✨ Capítulo -13- ✨
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AÑOS ATRÁS
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Todo era un caos en el castillo Shi Huang, cuando se suponía que tenía que ser un día importante, Zichu, el joven emperador de los Shi Huang había conseguido un perfecto trato con diferentes empresas, debería ser una celebración ahora mismo con diferente champagne desbordándose y solo sonrisas y risas. Pero no fue así.
Había mayordomos corriendo de un lado a otro, gritos que se escuchaban pisos arriba, y un desastre en todo lugar por donde había pisado Zichu Shi Huang después de regresar de esas reuniones. Y es que el ahora nombrado "emperador", no había dejado de causar caos de un lugar a otro, gritando y lloriqueando lo más fuerte que podía. Y eso estaba destruyendo a sus padres. En especial a Fei Shi Huang que solo podía escuchar como su hijo destruía todo a su paso, lleno de rabia y dolor, y no tenía idea como calmarlo, como tratar de calmarlo.
Pero no había nada que calmara a Zichu Shi Huang.
Nunca lo ha habido.
Desde niño, solía hacer rabietas enormes si no obtenía lo que quería, y uno pensaría que actuaría como un niño, lloraría y no se callaría hasta parar, pero no era así. Zichu se enojaba y estallaba en el momento, pero, no continuaba llorando, siempre después de unas horas, Zichu solo paraba y después sonreía, provocándole escalofríos a su madre cuando hacía eso.
Para después encontrar algo que simplemente no puede aceptar.
— Mi señora... — decía un mayordomo, tratando de sacar a la emperatriz de sus pensamientos. — Mi señora, por favor, ayuda...
Asesinar animales había sido una cosa, donde llevaron a Zichu con un psiquiatra especializado, y todo iba bien cuando el niño tomaba medicamentos, parecía otra persona, se comportaba, todo, pero, solo era una farsa. Incluso con los medicamentos, el niño hacia lo que quería, pero era discreto, tanto que sus padres nunca lo notaron, no hasta esa noche.
Donde vieron el paisaje que su hijo había hecho en medio de su rabieta, donde había sangre por doquier, escuchaban los gritos de personas ayudando a gente en el suelo herida de gravedad, apuñalados, mordidos, golpeados, algunos incluso a punto de morir por la pérdida de sangre. Y todo había sido porque Zichu había atacado a cualquiera que había tratado de consolarlo o tranquilizarlo, y la antigua emperatriz, ya no sabía que hacer al respecto.
— Fei... — dijo la voz de su esposo, mientras este estaba igual en shock. — Él es un joven tan brillante, no puede ser posible que...
— Qiang. — dijo la mujer firme, haciendo a su esposo reaccionar un poco junto a ella. — Quiero que llames a la institución de Psiquiatría, diles que Zichu Shi Huang tiene que ser internado de emergencia, ahora. Es un peligro, no puedo seguir haciendo esto, protegiendo sus locuras, solo llevándolo a terapias que no funcionan, no puede estar sin supervisión, se acabó. — suspiró la emperatriz soltando feromonas para calmar a la gente. — Qiang, llama a emergencias, quiero que todos los no heridos ayuden a los heridos, ahora, quiero que los lleven con los médicos privados de la familia, con los mejores hospitales, ahora.
— Fei, es nuestro...
— ¡Qiang! ¡Tu emperatriz te dio una orden! ¡Ayuda a nuestra gente! — gritó la omega, a lo que el alfa reaccionó al fin asintiendo.
— ¡Ayúdense entre todos, ahora! — gritó la emperatriz.
— ¡Si, mi emperatriz! — gritaron todos haciendo lo que tenían que hacer para salvar a las personas.
Y es que Fei Shi Huang ya no podía, no podía seguir protegiéndolo, ya era demasiado, solo pudo correr a la habitación de su hijo y abrir la puerta, sintiendo ese golpe de feromonas, y esa mirada rojiza en ella. Y es que el hombre que veía delante de ella, en ese escenario de destrucción, no podía ser el mismo niño que cargaba con tanto amor. ¿Cómo? ¿En qué momento se había equivocado tanto con él?
— No recuerdo haber pedido tu presencia en mi castillo. — dijo el omega mirando a su madre.
— ¿Qué diablos estás haciendo Zichu? — preguntó la mujer.
— Va a tener un hijo... — dijo el chino. — Prefiero que muera antes de que tenga un maldito hijo que no es mío. Prefiero que el mundo se destruya, voy a matar a todos los jodidos Edén si es necesario.
— ¡BASTA! — gritó la mujer. — Eva simplemente no te ama, Zichu. No importa que sean destinados, no eres el dueño de su corazón, los destinados no significa amantes todo el tiempo, no es una obligación, solo es que tu lobo es altamente compatible, ¡Puedes encontrar amor en alguien más!
— ¡No escucharé tus estupideces! ¡Tiene que ser ella!
— ¡¿Por qué estás tan aferrado a Eva Edén?!
— ¡Porque ella es la única que podría amarme, es la única persona que soporto! — gritó el chino. — No soporto a nadie, absolutamente a nadie, solo a ella. Solo ella se ve de color, solo ella hace que sienta algo más que querer manipular a todos, se siente algo cuando hablo con ella, más de lo que finjo. Tiene que ser ella, es la única persona que despierta a mi lobo, a algo que no se si son sentimientos o no, hace que sienta algo, y eso es suficiente para tenerla.
— Desiste de esa idea. — dijo la mujer acercándose a su hijo, para refugiarlo en sus brazos como última alternativa. — Zichu, Eva nunca va a quererte. No te sigas lastimando con algo que nunca pasará. Por favor, si la amas como dices, suéltala, déjala en paz, amar también es soltar Zichu, es hora de que dejes ese amor detrás. Zichu, mi pequeño, mereces todo el amor, pero necesitas ayuda para dejar ir tu obsesión, por favor bebé, es tiempo de que dejes ir a Eva.
— ¿Eso es lo que piensas, mamá?
— Por favor mi amor, por favor, suéltala ya.
Había sido rápido.
Porque simplemente no quería escuchar a su madre más.
La manera en la que cortó su garganta para callarla, lo hizo con toda la intención del mundo de lastimarla, haciendo que esas tijeras cortaran profundo y a lo largo. Pudo ver sus ojos, juraría que vio la vida desprenderse de ellos, juró que pudo ver el arrepentimiento de su madre al dejarle todo, pero no podía más que arrepentirse, porque el amor de una madre, puede soportar todo por sus cachorros, y el único fallo de Fei Shi Huang, es que no era lo suficientemente fuerte, para parar a Zichu, porque no podía, no quería fallarle a su cachorro.
Sostuvo el cuerpo de su madre, mirando como el rojo llenaba su habitación, viendo hasta su último respiro, hasta tener un cuerpo sin vida en sus brazos. Acabó por dejarla con delicadeza en el suelo, levantándose de nuevo, porque sabía que había alguien subiendo las escaleras envuelto en dolor, al sentir que la marca de unión ardía en su nuca. Y como era obvio, vio a su padre subir corriendo entre lágrimas, donde lo vio correr al cuerpo de su madre, pero antes de que pidiera ayuda, acabó por asesinarle, de la misma forma en la que lo hizo con su madre, viéndolo morir lentamente hasta que dejó de moverse.
Sintió algo de excitación y júbilo después de ello.
Era obvio que sentía satisfacción en maltratar, asesinar, o manipular, sea lo que sea, era feliz si lo hacía, pero, cuando quiso huir de ello, y tener lo único sano que lo hacía sentir algo fuera de esas cosas y no lo obtuvo, pues pensó que era mejor regresar con más fuerza a eso que trataba dejar detrás.
— Ming... Oye Ming... — sonrió Zichu abriendo la puerta de su habitación, viendo a su mayordomo subir con rapidez, hasta verlo ensangrentado.
Y es que Ming, era un joven que había sido asignado como el mayordomo principal de Zichu, había estado con él desde que ambos eran niños, y ahora era su más fiel compañía.
— ¡Joven amo! — gritó alterado el beta corriendo hacia él para revisarlo. — ¿Se encuentra bien? ¿Qué le ha pasado?
— ... necesitamos nuevo personal. — dijo el chino sonriéndole, con esa sonrisa dulce en tan bello rostro. — Y comenzar a arreglar un funeral, mis padres murieron.
— ¿Qué? — dijo el mayordomo en shock.
— Murieron Ming, es hora de dar el aviso. Acompáñame.
— S-si mi señor.
Podía sentirse en el ambiente.
En como el hermoso hijo de Fei Shi Huang bajaba lentamente esas escaleras, en como su cabello volaba con el movimiento, en como ese bello rostro manchado de sangre caminaba para ver el paisaje del personal herido, en cómo se acercaba hasta ellos y les miraba. No dijo nada en ese momento, ni dijo nada cuando el centro de psiquiatría llegó y Zichu decidió echarlos de su castillo, y es que nadie podía hacerle nada, estaba a cargo de todo.
Los Shi Huang tenían tanto poder que podrían asesinar a vista de policías y no recibir represalias, eso es lo que siempre se dijo, y por supuesto, nunca pensaron que se haría realidad, pero sucedió. Sucedió cuando llegó la policía y tacharon de accidente lo que pasó con el matrimonio Shi Huang. Sucedió cuando no hubo represalias en el comportamiento del joven emperador, sucedió cuando nadie dijo nada y los siguientes días solo fueron normales.
Incluso sucedió cuando semanas después del funeral, el joven Shi Huang citó a su personal en una sala común, para hablarles.
— Esta es mi única consideración hacia ustedes, porque siento que merezco darles eso por los años que tienen trabajando con la familia Shi Huang. Incluso algunos de ustedes me cambiaron los pañales. — suspiró el emperador. — No se requieren más sus servicios en el castillo Shi Huang. Aparte de que dupliqué su liquidación, he agregado extra de dinero, suficiente para que puedan vivir más de 2 años sin trabajar, que siento que es tiempo suficiente para que cada uno consiga un nuevo empleo. Estaré contratando un nuevo personal, y para no ignorar al elefante de la habitación. Yo sé que ustedes son leales a mis padres, no a mí, y sé que algunos de ustedes han pensado en acabar conmigo, tal vez haya escuchado los planes que tienen en esas reuniones que hacen en el jardín sur, y en cómo piensan matarme, créanme, los entiendo, su lealtad era hacia mis padres, no a mí, es por ello que, termino su relación conmigo. No tienen que sufrir más, son libres, incluso aquellos que quieren hacerme daño, son libres. Por favor, abandonen el castillo Shi Huang esta misma tarde, eso es todo.
No hubo más palabras.
Todas las 300 personas salieron del castillo Shi Huang sin decir nada más. Porque el emperador no mentía, en cada una de las cuentas de cada trabajador, había más dinero de lo que pudieron imaginar, y sencillamente era porque Zichu cumplía su palabra, no los engañó con nada de lo que dijo, pero ahora estaba solo, caminando por el castillo, siendo seguido por su mayordomo.
— Debes preguntarte porque eres al único que no solté. — dijo Zichu mirando hacia Ming.
— Ciertamente me lo pregunto. — respondió su mayordomo.
— Eres el único que desde que comenzó a trabajar aquí, fue exclusivamente para mí. — comentó Zichu. — Mis padres te contrataron para mí, para atenderme exclusivamente a mí, no a nadie más. Es por ello que ahora solo somos los dos, y ahora quiero que consigamos personal.
— Me honra mi joven amo. — respondió el beta, sabiendo que estaba condenado, pero no es como si pudiera llorar frente a Zichu al respecto, de que su condena seguiría hasta que muriera. — Solo que, será difícil encontrar tanto personal en poco tiempo.
— Le pediré ayuda a Lü Shang. — comentó el chino. — Quiero que el personal sea estrictamente como te diga, ¿entendido?
— Si, ¿cuáles son sus requerimientos?
— Las personas que sean cercanas a la zona imperial, en este caso que entren y salgan del castillo, tienen que ser Omegas o Betas, no quiero ningún alfa cerca. Y tienen que ser rubios, solo gente rubia, si se pueden que sean mujeres la mayoría estaría agradecido, y si tienen ojos azules sería lo mejor, pero como sé que es difícil, con que sean rubios, está bien. — comentó el emperador. — Jardines lejanos puedes contratar alfas, limpieza quiero que sean estrictamente betas, y zonas medias puede ser alfas u betas. ¿Quedó eso claro?
— Claro como el agua, así será mi joven amo.
Fue un proceso lento, en cómo fue llegando el personal con las especificaciones de Zichu Shi Huang, pero lo consiguió, después de meses y meses de trabajo, el personal que tenía ahora ya estaba listo, y eran leal a él. Porque usó su máscara, imitando el cómo su madre trataba a su personal, siendo un gran jefe para ellos, ganándose su lealtad enredándolos en sus telarañas hasta que fuera muy tarde para que se dieran cuenta de todo.
