✨ Capítulo -17- ✨
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AÑOS ATRÁS...
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La vida con los Sasaki era un infierno que lucía como un paraíso.
Al menos eso pensaba Yoshiro Sasaki, mientras despertaba a su rutina habitual. Al levantarse ya había un baño preparado para él, ya su ropa estaba lista. Dejaba que sus sirvientes le ayudaran a arreglarse, dejaba que peinaran su cabello, mientras él solo podía verse en el espejo, pensando, ¿esto es vida o solo estaba viendo su vida escaparse de sus manos? No lo sabía. Realmente su percepción de la vida misma estaba mal, siempre tuvo todo lo que quiso, siempre hizo lo que quiso, entonces a una corta edad, ya había hecho de todo, visto el mundo y ahora se sentía vacío.
Más cuando sintió que la única persona que hacía latir su corazón, lo había rechazado quien sabe por cuanta vez.
Podía ver como colocaban esos adornos en su cabeza, esas joyas preciosas, ese vestuario tan elegante y pulcro, podía ver como hacían de todo para combinar con sus ojos verdes, esos ojos verde olivo que cargaban en la familia, podía sentir el aroma de las feromonas de los alfas y omegas que lo ayudaban a arreglarse, y solo podía tener un sentimiento de querer gritar, pero nunca lo hacía.
— ¿Ha llamado Zichu? — preguntó, a lo que sus sirvientes se vieron uno a los otros. — ¿Ha dejado un mensaje o algo?
— No lo ha hecho, amo Sasaki. — respondió uno con algo de miedo, haciendo una reverencia.
— ...
Y es que había pedido ayuda a gritos a Zichu una noche anterior, a lo que el chino le miró, y dijo que vería que podía hacer, pero al parecer no podía hacer nada en absoluto, porque ya le habían arreglado, ya lo habían vestido así de formal, y ahora iba caminando fuera de su habitación, para encontrarse a sus padres, quienes comenzaron a caminar junto a él por un pasillo.
Por un momento se imaginó de nuevo en Edén, riendo con sus amigos mientras tomaban a escondidas. También cuando Adam hizo la estupidez de hacer que todos huyeran por una puerta trasera, no recuerda un día en el que haya reído tanto como aquella vez. O que tal la vez que Anne se la pasó peinando su cabello, relajándolo después de que Zichu lo hiciera llorar, se había divertido tanto, la pijamada con la omega había sido genial, pintó sus uñas, rieron y bebieron, se estaba olvidando de su vida rigurosa y le encantó salir de fiesta. O puede ser que el momento en el que Gautama lo invitó a hacerle una pequeña broma al maestro de física, había sido glorioso ver como todo el laboratorio se llenó de espuma y ambos rieron en grande. O puede que también amara como Lu Shang lo había invitado ese día de vacaciones, y habían reído juntos en la playa mientras disfrutaban su libertad.
Y...
"Ya está arreglado, Yoshiro. Te casarás con el alfa que hemos elegido para ti, es un buen trato y su familia es muy importante para el nuevo negocio que queremos explorar..."
Oh.
Es cierto.
Ese pasillo que caminaba lo llevaba a esa reunión de matrimonio.
Era gracioso, recordaba sus momentos de libertad cuando sabía que estaban a punto de arrebatárselos, porque tenía que seguir todo lo que su familia le dictaba, así que simplemente tenía que morderse la lengua, bajar la cabeza, y aceptar al jodido desconocido detrás de esa puerta. Él ya tenía alguien que quería, ya estaba viviendo la vida que quería, no necesitaba nada más.
— Takeshi. — eso despertó de sus pensamientos al omega, que veía como su madre era saludado por otro hombre. — Es precioso, siempre supe que tu hijo había sacado tus encantos.
— Tiene la belleza de la familia, así es. Hablemos.
Por supuesto que solo pudo mirar al suelo, viendo que había una mesa, y del otro lado había un alfa haciendo una reverencia, y al parecer su próximo "esposo", que tenía un velo cubriendo su rostro al igual que las ropas de una novia tradicional japonesa ya puestas en él, igual esperando.
"Los alfas siempre son un bonito regalo para los omegas, siempre tienen que verse como una joya que adquieren..."
Solo pudo suspirar al recordar las palabras de su madre. Tomó asiento en su lugar, y su papá alfa igual, haciendo una reverencia mientras los omegas estaban discutiendo el trato y como sería el matrimonio. Al parecer la familia de "su futuro esposo", era fuerte en el lado de bienes raíces, y habían logrado tener renombre. Como era un sector que a los Sasaki les gustaría invertir, pensaron que era un buen trato casar a su hijo alfa con él, y extender el poder de los Sasaki aún más.
— Bien, ¿por qué no dejamos que se conozcan? — dijo el omega amigo de su madre de golpe, despertándolo de sus pensamientos. — Es importante que hablen un poco, les daremos privacidad.
"Qué amables..." pensó Yoshiro, recibiendo una caricia en su cabello por parte de su papá alfa, y viendo como se levantaban los adultos, dejándolo en esa habitación con ese alfa adornado y bonito para él. Bueno, "bonito" entre comillas, ya que solo podía ver sus labios y barbilla, estaban siendo muy tradicionales con esto.
Solo le diría a ese sujeto que la cosa era así, que no necesitaban buscar nada entre ellos, y que solo fingieran hasta que las familias estuvieran satisfechas, pero, no se esperó nunca...
— ¿Puedo quitarme esta cosa de mi cara y mi cabeza? Es jodidamente odiosa y pesada, me duele el cuello.
— eh... — Yoshiro no se esperaba que el alfa le hablara primero. — Claro...
— Gracias a los dioses. — dijo, retirándoselo.
Era la primera vez que veía al alfa, más cuando notó el cabello corto y negro, esos ojos caramelo intensos, los rasgos masculinos en él, más cuando acarició su cuello y lo masajeaba, haciéndole notar el cuerpo trabajado que tenía, en cómo se notaba en esa piel canela su belleza, y lo que le sorprendió más, fue ver esa jodida y enorme sonrisa que tenía.
— Soy Satoru, un placer. — dijo el alfa. — Sabes cómo alfa mi palabra no vale nada, pero tú como omega sí, puedes mandar todo esto al diablo si quieres, yo no pondré ningún contra.
— Ah... yo...
Nunca se había quedado sin habla, pero ese alfa tenía la mirada caramelo fija en él, donde podía notar más su rostro, notaba sus rasgos, y le parecía un rostro masculino muy armonioso y atractivo. También pudo sentir su aroma y le agradó, su lobo estaba complacido con el olor.
— En cambio, si decides seguir, seré un buen alfa si lo deseas. — sonrió el moreno, continuando con su habla. — No puedo decir que te puedo ofrecer el mundo porque ya lo tienes en las manos, pero si me encargaré de hacerte feliz, tal vez seamos un matrimonio arreglado, pero seré tu amigo si eso es lo que quieres. Podemos hacer que esto funcione para los dos. Sé que negarnos será un dolor de muelas, pero, solo tenemos que firmar esos papeles y te dejaré hacer lo que quieras, no necesitamos hacer nada más que ponernos los anillos y...
— Nos obligarán a enlazarnos.
— Pero podemos darles largas. — respondió el alfa. — Aunque no estemos enlazados, no molestarán si nos ven juntos.
— Luces muy confiado con esto, alfa. — comentó el omega. — Como si pudieras poner el mundo a tus pies con tu dulce plática.
— ¿No debería? — cuestionó el moreno. — Creo que tú y yo tenemos una meta en común, sacarnos de nuestra espalda a nuestros padres.
— ¿Te atreves a sugerir que yo tengo los mismos pensamientos que un simple alfa? — dijo el omega. — Por favor, no me hagas reír.
— Justamente eso quiero. — sonrió de vuelta el alfa.
— ¿Disculpa?
— Cuando me mostraron tu foto para que pudiera verte antes del matrimonio, lucías miserable, pensé que yo podía conseguir hacerte reír. Así que, si necesitas un esposo Yoshiro, bueno firmemos el papel y seamos lo que necesitemos. Hagamos que este "matrimonio" nos ayude a los dos.
El japonés solo pudo quedarse en silencio, para después no poder contener su risa. Y es que nunca había escuchado tal disparate y que al mismo tiempo se sintiera como un gran plan. Solo pudo ver de vuelta al alfa que le sonreía y asintió.
— Bien Satoru, casémonos...
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Después de la ceremonia de graduación...
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Sentía el sonido como un pequeño silbido en su oído, como si se hubiera tapado y solo pudiera escuchar eso. Sentía el frio sudor en su espalda y frente, y como su corazón apresuraba sus latidos sin parar. Podía escuchar a la banda de la universidad tocar, los gritos a lo lejos, muy lejos, y podía ver algo borroso como diferentes miradas iban hacia él al igual que otras se concentraban en sus familias y los graduados. Le estaba costando respirar normalmente, solo sentía su respiración comenzando a agitarse, haciéndolo jadear, más cuando escuchaba su nombre una y otra vez, pero no sabía de dónde provenía el sonido. Era como estar presente, pero sin estarlo, como si su cuerpo lo hubiera atrapado allí y no pudiera hacer nada más que entrar en pánico.
Pero entonces sintió una mano sobre la suya, y al girar vio a Qin, se veía muy borroso, pero sabía que era él, podía oler sus feromonas, y veía como lo jalaba rápido junto a Hades y sus amigos, obligándolo a caminar o más bien trotar mientras Lü Bu despejaba el camino.
"Qin, está hiperventilando, no puedes hacerlo correr, lo cargaré." Escuchó decir a Hades, solo podía sentir su corazón en la cabeza y como el aire le faltaba de golpe, ¿qué mierda había pasado? No lo recordaba, solo sabía que su cuerpo había entrado en pánico y no podía hacer más que eso. Sintió las manos de Hades de golpe en su espalda y sus piernas, levantándolo y cargándolo sin problema, mientras era la primera vez que veía a Qin usar sus feromonas abriendo el camino como si Moisés abriera el mar, para ayudar a Lü Bu a que los dejarán pasar.
"Kojiro, respira conmigo..." Se veía ahora muy borroso todo. Casi negro, ¿se estaba desmayando? Pensaba que sí, pero aún escuchaba la bulla, aunque no pudiera verla, podía sentir como Hades comenzaba a correr, y escuchaba flashes, y decir su nombre de diferentes maneras, tantas que ni siquiera recuerda todas.
De pronto todo ese ruido se hizo lejano, y solo escuchaba la respiración de Hades, mientras sentía el firme agarre del enigma, y la voz de Qin diciendo "Jodido imbécil". Comenzaba a enfocar un poco, y vio la luz de al parecer un pasillo de la universidad Valhalla, al igual que comenzó a oler las feromonas de su alfa, se removió al sentirlas, quería verlo, quería refugiarse y sentirse mejor. De pronto sintió unas manos que conocía sostenerlo, y al apegarse a ellas, sintió el pecho de Poseidón, si, ahora era Poseidón quien le cargaba en brazos, eso estaba seguro, aunque solo veía manchas y su respiración aún no se controlaba, estaba seguro que era él.
— Koji, amor... — escuchó decir a Poseidón, no sin antes ser interrumpido por Qin.
— No tengo ni tiempo de arrancarte las bolas maldito imbécil, no tienes ni puta idea de lo que has provocado. — gruñó el emperador — Pero ahora no importa, váyanse ya ahora, como lo planeaste. Distraeremos a la presa, ¡Vete y por amor de dios, cuídalo!
Era la primera vez que no escuchaba a Poseidón responder con el mismo tono en el que le hablaban. Estaba confundido. Pero sintió a Poseidón apegarlo a su cuerpo y correr de allí, mientras sus feromonas lo ayudaban a relajar su respiración, y comenzar a enfocar su vista, al igual que sentir como poco a poco tenía control de su cuerpo de nuevo.
— Poseí...
— Tranquilo amor, salgamos de aquí. — escuchó decir a Poseidón.
Acabó por sentir el asiento de un auto. Al oler notó que no era su auto, no era ninguno de sus autos, olía a Proteus, tenía su aroma en él, se preguntaba porqué, pero sintió una caricia en su cabello y al voltear al fin pudo ver el rostro de Poseidón, mientras parecía que estaba revisándolo, algo preocupado arrancando el auto.
— Estaremos en un momento solos, solo deja sacarte de aquí, lo siento mucho Koji, hice que te diera un ataque de pánico cuando quería hacerte sentir todo lo contrario.
