✨ Capítulo -10- ✨


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Este capítulo es la historia de los Olympus a través de los ojos de Adam. Se volverá a retomar la historia, pero a través de los ojos de Zichu para concluir por completo el pasado. También como nota, este capítulo está dedicado 100% a este flashback.

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Habían pasado todos a la sala.

Donde Zeus se veía preocupado, Adam no se veía en las mejores condiciones, realmente no quería hablar de su pasado. Tenía unas intensas ganas de golpear a todos, bueno, no ha todos, Zero ni siquiera tenía idea porque estaban todos allí, igual Odín, pero eso era porque los habían mantenido alejado de esto, incluso Okita se encontraba confundido, pero, debido a la terrible manera en la que se acercaron a Adam, ahora todos querían escuchar la historia.

— Adam. — dijo Zeus captando la atención del mayor. — No tienes que decirles nada que no quieras.

— Esta bien, Zeus, no te preocupes. — comentó el mayor acariciándole el cabello.

— ... Te escuchamos papá. — dijo Qin, tomando asiento junto a Hades.

— Bueno, la familia Edén y la familia Shi Huang, se volvieron cercanos desde la generación de tu abuela, Qin. Es por ello que conozco a tu padre desde niños. Sé que odias escuchar esto, pero, realmente te pareces en diferentes cosas a él.

— ¿En serio? — dijo con algo de disgusto Qin ante esa comparación.

— Solía ser diferente, pero los Shi Huang son criados para ser emperadores. La única diferencia entre Zichu y tú, es que es un maldito Sociópata que ama tener el control y todos a sus pies. Tú eres alguien bueno, que tuvo el infortunio de ser hijo de ese sujeto. Al final, creo que todos, incluso tu abuela, tuvo la mala suerte de traer a la vida a Zichu Shi Huang, pero, incluso diciendo lo que acabo de decir. El odio de tu padre no es simplemente porque si...

— ¿De qué hablas? — replicó el chino. — Está loco, esa es la máxima justificación.

— No lo estaba del todo... la verdad, el mundo giraba en torno a solo una persona hace años, y esa persona era Eva...

— ¿Tu esposa? — preguntó Kojiro confundido. — Pero...

— Realmente, hace años, creo que yo fui el que realmente ocasionó todo, a decir verdad, no me sorprendería que me vieran como un villano al final de que termine de contarles...

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AÑOS ATRÁS...

Siempre fue la risa que compartían lo que les dejaba saber que estarían el uno para el otro.

Se habían conocido desde niños, donde el señor Edén había sido amigo de la familia Shi debido a una reunión ocasional de los Sasaki, quienes lo presentaron ante él. A partir de allí, la vida de Adam Edén se enredó con los Shi Huang. Y fue cuando lo vio por primera vez, durante una reunión, a la edad de 8 años, lo vio bajar de las famosas escaleras rojas del castillo Shi.

Era fuera de este mundo su belleza, tan refinado y hermoso, con esa piel blanca y cabello negro que volaba con cada paso, esos ojos rojizos y ese vestuario tan vistoso que por un momento pensó ver un elfo de historias, uno poderoso y lleno de joyas que dejaba ver su superioridad sobre los demás.

Zichu Shi Huang ha sido perfecto desde que nació.

No hay ninguna imperfección en él, no hay ninguna mancha en tal perfecto ser, incluso su aroma lo hipnotizó de golpe, mientras se acercaba y se colocaba a lado de su madre omega. Una poderosa mujer llamada Fei Shi Huang.

— Mis invitados, les presento a mi hijo, Zichu Shi Huang, próximo emperador de los Shi Huang.

Solo con esa declaración, tenía a todos sus invitados reverenciándolo, mientras el niño soltó una suave sonrisa, siendo protegido por la mano de su madre, quien cuidaba de que no se acercaran demasiado.

Fei Shi Huang era una emperatriz perfecta. Una belleza incomparable y la habilidad de tener el mundo a sus pies. Esa habilidad la heredan todos los descendientes por lo visto, pero, a diferencia de lo que sería Zichu, Fei Shi Huang tenía un corazón bondadoso y justo, era una perfecta líder, quien conocía el sacrificio de estar en la cima, y tener que ayudar a los demás.

— Zichu, amor. — dijo la mujer, sujetando las manos de su hijo. — Te presento a Adam Edén, ¿por qué no vas a jugar con él y con Yoshiro? Mamá tiene que encargarse de sus invitados.

— Necesitas un hombre que te proteja, madre. — sonrió el pequeño.

— Creo que ese es mi trabajo, campeón. — Y si, allí estaba ese hombre, Qiang Shi Huang, quien adopto el apellido de su esposa al casarse, uno de los hombres más ricos de China, quien hasta el día de hoy, nadie sabe cómo logró enamorar a la emperatriz. — Ve a jugar, les haré que les lleven comida, todo lo que quieras.

Era un hombre elegante, con ese traje negro y adornos, un hombre jodidamente atractivo y un alfa dominante quien acompañaba a su poderosa emperatriz, una omega dominante. Zichu sonrió, para después por primera vez, poner los ojos sobre Adam Edén, y acabar por reír.

— ¿Eres hombre o mujer? — comentó el niño.

— ¿Eh?

— Tienes la cara de una de mis muñecas. — dijo el joven heredero. — Sígueme, juguemos.

— Seguro...

Pensaba en solo seguirlo, pero el niño acabó por tomar su mano y corretear con él entre los invitados, para subir y llegar a enormes pasillos, donde un niño japonés les esperaba y comenzaba a corretear junto a ellos para acabar por llegar a un enorme salón con diferentes juegos. Adam Edén tenía una mansión, tenía todo, pero comprendió la diferencia de su riqueza al ver ese salón. No era nada lo que tenía a comparación de lo que tenía Zichu Shi Huang.

— ¿Quién es el nuevo, Zichu? — preguntó el chico japonés mirando a Adam de pies a cabeza.

— Su nombre es Adam Edén. — comentó el niño tomando asiento. — Hijo del nuevo amigo de mi mamá. Te presento a Yoshiro Sasaki, hemos sido amigos desde la cuna.

— Un placer. — dijo Yoshiro dándole una sonrisa.

— Oh, un placer. — comentó el rubio algo nervioso.

— ¿Te gustan los videojuegos? — sonrió Zichu emocionado.

— Me gustan.

— ¡Juguemos!

La tensión quedó detrás cuando el joven chino parecía feliz y relajado, al parecer esa educación y presentación como futuro heredero era solo una fachada, una que solo usaba en eventos sociales, porque cada vez que se reunían a jugar, eran extremadamente felices, saliendo y correteando por todo lugar, e incluso de mayores, saliendo a fiestas, escabulléndose de sus responsabilidades, bebiendo y disfrutando su vida, haciendo todo lo que quieren hacer o probar. Al final, tenían todo el poder del mundo para hacerlo.

Se habían vuelto inseparables, incluso cuando era él un alfa, Zichu siempre estaba feliz de tenerlo a su lado. Y no fue el único, con el tiempo conocieron a Anne Smith, heredera de los Smith y su fortuna de Londres además de ser una familia protegida por la realeza británica. Y también conocieron a Śuddhodana Gautama, principal heredero de los Gautama quien le encantaba pasar sus días relajado y comiendo diferentes postres, y, por último, conocieron a Lü Shang Housen, que tenía todo el poder militar que quisieras.

— Perras, creo que tengo ganas de un trago. — rio Zichu, mientras estaba relajado en el regazo de Anne, recargando su cabeza en sus piernas. — Cuando regresemos al Edén, salgamos el primer día, no aguanto mis ganas de perder el conocimiento y bailar hasta el suelo.

— ¿Tienes pensado un lugar? — dijo Anne, acariciándole el cabello al emperador.

— Mi madre construyó un nuevo lugar llamado "Imperium", esta algo lejos de Edén, pero, siento que vale la pena escaparnos e ir un rato, no creo que nadie se enoje.

— No lo sé... — comentó Śuddhodana.

— Habrá barra libre en cocteles dulces...

— Creo que si me dieron ganas. — respondió el hindú emocionado.

— ¿Qué dices, Shani? — dijo Zichu mirando a Lü Shang. — ¿Vamos?

— Voy si Yoshiro dice que sí. — rio Lü Shang.

— Yoshi, mi amor, mi vida, mi todo. — comentó Zichu mirando al omega. — No me dejes mal.

— Esta bien, solo no hagas que mi padre se entere de esto. — rio el japonés.

— Entonces está acordado. — comentó Zichu.

— ¿No me preguntarás a mí? — cuestionó Adam a lo que la mirada rojiza del emperador cayó en él.

Verlo era como ver a un elfo, era tan hermoso que no podías quitarle la mirada de encima. Menos cuando el chino acabó por sentarse en las piernas del alfa, sujetándole de las mejillas para hacerle verlo. Tener un rostro tan hermoso de cerca, solo te hace querer apreciarlo, como ese sentimiento al ver una hermosa escultura o fantástica pintura, notando cada detalle, cada punto de perfección de diferente ángulo. Al menos eso pensaba Adam Edén.

— No tengo que preguntarte, eres mi caballero, siempre estaremos juntos pase lo que pase. — sonrió Zichu. — Yo te protejo a ti, tú me proteges a mí, y nunca nos traicionaremos.

— Lo prometo. — rio Adam. — Con todo y tu raro ritual para hacerme prometer cosas.

— Sería menos divertido si solo te lo pidiera. — contestó Zichu sacudiéndole el cabello.

— Ay dios, señoritas, declárense su amor ya. — rio Anne. — Ya deberían coger y aliviar su tensión sexual.

— Nada de eso, Anne. — rio Zichu. — Cuando conocí a Adam, supe que tenía a mi protector. Lo supe por como protege a cada uno, así que, si soy un emperador, necesito a alguien cuidándome, como mamá tiene a Sir Cheng. Es una unión de hermanos del alma.

Y eso era, su relación siempre había sido llena de amistad y respeto.

Todos en ese pequeño "círculo rojo", nombre que le habían puesto los medios para referirse a las relaciones cercanas del próximo emperador Zichu Shi Huang, eran tan cercanos que estaban seguros que podían sentir el dolor del otro solo con verlo, o la alegría del otro, solo con escuchar la voz. Eran inseparables, iba a ser un reinado increíble cuando Zichu Shi Huang llegara al poder en totalidad, pero...

Llegó ese día en el Edén, donde por primera vez en su vida, vieron una cabellera rubia y larga, risada y perfecta hacerse camino a su salón.

El aroma había cautivado de golpe a Adam Edén, ese aroma a lavanda y manzanas lo tenían hipnotizado desde que la puerta de su aula se abrió. Y se sintió en el cielo cuando vio esa cabellera rubia llegar, junto al rostro más hermoso que ha visto en su vida. Piel blanca como la nieve, ojos azules y llenos de vida, labios rojizos y perfectos, cuerpo digno de una diosa, y la sonrisa más hermosa que ha visto en sus apenas 19 años de existencia. El porte, la altura, la voz, todo lo tenían embobado. Desde el momento en que sus labios pronunciaron su nombre, lo tenían de rodillas.