Así que el emperador podía caminar tranquilo por su castillo, sin esperar que alguien envenenara su agua, lo intoxicaran, intentaran abusar de él o lo apuñalaran. Así que ahora estaba haciendo algo que lo mantenía ocupado, y es ver o escuchar algunas de las cintas del proyecto Eva, porque disfrutaba cuando podía captar una risa de la mujer, o algo sobre ella, lo hacían sonreír.
No había nada más relajante que eso, estar recostado en un cómodo asiento de jardín, mientras escucha la voz de Eva a través de unos audífonos, y hay un rico coctel a su lado, mirando el paisaje de su enorme castillo. Simplemente exquisito, hasta que dio un respiro, y el olor a lavanda y manzana llegó a su nariz, provocando que su corazón brincara como loco.
Dejó sus audífonos de lado, mirando hacia todo lugar tratando de encontrar a la persona que sabe que pertenecen esas feromonas.
— ¿Eva? — dijo al aire.
Sonriente corrió siguiendo el rastro, feliz con la vida, porque ese aroma solo le pertenece a una persona, a su amada Eva, solo ella tiene ese olor en sus feromonas, solo ella puede hacer que su lobo se vuelva loco por el aroma, solo ella puede provocar que sienta algo. "¿Viniste a verme?" se preguntaba corriendo feliz, dirigiéndose a un jardín que era de donde provenía el aroma, y es cuando vio una cabellera rubia larga, lisa, donde había alguien arrodillado plantando algo.
— Eva, te alisaste el cabello, luces hermosa así. — dijo acercándose el chino, con el corazón latiendo a todo lo que da. — Pensé que estabas de vacaciones, Anne me mencionó que estabas de viaje con Adam, ¿te escapaste para verme?
— ... ¿Disculpe, amo Shi?
Vio a esa persona retirándose el sombrero que le cubría del sol. Vio un rostro fino y hermoso, y unos ojos azules con una peculiaridad que es una estrella en un ojo, el derecho, vio que era una persona más alta que él, vio esa ropa de jardinería, y le vio sonreír.
— ¿Puedo ayudarle en algo? — dijo la persona.
— ¿Quién eres? — cuestionó rápido el chino dando pasos hacia atrás.
— Mi nombre es Baldric, soy su personal de jardinería en la zona imperial. Un placer conocerle, ¿necesita ayuda en algo?
— ¿Eres hombre? — dijo el chino frunciendo el ceño, mirándolo de arriba abajo.
— Así es, desde que estaba en Alemania me decían que tenía un aspecto muy andrógino. Solían confundirme con una chica. ¿Le molesta mi cabello largo? Puedo recortarlo.
— ¿Eres omega?
— Si. — respondió con una sonrisa. — ¿Mis feromonas le molestan?
— ...
— ¿Mi señor? ¿Se encuentra bien? ¿Necesita que llame a Ming?
— ... sigue con tu trabajo...
En la vida de un emperador, no se puede tener momentos de debilidad ante nadie, en especial alguien de baja alcurnia, y eso era ley, pero, era que ese tipo tenía feromonas exactas como las de Eva, que lo hacían reaccionar. Por supuesto que lo primero que hizo fue investigarlo, pero no había algo en su familia que le llamara la atención, solo una familia pobre, era todo. Él era un omega, rubio de cabellera larga y lisa, de ojos azules potentes, de cuerpo estético y delgado, de rostro bello como el de una mujer, pero entre más lo miras, más masculino o femenino puede ponerse. Era hermoso, eso no lo negaba el emperador, pero el hecho de que fuera hombre, le daba algo de asco, solo las mujeres le atraían, y sentir a su lobo atraído por feromonas de un pobre hombre, le daba asco.
El maldito tenía las feromonas de Eva, no sabía cómo ni porque, pero las tenía.
Trató de mantenerse alejado, cuando supo el día de trabajo del omega, trataba de estar en zonas alejadas, pero siempre su nariz, su lobo acababa por captarlo, y no podía evitar voltear a verle, se estaba volviendo una molestia. Una enorme.
— Ming, quiero hacer un reacomodo del personal. — comentó Zichu. — Quiero mandar a un sujeto de la zona imperial a la zona media, y alguien de la zona media puede acercarse a la zona imperial.
— Claro, comenzaré los arreglos, ¿a quién quiere intercambiar? — preguntó el mayordomo.
— Baldric de jardinería, por cualquier beta que esté disponible y quiera trabajar en la zona imperial.
— Esta bien. — respondió Ming. — ¿Cuánto tiempo tengo para esta tarea?
— Lo antes posible, pero, no puedo comportarme como un idiota de golpe ante ellos, así que tomate el tiempo de preguntarles a quien le gustaría ir a la zona imperial, y después de hablar con Baldric, puedes intercambiarlos.
— Como ordene señor.
Todo iba de acuerdo al plan.
Ming se estaba tomando el tiempo para hablar con los empleados, y todos consideraban a Zichu alguien muy amable, por lo que mostraban su lealtad, todo iba bien, hasta que un día Ming tuvo que salir a hacer las compras semanales, donde generalmente lleva consigo aproximadamente a 5 maids con él, donde compran todo lo que necesita su emperador, además que comida para el personal, y productos de necesidad.
Todo iba bien.
Hasta que no lo estaba.
Porque Zichu estaba trabajando en su oficina, leyendo algunos papeles que le habían mandado las embajadas, haciendo un trabajo normal, hoy había decidido no torturar a nadie, o tratar de asesinar a alguien, hoy simplemente era un día tranquilo, donde acabaría sus papeles y después tal vez haría un poco de ejercicio. Era un día normal, hasta que su nariz captó un olor, uno único, uno que enloqueció a su lobo de golpe, uno que subió su temperatura y lo hizo jadear, uno que no podía ser posible que lo oliera de nuevo.
— ¿Eva? — dijo entre jadeos, saliendo como necesitado de su oficina, buscando dicho olor. — ¡Eva!
Corrió por pasillos, eso sí era imposible imitarlo, era imposible imitar las notas en las feromonas de Eva, en especial esa dulzura perfecta y única de la omega cuando entra en celo, el aroma especial, el aroma particular que solo los destinados pueden oler, ese toque, esa esencia, la dulce esencia de una hoja de higo lleno sus fosas nasales, haciéndolo entrar en celo, buscando a la omega. Ese aroma es único, y solo posiblemente captado por él, era el aroma único entre destinados reales, no podía imitarse, lo sabía, Eva estaba en su hogar, Eva, su dulce y amada Eva.
Acabó por entrar en la habitación donde sentía ese olor, solo para encontrarse con una sonrisa, una burlona sonrisa y una mirada azul intensa mirándolo.
— Creo que caíste en la boca del lobo, omega.
Ante él había un sujeto que no reconocía, alguien fornido y alto, alguien con un aspecto masculino de cabellera rubia y lisa, de rostro imponente y hermoso a la vez, era él, ¿cómo había cambiado su apariencia de golpe? Trató con el ultimo rastro de cordura que tenía, antes de que su celo explotara, de huir lejos, pero el golpe de feromonas lo hizo caer de rodillas, estaba en celo, y ya no tenía fuerzas.
No pudo controlar lo que pasó después.
Porque su lobo había sido engañado mientras le desnudaban, mientras lo habían apresado en esa habitación, mientras lo sometían en la cama abriéndole las piernas. Quería luchar, porque su lobo lucharía, es un omega dominante, debería hacer trizas a este sujeto sin problemas, pero no podía, olía como Eva, pero, de golpe había soltado unas feromonas tan fuertes que lo dejaron paralizado, mientras sentía como ese sujeto olía su nuca, catándolo, hasta lamerlo sobre la glándula de olor, provocándole gemidos y que en automático le alzara las caderas para ser tomado.
— Puta inservible, quiero que sepas que va a pasar ahora. — dijo ese sujeto, mirándolo con esos ojos azules intensos. — Voy a violarte tanto como sea necesario para dejar un cachorro dentro de ti, será mi compensación después de que mataste a mi cachorro y a mi prometida en una misma noche.
— ¿Qué di...?
No esperó el golpe a su rostro de golpe, ni como sacó sus feromonas tratando de dañarlo, pero el sujeto solo rio, mirando como estaba haciendo todo de él para someterlo.
— ¿Crees que esas son feromonas? ¡Estas son feromonas!
Nunca había sentido como su interior se destruía en el momento que respiró, sentía que estaba inhalando fuego quemando todo a su paso, que no pudo evitar gritar de dolor, hasta que el sujeto paró. Ni siquiera entendía que diablos estaba pasando, ¿desde hace cuánto había sido tan débil? ¡Él no era débil! No iba a darle la satisfacción, no quería, no importa si su boca estaba sangrando, o tenía la mejilla hinchada, no importa si le habían desnudado y lo tenían sometido, tenía que buscar cómo salir de esa situación.
— En la rabieta que hiciste hace dos años atrás, asesinaste a una mujer. Una de las maids de los antiguos emperadores. — dijo el sujeto. — Fue horrible escuchar que mi prometida había muerto. Y fue peor aún, cuando me dijeron que cargaba ya con mi cachorro. Quería matarte en ese momento, pero después pensé, que sería mejor humillarte, y recuperar a mi cachorro si te hacía tenerlo. Así que comencemos quieres...
Le ardió en el alma la primera embestida, no importa si estaba en celo, dolía como el demonio si no había sido preparado. Lo supo cuando no podía hacer nada más que contener sus gritos y gemidos, y ver como la cama se movía con ellos. Sabía que el sujeto que tenía entre las piernas, haciéndole eso, era un enigma, no había duda, y en ese momento aprendió, que los enigmas tienen un control en su sexo y sus feromonas. Los enigmas pueden cambiar el sexo de otras personas, al igual que el de ellos. Pueden oler como omegas, pueden oler como alfas, o no oler a nada como betas. Además, que descubrió lo peor de ellos.
Pueden hacerse pasar por alguien más con las feromonas a la perfección, son impostores de mierda.
Un enigma al oler un alfa u omega que quieren, pueden por naturaleza imitar el olor de feromonas a la perfección del destinado del alfa u omega para atraerlos y hacer que se queden con ellos. Son perfectos imitadores para obtener lo que quieren. Así que simplemente pueden usar eso como ventaja, claro, una prueba de sangre los pondría en evidencia, pero, en ese tiempo, no se había perfeccionado las lecturas, y si alguien olía como omega, era un omega, fin de la situación.
No supo cuánto maldito tiempo estuvieron allí, y sabía que no lo buscaría Ming, porque le había dicho que no necesitaba buscarlo, él a veces salía porque quería y no tenía que avisarle a nadie de nada. Así que Ming no se preocuparía por él. Sintió el nudo llegar y esta era la cuarta vez que lo malditamente anudaban, y solo podía estar allí, con las piernas bien abiertas, sintiendo a su lobo complacido, pero él solo llenándose de maldita ira.
— Voy a matarte maldito...
Y recibió otro puñetazo que casi lo noquea, de no ser un omega dominante, era posible que ya estuviera desmayado. Y de no ser que su maldita ira era más fuerte que su celo, porque se sabía controlar, ya estaría perdido en el sexo.
— Esperemos que quedes encinta con esto, puta. — sonrió el hombre. — Solo como recordatorio, intentas abortar, y voy a violarte cada vez hasta que dejes nacer a mi cachorro. No importa si me corres de tu castillo, no importa si me mandas a matar, manda un maldito ejército y los pondré de rodillas ante mí, no importa nada, es más, hazlo, humíllate ante todos, diles lo que te hice, grítalo, quiero ver como todos se ríen de que te violaron, de que eres una farsa, de que no eres el más fuerte, es más, dame esa satisfacción, di que un maldito pobre llamado Baldric te abrió las jodidas piernas y te violó tanto que ahora tendrás un cachorro, humíllate así, me encantará verlo.
No pasó mucho cuando bajó el nudo que los unía, o al menos así se sentía.
El sujeto solo acabó por vestirse y salir de la habitación.
Igual, el emperador no dijo nada, solo sentía dolor en todo su cuerpo, y acabó por sentarse como pudo, sintiendo como escurría semen, pero eso no importó. Solo pudo apretar los puños en ira, su mirada reflejaba ira, su postura, todo. Se la habían jugado, sabía que abrir la boca solo era tirar a la basura todo lo que construyó en su nombre, sabía que acusarlo como enigma solo lo haría tirar todo porque ese sujeto seguro hablaría, sabía que abortar si estaba encinta era una sentencia, y sabía que no podía decirlo ante la gente. Se la habían jugado, y ahora tenía que ver como arreglaba la maldita situación.
Tal vez pasó unas dos horas más en esa habitación, tan solo viendo a la nada, pensando en que podía hacer. Hasta que se decidió, sonriendo a la nada, llamando al fin a Ming, quien llegó y vio a su señor horrorizado de la escena. Zichu seguía desnudo, con marcas en su cuerpo, en su cuello, en sus brazos, sus piernas, de haber sido sometido, además de un rostro golpeado, y de sangre y líquidos en la cama, al igual que era obvio que había pasado por lo que escurría entre las piernas del omega.