Sintió como el auto arrancó, y en como Poseí hablaba en altavoz con alguien, pero al momento de escuchar la otra voz, reconoció a Ino, su chofer que estaba del otro lado de la línea. "Ino, llévate el coche de Kojiro a la Mojo Dojo para que la prensa te siga y piense que estamos allí, ahora, tú ya sabes dónde iremos..."
Cerró los ojos, estaba cansado y sentía que comenzaba a tener fiebre. Así que decidió dormir, pero acabó por despertar cuando sintió las manos de Poseidón de nuevo en su cuerpo, cargándolo para sacarlo del coche. Sintió sus mejillas maquillarse, el aroma de Poseidón olía más, podía sentir las notas de sus feromonas, y eso emocionaba a su lobo interno. Soltó un pequeño gemido, y vio como Poseidón soltó un gruñido, haciendo a su omega removerse. Su celo estaba comenzando, y el rubio apresuró el paso al notarlo, entrando en el elevador y después al fin llegar a una habitación.
Miró alrededor, si, era la habitación presidencial de Midnights. Era verdad, Poseidón había apartado y preparado todo en Midnights para que ambos pasaran su celo, y era verdad, le había pedido a Proteus su auto para evitar que alguien los siguiera y poder simplemente escaparse sin que nadie los molestara.
— Hueles tan dulce. — dijo el alfa, con el rostro rojo, hundiendo su rostro en su cuello, soltando un gruñido. — Tus feromonas están tan vivas ahora, has llenado esta habitación con tu aroma, me encanta.
— Poseí...
— Tranquilo mi cielo, tu personal ya sabe que estaremos aquí. Ya saben que no deben ni siquiera dejar entrar a nadie cerca de nosotros. — dijo el rubio recostándolo en la cama. — Solo somos tú y yo ahora.
— Había gente muy importante escuchándote. — dijo el japonés, acariciándole el rostro. — Había tanta gente en todos lados, lo siento creo que entré en pánico, pero, no deberías estar aquí, deberías estar haciendo muchos tratos con ellos, necesitas inversionistas, y con lo que dijiste... Poseí solo acabas de perjudicar tu futuro, yo no soy algo de lo que deberías estar orgulloso.
El rubio miró la mirada caramelo del de piel canela, y después simplemente le dio un golpecito en la frente, mirando ese rostro confundido en su omega, para después sujetarle el mentón con delicadeza.
— No vuelvas a decir una mierda como esa. — dijo el rubio, con la mirada clavada en el moreno. — Eres lo único en mi vida que presumiría hasta mi muerte. Si ellos no pueden entender que me saque la lotería contigo, pues no los necesito, consigo lo que quiero siempre, haré que todo funcione sin necesidad de nadie.
Sasaki solo pudo maquillar más sus mejillas, acariciándole el rostro, soltando un suspiro, para después mirarlo con algo de preocupación, y es que había demasiadas cosas en su mente, en cómo podría afectarle a Poseidón todo esto, pero, al mismo tiempo, sabía que había un chance en el que Poseidón no fuera afectado en absoluto, y sí él es el único que resulta dañado, y no su alfa, entonces estaba bien.
— Ambos prometimos que hablaríamos de nuestra relación después de que te graduaras y...
— Fue después de que me gradué lo que dije. — sonrió el rubio acariciándole el cabello, posicionándose entre las piernas del japonés para estar más cómodo en la cama con él.
— No me estás escuchando. — se quejó el omega, sonrojado de sentirlo tan cerca. — Tu empresa está iniciando, necesitas inversionistas, necesitas muchas cosas que hoy mismo se pudieron ir a la basura. Y entiendo lo que dijiste, pero, no puedes construir tu propio imperio en medio de un escándalo.
— Claro que puedo. — respondió el rubio, arqueando una ceja. — No hay nada que no pueda hacer, y claro que puedo hacer que esas personas firmen para mí, claro que puedo hacer que mi empresa salga a flote, y claro que puedo mantener a mi omega feliz al mismo tiempo. Confía en mí.
— Poseidón, es que...
— Por favor, no pensemos en eso. — dijo el rubio, besándole las mejillas, sintiendo a su lobo emocionado al sentir como ese aroma subía la intensidad, el celo de Kojiro explotaría en cualquier momento. Lo sabía por como olía el japonés, lo sabía al mirar esos ojos caramelo y ver sus pupilas dilatadas, verle con fiebre y rojo, sí, solo un poco más... — No pensemos en nada de eso, no cuando tendrás tu celo y yo quiero disfrutar a mi omega sin sentirlo estresado.
— Tengo mucho miedo de lo que pueda pasar Poseí... — dijo el japonés acariciándole el rostro. — No quiero que esto te acabe perjudicando.
— Pescadito, no pasará nada. — dijo el rubio acariciándole las mejillas. — Nada pasará porque no permitiré que pase.
Ha decir verdad, no habían tenido un momento así.
Y es que no pensó que existieran momentos así. Por supuesto, lo había visto en películas, leído en libros, y tal vez visto en una que otra caricatura, pero, nunca pensó que fueran reales, sino una cosa que pertenece a la fantasía solamente. Pero ahora lo estaba viviendo, el cómo podía disfrutar solo de la tranquilidad del silencio, o de la maravilla que era una plática simple en los brazos de la persona que ama. Y es que escuchaba a Kojiro, y todo parecía interesante, incluso cuando estuviera hablando de la cosa más insignificante del mundo, parecía que le decía los secretos del universo, no podía sentirse cansado nunca de ese sentimiento.
Y no solo era el momento de conexión en la plática, también era ver como sus ojos brillan cuando sus miradas se conectan. Ver como juega con su cabello cuando esta algo nervioso, ver lo largas que son esas pestañas negras y lo tupidas que son, ver sus labios finos, ver como su piel canela puede tornarse rojiza al estar cerca, ver como tiene la sonrisa más bonita que ha visto en su vida.
Disfrutaba esos leves roces, como las yemas de los dedos de Kojiro le acariciaban la mejilla, él como pegaban más sus cuerpos para sentir el calor que emanaba el otro, él como se besaban dulce, sin hacerlo con un deseo de lujuria, sino porque realmente necesitaban conectarse más porque deseaban sentir el calor del otro.
Simplemente nunca pensó que existiera estar enamorado como en la fantasía hasta que conoció a Kojiro Sasaki.
Entonces pasó, cuando esa bomba de feromonas explotó y escuchó el jadeo de su omega, y la forma en la que se aferraba a él. Así que no tuvieron que decirse nada, porque el rubio fue desnudándolo lentamente, retirando prenda por prenda, quitando ese traje del cuerpo de su omega, que se retorcía con cada leve roce que sus manos hacían con la piel desnuda. Y es que era una belleza, una simple belleza verlo tan mojado por él, verlo tan necesitado de su atención.
Porque debido al enlace Kojiro solo responde a él, a su alfa. Ya no hay un lobo agresivo, porque su lobo interno ya lo eligió como su alfa, por lo tanto, se vuelve sumiso, esperando ser tomado, y ver a Kojiro de esa forma era su vista favorita.
— Alfa...
— Mi omega...
Trató de controlarse a sí mismo, realmente trató con todas sus fuerzas.
Pero su mente se estaba perdiendo mientras veía a Kojiro gemir y hacer esas expresiones que nunca había visto. Y es que odiaba el hecho de que logró verlas siguiendo un consejo de Hades, le pegaba en el orgullo como alfa al no haber satisfecho de esta forma a su omega antes, pero, al mismo tiempo, quería besarle los pies a Hades, ya que estaba haciendo lo que le dijo, estimularle la próstata antes de poder tomarlo, y dios, ver a Kojiro correrse más de dos veces con solo sus dedos había sido algo que grabaría en su memoria siempre.
Porque el omega se había descontrolado, había alcanzado el punto en él que no puede sentir otra cosa que placer, y su cuerpo simplemente se lubrica a chorros, incluso alcanzando el squirt, perdiendo la cabeza entre gritos y gemidos, entre espasmos y rasguños en las sabanas al no saber qué hacer de golpe con ello.
Fue aún mejor cuando pudo probarlo, dejando sus dedos de lado comenzó a hacer el trabajo con su lengua y joder que Kojiro se veía hermoso cuando arqueaba su espalda en señal de placer, dejando que el alfa siguiera el trabajo en su entrada, devorándolo de tal forma que solo puede gemir su nombre una y otra vez, sin quejarse, sin hacer la típica negación de Kojiro de no hacerle un oral porque siempre le da pena, y ahora verlo así de descontrolado gimiendo sin parar era simplemente el paraíso.
Cuando se corrió de nuevo, solo apreció el desastre que era su omega en esas sabanas empapadas de sus propios jugos y sudor, sin seguramente saber dónde diablos estaba y solo poder jadear tratando de controlar los espasmos del orgasmo.
— Mi omega luce tan dulce... — susurró Poseidón al oído del japonés, escuchándolo gimotear al sentir el aliento del alfa en un punto tan sensible como sus orejas. — Tan dulce que nadie creería que me va a comer entera la verga en unos segundos.
Acabó por morderle el lóbulo de la oreja, escuchando el chillido del mayor, que rápidamente acabó por montarlo. Poseidón estaba seguro que tenía que darle un regalo a Hades cuando miró esos ojos llenos de lujuria en su pareja, y comenzó a montarlo de una forma que nunca lo había montado antes. Kojiro solo estaba tan perdido en el placer, al punto donde era su putita y él solo estaba disfrutando los resultados de sobrestimularlo de tal forma, que se volvió su propiedad al menos en su celo.
El constante chapoteo, la manera en la que la cama terminó hecha mierda, la manera en la que la habitación era un desastre, y en como tenía la mirada perdida en ver como entraba y salía del japonés. Mientras lo tenía apoyado en la ventana, escuchando sus gemidos con la vista a la ciudad, mientras solo podía ver cuánto esperma acumulado debería tener Kojiro dentro, para que él en cada embestida viera su propia semilla salir y entrar.
Las horas seguían pasando, y el sol comenzaba a salir de nuevo. El rubio no se había dado cuenta cuanto tiempo llevaban haciéndolo, hasta que unos rayos del sol habían golpeado su vista, mientras tenía a Kojiro debajo de él en el sofá. Su omega ya se había desmayado como 3 veces, pero realmente no podía controlar sus caderas, no podía parar cuando huele tan exquisito, así que cuando sintió el nudo comenzar a crecer, simplemente empujó a fondo, escuchando el grito del omega, sintiendo como perdía fuerzas, así que solo pudo sostenerlo y acomodarse en una posición más favorable, para esperar a que el nudo bajara.
Una vez que lo hizo, solo pudo ir a lo que quedaba de cama, y recostar a su omega con él, acariciándole el vientre mientras lo llenaba de besos dulces. Solo él y Kojiro, solo él y Kojiro para siempre, era lo único que quería en la vida.
— Por favor, espero estés encinta después de esto, quiero verte sonreír tan grande que sienta que mi corazón explotará de tanto amarte...
El rubio sonrió, mimando a su omega, manteniéndolo a salvo entre sus brazos, esperando a que este despertara y tal vez continuar con su faena. Lo que era claro es que seguiría satisfaciéndolo hasta que Kojiro gritara por parar.
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Había sido un caos la ceremonia.
Lo que había hecho Poseidón, había causado que sinfín de medios se apresuraran a invadir y querer llegar a donde estaba el señor Kojiro con los demás de sus amigos. Entre empujones, y diferentes gritos de celebración y auxilio pensó que se asfixiaría, pero, sintió que alguien sujetaba su brazo de golpe, y lo cubría con su cuerpo, para evitar que lo empujaran. Y no solo eso, sintió como lo sujetaban cerca abriéndose paso por la multitud, y es que cuando subió la mirada y vio a Nikola, quedó sorprendido de lo rápido que podía moverse y evitar que lo siguieran apretando. En un dos por tres, ambos corrían de la mano por los pasillos de la universidad, por un momento, sintió esos segundos como sacados de una película, porque veía al guapo científico correr en su traje y a él siguiéndolo aún con la toga puesta.
— ¡Nikola! — gritó el menor tratando de entender lo que pasaba. — ¿A dónde vamos?
— Vamos a mantenernos lejos de todo eso, en lo que Qin lo soluciona, será mejor irnos de aquí, no quiero que un montón de reporteros te abrumen y te pregunten cosas sobre una relación ajena a ti. — sonrió el científico. — Además, ya todos se están moviendo, no pasa nada, estarán todos bien. No es la primera vez que nos persigue la prensa, cuando fue el escándalo de las adicciones de Grigori en el pasado fue peor. Confía en mí.