— Mi nombre es Eva Garden, espero poder alcanzar su ritmo y que nos llevemos bien.

"Eva"

No había una coincidencia más hermosa que escuchar que su nombre es Eva, y él es Adam. Sintió su pecho latir al mil por hora. Eva Garden, la "nueva rica", o al menos así le decían a su familia, ya que sus padres habían encontrado gran fortuna al ingresar en la política, así que esa chica, de estar en escuelas públicas ahora se había posicionado en la escuela Edén. Una chica que había crecido con una mentalidad diferente a la de todos ellos, ahora estaba allí, luciendo hermosa con ese listón verde en su cabello, y esa mirada amable y dulce.

Podría sonar exagerado, pero el simple hecho de que Eva existiera de golpe en la vida de todo el círculo rojo, cambio la historia. La simple existencia de esa mujer era un efecto mariposa para cada pequeño momento del futuro en el círculo de poder.

— Zichu, no vayas a asustarla con tus comentarios. — dijo rápido Gautama. — ¿Zichu? Hey, ¿Estás bien?

Fue de golpe.

Fue algo inesperado.

La forma en la que el rostro de Zichu Shi Huang estaba tan rojo que apenas podía contenerlo, y explotaban feromonas dulces que hacían a los alfas del aula ponerse ansiosos queriendo responder al llamado del emperador. Adam solo pudo voltear por instinto, y ver a su amigo en aprietos, ¿era su celo? Imposible, no estaban ni cerca de los días del chino, ¿cómo diablos había explotado su celo de golpe? Lo único que pudo hacer por instinto fue protegerle, mientras el chino solo podía ver hacia el frente, cubriendo su boca, y sintiendo temblores en su cuerpo.

No pasó mucho para que rápidamente en el aula entraran los guardaespaldas del joven emperador, y lo tomaran en brazos, protegiéndolo, y llevándolo a un lugar seguro. Parecía que habían pasado horas, pero solo fueron unos segundos, unos segundos donde Eva Garden cayó de rodillas jadeando, con el mismo rostro rojo, expulsando feromonas dulces. Tal vez había sido su instinto protector, o tal vez era porque vio el rostro asustado de la chica más hermosa que había visto, pero se acercó corriendo, protegiéndola, a lo que la rubia se aferró a él, aspirando su aroma.

— Eva... — dijo Adam. — Tranquila, no pasará nada...

— Ayuda... — esa fue la primera palabra que salió de la boca de la chica.

— ¡Profesor...! — dijo rápido Adam.

— La clase termina, nos veremos mañana. — dijo rápido su profesor beta, quien acabó por cargar a Eva en sus brazos y llevarla rápido a la enfermería.

No hubo que decir más, nadie en ese salón tuvo que preguntar qué pasó. No eran idiotas, todos sabían que era lo que había ocurrido, así que solo las miradas y el silencio les decían el plano real de todo. Zichu Shi Huang, y Eva Garden son destinados.

No era extraño, los destinados van más allá que su sexo, así que puede haber parejas que nunca piensas que serán, como los omega x omega, alfa x alfa, omega x beta, beta x alfa, etc. Era algo normal escuchar estas historias de destinados que compartían una misma casta. Pero para Adam todo estaba cayéndole de golpe como agua fría. Y es que, se había enamorado a primera vista, de la destinada de Zichu, y ahora mismo tenía dos caminos frente a él. Ir por el amor de Eva, tratar de ganar su corazón, o dejar el camino libre para su amigo Zichu.

Sin pensar mucho, acabó por visitar a Zichu en una de las salas privadas de la enfermería, donde su amigo se veía ya normal después de que le inyectaran supresores. Se notaba que acababa de ducharse, y traía puesta una de los pijamas del Edén, al parecer pasaría el día allí por petición de su madre que iba en camino a verlo.

— Adam, gracias por venir a verme. — sonrió Zichu. — Y por protegerme... yo, realmente nunca me había sentido tan vulnerable hasta ese momento. Muchas gracias, hermano.

— No tienes que agradecerme, tú harías lo mismo por mí. — dijo el rubio, sintiéndose más culpable.

— Es hermosa, ¿no crees? — respondió con entusiasmo Zichu. — Tan hermosa que me quitó el aliento al llegar. No pensé conocer a la futura madre de mis cachorros tan pronto, pero dios, me siento bendecido. ¿Sabes en que habitación está? Me gustaría hablar con ella, en primera disculparme por igual provocarle un celo.

— Zichu...

— No, no, tienes razón, am, me tomé la libertad y el atrevimiento de escribirle esta pequeña nota. ¿Podrías dársela? No me dejarán salir hasta que llegue mamá, y no quiero provocarle problemas a la enfermera, ser pobre ya es suficiente problema, no quiero darle otro.

— Zichu...

— Si, si, ya se, perdón... volviendo a la nota...

— ... Claro, si, se la daré. No creo que me dejen entrar a su habitación, pero le diré a su guardaespaldas si pueden pasar la nota.

— Gracias hermano. — sonrió Zichu recostándose. — Eva... Eva Shi Huang, futura emperatriz de todo. Me gusta como suena. ¿Qué te parece a ti?

— ... Me gusta. — sonrió Adam.

— ¿Pasa algo?

Y fue en esa mirada rojiza, que se sintió terrible por desear que no fueran tan cercanos, y que Zichu no pudiera detectar lo mal que se sentía. Pero se había dado cuenta, y no tenía como ocultar su humor.

— Cuando te trajeron y ella entró en celo... — dijo Adam. — La protegí, pero puede que la llenara de mis feromonas y eso hizo que se aferrara a mí por ese momento. Yo no quería...

— ¿Te gusta? — dijo el chino mirándolo tranquilo.

Sintió que el tiempo se detuvo, cuando el chino le miraba, pero Adam solo sonrió, con esa sonrisa amable que tiene, donde sus ojos se ven tan tranquilos, y negó con la cabeza.

— ¿Cómo podría gustarme la destinada de mi amigo?

— Por eso eres mi hermano, Adam. — rio Zichu dándole un golpecito en el pecho.

— Le daré tu nota.

No dijo nada más al salir, solo sentirse como mierda por estarle haciendo esto a su amigo. Sentir cosas que no debería sentir por una chica que no era para él, pero no podía evitarlo. Menos cuando fue a dejar la nota y Eva le pidió a su guardaespaldas que lo dejaran pasar, realmente no podía controlar sus emociones cuando la mujer le vio y le sonrió, usando ese pijama del Edén, con su apellido en él, imaginando la hermosa vida que tendrían juntos... "Eva Edén", ese nombre pasó por su mente, y solo pudo regañarse internamente.

— Ah, no quería molestarte en absoluto, es solo que am, Zichu me pidió que te diera...

— ¿Tú eres Adam Edén? — dijo la mujer con una sonrisa.

— Eh... sí, si soy yo. — contestó el rubio.

— Un placer, gracias por protegerme. — sonrió la mujer. — Me sentía muy asustada, pensé que estaba muy vulnerable, pero llegaste y me envolviste con tus feromonas, protegiéndome y pidiéndole al profesor que me trajera de emergencia, muchas gracias Adam.

— De nada. — contestó sonrojado el alfa tratando de ocultarlo.

— Sé que es algo raro pedirlo, cuando apenas hemos intercambiado algunas palabras, pero, ¿puedo verte mañana?

— ¿A mí?

— Si, ¿no puedo?

— No es eso, es que... am... yo pensé que... que querías ver más a Zichu...

— Oh, claro que quiero hablar con él, pero igual me gustaría conocerte a ti, aunque si sientes que no quieres conocerme está bien, lo acepto.

— No, no, nada de eso, am, veámonos mañana. — sonrió Adam. — Esto te lo manda Zichu.

— Gracias, nos vemos mañana. — contestó la mujer tomando la nota.

Por supuesto, después de eso, no tardó mucho para que Eva Garden se volviera parte de su grupo.

De un momento a otro la mujer se había vuelto mejor amiga de Anne, y le encantaba reír de las bromas que Śuddhodana hacía, además de cocinar a lado de Lü Shang, que decir que de pasar tiempo con Zichu, donde realmente su amigo parecía otra persona a lado de la mujer. Era paciente, dejó de pensar en solo él, y parecía genuinamente interesado en la mujer, en todo. Es por eso que Adam Edén decidió guardarse sus sentimientos, no había cabida entre destinados, solo era alguien molesto para el desarrollo de la relación entre sus dos amigos.

— ¿Quieren hoy ir a comer a esa nueva cafetería? Yo invito. — dijo Eva emocionada a lo que todos asintieron.

— Claro, será sensacional. — respondió Lü Shang.

— Eva, ¿podría hablar contigo? — dijo la voz de Zichu, estirando su mano a lo que la rubia la tomó. — Nos vemos después amigos.

— ¡Nada de bebés son muy jóvenes! — gritó Anne.

— No es nada de eso. — rio Eva siguiendo su camino con Zichu. — ¡Nos vemos en un rato!

— Eso si realmente queremos regresar. — comentó el chino recibiendo la risa de la rubia, mientras caminaban juntos entre sonrisas, donde Zichu sostenía la mano de la mujer con tal delicadeza, que Adam sintió los celos surgir con más potencia.

Al final, era día tras día ocultando todo, reprimiendo sus emociones lo más que puede. Estaba seguro que si en algún momento, ellos se enlazaban, formalizaban una relación, o algo por el estilo, él podría dejar ir todos esos sentimientos encapsulados, pero hasta que eso sucediera, era un simple martirio.

Adam solo podía beber de su refresco mientras trataba de ignorar lo que podría suceder. Y es que, pensó que solo ignorarlo lo ayudaría a dejar de pensar en Eva, pero cada segundo que pasaba lo hacía envolverse más en la belleza y autenticidad de la chica, que ya no podía con sus sentimientos. Así que simplemente acabó por levantarse, diciendo que iría por algo de comer, y cuando quedó fuera de la vista de todos, decidió ir hacia donde habían ido Zichu y Eva.

Acabó por encontrarlos en uno de los quioscos del jardín de flores, no estaban haciendo nada raro, parecían solo platicar. Por un momento agradeció que estuvieran rodeados de olores para evitar que sintieran su presencia, mientras se acercaba un poco para poder escuchar de que hablaban.

— Eva... — dijo Zichu sosteniendo la mano de la omega.

— Zichu. — respondió la mujer. — ¿Pasa algo?

— ¿Porque sigues este juego letal, mi emperatriz? — sonrió el emperador, besando su mano. — ¿Quieres ganarle al destino? Si es así, creo que me gustas más, amo a las mujeres fuertes y rebeldes.

— Define destino. — dijo la mujer mirándolo, retirando su mano. — ¿Qué es para ti eso, Zichu?

— Destino es que ambos somos destinados. Lo que me parece perfecto, porque eres una omega única, y yo un omega dominante que te cumplirá cada uno de tus caprichos. — sonrió el chino. — Te daré el mundo en tus manos Eva, te daré todo, te cuidaré por toda la eternidad, lo juro, juro desde ahora, que seremos muy felices juntos.