— S-señor Shi... oh dios...
— Ming, ya tengo un plan. — sonrió el chino caminando hacia él. — Ya tengo un plan, todo estará bien, ya tengo un nuevo juguete, ya tengo que hacer para olvidarme de que mi dulce Eva está teniendo cachorros con la escoria de Adam.
— Mi señor... tengo que llevarlo a un hospital para...
— ¡Nada de hospitales! — gritó el emperador sujetándole el rostro a su mayordomo. — Nada de abrir la boca, nada de nada, quiero que reúnas a todos los empleados y les expliques que nadie debe hablar fuera de este maldito castillo de mi situación, nada de nada. ¿entendiste?
— S-si mi señor. — contestó el beta mirando esos ojos rojizos.
— Bien, ¿trajiste lo que te pedí? — comentó el chino.
— Aquí está. — dijo rápido el mayordomo, rodeando al emperador con su bata.
— Iré a bañarme.
— Por favor, mi señor, déjeme llevarlo.
— No, no importa si no puedo caminar, voy a llegar a mi habitación y voy a ducharme, y todo lo haré como siempre.
Y en el castillo de los Shi Huang, no se dijo nada. Nadie hablo nada, y ninguna lágrima cayó del emperador.
Porque semanas después, como esperaba, después de hacer pruebas de embarazo, de esas nauseas matutinas, lo sabía, estaba encinta. Sintió un enorme deseo de clavarse unas tijeras en el vientre y acabar con lo que sea que estuviera creciendo dentro de él, pero no lo hizo, solo acabó por caminar al jardín imperial, y encontrarse de nuevo con esos ojos azules, quienes le devolvían la mirada. Y por lo visto, seguía con el acto, ya que su cuerpo volvió a ser delicado y lindo, a diferencia de cuando había abusado de él. Puede ser que solo muestra su verdadera forma cuando está solo con él, y con los demás solo es un omega indefenso.
— Tu nueva habitación ya está preparada. Se te ha ascendido, felicidades, vivirás en el castillo. — dijo el chino.
— ¿Qué...? — el hombre por supuesto estaba algo confundido.
— Estoy encinta.
— Oh, genial...
No pudo contenerse, solo rio un poco, tratando de contener la risa mirando el rostro bonito del chino, hasta que acabó carcajeándose, burlándose en su cara de él, a decir verdad, no se esperaba que esos ojos rojos le fueran a decir la verdad, en cierta manera le había fascinado. Había probado un punto, el emperador tenía pelotas, pero de igual forma, había dejado un punto muy importante al aire, una debilidad evidente. "A este tipo le importa más su imagen que su maldito bienestar", eso fue lo que pensó mirando al emperador.
— ¿Y ahora vamos a tener que actuar amorosos o algo así? — cuestionó el enigma mirándolo. — Sé que sabes que soy, ¿no te da miedo que te mate por las noches?
— La cosa que crece dentro de mi es un pase para que no me asesines, al igual que es un pase para ti para que yo no intente asesinarte. Creo que ambos estamos seguros en esto. — contestó Zichu. — No hay necesidad de que actuemos amorosos, nadie debe saberlo.
— ¿Cómo explicarás que ahora duerma en el castillo?
— Eres el nuevo asistente de Ming, felicidades.
— ¿Cómo ocultarás tu embarazo?
— La ropa imperial de por si es holgada, y los Shi Huang no tendemos a tener grandes barrigas, puedo ocultarlo. E incluso aunque se descubra por el personal, tienen la orden de mantener sus bocas calladas.
— ¿Qué hay de un médico? — comentó el enigma poniéndose de pie. — ¿No tienen que hacerte revisiones?
— Llamaré al médico familiar, pero en general, no saldré del castillo si no es necesario. No está en mis planes visitar un hospital.
— ¿Qué hay del parto?
— Lo pariré en mi castillo.
— ¿Qué diablos piensas hacer cuando nazca?
— ¿No dijiste que te lo llevarías?
— No seas idiota, tú no me dejarías tomar al cachorro y salir como si nada de aquí. ¿Qué tramas?
— Si por mi fuera, abriría mi vientre ahora mismo y me arrancaría las células que están creciendo dentro de mí, para estrellártelas en tu cara. — sonrió el chino. — Sea lo que sea que haga después es mi problema, no el tuyo, felicidades idiota, estoy encinta, tu estúpida mujer seguro regresará de la tumba, y... — rio el chino. — su maldito no nacido seguro será una reencarnación de lo que sea que está creciendo dentro de mí.
— Basta... — dijo con severidad el enigma mirándolo, había tocado un punto del cuál no quería hablar.
— Hubiera sido genial saber quién de las idiotas que maté era tu mujer, la hubiera torturado más, es una lástima, pero eso es lo que pasa cuando son don nadie, nadie nunca los toma en cuenta, es como pisar cucarachas, es como...
Claro que pudo ser capaz de detener el golpe antes de que llegara a su rostro. Y claro que miró esos ojos enfurecidos, y claro que se deleitó viéndolos. Porque sabía que era el inicio de una maldita relación de 9 meses en la cual ambos estaban condenados por la maldita cosa que estaba creciendo dentro de él.
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Tal vez ya era su sexto mes de embarazo.
Cuando recibió la noticia que no quería escuchar. Porque estaba trabajando cuando recibió una llamada, y acabó por soltar el teléfono al saberlo. Solo pudo mirar hacia su escritorio, viendo algo que no había visto, y es ver lagrimas salir, tal vez eran las hormonas del embarazo, pero, saber que Eva esperaba a su segundo hijo, lo destrozó.
Solo pudo mirar a la nada, mientras sentía esas lagrimas caer, porque quería ese destino. Quería poder saber que se sentía tener emoción por ser padre, quería ser el padre de ese cachorro, quería ver la sonrisa de Eva cuando le dijera que iba a tener a su cachorro. Maldita sea, era un omega dominante por eso, podía embarazar sin problemas a su preciosa Eva, y tendrían todos los cachorros que quisieran, podrían ser feliz, teniendo una hermosa familia.
Trató de detener sus lágrimas, y lo hizo lo mejor que podía, para marcar un teléfono que tenía guardado con añoranza en su agenda. Tal vez sonó 3 o 4 veces, antes de escuchar una dulce voz al otro lado.
— ¿Hola?
— Eva... hola, soy yo, Zichu. — dijo el omega, sintiendo su corazón latir. — Am, quería felicitarte por tu embarazo, ah, quería ser formal y enviar una canasta de regalo, pero, me equivoque en la primera con tu primer hijo, al enviarte esas mermeladas que te provocaron nauseas, y...
Escuchó una suave risa del otro lado, que hizo sus mejillas sonrojar.
— Solo me dieron nauseas al olerlas, pero, cuando terminé ese periodo, las disfruté mucho. Eres muy bueno haciendo cosas caseras Zichu, me alegra que tu mamá te enseñara a hacerlo, las disfruté mucho, estaban deliciosas. También, quiero agradecerte por llamar, muchas gracias por tus buenos deseos, estoy feliz de este nuevo bebé.
— Me alegra. — respondió el chino. — Ah... Eva...
— ¿Sí?
Tal vez eran las hormonas, o tal vez era porque sabía que sería la única forma en la que Eva no cortaría la llamada, o tal vez solo quería la atención de la mujer solo para él. Sea como sea, no pensó mucho lo que estaba por decir.
— Yo igual estoy encinta, estoy... estoy embarazado, yo... estoy esperando un hijo. — dijo el chino escuchando un poco de sorpresa del otro lado. — Am... ah diablos no se suponía que tenía que decirte eso, lo lamento, por favor, no le digas a nadie.
— Zichu, ¿es verdad? — cuestionó la mujer.
— ...
— Zichu.
— Lo es.
— ¿Conozco al alfa? — cuestionó la mujer. — Con tus gustos, me imagino que es muy hermosa, ¿es una heredera? O es...
— Mi alfa no está conmigo. — respondió el chino. — Eva lo lamento, no debí decir eso, estábamos celebrando tu embarazo y...
— ¿Estás solo? — cuestionó la mujer.
— ... lo estoy.
— ¿Estás en tu castillo?
— Lo estoy.
— Iré a verte. — contestó la rubia haciendo sus mejillas enrojecer. — Iré de visita, iremos, solo espérame.
— Eva, yo no quiero ver a nadie, lo entiendo contigo, pero...
— Viajaré con Adam y mi bebé, pero solo yo iré contigo, porque no revelaré tu secreto, tranquilo. Nos vemos en unos días en China. Por favor, cuídate, le enviaré por correo a Ming lo que me funcionó a mi durante el embarazo, no te expongas mucho al sol, y aliméntate bien, te llevaré los consejos que me dieron, Zichu, cuídate por favor, ya voy en camino.
Tal vez había sido lástima. Tal vez habían sido muchas cosas, pero, su corazón no paró de latir en ningún momento cuando supo que Eva, su Eva, venía a China exclusivamente a visitarlo. Le daba algo de emoción que seguramente le mentiría a Adam para poder verlo a él y solo a él. Era como si lo hubieran leído de su diario, Eva saliendo solo para verlo a él, estar con él, dejar al estúpido y bueno para nada de Adam Edén detrás.
No pudo contener su emoción, hizo una reunión con su personal, donde anunció que Eva venía de visita al castillo. Claro que arregló todo para ella, que todo se viera presentable, que plantaran sus flores favoritas cerca de los jardines imperiales, que se cocinará esos días solo comidas que le gustan, que hubiera sus golosinas favoritas, que todo se viera perfecto para los ojos azules más hermosos que ha visto.
Incluso pidió a su personal que le enseñaran cómo hacer arreglos, quería darle uno a Eva, a ella le encantan las flores, y tenía que ser de su mano. Así que se pasó el día junto a sus maids quienes le mostraron como hacer los mejores arreglos que había.
— Se ve hermoso, amo Zichu.
— Lo sé, se ve genial. — dijo el chino sonriente. — Muchas gracias por ayudarme en esto, lamento hacer que se quedaran tan tarde, claro que les pagaré las horas y por favor, para muestra de mi gratitud, tienen permitido llegar tarde mañana, o no vengan, tómense el día libre.
— Muchas gracias por su bondad, amo Zichu, nos sentimos siempre felices que busque nuestra ayuda.
Solo podía sonreír, incluso cuando las maids se retiraron, viendo el arreglo que acababa de aprender. Mañana sería un gran día porque al fin había llegado el tan esperado momento de ver a Eva, incluso se dispuso a pensar en un arreglo aún mejor, con flores recién cortadas, es más, él elegiría las flores y se las daría. De solo imaginar el rostro de Eva Garden sonriente mientras recibe las flores, sus mejillas se enrojecían.
— ¿Ella sabe que eres un hijo de puta? O ¿Solo eres un hijo de puta cuando no te está viendo? Necesito saberlo.
Esa voz gruesa prácticamente le arruinó el maldito día. Mientras su lobo se emocionaba al sentir las feromonas de Eva en el maldito impostor que estaba detrás de él a unos metros, y que había llegado para frotarse en él, llenándolo de sus feromonas, haciéndolo sentir débil. Era una maldita maldición, lo era. El cómo su lobo lo buscaba, en como ahora se encontraba por instinto entre sus brazos, porque un omega encinta necesita de su alfa 24/7, necesita su atención, necesita sus feromonas para sobrellevar el embarazo.
— Ella sabe que soy un monstruo. — contestó Zichu, empujándolo lejos de él. — Y aun así me sonríe.
— ¿Está ciega?
— No. Puedo acosarla una y otra vez, molestarla, estar encima de ella, y ella, aún me sonríe y se preocupa por mí. Que sea su destinado es una maldición constante para ella, pero para mí siempre ha sido aquello que me hace sentir más que nada. Y está bien así, porque nunca he ocultado lo que soy, he sido un hijo de puta frente a ella, con ella, e incluso cuando no me ve, pero el destino la hace correr a mi cuando me siente necesitado, y eso es algo que pienso disfrutar siempre.
— Bueno, parece que eres el infierno de todos, así que como buen samaritano, me tocó ser tu infierno, me recibirán en el cielo como un héroe. — sonrió el enigma. — Acabemos con esto rápido puta, abre las piernas, quiero irme a dormir temprano.
— Púdrete y vete de aquí.
— Bien, voy a cerrar mi habitación con llave, si te veo llorando toda la noche queriendo mis feromonas, voy a reírme y grabarte.
No importaba lo mucho que no pudo dormir.