Solo pudo soltar una pequeña risa al escucharlo decir eso, mientras aferró el agarre con su mano. Y es que acabó por hacerle caso y correr hasta que llegaron al estacionamiento y Nikola lucía increíblemente bien en ese deportivo que traía consigo, echando una reversa que solo había visto en películas y acelerando una vez que se fueron. Joder que no sabía porque había encontrado eso genuinamente tan atractivo.
— ¿Cómo...
— Grandes máquinas que transportan a las personas a velocidades increíbles y que pueden modificarse para tu placer... claro que me interesan. Me gusta conducir por ello, creo que sería un buen piloto de carreras.
— Eso es algo sexy, la verdad.
— ¿Cuál parte?
— ¿Sonaría loco si digo que la parte de ingeniería antes de tu habilidad en el volante?
— Suena suficientemente cuerdo para mí. — sonrió el alfa.
— Entonces eso. — respondió el omega.
Y ambos acabaron por soltar una risa, mientras se perdían en carretera.
No esperó que Nikola lo sorprendiera con una reservación en un restaurante lujoso después de la graduación. Con gusto aceptó, tenía muchas ganas de probar los platillos que habían allí, y aunque los amó, pensaba que extrañamente prefería las versiones que Shiva les había preparado en la Mojo Dojo, tenían a su parecer mejor sazón. Igual sus ojos fueron a parar al científico que comía frente a él, notaba su traje negro que llevaba puesto, lo bien que se ve con él, y como su cabello se había alborotado un poco, pero lucían bien esos rizos rebeldes, además que su mirada sigue siendo tan intensa como siempre.
— ¿Dónde harán su fiesta de graduación? — preguntó Nikola, sacando al más joven de sus pensamientos.
— Oh, am, será en la mansión Lando. — dijo el graduado. — La generación cooperó para rentarla por un día y poder hacer la fiesta.
— ¿Por qué no un salón?
— La temática de la fiesta es "Proyecto X", como la película, era indispensable que fuera en una gran casa, y como era obvio que nadie iba prestar su casa, pues decidieron hacerlo así. Además, dividido entre todos los graduados, fue fácil rentarla por un día.
— Suena muy divertido. — rio el inventor, tomando de su copa.
— ¿Puedo preguntar cómo fue tu graduación? — cuestionó Beel. — ¿Hicieron una gran fiesta?
— Bueno, algo así, soy de la generación de Qin.
— ¿Y eso es importante?
— Si, porque él prácticamente hizo la enorme fiesta.
— ¿Qué hizo?
— Hicimos todos los graduados una fiesta en cada continente. Todo pagado, llegábamos a diferentes países del mundo, a los mejores sitios nocturnos y bueno, celebrábamos al fin haber dejado Edén.
— ... a veces olvido que Edén es un lugar de gente rica y privilegiada. — dijo el omega mirando al científico. — ¿Cómo lograste hacerte amigo de alguien como Qin? Si tú y él no tienen gran cosa en común.
— He allí una mentira, cariño. — sonrió el alfa, haciendo sonrojar al omega. — Qin y yo tenemos bastantes cosas en común.
— ¿Cómo cuáles?
— Ambos tenemos un lado ególatra marcado, ambos tenemos una clara consciencia de liderazgo, y ambos tendemos a conseguir lo que queremos. Tal vez somos algo diferentes en cuanto a personalidad, pero nuestros fundamentos son los mismos, Qin es de un lado más extrovertido y social, y yo soy un poco más... no diría introvertido, pero, no me gusta tanto una vida alocada. Además, la primera vez que hablamos fue por Kojiro realmente.
— ¿Y eso?
— Quería que Qin me lo presentara.
Nunca en su vida había sentido celos, ni siquiera sabía cómo se sentían, pero, en el momento que el científico dijo eso, sintió un pinchazo en el pecho, y algo de dolor en el estómago de golpe. Se sintió molesto, lo sabía por ese leve aroma agrio que sus feromonas soltaron, pero rápidamente corrigió. Y es que en su mente, ahora que estamos hablando del alfa que lo corteja, no le gustaba pensar que había otro omega que el alfa igual consideraba atractivo.
— ¿Te gusta? — dijo confundido el omega. — ¿Qué le ves a alguien mayor y común? — eso había sonado grosero, el menor lo sabía, pero no pudo controlar su boca, tal vez eran un poco de celos. Porque el rostro de Nikola igual fue de sorpresa.
— Beel, ¿estás celoso? — cuestionó Nikola mirándolo con una sonrisa.
— Claro que no, solo hago una observación.
— Una observación bastante grosera para alguien que te abrió las puertas de su casa. — dijo el alfa. — Y que realmente no entiendo porque le dicen "mayor" si Kojiro luce de 30 años. No tiene arrugas, solo sus líneas de expresión, tiene una larga cabellera larga, un cuerpo bien trabajado y estético, unos ojos caramelos grande y expresivos además de una linda sonrisa conquistadora.
— ¡Pues cásate con él si tanto te gusta! — se quejó el omega cubriendo su boca, no podía ser que realmente algo así saliera de él.
— Oh dios. — rio el alfa, sujetando la mano de su omega. — Beel, nunca en mi vida miraría a otro omega si ya te tengo conmigo. Pero si quieres sentirte más seguro responderé tu pregunta.
— Pues hazlo. — comentó en un puchero el omega.
— Le pedí que me lo presentara porque es amable. — dijo el científico. — Para alguien como él, nacido en la familia que es, es raro. Es amable, ayuda cuando puede, es gentil, trata de involucrarse en la vida de las personas que quiere. Además, que es un hombre exitoso, que no uso a su familia como una palanca, prácticamente cuando los Sasaki lo rechazaron creó un imperio por sí solo, es millonario, es atractivo y estoy seguro que, si su autoestima y confianza no hubieran sido pisoteadas por su familia y ex parejas, sería como Qin.
— Ah... — dijo el menor encogiéndose de hombros. — ... ¿te sigue gustando?
— Siempre me ha gustado Kojiro. — respondió el científico. — Pero no de la forma en la que estás creyendo.
— Pero tú dijiste que...
— Soy un alfa dominante, él es un omega recesivo. — suspiró el inventor. — Cuando le pedí a Qin que me lo presentara, fue más porque lo deseaba. Deseaba tener sometido a un omega que si puedo someter, que puedo ver como se retuerce debajo de mí. Kojiro era el sujeto perfecto para descubrir y practicar el sexo a fondo, no todos los días ves a un omega recesivo disponible.
— ... pervertido. — dijo Beelzebub haciendo reír a Nikola.
— Bueno, ¿qué esperabas de un adolecente virgen que tenía muchas curiosidades de cosas? — comentó el alfa. — Aunque, cuando Kojiro me habló, la verdad solo quería sentirme consentido igual que Qin. Tarde mucho en comprender que me gustaba Kojiro, porque me gustaba como me trataba, realmente se preocupaba por mí, e incluso me ayudó a fundar mi empresa poniendo casi todo el dinero para armarla. Confundía mi agradecimiento y hermandad con amor... hasta que llegaste tú.
— ¿Yo? — comentó el omega sonrojándose.
— Sí, yo nunca había escuchado a alguien decirme que quería evolucionar a la humanidad. — sonrió el científico. — Me sentí conquistado desde que te escuché decir eso. Y creo que después de ver tus investigaciones también, pero, igual me gustó mucho como sueles ayudar a tus amigos, aunque los "detestes". Ayudaste a Poseidón sin problemas cuando quería quitarse a esa chica de encima, cuidas y apoyas a Loki en su deseo de ser un artista famoso, los ayudas a ambos con sus locuras y a veces igual eres el mediador evitando que esos dos pierdan la cabeza. Eres gentil, reservado, amable y tienes una calidez única. Me atraes mucho Beelzebub Baal.
El omega solo pudo maquillar sus mejillas de un rojo intenso mirando los ojos verdes del alfa que ahora mismo es su pareja. Un alfa exitoso, atractivo y que le gusta simplemente disfrutar incluso hasta el silencio con él. Solo pudo sonrojarse y tratar de controlar sus feromonas de no escapar como querían hacerlo, porque solo quería montarse en el alfa y dejar que lo tomara.
— A mí también me gustas mucho. — respondió el omega. — No tienes idea de cuánto.
— A mí me gustas más, Beel. — sonrió el alfa. — ¿terminamos la comida?
— Si. — sonrió el omega.
No pasó mucho después de ello.
Nikola simplemente fue perfecto durante toda la comida, y al omega le encantaba verlo siéndolo. Al terminar, antes de que se fueran, el alfa acabó por entrelazar su mano con el omega, y no llevándolo a la salida principal, sino a una trasera del lugar, donde el omega confundido le siguió.
— ¿A dónde vamos?
— A que te de tu regalo... cierra los ojos. — sonrió el alfa.
— ¿Eh?
— Vamos, solo será un momento.
El omega decidió confiar y dejar que lo mimaran un poco, cerrando los ojos para ser guiado por Nikola quien aun así cubría con una mano sus ojos hasta que sintió la brisa de la calle, sabiendo que ya se encontraban fuera, y cuando al fin estuvo fuera, se encontró con un Mercedes último modelo con un gran moño en el techo. Prácticamente se quedó sin aliento, mirando el coche de sus sueños frente a él, no pudo evitar brincar de la emoción y abrazarse del alfa quien, por supuesto recibió los mimos que el omega le estaba dando, y aprovechó para robarle uno que otro beso, pero...
— Hn... — el científico solo podía sostener la cintura de un emocionado Beelzebub. — Beel, bebé, el coche, espera...
— ¡Es precioso! — sonrió el omega. — ¡Muchas gracias, Niko! ¡Es asombroso!
— No, no, amor, por favor, ve lo que te dejé dentro, abre la puerta de atrás. Ese es mi regalo. — sonrió el alfa, viendo la expresión confundida del omega. — Además del auto, claro...
El omega solo pudo quedarse confundido, pero al final decidió hacerle caso al alfa y acercarse algo nervioso. Recuerda que también le había mencionado que le gustaban los gatos, así que si se encontraba un hermoso gatito allí, sería la persona más feliz del mundo. Pero, no fue eso lo que se encontró al acercarse, no fue eso lo que lo hizo quedarse inmóvil apenas vio a la ventana, y no fue eso lo que lo hizo dar pasos hacia atrás sin saber que hacer. Y es que las lágrimas comenzaron a surgir mientras trataba con todo su ser no desmayarse, porque la puerta del coche se abrió, y vio a un hombre apuesto salir primero, pero no era el único, igual vio a otros dos salir detrás de él, y sintió que veía fantasmas al momento que esos 3 alfas le sonrieron.
— Lucifer... Samael... Azazel. — dijo apenas con voz el omega mirándolos. — ¿Son ustedes?
— Beelzebub. — dijo Lucifer mordiendo su labio para evitar llorar, pero no pudo, porque rápidamente se lanzó a abrazarlo. — El pequeño Beel Beel, dios, has crecido tanto.
El omega solo pudo comenzar a sollozar abrazándose de los tres sujetos, y es que de nuevo se sentía como un cachorro, siendo protegido por esos tres alfas, que le mimaban y lo trataban como su hermano menor, cuidándolo y protegiéndolo de todo. Por un momento se sintió de nuevo en ese orfanato, de nuevo sintiendo la calidez de sus hermanos, las caricias en su cabello, por dios, lo que siempre había querido en estos años, cada vez que se sentía solo en su habitación, deseaba eso.
Deseaba las caricias de Lucifer en su cabello, los besos en la frente de Azazel, y que decir que las dulces caricias en su espalda de Samael. Deseaba sentirse arropado por las feromonas de sus hermanos, lo hacían sentir seguro de nuevo, en paz, y ahora al fin las tenía de regreso.
— ¿Cómo? — dijo el omega mirando a sus hermanos. — ¿Cómo me encontraron? ¿Dónde habían estado? ¿Están viviendo bien? Tienen que contármelo todo. — dijo aún el omega entre lágrimas.
— Pues, tienes un buen alfa. — sonrió Lucifer. — No pensamos que un día recibiríamos una visita de Nikola Tesla, y nos diría algo como. "Beelzebub sería feliz si se pueden reunir de nuevo, pagaré todo el transporte y hospedaje..." Y aunque no lo hiciera, con el simple hecho de saber realmente donde te encontrabas, nos hubiera hecho correr a verte, pero fue más rápido cuando Nikola nos preparó todo para venir.
El omega solo pudo encontrarse con esa mirada verde y azul de los hermosos ojos esmeraldas de su alfa, quien lo veía con tanto amor viéndolo feliz al fin reunido con su familia. Nikola solo pudo sonreír encogiéndose de hombros un poco.
