✨ Capítulo -18- ✨


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Lo malo de los traumas, es que se repiten generación con generación hasta que alguien rompa el circulo...

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AÑOS ATRÁS...

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Nunca pensó petrificarse del miedo.

Realmente nunca pensó que llegaría ese punto en su vida, donde está tan desgastado que no tiene las fuerzas para huir. Pero en cierta parte era su culpa, hacía meses que no comía bien, lo podía notar por su delgadez. Y no era porque no quisiera comer, su estómago rugía de hambre, solo que realmente la cama era muy pesada, y no podía pararse. Además, tener que ver a Yoshiro al salir, era algo que no quería. Ya no tenía las fuerzas para sonreírle, y le dolía eso, porque ya no puede hacerlo reír, entonces, si ya no puede hacerlo, lo único que le quedaba ha muerto.

Amaba mucho a su omega, amaba verlo, amaba olerlo y sentirlo, pero sabía que su omega no lo amaba ver, no amaba sus feromonas y mucho menos sentirlo. Entonces solo quedaba hacerlo reír, pero ya no tenía fuerzas para ello.

Ayer se la había pasado escribiendo cartas, ni siquiera supo porque, pero pensó en escribirle cartas a su hijo, a Koji. Escribió carta tras carta hasta que ya no pudo sostener la pluma y le sangraron los dedos. ¿Por qué le escribió esas cosas a su hijo? Podía decírselas, podía llamarlo, sí, tenía que llamar a Koji y decirle todo. Y no solo Koji, tenía que hablar con Zhèng, tenía que decirle de su padre, de lo que realmente pasó, no quería llevarse esas cosas a la tumba y...

¿Tumba? Pensó mirándose las manos. No sabía que su mente había estado pensando en matarse. Trató de no pensar en ello, no, tenía que llamar a Koji, tenía que escuchar la voz de su Koji, decirle que, si podía venir a verlo, y si podía traer a su lindo Zhèng mejor. Quería a sus dos cachorros con él, quería volver a los jardines que tanto ama y jugar con ellos, aunque ya no fueran niños correteando.

Quería...

— Realmente te ves hecho mierda, Satoru.

Y allí estaba, la razón por la que se petrificó de miedo, cuando vio entrar a ese omega en su habitación, y lo miraba con tal desprecio que se sintió con la terrible necesidad de agachar la cabeza. Zichu Shi Huang era precioso, uno de los omegas más hermosos que ha visto, parece un elfo salido de fantasías, con ese cabello negro que parece que vuela con cualquier pequeña brisa haciéndolo más magnífico, con esa piel blanca y esos potentes ojos carmesí mirándolo.

Era hermoso, pero al mismo tiempo, su belleza del exterior solo era para ocultar la mierda de dentro.

— ¿Hace cuánto no te bañas? Apestas, ten algo de decencia. — comentó Zichu buscando una silla y sentándose frente a la cama del japonés. — Yoshiro está de viaje, así que supongo que no has salido de esta habitación desde hace una semana. Allí la razón que luces tan sucio. No sabía que la depresión en ricos era así, que mierda, patético, simplemente patético.

Solo pudo aferrarse a las cobijas, no era que no quisiera arreglarse, quería, pero ya no podía salir de cama, no importa cuanto lo intentara, realmente quería hacerlo. Con esfuerzos salía al baño, y eso porque el baño estaba a cinco pasos, y joder cuanto le costaba, por ello seguramente había dejado de comer, para evitar tener que levantarse.

— Escucha, Yoshiro te quiere, así que es por ello que he decidido no matarte. — dijo el chino tensando al japonés. — Ya sé que besaste a Chun Yan.

Realmente no pudo contenerse, las lágrimas empezaron a salir de golpe, y solo escuchó la risa de Zichu como respuesta ante esa reacción. Y es que, le dolía pensar que había besado a alguien que no había sido su omega, ¿cómo había sido capaz de hacer eso? ¿Por qué había traicionado a su dulce Yoshi? No podía con la culpa.

— De solo pensar que los labios de mi Chun Yan, mi perfecta Chun Yan estuvieron en la mierda que eres me dan ganas de vomitar, pero bueno, a Chun Yan le gusta ayudar a personas patéticas como tú, es por eso que aceptó a la mierda que es mi hijo.

— Zhèng... — dijo de golpe, por instinto, ante escuchar el insulto a su cachorro.

— ¿Eh?

— Su nombre es Zhèng, y es un hermoso niño, no es nada de lo que dices, es precioso, tan valioso que tengas a un ángel con tu sangre...

— Por mi quédatelo. — rio Zichu. — Pero volviendo al tema. Le debo un favor a Yoshiro al hacer que todo esto funcionara y mantener el secreto con mi Eva. Así que es la única razón por la que no te estoy arrancando la cabeza. — Suspiró el chino, levantándose y caminando por la habitación. — Pero no he venido a amenazarte, solo a hablar, a decir verdad Satoru, me preocupa Yoshiro...

— ¿Yoshi...? — dijo el alfa mirando al omega.

— Si, Yoshi, imagínate lo que sentirá en el momento que sepa que su alfa, la persona en la que confió para enlazarse, no es más que una puta barata que lo cambiaría por cualquier persona. Yo que tú me mataba... — sonrió Zichu. — Que dolor le provocarás al pobre Yoshi ...

— ¡Yo ni quise! ¡Eso fue un accidente, yo realmente nunca quise dañar a Yoshi...! — dijo el alfa comenzando a llorar más. — Por favor, no quiero que me odie, por favor, te lo suplico...

— Y qué decir de Kojiro, te tiene en un pedestal, imagínate decirle que el alfa en el que confía no es más que una puta barata que engaña a su omega a sus espaldas. Y peor, que decir de Zhèng, te usa como ejemplo siempre que me habla, diciendo cosas como, "Papá Satoru nunca me haría esto..." Y al parecer... papá Satoru es igual de mierda que yo, una puta que abriría las piernas para escapar de su vida.

— ¡No! — gritó el japonés. — ¡Yo nunca quisiera dejar a Yoshiro!

— Entonces, ¿besar a Chun Yan que mierda fue? ¿Curiosidad? Maldito infiel. Me dan asco las personas como tú.

— No, yo no quería...

— Mira cállate, ya me voy, este lugar apesta a mierda. De todos modos, hablaré con Yoshiro cuando vuelva, espero se divorcie de ti. Con permiso, Satoru Sasaki... bueno, el "Sasaki" yo creo que se irá apenas se entere Yoshiro... Seguro sentirá tanta vergüenza por esto que temo que mi Yoshi haga algo como matarse, deberías morirte tú en su lugar, infiel de mierda.

No sabe por cuánto tiempo lloró después de eso.

En como el personal corrió al escucharlo, porque todo el personal de la casa Sasaki tenían órdenes de auxiliar a Satoru si lo necesitaba, eran órdenes directas de Yoshiro, pero él los alejó, exigiendo y dándoles la orden de que lo dejaran solo. Solo podía respirar agitado, tratando de pensar que podía hacer, como podía arreglarlo. Lloró hasta que se le secaron los ojos, hasta que le dolió parpadear. Y de pronto, dejó de doler, ya nada dolía de golpe.

Acabó por levantarse de la cama, escuchando el crujir de sus huesos al ser usados, sintiendo los calambres en las piernas al ponerse de pie después de tanto tiempo, pero no importó, de pronto no dolía nada, tenía energía. Acabó por ducharse, limpiarse y secar su cuerpo, para después caminar a su armario y vestirse de blanco, mientras también sacaba de él una caja, donde estaban sus katanas, lucían hermosas, tan limpias y únicas.

Suspiró viendo hacia el paisaje de los jardines, arrodillándose enfrente de la caja y sus katanas. Recordó cuando compartía esa habitación con Yoshiro, como a ambos les gustaba relajarse así, simplemente viendo la inmensidad de la naturaleza, como solían darse mimos y abrazarse, y cuando llegó Kojiro, aún recuerda ver a Yoshiro sonriente cargando a su bebé, acariciándole las mejillas.

Nunca había visto a Yoshiro tan feliz como cuando sostuvo a Kojiro por primera vez, como cuando lo sostuvo los primeros meses, en esa habitación, diciéndole a su hijo cuanto lo ama, cuanto amaba que se pareciera a él...

"Koji, te pareces tanto a Satoru, amo tus ojos caramelo, es bueno que los sacaras, los ojos verde olivo de los Sasaki son como una cadena, me alegra que tú seas libre de ellos, mi pequeño y dulce Koji..."

Sonrió.

Mientras tomaba el tessen de la caja de sus katanas, y comenzaba a escribir por primera vez un zeppitsu. Su poema de despedida realmente no hablaba de él, hablaba de sus tres grandes amores, de Yoshiro, Kojiro y Zhèng, sus "flores de cerezo", sonrió al pensarlo, y terminó de escribirlo.

Se quedó un momento mirando hacia las puertas de ventanales, mirando su jardín, para levantarse y abrirlas, sintiendo la brisa y el aire fresco de la noche, viendo luciérnagas volar, sintiéndose tan feliz de por primera vez en años sentir realmente la brisa como un respiro de libertad. No pudo evitar llorar, se sentía tan bien, por dios, se sentía como si lo dejaran de asfixiar, se sentía como cuando era joven, y pensaba que diseñaría grandes lugares, grandes hoteles para descansar por el mundo. Se imaginó de nuevo dibujando en su cuarto, sonriente de pensar en ello, y por un momento sintió un pequeño remordimiento de no poder cumplirle a ese niño de sus memorias sus sueños.

Regresó a su posición seiza, mientras se abría el kimono, lo suficiente para dejar su torso descubierto. Tomo un poco de sake, el último, le supo a gloria. Acomodó las mangas de su kimono bajo sus rodillas, y vio el tanto, esa daga de unos 30 cm a lado de sus katanas, pero la ignoró, en cambio, tomó una de las katanas, porque era su pequeño acto de rebeldía a las mierdas tradiciones japonesas. Tampoco envolvió el mango en papel de arroz, al carajo, iba a dejar su sangre libre por todo lugar.

Tomó un respiro, uno grande, que le quitó el peso de los hombros.

— Lo siento, Yoshi, Koji, Zhèng, tal vez en otra vida todo salga mejor...

Y lo hizo, con todas las fuerzas que quedaban acabó por encajarse esa Katana en su torso, e hizo el corte en diagonal. Se sentía como la peor tortura ver sus intestinos salirse de su cuerpo, verse desangrar, era tan doloroso, pero, en un punto, dejó de serlo, solo sintió frío.

Solo sintió frío al final.

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ACTUALIDAD

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Todo fue lento.

No quería apresurar nada en absoluto.

Aun sentía que estaba en un sueño.

Había estado con los hermanos de su dulce Beel, le habían agradado todos. Rio con Lucifer, compartió anécdotas con Samael y joder que realmente tenía muchas cosas en común con Azazel, pero al final de todo, tenía la mirada de Beel en él, y no pudo evitar quedarse embobado cuando eso pasaba. Porque Beel era algo divino, como si un día el cielo se abriera y lo dejara ver un precioso ángel, con esos labios ligeramente pigmentados de rosa, la piel pálida, esos ojos obscuros resaltando como joyas, el cabello rizado y negro, en definitiva, era una belleza y no sabía en qué momento había sido recompensado para tenerlo cerca.

No sabía en qué momento habían pasado días de ese primer encuentro, y seguían viendo a sus hermanos esa semana hasta el último día donde ellos tenían que volver a sus vidas, así que disfrutaron una tarde de nuevo junto a ellos, hasta que los dejaron en el aeropuerto, y su omega tomó su mano, llevándolo al estacionamiento, y besándolo, solo para decirle una cosa.

"¿Podrías hacerme el amor esta noche?"

De allí en adelante, fue más su instinto lo que hizo que llegaran a casa que él mismo. Porque regresaron a la Mojo Dojo, Beelzebub quería estar en un lugar que él sintiera seguro, así que fueron, directo a la habitación del inventor, donde podía notar ese sonrojo en aquellas mejillas pálidas al entrar, más cuando ambos pusieron seguro en la puerta y el menor tenía las manos temblorosas.

— Beel, ¿estás seguro de esto?

Preguntó el científico, pero recibió solo la mirada más dulce de respuesta, para después ver al omega ponerse de puntas y alcanzar sus labios, fundiéndolos en un beso dulce y lento, mientras las manos del alfa comenzaban a rodearlo, a llenarlo con su aroma, comenzando a reclamarlo como suyo.

