no fueron otros insultos, lo que apareció fue una pregunta; «¿Juras que?»

—¡Acabamos de descifrar una palabra!

—¡Al fin, progreso!

—Vayamos a contarle a Cassie, tal vez se le ocurre alguna palabra más —dijo Fred y todos se bajaron rápido las escaleras.

—¿A dónde van tan rápido? —preguntó Percy mientras pasaban por la sala común.

—No es tu asunto —respondieron todos y salieron al pasillo.

Después de buscar a Cassie por tres pasillos la encontraron saliendo de la biblioteca con su amiga Lizzie.

—Cassie, Cassie, Cassie —gritó Fred hasta que llegaron donde estaba—, ahorita te la regresamos.

—¿Qué manía tienen con decir mi nombre tres veces y jalarme del brazo a algún lado? —preguntó Cassie pero no obtuvo respuesta ni cuando llegaron al primer salón vacío que pudieron encontrar.

—Descubrimos una palabra —dijo George sacando el pergamino de su túnica, apuntó su varita y dijo la palabra que su hermano descifró, haciendo que el pergamino le muestre lo de hace un momento.

—¿Alguna idea de que más puede ser?

La castaña se quedó mirando el pergamino, pensó por un tiempo hasta que finalmente habló.

—No se que juramento quiere el pergamino exactamente, pero podría ser "juro solemnemente" eso hace un juramento más fuerte.

Sacó su varita de su túnica y dijo las palabras al pergamino, y este mostró algo diferente. «Al parecer esta niña si en algo lista, pero siguen sin saber que están jurando»

—¡Genial, más progreso! —exclamó feliz Lee.

—Pero aún nos falta tal vez lo más importante —dijo George.

—¿Qué juramos? —preguntaron Fred y Cassie al unísono.

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NOTAS:

⩩ Todo lo que está en cursiva son los diálogos de lo qué pasó más temprano.
⩩ Algo que sabemos es que los gemelos encontraron el mapa del merodeador en su primer año y que lograron descubrir cómo funciona, pero no sabemos ni cómo ni cuándo fue exactamente. Yo lo puse en Halloween porque en la saga en Halloween siempre pasa algo, normalmente no bueno pero pasa algo.