— Después de sacarle la sopa a Loki y que me contará más de ti... — dijo Nikola, aceptando con sus gestos, de que si, estuvo investigando. — Supuse que no podrías realmente festejar tu graduación sin el abrazo de tus hermanos. Así que cuando supe sus nombres, puede que usara mi tecnología de rastreo para traerlos contigo. Y bueno, creo que no hay más que decir, felicidades por graduarte amor.
Solo pudo ver la sonrisa del omega, que por un momento se soltó de sus hermanos y corrió a besar a su alfa, dejando que este le mimara, recibiendo cada beso que le daba feliz. El científico beso su frente y tomó su mano para acercarse a los otros 3 chicos y decir que deberían ir juntos a una exhibición, a lo que todos aceptaron gustosos, más el omega...
Que estaba feliz de pasar el día con sus hermanos, pero realmente en el fondo, se moría de ganas de estar a solas con su alfa, quería dar ya ese paso de estar junto a él y dejar que lo tomará sin ninguna preocupación.
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Era gracioso como había funcionado todo.
Porque ahora el nórdico iba acompañando al ruso, mientras caminaban por la parte trasera de uno de los lugares más impresionantes que había visto. Se había sentido dentro de un museo mientras comían, y ahora caminando por ese lugar con hermosos jardines saliendo de ensueño, y aún mejor, prácticamente solos era algo genial. Le gustaba ir del brazo del ruso, mientras ambos no dejaban de reír de la situación en la que el estúpido de Poseidón había metido a todos.
— ¿Crees que se dé cuenta de que le acaba de arruinar la vida a su omega? — preguntó Loki.
— No. — rio Grigori. — No tiene ni idea, pero descuida, no dejaremos que algo le pase a Kojiro, tengo que comenzar a trabajar. No dejaría que le hicieran algo a la sonrisa más bonita de Japón.
— Eso sonó algo... — dijo el omega. — ¿Te gusta?
— ¿Kojiro? Si. — respondió el ruso viendo la expresión del omega. — Pero no de la forma en la que estás pensando.
— Explícate. — exigió el nórdico.
— Kojiro y yo somos amigos desde hace tiempo, compartimos muchos momentos juntos y lo aprecio, es como un hermano para mi realmente, un hermano menor. Además, es uno de los que siempre se han preocupado por mi salud, y me llama cada cierto tiempo para asegurarse que este bien. Sabes, antes no era la mejor persona para tener a lado, las recaídas y el síndrome de abstinencia me hacían ser la peor versión de mí mismo, pero, a Kojiro no le importaba, a ninguno de ellos en realidad, me cuidaban. — dijo el ruso. — Y es por ello que nunca lo dejaría solo, ni dejaría solos a ninguno de ellos, menos cuando me necesitan.
El omega sonrió, recargándose en su brazo mientras caminaban juntos, tomados de la mano, para después sentirse un poco mal por haber sentido algo de celos de golpe cuando el alfa que lo está cortejando actualmente mencionó su preocupación por otro omega.
— ¿Puedo preguntar porque no hiciste nada cuando fue Hades el que estaba siendo atacado? Tú controlas los medios de entretenimiento y diferentes canales, eres un sujeto con ese poder en las comunicaciones. — comentó Loki. — ¿No hubiera sido más fácil arreglarlo si intervenías?
— Bueno, eso fue porque sabía que lo de Hades no era un problema. — comentó Grigori. — Rascaban por encontrar algo con que destruirlo, pero solo encontraron que su único defecto es no tener dinero. Tarde o temprano no iba a pasar nada. En cambio, con Kojiro hay muchas cosas que pueden suceder, y es por ello que voy a hablar con Qin sobre lo que podemos hacer.
— ¿Cómo que cosas?
— Bueno, está el primer punto de su diferencia de edad. — dijo el ruso aflojando un poco su corbata, cosa que hizo al nórdico sentir cosquilleos en su vientre. — Tú generación se da un tiro si ve una diferencia de edad de más de 3 años, así que eso es algo que va a ocurrir. Segundo, la fama de los Sasaki, por supuesto que verán que ningún Sasaki lo apoya, lo que hará un escándalo. Es como cuando el príncipe Harry se separó de la familia real, era algo estúpidamente simple, pero la gente hizo un escándalo por meses. Después está el hecho de que está marcado, muchos verán eso como que Poseidón solo lo hizo para tener apoyo y formar su empresa. Afortunadamente el mayor inversionista de esa empresa es Tesla, así que espero que ese rumor sea tranquilo. Y el problema mayor...
— ¿Cuál es?
— Poseidón es atractivo. — dijo el ruso. — Es joven, atractivo y con una personalidad de mierda, que créelo o no, es lo que gusta.
— ¿Desde cuándo es un problema eso?
— Que no faltará la atención por ese bonito rostro, y eso es lo que más me preocupa. Porque Kojiro es de corazón muy frágil y no creo que pueda reír de las criticas como lo hace Hades. Tú sabes lo cruel que son las personas detrás de una pantalla. Celos, envidia, prejuicios llegarán, y él único atacado por eso no será Poseidón, será Kojiro, y es el tema que nos preocupa a todos.
— Si necesitan ayuda haré lo que sea, para tratar de limpiar el desastre que dejó Poseidón. — suspiro el de cabello verde recargándose en el hombro del mayor. — ¿No te preocupa a ti que te vean conmigo?
— No. — dijo el ruso. — ¿Me debería preocupar?
— Pues nuestra diferencia de edad es mayor y...
— Loki. — dijo el ruso parando su caminar, acariciándole una mejilla. — La gente ya me considera un caso perdido. Un caso perdido con mucho poder. No pueden sacar nada de mí, por eso no les interesaría. No tienen a un hombre ejemplar saliendo con un joven como a Kojiro, tienen a un desastre que se consiguió por gracia divina al omega más hermoso que se ha visto en los últimos siglos.
Solo pudo maquillar sus mejillas y sonreír, comenzarle a besar y simplemente vivir su fantasía. A él nunca le había importado la edad del alfa, en realidad le atraían más los hombres mayores, le gustaba ser consentido, ser apreciado, además de que el humor de Rasputín lo hacía reír tanto que todos sus días eran buenos. Y que decir en el sexo, eran tan compatibles en sus propias locuras, además de que el tamaño del alfa era imponente, solo sentía a su lobo sentirse fechado y queriendo cachorros lo más rápido posible.
Pero primero lo primero, cuando fuera una estrella, no le molestaría que el alfa dejará unos cuantos cachorros dentro de él.
— Hn... gracias por mi regalo de graduación, disfruté mucho venir aquí. — comentó el omega aún abrazado del alfa.
— Mi amor, esto no es tu regalo de graduación, ven conmigo.
El omega solo acabó por obedecer, siguiendo el caminar del alfa por el jardín, hasta llegar a una puerta trasera, que, al abrirla, y pasar por obscuros pasillos, llegaron a un escenario, el más bonito que había visto en su vida, donde el ruso dejó que el omega se maravillara del todo con él, desde mirar los asientos, hasta acercarse corriendo al escenario, viendo todo.
— Wow...
— ¿Te gusta? — dijo el ruso.
— ¿Bromeas? Ni Circle tiene esta clase de escenarios, ¿te imaginas el show que se podría dar en este lugar?
— Lo se... ¿crees que puedas preparar algo para estrenarlo?
— ¿Eh? — dijo el omega mirándolo confundido.
— Haré una fiesta pronto, vendrá gente muy importante, desde actores hasta millonarios con bolsillos llenos para producir. Quiero que traigas tu espectáculo y seas quien les del show. Si necesitas dinero para empezar y comenzar a contratar está bien, te ayudaré y daré todo lo que pidas, pero la única condición es que brilles al máximo ese día. Y hagas que se arrodillen ante ti para que te den todos los contratos. De igual forma, me encantaría que firmaras conmigo, y...
— ¡Espera! — dijo rápido el nórdico abrumado con lo que escuchaba. — Yo... ah, Grigori...
— Desde que te vi ese día en el escenario, no solo me quitaste el aliento, no pude apartar mi vista de ti. Y no fui el único, Kojiro se quedó sorprendido y Poseidón, quien solo quería cogerse a Kojiro, se le olvido por completo durante toda la obra, mirándote brillar. Tienes lo que se le dice "estrella" Loki, no solo quiero hacer que todos vean tu brillo, quiero convertirte en el mejor.
— Pero...
— Estudiaste Psicología. ¿Puedo saber por qué?
— Es... es fundamental para poder comprender y actuar mejor los papeles que te dan. — dijo el omega.
— Estuviste desde niño en cursos de teatro, de canto, de baile, de actuación. ¿Por qué?
— Quería ser como esos lindos omegas de las teles y redes sociales, y... actuar y un día, conseguir los aplausos de todos.
— Bueno, ¿crees que puedas armar un espectáculo para conseguir el aplauso de todos?
— Si, si puedo. — sonrió el omega. — Haré el mejor espectáculo de todos.
— Entonces, felicidades amor, el escenario es tuyo. — sonrió el ruso.
El nórdico solo pudo sonreír y correr a abrazar al alfa, para después ambos simplemente disfrutar un beso a la luz de los reflectores. Y es que nunca pensó que recibiría un regalo tan bonito, como una oportunidad única como esta.
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UNA SEMANA DESPUÉS...
La Mojo Dojo estaba tranquila.
No había nadie gritando esta vez, y Zeus ya estaba comenzando a comer con los demás, siguiendo el tratamiento de Nikola, las feromonas de los omegas dejaban de molestarle, y después de la pelea con Hades, las cosas se habían relajado. Además, Adam estaba ayudando mucho con ello. Así que si, la Mojo Dojo volvía a ser tranquila, claro, a excepción de una persona.
Y es que el comedor se volvía callado cuando aparecía el japonés con el cabello suelto, y en su bata en la mañana, porque todos querían evitar decir algo de lo que estaba sucediendo, pero era imposible, porque Kojiro encendía el televisor, y directo en cualquier canal podías ver noticias sobre él.
El japonés decía que no importaba, porque al final, el único afectado con eso era él, no Poseidón, así que estaba bien. Pero todos podían ver que realmente eso estaba afectando al ánimo y forma de verse del japonés. No era de los que no se levantara temprano, tampoco era de los que se preocuparan tanto por cosas tan mínimas como una simple marca de expresión o arruga, o no era de los que comenzara a cambiar su estilo, cuando su estilo de vestir era genial en primer lugar.
El problema era que Kojiro no sabía qué hacer con todas las críticas, y no tenía la voluntad de imponerse y parar las habladurías. Porque Kojiro no se enfrenta a nada, desde cachorro siempre acaba por bajar la cabeza, y todo es culpa de los Sasaki, de eso estaban seguro. La única vez que lo ven enfrentarse a cosas es cuando está peleando en el kendo, y es feroz, no deja que nadie le quite el poder obtener la victoria, e incluso si pierde, nunca se da por vencido, pero hablando de su vida real, donde debería aplicar estos mismos conceptos, Kojiro simplemente no hace nada y se deja revolcar por todas esas palabras.
— Te dije que desconectáramos ese maldito televisor, e ignoráramos la maldita opinión de Kojiro. — susurró Grigori a Qin, quien frunció el ceño.
— Es su maldita casa, y él esta aferrado a que no puedo mandar a matar a gente solo porque quiero. Y que no piensa ocupar tu poder en medios para solucionar algo que él provocó en sí mismo. Es un jodido orgulloso que odia a los Sasaki, pero sigue siguiendo las mismas malditas reglas de "su honor" y estupideces. ¿Qué quieres que haga?
— Que lo amarremos a su cama y me hagas hacer el trabajo. — respondió el ruso. — Ya le quité a esos malditos medios mundiales, pero no a todos, porque si lo hago, me va a querer matar, Qin, haz algo, hay que noquearlo y fingir que solo es una ilusión y nada pasó.
— Ni lo pienses, si hago algo acabará enojado conmigo, y no lo quiero enojado conmigo.
Claro que todos tenían la cara metida en sus platos mientras escuchaban en la televisora como destrozaban una y otra vez el nombre de Kojiro Sasaki. Pero Kojiro solo estaba escuchando y viendo lo que decían, mientras tomaba café. Y eso era raro, porque Kojiro toma siempre té en las mañanas, él ni siquiera toma café, lo que indica que algo está mal.
— Disculpa Hades, ¿sabes dónde está Poseidón? — preguntó el japonés, haciendo que el griego volteara a verlo. El enigma tampoco podía hacer mucho, porque, si Kojiro no escucha a Qin, menos escuchará a Hades, así que solo pudo suspirar.