Si fuera sincero, diría que esta es la primera vez que uno de sus encuentros se siente real.

Ya que otras veces en las que ha estado en la cama con alguien más, siempre fue por curiosidad o para satisfacerse en su Rut o deseos primarios. Incluso cuando perdió la virginidad, ni siquiera lo consideró especial, en primera porque no consideraba su virginidad algo importante. "La gente tiene sexo y ya, no es algo que te marque en la vida, es una necesidad biológica." Eso siempre pensó, y hasta la fecha pensaba lo mismo.

Por eso nunca había sido tímido en las cosas que le gustaba explorar, porque podía experimentar con diferentes puntos de placer en su propio cuerpo y en el cuerpo de los demás. Como llevar un simple orgasmo a algo más intenso, como no se necesitaba penetrar a alguien para hacerlo correrse; Simples curiosidades que se volvieron un pequeño hobbie o desestres para darse placer y relajarse.

Antes todo era simple, conocía a una persona, iba directo al punto y cuando estaban en una habitación le gustaba probar diferentes cosas. Comenzaba con cosas simples como juguetes, pero después el deseo de realmente poseer a alguien llegaba a su mente siendo impulsado por su lobo de ser más dominante, disfrutando de ver a alguien suplicando por más, de verlos hechos un desastre debajo de él. Las cuerdas, las palas, los juguetes de cuerpo, el látex, todo parecía un maldito parque de diversiones donde le gustaba ver hasta donde podían llegar.

Pero todo eso se había ido al caño. Esas sensaciones se murieron de golpe, ese deseo de controlar a alguien desapareció en el momento que vio las manos nerviosas del omega frente suyo, deslizando su camiseta de su cuerpo, mostrando el torso más dulce que ha visto, tan pálido y lindo. Sintió como todo lo que había aprendido se iba de su cabeza cuando las manos del omega comenzaron a retirar su pantalón, dejándole ver esas piernas que veía de reojo de vez en cuando, lo hermosos que eran sus muslos, lo bien que lucían en él...

— Me siento raro de ser el único desnudándose...

Ese comentario lo hizo despertar y acabó por sonrojarse aún más. ¿Por qué de pronto estaba actuando como alguien virgen? Es más, ni cuando era virgen actuó así, ni siquiera tuvo nervios cuando perdió su virginidad, entonces porque ahora...

Era mejor no pensarlo.

Acabó por escuchar al omega, comenzando a desnudarse, retirándose la corbata, la camisa, los pantalones, zapatos, calcetas, hasta que quedó igual que el omega, solo en interiores, mirándose el uno al otro, grabándose en sus memorias el cuerpo del otro, hasta que el omega se acercó, acariciándole la mejilla para después buscar sus labios de regreso.

Y, a decir verdad, eso era todo lo que necesitaba.

Porque no sabía cómo los besos de su omega sabían tan dulces, como se embriagaba en sentirlo, como se volvían más sucios y pasionales sus labios al momento de sentir el roce de pieles de ambos. Se acomodó entre sus piernas, escuchando los gimoteos del omega, sintiendo como sus entrepiernas se rozaban entre si y se sentía jodidamente bien, tanto que no resistieron. El alfa acabó por romper los boxers del omega y retirar los suyos, simplemente por ese deseo en ambos de sentirse, de frotarse entre ellos.

Era de nuevo como esa situación que habían tenido en el coche cuando fueron a comprar suplementos para la Mojo Dojo. En como ambos disfrutaron masturbarse y besarse entre gimoteos y palabras de cariño, dejándose llevar por sus deseos.

Deslizaba sus manos con suma delicadeza por el cuerpo del omega, escuchándolo gimotear con su roce, mientras sus labios no tenían suficiente de Beelzebub, decidió buscarlo deslizándose por su cuello, por su pecho, apresando uno de los pezones para chupar y lamer, escuchando el gran gemido que lanzó el menor. A este punto no sabía quién estaba más ansioso, si él que no podía tener descanso de tocar al omega, de besar cada parte expuesta de él, o Beelzebub, que no dejaba de llenarlo de sus feromonas, dejándose tocar, apresándolo con sus piernas, no dejando que se separaran en ningún momento.

Ninguno de los dos supo cuando comenzaron a hacerlo. La penetración había sido algo bendito en realidad, el omega estaba tan mojado y el alfa tan ansioso que entre besos se dio una sensación tan inmensa que tuvieron que parar unos segundos de solo disfrutar al fin estar unidos. Pero esa calma y movimientos lentos duraron muy poco, porque la cama golpeaba sin parar contra la pared, entre gemidos, gritos, palabras de amor, abrazos, caricias y besos.

Parecían desesperados por sentir más el uno con el otro, desesperados por no querer soltarse. El omega no quería dejar ir al alfa, ni siquiera dejarlo cambiar de posición, solo quería seguir besándolo y aferrándose a su espalda, con sus piernas apresándolo entre ellas, dejando que las embestidas en él se volvieran intensas y erráticas, haciéndolo gritar.

— ¡NIKO!

Gritaba el omega, dejándole mordidas en los hombros, sintiendo el orgasmo de nuevo llegar, exponiendo su cuello en señal de sumisión, queriendo sentir esos colmillos en él. Queriendo sentirse marcado. Tal vez un par de embestidas más es lo que hizo que perdiera la cabeza, arqueándose mientras acababa por correrse de nuevo.

Solo podía soltar ronroneos mientras el orgasmo destruía su mente. No podía pensar más allá que su nombre, y eso le estaba costando mucho recordarlo, sus uñas habían dejado la espalda del alfa llena de rasguños, como una pequeña venganza de las mordidas y marcas de besos del alfa en él. Su omega estaba tan feliz, que solo podía sentirse tan bien, al fin, sintiendo roces y besos de alguien que quería con él, al fin, borrando cualquier rastro de su cuerpo de lo que había ocurrido antes de conocer a Nikola, al fin libre de su propio infierno.

El alfa tuvo que detenerse y controlarse, cuando su omega agotado terminó por desmayarse en medio de uno de los rounds, tuvo que desechar el deseo de anudarlo, y acabó por acurrucarlo en sus brazos, ambos disfrutando la cama, manteniéndolo seguro y lleno de su aroma. Tal vez en próximas ocasiones, podrían hacer más que solo sexo, tal vez en el futuro serían más incontrolables que ahora al momento de tener sexo...

Fueron los rayos del sol reflejándose en sus ojos lo que lo hizo despertar.

Solo pudo sonreír al recordar de nuevo ese maravilloso momento donde tuvo a su omega en sus brazos.

Acabó por tallar sus ojos para después sentir algo cálido en su pecho, y es que Beelzebub descansaba a su lado, aun con marcas de la noche anterior que pasaron, usando ese lindo chocker en él. Sonrió para besarle la frente, escuchando los leves chillidos de su omega quien disfrutaba los mimos de manera subconsciente, depositándole besos en sus mejillas, escuchando los suaves suspiros del omega, quien despertaba feliz entre sus brazos abrazándose de él.

— Hn...

— Buenos días Beel. — sonrió Nikola, depositándole besos en las mejillas.

— Buenos días... Hn... me duele el trasero. — comentó el omega escondiendo su rostro en el pecho del científico. — Controla más tu fuerza la próxima vez.

El alfa no pudo evitar soltar una leve risa por eso.

— Lo prometo. — dijo besándole el cuello. — Descansa un poco más, iré por algo de desayunar para nosotros. Pasemos el día aquí.

— Pero el experimento 33—G necesita ser puesto a prueba hoy o la enzima podría dañarse, además tengo que ir con Poseidón a ver cómo va el trato que cerraremos hoy, no puedo quedarme en cama. — comentó el omega. — No importa cuanto lo quiera.

— Entonces, déjame consentirte. — sonrió el mayor. — Te ayudaré con el experimento, y puedo recogerte para comer cuando salgas de tu junta.

— ¿En verdad? — sonrió el omega, mirándolo con un sonrojo.

— Si, en verdad. — rio el alfa. — Espérame aquí, ahora vuelvo.

— Niko...

— ¿Sí?

— Estoy enamorado de ti. — comentó el omega.

— Y yo de ti. — respondió el alfa.

Aun ninguno de los dos podía decirse que se amaban, pero, estaban solo a un salto de hacerlo, era obvio que ambos habían quedado encantados con el otro. El alfa ya tenía innegables deseos de marcar al omega, y cuando hablaron de ello, porque por supuesto no lo haría sin su consentimiento, como Beel no lo haría sin el suyo, el omega declaró que le gustaría esperar más, pero por ahora, podía marcarlo con su aroma, para que los demás supieran que es un omega "comprometido" por así decirlo.

Cuando un alfa marca con sus feromonas a un omega, se vuelve una especie de repelente para que otros alfas no se acerquen. Aunque, un omega puede acercarse sin problema a él, más uno dominante, pero dejaba claro el mensaje para que otros alfa ni se les ocurriera ponerle una mirada a un omega marcado. Aunque claro, esto se tenía que hacer diario, ya que las feromonas se disipan, y si hay un alfa con feromonas más dominantes, puede romper ese escudo de feromonas y acercarse al omega sin problemas.

Afortunadamente para Beel, Nikola tenía feromonas muy fuertes, así que era difícil encontrarse con un alfa que pudiera romperlas. Y los omegas no tenían interés en romper ese escudo, así que salía con seguridad de su hogar.

Pero, una pesadilla llegó en el momento que el alfa bajaba las escaleras, porque fue recibido por una ola de feromonas. El olor era tan fuerte y dominante que cubrió su nariz, era la primera vez que sentía a su lobo meter la cola y tomar sumisión solo con el aroma, así que obviamente curioso, se acercó a buscar de donde provenía, hasta que lo vio.

Había un hombre, uno jodidamente enorme, media más de dos metros fácilmente. Tenía piel morena, y tenía algunos tatuajes que sobresalían en sus brazos, debajo de esa playera negra que usaba. Podía notar la musculatura, un excelente cuerpo, no importa como lo vieras, además de ese cabello rebelde y negro, no tan largo, pero tampoco tan corto, con una estructura de rostro digna de un dios y unos poderosos ojos ámbar que juraba que parecían felinos, casi como los de un jaguar.

Solo podía notar a las maids mirándolo, soltando sus feromonas dulces mientras lo atendían, y es que el hombre había llegado en busca de alguien a la Mojo Dojo.

— El señor Olympus aún no sale de su habitación, pero, ¿podemos ayudarle? — cuestionó Perséfone mirándole.

— Vine por ese jodido cachorro y ni siquiera es capaz de recibirme, si le envié... — el moreno se quedó pensando un momento y después sonrió con suavidad. — Oh es verdad, no le avise que ya estaba aquí.

El científico lo vio de abajo hacia arriba.

Ese sujeto encantaba con solo verlo, podía notar el reloj que usaba, esa marca solo la había visto en Michel o Qin, además el modelo de celular, y ahora mirando su ropa, podía decir que el alfa tenía estilo. Pero, no pudo seguir observándolo porque esos ojos ámbar le miraron y sintió a su lobo paralizarse un poco, su mirada era muy intensa incluso para él.

— ¿Tú eres uno de los amigos de Buda, no es así? — cuestionó, con esa voz gruesa y segura.

— Así es. — respondió Nikola.

— ¿A qué hora se levantan en esta casa? Son las 8 de la mañana y no veo a nadie.

— Bueno, probablemente pronto... Mi nombre es Nikola Tesla, un placer. — se presentó, no quería ser grosero.

— Lo sé, soy Tezcatlipoca... — el hombre meditó un momento y después sonrió. — Solo Tezcatlipoca.

— Un placer. — dijo el inventor. — No sabía que me conocía.

— Todos ustedes son una bola de millonarios escandalosos, es imposible no conocerlos. — sonrió el moreno.

El científico sonrió, ahora lo recordaba, Buda lo había mencionado. Cuando Hades mencionó que vendría, Buda les había hablado de él, y una cosa dejó clara al momento de decir quién era. "Si, a él no le agradamos, piensa que somos idiotas..." Y por lo visto era verdad, así que se le hacía curioso que solo por una petición de Hades hubiera sido capaz de llegar hasta aquí, seguramente le agradaba algo de él, además de solo ser un compañero enigma.