Como se revolcaba en la cama tratando de hacerlo, la incomodidad de tener una barriga que solo le impide noches de descanso, pero no iría a buscarlo, no se rebajaría a ir a llorar a su puerta, podía sobrellevarlo solo, tenía que sobrellevarlo solo, su verdadera pareja estaría en el castillo mañana y eso era lo único que importaba en su mente. Como pudo, se obligó a dormir en el nido improvisado que tenía, con las prendas de ese idiota, que solo imita las feromonas de Eva y lo hacen sentir seguro, pero servía, incluso cuando sabía que eran de ese hijo de puta, servía.
Ignorando los malestares de embarazo, trató de arreglarse lo mejor que pudo, usando un tono rojizo, que lucía tan bien en él, resaltaba esos ojos rojo escarlata que tiene, lucía como siempre lucía, perfecto y salido de fantasías. Peino su largo cabello y lo sujetó, al igual que adorno con discreción. Quería ser atractivo para Eva, quería lucir bien, se miró tal vez unas 10 veces en el espejo antes de aprobar lo que llevaba puesto.
Tal vez se la pasó caminando por su castillo, cerca de la entrada principal, esperando que le avisaran que Eva había llegado, incluso el mismo se dio lástima, pero en el momento que la rubia llegó, se olvidó de todo, y sonrió, para recibirla.
Prácticamente se quedó sin aliento al verla llegar, usando ese hermoso verde en ella, viéndola caminar, oliendo tan divino como siempre, haciendo a su corazón latir como loco que no pudo evitar sonreír. Eva le miró y le sonrió suave, para saludarlo. Él realmente no pudo evitar abrazarla como podía, porque había una maldita cosa en el camino, y ese era su vientre, cosa que la rubia supo en ese momento que no era otro truco del chino, realmente estaba encinta.
— Oh dios, estás enorme. — sonrió Eva.
— Me veo obeso, lo sé, pero...
— No, Zichu, luces hermoso embarazado. — sonrió la mujer, acariciándole el rostro. — Tu rostro es tan fino y perfecto, incluso embarazado no sufres hinchazón en tu cuerpo, solo tu lindo vientre abultado, además que tu aroma, esas feromonas son únicas.
— ... gracias. — solo pudo sentir su rostro enrojecerse, pero había logrado decir eso.
— ¿Quieres que comamos un postre? — dijo la mujer mirándolo. — Compre estos postres antes de venir, son ligeros y siento que te gustarán.
— Por supuesto, muchas gracias.
Tal vez era la forma en la que sus labios se movían.
En lo rojos que eran, en lo besables que eran. Tal vez era en su belleza natural, en como esos ojos azules le envolvían en sus palabras, o como la brisa hacia volar su cabellera ligeramente ondulada y rubia, como rayos del sol encapsulados en una mujer. Tal vez era todo de Eva lo que siempre le había encantado, simplemente no podía quitar su mirada de la omega, no había nada que pudiera decir o hacer para dejar su obsesión de Eva lejos de su mente.
— A decir verdad, nunca pensé que fuera posible hablarte de esta forma. Tú embarazado, bueno, ambos. — sonrió la mujer. — Más porque tú no... bueno...
— Lo sé, en mis relaciones, no soy él pasivo. — comentó Zichu. — Soy un omega dominante, puedo embarazar a alfas normales, como a omegas. Es raro que yo sea él que tenga una... un bebé dentro de mí. Pero ocurrió.
— Si no te molesta, ¿podría preguntar por ella?
— ¿Ella?
— Si, am, siempre has dejado en claro que amas a las mujeres, me imagino que es una alfa, o, tal vez, ¿una omega dominante? — comentó la rubia. — ¿La llegué a conocer? Tú solo podrías relacionarte con alguien de tu clase, ¿es una heredera? ¿Familiar importante? ¿Hija de un político? ¿Estrella de cine?
— Irina Románov. — dijo el alfa. — Es la alfa de mi bebé.
— ¿Qué? — comentó sorprendida la mujer de golpe. — Zichu, ella... oh dios, lo lamento mucho.
Agradecía haber pensado en una respuesta antes. Y es que Irina Románov, y su muerte en aquel accidente habían quedado como anillo al dedo. La mujer había muerto hace 6 meses en un accidente automovilístico mientras estaba en China, él incluso le dio ayuda a la familia rusa. Y no era todo, era una bella mujer rubia de ojos verdes, pero estaba bien, los Románov la mayoría tenía ojos azules, así que, si el niño sacaba esos ojos, podía justificarlo con algo de genética rara.
— Descuida, realmente era una relación secreta, agradecería tu confidencialidad en esto. Ni siquiera los Románov o alguien sabía de nuestra relación. — comentó Zichu. — A veces cuando las cosas son buenas es mejor mantenerlas ocultas. ¿No te parece?
— Zichu... — la mujer sintió esa pizca de incomodidad, por como el chino hacía referencia a lo que había pasado años atrás. — Estamos hablando bien.
— Lo sé, Eva... — dijo el chino mirándola. — Anne me contó del nacimiento de Caín, pude ver la foto, es adorable y se parece mucho a ti.
— Gracias. — comentó la omega. — Ya puede hablar un poco, y es tan adorable, mira, te muestro algunas fotos más recientes.
Trató de controlar lo mejor que podía sus expresiones.
Pero es que quería quemar todo su maldito castillo cuando vio que ese niño se parecía mucho a Adam. Quería ir a asesinarlo junto a su padre, si no se parecía a Eva no servía. Solo podía pensar que podría tomar a la rubia, si la encerraba aquí, con el tiempo podía lograr que lo amara, tendrían a sus cachorros juntos, si la cosa dentro de ella se parecía a Adam, la desecharía y le daría un nuevo cachorro, simple y rápido.
Serían tan felices...
— ¿Estás bien Zichu? — dijo la mujer, sacando al hombre de sus pensamientos.
— Ah, sí, lo lamento... — sonrió el chino. — Oye, he estado pensando, ahora con tu nuevo embarazo. Pensaba que, podría hacerte una propuesta, una atractiva propuesta por supuesto.
— Zichu por favor, no de nuevo... — dijo la rubia viéndolo. — Estás sacando de nuevo cosas de contexto, yo...
— Eva piénsalo, viniste a verme sin decirle, eso queda claro, me amas, te preocupas por mí, solo tienes que abandonarlo.
— Zichu, reacciona...
— Podemos estar aún juntos. — sonrió el chino. — Solo tienes que dejarlo atrás como lo hiciste hoy. Cuidaré de tu cachorro, de ambos de tus cachorros como si fueran míos. Haré a Caín mi heredero, todo estará bien, podemos cuidarnos mutuamente en nuestro embarazo, y...
— ¡Zichu! — gritó la omega poniéndose de pie. — Deseo con todo mi corazón, que tu bebé nazca sano y feliz. Deseo que el embarazo sea fácil y el parto lo sea aún más. Y si necesitas ayuda, te la daré, pero quiero que tengas en cuenta que vendré con Adam, así que tendrás que decirle. No revelaré nada de lo que me has dicho hoy, ni quien era tu alfa, y dios, Zichu, si un día quieres hablarme solo como amigos, como personas, hazlo.
— Eva, escucha, sé que es difícil de admitir, pero nosotros...
— No hay nosotros. — respondió la mujer acariciando su vientre. — Nunca hubo un nosotros. El destino no significa que estoy atada a ti Zichu, tomé mi decisión hace tiempo, elegí al hombre que quiero a mi lado. Espero puedas comprenderlo. Con permiso.
— ¡Eva!
La mujer no dijo nada más.
Solo acabó por retirarse del castillo Shi Huang. Dejando al emperador detrás, que estaba destruyendo todo a su paso. Afortunadamente, había ordenado desde antes que no hubiera personal cerca, así que hacer su rabieta solo era lo mejor, porque sabía que no ocurriría lo que ocurrió con el personal de sus padres. Ya que aún necesitaba a esos esclavos trabajando para él, tenía que seguir sonriéndoles y aparentar que le importan, pero justo en ese momento se le estaba dificultando, porque solo tenía maldita ira dentro de él.
Acabó por romper todo, hasta el último vidrió de aquella habitación, para después exhalar en frustración, sin poder contener sus lágrimas. Solo porque no pudo contenerse, no pudo cerrar la boca y no dejar a su lobo hablar, no pudo resistirse a la urgencia de no decirle nada. Pero es que todo su interior lloraba por decirlo, por gritarlo, por quererla cerca, que simplemente no pudo.
— ¿Has acabado tu rabieta?
Esa voz resonó en el eco del lugar, maldita sea, ese jodido tipo, no tenía idea como lidiar ahora con él, y que lo vea en un estado vulnerable de nuevo le fastidiaba en grande.
— ¿No tienes a alguien más que molestar?
— Vas a parir a mi hijo prematuro antes de que este bien formado, eso me preocupa, trata de relajarte quieres.
— ¡Tú maldito hijo de puta! — gritó el chino. — ¿A qué diablos has venido? ¿A reírte? ¿A disfrutar de mi desgracia? ¡Pues siéntate en silencio y disfruta! Porque quiero que te quede claro, que nada, absolutamente nada de lo que hagas me lastimará, la única persona que tiene el poder para lastimarme salió de este castillo y no vendrá más, nunca más por su cuenta a verme. Así que disfruta mis lágrimas maldito parásito impostor, disfruta mi sufrimiento, vívelo, saboréalo, has lo que quieras, me importa una mierda.
— Oye...
— Como me importa una mierda la jodida cosa que me metiste en el vientre, pero ahora que Eva lo sabe, por mi maldita boca, no puedo simplemente arrancármelo de las entrañas, tengo que malditamente esperar a que nazca y...
— No mientas. — comentó el enigma. — No tienes las bolas para sacarte a un bebé de tu vientre.
— ¿No? — rio el chino. — ¿No? ... déjame hacerte una demostración entonces.
Fue rápido, realmente todo pasó rápido.
El como el chino tomó ese pedazo de vidrio de un ventanal que había roto, y apuñaló su vientre. Afortunadamente el enigma se movió más rápido, evitando que realmente se asesinara al bebé y al idiota del omega que tiene como madre. Solo lo había hecho sangrar al desgarrarse un poco la piel superficial, pero la herida no era tan profunda. Los ojos del enigma se fueron directo a esos ojos llorosos y rojos del omega, quien se quedó en silencio mientras su "pareja" le miraba sin emitir un sonido, y las gotas de sangre del chino resbalaban por sus ropas.
No se dijeron mucho, el enigma dejó salir sus feromonas, imitando a las de Eva para tranquilizar al omega, y después lograr cargarlo y llevarlo a la habitación del nuevo emperador Shi Huang. Allí lo dejó sentado en la cama, mientras buscaba en el baño un botiquín hasta que lo encontró. Le despojó de las finas telas, y comenzó a curar esa herida en el vientre, lamiendo primero, haciendo que su saliva ayudara a neutralizarla y después desinfectando y vendándola.
Notó algo en particular, esos parches en los pezones del omega, y viendo que se veía su pecho más abultado, lo supo, estaba comenzando a producir leche. Zichu no se lo había notificado. Por alguna razón eso le llamó la atención, el verlo así, sin la parte superior de su vestimenta, solo esos pantalones holgados, que había bajado un poco para curar su vientre, notando su cuerpo.
— Me debiste decir que habías comenzado a producir leche. — comentó el enigma.
— No es tu puto problema.
— Necesitas más mis feromonas, y necesitas mi ayuda para sobrevivir a este embarazo. — comentó Baldric con más firmeza. — ¿Puedes dejar de ser un malcriado? No es bueno que acumules la leche, y se supone que debo masajearte e impregnarte de feromonas en esta fase. Es más, deberías estar sobre mi todo el tiempo en esta fase, y solo por tu jodido orgullo es que estás sufriendo solo.
— Solo déjame en paz.
— ¿Crees que voy a dejarte cuando casi te sacas las tripas frente a mí para probar que tienes razón? Loco de mierda. — respondió bufando el enigma, mirando esos ojos rojos llorosos.
Acabó por levantarse, y juntar las cosas para dejar descansar al chino, pero, tal vez estaba cometiendo la mayor estupidez del mundo, porque al momento que volteó y vio al chino lagrimeando, cubriendo su cuerpo, sintió a su lobo interno chillar angustiado, de que estaba dejando al omega solo, cuando debería estar haciéndole un nido y atenderlo, atenderlo en todo.
Tal vez era el momento, o que los dos se veían agotados. Pero el enigma acabó por acercarse, para levantarle el mentón al omega, quien le miró confundido, y besarle, dejando salir una bomba de feromonas que hizo chillar al omega, aferrándose a él. Y es que ninguno de los dos controló lo que pasó después, él como el enigma dejó las feromonas por todo el lugar, retirándose la ropa, creándole un verdadero nido al omega.