— Oh, sí, le llamaron a él y a Beelzebub de la constructora, tuvieron que ir a unas cosas sobre las oficinas de su nueva empresa. Nikola los acompañó. — dijo el mayor griego. — No tardaban, pero, Poseidón dijo que si bajabas, desayunaras tranquilo, que no tardaría.
— Gracias. — respondió el japonés.
"¿Qué se puede decir de Kojiro Sasaki? Siempre le han gustado jóvenes, ¿no crees? En su juventud se perdía en fiestas después de ser separado de la fortuna y abrigo de los Sasaki, y cuando se volvió poderoso por su cuenta, curiosamente, sus parejas siempre eran más jóvenes que él. ¿Cómo se llamaba el anterior sujeto?... Oh si, Aoki Miyamoto..."
— ¡Koji! — dijo rápidamente Okita alzando su voz, para sonar más fuerte que la televisora. — Sabes, Kintoki al fin fue liberado de sus deberes, y ya lo veremos en el Edén, vendrá el próximo fin de semana, ¿no es emocionante? Me encantaría que saliéramos los tres.
— Lo es, me encantará verlo. — sonrió el japonés. — Podríamos salir si gustan.
— Me gustaría mucho... y...
"... Bueno, uso esa buena cantidad de dinero para mejorar su juego. Ahora tiene un atractivo alfa a su lado, joven y al parecer dispuesto a todo... supongo que no le importará llevarlo en unos años más a las citas recurrentes con el doctor si puede convencer a Kojiro en dejarle todo a su nombre, un gran sacrificio que aceptó..."
— Voy a apagar esta cosa. — dijo Jack, levantándose. — Solo se la pasan diciendo estupideces.
— No es necesario, no me molesta. — comentó el japonés mirando al inglés. — Déjalo.
— Kojiro...
— Dije que lo dejes. — sentenció el mayor, haciendo que el inglés soltara una risa.
— Jack... — comentó Qin, sabiendo que pasaría.
— ¿Qué lo deje? — comentó el de heterocromía mirando los ojos caramelo. — Dios Kojiro, a veces me encantaría arrancarte la cabeza de lo mucho que me desesperas. No importa si huiste de los Sasaki, parece que aún tienes su cadena al cuello. — suspiró el de pelo blanco aun sin apartar su mirada de él. — Café, tu cabello sin peinar, tus katanas en el respaldo de tu silla... ¿dónde abre visto eso antes?
— Jack, basta. — dijo Qin. — No me hagas golpearte por favor.
— No, no, ninguno tiene las bolas de decírselo, pero me veré en la penosa necesidad de decírselo para evitar de nuevo lo que pasó hace años. — se quejó el inglés.
— Jack... — está vez fue Lü Bu quien habló. — Basta.
— ¿Por qué sigues autodestruyéndote, Kojiro? — dijo el inglés, mirando esos ojos caramelo.
— ¡Jack! — comentó Raiden está vez. — No vamos a...
— ¡Te han hecho mierda todos estos días, y no piensas hacer nada! Te sientas aquí, escuchándolos una y otra vez, ¿para qué? ¿Se siente bien ser insultado diario? ¿Te recuerda a tu casa? ¿A como Yoshiro se la pasaba diciéndote perdedor una y otra vez? ¿Se siente bien ser la vergüenza de los Sasaki de nuevo?
Tal vez el japonés iba a decir algo, pero simplemente no pudo, porque se quedó paralizado al escuchar eso. En sí, todos en la mesa estaban en shock de escuchar que Jack había mencionado eso, más cuando todos sabían que Kojiro no hablaba de su vida con los Sasaki, y si lo hacía nunca era agradable, así que mencionarlo era algo que nadie se esperaba.
— ¡JACK! — gruñó Qin, levantándose. — Voy a malditamente arrancarte la cabeza si...
— ¡Tiene que despertar o volverá a lo mismo de siempre! — se quejó el omega. — Y no voy a verlo de nuevo hecho mierda porque ustedes tienen demasiado miedo en romper el círculo que Kojiro hace siempre que hace estas cosas. ¡Por dios Kojiro! ¡Despierta! ¡Eres más poderoso que los estúpidos de ese programa! Solo sal y diles que se pueden meter sus opiniones por donde les quepan, que eso no afecta para nada de ti. Entiendo que Yoshiro te condicionó a que solo debes bajar la cabeza y escuchar toda la mierda que te dicen, pero debes romper ese círculo, ya lo hiciste una vez, vuelve a hacerlo, no decepciones a tu padre, ¡no te conviertas en Satoru Sasaki! La última voluntad de tu padre era que fueras lo contrario a él, y solo te estas convirtiendo en él con esto.
Simo solo pudo frotar su rostro suspirando. Y es que todo el cuarto se llenó de tensión, porque se había mencionado a Satoru Sasaki en la ecuación. Ni siquiera Michel dijo algo, incluso Qin se había quedado petrificado de que lo mencionaran, y peor, que lo mencionaran frente a Kojiro. Simplemente el aire se sentía pesado de golpe, tanto que incluso el inglés sintió que se había pasado de la raya un poco, pero, no es como si pudiera negar sus palabras, realmente no quería que Kojiro volviera a recaer como años atrás.
Nadie estaba comiendo, todos estaban esperando algo, lo que fuera, y es que todo se sentía tan pesado, que lo único que hacia ruido era la televisora, donde se podía escuchar una pequeña nota que había hecho el programa. Se veían en pantalla diferentes videos de jóvenes en redes diciendo sobre el grooming en Poseidón, comparándolo con otras relaciones y lo horrible que debe ser para él estar en ello.
En la mente del japonés pasaban muchas cosas, en primera, no le molestaba lo popular que se había hecho su alfa, al final, no había perdido nada, consiguió a los inversionistas, y ahora más cuando súbitamente era el favorito de todos, el pretty privilegie es real, y lo veía en su adorable pareja. Entonces pensó, que no era tan malo si Poseidón podía salir beneficiado, pero, comenzó a notar que era más difícil salir de la cama. Se sentía más ansioso que de costumbre, y tenía esa necesidad de refugiarse en sus espadas en todo momento.
"... Ahora creo que comprendemos a los Sasaki al darle la espalda, ¿Quién quisiera tener a un sujeto como ese cerca?"
Fue el japonés quien apagó el televisor, levantándose de su silla, y mirando hacia el inglés.
— Preferiría ser mi padre siempre, a ser igual que Yoshiro. Porque era lo único bueno de mi casa, me protegió de todo lo que Yoshiro me hizo, recibiendo él los golpes e insultos, me protegió de todos los rechazos de los demás miembros. Me protegió de las risas, cuando supieron sobre el abuso que sufrí, y me protegió hasta el final, cuando incluso ya no tenía fuerzas para hacerlo. — dijo el japonés. — Te pediría que nunca vuelvas a mencionarlo como si fuera algo malo.
— Kojiro... — dijo el inglés. — Lo siento, nunca quise que se escuchara de esa forma...
— Entiendo tu punto, pero no le he pedido ayuda a nadie, déjenme en paz. — replicó el japonés.
Simplemente acabó por retirarse de la mesa, solo quería llegar a su habitación y tal vez pasar el día allí, aunque recordó que no podía, tenía que hablar con los inversionistas que querían dejar de invertir en sus empresas debido a este escándalo, así que simplemente iría a lavar su cara y tranquilizarse un poco, porque realmente estaba pendiendo de un hilo su estabilidad emocional ahora, y necesitaba tranquilizarse antes de hacer algo.
Pero entonces cambió todo, cuando pasó hacia las escaleras comenzando a subir, la puerta principal se abrió y vio al rubio entrar junto a Beelzebub y Nikola. En ese momento no se dijeron nada, simplemente la mirada azul estaba en la caramelo, sin ninguna expresión, porque no necesitaban decirse nada. Podía sentirlo, así que el griego acabó por acercarse y abrazarlo, refugiándolo en sus brazos, para acabar por cargarlo y llevarlo con él a su habitación donde pudieran estar solos.
Se acurrucaron en la cama, donde el japonés aspiraba el aroma de su alfa, le encantaban las feromonas que desprendía, y en como Poseidón acariciaba su cabello, manteniéndolo cerca de él, dejando que su omega soltara sus feromonas y convirtiera su cama en un nido, para relajarlo y hacerlo sentir seguro.
— Tu cabello luce bonito. — dijo el rubio, a lo que su omega se abrazó de él. — Sabes, leí que los omegas tienen un look nuevo, se ven diferentes cuando están encintas.
— Es my pronto para saber eso. — rio el japonés, sintiendo los brazos del rubio a su alrededor. —
...
— ¿Paso algo? — comentó el alfa a lo que el omega se abrazó más de él.
— No quiero hablar de eso. — sentenció. — ¿Cómo te fue a ti?
— Bien, checamos algunas cosas de la construcción, me gusta como están quedando, hiciste un diseño hermoso, me ha encantado Koji. — sonrió Poseidón. — Tienes que ir cuando quede listo.
— Claro que iré. — respondió el japonés jugando con uno de los botones de la camisa de su pareja, justo el que estaba en su pecho.
— Sabes, hoy no se a cuantas personas les dije que son idiotas. — dijo el rubio soltando un suspiro.
— ¿Pasó algo?
— Sí, no tienen cerebro. — se quejó. — Creen que pueden respirar el mismo aire de ti, y ahora creen que pueden decirme algo malo de ti en mi presencia. Acabé por golpear a un idiota.
— Poseí...
— Tienes que decir algo, no puedes dejar que te pisoteen así, más si están sacando a tema tu familia, Kojiro, es...
— Tú no estás siendo atacado, así que está bien. — dijo el japonés acariciándole las mejillas.
— No, no lo está, amor. — sentenció el rubio. — Puedo gritarles que son idiotas, pero nunca dejarán de decir algo, si no dices algo tú. Hazlo como lo hizo Hades, tira los factos y que nos dejen en paz.
— ... Estoy bien Poseí. — replicó. — Mejor consiénteme. Quiero tus mimos hoy.
Dijo el omega, montándose encima de su alfa para comenzar una sesión de besos. Y es que la verdad lo que menos quería ahora era hablar del tema, al menos hasta que se sintiera mejor, por ahora solo quería ser consentido por Poseidón y su forma de ser, solo necesitaba sentir al rubio cerca por unos momentos más.
— Koji... — el rubio realmente quería hablar de ello, pero le era difícil controlar la situación con el japonés encima. — Bebé, oye, esto es importante...
Pero los besos siguieron, y el griego estaba perdiendo la batalla, de solo sentir los suaves labios de su omega encima de él, los roces con ese perfecto trasero que tiene, en como sus manos lo traicionan y va acariciando su cintura y sus caderas. Tenía que admitir que era extremadamente débil cuando de Kojiro se trataba, pero hoy tenía que ser un poco más fuerte, aunque sea un momento para hablar con su omega de buena manera.
— Kojiro, pececito... — dijo el rubio, sintiendo esos dulces besos. — Kojiro... bebé, tenemos que hablar de esto.
— Solo ignóralo, no pasa nada. — dijo el mayor con una sonrisa dándole un beso al rubio en su mejilla.
— ¡CLARO QUE PASA! —Gritó el rubio, asustando un poco al japonés, más porque estaba cerca de él, no había necesidad de gritar.
— Poseí, oye... solo quiero sentirme relajado para hab...
— ¡Te están pisoteando y tú los estás dejando! ¿Eres un saco de boxeo que todos pueden usar? ¡Despierta! ¡Maldita sea a veces eres tan sumiso que me hartas!
— ...
Probablemente Loki tenía razón con lo que no puede decir una oración sin lastimar a nadie de por medio. Porque a veces solo decía cosas al azar para hacer molestar a alguien, ni siquiera las pensaba o sentía, solo era para buscar una reacción. Pero ver la expresión de su omega de esa forma, no era algo que quisiera lograr. Porque nunca había visto esa mirada, como si lo desconociera, se sentía horrible ver a su omega mirándolo así, tenía que arreglarlo. Estaba luchando en pensar en cómo lo haría. ¿Qué diría Hades en una situación así? Seguramente él podría arreglar esto, así que, si trataba en imitarlo, seguramente Hades primero...
— Lo siento. — dijo el japonés levantándose de su regazo bajando la cabeza. — Am...
— Koji oye...
— Iré al dojo. — respondió, caminando a su armario, para vestirse rápido con ropa deportiva, tomar una maleta y el estuche de otro par de espadas que tenía. — Nos vemos luego.
— ... Okey. — dijo el rubio mirándolo, sintiendo el aire pesado. — ¿Quieres que te acompañe?
— No. — dijo el omega colocándose su calzado.
— ... Será divertido, vamos, puedo llevar comida y podemos...