— Niko, dime que Shiva ya está cocinando, tengo hambre, quiero hot cakes y... y.... dios mío...

Nikola no pudo evitar soltar una pequeña risa cuando el francés llegó al lugar, y es que Mich usaba su linda pijama de seda y arriba su bata, que rápidamente hizo que el omega se sonrojara cuando la mirada ámbar fue a parar a él. El omega miró de arriba abajo al invitado que estaba en la sala, y es que Nikola sabía, que en ese simple recorrido Michel ya se había comido varias veces al sujeto que estaba a unos metros de ellos, más porque Nikola podía oler sus feromonas salir.

— Hola, parece que no nos han presentado. — sonrió el omega, pasándose unos mechones de cabello por detrás de su oreja, algo avergonzado por estar en pijama frente al sujeto. — Michel Nostradamus.

— Tezcatlipoca. — respondió el enigma acercándose, para besarle con delicadeza la mano. — Un placer.

— ¿Solo Tezcatlipoca? — dijo rojo el francés soltando una suave sonrisa.

— Bueno, si todo sale bien tal vez me llame Tezcatlipoca Nostradamus en unas citas. Me gusta llevar el apellido de mis parejas...

El pequeño chillido que soltó el francés hizo reír a Nikola, más por lo avergonzado que se puso el omega, y es que su lobo no pudo ignorar eso y estaba emocionado por la atención. Justo en ese momento, supo el científico que pronto habría una batalla campal en la Mojo Dojo por tan inusual invitado.

Y no estuvo equivocado, porque una hora pasó, y comenzaron a despertar todos en la Mojo Dojo, y mientras Shiva cocinaba con ayuda de Raiden, el científico solo podía notar como todos los alfas se habían recluido en la barra de la cocina, mirando a lo lejos, porque había un sinfín de feromonas en el aire, y desafortunadamente, los omegas de la casa habían decidido que ninguna era para ellos.

— ¿Qué tiene de especial ese sujeto? — se quejó Thor acercándose a la barra.

Y es que los omegas estaban sentados en la mesa, la mayoría ya que algunos aún no bajaban, y estaban por supuesto, cautivados con el invitado al cuál habían invitado a comer, le habían dado el mejor asiento y le prestaban 100% de su atención. Nikola juraba que lo estaban premiando solo por respirar, y se le hacía algo divertido, aunque igual se sintió aliviado de que dejará a Beel dormir más, así no tendría un problema de celos ahora mismo, como Thor estando molesto desde temprano.

— ¿Sabemos algo de él? — cuestionó Nikola tomando un poco de jugo.

— Am, no podría decir que sí. — comentó Buda, era lo más serio que lo veían, y es que vigilaba discretamente de reojo a Zero. — Es un misterio. Su familia está dentro de la política y diferentes empresas, pero él como sus 3 hermanos son reservados. Solo conozco a Quetza por Jesús, y eso solo he hablado con él máximo 10 veces, es un buen sujeto, pero Tezcatlipoca es... es difícil de tratar. Y qué decir del menor.

— ¿El menor? — cuestionó esta vez Grigori.

— Huitzilopochtli. — dijo Buda. — Su humor no es tan amigable. Pero... creo que hubiera preferido eso, a lo que estoy viendo ahora...

Y es que el alfa estaba molesto, porque Tezcatlipoca había conseguido en segundos, lo que a él le ha tomado en meses, y es poder tener a Zero tan cerca, y peor aún, que el omega se dejara acariciar el cabello. Pero, al menos estaba feliz de no ser el único molesto, porque cada vez que ese enigma hacia reír a Lü Bu, sentía que los puños de Thor se cerraban más, o que decir de las suaves caricias que le daba a Michel, no importa cuánto intentara ocultarlo, Odín estaba a un paso de arrojarse sobre el sujeto. Y juraría que es la primera vez que ve a Anubis tan serio, porque noticia de última hora, Simo había reído al momento que comenzó a hablar con ese sujeto, incluso se había dejado acariciar la mejilla, y eso estaba fastidiando de sobremanera al egipcio.

Y no solo era eso, Hércules estaba a punto de arrojar todo lo de la cocina contra ese sujeto cuando Jack le saludó y se unió a la plática, y Grigori, bueno Grigori solo estaba pensando si era difícil matar a un mexicano, haría todo tan perfecto que nadie se lo esperaría. Que decir de Leónidas, nunca lo había visto fumar antes del desayuno, pero allí estaba, fumando mientras tenía la mirada clavada en Apolo.

— ¡Eres odioso! — se quejó Michel. — Vete, tú no eres Kojiro para decidir qué hacer o no con los invitados... Lo siento mucho Tezca, a los niños no les enseñaron modales al parecer. — sonrió el omega hacia el moreno.

— Descuida, yo se lo infantiles que son. — respondió, acariciándole las mejillas.

Claro que esto hizo que rápidamente el joven alfa pusiera su mano para evitar más contacto, y sin decir nada, cargara consigo a Michel y se lo llevara de allí entre pataleos e insultos del omega que le decía que lo bajara, pero el más joven de los Odinson se negó, simplemente llevándoselo con él.

— No pensé que mi presencia causaría tales problemas, me disculpo. — comentó el enigma.

— No tienes porqué, no has hecho nada malo. — dijo Zero sonriéndole. — Odín solo no quiere aceptar que está celoso. Y Michel nunca aceptará que le gustó provocarlo.

— Bueno, en ese caso me alegra haber sido de ayuda, ¿tú eres Zerofuku cierto? Que lin...

— ¡¿Cómo está tu familia, Tezca—chan? — dijo rápido Buda, sentándose a la fuerza entre los dos, alejando más a su omega del enigma.

— Como siempre, Quetza siendo el dramático y voluble hippie de siempre, Xipe siendo bipolar como costumbre y Huitzi siendo el mismo dolor de culo que es todos los días, así que están como seguramente te ha mencionado Jesús, siendo los mismos desastres que son.

— Aww, hablas con tanto cariño de tus hermanos menores. — rio Buda. — Puedo preguntar, ¿qué te hizo aceptar venir? Tú no vendrías ni aunque Quetza jurará matarse si no lo hacías.

— Estoy ayudando a un compañero enigma. — sonrió Tezcatlipoca. — Simple empatía.

— No, no, tú no eres de esos.

— Claro que lo soy, además, me gusta mucho cuidar cachorros.

— ¿Qué es lo que realmente quieres de Hades? — cuestionó el alfa mirándolo.

La mirada ámbar estaba clavada en la azul del alfa, mientras ninguno de los dos decía nada, y es que podría que el moreno tuviera otra intención con Hades Olympus, pero, eso no era asunto de Gautama y ni siquiera hablaría con él al respecto. Él momento de tensión subía, afortunadamente para el enigma, alguien entró en la sala, mientras usaba al parecer la camisa de un pijama muy grande para él, y por las feromonas, Buda dedujo que era la parte superior del pijama de Poseidón la que traía puesta el japonés, acompañado de sus pantalones de pijama propios.

— Buenos días. — dijo un adormilado Kojiro. — Hn...

El aroma de unas feromonas lo golpeó de golpe haciéndolo voltear, solo para encontrarse con esa mirada ámbar intensa, y después una sonrisa. Su omega sonrió, pero no hubo reacción alguna, llamando la atención de los alfas por eso. Kojiro no estaba sometiéndose ante las feromonas de invitación.

— Kojiro Sasaki, ¿desde cuando estás marcado? — preguntó Tezca de manera amigable y curiosa.

— Oh, ya tiene algunos meses. — sonrió el japonés. — ¿Tú eres el invitado de Hades? ¿Tezcatlipoca? ¿Me conoces?

— Imposible no conocer al omega que formo su imperio como una manera de decirle "jódanse" a su propia familia. — rio el enigma. — Un placer, y sí, soy Tezcatlipoca.

— Un placer, por favor, siéntase bienvenido, y am, si no es mucha molestia, ¿Por qué la pregunta desde cuando estaba marcado?

— Curiosidad, te vi en televisión y me lo pregunté...

— Oh, eso fue...

— Creo que fuiste muy valiente en decir eso. No todos los días ves a una persona con coraje para defenderse contra el mundo por su nombre, me sentí inspirado, realmente tienes la valentía y capacidad de seguir luchando por ti. Escuché que quieres abrir uno de tus hoteles en mi país, en una de sus playas paradisiacas, si un día necesitas ayuda, no dudes en llamarme, te ayudaré sin pensarlo.

Las mejillas del japonés acabaron por llenarse de sonrojo, para después sonreír, aceptando la oferta. Con eso, Nikola pudo deducir muchas cosas, en primera, los omegas no marcados caen ante él, porque sus lobos buscan al mejor postor, por instinto corren al enigma con esas feromonas fuertes que no trata de ocultar, atrayéndolos. Pero, al ser Kojiro un omega enlazado, no caía por ello, su lobo ya había reclamado un alfa. Aunque, Tezcatlipoca usaba diferentes métodos, como saber que decir, cuando decirlo y a quien decirlo, desde el tono a cada palabra que decía, estaba bien pensado para el omega o persona con la que hablaba, logrando así hacerlos caer.

En definitiva, los enigmas tienen un control total sobre los demás que es sorprendente.

Llevaba una hora con ellos, y ya tenía a todos los más poderosos de esa casa, en este caso, los omegas de su lado. Ahora entendía porque su familia estaba dentro de la política, con esa capacidad de dominancia y fluidez, esa familia podía poner el mundo a sus pies, pero no lo hacía simplemente porque el sujeto sentado a unos metros no le interesaba en absoluto. Era el mayor de los hermanos, era quien tenía las riendas de su familia, pero prefería una vida desobligada y tranquila a tener poder, más cuando podía conseguir lo que quería cuando quería, así que no necesitaba luchar por estatus, solo tomarlo cuando se le diera la gana.

Pero.

En el lugar entro Qin Shi Huang.

Lucía algo adormilado, con su bata china hermosa y larga, que cubría su cuerpo, con la belleza única de los Shi Huang y esos ojos azules hermosos con estrellas. Su rostro tan bello que parece sacado de fantasías y su estilo único y extravagante, dejando al descubierto su cuello que ya contaba con una marca de enlace. El enigma acabó por levantarse al verlo, y acercarse a una velocidad que fue sorprendente, para verlo de cerca, haciendo que el chino se quedara algo en shock de tener a un sujeto enorme observándolo.

Antes de poder quejarse, el sujeto fijó su mirada en la marca de unión que tenía en el cuello, notando la profundidad y la cicatrización de esta. Había sido una mordida limpia sobre su glándula de aroma, un perfecto enlace con su pareja.

— Am... disculpa. — dijo el chino. — ¿Quién eres? ¿Qué haces? No te pares tan cerca, estoy enlazado.

— ¿Has sentido cambios en tu cuerpo cuando te enlazaste? — preguntó el moreno mirándolo, ignorando lo que le decía el chino.

— ¿Eh?

— ¿Sí o no?

Los ojos de estrella se conectaron con la mirada ámbar y sintió sus piernas temblar. La presencia del moreno había intimidado y puesto nervioso a su lobo, así que como instinto, soltó un chillido, uno que rápidamente hizo aparecer en segundos al albino, con esa mirada furiosa de escuchar a su omega incómodo de golpe, colocándose frente a él. Y apenas hizo eso, el chino acabó por abrazarse de su brazo, buscando protección de su enigma.

— Así que llegaste maldito hijo de puta. — se quejó Hades. — No te acerques a Zhèng, es mío y... — el albino alzó la mirada. — ¿estás más grande? — le impresionaba el tamaño del sujeto frente a él.

— Mi Rut se acerca, es por eso. — suspiró el moreno. — Pero ese no es el punto. Le preguntaba a tu omega si había sentido un cambio en su cuerpo después del enlace.

— ¿Por qué es importante eso?

— Porque necesita su cuerpo cambiar para que sea lo suficientemente fuerte de tomarte en Rut. — sonrió el enigma.

— ¿Qué? — cuestionó Qin, metiéndose en la conversación.

— Así es, tiene que cambiar, por ahora, puedo notar que tus caderas se ensancharon, eso es bueno.

— Oh... — dijo el chino algo avergonzado, él pensó que había engordado un poco dado que sus pantalones se sentían algo apretados últimamente.

— Hades, te recomendaría que lo llenaras de feromonas a partir de ya si quieres que sea capaz de vivir después de tu Rut. — comentó el enigma mirando al albino.