Escuchó esos leves chillidos del omega, que por muy orgulloso, poderoso y psicópata que fuera, al final era un omega, que con muchas feromonas que no puede bloquear, su lobo toma el control. Por eso lo tenía entre sus brazos, acomodándolo en una posición cómoda, dándole soporte, haciendo que el omega estuviera completamente a su disposición. Es por ello que retiró los parches en los pezones, escuchando un suave gemido por parte del chino, y comenzó a masajearle el pecho. Sabía que el chino debió estar más malhumorado que de costumbre, si sentía dolor o molestia en su pecho, así que masajearlo lo haría sentir mejor, además de beber aquella leche que el chino rehúsa a sacarse, por lo cual apresó un pezón con su boca, escuchando ese gemido de sorpresa en el chino, quien se dejó hacer, probando el sabor. Era leche dulce, el enigma no se esperó dicho sabor.
"incluso en eso tienes que ser perfecto, hijo de puta con genes perfectos." Pensó, sintiendo como el omega, soltaba suaves gemidos, al sentir su pecho relajado al fin, y los pezones, aunque rojizos, menos hinchados.
— Creo que podrás dormir mejor ahora. — susurró el enigma. — Zichu...
No se esperó que el omega moviera sus caderas para rozar con la entrepierna del enigma. No se esperó que lo viera con esos ojos rojos como escarlata encapsulada en ellos, y no se esperó que su lobo reaccionara para buscar complacerlo. Porque lo hizo, el omega estaba acomodado ya cómodo para recibirlo, y él simplemente deslizó sus manos a ese trasero perfecto, sintiendo lo lubricado del omega, comenzando a prepararlo un poco, escuchando los lloriqueos, y la búsqueda de atención del omega, no pudo resistirse, menos las horas siguientes a eso.
Escuchar los jadeos, los gemidos, el como el omega arañaba su espalda por el placer, sus brazos, en lo bien que huele, en como el maldito tenía una voz que lo hacía derretirse cada vez que lo escuchaba gemir o gritar, en como tenía una de las mejores caras orgásmicas, no podía negarlo, era hermoso el muy hijo de puta, y si, tenerlo en sus brazos había sido sensacional, no podía negar eso.
No lo pudo negar ni esa noche, ni en la mañana al ser despertado por Ming, quien ingresaba como siempre, a dejarle el desayuno a Zichu, y encontrarlo allí, con Zichu en sus brazos, mientras ambos estaban desnudos bajo las sábanas, en un nido improvisado que había hecho la noche anterior.
— Ah... — el enigma no sabía que decir, menos cuando no podía inventarse algo si tenía al emperador entre sus brazos. — eh...
— ¿El señor Shi le permitió dormir aquí? — preguntó Ming mirándolo con asombro.
— Me permitió meterle el pito, supongo que lo de quedarme en su habitación está de más decirlo... — contestó Baldric sosteniendo al chino.
— No haré preguntas, traeré su desayuno a su habitación entonces. — comentó Ming, dejando el desayuno del omega. — Luce más grande, señor Baldric.
— ¿Eh?
— Su cuerpo es más fornido desde que embarazó al señor Shi. ¿Es ese su verdadero cuerpo? Cuando está en los jardines luce delicado, pero ahora que lo veo a solas con el señor Shi, luce muy grande, es más alto que yo.
— ...
— Los enigmas realmente son algo interesante. — dijo el mayordomo, haciendo que el enigma se pusiera alerta. — No se preocupe, el señor Shi me hizo prometer que nunca revelaría nada de esto, soy su fiel mayordomo, no contaré a nadie sobre ello, pero, tenga cuidado con ese cambio de apariencias, levantará sospechas, más cuando es un omega. Le pediría que trate de mantener su forma y feromonas al margen. Y puede estar en esa forma junto al señor Shi. Con permiso.
En ese momento el enigma estaba seguro, que tal vez había salido del infierno de Alemania cuando sospecharon que era un enigma, y ahora había caído en las garras de los Shi, porque él mismo se metió, porque quería venganza, y ahora tenía al chino durmiendo en su pecho, con su bebé, y estaba seguro que había disfrutado mucho ayer correrse una y otra vez dentro del omega.
— ... Mierda.
Después de ello, su relación fue un poco más cercana.
Tenían pláticas más normales, y ya no peleaban. Incluso lograron reír juntos, y cuando el omega necesitaba de él, él iba a cuidarlo. Incluso Ming pudo tener días libres ya que el enigma atendía al omega bien, y lo hizo así por los meses restantes. Incluso por un momento pensó, por un segundo, que la vida con Zichu Shi Huang podría ser posible, más cuando naciera su cachorro y podían criarlo juntos. Él se encargaría de no dejar que Zichu le metiera mierda en la cabeza, y mantendría a su padre a raya con sus feromonas, al final, era el único que podía lograrlo.
Pero entonces esa noche llegó.
Donde sintió a su lobo más inquieto que nadie, por horas, donde sabía que no tenía permitido salir del sótano, donde estaba su habitación, si Zichu no lo requería, así que solo esperó y esperó, hasta que al fin Zichu Shi Huang llegó a él, ensangrentado y escurriendo sangre, coágulos y estaba seguro que había un pedazo de placenta en el suelo, mirándolo, diciéndole que ya no era más requerido.
Como pudo, logró hablar con el omega diciendo que lo necesitaba, para lograr acercarse y cargarlo, llevándolo de regreso a su habitación y hablando con el médico privado de los Shi, quien llegó con todo un equipo para hacer que Zichu se recuperara.
— Señor Baldric. — comentó Ming con un rostro de alivio. — El amo Zichu está recuperándose gracias a usted, logró traer a los médicos a tiempo, estaré eternamente agradecido por ello, por lo tanto, ¿quiere ver a su cachorro?
— ¿Dónde está? — dijo el enigma sin poder ocultar su emoción, pero al mismo tiempo, sintiéndose ansioso de que Zichu no estuviera del todo bien, su lobo le gritaba que se asegurara del bienestar de su cachorro y omega.
— Aquí. — dijo el mayordomo mostrando una cuna.
Y es que Zichu estaba dormido después de los procedimientos, en esa casa que llama habitación, porque el jodido lugar era enorme, así que mientras Zichu descansaba en la cama, cuando los médicos se retiraron, él solo podía ver una cuna frente a él, donde tragó saliva y se acercó con cautela, como si creyera que sus pisadas podrían molestar al pequeño bultito que había en ella.
Y fue cuando lo vio, que sintió que fue amor a primera vista, cuando vio al bebé más hermoso del mundo, en esa cuna, moviendo sus manos, como si estuviera explorando su alrededor, y notando que, en ese bello rostro infantil, había un par de ojos azules potentes con estrellas en ellos.
Sonrió acercándose, para sujetarlo en sus brazos, dejando que esas pequeñas manos le tocaran el rostro y sonreír.
— Hola pequeño, soy papá, que bueno que ya estás en este mundo, Zhèng. — sonrió el enigma, sin poder aguantar las ganas de abrazarlo, escuchando esos pequeños sonidos de bebé inundando la habitación. — No dejaré que nada te pase, papá te protegerá hasta del loco de tu madre, lo prometo, no dejaré que sufras nada, mi pequeño bebé.
Se quedó junto a Ming para cuidar de su omega y de su hijo, dejando que su bebé durmiera en sus brazos, y envolviéndole en una cobija con su nombre bordado, en un azul precioso como sus ojos, hecho por el mismo. Acabó por arrullarlo con una suave canción que tarareaba, canción que hizo despertar al omega en cama, quien miró al enigma con el bebé en sus brazos.
— Acaba de dormirse. — susurró el enigma. — Es precioso Zichu, se parece muchísimo a ti, pero, tiene mis ojos, eso es... dios, es, no pensé que... — soltó una pequeña risa. — No pensé que sacara mis ojos, es tan adorable que no quiero soltarlo. Nuestro pequeño Zhèng.
— ¿Zhèng? — cuestionó Zichu. — ¿Le has puesto un nombre?
— Bueno, hace tiempo pensé en un nombre para él. Y soy alemán, pensé solo en nombres alemanes, pero, pensé que sería más adecuado en un nombre chino para él. Más si es tu hijo. ¿Te gusta?
— Realmente no. — comentó el omega. — Pero ya lo llamaste así, ahora solo va a responder a eso.
— No es un perro. — se quejó el rubio. — Zichu, es nuestro hijo...
— ¿Qué es lo que pretendes hacer ahora? — dijo el omega tajante mirándolo a los ojos. — No finjas que ese bebé fue algo que queríamos o buscábamos. Ese bebé nació porque me violaste hace 9 meses, y ahora creamos una codependencia, donde te necesito por tus feromonas, y tú me necesitas a mí para todo lo demás. Ya nació, ¿te lo llevarás como habías dicho al inicio?
— ...
— Ming, por favor, toma a esa cosa y llévatelo de esta habitación. — comentó Zichu ante la sorpresa de los dos hombres. — Tengo que hablar con este sujeto.
— Mi señor, aún esta delicado y...
— No vamos a pelear, solo hablar, créeme que noto que estoy postrado en cama. Por favor, llévate a... llévate a Zhèng.
Ming acató la orden, tomando con delicadeza al bebé de los brazos de Baldric, quien acabó por besarle la frente a su pequeño antes de dejar que Ming lo tomara para retirarse de la habitación. El enigma podía sentir la tensión en el aire, más cuando el omega no dejaba de verlo. Suspiró acercándose, y sentándose en la cama a su lado, para acabar por acariciarle las mejillas al pálido omega, y es que Zichu se veía terrible, estaba pálido seguro por la hemorragia, tenía ojeras, lucía tan débil, incluso sentía que se podría romper en cualquier momento. Realmente no se dijeron mucho, el omega soltó un chillido y el enigma actuó por instinto, comenzando a mimarlo un poco, besándole la frente y las mejillas, hasta que ambos por el olor de sus feromonas, se notaban relajados.
— Lo que estés pensando, dilo, es mejor hablar de esto ahora mismo. — comentó el chino olfateando al enigma. — tenemos que hablarlo ahora.
— Me niego a pasar toda mi vida escondido, no voy a poder criar a Zhèng así. — respondió el enigma, acariciándole el cabello. — Prefiero que viva conmigo, lejos de ti si eso es lo que quieres. Puedo llevármelo, y podemos fingir que nada de esto pasó.
— No. — comentó Zichu. — No tienes que preocuparte por eso, Zhèng vivirá feliz, descuida. Solo respóndeme algo.
— Dime.
— ¿Qué es lo que planeas ahora?
— Ha decir verdad, me arrepiento en como inició todo, pero, quiero que sepas, que, realmente quiero hacer que esto funcione, por Zhèng. — respondió el enigma.
— Yo no te quiero a mi lado.
— No tienes que quererme, llevemos una relación sana como amigos. Solo estoy dispuesto a darte dos opciones. Una, me llevo a Zhèng y nunca sabrás de nosotros como querías, o dos, me dejas vivir con él, a tu lado, diciendo que soy el padre y sin que tenga que esconderme.
— Nadie puede saber que eres el padre. Arruinarías mi reputación. — comentó el chino. — No podría con los medios.
— Con que Zhèng lo sepa es más que suficiente. — comentó el enigma. — Podemos hacer que esto funcione. Puedo seguir siendo tu trabajador ante todos, pero no voy a mentirle a mi hijo, es mío, soy su padre, no pienso dejar que alguien más venga y lo reclame como suyo.
— Baldric. — dijo el omega sosteniéndole el rostro. — ¿te convertirías en un fantasma por Zhèng? ¿Vivir en el anonimato y criándolo desde lejos? ¿Te volverías solo un pensamiento que nunca se sabrá si existió o no? ¿Lo harías por Zhèng?
— ¿A dónde quieres llegar?
— Responde, ¿lo harías por Zhèng? Desaparecerías de este planeta por completo, sin remordimientos, sin nada, ¿por tu hijo?
— Claro que sí, si eso significa que puedo verlo y cuidarlo. — Respondió el enigma mirando a Zichu.
— Que sorpresa es el amor de padre. — sonrió. — Tengo que descansar más, hablemos de esto en la mañana, mi mente se siente difusa por los medicamentos, no estoy pensando correctamente ahora. — respondió el chino, acabando por mirar esos ojos azules.
— Esta bien, hablemos de esto en la mañana. — respondió el enigma. — Me quedaré con Zhèng para que te deje descansar.
— Okey, descansa, fantasma de Alemania. — sonrió el chino.
— Acuérdame de meterte en un manicomio mañana. — respondió el enigma haciendo reír al omega. — Descan...
El enigma no pudo terminar la oración. Porque el chino se acercó, besando sus labios, donde cada beso fue correspondido por el rubio, acercándose más, manteniéndolo cerca de él. Para saborear la dulzura de estos, lo bien que huele, todo, y después, darse cuenta que había caído en las garras de Zichu Shi Huang, porque sabía que su corazón latía por él, por lo que hacía, por como sonreía, porque los últimos meses habían sido geniales. Había caído, y era lamentable cuando incluso había olvidado a su prometida y al hijo que nunca nació.
Pero el karma se lo recordaría.