— ¿por qué querrías eso? — suspiró el japonés haciéndose una coleta. — Sal con alguien que no te harte.
— ¡Yo no pienso eso! — dijo el griego algo alterado. — Kojiro...
Por cómo le habían azotado la puerta, dejándolo con las palabras en la boca, sabía que lo había arruinado.
Solo pudo frotar su rostro, tratando de pensar como lo iba a arreglar, nunca se había peleado con el japonés, así que no sabía si tenía que hacer algo ahora mismo, o dejar que el omega se relajara un poco. Pero, mientras solo pensaba estupideces, recordó algo. La Mojo Dojo estaba a reventar de paparazzi por fuera y todos esperando a Kojiro, entonces, si él salía solo...
Solo pudo correr de su habitación, viendo como todos estaban algo confundidos de verlo agitado, más cuando habían visto a Kojiro salir solo de la casa. Y es que cuando comenzaron a discutir de porque lo dejó salir solo, es cuando Okita les gritó, diciendo que si, Kojiro estaba en pantalla. Porque claro que había una transmisión en vivo de golpe, viendo como el japonés realmente no podía salir.
— Señor Sasaki, ¿qué piensa sobre su escándalo y como ha perdido inversionistas en algunas de sus empresas?
— A veces eso pasa, si los valores no se alinean con lo que ellos están buscando, las alianzas se separan y es todo, es muy común en el mundo de los negocios.
— Señor Sasaki, hay miles de ojos sobre usted ahora mismo, ¿por qué comenzó una relación con alguien casi 20 años menor que usted?
— Pensé que Poseidón lo había aclarado, pero, yo no lo busqué, ni siquiera sabía de él. Él me buscó y encontró, es mi destinado así que las cosas se dieron con facilidad. Pero, aclarando las cosas que dicen, no sabía de la existencia de Poseidón antes, no lo conocía de niño o algo por el estilo, lo conocí de adulto, es todo...
— ¿Cómo es que alguien como él se fijó en alguien como usted? ...
Eso se había sentido como volver a su casa, estar de rodillas frente a Yoshiro, escuchándolo decir que quien diablos quisiera estar con alguien tan débil, simple y que lo único bueno que tiene es tener una buena familia. "¿Quién se fijará en ti, Kojiro?" Podía escucharlo decir una y otra vez siempre, donde Yoshiro quería hacerlo hacer cosas que él detestaba, cuando quería que se vistiera de cierta forma, cuando quería que aceptara las propuestas de matrimonios arreglados.
Y es que en cierto punto, él igual se lo preguntaba muchas veces. ¿Por qué Poseidón lo quería cerca? No tenía nada en especial. No era carismático como Grigori, o hermoso como Qin o Michel, no era ingenioso como Nikola, ni talentoso como Jack, es más, no era tan directo como Simo, o tan fuerte como Raiden, no había algo que considerara especial en él, por lo tanto, siempre se había preguntado eso.
"Bueno, es mi destinado, el destino me hizo un favor."
Si, era la única razón explicable que encontraba. La única forma en la que alguien como Poseidón lo vería, era porque son destinados, no más. Y estaba agradecido por ello, pero, tal vez lo que él consideraba algo bueno, acabaría por dañar a Poseidón, y no sabía si pudiera con la culpa de eso. Solo podía mirar a la reportera que le había hecho dicha pregunta, claro que la conocía, era muy famosa con ese podcast que tiene en redes, además que es muy seguida por gente joven. Claro que la reconocía, porque era la que más lo atacaba sin parar, para después comerse a su alfa con su mirada y sus palabras.
— ¿Señor Sasaki? — dijo la mujer. — ¿Respondería mi pregunta?
— No lo sé, no sé porque Poseidón Olympus está conmigo, a mi igual me sorprende. — dijo el japonés mirando a la joven reportera. — No sé qué me vio, no sé qué le atraiga de mí, no sé porque se conforma conmigo. Tal vez tenga razón, solo sea un buen negocio para él, pero me hace feliz. Sea verdadero o falso, me hace feliz, es mi alfa, acepté su marca, y ya se lo que dirá, soy alguien mayor, con rostro promedio, con nada especial en mí, que lo único que tiene es dinero a su alrededor, y es verdad...
— Entonces acepta que esta relación no es nada más que un negocio.
— No. — dijo el japonés. — Porque yo si lo amo, no sé si él lo haga, pero de algo estoy seguro. Aun con todos los comentarios, con todos los videos que me ha dedicado, con todos sus grupos de fans que se han encargado de hacer estos últimos días un infierno en mi vida, es lindo saber que Poseidón me elegiría sobre todos ustedes putas sin nada que hacer que se la pasan editando mi rostro, haciéndome más viejo y deplorable tratando de que con eso Poseidón les mire cuando él nunca miraría a una maldita víbora como tú. Nunca miraría a nadie de ustedes, porque si yo no tengo nada en especial, ustedes menos, al menos yo soy rico y poderoso, ustedes no tienen nada. Déjenme malditamente en paz, si Poseidón me deja o se queda conmigo es su problema y él mío. Ambos somos adultos, ambos decidimos estar juntos, métanse sus opiniones por el culo y dejen de hablar mierda de mí, maldita sea."
Realmente ver a Kojiro molesto no es algo que sea común. Solo se ve en siglos y siglos un acontecimiento así. Por lo que en la Mojo Dojo había el mismo silencio que había con los reporteros, porque ese rostro amable nunca había dicho algo para atacar a nadie, en realidad ni siquiera a Aoki le había dicho algo, por lo que verlo defendiéndose hizo a Jack sonreír. Al fin verle sacar las katanas era algo que le dejaba un buen sentimiento al inglés.
— Bueno, ese si es Kojiro. — dijo el británico. — Tal vez tiene el corazón de su padre, pero en definitiva tiene la misma personalidad de mierda que Yoshiro cuando está molesto.
Parecía que los reporteros trataban algo para decir en esos segundos de silencio, pero el japonés avanzó cuando vio a Ino, su chofer ya esperándolo con el auto, así que acabó por acercarse, pero antes de subir volteó a ver a los reporteros.
— ¿Podrían dejarme en paz? Poseidón es libre de irse cuando quiera, ni siquiera soy inversionista de su empresa, no me necesita para nada en absoluto en sus propias metas y logros como ustedes han dicho, además, ni siquiera está en mi maldito testamento que le dejaría algo a él. Todo se irá a manos de Qin Shi Huang y eso ya lo sabían jodidos idiotas, si saben que le dejaría todo a él, ahora déjenme de molestar todo el maldito día con esto y apártense, consíganse una maldita vida y dejen de molestar la mía y la de mi alfa, son patéticos.
Y así el japonés acabó por meterse en su auto y dejar que lo llevarán para el dojo, donde Ino, su chofer veía un poco por el retrovisor el rostro de su jefe, que comenzaba a suavizarse, para después ver esas lagrimas comenzar a caer. Y es que Kojiro se abrumaba algo fácil con esas situaciones...
— Amo Kojiro...
— No pensé que le hartaba mi personalidad... ya sé que solo me quiere por las feromonas y por el destino, pero pensé que le caía bien. ¿Debería hacer algo para hacerlo sentir más cómodo?
— Amo Kojiro, no tiene que complacer a extremos a los demás. — comentó el chofer. — Además se está creando mentiras a partir de lo que escucha, el joven Poseidón lo ama, nunca estaría con usted por algo tan simple como los lazos de los destinados. Por favor, reflexione en ello.
— Lo estoy haciendo... — suspiró el japonés limpiando su rostro, tratando de que las lágrimas dejaran de fluir. — Dios, estoy haciendo lo mismo que papá, buscando su aprobación en todo, y cuando no la tengo duele como el infierno... no pensé que me había convertido en él.
— ... Usted y el amo Satoru son muy diferentes. — comentó el conductor, tratando de consolarlo. — Estoy seguro que el joven Poseidón no siente lo que dijo. Y estoy seguro que la manera en la que actúan es muy diferente a la relación de sus padres. Solo fue una pelea, estarán bien. Verá que el joven Poseidón ni siquiera piensa mal de usted.
— Claro que lo hace...
— ... llamaré al señor Miyamoto para que lo vea en el dojo. — comentó el chofer.
Y así siguió el camino.
Trabajar para Kojiro Sasaki era una bendición, pero, cuando el mismo se autodestruye, realmente era difícil despertarlo de ese estado. Y si no iba a escuchar ni al amo Qin, ni al joven Poseidón, tenía que recurrir a alguien que estaba seguro que Kojiro escucharía, y esa persona era Musashi Miyamoto.
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Últimamente había tomado decisiones malas, por lo que decidió mejor consultar con Qin sobre como calmar a Poseidón de la mejor forma.
Y es que su hermano estaba entrando en crisis al no saber qué hacer, y quería aconsejarlo bien, pero él había cometido tantos errores ya, que quería consultarlo con su omega antes de hablar con Poseidón, por lo cual fue a buscarlo, pero de todas las cosas que esperó ver al entrar en la oficina del chino, nunca esperó ver a Qin en una esquina de su habitación, anidando entre cobijas, cojines y su ropa, abrazando uno de sus suéteres. Lucía tan jodidamente adorable, más cuando los omegas suelen mantener ocultos sus nidos de relajación, ya que los hacen cuando quieren tener un momento a solas y en paz. Suelen tener solo su aroma, pero si son omegas enlazados, suelen tener el aroma de su pareja. Así que verlo así, hecho bolita mientras se relajaba en un lugar seguro y lleno de feromonas le resultó adorable, más cuando sonrió al ver que la mirada azul con estrellas notó su presencia, y las mejillas de Qin comenzaron a colorearse al sentirse avergonzado de que lo viera en un momento tan íntimo y vulnerable.
— ¡Toca la puerta! — gritó el chino. — ¡No puedes entrar en mi oficina, así como así!
— ¿Por qué? ¿Estoy viendo algo que no puedo? — sonrió el albino cerrando la puerta detrás de él. — Lucías tan lindo, Qin.
— No te rías, es normal que los omegas tengan nidos para relajarse. — dijo avergonzado el emperador, sin querer ver al enigma. — No se supone que tienes que ver dónde está mi nido.
Ver el puchero del emperador hizo que le temblaran las piernas, ¿cómo podía ser tan lindo? ¿Cómo su omega lo hacía caer de rodillas ante tal acto tan adorable? Acabó por sonreír, acercándose un poco más.
— Lo sé, pero, también recuerdo que te reías de los nidos, aún recuerdo escucharte decir "yo no hago algo como eso". — comentó el albino, poniéndose de cuclillas frente al omega, que le soltó un gruñidito, y es que sabía que no podía ni tocar el nido si no le daban permiso.
Y es que los omegas son territoriales, sabía que, si intentaba acercarse de más, Qin lo podía ver como una invasión a su lugar seguro, y lanzaría una mordida o lo querría golpear si toca el nido sin un permiso previo. Así que solo podía ver el puchero de su omega, que estaba algo molesto que lo interrumpiera mientras se relajaba en su nido.
— Me atrapaste, bien, déjalo, necesitaba un lugar tranquilo hoy. — comentó el chino, acurrucándose en el lugar.
— ¿Es por Kojiro? — cuestionó Hades.
— Si, a veces me cuesta ayudarlo cuando el problema es él sabes, es muy difícil lidiar con la psicología de Kojiro.
— Lo es, tengo el mismo problema con Poseidón. — respondió el enigma.
— Ya se, el problema es "Ayudar a Kojiro", y el obstáculo es "Kojiro". — suspiró frustrado el omega.
— Bueno, en definitiva, es difícil ayudarlo. — aceptó el griego.
— ¡Lo sé! A veces no se ni que hacer, ni que decir, es que él solo se encierra en sí mismo. — gruñó el chino. — Es tan lindo y poderoso, debería simplemente hacer que todos le besen los pies, pero no. Se siente constantemente rechazado por todos, y piensa que siempre tiene que bajar la cabeza como si estuviera hablando con Yoshiro, joder, me da ganas de matar a todos los Sasaki para ver si así Kojiro despierta, pero solo lograré que me odie si hago algo como eso.
— Eso es obvio. — respondió el griego. — El único que puede hacer algo por Kojiro, es Kojiro, porque no es de los que piden ayuda.
— Así es, luego si intento algo, todo sale mil veces peor. — dijo en frustración el omega, mordiendo un cojín, a Hades le pareció adorable verlo sacar sus colmillos, mientras se hacía bolita.
— Así es. — no podía concentrarse mucho con su omega actuando tan dulce frente a él.
— Y eso me frustra porque realmente no sé qué hacer, ¿tú qué harías? — esa pregunta había sacado de sus pensamientos al griego.