— ¿Por qué lo dices? — preguntó el griego.

— Se va a morir si no es capaz de adaptarse a ti. — sentenció el enigma. — Hades, mido más de dos metros, tu omega me llega apenas a la cintura, y podría romperlo a la mitad con solo intentarlo. ¿Te imaginas a alguien como yo, embistiendo con un cuerpo tan pequeño como ese en mi Rut?

— ...

— Bien, ahora que entiendes eso, comprenderás porque decidí preguntarle si su cuerpo estaba cambiando. — rio el mexicano.

— He sentido mis piernas más fuertes y gruesas, al igual que ha aumentado la fuerza de mis brazos, pero, no tanto creo. — dijo el omega.

— Eso se debe a las feromonas inestables de Hades, por eso vine aquí. — sonrió el enigma. — Se abre la escuela de enigmas 2.0. Te enseñaré lo que necesitas saber de ahora en adelante, y con suerte, puedas pasar tu Rut con él y tener muchas crías.

— ¿Solo con un Rut? — rio Qin ante la idea.

— El margen de embarazo de un enigma en su Rut es de 100%. Y aun no existe un condón que aguante a un enigma en celo....

— Oh...

— Pero, existen las pastillas del día después, así que no te preocupes. — rio el mayor.

Y es que la pareja sonrió, porque sabían que tenían que aprender lo máximo que pudieran del sujeto que tenían enfrente, y a decir verdad, no les había molestado en absoluto escuchar, que después del Rut podrían tener un cachorro en camino.

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Un día después...

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Simplemente no podía irse.

No hasta que la sonrisa del japonés fuera igual de radiante que siempre. Y es que, aunque se había disculpado de lo que había dicho, Kojiro se sentía extraño, lucía menos seguro de sí mismo, y parecía no creer lo que le decía al momento que le declaraba su amor, pero, eso no importaba, se lo diría tantas veces fuera necesario para recalcárselo, y sus acciones hablarían por su cuenta. Así que ahora solo estaba jugando con unos mechones de cabello del japonés, mientras ambos descansaban en el balcón de su habitación, recostados en ese cómodo asiento, del cual no dudó abrazar con más cariño a su omega.

— Tienes que irte preparando, es tu graduación, deberías estar alistándote. — comentó Kojiro.

— No quiero ir a una fiesta donde todos estarán ebrios siendo unas zorras con los demás...

— Poseí... — rio el japonés. — Tú cuando bebes...

— Culparé hasta que muera a tu amigo Grigori. — dijo el griego avergonzado escondiendo su rostro en el cabello de su pareja. — Ese no era yo.

— Lucías tan dulce queriéndome conquistar, y dios, tienes futuro como stripper. — comentó el omega, viendo las sonrojadas orejas de su alfa.

— Koji... — ver ese pequeño puchero en Poseidón era una bendición, lucía lindo haciendo eso.

— Además... amé como me embestías toda la noche y me anudabas, se sintió tan bien estar debajo de ti. — susurró el japonés.

Eso había sido una tentación que no podía ignorar.

Acabo por besar al japonés, sintiendo su abrazo, y disfrutando de ese dulce sabor, de sus labios tan suaves. Joder esto si era un regalo de graduación, solo quería estar así toda la vida, sintiendo los brazos de Kojiro rodeándole, disfrutando sus besos y sus leves gemidos. Lo quería hasta hartarse. Pero, el japonés lo detuvo, besándole las mejillas y la frente, para después suspirar.

— Le prometiste a Loki ir, vas a ir, no vas a escaparte de esto.

— Pececito...

— Poseí, por favor.

— Iré... solo si me respondes algo.

— Dime. — cuestionó el japonés.

— ¿Dudas de que te ame? — comentó el rubio sorprendiendo al japonés. — Necesito saberlo, si es un sí, me esforzaré más para demostrarte que lo hago, y si es un no, aun así, me esforzaré para hacer que te sientas más amado que ayer...

— Pero menos que mañana...

— Así es. — dijo el griego besándole la frente. — Koji...

— Me sigue pareciendo increíble que quieras estar conmigo cuando puedes tener a quien tú quieras. — confesó el japonés.

— Eso no es verdad.

— Claro que lo es, vete en un espejo, eres perfecto. — sonrió el omega. — Tan perfecto que siento que no encajo bien contigo...

— No puedo tener a quien yo quiera, porque yo te quiero a ti y aun no te tengo por completo. — suspiró el griego. — Era mentira lo que dije, no me harta tenerte cerca o la forma de ser que tienes, en realidad la admiro, me cuesta creer que no quieras desquitarte con el mundo por todas las cosas que te hicieron, yo ya hubiera matado gente. Pero tú, sonríes y decides no tener enemigos. Ha decir verdad, eso me ha cautivado más que nada, es como ver el epítome de la perfección, y yo amo las cosas perfectas. ¿Me creerías si te dijera que te he amado desde que te vi?

El japonés solo pudo sonrojar sus mejillas, mirando esos intensos ojos azules, para después no saber responder a lo que le acababan de decir.

— No puede ser verdad — dijo el samurái. — ¿Te conquisté a primera vista?

— Desde que era un cachorro.

— ¿Qué? Mentira, es imposible que me buscarás desde entonces.

— Sabía que no me ibas a creer. — rio el griego abrazándolo. — Pero te amo demasiado Kojiro, no quiero estar nunca más lejos de ti.

— Te amo, Poseidón.

Dijo el japonés mirando esos ojos azules tan iluminados del griego, solo pudiendo sonreír. Amaba a su alfa, lo amaba demasiado, era como ver luz, como encontrarse un mar en el bosque de sus pensamientos, uno que lo relajara y lo hiciera sentir bien.

— Te amo, no tienes idea de cuánto has logrado que te ame en estos meses. — sonrió el omega. — Tanto que siento que solo son tus palabras y acciones las que pueden destruirme como salvarme. Y tengo miedo por lo mismo, un amor tan enlazado como ese, ¿es sano?

— Es normal, nuestros lobos se aman con esa intensidad, ¿por qué nosotros no? — sonrió el griego. — ... Por eso no quiero que canceles la boda.

— No es porque no me quiera casar contigo lo que me hace querer cancelarla, nosotros no habíamos hablado de eso y...

— Quería pedírtelo. — dijo Poseidón. — Quiero pedírtelo, puedes preguntarle a Loki si quieres, pero era algo que ya tenía en mente. No te diré cuándo, no te diré como, pero, por favor, antes de que enfrentes a Yoshiro, pediré tu mano, y puedes decir sí o no a eso.

El japonés acabó por sonreír besándole, feliz de tener a su alfa entre sus brazos, hasta que tocaron a la puerta de su habitación y Poseidón sabía que era Loki ya listo para irse. Kojiro soltó una risa y beso la frente de su alfa, dejándolo levantarse.

— Diviértete mucho. — dijo el japonés.

— Volveré lo más pronto posible contigo. — respondió el griego besándolo una última vez, para después tomar su chaqueta, y solo pasar una mano por su cabello.

Poseidón lucía perfecto siempre, solo hizo eso para arreglarse y ya parecía que iba a ser portada de una revista de modas y espectáculos. No necesitaba arreglarse, era hermoso por naturaleza. Ahora que lo pensaba, la familia Olympus era demasiado hermosa, fácilmente pudieron dedicarse al modelaje y serían millonarios. Eso fue lo que pensó el japonés viendo a su malhumorado alfa salir con Beelzebub y Loki.

Pero apenas cruzó la puerta Poseidón el japonés se sentó en la cama, soltando un suspiró mientras veía al suelo, para después levantarse y rebuscar en sus cajones, hasta sacar una bolsita. Tenía muchos nervios, pero, había escuchado de Leónidas que lo mejor que puedes hacer es hacerte 3 pruebas de embarazo de diferentes marcas para comprobar sus sospechas.

Realmente era algo que quería hacer solo, porque tenía miedo del resultado. Y es que había sentido algo de náuseas y mareos, y debido a la buena alimentación que ha tenido, y a tener buena actividad física, no pensaba que fuera una enfermedad. Nervioso acabó por encerrarse en el baño, tomándose algo de tiempo en agarrar coraje y abrir las pruebas, preparándolas antes de hacer lo que tenía que hacer, y era orinar en ellos y esperar.

La espera se le hizo eterna, mientras solo podía ver ese enorme baño, pensando en lo que sucederá cuando viera el resultado. Si era negativo, estaba bien, sobreviviría, le dolería no haber podido quedar encinta, pero, es algo que podría superar. Sabía que Qin tendría bebés pronto, sería el mejor tío para ellos, los trataría como si fueran sus cachorros, y vería a unos bebés preciosos que les daría el mundo y más. Podría con ello, sería feliz con su alfa, podrían hacer muchas cosas más, haría feliz a Poseidón cada día, tan feliz que solo puedan sonreír todos los días. Ignorando el trago amargo que esto suponía.

Tomó un suspiro, armándose de valor para acercarse a esas pruebas que descansaban sobre toallitas en el lavabo, hasta que vio. La cruz marcada, las dos rayitas y la pantalla de una diciéndole que, en efecto, estaba encinta.

Se quedó sin aliento, mirando que esas tres cositas marcaban que se encontraba esperando cachorros. Sin quererlo sus lágrimas comenzaron a brotar, estaba encinta, lo estaba. Podía recordarse llorar porque Yoshiro se la pasaba diciendo que era un inútil que no podía darle ni siquiera un nieto, pasando su vida tratando de quedar encinta, aguantando a Yoshiro prácticamente enseñándole a abrir las piernas y dejar que los alfas le anudaran solo para tener descendencia, haciéndolo llorar porque en esas épocas solo quería un bebé pero odiaba a los alfas que buscaban tomarlo, eran malos con él, era recesivo así que solo buscaban someterlo como no pueden someter a otros omegas, pero ahora...

Ahora lo tomaban en brazos con tanto cariño, lo besaban y él besaba a un alfa que ama, que lo ama más que nada, e iba a tener cachorros de él, de una persona que ama.

Solo pudo lloriquear bajo, llenándose de felicidad, acariciando su vientre, al fin, iba a tener lo que siempre quiso, cachorros y un alfa que lo quisiera tal y como es.

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— Concentra tus pensamientos en Qin, no dejes que tu lobo intervenga, edúcalo para que solo reaccione a tus mandatos.

Eso le decía Tezcatlipoca a Hades quien estaba sentado frente a él, y es que llevaban un par de horas practicando a controlar sus feromonas. El albino estaba poniendo todo su empeño para seguir las instrucciones, al menos agradecía que el enigma fuera directo, le enseñara como, y esperara a que lo lograra antes de mostrarle otra cosa. Por un momento sintió que así debía ser la relación entre un padre y un hijo, alguien que te esté enseñando lo que no sabes y tenga la paciencia suficiente para mostrarte todo. Y es que Tezcatlipoca sonreía cuando lo lograba, y cuando no, a su manera, le daba ánimos para lograrlo.

— Lo estás haciendo bien Hades, ya puedo sentir las feromonas de roble, tu aroma original. — comentó el moreno. — Tu lobo lucha por dominar, como te podrás dar cuenta, los enigmas tenemos un pésimo manejo de la ira, de la ansiedad, de las emociones en general, nos abrumamos fácil y respondemos de manera salvaje. Se debe a que nuestro lobo controla más de nosotros, en lugar de ser un 70 —30, donde el lado humano domina más, prácticamente es un 90—10. Por eso las habilidades tan inhumanas, pero, eso no quiere decir que tienes que ser una bestia, usa lo que te hace ser un monstruo y conviértete en alguien superior. Alguien que pueda proteger a sus hermanos y a tu omega.

Hades suspiró, porque eso era lo que quería hacer siempre. Al menos el mexicano comprendía eso, él igual era el mayor de su familia, tenía la misma responsabilidad en sus manos, por lo tanto, sentía que podía entenderlo a un nivel que no muchos pueden entenderlo. Y agradecía eso en sobremanera.

— Qin, acércate. — dijo Tezcatlipoca.

— ¿Puedo? — comentó algo temeroso el chino, y es que estar entre esos dos lo mareaba, eran feromonas muy potentes en el aire.

— Si, controló sus feromonas, están en un nivel respirable, estarás bien.