Porque entre besos, sintió que la vida se le fue, cuando ese enorme corte en su cuello llegó, al estar expuesto y desprotegido, el chino aprovechó para clavar un bisturí en su cuello y cortar lo más profundo que podía a lo largo, cortando las arterias, viendo como el enigma se desangraba, donde su recuperación rápida no era tan rápida como para detener la hemorragia que estaba pasando.
Vio esos ojos sorprendidos, lleno de emociones, hasta que dejó de moverse, donde esos ojos azules nunca dejaron de mirar los ojos rojos que le veían desde arriba. Toda su cama había quedado ensangrentada, y ahora tenía un cadáver en su regazo, pero solo pudo sonreír. Le había advertido a ese sujeto que haría su vida un infierno, que se vengaría, que lo mataría, y ante aviso no había engaño. Había dejado su guardia baja, había dejado que el idiota se acercara, que lo buscara, que pensara que todo estaría bien, pero nunca fue así.
Había planeado desde el inicio como matarlo, hacer que el enigma cayera por él, atraparlo y matarlo cuando tuviera la guardia baja. Sabía que se pondría con toda la guardia baja si su hijo estaba involucrado, así que disfrutó el momento de tenerlo así, a su merced, dándole el golpe final.
— No serás más que un recuerdo pasajero en la mente de un castillo antiguo. — sonrió el chino acariciando uno de los mechones rubios. — Por cierto, cumple con tu palabra, Zhèng ni siquiera sabrá que existes, ni te recordará. Me encargaré que nunca piense en ti, y que solo piense que eras una mujer alfa que asesiné por gusto, como todas las mujeres alfas que pasan por mi cama, imbécil.
Solo pudo ver el cadáver del enigma, para después pensar que debería enviar el cuerpo al laboratorio, lo haría mañana, para que la gente de investigación pueda tomarlo como muñeco de disección. Para algo tendría que servir esta cosa.
— Ming, ¿puedes venir?
El mayordomo miró con horror la escena, donde su señor le sonreía, entre charcos de sangre y con un cadáver en su regazo, el cuál acariciaba su rostro, el rostro de Baldric ya muerto. Por un momento, agradeció poner al pequeño Zhèng a dormir en su habitación, lejos de Zichu, porque estaba seguro que, si llegaba con el bebé, el omega lo acabaría matando con solo verlo.
— Te dejo a tu elección dos opciones, cualquiera de las dos que elijas está bien para mí. — comentó Zichu. — Uno, puedes llevarte a Zhèng con los Sasaki, que lo críen y cuiden, no me interesa, o dos, puedes aventarlo desde las escaleras, seguro se muere, estamos en un décimo piso.
— Mi... mi señor...
— Elige, voy a dormir un rato. — comentó el chino acurrucándose con el cadáver del enigma. — Este sujeto aún huele a las feromonas de Eva, así que me lo quedaré como oso de dormir por ahora, mañana llama temprano al centro de concentración de enigmas, y diles que es mi regalo para disección.
— Si mi señor. — comentó el mayordomo haciendo una reverencia leve, para acabar por retirarse de allí.
El mayordomo sentía su corazón en la cabeza, mientras solo pudo regresar a su habitación, viendo a un pequeño bebé dormir entre cobijas en su cama, y después cargarlo con delicadeza, abrigándolo, envolviéndolo en la cobija que Baldric había hecho para él, tomando diferentes cosas de bebé que había preparado para el pequeño príncipe del castillo, los juguetes y peluches, todo lo que podía tomar, para salir de la propiedad Shi Huang con el niño en coche, mientras manejaba.
— ¿Hola? — escuchó la voz de Yuki, el fiel mayordomo de los Sasaki al otro lado de la línea.
— ¿Los señores Sasaki siguen en China? — preguntó el mayordomo.
— ¿Eres tu Ming?
— Si, por favor, responde, ¿están en China aún?
— Así es, nos encontramos en los hoteles Li, ¿pasa algo con el señor Shi Huang?
— No, solo necesito hablar con los señores Sasaki, voy en camino.
Tal vez pasó una hora más en el auto, consolando a un bebé, tomando un biberón, que afortunadamente Baldric había preparado antes de que Zichu despertara. Alimentó al pequeño bebé, viendo esos ojos preciosos e impresionantes, para después soltar un suspiro.
— Lo siento Zhèng, si no te llamas Eva Edén, no eres importante para Zichu Shi Huang. — dijo el mayordomo. — Tu padre te quería mucho, tanto, lamento saber que no lo recordarás, y mis labios estarán sellados para toda la eternidad.
Después de calmar al pequeño, acabó por bajar del auto, haciendo que metieran las cosas de bebé al hotel, donde al mayordomo se le concedió el pase para entrar hasta donde los Sasaki estaban. Y al tocar la puerta, vio a Satoru Sasaki mirándole confundido, mientras el mayordomo solo pudo mirarlo. El japonés iba a decir algo, pero, se escuchó un pequeño chillido, donde sorprendido vio a un bebé recién nacido, y solo con ver los ojos del mayordomo, supo a quien pertenecía el bebé, más aún, cuando vio la cobija y vio el nombre en chino.
— ¿Estaba embarazado? ¿Cómo? ¿Está Zichu bien? Por dios, ¿es por eso que no quiso recibir a nadie? Ni siquiera a Yoshi le concedió verlo. Pensamos que solo estaba en su época de enojo como siempre.
— El señor Shi me dio dos opciones. — interrumpió el mayordomo. — Matarlo, o traerlo aquí con ustedes, por favor, señor Sasaki, es solo un bebé, por favor, cuide del pequeño Zhèng.
— ¿Eh? — el japonés solo podía escuchar ese lloriqueo del menor. — Ah...
— Por favor, no me haga tener que hacer la segunda opción.
Satoru Sasaki tuvo que tomar una decisión en ese momento. Antes de que Yoshiro interviniera, así que decidió cargar al pequeño, comenzando a arrullarlo y calmarlo, hasta que el bebé durmió en sus brazos, tranquilizándose con las feromonas del alfa, quien solo pudo sonreír de ver un bebé tan bonito y pequeño entre sus brazos.
— ¿Tiene un nombre? — preguntó Satoru. — ¿Su nombre es el que esta bordado en la cobija?
— Así es, es Zhèng, ese es el nombre. — dijo Ming. — Puedes cambiarlo si...
— No, am, le diré a Yoshi que yo le puse ese nombre, hablaré con él y con Zichu más tarde, me lo quedaré. — dijo el japonés. — No puedo dejar un bebé tan lindo solo, necesita de mucho amor, y estoy seguro que Koji amará tener a alguien con quien jugar. Puedes quedarte tranquilo, no dejaré que nada le pase a Zhèng.
Tal vez fue simple suerte que tenía el bebé, pero, que Satoru Sasaki abriera la puerta en lugar de Yoshiro, había hecho que sus posibilidades de vivir aumentaran en un 100%. Ahora solo el mayordomo esperaba, que Yoshiro Sasaki no hiciera un escándalo por esto.
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Posiblemente el chino no se esperaba ver a Yoshiro en su puerta, y que lo primero que recibiera de él fuera una bofetada.
No se quejó, incluso le sorprendió que su Yoshi hiciera eso, así que lo dejó sentarse, mientras ambos tomaban un poco de té. Y es que, Zichu Shi Huang esperaba que al menos Yoshiro tardara una semana en venir por él, pero fue tan rápido, que no se lo esperó. Hasta que recordó que los Sasaki estaban en China y seguramente Ming fue inmediatamente con ellos cuando le dejó a Zhèng en sus brazos.
— Un hijo, tuviste un maldito hijo del que no supe hasta que Satoru lo tenía en brazos. — se quejó el japonés. — ¡Un hijo Zichu! ¿No pensaste mencionarlo, aunque sea una puta vez en alguna de nuestras conversaciones?
— Lo olvidé, perdóname la vida. — rio el chino.
— ¿¡Olvidaste por 9 meses que estabas encinta!?
— Tenía cosas más importantes que hacer. — respondió el omega. — Basta de esta regañadería, ¿qué es lo que realmente te trae por aquí. ¿Por qué estás tan molesto conmigo?
— ¿Quién es el alfa que te embarazó? ¿Ya tienes una relación? ¿Por qué tienes una relación? Dijiste que solo los usabas como incubadoras y... — dijo el omega encogiéndose de hombros, algo sonrojado. — Si querías tener un hijo yo pude...
— Me violaron hace 9 meses, Yoshi. — contestó tajante el chino ante la sorpresa del japonés. — Y prácticamente caí en un juego, de un maldito enigma. Nueve meses tuve que soportar y fingir que me alegraba tenerlo cerca, porque yo mismo me condené al contárselo a Eva y para mantener apariencias. Y apenas esa cosa nació, lo eliminé. En todo caso debes culpar a Ming, le dije que podía dejarlo caer del décimo piso, o llevártelo a ti, si hubiera dejado que esa cosa se muriera, no tendríamos esta conversación.
El japonés se quedó sin palabras viendo a su amigo.
Tal vez tardó más de lo normal, porque el chino terminó su té y el japonés no decía una palabra. Al menos no la dijo hasta que Zichu fue envuelto por los brazos de su amigo. Primero se sorprendió de sentirlo, después se dejó abrazar y por último lo abrazó de vuelta. Y era porque a Yoshiro le importaba su bienestar, siempre le importó, desde que eran cachorros, se cuidaban él uno al otro la espalda, así que escuchar todo lo que había pasado, claro que lo había dejado en shock.
Eso hacía entender al japonés porque Zichu detesta al bebé. Bueno, es el producto de una violación, entendía su resentimiento hacia él. Y que matara al sujeto, también lo entendía, al final, todos deberían ser capaces de vengarse y matar a sus violadores, al menos eso pensaba, y si no podían, esperaba que alguien lo hiciera por ellos. Estaba seguro que, si se hubiera enterado, hubiera ido a asesinar al sujeto, pero al final Zichu lo hizo.
— ¿Cuál es el plan? — preguntó Yoshiro mirando los ojos escarlatas de su amigo.
— ¿Plan?
— Hay ciertas cosas que fallan en tu plan de dejármelo, principalmente cuando hablamos de medios de chismes y de Eva. — dijo el japonés con pesar, porque sabía que Zichu solo reaccionaría si mencionaban a Eva. — Ella sabe que estabas embarazado, y seguramente sabe que ya pariste, al menos midiendo fechas debe saberlo. ¿Qué piensas decirle? ¿Qué tu hijo murió y nunca se vio su cadáver?
— ...
— Dios Zichu, por eso odio que tomes decisiones cuando no piensas en estas cosas.
— Se me fue, pero buscaré una solución. — dijo el chino. — Aún estoy recuperándome de haber parido, si todavía voy al baño y hago sangre, quiere decir que aún tengo derecho a descansar en lo que me recupero al 100%.
— Satoru y Eva son buenos amigos, no tienes tiempo para meditar, es hacer algo ahora. — comentó Yoshiro.
— Si tu estúpido alfa abre la boca, le mato de una vez por todas al inútil de su cachorro.
— Y yo te corto la cabeza, idiota. — dijo el japonés sorprendiéndose a sí mismo de eso, no esperaba esa respuesta de él, pero, Kojiro es algo que Satoru ama, debe proteger a su alfa y las cosas que ama.
— Ugh, Yoshi, vamos, me estás poniendo en aprietos. — comentó el chino.
— ... Si Eva llega a preguntar, dile que este es un acuerdo. Hablaré con Satoru para que diga lo mismo. Eres un omega soltero, sin un alfa que te apoye, entonces, nos pediste ayuda para criar a tu hijo. Somos una linda familia, artificial y linda ante los ojos de Eva. Ella pensará que el bebé está bien cuidado por los tres, pero, para que Eva nunca sepa la verdad que no quieres decirle, tendrás que tomar a tu hijo en algún punto, no puedes abandonarlo por completo.
— Ugh...
— Si resulta ser un omega dominante...
— ¿¡Quieres que esa cosa sea mi heredero!? — se quejó el chino. — Voy a tener más hijos, haré que otro con mejor clase sea mi heredero, ya si no tengo un omega dominante, y él resulta ser uno, pues lo consideraré, por ahora no.
— Y también será heredero de los Sasaki.
— ¿Qué?
— Piénsalo, creo que es bueno para unir a nuestras familias y nuestras riquezas, al final, soy yo y Satoru quienes vamos a estar criándolo.
— Ugh... Yoshi, no me hagas esto. — suspiró derrotado el omega. — Si tu jodido esposo se hubiera negado, esa cosa estaría muerta y no tendría que preocuparme de él.
— Zichu...
— Bien, está bien, hagámoslo así. Hazle exámenes, si es un omega dominante, solo buenas cosas habrá para nosotros. Tú al fin tendrás el heredero que quieres, yo tendré una opción, una buena inversión, y nuestras familias estarán unidas, es un trato.