— ¿Puedo preguntar algo yo ahora? — cuestionó la mujer.

— Claro.

— Si mi padre no hubiera hecho su fortuna, y siguiera siendo la misma chica de clase media en una escuela pública, sin muchas cosas a mi nombre. ¿Aún me quisieras de tu destinada?

— Por supuesto, eres Eva, con o sin dinero, eres perfecta.

— Que bonita cara tan mentirosa. — rio la mujer acariciándole un mechón de cabello. — Mi emperador, te he conocido estos últimos meses y tu clasismo es impresionante, el Zichu que me agrada es el que eres ahora mismo, conmigo, con los chicos, pero, el Zichu que eres cuando estamos fuera, el Zichu que se dirige a las personas, a los meseros, a los choferes, a los vendedores, es completamente distinto. Si yo fuera pobre, estarías llorando por tener a una destinada desdichada.

— No es verdad, Eva, sé que mis acciones hablan por sí solas, y sé que soy un sujeto clasista entre otras cosas. — afirmó el chino. — Pero nunca correría lejos de ti, me encantarías al primer momento que me respondieras, porque joder, me gustan mis parejas que no se dejan dominar por mí. Me gustan las mujeres fuertes, me gustan las mujeres únicas y más altas que yo, así que... destruiría al monstruo que soy, y dejaría todo por ti, Eva.

— No lo hagas. — dijo la rubia. — Zichu, quiero dejar algo en claro, que sea tu destinada no define que yo quiero estar contigo solo porque sí. Yo tomo mis propias decisiones.

— Tu vida te ha traído a mí. — se quejó el emperador algo molesto de que estuvieran de nuevo con esta conversación en círculos.

— Falso, las decisiones de mis padres me trajeron al Edén, yo no hice nada para venir aquí. — afirmó la rubia.

— Es el destino.

— Es tu lobo hablando. — suspiró la mujer. — Zichu, admito que tengo un deseo de estar en tus brazos, de estar a tu lado, no voy a negarlo.

— Entonces...

— Pero joder, no me gustas, no te amo, ni siquiera somos compatibles, soy exactamente lo opuesto a ti. — dijo la mujer ante sorpresa del chino. — Somos tan opuestos que, si no fuera por este lazo de destino, creo que seríamos enemigos. Tú quieres destruir muchos ideales que yo mantengo como religión a mi moral, tú y yo, no compartimos caminos. A decir verdad, a veces me das miedo con lo que eres capaz de hacer cuando enfureces.

— ¿Crees que soy aterrador? — preguntó el chino.

— Un poco, porque el Zichu que me agrada solo lo veo en el círculo rojo, y ese Zichu no es el mismo una vez que se aleja de ellos.

— ... Eva, soy muy persuasivo, intuitivo, así que puedo notar cuando alguien intenta desviar mi atención a un tema. — dijo el chino molesto. — Dime la verdadera razón por la que no quieres estar conmigo.

— ¿Eh? — comentó la mujer sorprendida ante la respuesta. — Te la estoy diciendo.

— Dímelo ahora, si me lo dices, aceptaré tu respuesta, pero no insultes mi inteligencia al decirme esa bola de tonterías. Cuando tu bien sabes, que dejaría todo mi imperio, si pudiera tenerte. No insultes mis sentimientos de esa forma.

— Zichu...

— Eva, contéstame, al menos merezco tu sinceridad ante tu claro rechazo.

— ... Lo lamento. — dijo la rubia encogiéndose de hombros. — No puedo decirte... si te digo solo harás un escándalo...

— Eva, por favor...

— ... Estoy... estoy enamorada de alguien más, que nunca me va a corresponder, así que no tienes que preocuparte, no eres el único en miseria. — dijo la rubia mirando al chino.

— ... ¿Quién es?

— ...

— Eva, ¿Quién es? ¿Por quién suspiras? ¿Quién se atrevió a conquistar a mi destinada?

— Nadie me ha conquistado, yo me enamoré sola cuando esa persona ni siquiera ha tratado de conquistarme. — comentó Eva. — Es más, siento que me evita siempre, pero aun así no puedo evitar sentir cosas por él.

— Dime...

— Zichu, quiero regresar con los demás.

— ¡Eva! — gritó el omega, alterando a la rubia, quien apretó los puños en caso de que tuviera que defenderse, porque podía oler esas feromonas agrias salir del chino. — Por favor... solo recházame con algo de dignidad para que pueda mantener la cabeza en alto después de declarar esto como algo perdido.

— Zichu...

— Te lo suplico, al menos merezco saber la verdad. — comentó el chino lagrimeando. — Por favor... no haré nada, te lo juro, no tocaré nunca a la persona que amas...

— Tú has jurado tantas cosas que...

— Te lo juro. — interrumpió el emperador. — Eva, todo lo que te jure a ti es como religión para mí, nunca, ni aunque me matara, rompería una promesa contigo, nunca, en mi vida, incluso en mi muerte, rompería algo contigo. — suspiró el chino. — Sé que crees que solo me mueve el destino, pero, me enamoré de ti cuando me regañaste por primera vez, tu mirada tan audaz y decidida fue algo nuevo, fue algo que nunca había experimentado. Todos me ven como si me admiraran, pero tú no, tú me ves como una persona normal y corriente, que merece que le digan sus cosas a la cara, sin miedo, que me entiende a pesar de todo, y siempre me sonríe incluso cuando siento que a veces no lo merezco, ¿cómo podría no enamorarme de ti si eres tan perfecta?

— ... — solo pudo bajar la cabeza la mujer, pero no podía engañar a su corazón, no cuando sabía lo que quería. — Perdóname Zichu...

— ... solo dilo. — comentó el chino.

— Adam. — dijo la mujer en un suspiro. — Estoy enamorada de Adam.

— ...

La rubia solo lagrimeó, acabando por retirarse mientras el chino se quedó solo en ese lugar.

En ese momento miles de cosas estaban en la mente del heredero de los Edén, en primera, su corazón estaba latiendo como loco, sintiendo sus mejillas enrojecidas al escuchar su nombre salir de los hermosos labios de Eva. Pero, al mismo tiempo, su mente se sentía pesada, porque podía ver a su amigo sollozar, entre una mezcla de ira y desamor, lastimándose a sí mismo cuando apretó los puños, usando esa joyería puntiaguda en sus dedos, haciéndose sangrar, como si quisiera desviar su dolor a algo físico.

Oficialmente, desde ese punto, todo se había hecho mierda dentro de la mente de Zichu Shi Huang. Y la amistad entre Adam Edén y el emperador, pendía de un hilo tan frágil, que incluso una simple brisa podría romperlo.

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AÑOS DESPUÉS...

Para Adam Edén era siempre una pesadilla recordar lo vivido después del incidente que había espiado.

El comportamiento de Zichu hacia él había cambiado, pero, no del todo, al final, seguían siendo buenos amigos, que se reunían y salían. Su amistad valía más que todo eso, por lo tanto, Eva nunca confesó sus sentimientos, como Adam tampoco lo hizo, menos cuando Zichu le dijo al alfa lo que Eva le había dicho, y Adam dijo que nunca intentaría nada con ella, entonces no había problemas, no había necesidad de nada, solo recuerda ver los ojos llorosos de su amigo...

— Yo no pensé que experimentaría este dolor. — dijo el chino recargándose en el hombro de su amigo, mientras ambos disfrutaban en la terraza de la habitación del emperador, mirando hacia Los bosques propiedad de su familia. — No sé qué hacer.

— No es de ley estar con tu destinado, llegará alguien más. — comentó Adam.

— Fuera mi destinada o no, me enamoraría de ella una y otra, y otra vez. Te juro que lo he pensado, pero es imposible no enamorarse de Eva Garden, ella es amor puro, Adam. Acabaría de rodillas siempre buscando su amor.

— Zichu... lo lamento. — comentó el rubio abrazándole. — Lamento que no funcionara, pero... — su pechó ardió en el momento que pensó esas palabras, pero no importaba, simplemente no importaba más. — Tal vez, cuando el tiempo pase, y sigamos viviendo, tal vez la opinión de ella cambie y estén juntos, pero no puedes vivir esperando una oportunidad, se libre y vive sin esperar nada de ella.

— A veces olvido que eres mi protector. — sonrió el chino frotándose en el alfa, refugiándose en los brazos de su amigo. — Gracias Adam, eres un gran amigo.

— Y tú también lo eres...

Todo estaba bien, si, todo estaba bien, las promesas se mantenían, pero llegó aquella fiesta y fue el inicio de todo fin.

Porque vio a la rubia en aquel baile organizado por la familia Shi Huang, donde al fin Zichu tomaría el control sobre todo el imperio de los Shi, y estaban tantas celebridades y personas importantes reunidas en el castillo, que era impresionante vivir un momento como ese. Pero, nada había sido más impresionante que ver a Eva Garden, usando ese hermoso vestido rojo, que no pudo evitar pedirle bailar.

Bailaban felices de la vida, bailaban porque disfrutaban la compañía del uno y del otro. Era una gran fiesta, solo estaban divirtiéndose, riendo con sus amigos, todo. Incluso después del baile solo estaban platicando en el balcón con los demás, compartiendo sueños y esperanzas, pero, en un momento quedaron solos, y aunque Adam Edén evitaba quedar solo con la rubia, la chica acabó por tomar su mano, pidiéndole un momento, a lo que no pudo negarse.

Acabaron por irse a uno de los balcones que estaban apartados, para suspirar entre ambos, mirando el paisaje de esos jardines iluminados. La mujer no decía nada, así que fue Adam que decidió iniciar la conversación.

— ¿Pasa algo? — cuestionó el alfa. — ¿Quieres decirme algo?

— Si, pasan muchas cosas, pero nos hemos vuelto adultos juntos. Y creo que, como adulta, quiero tomar una decisión audaz. — sonrió la rubia. — He decidido que no me importa la respuesta, solo que tengo que sacarlo de mi pecho.

— Okey, am, ¿qué quieres decir? — dijo Adam pasando un mechón rebelde de cabello rubio, detrás de la oreja de la omega. — Te escucho.

— Estoy enamorada de ti. — sonrió la mujer. — Desde el momento en el que te vi protegerme sin esperar absolutamente nada a cambio, ver la forma en la que procuras a tus amigos, en cómo te expresas, en como siempre llenas de alegría y paz a los demás. En cómo me haces reír, y en cómo me siento tan feliz de ser yo misma a tu lado, que es imposible pensar que no me iba a enamorar de ti, Adam Edén.

— ... Eva...

— Se lo que debes estar pensando. — dijo la rubia. — Sé que es una locura porque tengo a mi destinado tan cerca, pero nunca me he dejado guiar por cosas tan animales como esa, solo me guio por mis propias decisiones, y mi corazón me dice una y otra vez, que solo puedo ser feliz a tu lado... pero, entiendo que no tengo derecho a tener tu corazón, esa decisión es solo tuya, solo quería sacarlo de mi pecho. Es todo. ¿Volvemos a la fiesta?