El chino lo hizo, acercándose para acariciar el rostro de Hades, viendo como su pareja abría los ojos mirándolo. Amaba ver esos ojos violeta tan hermosos y únicos. Solo pudo besarle la frente, sintiendo a Hades abrazarlo, lo que hizo a su lobo prácticamente removerse dentro de él, al ser rodeado y marcado con sus feromonas, las originales, solo las de Hades, nada de las feromonas falsas, solo las de su Hades, lo que le daba paz a su interior.

— Sigue practicando, prácticamente ponle un bozal al instinto y no dejes que te domine. — suspiró el moreno. — Ahora quiero ser sincero con ustedes dos, sobre tu Rut...

Tanto el griego como el chino, soltaron una pequeña risa, y es que el mayor parecía el padre de Hades queriéndoles dar una charla o consejos de como tener una buena familia. Lo cuál era gracioso porque Tezcatlipoca lucía de su edad, aunque realmente no le habían preguntado cuantos años tenía, solo sabían por Buda que era mayor que ellos, pero su falta de arrugas, su piel perfecta y lisa y ese rostro tan atractivo les hacía imposible saberlo.

— ¿Es peligroso? — cuestionó Hades.

— Será la primera vez que tengas un compañero, ¿no es así?

— Sí, así es.

— Bueno, hay puntos a tu favor, que estés enlazado ayudará mucho a que tu lobo este alerta a las reacciones de Qin, aunque, igual es una desventaja.

— ¿Por qué? — cuestionó el chino.

— Bueno, ya que Hades ahora tiene pareja, su lobo captará el mensaje, y el Rut de un enigma dura cinco días. — comentó — Cinco días de sexo continuo es jodidamente complicado, vas a experimentar dolor, sangrado, deshidratación, puede que te provoque desnutrición, si Hades no logra controlarse o mantenerse consiente, no vas a poder escapar de él. El ritual del Rut de un enigma prácticamente es llenar de feromonas su "madriguera", que es donde pasará su celo, y dado que las feromonas de un enigma son mortales, tus amigos no podrán ayudarte mucho.

— Oh por dios, no, Qin no pasará el celo conmigo. — dijo rápido el albino.

— Espera. — se quejó el chino. — ¿Has tenido parejas en tu Rut, Tezca?

— Si. — respondió el enigma.

— ¿Y vivieron?

— Si, me puedo controlar para tomar pausas. Puede que quedaran en silla de ruedas unas semanas, pero están bien. Siento que necesitan desde ya, comenzar a comprar botellas de lubricantes, y tener a alguien cuidando sus signos vitales como su desarrollo de celo.

— ¿Eh? — dijo Hades.

— Cuando es el Rut de alguno de mis hermanos, y lo pasan con alguien, suelo estar al pendiente. No es como si los esté espiando, pero, tenemos una habitación preparada para ello, esta confinada, y tenemos un pequeño mecanismo. En ese mecanismo, dejo comida, agua, lubricante, toallas, lo que puedan necesitar, la comida y todo les llega al lugar, así que no se deshidratan o se quedan sin comer. Además, que los hago usar una pulsera que monitorea los signos de la persona y de mi hermano, así puedo estar atento a si hay algo mal. Si lo hago de lejos, sin que sientan mi presencia, no se altera el enigma de ellos, no lo sienten como una invasión a la madriguera, además, suelo usar guantes, contener mis feromonas cuando preparo la comida y la envío, esto con tal de que ninguna otra feromona se filtre.

— ¿Qué pasa si se filtra?

— ¿Has visto videos donde lobos salvajes sienten el aroma de un animal que no pertenece a su manada cerca de su territorio? — dijo Tezcatlipoca. — Se ponen en defensa y solo buscan asesinar al intruso. Ahora imagínate a alguien de mi tamaño, tirando la puerta, con solo el propósito de matar al que le pertenecen las feromonas que entraron. Hades, vas a estar enorme en tu Rut, tu lado enigma te va a dominar, te pondrás como de mi tamaño, que en realidad es el verdadero tamaño de los enigmas, todos medimos más de dos metros. Es por eso también que supe que eras un cachorro, estas chiquito para ser un enigma maduro.

— Bueno, eso tiene sentido. — dijo Qin abrazando el brazo de Hades. — Mi papá en los videos se ve enorme.

— Cuando tenemos un mejor control de nuestro lobo, solemos madurar y nuestro cuerpo se desarrolla mejor. — comentó Tezca. — Por supuesto, esta información no es de dominio público, así que estará bien si creces.

— Pero... — dijo Hades a lo que recibió una sonrisa del moreno.

— Los enigmas que tienen en ese campo de concentración son cachorros, no hay ningún enigma maduro con ellos, solo tal vez, con lo que me contaron, el cuerpo del papá de Qin. Pero, dado que era el único, no pueden ver el patrón de altura, además, que medir más de dos metros no garantiza que seas un enigma, por lo que vi en la mañana, su amigo Raiden igual es enorme y no es un enigma, así que no te preocupes.

El albino suspiró aliviado.

A decir verdad, había aprendido mucho en ese par de horas, y Qin lucía feliz por la forma en la que se restregaba en él y buscaba su aroma, no dudó en marcarlo con sus feromonas, lo que hizo que su omega estuviera risueño y feliz por tener las feromonas de su alfa en él. Tenía mucho que agradecerle al sujeto frente a él, y por un momento se puso a pensar, en realmente como era la vida del sujeto delante de él.

— Gracias por venir a ayudarme. — comentó Hades. — Lamento si molesté tu vida diaria.

— Esta bien, es mejor estar aquí que ver como Quetza trata de suprimir a su lobo y no tirársele encima a Jesús. — rio el mayor. — Es comiquísimo, el señor celibato la está pasando muy mal con la visita de Jesús, tenerlo 24/7 en la casa es como tener la tentación en persona.

— ¿Jesús es asexual? — preguntó Qin.

— Jesús y Quetza son... no son asexuales, solo tienen creencias parecidas donde no quieren coger, pero, tarde o temprano van a caer, tal vez debería yo darles un incentivo. — sonrió malicioso el moreno. — Como sea, fue bueno venir, además quiero comprar unas cosas antes de volver a casa.

Hades no pudo evitar soltar una risa.

— ¿Cómo lo haces?

— ¿Hacer qué? — cuestionó el de tierras mexicanas.

— Tu vida, no te importa ser un enigma, logras las cosas por ti solo, mantienes a tus hermanos protegidos y eres feliz. Sin preocupaciones, solo siendo tú.

— Bueno, hago eso, solo soy yo y ya. — comentó Tezca. — Eso te falta cachorrito, estás tan preocupado por todos que te dejas muchas veces de lado, tienes que tener un balance, cuando lo tengas, tu lobo te seguirá y podrás al fin ser el enigma que debes ser. Y cuando lo seas, no dudes en llamarme, me interesará verte cuando muestres ser al fin un enigma maduro.

Y Simplemente con esas palabras es que el griego comprendió, que era momento de comenzar su vida con su omega, y vivir solo para él. Claro que nunca dejaría a sus hermanos de lado, pero tenía que ser más como Tezca, solo estar para ellos cuando ellos lo pidan, no estar sobre ellos todo el tiempo cuidando que no les pase nada.

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La sonrisa en Nikola simplemente le confirmaba a Kojiro el resultado que sabía.

El científico por su parte, no podía creer los resultados que tenía en sus manos. Su enzima había logrado que un omega recesivo y mayor tuviera condiciones perfectas para quedar encinta, y con los números que veía, tenía condiciones para poder sobrellevar el embarazo. En definitiva, sacaría al mercado ese invento, prácticamente sería una evolución en la humanidad, muchas enfermedades podrían sobrellevarse mejor, por ejemplo, los pacientes de cáncer no se verían tan desmejorados si durante las quimios recibieran un boost de esto.

Se lo diría a Beelzebub después, esto iba a llevarlos a conseguir el nobel.

Trato de ocultar su emoción, pero no pudo, menos cuando vio la enorme sonrisa del japonés. Y es que no había necesidad de palabras, ambos se abrazaron, por supuesto que con cuidado ya que el inventor no quería poner nada de presión en Kojiro. Nikola no pudo evitar besarle las mejillas y la frente, estaba tan feliz de ver a Kojiro irradiar felicidad.

— Si sigues con esa sonrisa será imposible ocultar tu embarazo. — rio Nikola. — ¿Sabes que tienes que cuidarte de ahora en adelante verdad?

— No puedo evitarlo. — rio el mayor. — Y lo sé, lo sé, comenzaré a trabajar desde casa y le pediré ayuda a Qin y a mi equipo.

— Nada de estrés, nada de ansiedad, nada de meterse en problemas de empresas, quiero que estés 100% relajado. Pasa más tiempo en tu Onsen, deja que Shiva cocine para ti y relájate, usa la Mojo Dojo para su propósito principal que era un lugar para relajarnos.

— Bien, bien. — rio el japonés. — Oye...

— Dime.

— ¿Puedes mantener el secreto? Al menos por hoy, quiero ser el que se lo diga a Poseí, quiero que sea el primero en saberlo... tú no cuentas porque necesitaba la confirmación, así que quiero que él lo escuche de mí, por favor.

— Mis labios están sellados. — rio Nikola. — Koji sé que estás emocionado, pero relájate, espera a Poseidón, seguro llega mañana con todos los demás, por ahora, solo descansa, deja que Proteus te mime y te lleve un rico snack a tu habitación. Ponte a ver películas, lo que quieras, solo descansa y relájate. Sé que mi enzima hizo maravillas en tu cuerpo, pero no debes confiarte, sigue siendo un embarazo de riesgo, quiero que tengas eso en mente. Por favor, no hagas nada que pueda alterarte.

— Es tan difícil. — dijo el japonés emocionado, acariciando su vientre. — Nikola, voy a tener un bebé.

— Y será precioso. — comentó el alfa, abrazándolo para besarle las mejillas. — Será precioso Kojiro, pero ahora ese bebé necesita que su mamá se vaya a relajar y deje de estar saltando de emoción.

— Sí, sí, ya voy mamá. — rio Kojiro. — Gracias por todo.

— No hay de qué, llámame si necesitas algo.

El japonés solo pudo salir del laboratorio feliz, no podía ocultar su felicidad, así que por primera vez se alegraba de que la Mojo Dojo fuera enorme, y encontrarse con alguien en los pasillos no fuera tan común. Le pediría a Proteus algunos snacks como le había dicho Nikola, seguramente pediría fruta picada, pero, se quedó un instante sonriendo a la nada, realmente no creía lo que estaba pasando, entonces decidió que, si no podía contener su emoción, menos podía contener su boca.

Porque en lugar de subir a su habitación, caminó hacia los garajes, y una vez llegando allí, llamó a Ino, su chofer, quien en unos minutos llegó a su lado. El japonés le miró intrigado, porque Kojiro no dejaba de sonreír y acariciar su vientre plano, fue entonces que cayó en cuenta, pero, decidió no decir nada, no hasta que su amo Sasaki decidiera revelárselo.

— Amo Sasaki, ¿en qué puedo ayudarle?

— ¿Conoces la mansión Lando? — cuestionó el japonés.

— Si, la conozco. ¿Es allí donde se encuentra el joven Poseidón, verdad?

— Si, ¿puedes llevarme? Necesito hablar con Poseidón urgente y tiene que ser en persona. — sonrió emocionado.

— Claro que sí, vamos.

En el camino podía verlo por el retrovisor, el japonés parecía feliz, muy feliz, es más, nunca lo había visto tan feliz como ahora. Simplemente acabó por sonreír por verlo así, y es que había estado a lado de Kojiro casi todo el tiempo, lo había visto crecer, lo había visto sonreír, reír, llorar, molesto y triste, y ahora podía asegurar, que nunca lo había visto sonreír de esa forma.

Estaba feliz por él.

El japonés cuando se dio cuenta que estaban cerca de la mansión Lando, no dudó en llamar a su alfa, pero lo intentó tres veces sin respuesta, después intento con mensajes, pero era lo mismo, no había respuesta. Hizo un pequeño puchero, a lo que rápidamente su chofer le dijo que podían esperar juntos hasta que le respondiera, pero el japonés tenía otros planes.

— ... ¿Te acuerdas cuando fui a la fiesta en Rusia? ¿Junto a Grigori? — cuestionó Kojiro.

— Lo recuerdo como si hubiera sido ayer señor, usted y el señor Rasputín realmente aman... poner la casa de cabeza.