Después de ello, Yoshiro Sasaki regresó con una sonrisa en su rostro al hotel donde se hospedaba con su esposo. Y es que, de solo pensar que prácticamente sería un hijo en conjunto con Zichu le hacía sonrojar sus mejillas, al fin tenía algo que era de ellos, un pequeño bultito que se parecía mucho a Zichu a excepción de esos poderosos ojos que tiene.
Al abrir, vio a Satoru arrullando al bebé, dándole leche con un biberón, mientras veía a Kojiro atento a como Satoru lo estaba cargando, aprendiendo de su padre, y feliz de ver un bebé, alguien más pequeño que él.
— Hola Yoshi. — sonrió Satoru recibiendo a su omega. — Es adorable, se durmió apenas comencé a mecerlo.
— Mamá, es un bebé muy bonito. — sonrió Kojiro, con la misma sonrisa de Satoru.
— Es Yoshiro. — se quejó el omega, haciendo que su alfa se tensara. — Solo Zichu me dice Yoshi. Y tú no tienes permitido decirme mamá, solo dime Yoshiro.
— Yoshiro, lo siento, lo sentimos. — dijo el japonés arrullando al bebé, disculpándose por él y su hijo, que rápidamente mantuvo protegido detrás de él. — ¿Qué ocurrió en tu visita con Zichu?
— Kojiro, ¿puedes ir a tu habitación? — dijo su "madre" mirándolo. — Ahora.
— Am... — dijo un nervioso Kojiro de prácticamente 10 años... — Um...
— Mami y papi quieren hablar cosas de adultos, bebé. — contestó Satoru rápido besando la frente de su hijo. — Ahora voy con el pequeño Zhèng, y jugaremos todo el día. Espéranos. Ve tu serie favorita por ahora.
— Si papi. — sonrió en grande un joven Kojiro, yendo a su habitación.
Satoru Sasaki odiaba sentir ese escalofrió en su espalda, odiaba quedarse últimamente a solas con su pareja, y se sentía como la peor mierda del mundo al sentir eso. Porque debería amar a su omega, y lo hace, pero está asustado de él al mismo tiempo. Odiaba la mirada verde en su nuca, quería huir, cada día se hacía más fuerte el deseo por aventarse por la ventana y olvidar todo, pero Kojiro estaría solo, y ahora tenía a Zhèng, ¿qué si ellos acababan igual que él? ¿Podría morir sabiendo eso?
— Satoru, hice un trato para ambas familias. — comentó Yoshiro. — Criaremos a Zhèng como nuestro, y cuando Eva pregunte, o llegue a verte con él, quiero que digas que estamos viviendo los tres juntos, con Kojiro, para ayudarle a criarlo, aunque sea una vil mentira. ¿Entiendes? Si hacemos esto, las familias estarán unidas y las riquezas serán mejores. No quiero que hables de más con Eva Edén. Ahora, si no te sientes capaz de criar a un bebé, no tengo problema con contratar una nodriza o una niñera para él.
— ...
— Satoru, veme a los ojos y prométeme que seguirás esto al pie de la letra. — comentó Yoshiro mirando hacia su alfa.
— ...
— ¡Satoru!
— N-no grites. — dijo el alfa encogiéndose de hombros, volteando a ver a su omega. — Asustarás a Zhèng, claro, claro que no diré nada, haré lo que quiera mi dulce brisa de primavera, haré todo por ti, Yoshiro.
— Entonces está hecho. — sonrió el omega. — Quiero cargarlo, déjame sostenerlo.
— ¿Te gustan los bebés? — dijo con asombro el alfa.
— Claro que me gustan, se me hacen adorables, siempre quiero cargarlos. — sonrió el japonés, sosteniendo a Zhèng. — qué lindo eres, igual que tu padre.
"¿Por qué decidiste ya no mimar a Kojiro cuando supiste su sexo entonces? ¿No te gustan los bebés que son tuyos? ¿No te gusta que Kojiro se parezca a mí? ¿Solo quieres a los bebés que se parecen a Zichu? ¿Sigues amándolo?" Había muchas preguntas rondando en la mente del alfa, pero solo pudo sonreír, aunque sus ojos gritaban por ayuda, pero no podía, estaba en una bonita jaula que su propia familia lo había metido, así que solo podía hacer lo que un ave en una jaula puede hacer, verse bonito, cantar, y ver como sus colores se van perdiendo día a día.
Al final, suceden dos cosas, o la jaula se oxida, o el ave muere. Y, a decir verdad, el ave había olvidado volar desde hace mucho, así que incluso si la jaula se oxida, el ave estará demasiado muerto en vida para notarlo.
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El que tuviera el olor a manzana lo hizo interesarse.
Ya habían pasado años, y pronto organizaría una reunión. No podía presentarse ante Eva como alguien lamentable, soltero, y que no puede seguir con su vida. Tenía que verse irresistible, tomado por alguien. Así que cuando Anne le invitó a esa fiesta, y ese olor sutil a manzana llegó a su nariz. Lo supo, la había encontrado.
Era todo lo que le gustaba, era más alta que él como Eva, era de una belleza impecable como Eva, era de una sonrisa dulce como Eva, y joder tenía ese carácter rebelde y a la vez desinteresado como Eva, era perfecta.
Así que no dudó en atrapar a su presa.
Le tendió una trampa, guiando todas sus acciones para hacer que la alfa llegara a ese baño, él cuál el mismo cerró, en el cuál se había inyectado antes un químico para provocarle el celo de golpe, en el cuál la única manera en la que haría que la alfa lo mordiera, sería en medio de un nudo. Y como él no puede anudar, tendría que dejarse coger, cosa que aceptaba con buena cara. Por eso no le importó montar a la mujer, dejando que sus lobos se volvieran locos él uno por el otro, y sentir la bendita mordida en su nuca, cuando el maldito nudo llegó. Ya que los alfas suelen hacer eso, muerden en su locura por anudar a un omega, así que solo puso su cuello y dejó que esos colmillos le atravesaran, provocándole un orgasmo más potente, donde al final, él devolvió la mordida, enlazándose con esa hermosa alfa.
Lo que ocurrió después era una historia de preparar a su alfa.
Llevó a Chun Yan a su hogar, la presentó ante su personal, era su nueva emperatriz, incluso cuando la mujer quería huir, incluso cuando se enteró de la verdad, de todo, estaba tan metida ya en la jaula de Zichu, que no podía hacer más que verse bonita y acatar órdenes.
Poco a poco fue cayendo, lentamente, hasta que dejó de distinguir su verdadera personalidad, y comenzó a actuar como Zichu quería. Incluso en las reuniones que tenían, o en cómo se daba cuenta que había alguien sufriendo lo mismo, al ver al otro lado de la mesa y ver a Satoru Sasaki sentado, con una sonrisa suave que siempre tiene, con esos ojos que gritaban por ayuda.
— Am... ¿te gustó el postre de hoy? — preguntó Chun Yan, mirando a Satoru quien le miraba de vuelta, mientras sus parejas hablan a unos metros de ellos.
— Si, me gustó. — respondió Satoru. — Yoshi... Yoshiro sabe que es mi favorito así que supongo que le pidió al chef que lo cocinara.
— Es muy rico. — dijo Chun Yan, algo nerviosa. — Am...
— ¿Te gustaría caminar en un rato? — comentó Satoru señalando hacia los jardines. — Los... los jardines Sasaki son famosos, y puedo mostrártelos.
— Me encantaría. — sonrió la mujer.
— Yoshiro. — dijo Satoru, algo nervioso, frotando sus manos. — ¿Puedo mostrarle a Chun Yan los jardines?
— Claro, no tienes que pedirme permiso, solo hazlo. — respondió el omega girando los ojos, siguiendo su plática con Zichu.
— Diviértanse. — respondió el omega, sonriéndole a su alfa.
Ambos alfas acabaron por caminar por los jardines, platicando normalmente, cuando se sintieron lejos de sus parejas, por un momento se sintieron de nuevo libres, que no pudieron evitar jugar como niños, correteándose y dejando que la brisa les golpeara en la cara, gritando, riendo, llamándose, todo, hasta acabar agotados en el pasto uno al lado de otro, porque eso había sido la bocanada de libertad que necesitaban.
Ambos acabaron por mirarse, al final, había alguien que era igual a ellos, al mirarse, sabían que no estaban solos en el infierno que estaban metidos. Eran el trago de libertad del otro, por eso se habían hecho amigos tan rápido.
Así que cada reunión de los Sasaki y los Shi Huang, ambos acababan haciendo diferentes cosas juntos, riendo, platicando, diciéndose bromas, hasta que, entre sus risas, un día, ambos acabaron por besarse, solo porque querían saber que se sentía besar a otro, saber que se sentía la libertad del otro. Lo hicieron rápido, y después el alfa masculino acabó por levantarse.
— Oh dios... oh dios... — dijo entrando en pánico. — He decepcionado a todos, ¿cómo pude hacerle esto a mi omega?
— ¿Satoru?
Y es que al menos allí la alfa comprendió, que Satoru Sasaki estaba en una jaula peor que la suya, porque estaba tan traumado, que su única reacción al besar a alguien más fue encogerse y arañarse a sí mismo, castigándose por haber cometido algo que, en su cultura, es imperdonable, romper sus votos matrimoniales, al omega que juró amar para toda la vida.
La alfa acabó por acercarse un poco, dándole palmaditas, porque no tenía idea que hacer, pero el japonés solo podía llorar, cubriendo su rostro.
— Por favor no le digas a Yoshiro, ¿qué pasará si me aleja de Kojiro? ¿de Zhèng? Me quitará todo, por favor, no quiero perder a mi familia. Son lo único que tengo, lo lamento, lo lamento mucho... — lloraba el japonés.
— No diré nada, tranquilo. — comentó Chun. — Solo fue una estupidez lo que pasó, no tienes por qué ponerte así, tranquilo.
— ¿Lo juras? — dijo el japonés mirando a los ojos de la alfa. — ¿Lo juras?
— Si, no quiero perder mi cabeza, si se enteran Zichu seguramente me la corta y usaría mi cráneo como pisapapeles. — comentó la mujer.
— ¿Qué tienes Satoru?
Esa voz los alertó a los dos, porque sus parejas habían llegado, y solo pudieron ver al alfa llorar mientras Chun Yan trataba de consolarlo. Y es que el alfa no podía dejar de lagrimear y después sentir como se le erizaba la piel cuando esos ojos verdes estaban sobre él. Solo pudo levantarse y caminar hacia Yoshiro, abrazándolo, a lo que este confundido y sorprendido, le dio unas palmaditas, para después abrazarlo, usando sus feromonas para relajarlo un poco.
— ¿Paso algo? — preguntó Yoshi, calmando a su alfa.
— No, lo siento, no sé qué pasó.
— Tranquilo, es hora de ir a casa, quiero que descanses, te veo después Zichu, con permiso, Chun Yan. — dijo Yoshiro, tomando la mano de su alfa, llevándoselo con él.
En ese momento, cuando veía a Satoru alejarse, de la mano de Yoshiro, es cuando Chun Yan lo entendió.
Porque sintió como Zichu la abrazaba, y ella en automático acariciaba su cabello y mimaba, sabiendo que tal vez en unos años, este igual o peor que Satoru, tan hundido en él, que ya no puede ver su propia libertad, y eso le estaba aterrando, pero ya nunca podría salir, no importa cuánto gritara, estaba en la jaula desde el momento que se lo cruzó en ese baño.
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ACTUALIDAD
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No pensó que parte de su vida la vería de golpe en su mente.
No cuando ese lugar estaba frío y obscuro, no cuando podía ver los ojos de Baldric en Qin, y su presencia en Hades. Seguramente el maldito le estaría gritando que es su karma, porque el idiota ya lo pagó al ser asesinado por lo que cometió, pero él ahora lo tendría que pagar. Se preguntó por un momento si iban a descuartizarlo o iban a mantenerlo vivo, pensó en muchas cosas, pero solo sintió un pinchazo de nueva cuenta por parte de Qin, seguramente otro de esos inhibidores que no permiten el uso de sus feromonas.
— ¡Tu maldito hijo de puta!
Sintió un golpe en su rostro por parte de Hades, eso lo esperaba, al igual que los golpes que siguieron, podía sentir que le estaba rompiendo las costillas, con tanta facilidad que le enojaba eso, pero realmente no podía hacer mucho. Lo que, si le sorprendió, fue que Qin lo detuviera cuando el enigma estaba divirtiéndose con su desgracia.
— ¡Suéltame! — gritó Hades enfurecido con Qin, de que lo estuviera parando. — ¿Qué es lo que te pasa? Tengo que comenzar a destruir a este sujeto. ¡Violo y traumatizó a Zeus! ¡A Poseidón! ¡Trató de matar a Adamas! ¡Estuvo por matar a mis amigos! ¡Se metió con mi familia!
— Lo sé. — dijo el chino mirando esos ojos violetas, tratando de mantenerse calmado. — Lo sé.