La mujer sonrió levemente, caminando hacía el salón de nuevo, y fue allí, cuando Adam Edén, cometió un pecado, el primer pecado, al tomar la mano de la rubia. Porque decidió romper su promesa, todo, solo para ver esos ojos azules mirándole. Traicionó la confianza de Zichu de golpe con esa simple acción, y siguió traicionándolo cuando las palabras salieron de su boca.

— Yo también estoy enamorado de ti, desde el primer momento en el que te vi. Eva, no hay ningún momento de mi vida, en donde no aparezcas en mi cabeza, eres todo lo que quiero y más, incluso cuando sé que perdería todo, solo sé que me condenaría para siempre, si puedo verte una vez más... — dijo el rubio mirando el rostro sorprendido de la mujer. — Pero...

— Adam...

— Pero no puedo. — suspiró el rubio. — No puedo Eva. No puedo traicionar a mi amigo, nunca podría, no importa cuánto te ame, no importa cuánto me muera por poder besar tus benditos labios, poder sujetar tus manos, poder abrazarte, poder ser el dueño de tus sonrisas más sinceras, no puedo, me condenaría a mí mismo y todos mis ideales si hiciera algo como eso, traicionar a mi amigo del alma, sería...

— ¿Un pecado? — cuestionó la mujer mirándolo.

— Sí. — respondió el alfa.

— Pues hagamos un pecado enorme juntos.

No hubo más que decir.

No palabras.

No discursos.

No nada.

Porque de golpe la mujer se acercó al rubio, y como si fuera un fruto prohibido, acabó por lanzarse a sus labios, no dándole la oportunidad de correr al heredero de los Edén. Y es que el rubio solo acabó cayendo por esos labios tan dulces, en ese maldito momento solo podían disfrutar el sabor de la gloria al poder al fin sentir los labios de la persona que querían. No importaba si solo era un amorío, no importaba si esto iba a acabar al momento que se separaran, solo importaba ese momento, allí y ahora, mientras se besaban con desesperación. Al menos eso fue, hasta que el aclarado de una garganta los puso alertas.

— Zichu...

El rostro de Adam fue de sorpresa cuando vio los ojos rojos de su amigo en él. No parecía tener una expresión de nada, solo tenía la mirada en él mientras formaba una sonrisa en su rostro. Y es que era verdad, todos en el círculo rojo eran tan cercanos que podían sentir lo que sentía el otro solo con mirarse. Así que cuando vio los ojos de Zichu, supo el enorme dolor, ira y decepción que estaba sintiendo y estaba ocultando de la mejor forma que podía.

— Veo que al fin le declaraste tus sentimientos Eva, y Adam los correspondió, felicidades a ambos. — dijo el chino. — Estoy a punto de hacer mi brindis, y me gustaría tener a mis amigos cerca, ¿se puede?

— ... Zichu, yo fui quien besó a Adam y... — dijo la mujer.

— ¿Eso que tiene que ver con mi discurso? ¿Vienen o no? — interrumpió el emperador.

— Ya vamos. — comentó el alfa, sin saber que decir ahora.

No hubo muchas palabras después de eso, solo acabaron por reunirse en el salón mientras Zichu daba un discurso acerca de cómo manejaría ahora el imperio de los Shi Huang, solo era eso, un discurso, solo unas simples palabras antes de continuar la celebración.

— ... También quiero agradecer a Eva Garden, sin ella no sabría lo que es tomar tus propias elecciones dejando todo detrás. — sonrió el chino. — Al igual que quiero agradecer a mi buen amigo Adam Edén, que me demostró que nuestros propios deseos siempre serán más fuertes que cualquier otra persona, uno siempre tiene que luchar por su propio bienestar, no importa cuánto tengas que pisotear, perdón, trabajar y luchar contra los que están a tu alrededor. Sin ellos, nunca hubiera tenido este tipo de lecciones, así que quiero hacer un brindis por mi imperio, no dejaré a nadie decepcionado, sus inversiones están a salvo conmigo, hagamos un brindis por esta nueva era, y seamos grandes en conjunto.

Y los aplausos llegaron, mientras los ojos azules del alfa rubio podían conectarse con los rojizos del emperador que bebía de su copa, sin decirle nada, solo mirándolo desde lo alto del podio para después sonreír cuando vio el rostro mortificado del rubio.

— Y un anuncio más, con la llegada de mi imperio, un nuevo amor nace... — dijo el chino. — Felicidades a mis buenos amigos, Eva Garden y Adam Edén por al fin ser pareja, ya se habían tardado.

Las personas aplaudieron, claro, todas las personas fuera del círculo rojo los felicitaban. Pero la mirada de la emperatriz Fei era de sorpresa junto a la de su esposo. Más cuando ellos sabían los sentimientos de Zichu hacia Eva. Y no eran los únicos, los padres de Eva igualmente estaban sorprendidos con la noticia, que decir de sus amigos. Lü Shang estaba sorprendido, Anne solo podía suspirar algo preocupada, Yoshiro lucía molesto decepcionado mirando al rubio, Śuddhodana no comprendía como diablos había pasado y Eva estaba aguantando las miradas con cierto enojo en su cabeza.

— Eva... — dijo Adam.

— Toma mi mano. — dijo la mujer.

— ¿Eh?

— Si hizo El favor de anunciar una relación que no existe, pues le concederé su deseo, al fin dio luz verde a esto, no estamos encadenados a sus decisiones, no es dios.

— Pero solo lo hizo como una trampa, quiere que nunca seamos...

— Adam, solo diré esto una vez. — dijo la mujer mirándolo. — Estoy enamorada de ti, será un infierno de ahora en adelante, tal vez pierdas muchas cosas, más de las que ganarás. No soy adivina para conocer el futuro, pero sé que incluso en la miseria, lucharía para hacerte feliz. Toma mi mano si quieres intentarlo, en caso de que no, no te juzgaré, y siempre seré una amiga leal para ti. Decide lo que quieres en tu vida sin pensar que eres dependiente a las decisiones de Zichu, al estúpido destino de lobos, a todo...

Era obvio lo que elegiría, porque cuando su mano sujetó la de la rubia, supo que su destino había quedado marcado en ese mismo momento, y aunque fuera un infierno, disfrutaría hasta el más mínimo momento antes de su propia miseria que aguardaba tranquila esperando que cayera en una totalidad de desgracias.

Después de ello, sorprendentemente, Zichu los siguió tratando igual. Seguían siendo grandes amigos ante la sorpresa de todos. El emperador seguía buscando los consejos de Adam, seguía buscando guía en Eva, parecía que nada había pasado, todo estaba tan igual que parecería que realmente a Zichu no le importaba en absoluto haber perdido a Eva.

Era todo tan normal, que incluso Eva y Adam comenzaron a olvidar dicho incidente, en dicha fiesta, y todos comenzaron a olvidar sobre los destinados, solo disfrutando reunirse de vez en cuando dentro de Imperium.

Seguían teniendo reuniones, seguían conviviendo como los amigos que eran, pero, de vez en cuando, aparecía una pequeña sensación de incomodidad en el aire. A veces el rubio podía notar por segundos esa mirada rojiza llena de odio, no importaba como Zichu quisiera disfrazar sus sentimientos, Adam sabía que, en ciertos momentos, si pudiera, Zichu tendría su cabeza en su oficina como un pisapapeles.

Aquí la duda era, ¿por qué no lo hacía? ¿Por qué no tomaba represalias en contra de él? ¿Por qué? Los años seguían pasando, Zichu llegaba a tener parejas, todo, pero no cambiaba nada. Incluso no cambio cuando Adam y Eva se comprometieron, no cambio cuando se casaron, no cambio cuando tuvieron a sus hijos.

¿Por qué Zichu lo estaba dejando vivir?

Nunca tuvo una respuesta.

Solo meses después se encontraba arreglándose para reunirse con todos en Imperium. Aunque había querido mantener distancia, Zichu se negaba que los rubios se separaran del grupo, así que no había de otra. No importaba si quería hablar con el chino de la situación, este siempre le ignoraba y le decía que no pasaba nada, incluso cuando fue el funeral de la emperatriz, quiso darle sus condolencias, pero Zichu solo sonrió, le acarició el cabello, y dijo: "Esa perra me tenía harto con su debilidad, me alegra que muriera y que se llevara a su esposo con ella."

Por un momento no pensaba que era su amigo hablando, porque Zichu cuidaba mucho a su madre, pero, realmente había dicho eso con alegría. No entendía a Zichu para nada últimamente, pero, aun así, trataba de buscar un momento, el que fuera, para poder hablar con él de nuevo del tema que ambos ignoraban...

— Estoy lista amor. — dijo esa hermosa voz que lo hizo voltear.

Ese vestido lo hizo desear muchas cosas de golpe.

Un vestido azul que combinaba con sus ojos, que resaltaban la belleza de su mujer, su compañera y su mejor amigo al mismo tiempo. Seguía preguntándole a los dioses, como logró enamorar a tan bello ángel hasta el día de hoy.

Pero...

Siempre dicen que hay cosas que tienen que pasar, y en el momento que Adam y Eva Edén llegaban a Imperium, fue cuando su destino chocó contra ellos. O como lo vería Adam Edén después de años, fue cuando al fin su miseria y castigo lo habían alcanzado, porque solo ese pequeño encuentro lo haría sufrir en eternidad.

Porque solo tenían que caminar menos de 50 metros, mientras el valet parking tomaba su auto, y ellos estaban a punto de caminar juntos a la entrada, cuando alguien de pronto, sin previo aviso, se cruzó en su camino y dijo el nombre de Eva.

— ¡EVA! ¡EVA!

Gritó una mujer quien rápido se acercó a su esposa ante la sorpresa de esta. Y es que era una mujer de cabello rubio y ojos color del cielo. Alta y si estuviera en mejores condiciones, sería alguien extremadamente hermosa, pero ahora se veía como una mujer delgada, sucia y descuidada, con algunas heridas que lucía agitada después de correr quien sabe cuánto tiempo, y que ahora, de golpe, sujetaba los brazos de Eva.

Por supuesto que el instinto del alfa se activó, queriendo proteger a su mujer, pero Eva dio una negativa con la mirada, sujetando las manos de aquella mujer que la veía en busca de ayuda. Eva parecía verle el rostro, ver las heridas, y acabó por hacer un gesto de incomodidad. Pero, al escuchar a la policía acercándose, Eva acabó por poner a la mujer detrás de ella ante la sorpresa de Adam.

— Rea, no digas nada por el momento, ¿sí?

— Okey...

— ¿Eva? ¿Qué diablos? — dijo Adam confundido.

Y es que la policía ya había llegado, y ahora estaban frente a su esposa quien protegía a la omega que se escondía detrás de ella. Y es que la policía sintió algo de tensión al estar frente a Imperium, más cuando sabían que estaba Zichu Shi Huang dentro, y que, si él detectaba un alboroto frente a su club, nadie en el maldito estado estaba a salvo. Y no solo eso, la persona que estaba protegiendo a la criminal era la hija del líder del distrito, los Garden tienen mucho poder en la política, no podía simplemente tratarla mal. Así que el oficial decidió no alterarse y entablar un dialogo tranquilo para poderse llevar a la mujer y seguir con el día a día.