— Creo que Kojiro no necesita ayuda de la forma en la que piensas. — dijo el enigma. — Creo que lo único que necesita Kojiro es sentirte cerca y con él. Porque todos los problemas él los puede arreglar, y a veces solo se necesita tener a alguien a tu lado para tomar fuerzas. Al final, como te dije, él es el único que puede solucionar sus propios problemas.
El omega hizo un puchero, y el alfa le sonrió, quería acariciarle el cabello y relajar a su omega, pero aún no había sido invitado a su nido. Soltó un poco de sus feromonas, logrando que Qin soltara un leve chillido, para después abrir los brazos, en señal de invitación, a lo que claro que Hades no se lo pensó ni dos veces, y acabó por acurrucarse con él, soltando sus feromonas suaves, dejando su aroma en el nido de Qin que estaba complacido con ello, acurrucándose más, sintiendo los mimos de Hades en su cuerpo, en como lo llenaba de sus feromonas y se sentía protegido, pero igual, no podía evitar gruñir de vez en cuando, cuando olía feromonas que no eran 100% de Hades, pero el enigma hacia su mayor esfuerzo para que eso no ocurriera.
— Hn...
— Lo siento. — dijo el albino besándole la frente. — Lo controlaré mejor cuando ese idiota de México se digne a contestarme.
— Esta bien, sé que estás trabajando en ello. — dijo el chino, abrazándose de él. — Oye... estar en el nido, me hace sentir como será cuando este encinta. — comentó el omega, haciendo emocionar al lobo interno del enigma.
— ¿A sí? Cuéntame más, ¿cómo te imaginas que será?
— Tú consintiéndome y llenándome de tu olor, mientras acaricias mi vientre o mi pecho.
— ¿Tú pecho? — cuestionó el albino.
— Bueno, duelen cuando lactas, si acumulo leche no me gustará. ¿No lo aprendiste en la esc...? — el emperador golpeo su frente. — Lo siento... no quise decir algo como eso.
— Esta bien, leí algo de eso. — dijo el enigma colocándose encima del omega, a lo que este lo recibió gustoso, abriendo sus piernas para que se acomodara mejor. No tendrían sexo, pero si le gustaba sentir a su pareja cerca. — ¿Quieres saber lo que haría?
— Si quiero. — sonrió el chino.
— Probablemente tu lindo pecho estaría abultado, así que yo tranquilamente desabotonaría tu camisa así. — dijo el albino comenzando a hacerlo, haciendo sonrojar al chino. — hasta exponer el hermoso pecho que tienes.
Y es que Hades estaba disfrutando la vista, ya que ver ese pecho con esos dulces pezones pequeños y lindos en ellos, en esa piel blanca, lo hacían salivar queriendo lamerlos y devorarlos. Más cuando el omega lucía tan lindo mostrando su pecho, en ese nido que solo huele a los dos...
— ¿Y después? — dijo Qin sacando a Hades de sus pensamientos.
— Escuché que los omegas son sensibles, muy sensibles en su pecho cuando lactan, así que comenzaría a lamer un poco... para acostumbrarte y estimularlos...
El chino sintió la punta de la lengua del albino en uno de sus pezones, lo que lo hizo arquearse de placer, mientras este comenzaba a lamer su pezón derecho, y después chuparlo, provocando un gimoteo del chino, más cuando Hades comenzaba a masajearlo como si realmente estuviera lactando, haciéndolo sentir más que bien, provocándole esas descargas de placer que estaban provocando que comenzara a humedecerse.
— ¡HN!
Y es que el mayor solo le estaba dando una prueba de cuanto lo cuidaría cuando estuviera encinta con sus cachorros. Tenía vergüenza, no podía creer que realmente estuviera duro y lubricando solo por Hades jugando con su pecho, no pensó que fuera tan sensible, al final, era un omega dominante, él igual podía como dice su nombre, tener el rol de embarazar y tener omegas a su antojo, así que su cuerpo no debería ser tan receptivo de Hades, pero, no podía evitar gimotear, o abrir sus piernas más, arquearse cuando siente los espasmos y gemir el nombre de Hades cuando este chupaba con tanto empeño sus pezones hasta dejarlos rojos.
— Que adorable es mi lindo omega, tan dulce y perfecto... — susurró el enigma a su oído, para después lamer el lóbulo de la oreja, haciéndolo gimotear necesitado. — Tan lindo que no me resisto, solo quiero devorarte...
No podía estar más rojo de lo que estaba, con Hades susurrándole de esa forma mientras acaricia en círculos sobre su pecho, soltando feromonas para dejarle en claro que lo quiere. Y es que su nido ya había sido tomado por el enigma, le estaba reclamando en él, una manera demasiado dominante de dejarle claro que le pertenece como Hades a él.
Solo podía seguir gimoteando al sentir la boca de Hades recorriendo su pecho, deslizándose lentamente por su abdomen hasta el inicio de sus pantalones, los cuales comenzó a desabrochar. Sintió a su lobo saltar de alegría, tan sumiso a la idea de que Hades lo tomara en su nido, y que este se llenara a reventar de sus feromonas.
Era perfecto, solo quería ahora mismo a su enigma tomándolo y...
— ¡Hades! — gritó Poseidón entrando de golpe en la oficina. — ¡Tengo algo importante que decirte!
— ¡Poseidón! — gruñó el enigma, cerrando la camiseta de Qin, para no exponer su pecho. — Maldita sea, toca la puerta.
— Solo ven ahora. — se quejó el rubio, mirando a su hermano como al emperador. — Que ridículo eres Shi Huang, un nido para relajarse, ¿tienes 5 años acaso?
— ¡Voy a patearte el culo, lo juro! — gritó Qin molesto.
— ¡Poseidón! — dijo Hades levantándose y persiguiendo al rubio que echó a correr.
Ambos Olympus corrían a una velocidad sorprendente por los pasillos, al punto que para evitar que Hades lo alcanzara, Poseidón decidió saltar del tercer piso al segundo por el barandal, y después hacer lo mismo al primer piso. Hades se sorprendió un poco, Poseidón estaba en forma, pero no era la persona más atlética que digamos, simplemente porque no le interesaba, así que verlo realizar eso sin sentir dolor o queja de un calambre había sido sorprendente. Más porque últimamente Poseidón lucía un poco más fuerte, tal vez era lo que le había mencionado Tesla, Poseidón no es un alfa dominante común.
Acabó por alcanzarlo en una sala, donde el rubio le miró y después le soltó una sonrisa, dándole un golpe en la frente.
— Auch, ¿qué era tan importante? — dijo Hades mirándole. — Quiero que te disculpes con Qin y
...
— No me voy a disculpar con ese. — comentó el rubio. — Y no era nada, solo es mi venganza por interrumpirme siempre con Koji.
— Poseidón, idiota yo...
— Mentí. — interrumpió el alfa. — Te buscan por teléfono.
Y es que Hades se confundió al ver el rostro de Poseidón algo intrigado, más cuando le pasó el teléfono que le había dado Tezcatlipoca para que se comunicará con él. Mismo teléfono que nunca le respondía, pero ahora había alguien llamándolo, así que contestó, solo para escuchar una risa al otro lado.
— 150 mensajes y 50 llamadas, ¿qué no tienes vida? ¿Por qué me buscas tanto? Pensé haber dejado en claro que no me gustan los cachorros como tú. Tengo estándares cachorrito griego.
— ¡Maldito hijo de puta! — gritó el enigma molesto. — ¿Por qué me das un teléfono que nunca vas a contestar? Además, ¿por qué me dices que te llame cuando necesite ayuda como enigma si no piensas ayudarme? Eres odioso, nunca te hubiera buscado si realmente no fuera necesario, necesito saber más sobre lo que soy, además...
— Déjame adivinar, ¿tu celo se acerca? — rio del otro lado el enigma interrumpiendo el berrinche que le estaban haciendo por teléfono. — Bien, bien, hoy me siento generoso, dime, ¿qué quieres saber?
— Maldito idiota.
— Si quieres te cuelgo, por mí no hay problema.
— Tsk... Estoy cambiando de feromonas. Me enlace con mi omega con mis feromonas reales, pero tengo problemas, no puedo controlar a mi lobo, y este sigue mandando feromonas de "destinado" a Qin, lo que lo hace enojar porque no son las feromonas con las que se enlazó.
— ¿Hay algún otro problema además de ese?
— En general es el problema que más me preocupa, aunque igual quiero saber que ocurrirá en mi celo ahora que estoy enlazado.
— Ocurrirán muchas cosas, pero no creo que pueda explicarte todo por teléfono.
— No está en mis planes viajar a México, menos cuando no tengo dinero para hacerlo. — se quejó Hades. — ¿Una video llamada estaría bien?
— ... ugh. ¿Estás en la mansión de locos de los amigos de Buda, ¿verdad?
— Si, la Mojo Dojo. ¿Por qué?
— Bien, iré a verte. — comentó el mayor ante la sorpresa del albino. — Porque con tu pésima retención de información, no vas a aprender por una llamada, llegó tal vez en unos días. Te avisaré.
— ¿Realmente lo harás? Si esto solo es una broma para hacerme esperar te juro que...
— Es mejor ir a verte que escuchar mi celular sonando cada cinco minutos. Además, tu omega le pidió a Buda que abogara por ti con Jesús, y Jesús le pidió a Quetza que realmente necesitabas ayuda, y tengo al maldito de mi hermano molestándome como tú, día y noche para que te ayude. Quetza podría ayudarte, pero el idiota anda de celibato así que él tampoco entiende muy bien nuestro celo, por lo tanto, mi castigo por ponerla es tener que explicarte como tener sexo con tu omega, y es fastidioso. Nos vemos pronto, Hades Olympus, así que deja de llamar, yo te llamaré cuando este en tu país.
— Claro, nos vemos, hasta luego.
Hades Olympus realmente pensó que el día no podía ir peor, pero, al menos un problema se estaba solucionando, ahora solo quedaba arreglar el problema de Kojiro y sus días tranquilos volverían.
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Si le dijeran que un día, estaría en una mansión, disfrutando de una piscina, sentado en el regazo de su pareja, mientras toman cocteles y disfrutan una sesión de besos, nunca lo hubiera creído. En primera, su vida no había sido común o fácil, había comenzado a trabajar desde temprana edad, y aunque no era tan miserable como sus primos, si había tenido que recurrir a venderse para sacar algunas cosas a flote.
Al final, todos lo consideraban bonito, así que, si era una forma de ganar dinero rápido, lo haría. Simplemente no pensaría que era él, se crearía otra personalidad, como si interpretara un papel cada vez que tuviera que hacerlo, y así, no le dolería al despertar al siguiente día. Pero, ya nada de eso importaba, porque tenía las manos de su alfa acariciándole la cintura, mientras siente el leve roce de la barba del mayor contra él, siente el toque de sus manos, puede sentir sus feromonas, estaba feliz, en definitiva.
— Hn... Fue buena idea salir a tomar aquí. — sonrió Apolo besándole la frente al mayor. — ¿te gusta cómo me veo?
— Luces adorable con lo que traes puesto. — dijo Leónidas, acariciándole su cabello. — Aunque ¿no te molesta que vean las marcas?
— Que vean todo lo que me estoy comiendo y como me dejas, para mí no hay problema. — sonrió el omega besándolo de nuevo. — Oye...
— ¿Si?
— Tienes 45 años. — comentó Apolo dándole besitos en las mejillas.
— Lo sé.
— Y te gustan los niños.
— Me gustan.
— Y tu omega está en la edad perfecta para tener bebés. — sonrió Apolo.
— ... Creo que deberíamos hablar de esto más adelante. — dijo el mayor. — Nuestra relación está construyéndose y no quiero adelantarnos a algo, además, Incluso aunque tenga 50 o 60, puedo seguir embarazándote, tenemos tiempo.
— Lo sé, pero, lo había estado pensando. — dijo el omega acurrucándose con él en esa hamaca. — Dejar sobre la mesa que, si quiero darte cachorros, aunque no sea ahora, pero si quiero hacerlo, además...
No pudo terminar la frase, porque pudo ver como un molesto rubio salía por el patio trasero, pasando por ellos para correr a una de las entradas traseras y ver llegar el auto de nada más y nada menos que de Kojiro. Ni Apolo ni Leónidas comprendían porque el enojo de Poseidón de llegar allí, pero lo supieron de golpe cuando el chofer de Sasaki, el señor Ino, abrió la puerta y vio bajar a Kojiro, si, y a otro hombre, fornido y alto, bajar detrás de él.
— Leo...