— Ni siquiera habíamos sido invitados, decidimos tomar unas cuerdas y escalar la barda del lado norte para colarnos. — rio Kojiro. — El organizador de la fiesta estaba furioso con nosotros, pero dejó de estarlo cuando me puse a bailar con él, era muy lindo de joven ¿Sabes?

— Aun sigue siendo lindo. — respondió el mayor.

— Bueno, antes era más lindo. — rio el japonés. — La cosa es que nos divertimos bastante esa noche, y todo porque me se colar en fiestas, lo que vuelve a este punto. — dijo el japonés colocándose la sudadera de Poseidón encima.

— Amo Sasaki...

— Será rápido, ahora vuelvo.

Y es que antes de que el chofer pudiera decir algo. El japonés salió del vehículo, y joder que si tenía práctica en meterse a fiestas ajenas, porque logró pasar a los de seguridad en la entrada sin problemas, y que su aroma fuera el de Poseidón por la sudadera, hacía que no llamará mucho la atención, simplemente siguió caminando encontrándose con un problema más grande mientras ajustaba la capucha, afortunadamente traía el cabello suelto para evitar que su coleta estorbara.

Había demasiada gente en la mansión.

Exageradamente demasiada. Había algunos bebiendo, otros ya haciendo desastres, otros besándose en las esquinas, otros bailando sin parar. Solo se podía imaginar a él y a Grigori haciendo lo mismo, o que decir cuando se les unía Leónidas y acababan por hacer de esas fiestas suyas. Suspiró, se tenía que concentrar en buscar el aroma de Poseidón, así que empezó a caminar, pero, no se esperaba que alguien palmeara su trasero, lo que lo hizo tensarse.

— ¿Y tú de que carrera eres? Nunca me olvidaría de un trasero así, por lo tanto no eres de medicina...

— Arquitectura. — dijo el japonés, apartando las manos sin darle la cara. — Y después finanzas, y después ingeniería civil para acabar por doctorados en economía.

— ¿Eh?

— Adiós... — rio el japonés. — No toques el cuerpo de los demás sin su consentimiento, es inapropiado, te cortaría las manos, pero por ahora lo dejaré pasar. — contestó, perdiéndose entre la gente.

Y es que realmente Kojiro prácticamente ya había vivido y hecho lo que todas las personas en esa graduación apenas comenzaban, se le hizo algo nostálgico. Recordaba su graduación, y en como Qin insistió en asistir, pero por supuesto, Kojiro tenía en ese entonces 21 años, Qin solo 11 años, ni de broma lo trajo, pero cuando terminó la graduación, recordó que él, Grigori y Leónidas lo llevaron a un parque de diversiones y se la pasó muy bien.

Siguió caminando entre multitudes de gente, protegiendo su vientre y de no ser empujado o golpeado entre la gente emocionada bailando. Pero, para su buena fortuna, pudo visualizar cabello verde, y corrió hacia allá, donde vio a Loki que traía unos tragos en sus manos, al parecer regresaba de la barra libre.

— Loki... — dijo el japonés tomándole una mano.

— ¿Eh? Señor Sasaki, ¿qué hace aquí? — cuestionó el nórdico confundido de verlo. — Si alguien lo ve...

— No te preocupes, me iré rápido, solo quería saber dónde estaba Poseidón, tengo que decirle algo importante. — sonrió el japonés.

— Ah bueno, lo vi cruzando el lago de la mansión, donde está el quiosco, esta algo apartado porque el idiota no quiere engentarse. Iba a ir por él en un rato, así que lo puede encontrar allí, ¿conoce el camino?

— Sí, sí, muchas gracias.

El nórdico no pudo preguntarle que hacía realmente allí, pero, iría de chismoso al rato con Poseidón, además, el japonés lucía seguro, y es que Kojiro Sasaki ya conocía la mansión Lando, así que era fácil orientarse e ir hacia donde tenía que llegar. Entre más se acercaba, más nervios sentía, y es que le diría a Poseidón que serían padres, que todo funcionó, que pronto tendrían a un cachorro con ellos. Solo podía sonreír, imaginándose las diferentes reacciones que podía tener Poseidón.

Tal vez haría esa expresión de sorpresa, donde se queda en shock para después relajar su rostro y llenarlo de besos. O tal vez simplemente no podría controlarse y sonreiría sin más, llenándole de besos y gritando emocionado, o puede que tuviera la misma reacción que él, llorar de felicidad y abrazarse.

Sea como sea, simplemente quería ver los ojos azules, así que cuando divisó la cabellera rubia, solo pudo sonreír, y es que Poseidón estaba de espaldas, claro que reconocería la espalda de su alfa, más con ese cabello rubio y rizado que tiene, pero se detuvo. Se detuvo cuando visualizo unas manos abrazándole, y cuando su alfa abrazó de vuelta a alguien con tanto cariño, sintió que le temblaron las rodillas.

Trago grueso, no, no iba a malinterpretar las cosas, Poseidón tiene amigos, siempre ha tenido amigos, además de Beelzebub y Loki, él igualmente abrazaba a Qin con cariño, a Michel, a Simo, era normal, los abrazos entre amigos eran normales. Pero, cuando alzó la mirada de nuevo para verlo, y vio que estaba besando a esa persona que juró sacarla de su vida, su cuerpo se movió solo dando una media vuelta y retirándose. ¿Qué hacía Anfitrite besando a Poseidón cuando el griego le juró que nunca se acercaría a ella de nuevo?

¿Por qué estaba pasando esto?

¿Por qué su cuerpo había entrado en automático y estaba huyendo cuando debía confrontarlo?

¿Por qué estaba haciendo lo mismo que hizo con Aoki y era huir en lugar de enfrentar la situación?

Había un sinfín de preguntas en la mente del japonés que sentía que le faltaba el aire, simplemente comenzó a correr entre la gente, tratando de salir, tratando de que por alguna razón todo tuviera sentido. Porque todo era un sueño, era imposible, Poseidón nunca le haría eso, nunca, solo era algo del que debía despertar, solo era una pesadilla. Pero, no lo era. Porque podía sentir, podía sentir sus piernas moverse, podía correr rápido, podía hacer de todo, si, no lo era.

"¿Te engañó? Kojiro, mira, si sabe mantenerlo de manera discreta aún puedes casarte con él, no importa. No es como si fueras a encontrar a alguien más tan fácil, solo acepta lo que tengas..."

Recordar las palabras de Yoshiro rebotando en su mente después de que le confesó lo que sucedió con Aoki le dolían, porque suponía que si quisiera hablar con él le diría lo mismo. Tal vez debía aceptar eso, tal vez debía aceptar que esto seguiría pasando una y otra vez porque los medios, las noticias, su padre, todos tienen razón, ¿Quién estaría con alguien como él?

No supo cómo logró salir, pero lo hizo, y acabó por subir como zombie al coche donde Ino lo esperaba. Apenas cerró la puerta sintió eso como una alarma para dejar sus lágrimas salir, comenzando a sollozar a lo que su chofer se encontraba confundido, volteando a verle, sin entender qué diablos había pasado.

Y es que de nuevo se sentía como estar en su sala de su mansión, viendo a Yoshiro a metros de él, sentado mirándolo mientras Kojiro le explica lo que pasó, y porque debía detener todos los planes de matrimonio o las relaciones que Yoshiro estuvo dispuesto a aceptar con los Miyamoto. De nuevo esa mirada verde olivo en él que lo veía sin ninguna expresión.

— ... ¿Qué esperabas Kojiro? — dijo Yoshiro mirándolo. — Decidiste salir de mi dirección y ve el desastre que cometes, ahora mírate, eres patético sin parar de llorar, solo debiste escucharme, pero bueno, como te dije, si el idiota sabe ocultarlo, pues que siga así y podemos continuar con esto, o bueno, ¿qué quieres hacer? No te haces más joven y la verdad, mi consejo sería que me escuches y dejes todo en mis manos.

— ¿Eso es todo lo que vas a decirme? — dijo el japonés alzando su mirada viendo el rostro de su padre.

— ¿Hay algo más que decir? Esa es tu vida, un desastre, desde que saliste de los Sasaki siempre lo ha sido, solo obedece de nuevo. Eres voluble, débil, y nadie te va a querer, solo acéptalo, no eres ni una pizca de lindo o atractivo que son otros omegas a comparación de ti, eres nada en comparación a la mayoría, acepta las migajas y deja de hacer un drama por esto.

Recordó que después de eso solo huyó de la presencia de su padre, y acabó por refugiarse en sus amigos. No volvió a dirigirle la palabra a Yoshiro, es más, no lo había visto en años, la boda de Adamas y Jātaka había sido la primera vez que lo veía después de todo ese fiasco donde buscó comprensión en su padre, y no encontró nada en absoluto.

— ¿Señor Sasaki?

La voz de Ino lo hizo reaccionar, recordando que estaba sentado en el auto, y que de nuevo estaba viviendo esos momentos de dolor.

— Hizo lo mismo...

— ¿Eh?

— Hizo lo mismo... — dijo el japonés cubriendo su rostro, tratando de hablar, pero su voz se rompía entre llantos y controlar su respiración. — Ino, ¿por qué volvía a caer en lo mismo? Soy como papá, no me puedo librar de estas cosas...

— Kojiro. — dijo el chofer, tomándose el atrevimiento de usar su nombre, dado a la preocupación que subía, ya que estaba viendo como el japonés comenzaba a descoserse, no quería que le diera un ataque de pánico. — ¿Qué pasa? ¿Qué pasó? ¿Poseidón te hizo algo?

Solo podía ver al japonés siendo un desastre, tratando de controlar sus sollozos y su respiración, y es que el chofer notó el ataque de pánico que estaba teniendo, así que tenía que hacer algo, pero ninguno de los dos japoneses se esperaba lo que pasó después. Y es que Sasaki realmente trataba de controlarse, pero no podía, y cuando Ino iba a pasar al asiento trasero con él, el grito de Kojiro lo alarmó, porque el japonés se sostuvo el vientre en dolor, y vio como los pantalones de su jefe comenzaban a humedecerse de un color obscuro.

Sangre.

Ambos se quedaron por un segundo en shock, y ambos dirigieron su vista a ello, donde por un momento se miraron, y el japonés sostuvo su vientre a lo que Ino despertó, reaccionando de golpe, tomando el volante y comenzando a conducir. No quería hacerlo, porque sabía que llamaría mucho la atención, pero activó las sirenas de emergencia del auto, para que consiguiera vía libre, y continuar.

— ¡Kojiro! ¡Por favor! ¡Hábleme! ¡De lo que sea!

Y es que podía ver como el japonés estaba a nada de desmayarse, ya sea por el dolor, ya sea por el ataque de pánico o la impresión de sentir sangre correr por sus piernas, pero, aunque el japonés trataba de responderle a Ino, solo pudo decir su nombre antes de caer desmayado en la parte trasera. En ese momento ni lo pensó, seguía con el pedal a fondo mientras usaba al asistente personal para llamar a Qin Shi Huang. A decir verdad, le resultaron eternos los sonidos de llamada antes de escuchar la voz del emperador.

— ¿Hola?

— ¡Hospital Lincoln Avenue! ¡Lo llevaré a la entrada de emergencia de los Shi Huang! ¡Por favor necesito el código!

Y es que ese hospital tenía una sección exclusiva que los Shi Huang habían requerido, como médicos disponibles 24/7 para atender una emergencia. La había pedido y construido Zichu Shi Huang cuando tuvieron a Chun Ou, así que, por ello, ahora ese lugar se ocupaba para tratar emergencias de amigos o personas cercanas de los Shi Huang.

— ¿Qué pasa Ino? ¿Es Koji? — dijo un alterado Qin del otro lado. — ¿¡Qué le pasó a mi Koji!?

— ¡Señor Shi! ¡Por favor! ¡Necesito el código ya! — gritó el chofer, y es que no importaba si era Kojiro Sasaki, no lo admitirían al menos que tuviera el código de acceso oficial para entrar.

— 34—890. — dijo Qin donde su voz se notaba en estrés de golpe. — ¡¿Qué le ha pasado a Koji!? ¡Ino!

— ¡Está encinta! — gritó el chofer, mirando el hospital a lo lejos, estaba por llegar. — ¡Esta sangrando, tengo que llegar! ¡Estoy a 5 minutos o menos!