— Señorita Garden... — dijo el oficial.

— Es señora Edén ahora oficial. — sonrió Eva. — ¿Me puede decir que ocurrió?

— Esa mujer de allí asaltó el centro comercial MoonLake. — comentó el hombre. — Por favor, tengo que llevarla conmigo.

— ¿Qué robó? — cuestionó la rubia.

— Señora Edén, realmente...

— Lamento hacerle el trabajo difícil oficial, pero, ¿me puede decir que robó?

— Ropa y comida.

Eva acabó por ver a la mujer que se encogió de hombros, mientras suspiraba, abriendo su mochila, donde efectivamente, había comida y ropa. Pero Eva acabó por ver al oficial y por la mirada de su mujer, Adam Edén sabía que estaba ahora mismo luchando mentalmente con su propia moral, así que decidió ayudar a su pareja.

— ... Lo pagaremos. — dijo Adam. — Lo que la mujer robó, pagaremos cada centavo.

— No es solo eso, señores Edén. — comentó el oficial. — No es simplemente lo que robó, es el acto de robar lo que se debe castigar. Así que no tengo más opción que...

— ¿Qué es todo este alboroto?

Ha decir verdad, el escuchar la voz irritada de Zichu siempre provocaba escalofríos. Más cuando se acercaba con calma, sin un gesto de enojo, demostrando su belleza y porte, y esa mirada siempre viéndote como si fueras inferior a él en todos los aspectos. Y qué decir de como lucía hoy, con ese traje negro con toques rojos, con esos adornos en oro, el poder que emanaba simplemente con mover su cabellera, realmente la belleza de los Shi Huang estaba en otro nivel.

— Señor Shi Huang... — dijo el oficial. — Estábamos...

— Creo que ya escucharon a Adam. — dijo el chino mirando a su "amigo". — Y por supuesto, ya escucharon a Eva Garden... perdona, Eva Edén. ¿Qué de lo que dijo no quedó claro? Los Edén van a pagar lo que esa mujer robó.

Adam sintió algo de tensión, eso solo significaba que si estaba escuchando todo. ¿Tiene micrófonos en las calles fuera de Imperium?

— Es que... — dijo el oficial antes de ser interrumpido.

— Robó en MoonLake. Ese es mi centro comercial, entonces no veo problema si mis amigos Edén pagan por lo robado. O es que acaso, ¿hubo algún herido?

— No señor. — contestó rápido el oficial.

— Entonces está claro que aquí no pasó nada. — dijo el emperador. — Adam, Eva...

— ¿Sí? — respondieron ambos mirando esos ojos rojos mirándoles.

— Los estamos esperando dentro, no tarden. Tengo a alguien que presentarles.

Y sin más, Zichu entró de nuevo a Imperium acompañado de su seguridad, mientras la policía se retiró sin decir más, y la mujer solo podía sujetar aun con nervios la mano de Eva, tan asustada de toda la situación. En definitiva, su mujer tenía que aclarar todo esto. Primero, ¿quién es esa mujer que protege? ¿De dónde la conoce? ¿Por qué nunca había sabido de su existencia hasta ahora?

— Dijiste que habías dejado de robar. — comentó Eva algo molesta mirando a la mujer. — Rea tienes que pensar en...

— Es ropa de niño. — dijo la mujer. — Eva, no todos salimos de los agujeros tan fácil...

Su mujer suspiró, tomando las manos de la chica omega, que, por el acento en su voz, sabía que era extranjera, tenía un acento marcado, tal vez de alguna parte de Europa.

— Rea, toma. — dijo Eva buscando en su bolso, sacando dinero, entregándoselo a la mujer. — Compra algo de comer, y este es mi número. — continuó, escribiendo su número en un papel. — Por favor, márcame, o búscame, ve a la mansión Edén.

— Lo hare, Eva...

— Llámame ¿sí? No olvides en hacerlo. Por favor, no hagas de nuevo esto, solo llámame si necesitas ayuda.

Adam Edén nunca en su vida, incluso en la actualidad, entendió el afán de su mujer por ayudar a esa omega. Nunca comprendió porque Eva quería ayudar a todos, pero suponía que era por cosas que ella creía. "No puedes salvar al mundo, pero, es bueno comenzar con una persona, si tengo la oportunidad, claro que lo voy a hacer..." Siempre solía decir eso, y parecía que no solo eran palabras, realmente lo aplicaba.

Y es que Rea Olympus y Eva Garden se habían conocido años atrás, donde un día vio a la chica caminar moribunda por una calle de su viejo vecindario y caer cerca de su hogar. Eva la había ayudado, le había dado comida, le había acompañado al médico, y se habían hablado como si de pronto fueran amigas. Y es que Eva quería ayudar, porque los Garden fueron muy desdichados antes, como se sabe, no siempre fueron ricos, según le comentó su esposa, había días y días donde no comía en absoluto, donde no podía dormir durante su niñez, donde dormía en refugios o donde pudieran.

"Simplemente cuando veo a alguien que llegó a sufrir o está sufriendo lo mismo que yo sufrí, no puedo quedarme de brazos cruzados. Vi a mi padre casi matarse en trabajar día y noche, mientras aun me arrullaba de bebé mientras lloraba, ese hombre no dormía en absoluto, y consiguió hacer realidad sus sueños. Así que no me puedo quedar de brazos cruzados, todos tenemos potencial, solo necesitamos ayuda de vez en cuando..."

Además, no solo era eso, era que Eva a diferencia de él, había notado unas feromonas particulares en la mujer llamada Rea. Y eso era que estaba encinta, no lo había notado, no había visto un vientre abultado como una embarazada, pero su mujer lo notó, así que su primer instinto fue protegerla.

— Gracias por ayudarme cuando no sabía que decir. — dijo Eva sosteniendo el brazo de su esposo. — Incluso cuando no tenías idea, hiciste lo que podías.

— Bueno, soy tu esposo, siempre te voy a apoyar. — rio Adam besando los labios de su esposa, quien lo abrazaba gustosa antes de entrar a Imperium. — Entremos amor.

Decidieron no pensar más por esa noche de este encuentro, así que al entrar solo se dedicaron a pasarla con sus amigos. Pero, no todo era como siempre, ya que había alguien nuevo sentado al lado de Zichu en la mesa de la exclusiva sala para el círculo rojo. Y esa era una hermosa alfa llamada Chun Yan. La mujer era increíblemente hermosa, alta, con carácter, cabellera negra, hermosos ojos y cuerpo, y por la nuca descubierta al igual que la carencia de collar en el cuello de Zichu, es que todos descubrieron que el emperador se había enlazado con la mujer que le acompañaba.

— Les presento a mi Chun Yan. — Comentó Zichu con una sonrisa.

— Un placer conocerlos a todos. — dijo con algo de nerviosismo la mujer.

— Yan Shi Huang. — sonrió el emperador tomando la mano de la alfa. — Pero como es algo reciente, está bien que solo le llamen Chun Yan.

Todos realmente pensaron que este si había sido la sorpresa del siglo, porque Zichu lucía feliz a lado de la mujer, más porque parecía encantado con la actitud. Y es que era imposible no encantarse con Chun Yan, es lista, amigable, única y tiene un ángel increíble. Se integró al grupo rápido, y Zichu parecía agradecido de que todos la integraran, incluso, ya que todos iban acompañados de sus parejas, a excepción de Anne que no contaba con una pareja en el momento, parecía que Chun se sentía feliz hablando, por ejemplo, con Satoru, esposo de Yoshiro, y compartían una plática de alfas amena mientras disfrutaban de su copa.

Las horas siguieron pasando y Adam acabó por notar como Zichu había pedido hablar con Eva en privado, seguramente por el incidente con la mujer Rea. Y aunque iba a acercarse, el rubio notó a su amiga inglesa bebiendo un poco de más, así que decidió primero lidiar con eso antes de ir con su esposa, que sabía que podía cuidarse sola. Acabó por sentarse a su lado, mientras Anne se recargaba en su hombro y suspiraba con pesar.

— ¿Qué pasa? — preguntó Adam, acariciando la mano de la mujer.

— ... Siempre me pareció algo extraño como crecimos, al final, aunque no quisiéramos, siempre crecimos a partir de como Zichu fue creciendo. — comentó la mujer. — De alguna forma u otra, nuestra vida siempre se enredó con él.

— ¿Anne?

— Es hermosa, ¿no crees? — dijo la mujer comenzando a lagrimear. — Debí saber que había algo extraño, que algo le había llamado la atención cuando me llamó.

— ¿De qué hablas? — cuestionó confundido el alfa.

— Me preguntó acerca de Chun Yan, cuando la vio por primera vez en una de mis fiestas. Me dijo que era interesante pero después de eso no más, un día una de mis amigas me mencionó que Zichu le había regalado unas entradas para poder asistir a un bar exclusivo, me había invitado a mí, pero no pude ir, así que llevó a Chun Yan con ella. Y bueno, es obvio lo que ocurrió después.

— ... ¿tú quieres a Chun Yan? — dijo el alfa sorprendido.

— ¿Importa ahora? — rio la inglesa tomar de su copa. — En este grupo nos seguimos apuñalando en la espalda, no sé ni porque me sorprende. Adam, ya nada es como antes...

No supo que decir acerca de eso, no supo cómo responder, solo pudo abrazarla mientras la omega buscaba refugio en sus brazos. Al final, solo pudo llevarla a su auto y asegurarse de que su chofer la llevara a salvo a casa, ya que realmente sería un tremendo hipócrita si se quejara de Zichu, por ir detrás de una alfa que Anne amaba. Al parecer, no era tan diferente a su amigo.

Acabó por buscar a su esposa, quería irse por hoy de allí, pero al parecer, su huida de Imperium no estaba permitida hasta que Zichu y Eva terminaran de hablar. Aunque quisiera interrumpir, sabía que por el carácter de su esposa y de Zichu, le pediría que esperara hasta que ellos terminaran.

— ¿Puedo saber porque estás haciendo eso Eva? — Fue lo primero que salió de la boca de Zichu al momento que, de nuevo, se puso a espiar sus conversaciones.

— No sabía que mis acciones tenían que ser explicadas para ti, Zichu. — contestó su mujer.

— ¿Por qué estás ayudando a una muerta de hambre que hizo un escándalo frente a Imperium? Y no solo eso, también se encargó de robarme. Dime, ¿Por qué diablos ayudad a esa persona?

— No tengo porque darte explicaciones. — respondió la mujer. — Creo en las segundas oportunidades, y ella no robó por malicia, fue necesidad.

— ¿Segundas oportunidades? — rio el chino. — Oh dios, a veces olvido que tienes una fascinación por los pobres.

— Es inútil tener una conversación contigo, nunca escuchas a nadie, tienes un maldito humor de los mil demonios que no entiendo porque ya no eres el sujeto que...

— ¿Él sujeto que era antes de ser roto por mi destinada y por alguien que consideraba mi protector? — sonrió el chino. — Quién sabe a qué se deba la verdad.