— Es Musashi, es amigo de Kojiro. — dijo el mayor. — Y ... ex amante.
— Bueno, al menos allí está la respuesta de ver a tiburoncín tan enfadado de golpe.
Y es que la pareja solo miró cuando Poseidón cargó a Kojiro, metiéndose con él, a lo que Musashi negó con la cabeza, siguiéndolos por detrás, y si, veían a Kojiro patalear diciendo que lo soltara, pero Poseidón solo acabo por besarle, callando cualquier queja mientras lo seguía alejando del otro alfa.
Y es que había algo en común que compartían Leónidas y Apolo, les gusta ver el chisme. Así que ni tuvieron que decir nada, ambos se levantaron y entraron para ver como comenzaba la discusión.
— ¿Qué mierda sigues haciendo aquí? — se quejó Poseidón viendo a Musashi. — ¡Vete!
— ¡Poseidón! — gritó Kojiro. — Bájame ya, y Musashi está aquí porque yo lo invité a estar aquí, es uno de mis socios y me está ayudando con las repercusiones de mis contratos.
— ¿Repercusiones? — dijo el rubio bajando al japonés con cuidado. — ¿Estás perdiendo dinero?
— No exactamente. — suspiró el japonés.
— Kojiro tiene muchas empresas por así decirlo. — comentó Musashi. — Claro que su empresa hotelera y de bienes raíces es la más grande, pero, Sasaki Corp tiene diferentes inversiones, con el escándalo que se salió de control, muchas empresas comenzaron a dudar si era factible seguir trabajando con Kojiro, es por ello que esta situación se tiene que tratar con cuidado, Kojiro y yo nos encontramos en el club de Kendo, pero solo estuvimos allí unos 20 minutos, cuando Kojiro se calmó, me preguntó que lo tenía así. — dijo con sarcasmo el alfa mayor, haciendo enfurecer al rubio.
— Tú no sabes nada de nuestra relación.
— ¡Basta! — dijo el japonés. — Tuvimos que irnos del club de Kendo de emergencia para reunirnos con algunos empresarios, por eso no podía contestar tus llamadas o mensajes, Poseí.
— Ha decir verdad tu omega está caminando en la cuerda floja en sus inversiones y fondos, deberías ser más consiente y dejar de lastimarlo más de lo que ya está. — replicó Musashi, pero afortunadamente Kojiro estaba allí para interponerse entre él y Poseidón, más cuando Raiden ayudó para sostener al rubio y evitar que se le fuera a los golpes a Miyamoto.
— Musashi... — gruñó Kojiro. — Deja de decir estupideces.
— ¡Nunca lastimaría a Kojiro! — se quejó Poseidón.
— Dices eso y me tomó 20 minutos para que dejara de llorar, idiota. Ni siquiera te mereces a Kojiro, solo eres un oportunista que mordió su nuca, y Kojiro es demasiado amable e idiota para no mandarte a la cárcel jodida mierda violadora.
El "UUUH" que se escuchó en ese momento en la Mojo Dojo era el sentimiento real de todos los amigos del japonés. Porque, a decir verdad, todos habían pensado eso cuando Kojiro y Qin les contaron como había sido que Kojiro había acabado enlazado con Poseidón, pero, como el japonés parecía bien y feliz con ello, no trajeron el tema a flote, aunque estaban algo felices que alguien al fin se lo dijera.
— ¡Tú...!
— ¡BASTA! — Gritó el japonés. — Lo único que me interesa ahora es formar un plan para evitar que tenga que volver a enfrentarme a los empresarios.
— Aquí es donde entro yo... — comentó Grigori, feliz de al fin poder ayudar. — ¿Quieres mi ayuda?
— Si, podemos planear al menos 3 casos de cómo puedo abordar esto en la vida pública. Con repercusiones y que tanto me va a costar.
— Ya que me ayudaste a mí la vez pasada, será sin costo monetario, pero puedo armar los escenarios para ti, deja hablar con mis relacionistas públicos. — dijo el ruso.
— Koji... — comentó Qin. — Los...
— Los fondos están protegidos en nuestra cuenta conjunta, no me preocupa eso Zhèng, tranquilo. — dijo el mayor acariciando el cabello del chino que se dejaba mimar. — También tengo protegidas mis más grandes inversiones, como la de mi gente, el flujo de dinero seguirá igual, pero me preocupa la salida de inversionistas, los logre calmar hoy, no sé si puedo seguir calmándolos si mi nombre sigue mencionándose una y otra vez en cualquier red social o medio.
El japonés se dio cuenta que sus amigos lo estaban mirando y sonrió, más con la cara de preocupados que tenían.
— Oigan, se cómo solucionarlo, ¿qué olvidaron mis doctorados? Estaré bien. — comentó Kojiro. — No caeré en bancarrota o algo parecido.
— Bueno pues, parece que estamos preocupando a nuestros menores, Kojiro. — rio Grigori abrazando al japonés. — Hay que solucionar esto rápido... y...
Y entonces la puerta principal de la Mojo Dojo se abrió de golpe, donde Adam entraba de golpe y seguido de Zeus, que rápidamente corrió a la sala principal para encender el enorme televisor.
— ¡YOSHIRO! — dijo Adam ante todos. — ¡Televisión! ¡Vean el televisor! ¡Están entrevistándolo!
Y es que lo hicieron, para ver que sí, estaba Yoshiro Sasaki al parecer llegando al aeropuerto de Narita, donde miles de cámaras le seguían, hasta que al fin decidió detenerse y suspirar, mirando hacia los reporteros. Y es que Kojiro solo pudo tensarse, cuando esos jodidos ojos verdes desinteresados se postraron en los reporteros.
— Maldita sea, allí va a la basura todo. — dijo Grigori chasqueando la lengua.
— ¿Por qué iría a la basura todo? — cuestionó Poseidón.
— Bueno, tal vez lo ves cansado de la vida, pero tu suegro puede destruir con palabras cualquier cosa. La opinión de Yoshiro es más "valida" por así decirlo que la de Kojiro. Así que, en resumen, si Yoshiro se le da la gana soltar algo de veneno como siempre lo hace, creo que...
— Perderé a los inversionistas. — suspiró frustrado el japonés.
— El poder de la familia Sasaki, más con todos los tratos que tiene con la familia Shi Huang. Es un pez gordo en realidad, deberías llevarte bien con él Poseidón, una palabra de él hará que despegues o tu empresa nunca salga a flote.
— ¿Y eso no lo puede solucionar Shi Huang? — cuestionó Poseidón mirando hacia Qin.
— Lo puedo hacer, pero, es como cuando tu amigo justifica tu infidelidad, al final todos saben la verdad, y apenas me acabo de convertir en emperador, no tengo a todos los peces gordos de mi lado aún, Yoshiro si, por lo cual, aunque me escucharían, retumbarían más las palabras de Yoshiro ahora mismo en sus mentes que la mía.
"Señor Sasaki, para World News, ¿nos puede decir su opinión sobre su hijo y su actual relación?"
— ¿Kojiro?... siempre ha sido... débil. — había dicho Yoshiro como siempre, mirando sin interés a la prensa.
El japonés solo pudo apretar los puños. Ahora tenía que pensar en otra forma en la que podría abordar el problema, una que no lastimara a las empresas y no tuviera que perder cosas, porque perder significaría hacer recortes, y hacer recortes significaría que perdería a su gente, y eso es algo que no quiere hacer.
— Pero, últimamente me ha sorprendido. — dijo su padre de golpe, haciendo al japonés mirar extrañado la pantalla.
Y no era el único, eso hizo que todos miraran al televisor, ya que el japonés realmente estaba diciendo por primera vez algo más que solo ataques hacia su hijo y su forma de ser.
— Tuve el placer de conocer a Poseidón Olympus, es un alfa muy... interesante. Creo que se complementa bien con Kojiro.
— Pero, ¿qué hay de...?
— ¿Su diferencia de edad? Poseidón Olympus es un adulto, no un adolecente que aun sus padres lo acompañan a juntas de escuela. Es un empresario que comienza su camino. Ambos son adultos, se conocieron siendo adultos, si quieren criticar la diferencia de edad, porque no criticamos la de su jefe, el CEO de World News que se coje a jóvenes omegas en su Yate cerca de las costas italianas, que apenas tienen 18 años y él es un hombre de 69 años. ¿Quiere que hablemos de ello? Porque a mí me encantaría, y no solo de él, me encantaría hablar de todos sus jefes ahora mismo, veamos lo que realmente es una diferencia de edad...
— ... Señor Sasaki no preguntamos por ellos sino...
— Todos ustedes son patéticos, y no hablo de ustedes como personas, hablo de sus jefes, son patéticos. Mi buen amigo Zichu me había dicho, que su vida es tan patética que se tienen que colgar de la vida de los demás, yo realmente pensé que era una tontería, pero al parecer es verdad, que patética vida. — sonrió el japonés levemente. — Pero si he de decir algo, lo diré para que puedan callarse de una buena vez. La familia Sasaki considera a Poseidón Olympus alguien digno de Kojiro, además de que ya han formado un lazo, sabemos que son destinados. Por supuesto, nosotros no compartimos la creencia de dejar que los destinados se encuentren, pero esta vez consideramos que estaba bien, es un joven con ambiciones y un sentido de cumplir sus metas extraordinarias. No se deja de nadie y además hace sonreír a Kojiro, por ello lo aprobamos, es más, me estuvieron persiguiendo sin cansancio los últimos meses con sus cámaras al verme reunirme con diferentes diseñadores y planeadores de eventos, y bueno, exclusiva de último minuto, es porque he estado planeando su boda..."
Se había sentido como un balde de agua fría ver esa pequeña sonrisa de su padre en televisión.
— ¿Boda? ¿El señor Kojiro y Poseidón Olympus van a casarse?
— Por supuesto que sí, los Sasaki no permitiríamos algo tan informal como una unión libre, es por eso que hable con Kojiro y Poseidón, ya están comprometidos y la boda será en Japón por supuesto. Dentro de 4 meses, tal vez deje una fotografía de las invitaciones en mis redes sociales, serán invitados exclusivos por supuesto, cada inversionista de mi hijo está claro, como socio, un evento de esa magnitud es importantísimo, será una lástima para quien se lo pierda. Por ahora es todo, si me permiten, yo si tengo cosas que hacer."
Todos estaban mirando al televisor, pero el rubio solo podía ver el rostro del japonés que estaba tratando de razonar lo que había pasado. De pronto su padre le había ayudado sin pedir nada a cambio, y peor, los había comprometido antes de que ellos pudieran hablar de eso. El omega suspiró, frotando su rostro, porque se sentía molesto. Incluso después de alejarse, después de que lo trató como una mierda, Yoshiro si cumplió lo que dijo...
"Te casarás con quien yo diga, y cuando lo diga, eso no va a cambiar Kojiro, es una tradición y lo harás..."
— Koji... — dijo Poseidón acercándose a él.
— No te preocupes, lo solucionaré. — respondio el japonés, acariciándole la mejilla, y después caminar hacia Grigori y Qin para que hicieran un análisis de la situación.
Y es que Kojiro estaba creando mil y un planes para solucionar el problema en el que los había metido Yoshiro Sasaki al haberlos comprometido a nivel mundial. Pero, el rubio solo podía pensar, que su corazón había latido con fuerza al escuchar que se casaría con Kojiro en unos meses, y, a decir verdad, a él no le molestaba en absoluto hacer eso, menos cuando ya había pensado en matrimonio desde hace meses. Menos cuando Loki lo había acompañado un día tonteando a ver anillos, y se había enamorado de uno que quería darle.
¿Sería sorpresa si le dice que realmente quiere casarse con él?
Tal vez era mejor solucionar las fricciones que ahora tenían antes de hablar de eso. Pero, no podía evitar tener una sonrisa algo idiota de solo imaginar que les habían dado luz verde para hacerlo.
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Holas, al fin regrese con un capitulo.
Antes de que haya una queja de que porque Kojiro es así, la respuesta es traumas. Jajaja, okya, en su vida siempre lo han rebajado, le enseñaron a solo bajar la cabeza, y Satoru que era su ejemplo, nunca se liberó a sí mismo, entonces Kojiro solo conoce ser sumiso ante las situaciones. Pero, de vez en cuando, al molestarse, le sale el lado de Yoshiro y suele ser más imponente. Aunque por lo mismo, Kojiro odia ese lado de él porque no quiere ni ser el aire de Yoshiro.
Tuvimos momento Haqin cute, los amé <3
Agárrense porque se viene drama 7u7, sexo y las bendiciones están cada vez más cerca, al igual que el final de este fic.
¡Saluditos!
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