Y se cortó la llamada, pero el chino sintió la adrenalina subirse en él, porque se levantó de golpe de su asiento, estaban mostrándole a Tezca uno de los jardines mientras se relajaban, pero el chino simplemente estaba en shock, y sentía que el aire le faltaba, para después al soltar sus feromonas, Hades y Tezca supieron que algo grabe pasaba, desde el grito que soltó Qin hasta lo alarmado que se encontraba, ya que el chino comenzó a correr hacia la Mojo Dojo sin decir nada, y los dos enigmas le siguieron por detrás.

Qin Shi Huang nunca había sentido tanto miedo como el que tenía en ese momento corriendo por los pasillos, escuchando a Hades diciéndole que le explique qué pasó, pero el chino no necesitaba a su enigma ahora, solo corrió hasta llegar a la oficina de Nikola, donde agitado pudo ver la mirada verde mirándolo confundido, y es que Nikola estaba tranquilo haciendo papeleo, pero, por la respiración agitada del chino, se alarmó al verlo llegar de golpe, y solo diciendo el nombre de Kojiro como si fuera un desgarró, el inventor lo supo, simplemente agarró un maletín con su enzima, y salió disparado con un Qin histérico de allí.

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El nórdico solo podía saltar emocionado en la pista de baile.

Y es que era divertido estar bebiendo y perdiendo el control entre amigos, pero, divisó el rostro molesto de Poseidón, así que se salió de la bolita que traía el ambiente y se acercó a su amigo malhumorado. Y es que Loki lo veía de arriba abajo, para después suspirar.

— ¿Pasó algo con Kojiro? — cuestionó Loki. — Te digo que tú no puedes pasar un día sin cagarla.

— ¿De qué hablas? Koji y yo estamos bien, está en la casa, quisiera ir ya para no tener que estar rodeado de borrachos, pero le prometí que me divertiría aquí.

— ¿Eh? No, no, es que Kojiro está aquí, me dijo que te estaba buscando, ¿Qué no has revisado tu celular o algo? ¿Dónde estabas?

— ¿Koji está aquí? — dijo el rubio mirando a todos lados. — No me ha... oh.

El rubio solo pudo buscar entre su pantalón, y tomar su celular para maldecirse internamente porque tenía la función de no molestar encendida, y una vez que la quitó, pudo ver cómo llegaron todos esos mensajes y las alertas de llamadas perdidas, en los mensajes Koji le mencionaba que si se podían ver, que estaba fuera de la mansión Lando, pero, con lo dicho por Loki, quería decir que su dulce japonés se había colado. Sonrió ante eso.

— Maldita sea, ayúdame a buscarlo, quiero irme. — dijo el rubio. — La puta de Anfitrite me amargó la noche.

— ¿Eh? ¿Qué pasó? — dijo Loki caminando con él.

— La idiota se me acerca diciendo que quiere cerrar el ciclo, y me pide un abrazo como despedida, accedo, ya que Kojiro me dijo que debería simplemente darle un cierre a todo eso y solo seguir, pero la muy hija de puta me besó, así que le di una cachetada tan fuerte que la deje en el suelo, sabes, no me enorgullezco, pero joder disfruté dársela, solo me trae problemas con Kojiro. Ya nos graduamos, ya no me interesa en absoluto lo que haga con su vida.

— Bueno, tenías razón en ello, estaba violando tu espacio personal e hizo algo que no debería.

— Si, y la muy puta trató de someterme con sus feromonas, pero logré huir antes de que pudiera hacerlo. Solo quiero sacar a Koji de aquí e irme con él. — comentó el rubio. — Además... ¿estarás libre el próximo fin de semana?

— Sí, ¿por qué?

— ... ¿Me acompañarías a ver de nuevo el anillo que vimos?

— ¡Oh por dios claro que sí! — dijo el nórdico colgándose del rubio. — ¿Lo vas a hacer? ¿Pedirás que se case contigo?

— Claro que voy a hacerlo. — respondió el griego.

— Deberías pedirle su mano a Qin, son como familia ¿no? Presenta tus respetos.

— Sobre mi cadáver estaría de rodillas ante esa pulga diciéndole que me deje estar con Kojiro, él no es su padre, no le pediré nunca su mano.

— Eres tan...

Y en eso el teléfono del rubio comenzó a sonar, por lo que no dudó en caminar con Loki a un lugar donde la música no sonara tan fuerte. Cuando contestó, solo podía escuchar bullicio del otro lado de la línea, pero reconoció la voz de Hades, se escuchaba mucho ajetreo del otro lado, gritos, y demasiadas personas hablando, pero...

— ¿Poseidón? ¿Me escuchas?

— Si, ¿qué pasa?

— Ven ahora mismo al hospital Lincoln Avenue, ven ya, es Kojiro...

Realmente no tuvo que decirle más.

El rubio salió disparado de allí. Ni siquiera le dijo a Loki que pasaba, solo corrió lo más rápido que pudo, ignoró a todos a su paso hasta llegar al coche, tomando las llaves y manejando sin parar. Y es que pasaban mil y un cosas en su mente que pudieron haber pasado. Tal vez un accidente en su práctica de Kendo, o tal vez había resbalado por las escaleras, o había comido algo mal y le causo alergia o reacción, o simplemente sintió dolor y por eso ahora estaba allí, sea lo que fuera, sintió con desesperación el tener que llegar al hospital.

Cuando lo hizo, en recepción decían que no tenían a ningún Sasaki Kojiro ingresado, pero, Hades se encontró con él, y le tomó de la mano jalándolo a un área privada, ni siquiera sabía que existía, donde se encontraban los amigos del japonés, solo algunos, y veía a Qin Shi Huang caminando angustiado de un lado a otro, también vio a Ino que se encontraba sentado con ellos, pero, notó sangre en la ropa de Ino y se alarmó.

— ¿Qué le pasó a Koji? — dijo el rubio atrayendo la atención de todos.

Era la primera vez que le ganaban en velocidad a Hades, porque ese golpe directo al rostro de Poseidón por parte de Qin nadie se lo esperaba, y menos cuando el rubio estaba de rodillas sosteniéndose el labio, la descarga de feromonas del omega en él, hizo que se sintiera como si estuviera respirando fuego, joder que le dolía, pero trataba de mantenerse bien. Hades tuvo que intervenir rápido cargando a su omega, y sacándolo de la sala con él, y es que, entre su dolor, escuchaba los gritos de Shi Huang diciéndole que si algo le pasaba a Kojiro iba a ser 100% su culpa.

No entendía nada de lo que estaba pasando.

Thor se acercó a él, levantándolo del suelo y sentándolo en lo que el efecto de las feromonas de Qin salía de su cuerpo, y es que Hades logró calmar a su omega, así que el lugar de la sala de espera solo se escuchaba el silencio y los sollozos del chino que estaba con tremenda ira a flor de piel, pero se estaba mezclando con su preocupación por el japonés, más cuando Nikola no había vuelto con noticias, ni ningún doctor había vuelto a la sala para decirles que pasaba. En esos momentos, Zeus con ayuda de un botiquín que pidieron, acabó por curarle el labio a su hermano, para que después Poseidón lo mirara y le susurrara lo que se cuestionaba desde que llegó.

— Zeus, ¿Qué diablos pasó?

Cuestionó el mayor a lo que su hermano hizo una mueca, para después pasar una mano por su cuello, buscando las palabras que decir. Acabó por darle unas palmaditas a Poseidón y después suspirar.

— Creo que lo mejor es esperar a que el medico venga y nos diga más información. — dijo el griego. — Am... Poseí, solo se paciente, es que no creo que yo debería ser quien te diga que...

Y se escuchó el caminar de alguien por los pasillos, haciendo a todos voltear y por supuesto haciendo que el chino se pusiera de pie al ver a una hermosa mujer llegando en bata, con unos papeles en la mano. Era preciosa, alta, rubia, de ojos azules y gentiles, y con un aura poderosa. Esa mujer puso los ojos en todos y después suspiró. Más cuando Nikola venía detrás de ella y tomaba lugar con sus amigos.

— Mi nombre es Hera Greek, soy la médico que está a cargo de Sasaki Kojiro. — comentó. — ¿Ustedes son los familiares?

— ¿Cómo está? — cuestionó Qin tratando de controlar su histeria. — Y sí, todos somos sus familiares.

— Esta estable, aunque se tendrá que quedar en el hospital unos días. — comentó la mujer. — Tuvo una amenaza de aborto debido a los niveles de ansiedad y estrés en los que llegó. Afortunadamente no perdió al bebé, pero, su cuerpo no se encuentra en las condiciones de dejarlo salir ahora. Lo mantendremos en observación un momento más... ¿se encuentra la pareja del señor Sasaki con ustedes?

Todas las miradas rápidamente recayeron en el rubio que tenía un rostro de shock.

Y es que era la primera vez que sentía que le faltaba así el aire. ¿Acaso había dicho que estaba encinta? ¿Qué había tenido una amenaza de aborto? ¿Qué esa es la razón por la que está aquí? Miles de pensamientos pasaban por su mente, pero, en ese momento se estaba odiando porque en lugar de sentir preocupación por Kojiro en su totalidad, sentía felicidad en su pecho al saber que su omega estaba encinta y el bebé no se había perdido.

Era...

Sintió un golpecito por parte de Zeus y Poseidón se levantó, es cierto, la doctora había pedido por él.

— Yo... yo soy... yo soy la pareja de Kojiro. — dijo el rubio tratando de volver a reponerse.

— Lo necesitaremos en unos minutos. — dijo Hera mirándolo. — Cuando termine de examinarlo y pase a su habitación, necesitamos que lo marque con sus feromonas. De ahora en adelante estos próximos nueve meses necesita llenar de feromonas a su omega, es vital para el desarrollo del cachorro. Igualmente quiero decirles a todos que estoy enterada del... medicamento experimental que ha tomado el señor Kojiro.

— ¿Qué? — dijo Qin confundido, sin poder creer lo que escuchó. — ¿De qué habla? ¿Medicamento? ¿Experimental?

— Qin... — dijo Nikola, tratando de buscar las palabras, pero realmente no salían.

— Su amigo Nikola me explicó todo antes de que yo entrara a quirófano. — comentó la médico. — Sobre lo que le estaban suministrando. Déjenme decirles que sí, el medicamento lo hizo suficientemente fuerte, y no perdió al bebé y ni él tuvo un golpe tan severo. Pero, no jueguen a ser dios, pudieron afectar al cachorro y su desarrollo, es más, hasta ahora no sabemos si vaya haber efectos secundarios por ese componente en el cuerpo del señor Sasaki. No podemos descartar malformaciones, problemas médicos, ni una muerte de vientre. El equipo médico está revisando y analizando los resultados, y por ahora no podemos cortarle ese suministro ya que su organismo lo necesita, lamentablemente el señor Sasaki está teniendo un embarazo de muy alto riesgo ahora, al saber que está tomando una enzima, que no tenemos idea cómo reaccionará ante un ser desarrollándose dentro de él.

Todo de nuevo se quedó en silencio, donde el chino miró a su enigma quien estaba igual de confundido y horrorizado del asunto. Y es por ello que Hades volteó a ver al rubio que realmente no pudo sostenerle la mirada, diciéndole todo con esa acción, y peor, cuando los ojos de Shi Huang se encontraron con los de Tesla, el científico no pudo esconder en su rostro, que sabía todo esto.

— Nos estaremos comunicando, volveré si hay nuevas noticias, y vendré por la pareja del señor Sasaki en unos momentos. Con permiso.

Fue el sonido de una tremenda bofetada lo que fue a parar al rostro de Tesla.

Y no fue solo una, Qin le soltó como 2 antes de que el científico interviniera y parara sus manos, pero por supuesto que eso no iba a detener a Qin, quería moler a golpes al científico delante suyo, pero, fue Lü Bu quien intervino, y es que se podía respirar la ira que estaba soltando Shi Huang mirando con tal desprecio al científico que nadie se atrevía a decir algo. Pero, del otro lado, se escuchó una nueva bofetada, esta vez de parte de Hades hacia Poseidón, que realmente no se quitó porque sentía que lo merecía.

El albino estaba tratando con todas sus fuerzas de controlar su ira como le habían enseñado, pero, le estaba costando. Es que no podía creer que Poseidón fuera tan lejos como para probar algo experimental en Kojiro, dejarlo encinta y ni siquiera saber si su pareja sobreviviría solo por un cachorro, estaba jodidamente molesto.