— No puedes seguir haciéndome esto, no puedes seguir volviendo a traer eso, deja de malditamente culparme cuando yo desde el inicio no te di ninguna esperanza, te dije desde el maldito inicio que no quería nada contigo, ¿qué diablos esperabas? ¿Que no saliera nunca con nadie más solo porque tú lo quieres así? Por favor, eso nunca ocurrirá. Tú obsesión conmigo es tan enferma que realmente no sé qué diablos quieres de mí.

— Eva...

— Zichu por favor, no sé cuánto tiempo tengo que decírtelo, no te amo, nunca lo hice, que fuéramos destinados solo es una razón más para entender que tú y yo somos los menos favoritos de dios. Tú y yo somos tan diferentes que realmente me sería insoportable una vida a tu lado.

— ...

— Solo olvidemos esto, por amor de dios, ya tienes a tu pareja, ya por dios a todo lo maldito, se feliz con ella.

— ... Lo seré, pero no puedo dejar que caigas, Eva. — dijo el chino mirándola. — Esa persona solo te traerá desgracia, por favor confía en mi intuición esta vez.

— ¿Por qué estás tan seguro?

— Investigue un poco de ella cuando la vi, hice que mi gente me dijera quien era, y cuando supe su apellido, es que lo comprendí. Es un peso muerto, la investigué, tiene deudas en todos los bancos, tres hijos ya, por el olor supongo que está llegando uno nuevo. Y lo peor, está ella y su esposo o pareja, lo que sea, inscritos en todas las fundaciones, en especial en la fundación Sasaki. Eva, abre los malditos ojos, esos idiotas tienen hijos cada tanto para unirse a esos programas y que les den dinero sin hacer nada. Son malditos parásitos alimentándose de mis bancos, de mi poder en el gobierno y de la buena voluntad de los Sasaki. ¿Es a esas personas a las que realmente les quieres dar una segunda oportunidad?

— No te metas en mis malditas decisiones, Zichu. — comentó Eva. — Solo déjame en paz.

— ¡Eva!

— ¿¡Cómo diablos van a conocer algo mejor si no les dan oportunidad!? — gritó la mujer. — Tengo que ayudarles a cambiar la forma en la que piensan para poderles dar más que solo palabras. Tal vez si tus bancos en lugar de dar préstamos, diera educación financiera y como mantenerla, o los Sasaki dieran enseñanzas en lugar de solo dinero, habría menos personas necesitando sus beneficios. La única razón por la que lo dan es para que ustedes puedan deducir impuestos, no porque realmente les interese todo. Y no me vengas a decir que son parásitos, cuando tú amas que esas personas se pongan la soga al cuello para arruinarles las vidas con tus tasas de intereses.

— ¿Por qué deben interesarme estúpidas cucarachas como esas? Yo no fui quien les dijo que tengan hijos y vivan en la miseria, tú vivías en la miseria y ve a donde llegaste, por favor, no pongas excusas.

— Estoy harta de ti.

— ¡Solo quiero protegerte! ¡¿Por qué no puedes ver eso?!

— Porque no puedo ver nada bueno saliendo de ti, maldita sea.

— ¡Estas cegada bajo tus propios berrinches de ir en mi contra! — gritó esta vez el chino.

— ¡Basta! Esas "estúpidas cucarachas" son las que usan tus bancos, se rigen por tu política y son las que te obedecen. Se supone que eres un Shi Huang, deberías apelar por querer hacer crecer a tu pueblo en lugar de seguirlo sumiendo en la miseria.

— Son sueños sin fundamentos los que dices, no todas las personas valen la pena. — se quejó el emperador.

— Lo sé, estoy viendo una justo ahora. — replicó la mujer.

El silencio después de eso y la expresión de Zichu hizo que Eva hiciera un rostro mortificado. No se dijeron nada por momentos, el chino parecía frustrado por decir algo, pero al parecer el nudo en su garganta le impedía decirlo, y Eva estaba frustrada de sentir dolor por poner a Zichu en su lugar, su estúpido lobo aún buscaba su maldito bienestar, y eso la tenía harta.

— Lo siento, no debí decir eso. — dijo Eva, relajándose. — A veces me irrita la forma en la que piensas, pero, no justifica que yo...

— ¿Sientes realmente eso por mí? — preguntó el chino. — ¿Me desprecias a ese nivel? Que ni alguien como tú, que perdonaría a todos sus pecados, me daría la espalda.

— No, claro que no, joder Zichu, te quiero, pero es my difícil cuando solo hay obscuridad en tu mente, quiero que al menos una vez seas capaz de ver lo que trato de hacer.

— ¿Y si falla? ¿Si ellos no cambian? — cuestionó el chino.

— Entonces haré el cambio, tienes razón, tienen 3 hijos y ahora viene otro, en caso de que no funcione, estaré bien con que sigas tus acciones legales contra ellos, y prometo no oponerme, solo dame una oportunidad de proteger a sus niños.

— ¿A los Olympus?

— Si, los niños no tienen la culpa, quiero ayudarlos, quiero saber cómo están, quiero poder acercarme.

— Eva, es peligroso que sigas acercándote a esa gente. — comentó el chino realmente mostrando preocupación.

— Zichu por favor, déjame, joder, ni debería pedirte permiso de mis acciones, me frustra que siempre que discutimos acabamos así... no quiero lastimarte, me duele verte triste, Zichu, no me gusta ver a mi destinado con una pizca de dolor en su...

Y fue en ese momento donde él se lanzó a sus delicados labios, besándola, queriendo tenerla por un segundo con él. Porque para el chino, era suficiente con tener un segundo con Eva, probar los labios que siempre había añorado, sentir la esencia que imagina en todo momento, poder estar cerca de tan perfecto ser.

Pero, este no era el mundo ideal de Zichu, nunca lo fue, porque la rubia acabó por abofetearle y empujarlo lejos de ella.

— Eva... lo siento...

— Que asco de persona eres, ¿cómo puedes hacerle esto a Chun Yan? Estas enlazado ya Zichu, yo lo estoy igual, joder, que tengo hijos, tú tienes ya a Qin, por dios, ¿Qué no piensas?

— Te amo, Eva, por favor...

— ¡Basta! — dijo la omega. — Si lo que quieres es arruinar tu vida, hazlo, pero por favor, déjame fuera de tu drama, estoy cansada de esto, estoy harta, esta conversación acabó.

Después de ello, Adam Edén no cuestionó a su esposa de lo que había platicado con Zichu, y no porque no pudiera, sino porque todas las pláticas que Eva tenía con el chino, Eva nunca las comentaba. Solía decir que tenían una relación más paternal con Zichu después de ambos optaran 'por no seguir el destino y estar juntos, pero todos sabían que eso era falso. Zichu la seguía deseando y ella estaba cansada de tener que lidiar con ello.

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TIEMPO DESPUÉS...

Ha decir verdad, Rea e incluso Cronos pusieron de su parte, aunque sea un poco.

Parecía que realmente querían mejorar, incluso se notaba el esfuerzo, pero, a veces es difícil sacar a las personas de un hoyo que está demasiado profundo, a veces simplemente no puedes ayudar a nadie que no quiere ser salvado. Y es que la rubia hacia su mejor esfuerzo para poder ayudar a la pareja, incluso cuando estos se negaban a muchas cosas, como dejar que Eva conviva con sus hijos, o dejar que los Edén conozcan su hogar, pero, no importaba, tal vez con el tiempo podrían acercarse un poco más.

Pero...

— Creo que están drogándose de nuevo. — comentó la rubia en la cama con su esposo. — Me he quedado sin ideas, creo que deben ir a un centro de rehabilitación.

— Okey... ¿Puedo preguntarte algo? — cuestionó el alfa mirando a su mujer.

— Sí.

— ¿Por qué estás tan desesperada en ayudar a los Olympus?

— Al inicio solo era mi deseo por querer seguir los pasos de mi padre y ayudar a las personas, quería ayudar a aquellos que como yo sufrieron lo que es tener que luchar por poner comida en tu mesa. Pero, después fue una competencia con Zichu, simplemente no quiero que él tenga razón, que piense que personas como los Olympus no pueden mejorar. Siento que, si los abandono y los dejo, será como confirmar que él tiene razón, que toda su ideología es verdad.

— Que algo falle una vez no quiere decir que en tus próximos intentos fallaras, Eva, no puedes ayudar a alguien que no quiere ser ayudado.

La mujer parecía frustrada, frotando su rostro, para después recargarse en su alfa, en busca de sus caricias en su cabello. Tal vez era verdad, no importa cuánto hiciera, simplemente no podría arreglar algo que ni siquiera quiere ser reparado, solo le siguen la corriente porque así pueden obtener cosas.

— ¿Qué hay de los niños que tienen? ¿No ellos merecen una oportunidad? — dijo la rubia mirando hacia su esposo.

— Siento que merecen una oportunidad, estoy de acuerdo contigo.

— ¡Claro que sí! — sonrió la omega a su esposo. — Nunca los he visto en persona, pero estoy segura que Hades tiene mucho potencial si todo lo que Rea y Cronos dicen de él es verdad. También Adamas con esa calidez en su corazón, o la inteligencia de Poseidón. Y qué decir de Zeus, ¿lo recuerdas? — dijo la mujer emocionada buscando la foto en su celular, mostrándosela a su esposo que sonrió algo nervioso. — Se nota que son niños tan dulces, que no puedo dejarlos solos.

— Amor, ¿qué es lo que tratas de decirme?

— ... He pensado, que, si no puedo ayudar a los padres, tal vez pueda ayudar a los niños... ¿Estaría bien para ti si esos niños vivieran con nosotros un tiempo?

— ¿Eh?

— Es que, siento que puedo darles una oportunidad. Sé que lo que pido es egoísta y, sé que Abel y Caín ya tienen toda nuestra vida dedicada a ellos, pero, siento que...

— Esta bien. — sonrió Adam.

— ¿En verdad?

— Sí, está bien amor... si eso es lo que deseas, ayudarlos, por mi está bien. — rio Adam. — Eva, cariño, siempre he sabido que desde que comenzó este proyecto personal que tienes con los Olympus, en algún punto sabía que me pedirías eso.

— ¿Y no te molesta? — cuestionó la mujer sorprendida.

— En absoluto, siempre he sabido que tendríamos muchos hijos adoptivos, viviendo de vez en cuando con nosotros, como todos mis bebés del Edén. ¿Qué son unos más? Los amaré y trataré de ayudarles lo mejor que pueda.

Después de esa plática, Eva Edén decidió darse una oportunidad más. Siguió buscando a Rea y Cronos, ayudándoles con lo que podía, reuniéndose con ellos, platicando, ayudándoles a conseguir trabajo. Una mejor vivienda para sus hijos, todo.

— Aunque la casa este en mi nombre, no te preocupes, puedes vivir allí sin problemas, no tengas miedo. — sonrió Eva, arrullando a Zeus mientras platicaba junto a Rea en la banca de un parque. — Ignora a la gente de Zichu, tú tienes permiso de estar allí, déjalos que vengan a decirme que hay alguien ocupando mi casa, son idiotas.

— Si... — Respondió la mujer algo ida, mirando hacia los juegos infantiles.