— ¿Entonces porque diablos estás parándome? ¿Quieres darle un maldito perdón? — se quejó Hades, a lo que Qin acabó por acariciar su mano, y después acercarse al enigma, acariciándole el rostro. — No hagas esto...
— No puedo dejar que lo mates. — replicó el omega. — no importa si eres mi destinado o no. No puedo dejar que lo arrastres al infierno cuando...
Zichu no pudo esconder su risa.
"Destinado", ¿le había dicho destinado a un enigma? Era jodidamente gracioso. Solo pudo mirar hacia su hijo y sonreírle con la boca sangrante. Y es que Qin parecía tan enamorado de ese sujeto. Que realmente solo pudo sentir lástima, pero eso llamó la atención de ambos hombres frente a él.
— ¿Qué te parece tan gracioso? — dijo Qin molesto. — Estás por morir, imbécil.
— Los enigmas no tienen destinados, Qin. — dijo Zichu mirándolo, viendo los ojos sorprendidos de su hijo.
— ¿Qué?
— No tienen destinados, ellos solo buscan robarse a personas que les gustan solamente.
— Los enigmas necesitan a su destinado, son con los únicos que pueden controlarse. — se quejó Hades. — Deja de mentir y...
— Qin, solo tienes a alguien manipulando a tu lobo contigo, y eso es tan triste, caíste en lo mismo que yo. Al menos me iré de este mundo sabiendo que no soy el único idiota.
— ¿De qué hablas? — comentó Qin confundido. — Eres...
— 3218, ve a casa y dile a Ming esa clave, 3218. — comentó Zichu. — Y por favor, recuerda mi rostro cuando descubras lo idiota que eres maldita mierda inservible, de inicio a fin has sido un bueno para nada, maldito hijo de mil...
— ¡CALLATE! — Gritó el omega, acabando por patear el rostro de su padre. — No pienso escuchar ninguna de tus estupideces. Volviendo al tema, Hades, hay algo muy importante que hacer antes de que te deje tan siquiera pensar en asesinarlo.
— ¿Qué puede ser más importante que deshacernos de este sujeto? — se quejó el enigma. — Dios Qin, solo déjame hacerme cargo.
— No hasta que haga lo que tenga que hacer. — respondió el chino mirando hacia la puerta. — Mamá, por favor, ven.
Solo hubo silencio después de que Qin pronunciara esas palabras.
Ante la mirada de Zichu, ver entrar a su dulce Chun Yan, mientras le miraba con esos lindos ojos marrón lo hizo sentir un hueco en el estómago, más cuando la alfa se puso de rodillas frente a él, y Hades hizo que el mayor se pusiera de igual forma de rodillas, con todo y sus heridas. Pasaron muchas cosas por su mente, muchas estupideces y pensamientos raros, pero el principal, era que Chun Yan no lo estaba ayudando a escapar de allí, es más, solo lo estaba viendo, y le acarició la mejilla que ya tenía abierta tras la patada de su hijo.
— Zichu, ¿puedo hacerte una pregunta? — dijo la mujer, sin pedir por su vida, sin ayudarlo, solo diciendo eso.
— Chun... — dijo el omega tratando de digerir lo que pasaba. No, era imposible, su Chun Yan no lo dejaría detrás, es de ella, siempre ha sido leal a él, solo tenía que despertarla. — Amor, por favor, ayúdame a salir de aquí, mi amor, mi dulce alfa, salgamos juntos de aquí.
— Zichu, ¿puedo hacerte la pregunta que quiero? — dijo la alfa afligida, tratando de controlar sus lágrimas al verlo así.
— Chun...
— Por favor, por favor... — dijo la mujer, soltando una lágrima. — Necesito saberlo.
— ...Si, si, puedes. — dijo el hombre mirándola. — Puedes preguntarme lo que quieras.
— ¿Alguna vez me amaste o solo veías a Eva Edén en mí?
Realmente sintió una gota de sudor recorriendo su frente al mirar el rostro de su alfa mirándolo. Su dulce mujer estaba haciendo esa pregunta, y él quería decir que, si la amaba, pero, ¿le creería? Es más, ¿él se creía a si mismo diciendo eso? La principal razón por la que buscó a Chun Yan era porque olía un poco a Eva y se parecían un poco en carácter, pero, ¿eso ha estado cambiando? Sí, él creía que sí. Sentía celos de cualquier omega que se acercaba a ella, por eso prohibió a Anne acercarse a su hogar, por eso no le gustaba que tuviera amigos alfas u omegas, entonces, ¿la amaba, verdad?
— Claro que te amo. — dijo el chino mirándola. — ¿No puedes verlo? Seré un mejor omega para ti, te lo demostraré diario, siempre te he amado, siempre, eres mi dulce Chun Yan, mi alfa, solo te quiero a ti conmigo, mi amor, por favor, créeme.
— ... Los cambios de ropa.
— ¿Eh? — dijo el chino confundido.
— El cambio de peinado, el maquillaje...
— Chun...
— La manera de hablar, de sentarse, de reír...
— Mi amor, no entiendo...
— La personalidad, todo. — dijo la mujer mirándolo. — Si creo que me amas ahora, Zichu. Si creo que me amas lo suficiente para solo quererme a mí.
— Lo hago, realmente lo hago. — sonrió el chino, queriendo besarla, pero estaba sometido, no podía ni moverse. — Chun, mi amor...
— Pero solo lo haces, porque soy una copia de ella. — sentenció la mujer comenzando a dejar sus lágrimas correr. — La razón por la que comenzaste a sentir celos, amor, querer estar conmigo, era porque me había transformado en ella, eso amabas, siempre has amado a una sola persona, solo una persona ha sido el centro de tu universo, y haces de todo para tenerla incluso cuando está muerta, aún sigues sin dejarla descansar.
— Chun espera, no es lo que...
— Pero yo si te amo Zichu. — dijo la mujer, tratando de controlar sus sollozos. — Sea como sea que lo hiciste, realmente siento cosas por ti, solo que ya no puedo seguir, ya no puedo amarte más, así que he decidido decirte adiós. Porque el bienestar de Qin y de Chun Ou es mucho más importante que tú. Mi vida es más importante, mi persona, todo, no importa si empiezo desde abajo, lograré superarte y no seré de nuevo un títere de alguien más. Adiós, Zichu Shi Huang.
No pudo hablar más él omega, no cuando sintió los labios de su alfa y se dejó llevar por ellos, para al final, sentir como le comenzaba a arder la nuca, y la mujer rompía el beso, para cubrir su propia nuca, y es que, vio cómo se inyectó y le inyectó a él algo, que les estaba provocando dolor, sentía su glándula de olor arder, y no estaba sintiendo la unión de su marca, lo que lo estaba haciendo entrar en pánico. ¿Por qué diablos no sentía a Chun Yan?
Solo pudo ver a la mujer acabando por dar media vuelta y abandonar el lugar, mientras los ojos de Qin lo miraban, ante la mirada sorprendida de su padre.
¿Acaso Chun Yan le había abandonado?
— No puedes... no puedes dejarme. — dijo el chino aún en shock al ver que no estaba la alfa más en el lugar. — ¡MALDITA PUTA! ¡NO PUEDES DEJARME! ¡YO TE HICE! ¡Yo te cree un nombre! ¡No puedes huir de mí! ¡Vas a regresar a mi como maldito perro faldero lo quieras o no!
— No va a regresar. — sentenció Qin. — Ya no tienes control sobre ella.
— ¡Estamos enlazados! ¡Va a regresar a mí!
— No, ya no existe tal enlace. — sonrió Qin. — estás tú solo, como siempre debió ser.
— ¿Eh?
— Las feromonas de los enigmas son increíbles. Los únicos capaces de romper vínculos sin asesinar a nadie, sin provocarle dolor extremo, sin vivir con pesar. — dijo Qin mirando a su padre. — Al fin Chun Yan es libre gracias a mi Hades y a Tesla que siguió la investigación hasta al final. Logrando romper el vínculo y que ella no sufra ninguna consecuencia cuando al fin mueras, y ya habiendo roto el vínculo, creo que ya estás robando mucho oxígeno, es momento de que te vayas de aquí.
— ...
— Esta solo, padre. — dijo Qin mirándolo, obligándolo a mirarle. — Me das demasiada lástima. Me encantaría ver ese rostro que tienes todos los días para levantarme y vivir una vida plena. Igual me gustaría hacerte sufrir todos los putos días hasta que mueras, me encantaría incluso dejarte aquí solo con Hades y que él te destroce una y otra y otra vez. Pero... no lo haré.
— ¿Qué? — dijo Hades sorprendido. — Qin, este sujeto...
— Porque no soy tú, nunca seré tú, no voy a seguir tu legado torturándote, no voy a hacer lo que tú hacías, nunca seré igual a ti. — comentó el chino mirándolo. — Así que esto es por todos ellos que cayeron ante tus manos, por mis amigos, por sus familias, por toda esa gente que murió en el árbol de granada, por mi madre, por mi hermano, por la abuela y el abuelo... — dijo el chino cargando una pistola.
— Qin... — comentó Hades mirando a su omega, que estaba alterándose. — Amor...
— Adiós, te veré desde el cielo como te pudres en la nada de esta habitación. Yo...
Fue rápido.
El sonido de la pistola y la sangre salpicando por todo lugar.
Realmente fue muy rápido, el cómo ese disparo destruyó parte de la cabeza de Zichu, haciendo que su cuerpo cayera en el suelo. El cómo su muerte fue rápida e indolora se podría decir. La mirada de Qin estaba en Hades, ya que el enigma había disparado por él, le había quitado el arma para evitar que las manos de su omega se mancharan, y disparó tal vez todo el cartucho contra el cuerpo sin vida del mayor, para después sostener a Qin, quien, a pesar de todo, se aferró a Hades, lagrimeando un poco, para después comenzar a sollozar, sin poder entender porque diablos estaba llorando por ese sujeto, o si lloraba porque al fin se sentía libre.
Pero solo pudo aferrarse a los brazos de Hades, dejando que este le cargara y tranquilizara, ayudándolo a respirar de nuevo, sintiendo como poco a poco los temblores en su cuerpo cesaban y comenzaba a tranquilizarse. El enigma no soltó a su omega, simplemente decidió salir de allí con él dejando el cadáver detrás.
Hades lo sostuvo fuerte, tarareándole una canción en lo que Qin se aferraba a él, mientras salían de esos túneles, para al fin ver ambos a lo lejos una luz, y seguirla, donde sus amigos se encontraban fuera, y todas las miradas fueron a ellos dos. Qin miró hacia las personas y solo acabó por asentir, diciendo con ello que Zichu Shi Huang había muerto.
Fue entonces que el general Lu Shang se acercó a él, acompañado de Anne Smith, donde ambos hicieron una pequeña reverencia, anunciando con esto, la toma de posesión de poder. Oficialmente, Qin Shi Huang es el nuevo emperador de todo el imperio Shi.
— Mi emperador, hoy comienza la era de Qin Shi Huang. — dijo Lü Shang mirándolo, a lo que Qin bajó de los brazos de Hades, para poder estar frente a él en forma. — Sea una bendición o maldición, usted decidirá todo eso con sus acciones. La casa Housen siempre ha sido leal a los Shi Huang. Estamos a su servicio.
— Esperamos días mejores en el futuro. — dijo Anne, acariciándole las mejillas a Qin, limpiándole algunas lágrimas. — Tiene que asumir su responsabilidad como el nuevo Shi Huang a cargo. Pero, no tiene que hacerlo solo, veo que se armó de grandes personas a su lado, para evitar que el imperio Shi vuelva a ser dañado. Es momento de crear un nuevo camino, mi emperador. Y si necesita ayuda, solo tiene que pedirlo.
Tal vez fue un pequeño aplauso, donde todos comenzaron a vitorear de alegría, ya que, desde ese día, el terror que causaba Zichu Shi Huang había terminado, y una nueva era estaba por comenzar. Donde Hades le sonreía, incluso cuando estaba este abrazando a sus hermanos, incluso cuando sus amigos habían vivido algo traumático, aun así, le sonreirán, esperando su guía y liderazgo en los días que estaban por venir.
Y tal vez uno que otro drama gracioso, al final, era el inicio de la era Qin Shi Huang, tenía que comenzar en grande.
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WAR IS OOOOOOVER!!!
Al fin terminamos con el arco de Zichu alv.
Qin demostrando que no es como él al matarlo rápido. Y no pienso discutirlo jsjs.
Un dato curioso, es que Baldric hubiera sido la pareja perfecta de Zichu. Aguantaba su carácter, lo calmaba, y podía lidiar con él, además que era bien hijo de puta igual. Si no lo hubieran matado, hubiera sido un buen padre para Qin, y claro que 100% hubiera apoyado su relación con Hades, además de que habría podido enseñarle muchas cosas a Hades.
Nos vemos en el siguiente cap, ya regresa la comedia jaja o algo así, ya todo relajadito.
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