— ¿Cómo pudiste? — dijo el albino. — Sabías que era un riesgo alto, y aun así no te importó lo suficiente para detener esa estupidez.

— ... No lo detendría. — dijo el rubio, ante la sorpresa del enigma. — Es algo que quería Kojiro, que quiere aún, así que golpéame todo lo que quieras, pero si mi omega quiere hacerlo, no voy a ser yo quien lo detenga, él tomó la decisión de hacerlo.

— ¡Poseidón! — alzó la voz Hades. — ¿Te estás escuchando? ¡Es una estupidez!

— ¡Se lo dije! ¡¿Sí?! ¡Le di tantas opciones, le dije que podíamos olvidarlo, hablé con él tantas veces y no quiso! ¡No quiso! ¿Qué quieres que haga? ¿Qué haga mi voluntad sobre él y lo confine a no hacer nada que es peligroso? ¡No es mi propiedad! ¡No tengo poder sobre sus decisiones! ¡Solo me queda apoyarlo! — dijo el rubio entre lágrimas. — ¡No creas que nada de lo que dijo esa médico no me duele! ¡Me está matando, Hades!

Y la verdad, era una de las primeras veces que veía al rubio mostrar genuina preocupación por alguien. Nunca lo había visto con un rostro que reflejara más que solo una emoción, pero allí estaba, sin poder controlar su llanto como siempre lo hace, con esa mirada desesperada y tratando de entender todo lo que le habían dicho en solo unos minutos.

— Es un componente seguro... — dijo el científico levantándose. — No le daría algo que le causara daño.

— No quiero escucharte. — gruñó Qin. — Ni quiero verte, ni quiero saber que respiras en este momento.

— Qin, nunca dañaría a Kojiro. — comentó Nikola mirando al omega. — Tú sabes que...

— ¿Nunca? — rio el chino, limpiándose las lágrimas. — ¿Por qué diablos no me lo dijiste? ¿Por qué no me dijiste que aceptó esa estupidez?

— ...

— ¡Nikola!

— Le prometí no decírtelo. Él no quería que tú lo supieras.

— ¿Y eso no fue una señal para ti de saber que esto era una jodida locura? — comentó el chino. — Nikola, Kojiro está en el hospital, con un cachorro aferrándose a su vientre y con algo experimental corriendo por sus venas. Él... si yo... si yo lo pierdo... al primero que mato es a ti, y al jodido rubio que comparte sangre con Hades, y créeme que voy a disfrutar haciéndolo.

Y es que el científico vio esos ojos azules, y joder, era la primera vez que lo veía tan intimidante, porque era la primera vez que Qin no bromeaba, era la primera vez que realmente lo veían molesto, y si Zichu daba miedo, Qin causaba terror, porque Qin podría llegar a ser más cruel por mucho.

— Él estará bien. — dijo Nikola, saboreando la sangre en su boca, claro que esos golpes estaban pasando factura. — Te lo prometo.

— Mira, solo cállate, no quiero escuchar estúpidas promesas viniendo de ti pedazo de mierda, si se muere te juro Nikola, que haré que ruegues por morir antes de que te mate. — comentó enfurecido el chino. — Maldita sea... — gruñó el omega tratando de controlar sus lágrimas.

Y es que le dolía todo, le dolía que Kojiro estuviera en el hospital, le dolía que Kojiro no se hubiera acercado a él al aceptar esta locura, le dolía que Nikola nunca le comentó esto para evitarlo, y le dolía decirle esas cosas a Nikola cuando lo ama tanto que le duele estar molesto con él. Pero no podía evitarlo, no sabría qué haría si Kojiro no se recupera de esto, simplemente no podría vivir sin el japonés.

— Te correría de aquí pero ahora que los doctores necesitan seguirle administrando esa cosa, te van a necesitar aquí. — se quejó Shi Huang. — Lo mismo contigo, Poseidón. Te estaría arrancando los ojos si no fuera porque dijeron que Kojiro te necesita estos nueve meses. Maldito infiel de mierda, no sabes cuantas ganas tengo de matarte grandísimo hijo de puta.

— ¿Eh? — dijo el rubio confundido, y es que la amenaza había caído de lado cuando escuchó esa palabra. — ¿Qué?

— No te hagas el que no lo sabes, Ino nos contó todo, no te quiero ver ni cerca de la Mojo Dojo, busca un lugar donde dormir hoy.

— ¿De qué diablos hablas? — dijo Poseidón confundido.

— Poseidón, Ino nos dijo que ocurrió con Kojiro antes de que sufriera este accidente. — comentó Hades, por supuesto, estaba siendo una barrera para que Qin no se acercara de más.

— ¿Qué dicen? Si yo no he sido, ni nunca seré infiel a Kojiro.

Claro que Hades tuvo que intervenir antes de que Qin se lanzara a los golpes contra él, y es que el omega estaba iracundo, más porque le molestaba que Poseidón no se hiciera responsable de sus acciones, así que lo cargó, prácticamente sometiéndolo de esa forma, y soltando sus feromonas para relajarlo, eso estaba sirviendo un poco.

— Joven Poseidón. — dijo el chofer levantándose. — ... Miré, solo he dicho lo que el amo Sasaki me contó. Él quería que usted fuera el primero en saber que estaba encinta, así que me pidió que lo llevara a la mansión Lando. Una vez allí trató de comunicarse con usted, pero no respondía así que se escabulló dentro. No supe que pasó allí, pero cuando regresó al auto era un completo desastre, no podía parar de llorar y repetirme que volvió a suceder lo de Aoki, su antigua ex pareja. Y bueno, lo que sucedió entre Aoki Miyamoto y El amo Sasaki, fue que el alfa se encontraba engañándolo. Al final, no puedo afirmar ni negar que eso estaba haciendo usted, solo puedo decir lo que el amo Sasaki dijo. Igual es por ello que entro en crisis y fue cuando sucedió esto.

El rubio se quedó en shock al escuchar al chofer de su omega.

Solo pudo caer en su asiento tratando de pensar porque Kojiro pensaría eso, si prácticamente no se había acercado a ningún omega u alfa, es más, él solo quería regresar a sus brazos. Pero realmente no quería indagar más, solo se quedó con la mirada perdida un momento, porque no era importante eso, lo averiguaría de Kojiro después, lo importante era que su omega está muy frágil y solo quiere verlo, y arreglar todo este maldito embrollo.

— No engañé a Kojiro... — dijo Poseidón. — Solo necesito hablar con mi omega...

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"Solo llámame papá. Vendré corriendo, por cualquier cosa, por favor, llámame."

Eso fue lo que le había dicho a su padre, mientras miraba esos ojos caramelos con ojeras, ya sin brillo. Mientras lo veía disfrutando la brisa de su jardín, y mientras le dedicaba una muy suave sonrisa. Podía ver el rostro de su padre desmejorado, pero por más que lo obligara a irse de allí con él. Satoru se negaba a separarse de Yoshiro, y es que ya lo había intentado, ya había intentado sacarlo por la fuerza, ya había intentado hacer que ambos se mudaran a otro hogar, pero Satoru siempre regresaba a Yoshiro, y ya no podía seguir obligándolo, la única forma en la que lograría algo, será que Satoru realmente quiera dejar esa vida.

Miró a su padre una última vez, para correr a sus brazos y abrazarle, sintiendo como Satoru se aferraba a él, llenándolo de besos en sus mejillas y frente, y él como su hijo haciendo lo mismo. "Estaré bien, disfruta el Edén, vayamos de vacaciones cuando acabe el año..." fue lo que le había dicho, antes de ambos sonreír, antes de dejar de sentir su toque cálido en sus mejillas, y dejarlo.

No pensó que tres meses después de eso recibiría a un hombre en el Edén, para entregarle una caja con una nota en ella. Y eso sería todo.

No llamó.

No escribió.

No dio una señal.

Simplemente Satoru desapareció de golpe, y desde ese día odiaba de una manera más intensa a Yoshiro. Porque no podía creer que lo haya dejado caer tanto al punto que la única libertad que encontró su padre fue matarse, incluso cuando su padre era devoto a él.

Era extraño.

Un momento estaba llorando en el auto y cuando sintió ese dolor y se desmayó, se sintió de nuevo en el jardín, donde una dulce caricia llegaba a su mejilla, y juraba que podía sentir la caricia de su padre de nuevo. Pero al parpadear, vio luz en un techo desconocido. Poco a poco conforme enfocaba, veía una habitación que olía a desinfectante y a limpio, como un hospital. Trató de moverse un poco, pero sentía su cuerpo muy débil, además que escuchaba el sonido de las máquinas y después sentía una calidez en su mano.

Al voltear pudo divisar una cabellera rubia y escuchó una voz, sonaba algo lejana hasta que poco a poco sus oídos fueron despertando, al igual que sus ojos enfocando, para al fin ver el rostro de su alfa, ese bello rostro que le miraba con preocupación, mientras le decía algo, pero su cerebro se sentía apagado, apenas estaba entendiendo donde estaba.

"Está bien, Koji, el bebé está bien, no lo perdimos."

Eso lo hizo enfocarse, era verdad, lo recordaba ahora, estaba en el auto porque había ido a ver a Poseidón, recuerda el sonido de la música, y recuerda ver al rubio con alguien más. Él había ido para decirle sobre el bebé, que esperaba un cachorro, pero todo salió mal. Recordaba que sintió un fuerte dolor en el vientre, y cuando sintió algo caliente resbalar por sus piernas, simplemente no pudo más y se desmayó.

Miró hacia Poseidón.

Notó algo más en él, tenía el labio hinchado y vendado, además que la mejilla enrojecida, ¿qué le había pasado?

— Me quedé en shock cuando lo supe, pececito. — sonrió el rubio. — Tendremos un cachorro, la verdad aun me siento algo nervioso, pero no te preocupes, me han dicho que tengo que hacer, haré todo al pie de la letra, te cuidaré, además de que te llenaré de feromonas y mimos todo este tiempo, más de lo que hago siempre, te juro que no sufrirás nada durante tu embarazo y después de él, te haré feliz.

"Usted es muy diferente al amo Satoru..."

— ... ¿Qué es lo que necesitas? — preguntó el japonés.

— ¿Eh? Bueno... por ahora necesito que te mejores, y después tal vez un poco de agua, ¿por qué lo dices?

— No, Poseidón, quiero ofrecerte un trato.

— ... o-okey. ¿Por qué?

— Puedes elegir cualquiera de mis hoteles, de cualquier lugar del mundo, y si quieres acciones te las daré, no tendrás que trabajar nunca en tu vida, podrás seguir con tu empresa y me aseguraré que nada te falte. Lo pondré a tu nombre, lo firmaré... pero mi cachorro se queda conmigo. Y ya no te quiero cerca de mí, veremos cómo podemos quitarnos la marca con ayuda de Hades.

Era la primera vez, en sus casi 24 años de Poseidón Olympus, que se quedó sin habla, sin un pensamiento, sin nada, mientras miraba esos ojos chocolate mirándole.

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¿Qué le falta al Posekoji? C O M U N I C A C I Ó N.


Si al Haqin le costó que hubiera comunicación entre ellos, al Posekoji les costará igual. Jack ya lo había mencionado a Apolo, lo importante es comunicarse y conocerse entre ellos bien antes de esperar una vida de cuentos de hadas.

Por otra parte, ¿qué nombres aconsejan para el cachorro Posekoji? ¿Será niño o niña?

Me encantó sacar a Hera uwu <3 Apreció a esa diosa.

Igual me está gustando sacar el pasado de los Sasaki y que haga relación con lo que se ve del posekoji, tal vez continúe haciéndolo.

Tezca apareció y me sentí muy feliz, si es como un papá para Hades, y aunque luce de su edad, Tezca tiene como 55 años. Pero, siguiendo su mitología, Tezcatlipoca es el dios joven, o de la eterna juventud. Ese wey podría tener 10000000 años y seguiría viéndose perfecto. Por ello quise hacerle el honor a eso aquí. Espero que lo disfrutarán, porque no volverá a salir, tal vez solo menciones, pero no es parte importante de la trama uwu.

Por otro lado, se acerca igual el rut de Hades, ¿qué pasará? ¡Descúbranlo en el siguiente capítulo!

Igual se viene la visita de Kintoki y estoy emocionada de ver al bebé llegar.

¡Saluditos! 

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