— Zeus es tan hermoso, un rayito iluminando todo el lugar, tan lindo, todos tus bebés son tan lindos Rea. — sonrió Eva. — Sabes si gustan, puedes traer a tus bebés a mi casa, pueden jugar con mis hijos y podemos hacer una gran parrillada, celebremos que Cronos y tú están ya en un trabajo bueno, y pueden...

— Ya no tenemos trabajo. — contestó la mujer.

— ¿Eh? — dijo Eva confundida. — Pero, apenas hace 2 semanas...

— Dejamos de ir desde el segundo día, ups. — rio la mujer frotando su rostro.

— Oh... am, podemos...

— ¿Me puedes dar dinero? — dijo la omega volteando a verla. — Para comida.

— ... Am, se supone que deberías...

— ¿Ya no quieres ayudarme? Está bien, no te preocupes, vi que tu padre abrió una fundación, me inscribiré con Zeus. — sonrió la mujer.

Eva Edén podía sentir la risa de Zichu en su nuca, gritándole un "te lo dije". Y es que había intentado de todo, todo lo humanamente posible, excepto la rehabilitación completa, donde tenía que dejarlos en un centro, pero, la única razón por lo que no lo había hecho, era por los niños, porque Rea se rehusaba a dejarlos, pero...

— ¿Puedo preguntarte algo? — dijo Eva llenando de feromonas a Zeus, relajando al bebé.

— Si.

— ¿Tú amas a tus hijos? — cuestionó la rubia. — Sé que es una pregunta complicada, el amor hacia ellos siempre es complicado, pero...

— No. — respondió la mujer. — Hades arruinó nuestra vida, no pude abandonarlo en Grecia como tenía pensado. Adamas fue otro golpe en el estómago, Poseidón peor, y ahora Zeus... si pudiera los abandonaría en un arroyo, pero generan dinero, cada uno de ellos genera dinero mientras existan y las fundaciones sepan de su existencia. Así que son una buena inversión.

— ...

— ¿Tú nunca has sentido eso? — dijo la mujer mirándola. — Esa frustración de que esas cosas existan y te arruinen todos los planes. Pero bueno, aun así los cuido, es lo menos que puedo hacer con esos errores.

"No puedes ayudar a alguien que no quiere ser ayudado, Eva." Solo podía recordar las palabras de su esposo rebotar una y otra vez en su cabeza, mientras arrullaba a Zeus, sin saber que responder. Hasta que comprendió que no tenía nada que responder, simplemente debía aceptar la verdad.

— No, nunca lo he sentido. — contestó Eva. — Toma. — dijo la rubia poniendo con cuidado y mucho pesar a Zeus de vuelta en los brazos de su madre. Para después sacar su cartera y entregarle dinero a la mujer. — ¿Nos vemos mañana?

— Si, ¿aquí estaría bien? — dijo Rea mirándola.

— SI, invito la comida. — comentó Eva recibiendo una sonrisa de la mujer. — Salúdame a Cronos.

— Lo haré. Hasta luego.

Después de eso, con mucho pesar, la rubia regresó a su hogar, para ponerse en contacto con los centros de rehabilitación y protección infantil. Y es que Protección infantil no había podido hacer nada, ya que cuando fueron, había una casa recogida, niños alimentados, y ni un rastro de droga o alguna substancia mala en la casa, solo eran una familia común y humilde, no más. Pero ahora, era diferente, porque la idea era que llegaran de improvisto, porque sabía que Cronos y Rea nunca accederían a ir a un centro de rehabilitación, así que, con todo su dolor, tenía que tomar esta decisión drástica.

— Fallé. — dijo la rubia. — Me odiaran toda su vida.

— Eva, tranquila... — dijo Adam. — Puede que sea lo contrario, puede que sea todo lo contrario cuando salgan mejor. Más si piensas cuidar a los Olympus hasta que sus padres estén bien. Incluso tengo una idea, cada uno irá a Edén, los cuidaremos de cerca, les daremos todo lo que necesiten y cuando sus padres estén mejor, verán hombres sensacionales esperándoles con una sonrisa.

Pero ese día llegó a la vida de Adam y Eva.

La idea era ver a Rea antes de que todo sucediera, dejarla tranquila y asegurarse que estuviera en casa. Pero nunca supo si eso sucedió, porque solo acabó por despedirse de su esposa mientras esta se retiraba junto a sus hijos, nunca supo que sucedió ese día, nunca tuvo tan siquiera un indicio.

Pero...

Estaba mirando hacia la ventana, viendo la tormenta de fuera acabando de arreglarse, cuando sintió un dolor enorme en el cuello, le ardía, como si le estuvieran quemando. Aunque había sido una sensación momentánea, se le hizo extraño que sintiera dicho dolor en su nuca. Tal vez había dormido mal, y era por ello que...

Pero sonó su celular de golpe, no hubo mucho que pensar después de eso, porque acabó por acercarse, respondiendo, esperando escuchar una dulce voz del otro lado. Pero...

— ¿Estoy hablando con Adam Edén? — dijo alguien.

Podía escuchar mucho ruido en el fondo, podía escuchar sirenas y alguien gritando diferentes instrucciones, al igual que el sonido de la lluvia, y la respiración de la otra persona al teléfono.

— Sí, soy yo, ¿qué pasa? ¿Por qué tiene el celular de mi mujer?

— Le hablamos del departamento de policía, señor Edén, su esposa e hijos sufrieron un accidente cerca del monumento de dioses, ella...

— No, no... por favor, por favor...

Era como si su lobo lo supiera en ese momento, el dolor constante en su nuca, la desesperación en su corazón, la voz condescendiente del oficial, el ruido de fondo, no, era solo un sueño, uno del que tenía que despertar ya, porque su esposa estaba esperándolo en el monumento a los dioses, porque su esposa estaba allí con esa sonrisa enorme que siempre tiene, con ese hermoso vestido y ese corazón de oro, porque su esposa simplemente estaba allí junto a sus cachorros, listos para decirle que solo era una broma, y todos reirían, y todos volverían a casa, y se acurrucarían en la chimenea, y dormirían felices... y...

— Señor Edén, lo lamento muchísimo.

Solo sintió como su celular caía de sus manos, y ese enorme hueco en el estómago llegaba.

Tal vez nunca en la vida recomendaría a alguien manejar tan alterado, pero en ese momento no importaba, solo quería llegar allí, a ese lugar, para ver que todo era un sueño, una farsa, una broma, y que su esposa solo le estaba jugando una broma de la que se reirían después, de la que sería algo que recordarían cuando fueran mayores, cuando tuvieran más de 60 años, y estuvieran sentados frente a su jardín, disfrutando de la paz de todo, mientras simplemente existen juntos.

— Lo prometiste, lo prometiste, dijiste que nos cuidaríamos juntos hasta nuestros últimos días. — se decía el alfa manejando con el acelerador presionado a fondo, entre lágrimas, solo vivo por simple adrenalina.

Entonces fue cuando llegó a ese lugar.

Y entre gritos y empujones logró entrar, mientras veía el auto de su esposa no siendo más que chatarra destruida junto a otro auto. Y peor, reconocía el otro auto, más cuando vio que sacaban un cuerpo de él, un cuerpo delgado, de una mujer, una mujer con apellido Olympus. Jadeó en busca de aire, más cuando vio en el suelo, cubiertos con una manta blanca, tres bultos. Uno grande y dos pequeños, donde solo con verlos, acabó por gritar en desesperación.

Nunca nadie había escuchado un grito tan inhumano como ese, y es que Adam Edén solo podía saberlo, por el maldito olor, que lo que estaba debajo de esas mantas eran su familia.

Después de ello no recordaba mucho, acabo por abrir los ojos mientras estaba sentado en una ambulancia, y había un paramédico revisándolo. Sonaba todo lejano, como si tuviera tapado sus oídos, pero el sujeto frente a él le pedía que no se moviera mucho, mientras tomaba cosas de otra ambulancia. Adam Edén miró sus manos con sangre, al igual que su ropa, al parecer, por lo que podía entender, se acercó a los cuerpos tratando de que nadie los tocara, embarrándose de la sangre aun chorreante de su familia, tratando de sentirlos una última vez sin éxito.

Podía sentir su corazón en la cabeza, mientras solo acabó por levantarse e irse de allí, sin saber cómo había logrado evadir a la policía y ambulancia, acabó por tomar su auto, manejando sin realmente un rumbo, o tal vez, si, tal vez esperaba seguir con los planes de Eva, manejar a Imperium donde seguramente vería a su mujer, y le diría que donde había estado, que sus cachorros están con sus padres, y que ahora tenían la noche para ellos.

Si, seguramente su Eva estaría allí.

Al llegar a Imperium, solo podía sentir las miradas horrorizadas del personal al verlo, pero no importaba, tenía que llegar a la sala y ver a Eva, seguro se encontraría allí, sonriente mientras le dice que se siente y así todos puedan disfrutar su noche, si, seguramente estaba allí.

Pero la realidad siempre era más cruel.

Porque había abierto la puerta con mucha ilusión, y solo acabo por ver el rostro de todos sus amigos horrorizados al verle. Donde el único que comprendió de golpe que le pasaba a Adam, fue Yoshiro, quien lo miró con pesar, bajando la cabeza, mientras los gritos en la sala no dejaban de llegar, y es que todos sostenían al rubio, tratando de hacer que reaccionara, pero este solo acabó por gritar al darse cuenta que no era una pesadilla, era su realidad, acababa de perder absolutamente todo.

Los gritos y lloriqueos sonaban sin descanso en ese lugar, donde un hombre destruido yacía en el suelo, sin poder hacer más que lloriquear fuerte ante los ojos de todos sus amigos.

— ¡Adam! ¡Reacciona! ¡Maldita sea reacciona! — gritó Zichu mirándole, mientras le sostenía de los hombros. — Por favor, dime que no es verdad, por favor, dime que la salvaste. ¡Por favor maldita sea! ¡Dime que está bien! ¡Dímelo!

— ¡Zichu basta! — gritó Anne.

— ¡Maldito bastardo! — gritó el chino acabando por golpear el rostro del rubio. — ¡Regrésala! ¡ahora!

— ¡Zichu! — gritó Chun Yan apartándolo.

En ese círculo rojo, los lloriqueos inundaron tanto el lugar, que nadie, ni siquiera su dueño, regresó a poner un pie en dicha sala. Porque incluso Zichu Shi Huang, se encontraba destrozado al conocer la noticia. Ya que Adam estaba en la sala, pero, Chun Yan pudo notar a su esposo correr lejos, siguiéndolo, mientras veía esa cabellera larga correr lo más lejos que podía, hasta llegar al techo de Imperium, gritando de frustración, comenzando a lloriquear como ese sujeto nunca lo ha hecho en su vida.

La alfa no sabía que decirle, no cuando nunca en la vida había visto a su esposo tan vulnerable como ahora. Lloriqueando el nombre de otra mujer, viéndose tan desesperado, que solo acabó por acompañarle sin decir más, solo abrazándolo.

Porque Eva Edén ya no existía en esta vida, y el circulo y el pequeño hilo que los sostenía juntos, había acabado. Ahora solo sería un infierno de ahora en adelante.

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ACTUALIDAD

— A decir verdad, no odia a los Olympus por ser pobres, los odia porque fueron los causantes de perder a Eva. — dijo Adam limpiando sus mejillas. — Se juró a si mismo que nunca dejaría que una cucaracha de nuevo se acercara tanto a sus círculos, menos un Olympus...

Había un silencio absoluto en la mansión de Grecia.

Ya que todos estaban procesando la información, sobre lo que había ocurrido hace años y que ahora les estaba trayendo desgracias. Y es que nadie encontraba palabras correctas sobre qué decir, que hacer, que se suponía que tenían que hacer ahora con esta historia que conocían.

— Después de eso nadie volvió a reunirse. — dijo el mayor, rompiendo el silencio. — Nadie lo hizo, ni siquiera lo pedimos. Zichu se volvió aún más controlador con deseo de eliminar a todos, y yo no lo detuve, estaba muy ocupado queriendo morirme, pero, siempre acababan por salvarme, no sabía cómo lo hacían, como sabían en que momento trataba de suicidarme, porque siempre maldita sea, acababan salvándome. No lo supe, nunca como lo hacían, hasta que un día Zichu vino a verme.

— ¿A qué fue a verte? — cuestionó Qin algo mortificado.

— Después de que intenté suicidarme, llegó a la sala de hospital donde estaba y se sentó a mi lado, solo mirándome para después suspirar. Tal vez debí saberlo cuando me miraba de esa forma, tal vez siempre debí saberlo, pero, solo lo comprendí hasta que habló.

"No tienes permiso de morir maldito imbécil, tienes que vivir y sufrir durante tu patética existencia, tanto, que me ruegues de rodillas que te mate, y no lo haré. La dejaste morir, sabías que yo tenía razón y la dejaste morir a manos de esos malditos infelices, sufre por toda la eternidad Adam, no dejaré que nunca lo olvides, en como yo hubiera podido protegerla mejor que tú, sufre y sufre, sin poder morir sin mi permiso. Quiero que te arrastres, quiero que ruegues, quiero verte sufrir tanto hasta que sienta lástima de nuevo por ti y te dé permiso de morir. Es más, ni siquiera voy a matar a esos sujetos, quiero que te mortifique el hecho de que siguen vivos, de que tu perdiste todo y ellos siguen vivos, sus cachorros en lugar de los tuyos, quiero verte sufrir durante toda la eternidad, ese es mi único premio de consolación al hacer que la perdiera, idiota."

Qin Shi Huang solo podía frotar su rostro. Al menos una duda ya estaba resuelta, por qué si su padre odia a los Olympus, no los había matado desde hace tiempo...

— Por eso no le tienes miedo... — dijo Qin mirando a Adam. — Porque sabes que no quiere matarte, quiere hacerte sufrir por toda la eternidad. Sabes que, incluso dañándolo, él no te matará.

— No, no lo hará. — sonrió Adam. — Pero además de decirme eso, me dio una opción de escape, después de mi quinto intento de suicidio, cuando me vio conectado a esos tubos.

— ¿Eh? — dijo Qin confundido.

— Me dijo que, si asesinaba a los Olympus, tendría permiso de morir. — comentó Adam. — Porque quería verme traicionar a Eva, que matara a las personas que Eva quería proteger. Dijo que sería divertido, porque Eva nunca me lo perdonaría, así que, si quería morir, debía hacer eso. — suspiró el alfa ya cansado mentalmente de todo este día lleno de recuerdos. — Entonces un día, con más alcohol que sangre en mi cuerpo, llegue a la zona donde sabía que Vivian después de que los cachorros fueron corridos por la gente de Zichu de la casa de Eva. Sería rápido, solo tenía que asesinarlos, pero...

— ¿Pero? — Cuestionó Hades mirando hacia el alfa.

— Te vi a ti Hades. — dijo Adam mirando hacia el mayor de los Olympus. — Vi a un chico cargando a un bebé que no dejaba de llorar en la calle. Arrullaba a ese niño con un rostro cansado, a un pequeño bultito envuelto en una cobija de rayos. Y es que no solo era esa imagen, también la de ver a Adamas y a Poseidón abrazados de tus piernas, con frio, mientras tratabas de buscar un lugar donde dormir. Sentí que mi corazón iba a explotar cuando los vi, simplemente no pude hacerlo, aunque mi alma gritara por morir, no pude lastimarlos, no cuando su miseria era igual o peor que la mía. No cuando Eva los amaba tanto y creía en ellos, quería salvarlos, asesinarlos solo sería escupirles a los motivos de Eva.

Qin solo pudo abrazar a Hades quien parecía sorprendido que Adam hubiera estado presente en ese momento, más cuando fue el día que conocieron a los Odinson y pudieron tener un lugar donde dormir.

— Por las maletas y ese rostro desesperado en el adolecente. Decidí decirle a Afrodita que lo ayudará. — comentó Adam ante la sorpresa de todos. — Zichu y Afrodita no se llevan, pero al menos se respetan él uno al otro, sabía que, si era un movimiento de Afrodita, a Zichu no le interesaría. Así que le daba dinero, y le decía que guiara al joven a diferentes trabajos. No podía darle en exceso o se enteraría, Zichu seguro solo pensó que me acostaba con prostitutas en las noches, pero solo le daba dinero para que pudieran sobrevivir. Escuché que encontraron un departamento, que Poseidón entró en la escuela. Que Zeus había crecido.... Por eso me sorprendió verlos de golpe, junto a mis niños del Edén, estaban enormes, nada en comparación a lo que recordaba.

— Afrodita fue la que me presentó con Brunhilde. — dijo Hades sorprendido. — Usted...

— Le dije que tenías buen porte y que seguro serías útil en algo. — comentó Adam cabizbajo. — Las chicas accedieron a ayudar solo por el cariño que me tenían, no por más. Pero, después de unos meses, Brunhilde hablaba de ti como si fueras un gran amigo, Afrodita igual, supe que ellas te veían más que un encargo de mi parte.

— ... no sé qué decirle. — dijo Hades.

— Adam... — dijo Zeus, pero el mayor acabó por levantarse de su lugar.

— Si me disculpan, necesito un momento. — comentó retirándose rápido de esa sala, dejando a todos pensativos de lo que ahora acaban de aprender.

Y es que todos estaban pensando en esta nueva información, mientras Zeus acabó por seguir al mayor quien caminaba rápido hacia los patios traseros, quería aire, quería dejar de llorar, quería que todo esto malditamente acabara, se suponía que ya se había resignado a su miseria, se suponía que simplemente tenía que aguantar, ¿Por qué seguía deseando vivir ahora? ¿Por qué?

— Adam... — esa voz llegó como un escalofrío a su espalda, haciéndolo voltear.

Y es que vio el rostro de Zeus quien lo veía preocupado, mientras se acercaba y acababa por abrazarlo. Solo dejó que ese abrazo sucediera, mientras buscaba refugio entre sollozos con el menor, esto en definitiva lo había abrumado en exceso, pero ahora, al sentir a Zeus, se sentía muchísimo mejor.

— Zeus, mira, lamento mucho lo que...

— No era tu destinada. — dijo el menor, confundiendo al mayor de golpe. — Si no lo era, quiere decir que lo que siento es porque...

— ¿Qué? — cuestionó Adam confundido.

— Perdona. — dijo rápido el griego. — Es que, estoy pensando muchas cosas de golpe, y creo que comienzo a comprender cosas de tu actuar y como me siento yo. Sobre tus reacciones al verme y como nos hemos conocido, en...

— Yo amo a Eva, ¿cómo puedes decirme eso cuando acabo de contarles mi vida? Zeus, perdí todo, absolutamente todo y lo único que te interesó de lo que dije es que te disté cuenta de que tú y yo...

— No, no quise decir eso. — dijo rápido el aun cachorro alterado. — Solo que me sentí feliz cuando al fin pude unir los puntos, pero, eso no quiere decir que ignore lo que tu sientes, am, yo, olvida que lo mencioné, es solo que, no, yo, quiero decir que los siento, pero no puedo ocultar que me emociona saber que tú...

— ¡Basta! — gritó Adam.

— Somos desti...

— ¡Cállate! — dijo el mayor cubriéndole la boca. — No digas estupideces, déjame solo y en paz. Nosotros es algo que nunca en la vida se dará, deja de pensar que nosotros podemos... joder que eres un niño Zeus, esto no es lo que necesito ahora, por favor, solo déjame...

Y lo besó, fue un beso robado.

En como el menor le sujetó de la cintura y se inclinó a besarlo.

Lo besó con pasión, con deseo, sintiendo esos labios devorándole hasta el alma, cediendo con cada gemido que el mayor no comprendía que diablos estaba pasando, por qué su cuerpo reaccionaba ante el beso de ese cachorro, pero se dejó llevar, aunque sea por unos segundos, abrazándolo, hasta que reaccionó al fin de golpe.

Acabó por abofetearle el rostro entre lágrimas, alterado de lo que había ocurrido, de todo, de su pasado, de su presente, de lo que le deparara el futuro, no podía creerlo, para él solo era una simple teoría, pero resultó ser verdad, lo sabía, sabía de la verdad desde que vio la foto de ese bebé en el celular de Eva y en cómo se sentía nervioso cada vez que lo mencionaban.

Si eran destinados, y eso lo estaba matando.

— No es lo que necesito ahora, por dios, ¿por qué quieres restregarme en la cara esto cuando estoy hablando de mi esposa? — dijo el mayor entre lágrimas mirando el rostro del menor. — Esto nunca ocurrirá, deja de fantasear por algo que nunca ocurrirá, déjame solo, maldita sea, déjame en paz.

— Adam, lo lamento, solo me emocioné porque...

— Nunca estaría contigo, ni lo sueñes. — sentenció el mayor. — Nunca estaría con un maldito Olympus en mi vida, son cáncer para mí.

Por primera vez en su vida, Zeus Olympus agradecía al destino, de no haber manifestado su segundo sexo aun por completo, porque sabía que el rechazo a su lobo interno, si ya fuera maduro, le habría dolido millones de veces más de lo que le dolía actualmente al ver partir a Adam de su lado.

Simplemente todo estaba cayéndose en pedazos antes de que tan siquiera iniciara.

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Capitulo corto, donde mis bebés no fueron protagonistas, pero era solo porque se contó la historia del pasado, reafirmo, desde el punto de Adam. Hay cosas que pueden variar, ya que como lo vivió Zichu es diferente.

Zeus solo esta chiquito, y se emocionó al conocer la verdad, pero si lo dijo en el momento menos indicado.

El capítulo que viene, está dedicado 100% a la boda, el cual se dividirá en dos partes. Para poder cubrir los eventos. Curioso, igual en Checkmate, los capítulos dedicados a Boda los dividí en dos jaja.

Nos vemos en el siguiente cap, y gracias por seguir esta historia. Creo que nunca tendré todas las palabras para decirles que realmente me gusta interactuar con ustedes y saber que piensan de cómo va todo esto. 

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